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Observemos que el mandamiento fue dado originalmente a una iglesia del primer
siglo. La iglesia de aquel tiempo primitivo no tenía el Nuevo Testamento en forma
escrita. Lo recibía mediante los dones. Puesto que dependía de los dones para la
revelación de toda la verdad, es muy natural que Pablo la mandara a procurarlos.
Los miembros no tenían Biblias y, por lo tanto, necesitaba buscar los dones a fin de
poder saber la voluntad de Dios. Además la iglesia del primer siglo podía obedecer
al mandamiento de procurar los dones porque los dones eran disponibles. La iglesia
del siglo 21 no puede obedecerlo. No puede, ni tiene que obedecerlo porque ya el
tiempo de los dones ha llegado a su fin. Dios dijo que los dones durarían hasta un
tiempo determinado; luego cesarían. No nos conviene buscar lo que Dios ya ha
hecho cesar. A la iglesia del siglo 21 le toca entender el tema de los dones a la luz
del cumplimiento de las profecías sobre el fin de las manifestaciones milagrosas del
Espíritu Santo. No puede pretender existir en las mismas circunstancias que la de
Corinto. La de Corinto da ejemplo de la iglesia en su infancia, de la Iglesia en el
tiempo cuando el Nuevo Testamento no fue escrito y los miembros necesitaban
dones para saber la verdad. La iglesia de hoy día tiene todo el Nuevo Testamento
escrito, tiene una revelación perfecta y existe en el tiempo después del fin de los
dones. Por lo tanto, hará bien al no pasar su tiempo en el vano empeño de buscar
lo que Dios ya ha dado por terminado. La iglesia de hoy día que busca señales,
prodigios, dones, etc. es como el adulto que, en vez de asumir, las
responsabilidades de una persona madura, actúa y piensa como un niño. No vive y
trabaja con fe y con entendimiento sino pasa el tiempo jugando con sus juguetes,
cosas de su infancia, objetos de mucha importancia para su desarrollo, pero que no
sirven para el que ya ha alcanzado la madurez. Hablar así de los que anhelan dones
es usar una fraseología bíblica porque así habla la I Cor. 13:8-13.
La I Cor. 13 se llama el capitulo de amor porque los primeros versículos dan una
definición divina de lo que es el verdadero amor cristiano. Muchos, haciendo énfasis
en lo que dice el texto sobre amor, han pasado por alto lo que los versículos 8-13
enseñan sobre el fin de los dones. Nótese que todo el capitulo 12 de I Cor. trata de
los dones. Luego, las últimas palabras del versículo 31 son: “Mas yo os muestro un
camino aun más excelente.” Ese camino mas excelente es el de amor. El de amor
es más excelente que el de los dones. Pablo enseña en I Cor. 13:1-3 que si uno
tiene dones pero no tiene amor no puede ser salvo.
Ahora, vamos al versículo 8 de I Cor. 13. Dice así el pasaje: “El amor nunca deja de
ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabara.”
Aquí encontramos una declaración clara sobre el fin de tres dones: la profecía, las
lenguas y la ciencia (el conocimiento de la voluntad divina). Acabarán, cesarán,
dice Pablo. Pero, ¿cuándo?, se pregunta. El mismo capítulo 13 explica cuándo,
Leamos el versículo 9: “Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos.”
2
La frase “lo perfecto” de I Cor. 13:10, sin duda, ha sido interpretada mal por los
que creen que se refiere al cielo, o al conocimiento perfecto de la propia persona de
Dios. Interpretarla así es sacarla de su contexto. El tema del texto no es la
perfección de lo celestial. No se trata de la persona de Dios, sino de la ciencia y la
profecía. Cuando venga el conocimiento perfecto, cuando todo se revele, cuando
haya sido dada toda profecía entonces los dones cesarán. Esto es lo que afirma el
Espíritu Santo en el texto, Tal explicación concuerda exactamente con lo que dice la
Biblia sobre el propósito de los dones, Fueron dados para revelar la verdad. Cuando
toda la verdad fue dada, los dones, habiendo cumplido su propósito, cesaron,
Cuando los obreros terminan de hacer una casa en cemento quitan el falso piso, o
sea, el molde de madera que usaron en la construcción. No necesitan mas de
andamios, escaleras, etc. La casa ya está terminada y sirve como lugar donde vivir
y trabajar. Así también los dones fueron usados para sostener la iglesia durante el
tiempo de su establecimiento y organización. Entonces la iglesia, una vez terminada
de edificarse, sirve como lugar espiritual donde vivir y trabajar. Dios quita los
dones milagrosos y la iglesia, ya madura, ya capacitada, ya con todo conocimiento
y profecía, sigue con su trabajo. La iglesia, no los dones, es baluarte y columna de
la verdad.
“Y estas señales seguirán a los que creen…” Luego de estas palabras sobre señales
el Señor ascendió. El 20 dice, “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes,
ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales. “Confirmando la
palabra, dice el texto. Heb. 2:4 dice lo mismo. En el artículo del mismo estudio
titulado Lección 29 EL DON DE LENGUAS NO EXISTE, Álamo escribe que “El don de
lenguas no existe hoy día. Lo que se ve es solamente una manifestación ficticia.” »
(6)
a. «San Agustín enseña que en el comienzo de la Iglesia este don era necesario
para que el Evangelio se comunicara rápidamente a todas las naciones, así todos
podían recibirlo y además se daba testimonio del origen divino de su doctrina. Pero
cuando la Iglesia ya hablaba los diferentes lenguajes (por medios naturales) el don
se hizo menos necesario. En su tratado 32 sobre el Evangelio de San Juan, San
Agustín, Padre del la Iglesia, siglo IV, escribe: “Hoy día, cuando el Espíritu Santo ha
sido recibido, nadie habla en las lenguas de todas las naciones pues la Iglesia ya
habla las lenguas de todas las naciones y si uno no está en ella, este no recibe el
Espíritu Santo.”
e. Thomas Watson escribe en 1660: “Con plena certeza, hay tanta necesidad de
ordinación hoy, como en los tiempos de Cristo y de los apóstoles, ya que en aquel
tiempo había dones extraordinarios en la iglesia que ahora han cesado.”(Las
Bienaventuranzas, 14).
f. John Owen escribe en 1679: “Los dones que en su propia naturaleza exceden la
plenitud del poder de todas nuestras facultades, esa dispensación del Espíritu hace
ya mucho tiempo cesó y dondequiera que alguien hoy tenga pretensión a lo mismo,
4
g. Matthew Henry escribe el 13 de julio de 1712: “El don de lenguas fue un nuevo
producto del espíritu de profecía y era otorgado por una razón particular, para que,
la empalizada judía habiendo sido removida, todas las naciones pudieran ser
incluidas en la iglesia. Estos y otros dones de profecía, siendo una señal, hace
mucho cesaron y han sido puestos a un lado, y no tenemos motivo alguno para
esperar que revivan; sino al contrario se nos manda llamar las Escrituras la palabra
profética más segura, más segura que voces del cielo; y a ellas es que se nos
exhorta a estar atentos, escudriñarlas y retenerlas, Y Pedro 1:19.” (Prefacio IV de
su exposición del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, vii).
h. Jonathan Edwards escribe en 1738 que los dones extraordinarios fueron dados:
“para poner fundamento y establecer la Iglesia en el mundo. Pero ya que el canon
de la Escritura ha quedado completo, y la Iglesia Cristiana plenamente fundada y
establecida, estos dones extraordinarios cesaron” (La Caridad y sus Frutos, 29).
j. James Buchanan escribe en 1843: “Los dones milagrosos del Espíritu hace mucho
que fueron retirados. Fueron usados para cumplir con un propósito temporal.
