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La sangre corre por su tobillo izquierdo hasta el pie: ambos parecen baados
de lgrimas rojas. Se le nota profunda su palidez blanca sobre su piel cetrina de
paisano (*). Estoy indeciso y no s por dnde empezar, pero algo debo hacer ya.
-Has perdido mucha sangre?
-Casi toda perdida; adems sin fuerzas: todas se me fueron para llegar hasta
aqu. Ya ve usted.
-Y nadie te ha ayudado.
-Nadie, Seor.
-No te preocupes: voy por ti
Salgo de la camioneta, me arrodillo junto a l y pongo mi pauelo pequeo
alrededor de su herida grande; la envuelvo de a poco y lo ato todo lo fuerte que
puedo: a ver si aguanta un poco ms. Casi a rastras lo subo hasta el asiento del
copiloto, cierro la puerta y corriendo me subo por la otra; arranco de una vez el
motor, doy media vuelta en la mismsima curva de la carretera, en retorno hacia
Almirante. No hay tiempo que perder
Conduzco todo lo aprisa que puedo entre curvas de asfalto y sombras de
anochecer; manejo el vehculo sin dejar de encomendarme a Jess crucificado, a
Mara, su madre, y a la memoria de la ma, de mi madre, recin fallecida:
Por favor, escchenme los tres! Este muchacho tiene que llegar al hospital
antes que se desangre por completo; si no, l sin nada, y yo, con muchsimos
problemas Tengan compasin de los dos: del que vive por el que muere y del
que muere por vivir!... Por favor, no nos desamparen.
Casi de noche, la camioneta no puede correr ms si no queremos perdernos
todos; sin embargo, voy trazando las curvas como si fueran rectas, y las rectas
como autopistas. A mi lado, el paisanito dormita con una respiracin indecisa y
apagada; el pauelo sobre la herida se ve del todo empapado en sangre que no
deja de fluir como un manantial en primavera.
Seor de la muerte y de la vida Musito a media voz-, no me dejes perdido
con este varn en medio de la carretera entre la selva y el mar! Estoy haciendo lo
que puedo: oficio de pequeo samaritano; no me dejes solo con la muerte viva y
con la vida muerta de este hermano desconocido. Ten misericordia de nosotros!
Las luces aparecen de repente: atravesamos calles, cruces y rotondas de la
poblacin portuaria, una y otra, una y al fin llegamos al hospital, al otro lado
mismo del Corregimiento: ms all no lo construyeron porque el mar se lo impidi.
Si no, an estaramos llegando en carrera contra la muerte.
(*) Indgena de etnia ngobe, en la comarca de o Cribo (Panam
Noroccidental)
20 jorraila/abril 2016
Almirante (Bocas del Toro)
Asteazkena/mircoles
xabierpatxigoikoetxeavillanueva