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Los Obispos del Per a lo largo de los ltimos aos hemos manifestado en diferentes
oportunidades nuestra preocupacin por la defensa de la vida de los peruanos desde
su concepcin hasta su muerte natural, as como por los valores propios de la
familia, ncleo de la sociedad, porque, como deca san Juan Pablo II, en ella "se
forja el futuro de la humanidad" y, por tanto, el futuro del Per.
La Constitucin Peruana reconoce nuestra participacin en la vida pblica del pas,
pues dentro de un espritu de autonoma e independencia, "el Estado reconoce a la
Iglesia Catlica como elemento importante en la formacin histrica, cultural y
moral del Per, y le presta su colaboracin" (Art. 51).
As pues, llama la atencin que en diversos mbitos donde se resalta la tolerancia
como valor, existan intolerancia y prejuicios hacia la participacin de los sacerdotes,
mdicos o abogados catlicos en defensa de la vida y de la familia que, a pesar de
esgrimir argumentos cientficos o jurdicos, son tildados de fundamentalistas o de
emplear argumentos de fe. Llamamos al intercambio justo de opiniones y sin
prejuicios para que la verdad y la justicia se abran camino a travs del dilogo.
Ratificamos nuestro comunicado del 23 de agosto de 2003 en torno a la Pldora del
Da Siguiente (PDS), tambin llamada Anticoncepcin Oral de Emergencia (AOE),
que se identifica con lo que el Papa Francisco ha sealado: ''La vida humana es
sagrada e inviolable. Todo derecho civil se asienta en el reconocimiento del primero
y fundamental de los derechos, el derecho a la vida, que no est subordinado a
condicin alguna, ni cualitativa, ni econmica, ni tanto menos ideolgica (Discurso
a los miembros del Movimiento Italiano por la Vida, 14 abril de 2014).
No nos toca como Pastores de la Iglesia analizar con profundidad los criterios
jurdicos, adems de cientficos, por los cuales el Juez del Primer Juzgado