Fueron usados como un andamiaje que Dios empleó para la construcción de un
templo espiritual. Cuando el andamio no se necesitó más, fue removido pero el
templo permanece en pie aún, y es habitado por el Espíritu; porque “¿No sabéis
que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (I Cor. 3:16)”
(El Oficio y la Obra del Espíritu Santo, 34).
son en todo sentido tan valiosas como aquellos dones milagrosos anteriores que
han desaparecido de nuestra presencia. La Obra del Espíritu Santo, mediante lo
cual a los hombres se les da vida de su muerte en pecado, no es inferior al poder
que hizo a los hombres hablar en lenguas” (El Púlpito del Tabernáculo
Metropolitano, 1884, Vol. 30, 386 ss.).
l. Roberto L. Dabney escribe en 1876 que luego que la Iglesia primitiva fue
establecida “ya no existía la misma necesidad de “señales” sobrenaturales, y Dios,
que no acostumbra derrochar sus expedientes, las descontinuó. Desde entonces, la
Iglesia tendrá que conquistar la fe del mundo mediante su ejemplo y enseñanzas
solamente, vigorizada por la iluminación del Espíritu Santo. Finalmente, los
milagros, si se volvieran de común ocurrencia, dejarían de ser milagros, y serían
considerados por los hombres como ley corriente” (La Prelacía, un error,
Discusiones Evangélica y Teológicas, Vol. 2, 236-237).
p. W. Pink escribe en un libro que apareció en 1970 “Así como hubo oficios
extraordinarios (apóstoles y profetas) en el comienzo de nuestra dispensación,
también hubo dones extraordinarios; y como no hubo sucesores designados para
estos oficios extraordinarios, tampoco hubo intención de continuar esos dones
extraordinarios. Los dones dependían de los oficios. No tenemos más a los
apóstoles con nosotros, y por consiguiente los dones sobrenaturales, la
comunicación de los cuales constituyó parte esencial de las señales de un apóstol
(2 Cor. 12:12) están ausentes” (El Espíritu Santo, 179)»
6
Representación en piedra del Espíritu Santo: su santidad queda indicada con la orla
de la cabeza. Clave en la iglesia de San Miguel de Michaelsberg (Cleebronn,
Alemania).
Fuente:
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• http://lasteologias.wordpress.com/tag/dones-espirituales/
Para los amantes del debate, en este artículo que escribe Luis A. Jovel, un joven
teólogo australiano, en respuesta al dr. Eduardo Flores, médico cirujano y
cardiólogo, administrador del blog Sujetos a la Roca.
Se que les gustará a aquellos de corte carismático, ya que Luis A. Jovel, replica
teológicamente la idea del cesacionismo al dr. Eduardo Flores, un bautista
reformado y un muy obstinado cesacionista.
Si tienen tiempo, pueden leer la entrada que originó las preguntas de Eduardo.
Paulo Arieu
«Habemos algunos a los que nos cuesta hacer una adecuada exégesis de
un pasaje bíblico. Dichosamente hay hombres a los cuales el Espíritu Santo
ha bendecido con la paciencia y la sabiduría necesaria para esto. No sólo
se toman el tiempo para meditar profundamente en un texto, sino que
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Usted puede estar seguro, que uno sabe que una persona es o no cristiana,
no por el divino don de las lenguas sino por la santidad de su vida y eso sí
impacta a los incrédulos. ¿Cómo puedo creer en la autenticidad de una
lengua extraña si el comportamiento del bilingüe es más extraño todavía?
Con respecto a lo que dice en el v.18 que habla más lenguas que todos
ellos, le invitaré a que comparta su disgusto conmigo también con otro
autor, “el apóstol le dice eso para que no piensen que menosprecia el don
de lenguas: ni quiere humillarlos o persuadirlos a que no lo tengan, o
mostrarle envidia como si no lo poseyera también, porque tiene este don
en una forma muy eminente, y algunas veces lo usaba cuando las
circunstancias lo demandaban, podía hablar más lenguas que cualquiera de
ellos y con más frecuencia. Y esto por la ocasión que tenía para viajar
mucho en otros países donde desconocía la lengua y tenía que predicarles
el evangelio; de esto hace mención no para enorgullecerse sino para darle
gracias a Dios y reconocer que él es el autor de este don” (John Gill.
Comentario a 1Corintios; fue predecesor de Spurgeon). (Énfasis mío). Si no
son idiomas ¿qué son? ¿Qué música es esa?
Por otra parte, en cuanto a los corintios ¿lo usaron como Pablo porque
estuvieron predicando desde el Ponto hasta Ilírico, les hablaron a los
cretenses y romanos? No leí eso. Lo que hicieron fue traer confusión en los
cultos. Las lenguas serían muy útiles para evangelizar a los moscovitas, los
mandarines, o para meter en cinturas y pacificar a los vascos en su
milenaria lengua. Los corintios hablaban en lenguas en sus cultos, ¡Pablo
nunca!, y generalmente conocía los idiomas más hablados en el imperio,
hebreo, griego y latín. Pero para los bárbaros y los escitas, el Dios bendito
le daba los idiomas. El mejor uso que encontró a las lenguas fue el que le
dieron los apóstoles en Pentecostés, para predicar.
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Sería muy lindo ver a los hermanos carismáticos bajando al barrio chino y
predicándoles el evangelio en chino, o yendo a Hong Kong a los japoneses,
o en Corea del Norte a los coreanos. Abriendo misiones allí y plantando
milagrosas iglesias en las calles y plazas en ultramar. Oh señores, allí, no
dentro de un templo. ¡Qué belleza, el don de lenguas usado para ir por el
mundo y predicar el evangelio a toda criatura!
