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Paul Ingendaay (Frankfurter Allgemeine Zeitung)
empresa? Es como si se hubiera roto por una de las partes el pacto que
daba a los periodistas el sentimiento de trabajar para el mejor peridico
de Espaa. Quizs ha llegado realmente el punto de inflexin. Cmo se
har el peridico de mayor prestigio del pas cuando falte un tercio de la
redaccin es un enigma.
Con el salario millonario de Cebrin se podra pagar a unas cuantas
docenas de periodistas, se comenta entre aquellos que tal vez deban
marcharse muy pronto. La indignacin se siente por todas partes, y as
se reflej en la votacin: de las 431 personas con derecho a voto de la
plantilla, 303 apoyaron la reprobacin pblica del responsable de la
empresa, y 236 se manifestaron a favor de pedir la dimisin del director,
Javier Moreno.
Tambin en las pginas del peridico se ha expresado la protesta.
Varios columnistas han tomado partido por la amenazada redaccin, el
humorista grfico Forges ha dibujado la subversin e incluso el
crucigrama diario esconde mensajes de solidaridad. Es como en
tiempos de Franco, cuando la insinuacin y la expresin indirecta y en
clave se convirtieron en un arte periodstico.
El pasado viernes, numerosos artculos del peridico se publicaron, y
no por primera vez, sin la firma de sus autores. Entretanto, el propio
peridico EL PAS ha decidido comentar esa insubordinacin, con una
versin esclava de s misma, muy en la lnea del director, que ve en la
publicacin de artculos sin firma un incumplimiento grave del Libro de
Estilo de la redaccin.
Un punto irnico del drama es que sobre todo Internet, considerado en
los ltimos aos como una amenaza para el imperio del papel, analice
lo que ocurre en EL PAS sin miedo ni miramientos. Foros y peridicos
digitales como 'vozppuli' dan la impresin de ser los nicos que no han
tirado a la basura la idea de una opinin pblica crtica. Quien quiera
leer algo sobre los despidos masivos de EL PAS apenas encontrar
huellas en los medios impresos.
Como un rebao de ovejas asustadas se han concentrado los
peridicos espaoles en torno a los carniceros -revisores de cuentas de
los bancos que responden de las deudas y ya despliegan su influencia
en gran parte de los medios impresos- y esperan en silencio el turno del
siguiente en el matadero. Incluso los adversarios ideolgicos de antao,
con cuyos ataques siempre se contaba, callan ahora. Quizs temen que
maana les pase algo parecido.