«La otra forma ‘exótica’ de exegesis cuando esta se refiere a las lenguas,
es I Cor. 13:10. Para aquellos que niegan la vigencia de las lenguas el día
de hoy, toman lo “perfecto” como refiriéndose al cierre del canon. Hay dos
grandes problemas con esta perspectiva. Primero, no se encuentra en todo
el cuerpo de I o II de Corintios, a Pablo entreteniendo la posibilidad de
crear un canon cristiano. Segundo, y esto mas factible a la exegesis bíblica,
es que la palabra “perfecto”, o “telos”, es usada dentro del cuerpo Paulino,
como una palabra que apunta al final de las edades, y no como algo que
esta por venir o completar, ósea, el cierre del canon. Veamos, y hagamos
así una exegesis propia del uso de la palabra “telos” dentro de I y II de
Corintios, y luego en otras cartas Paulinas.
I Cor. 1:8 Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que sean
irreprochables en el día de nuestro Señor Jesucristo.
I Cor. 10:10 pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá.
I Cor. 15:24 Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el
Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder.
II Cor. 1:13 No estamos escribiéndoles nada que no puedan leer ni
entender. Espero que comprenderán del todo,(acá, claramente es
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Conclución:
Fuentes:
sujetosalaroca.org, Más Sobre el Don de Lenguas
[...] Respecto a Marcos 16:17, Los fundamentalistas creen que Jesús se estaba
refiriendo proféticamente a los “dones” del Espíritu Santo, que fueron otorgados a
los discípulos el día de la fiesta judía de Pentecostés, tal como se describe en el
libro segundo de los Hechos de los Apóstoles. Se produjo primero “un ruido como el
de un viento impetuoso”. Cuando “hendidas lenguas como de fuego” se posaron
sobre ellos, “quedaron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en
lenguas extrañas…”.
“Lenguas extrañas” no significa aquí lo que San Pablo más tarde denominará la
Lengua Incógnita. Claramente se refiere a que los discípulos hablaban en lenguas
que ellos no sabían. Pues los que les escuchan dicen:
Todos estos que hablan ¿no son galileos? Pues ¿cómo nosotros los oímos cada uno
en nuestra propia lengua? “» (1)
decir esto? Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto. “(Hch. 2:1-13
RVR 1960)
“Doy gracias a Dios de que hablo en éxtasis más que cualquiera de vosotros. Pero
en el culto público, preferiría decir cinco palabras con sentido para instruir a otro a
pronunciar diez mil palabras en éxtasis” (2). Para citar un versículo mucho más
conocido, Corintios I, 13:1 (tomado de la King James Bible): “Si hablando lenguas
de hombres y de ángeles, no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo
que retiñe”.
Aunque la glosolalia fue ampliamente practicada por los cristianos del siglo primero,
se marchitó gradualmente excepto durante un breve revival en el siglo segundo
entre los frenéticos seguidores de Montano de Frigia y de sus dos profetisas, Priscila
y Maxímina. El montanismo fue un movimiento adventista centrado en el inminente
advenimiento de Jesús; como quiera que el Señor faltó a su obligación de aparecer,
la secta se desvaneció pronto. En el siglo cuarto San Agustín pensaba que la
glosolalia fue otorgada solamente a la Iglesia primitiva, pero que este don había
sido retirado por aquel entonces. Este punto de vista llegó a ser el oficial de la
Iglesia Católica y de los Reformadores Protestantes. No hay ninguna evidencia de
que Lutero o Calvino hayan intentado hablar en lenguas, a pesar de que la práctica
emergió aquí y se reproduce en el siglo diecisiete, principalmente en Francia entre
los protestantes camisards y entre los convulsionarios del movimiento jensenista
católico, así como entre los oradores populacheros ingleses.
«El catolicismo define Don de lenguas como el don concedido a una persona por
obra del Espíritu Santo para hablar en todos los idiomas al mismo tiempo (del
mismo modo en que lo hace Dios) y, de este modo, ser oída por cada oyente
solamente en su idioma nativo y en su propio idiolecto sin que el hablante esté al
tanto de estarse expresando en otro idioma y SIN que el oyente sepa que el
hablante desconoce su idioma (cfr. Hechos 2: 1-13). Debido a las características de
este fenómeno, es imposible para una persona estar al tanto de que está
empleando este don, salvo bajo circunstancias tales como que el mismo oyente
haga notar su sorpresa al hecho de que el hablante conociera tan bien su idioma.
Este fenómeno supone que la interpretación/traducción a todos los idiomas es
realizada por obra de Dios sin intervención lingüística del hombre; ya que el
hombre, en su incapacidad para conocer verdaderamente un idioma por cuestiones
de semiótica y bajo el entendido de que el único lenguaje verdadero es el de los
significados sin los significantes, depende de la completa labor de Dios el transmitir
Su mensaje de evangelización entre distintos hablantes. No debe confundirse con la
“capacidad” de hablar otros idiomas o incluso lenguas muertas o “inexistentes” sin
haberlas estudiado o siquiera oído (salvo ciertas posibles excepciones del gusto
propio de Dios) ya que esta “capacidad” es considerada como proveniente del
demonio y suele ocurrir cuando se realizan ciertas actividades sacrílegas, como
pueden ser actividades esotéricas, invocación de espíritus, satanismo; también
puede observarse esta “capacidad” demoníaca en personas poseídas en alto o
menor grado, o, aún más, en algunos exorcistas que de algún modo se han visto
afectados por los espíritus infernales, ya sea por falta de ayuno, oración, vida
sacramental o un mal exorcismo, entre otros posibles factores. En la antigüedad el
Don de lenguas era muy necesario, no sólo para trasmitir el evangelio sino para
mostrar del poder de Dios a aquellos que desconocían de Él y no querían creer en
Él. Debido a que las circunstancias no son las mismas y no existe la misma
situación, este Don ya no es nada común. Como lo dice Pablo en I Cor: 21-22.
“Hablaré a este pueblo por medio de otros idiomas y por boca de extranjeros; pero
ni así me escucharán. “(Is. 28:11-12)
“En la ley está escrito: «Por medio de gente de lengua extraña y por boca de
extranjeros hablaré a este pueblo, pero ni aun así me escucharán», dice el Señor.”
(I Cor. 14:21 NVI)
Entiendan, pues, que el hablar en lenguas es una señal destinada a aquellos que se
niegan a creer, y no a los creyentes, mientras que la profecía es señal para los
creyentes y no para los que se niegan a creer”.
de lenguas glossas a saber: Las humanas, como el español, inglés, etc. y las
angelicales.
El propósito del don de lenguas es transmitir una idea a otra persona sin utilizar el
lenguaje humano, es un lenguaje de alto nivel originado en nuestro ser espiritual,
incomprensible para el sentido del oído, pero que el espíritu es capaz de entender y
guardar la idea en nuestro cerebro.
[...] El don de lenguas es una lengua semejante a la que hablaba el ser humano
antes de la construcción de la Torre de Babel. La comprensión de una idea a través
de la revelación es el resultado de la comprensión del evangelio del reino de la
misma manera en que se comprende una idea transmitida a través de las lenguas
angelicales.» (4)
«La palabra griega “lenguas” traducida, literalmente significa “idiomas”. Por tanto,
el don de lenguas es hablar en un idioma que una persona no conoce, a fin de
ministrar a alguien que habla ese idioma. En I Cor. cap. 12 al 14, donde Pablo
habla de dones milagrosos, comenta, “Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros
hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablase con revelación, o con
ciencia, o con profecía, o con doctrina?” (1ª Corintios 14:6). De acuerdo con el
Apóstol Pablo, y de acuerdo con las lenguas descritas en Hechos, hablar en lenguas
es valioso para aquel que escucha el mensaje de Dios en su propio idioma, pero es
inútil para todos los demás – a menos que sea interpretado / traducido.
Una persona con el don de interpretar lenguas (I Cor.12:30) podría entender lo que
uno que habla en lenguas está diciendo, aunque no conozcan el idioma que está
siendo hablado. El intérprete de las lenguas comunicaría entonces el mensaje del
que habla en lenguas a todos los demás, de manera que todos pudieran entender.
“Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla” (I
Cor. 14:13). La conclusión de Pablo en cuanto a lenguas no interpretadas es
poderosa, “Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento,
para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida” (I Cor.
14:19).» (5)
«Se le llama “don de lenguas” a diferentes dones que se deben distinguir para
evitar confusión:
“Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les concedía expresarse. (Hch. 2:4)
Según San Pablo estos dones (lengua y su interpretación) son parte del don de
profecía pero advierte que debe estar sometido al orden de la iglesia. No deben,
por ejemplo, varias personas hablar en este tipo de lenguas al mismo tiempo.
3-Orar en lenguas o canto de júbilo. Este don es muy diferente a los de arriba. Por
medio de el se expresa, con sonidos ininteligibles, la devoción que no se puede
poner en palabras. Se ha comparado con el canto gregoriano, cuando este extiende
las sílabas en una hermosa armonía de alabanza.
A diferencia del don antes mencionado, este tipo de lenguas pueden ejercerlo
varias personas o muchas, de igual manera que se expresa el canto en la
comunidad. Mientras unos alaban en lenguas, otros pueden alabar con palabras del
vernáculo o cantar. Es un don muy sencillo por el cual el Espíritu Santo nos asiste
en la oración, particularmente en la alabanza. Este don se manifiesta con frecuencia
en los grupos de oración carismáticos.
Este don de lenguas es a la vez una forma de oración bajo la influencia del Espíritu
Santo y bajo el dominio de la voluntad del sujeto. Dios no viola su libertad, por lo
que la persona utiliza sus facultades normales. Es por eso que la persona debe
rezar en lenguas utilizando su discernimiento en cuanto al momento y la forma
apropiada para ejercerlo. Puede, por ejemplo elegir rezar en lenguas en alta voz o
en silencio según sea o no una distracción para otros. No se trata por lo tanto de un
milagro propiamente hablando sino de un don que se acopla a las capacidades
normales de la naturaleza. En la oración en lenguas no se utiliza el intelecto para
formular el lenguaje. El intelecto se absorbe en adoración.
San Agustín, Padre de la Iglesia del siglo IV, incluye el don de lenguas en el canto
de “júbilo”:
Mas he aquí que él Mismo (Dios) te sugiere la manera que has de cantarle: no te
preocupes por las palabras, como si éstas fuesen capaces de expresar lo que
deleita a Dios. Canta con júbilo. Éste es el canto que agrada a Dios, el que se hace
con júbilo. ¿Qué quiere decir cantar con júbilo? Darse cuenta de que no podemos
expresar con palabras lo que siente el corazón. En efecto, los que cantan, ya sea en
la siega, ya en la vendimia o en algún otro trabajo intensivo, empiezan a cantar con
palabras que manifiestan su alegría, pero luego es tan grande la alegría que los
invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas y acaban en
un simple sonido de júbilo.
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Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad,
soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. (I Corintios 13:1).
Debemos aceptar con gratitud todos los dones de Dios y usarlos bien. San Pablo
dice:
Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros (I Cor. 14:18)
Habiendo clarificado gratitud por el don de lenguas que el mismo posee, San Pablo
escribe en el próximo versículo:
“pero en la asamblea, prefiero decir cinco palabras con mi mente, para instruir a los
demás, que 10.000 en lengua”. (I Cor. 14:19)
En las reuniones de cristianos todo don tiene su lugar en el orden que debe existir.
(Cf. I Cor 14:39-40)
“Así pues, las lenguas sirven de señal no para los creyentes, sino para los infieles;
en cambio la profecía, no para los infieles, sino para los creyentes.” (I Cor. 14:22)
San Pablo no está sugiriendo que no se use el don entre creyentes. Solamente dice
que no se tenga entre ellos como señal. Y es que algunos enseñan falsamente que
el don de lenguas es señal de elección o de santidad o asumen que si no hay
oración en lenguas no está actuando el Espíritu Santo. Estos errores se deben
condenar. San Pablo exhorta a la madurez, a valerse con gratitud de todos los
dones pero no fascinarse con los dones más visibles, sino reconocer el lugar de
cada uno. El de lenguas es inferior a los demás dones y virtudes.» (6)
«La palabra don de lenguas viene de la unión de dos palabras: glosa que quiere
decir lengua y de la palabra LALIA que es el acto de hablar (del verbo laléo de la
17
lengua griega), que, juntando las dos palabras, leemos: “glosolalia”, Por lo tanto,
Glosolalia es el don de hablar lenguas.
Podemos decir así: El don de lenguas es la posibilidad que el Espíritu Santo concede
al creyente para hablar un idioma totalmente desconocido para el. Ese don consistía
de poderes milagrosos conferidos a los apóstoles para predicar el Evangelio a todas
las naciones en sus respectivas lenguas. Por eso, es bueno que se sepa que este
don no es necesario para la salvación de la persona, sino que una concesión dada
por Dios para llevar la salvación a otros. Dijimos no necesaria a la salvación, debido
a este fenómeno ocurre también entre las religiones paganas, y aún en el mundo
antiguo del Antiguo Testamento.
Pero si los dones son concedidos por Dios para edificación de la iglesia (I Cor.14:12
y 26), El puede conceder privilegio de hablar lenguas para testificar a Su favor,
desde que esto se haga necesario, pero en ningún lugar la Biblia enseña que toda
persona bautizada con el Espíritu Santo tendría necesariamente que hablar lenguas
extrañas. Si esto es verdad, ¿ por que los pentecostales declaran de manera
enfática que los cristianos que reciben el Espíritu Santo precisan hablar lenguas?
Dicen ellos:
“Un cristiano que no fue bautizado con el Espíritu Santo, (teniendo como prueba de
eso el hablar lenguas), es débil espiritual, comparado con aquello que podría ser,
caso fuese bautizado con el Espíritu Santo, de acuerdo con Hechos 2:4.”
Los Hechos narran cómo ese día los Apóstoles, reunidos con otras personas en
Jerusalén, “quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar otras
18
«” Hablar en lenguas” es nada menos que tener las facultades parlantes tan
completamente bajo el control del Espíritu Santo que una persona pueda articular
un lenguaje desconocido para él mismo. Las palabras no son elegidas
conscientemente por quien habla, sino que más bien articula palabras directamente
dadas por Dios. Independientemente del lenguaje hablado, el hablar en lenguas
es una forma de profecía. La palabra “profecía” se usa más comúnmente en la
Escritura para cualquier mensaje hablado de parte de Dios. Ocasionalmente, como
en I Cor. 14, se usa en sentido más técnico. Se refiere a la comunicación de una
revelación divina en lenguaje que los oyentes entienden comúnmente. En ese
pasaje se distingue del “hablar en lenguas”. De todos modos, ambas son formas de
comunicación divina para el hombre.» (10)
Era hablar, en vez de estar silente (I Cor. 14:28), pero no siempre en un idioma
extranjero.
El día de Pentecostés los Apóstoles realmente hablaron los varios idiomas de los
que escuchaban, pero los gentiles que aún no habían sido bautizados en la casa de
Cornelius se pusieron a “hablar en lenguas y glorificar a Dios”(Hch. 10:46) y los
doce efesios recién bautizados hablando en lenguas y profetizando (Hch. 19:6) no
tenían razón para usar lenguas extrañas. De nuevo, en vez de la expresión
“hablando en lenguas” Pablo usa la frase hablar “en lengua” (1Cor. 14:2, 4, 13, 14,
27). El objeto del don no era transmitir ideas a los que escuchaban, sino hablarle a
Dios en oración (1 Cor. 14: 2, 4) un objetivo para el cual un idioma extranjero es
innecesario. Finalmente — y este argumento parece conclusivo — Pablos compara
19
Era una lengua articulada, ya que el que hablaba oraba, cantaba, y daba gracias (I
Cor.14:14-17).
El que hablaba estaba como en un trance — “si oro en lengua, mi espíritu [pneuma]
ora, pero mi mente [nous, mens] queda sin fruto” (I Cor. 14: 14).
El don de lenguas es inferior al de profecía: “el que profetiza, supera al que habla
en lenguas, a no ser que también interprete, para que la asamblea reciba
edificación” (I Cor 14:5).
Entre los Patriarcas es sententia communissima que el hablar en lenguas era hablar
lenguas extranjeras. Su interpretación está basada en la promesa en Marcos 16:17
“hablarán en lenguas nuevas”, y en su cumplimiento en el don de lenguas de los
apóstoles (he 2:4). Una nueva lengua, sin embargo, no es necesariamente una
lengua extranjera, y un don que tuvo uso especial el día de Pentecostés parece sin
propósito en asambleas de personas de un mismo idioma. Hay, además, objeciones
textuales a la opinión común, aunque, debemos admitir, no convencedoras [ver el
segundo punto arriba]. Muchas explicaciones de este oscuro carisma son ofrecidas,
pero ninguna de ellas está libre de objeción. Puede ser que haya algo de verdad en
todas ellas. San Pablo habla de “tipos de lenguas”, que puede implicar que la
glossolalia se manifestaba en muchas formas: por ejemplo, en la forma de lenguas
extranjeras cuando lo requerían las circunstancias, como con los Apóstoles; como
una nueva lengua — “un tipo de locución distintiva de la vida espiritual y
distinguida del habla común, la cual para los sentimientos exuberantes de la nueva
fe parecían inadecuada para la comunicación con Dios”( Wizsacker); o como la
manifestación de los gemidos inefables del Espíritu, pidiendo por nosotros, y
causándonos gritar “Abba, Padre” (Ro. 8:15,26). » (11)
Dennis & Rita Bennet, nos explican acerca del uso de los dones de expresión: «Los
dones de expresión —lenguas, interpretación y profecía— no están dados para que
nos sirvan como guías para nuestra vida, sino para ayudarnos a conocer a Dios en
profundidad y asistirnos en nuestra respuesta a él. Nos inducen a volvernos a Dios
y nos infunden un temor reverente del Señor.
Hay dos maneras de hablar en lenguas. La más común es la que se usa como un
lenguaje devocional para edificación propia, y no hace falta interpretación. (I Cor.
14:2.) Queremos referirnos, más bien, a la manifestación pública de hablar en
lenguas, es decir la que debe ser interpretada. A esto llamaremos el “don de
lenguas”. Cuando un cristiano bautizado en el Espíritu Santo siente la inspiración de
hablar en lenguas en voz alta y en presencia de otros, a lo cual sigue generalmente
la interpretación, estamos en presencia del don, de lenguas. (I Cor. 14:27-28;
12:10.) El don de lenguas es transmitido o dado a los oyentes, que son edificados
al escuchar la interpretación que sigue, hecha por quien tiene ese don (El don de
lenguas también puede aplicarse como oración o alabanza a Dios).
1. Por medio del don de lenguas y de interpretación, Dios puede hablar a los
incrédulos y/o a los creyentes.
Si bien Dios no habla en lenguas (cómo podría haber un lenguaje desconocido para
él’?) estimula al cristiano dócil a que lo haga, y de esa manera —mediante las
lenguas y la interpretación— habla a su pueblo hoy en día. Tanto el Antiguo como
el Nuevo Testamento dan testimonio conjunto de que Dios habla a su pueblo
mediante estos dones. Así dice Isaías:
¿De qué manera el don de lenguas puede ser una señal para el incrédulo?
Cuando el don de lenguas es un mensaje de Dios, que alcanza al incrédulo, sea por
su conocimiento del lenguaje (una traducción), sea por la inspirada interpretación
de un creyente, y en algunos casos sin contar con la interpretación o traducción,
Constituye una señal para el incrédulo de que Dios es real, vivo, y está preocupado
por él.
La mayoría de nosotros prefiere oír relatos del cielo que relatos de la tierra;
preferiríamos oír a Dios hablándonos, que oír al hombre hablar a Dios.
Sin embargo, leyendo las Escrituras, observamos que el dori de lenguas es utilizado
en reuniones públicas de oración y necesita interpretación para que los otros
creyentes puedan asentir. (I Cor. 14:13- 16.) De ahí se desprende que el don de
lenguas, complementado por la interpretación, puede también ser una oración,
acción de gracias o alabanza a Dios, lo cual estimula a la congregación. El don de
lenguas en tanto sea oración o alabanza, puede ser un lenguaje conocido por los
incrédulos, como ocurrió en el día de Pentecostés: “Les oímos hablar en nuestras
lenguas las maravillas de Dios.” Pablo también establece que alguno en la reunión
Puede cantar su alabanza a Dios utilizando el don de lenguas; también la
interpretación puede ser cantada, lo cual es de gran inspiración.
Es motivo de perplejidad para algunos, cuando unas pocas palabras en lenguas son
seguidas de una larga respuesta en el idioma vernáculo. Varias razones explican
este hecho. Pudiera ser que el lenguaje dado por el Espíritu Santo fuera más
conciso que el lenguaje más elaborado del intérprete. También pudiera ser que la
interpretación misma fuera seguida por palabras proféticas. Otra explicación más es
la de que al hablar en lenguas era en realidad una oración privada, y la presunta
interpretación era, en la realidad, una profecía.
Si bien es cierto, que todos los creyentes deberían hablar diariamente en lenguas
durante sus oraciones, no todos pueden ejercitar el don de lenguas en una reunión
pública. (I Cor. 12:30.) Sabremos que Dios nos está inspirando a manifestar el don
de lenguas cuando sentimos con toda claridad en lo más intimo de nuestro ser el
avivamiento o el testimonio del Espíritu Santo. Esto no significa que tengamos que
hacer nada impulsivamente. Debemos hablar al Señor tranquilamente y pedirle,
para el caso de que él quiera utilizarnos de esta manera, que nos brinde la
oportunidad, durante el servicio, de oficiar en el ministerio. Nunca debemos
interrumpir cuando otra persona esté hablando. Tal como lo dice David duPlessis,
“iEl Espíritu Santo es un caballero!” Debemos preguntarle al Señor si éste es el don
particular que quiere para este grupo determinado.
impugnar la genuinidad del don. Evitará que oigan lo que Dios quiere decirles.
Hablemos con el máximo de preocupación por el bienestar de todos y en el amor de
Dios. Si creemos que Dios quiere que manifestemos el don de lenguas, debemos
estar preparados para orar también por el don de interpretación, para los casos en
que no hubiera otra persona presente suficientemente entregada para hacerlo. (I
Cor. 14:13.)
Luego ellos citan a Kevin y Dorothy Ranaghan, autores del libro Pentecostales
católicos pp.150-152), quienes definen el don de lenguas:
“El hablar en Lenguas es una forma de orar que, según creemos nosotros, debe ser
una ocurrencia diaria de la vida del cristiano verdadero que está lleno delEspíritu.
Sin embargo, a primera vista este don parece tan fuera de lo común, tan
extraordinario, que la simple mención de él evoca inquietud, curiosidad,
escepticismo, y hasta hostilidad abierta… es uno de los dones del hablar, una
expresión del Espíritu por medio del hombre, con una diferencia mayor. Los otros
dones del hablar, usan el idioma de la persona que habla, mientras que en este don
el sujeto no conoce el idioma en que habla. Tanto la forma como el contenido, son
dones del Espíritu. El don de lenguas se usa solamente para oración y alabanza.
Con el don de interpretación puede convencer al incrédulo y fortificar, consolar,
enseñar o conmover la comunidad de fe. La interpretación de lenguas es un don
complementario que se puede esperar en la comunidad. Sin éste, el don de lenguas
tiene que limitarse al uso privado devocional. El don de interpretación no es una
traducción de un idioma extranjero. La traducción, con la comprensión literal de las
palabras habladas ha ocurrido en nuestros grupos; pero esto no es el don de
interpretación… Al usar el don de interpretación dado por el Espíritu, el idioma
queda tan extraño al que interpreta como al que habla. Sin embargo, el que
interpreta entiende el sentido y el impacto del mensaje. No es una traducción o
comprensión palabra por palabra; varía más bien de una idea vaga de lo que el
Señor quiere decimos, a una comprensión total, dependiente de nuestro estado de
corazón ante el Señor. La receptividad al ejercicio de este don tiene un crecimiento
progresivo. Tenemos que aprender cómo actuar en fe, y hablar las primeras
palabras débiles que vienen a nosotros. Dios proveerá lo demás.” En el siguiente
capítulo del mismo libro, se hace una observación interesante sobre el don de
24
«El hablar en lenguas es algo tan común en los cultos pentecostales de América
Latina que algunos quizá se pregunten por qué lo tratamos aquí como un asunto
por separad La mayor parte del hablar en lenguas se produce durante la oración,;
de manera que hubiera sido más natural incluirlo bajo la oración; pero, puesto que
este libro se escribe tanto para los pentecostales como para los que no lo son, es
necesario que digamos un par de cosas al respecto.
Cierta vez me hallaba orando en una reunión. Creía muy poco en el hablar en
lenguas y tenía muchas dudas al respecto. Sin embargo, el 20 de mayo de 1967,
durante un culto de oración en la iglesia, mientras oraba con fervor, sentí de
repente como si alguien me hubiera puesto delante un poderoso reflector que me
quemaba. Quería hablar en español, pero no podía. No podía ver otra cosa que
llamas de fuego a mi alrededor, y tenía la sensación de estar ardiendo. Luego
comencé a hablar en lenguas. Estaba consciente, pero en éxtasis.
Sin embargo, hay otros que sostienen que el hablar en lenguas podría ser
apropiado en la actualidad; pero que los pentecostales latinoamericanos abusan de
ello como lo hicieron los corintios, por lo que se les debe reprender y corregir. El
determinar si realmente abusan de ese don es un asunto de juicio personal. Creo
que, en su mayor parte, no lo hacen. Según lo entiendo, el problema que se
expone en I Cor. 12:14 consistía en que los corintios dividían a los creyentes en
categorías de primera y segunda clase, según si tenían el don de lenguas o no.
El error de los corintios era que tenían la tendencia a considerar las lenguas como
el don espiritual de mayor importancia, un error que no he observado
personalmente entre los pentecostales latinoamericanos; aunque es evidente que la
tentación de caer en ese error está latente, y pudieran citarse varios casos para
demostrar que algunos de ellos cayeron en extremos. Cuando esto ha ocurrido,
alguien debe exhortar y reprender a estos hermanos, pero en el Espíritu.
Notas:
1 Editor General: Hayford, Jack; Autor: Snider, Joseph, Poder del Reino: Recibamos
el poder de la promesa [Un estudio de Hechos], (Nashville, TN: Editorial Caribe)
1996
2 Documento electrónico titulado “La Glosolalia”, de Martín Gardner, del portal arp-
sac.org, sociedad para el avance del pensamiento crítico, http://www.arp-
sapc.org/publicaciones/lar20.html
3 Ibíd.
6 Artículo titulado “Don de Lenguas”, del sacerdote católico Padre Jordi Rivero, del
portal de la fe católica
corazones.org,http://www.corazones.org/espiritualidad/espiritualidad/lenguas.htm
7 Documento electrónico titulado “La Glosolalia”, de Martín Gardner, del portal arp-
sac.org, sociedad para el avance del pensamiento crítico, http://www.arp-
sapc.org/publicaciones/lar20.html
10 Señales de los apóstoles, Págs. 35-36, Walter J. Chantry, edit. The Banner Of
Truth Trust
12 El Espíritu Santo y Tu, Dennis & Ritta Bennet, Págs. , Edit. Vida, 2ª reimpresión
1988.
Paulo Arieu
“Seguid el amor; y anhelad los dones espirituales, pero sobre todo, que profeticéis.
Porque el que habla en una lengua no habla a los hombres sino a Dios; porque
nadie le entiende, pues en espíritu habla misterios. En cambio, el que profetiza
habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en
una lengua se edifica a sí mismo, mientras que el que profetiza edifica a la iglesia.
Así que, yo quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más, que
profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no
ser que las interprete, para que la iglesia reciba edificación” (14.1-5)
1. Para comenzar hagamos una delicada diferencia entre el don y quien lo recibe.
Desde el mismo comienzo el apóstol revela que la actitud que algunos hermanos
tenían para los que no hablaban en lenguas era falta de amor porque se creían
“mayores”, no “mejores” (v.5) que los que profetizaban. Para Pablo un don es
mejor que otro (por así decirlo) pero no un hermano mejor que otro, hay hermanos
más útiles pero no mejores en sí mismos, que son mejores instrumentos de servicio
a Dios pero no mejores personas, necesariamente. Es más grande cuando sirve a
mayor número de hermanos.
2. Nota en segundo lugar que los dones no se procuran como traduce la versión
Reina Valera de 1960; la palabra correcta es “desear, anhelar”, no procurar,
buscar. El apóstol no está exhortándolos a que busquen los dones que son
mayores, como si quisiera que los que profetizan hablen en lenguas, y menos aun a
que los copien o imiten los de otros, etc., no, sino que se halla comparando un don
con el otro porque ellos se encontraban errado en la apreciación de los mismos. Les
parecía fantástico hablar en lenguas, no balbuceos desconocidos, sino idiomas
reales y esto a ellos mayormente los enorgullecía delante de sus hermanos. Un don
es un regalo de Dios, algo que el Espíritu reparte “como él quiere”; y como máximo
lo uno que podemos hacer es desear tenerlo y pedirlo al Señor. Más no.
La interpretación de las mismas según se mira en 14.5,22, fue una solución divina
que habla por sí misma de la imperfección del don en caso de uso permanente.
28
4. Vamos a concluir con un pequeño análisis del beneficio y deficiencia del don de
lenguas. Hay un problema con ellas, que si no hay interpretación de las mismas, la
congregación no recibe beneficio alguno. Delante de los hermanos las lenguas
tienen un uso práctico, la edificación de la iglesia (v.5). Era muy delicada la
situación porque si los cultos se tienen cada día y no hay edificación espiritual los
hermanos no crecen, no se fortalecen y después de un tiempo la congregación
puede resultar seriamente dañada.
La iglesia es edificada por medio del entendimiento; ¿edifican las lenguas? ¿Cómo
puede alguien edificarse espiritualmente hablando en un idioma que él mismo no
entiende sino otros? A mí me parece que cuando el apóstol dice que el que habla en
lengua a sí mismo se edifica (v. 4) lo dice a modo de concesión, para no discutir el
punto con los que alegaban el bien espiritual que les hacía hablar en lenguas. Tiene
que haberlo dicho con ese propósito porque para Pablo el uso de la mente es un
factor importante en la salvación, la alabanza y la oración (14.13-15). El en v. 13
se ve bien que si alguien no entiende lo que él mismo está diciendo, no se está
edificando nada. Es imposible cuando el entendimiento queda sin fruto (v. 14) haya
resultado alguna bendición espiritual. Si la práctica de hablar en lenguas ocupa
mucho tiempo de la vida cristiana, ésta puede secarse y morir por inanición. Para
que algo haga bien tiene que entenderse, lo que no pasa por la mente no llega al
corazón; la edificación cristiana tiene que ser fuertemente intelectual. No es posible
adorar a Dios si no se hace en el espíritu de alguna verdad suya. El conocimiento
de una verdad implica una revelación del Señor y eso conlleva la transmisión de
una gracia suya, una transfiguración de él y una transformación nuestra. La mejor
forma de edificación es la profecía. El que profetiza, esto es, el que enseña, el que
predica, el maestro y predicador, es el medio más edificante que posee la iglesia (2
Ti 1.11). Si la iglesia se aparta de este ministerio, aunque use otros, se seca y se
muere. El Espíritu Santo se comunica con la iglesia mediante la profecía no
mediante las lenguas.
una lengua, mi espíritu ora; pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué pues?
Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento. Cantaré con el
espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. Pues de otro modo, si das
gracias con el espíritu, ¿cómo dirá “amén” a tu acción de gracias el que ocupa el
lugar de indocto, ya que no sabe lo que estás diciendo? Porque tú, a la verdad,
expresas bien la acción de gracias, pero el otro no es edificado. Doy gracias a Dios
que hablo en lenguas más que todos vosotros. Sin embargo, en la iglesia prefiero
hablar cinco palabras con mi sentido, para que enseñe también a los demás, que
diez mil palabras en una lengua. Hermanos, no seáis niños en el entendimiento;
más bien, sed bebés en la malicia, pero hombres maduros en el entendimiento. En
la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo, y ni
aun así me harán caso, dice el Señor. Así resulta que las lenguas son señal, no para
los creyentes, sino para los no creyentes; en cambio, la profecía no es para los no
creyentes, sino para los creyentes. De manera que, si toda la iglesia se reúne en un
lugar y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o no creyentes, ¿no dirán que
estáis locos? Pero si todos profetizan, y entra algún no creyente o indocto, por
todos será convencido, por todos será examinado, y lo oculto de su corazón será
revelado. Y de esta manera, postrándose sobre su rostro, adorará a Dios y
declarará: “¡De veras, Dios está entre vosotros!” (14.6-25).
1. No voy a repetir algunas cosas que ya hemos hablado varias veces, sino aquello
que con respecto a las lenguas me parece nuevo. Primero, el don de lenguas en
este capítulo es el mismo que el mostrado en el libro de Los Hechos de los
Apóstoles (vv. 6, 10, 11), “si yo voy a vosotros hablando en lenguas…tantas clases
de idiomas hay…”. El apóstol está pensando en idiomas, no en otra clase de sonidos
sin la estructura de una lengua hablada por los hombres. Este concepto es capital
para aceptar o rechazar cualquier pretensión de tener este don; se debe aceptar
sólo eso, lenguas habladas y sobre todo, por el objetivo de ser una señal para los
incrédulos, tiene que ser actual, no una lengua muerta ni otra que vaya a hablarse
en mil años. Dentro de la iglesia casi no se necesita el don porque la mayoría habla
una misma lengua.
2. Presencia y frecuencia del don de lenguas. Es interesante lo que dice el Dr. John
Gill sobre el v. 18, “El apóstol le dice eso para que no piensen que menosprecia el
don de lenguas: ni quiere humillarlos o persuadirlos a que no lo tengan, o mostrarle
envidia como si no lo poseyera también, porque tiene este don en una forma muy
eminente, y algunas veces lo usaba cuando las circunstancias lo demandaban,
podía hablar más lenguas que cualquiera de ellos y con más frecuencia. Y esto por
la ocasión que tenía para viajar mucho en otros países donde desconocía la lengua
y tenía que predicarles el evangelio; de esto hace mención no para enorgullecerse
sino para darle gracias a Dios y reconocer que él es el autor de este don”.
El Dr. Gill da a entender que las lenguas son idiomas extranjeros usados en la
predicación del Evangelio, que Dios le había permitido predicar en muchas lenguas
desconocidas para él y ganar almas; que la aparición de ellas está a discreción
divina, apareciendo en el momento que no lo esperaba, por eso dice “con más
frecuencia”. El don no era algo controlado por la persona que lo tenía como si
pudiera decir “ahora hablaré a esta persona en tal idioma; le hablaré en su propia
lengua natal”, abrir los labios y empezar a predicarle. No, al contrario, “al abrir su
boca” le era dado el mensaje y el idioma. El Espíritu lo impulsaba a hablar, abría
sus labios y mensaje e idioma brotaban juntos; él no menciona que tuviera el don
de interpretación, pero es posible que orara para poder entender el mensaje que
les había dicho. Podía saber en cuántos idiomas había predicado el mensaje de
salvación, por eso dice que hablaba más que todos ellos y con más frecuencia.
Si lees en el v. 21, “en otras lenguas y con otros labios…” hallas que el apóstol usa
un texto de Isa, 28.11,12, donde Dios le promete a su pueblo que oirán el idioma
de los asirios, de los bárbaros. Exactamente no hay ninguna referencia a una
capacidad sobrenatural para hablar idiomas extranjeros, pero el apóstol cree que sí,
30
Exposición 64
“¿Qué significa esto, hermanos? Que cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene
un salmo o una enseñanza o una revelación o una lengua o una interpretación.
Todo se haga para la edificación. Si es que alguien habla en una lengua, hablen dos
o a lo más tres, y por turno; y uno interprete. Y si acaso no hay intérprete, que
guarde silencio en la iglesia y hable a sí mismo y a Dios. Igualmente, los profetas
hablen dos o tres, y los demás disciernan. Si algo es revelado a alguno que está
sentado, que calle el primero. Porque todos podéis profetizar uno por uno, para que
todos aprendan y todos sean exhortados. Además, los espíritus de los profetas
están sujetos a los profetas; porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz.
Como en todas las iglesias de los santos, las mujeres guarden silencio en las
congregaciones; porque no se les permite hablar, sino que estén sujetas, como
también lo dice la ley. Si quieren aprender acerca de alguna cosa, pregunten en
casa a sus propios maridos; porque a la mujer le es impropio hablar en la
congregación. ¿Salió de vosotros la palabra de Dios? ¿O llegó a vosotros solos? Si
alguien cree ser profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo es
mandamiento. Pero si alguien lo ignora, él será ignorado. Así que, hermanos míos,
31
Desde el v. 26 hasta el final del capítulo el énfasis recae en una palabra, orden;
esta palabra la puedes buscar en el último versículo, 40; y el propósito de ella tiene
otra palabra significativa, sujeción y la hallarás en el v. 34. Con estas dos palabras
en mente podemos partir para comentar el texto. La intención del apóstol es que
haya orden en la iglesia, porque todo su pensamiento se desarrolla en relación con
la reunión o lo que llamamos culto.
1. Amado, si miras bien notarás que el apóstol quiere que el culto sea ordenado, los
hermanos que hablan en lenguas tienen que someterse a un orden y pueden hablar
con una condición, que haya un intérprete que traduzca el mensaje divino, si no
hay quien interprete sus lenguas tienen que suspender su ejercicio en los cultos y
convertir el don en una práctica privada (v. 28). De esto se desprende que el don
no es imprescindible en el culto, que bien puede obviarse sin que se lastime o dañe,
y que su provecho bien lo substituye el don de profecía que sirve para enseñar,
aprender y exhortar (v. 31). Es una clara indicación de su temporalidad. El fin del
culto es la edificación (v. 26).
Existe también una regulación, no puede ponerse en pie quien lo quiera y comenzar
a hablar en lenguas sino que a lo sumo pueden hacerlo tres y por turno (v. 29),
para que no haya confusión (v. 33) ni los que entren al culto piensen que están
locos (v. 23), o que vuelven locos a los que no pueden soportar tantas personas
hablando a la vez. Los profetas también deben seguir las mismas reglas pero tiene
el don un propósito de permanencia mucho mayor que las lenguas por su
naturaleza misma. El culto de hoy está más simplificado que aquellos aunque
básicamente contiene su substancia, la alabanza y la exposición de la palabra de
Dios. Un anciano o pastor es quien trae el mensaje del Señor y los demás oyen; la
congregación canta himnos y ora con el mismo procedimiento ordenado que exigió
Pablo y con su mismo propósito para la edificación. El culto no es una fiesta, su
propósito no es el regocijo sino edificarse los unos a los otros, exhortarse los unos a
los otros. Un culto así, ordenado, tiene que ser reverente y no necesariamente
muerto. La actividad humana, hermano, no debe ser confundida con la presencia
del Espíritu; hay tanta vida en la contemplación espiritual, la oración en silencio,
como en la alabanza y la plegaria pública. Si un culto ha de estar realmente vivo
debe ser lleno con la palabra del Señor y con la oración; y como un resultado de
vida en el alma, la alabanza con gracia (Col 3.16,17).
Si tú lees los requisitos para elegir a los ancianos no hay ninguno que diga que
reciba la palabra por revelación. Los ancianos ya la conocían. Su trabajo era
enseñar, exhortar, con la palabra de Dios (1 Ti 5.17). Una mujer en una posición
así de eminencia reta la orientación de la palabra de Dios. Aunque el contexto social
hoy ha cambiado desde que Pablo escribió esto, la designación de un anciano es
para entregarle el gobierno de la iglesia y la instrucción de la palabra del Señor. Se
32
recurre a las hijas de Felipe que eran profetizas para alegar a favor de la posición
pastoral ocupada por una mujer (Hch 21.9); pero hasta donde veo no dice que
profetizaban en la iglesia sino que recibían mensajes divinos en el hogar, eran
como siete Nuevos Testamentos allí, o siete libros del canon sagrado. Aunque ahora
seamos más flexibles en el uso de la mujer en la iglesia por las razones obvias de
cambios históricos y culturales, no se le entrega el púlpito por cuestión del principio
de autoridad que a él se halla asociado. No es tener a las hermanas en menos, ni
discriminarlas sino situarlas en su lugar. Son amadas mucho por sus esposos y
hermanos en la fe para menospreciarlas, pero tampoco más que la palabra del
Señor para permitirles que sean alzadas por la fuerza a una indecorosa posición
exigida por el movimiento feminista moderno.
Debemos aceptar con gratitud todos los dones de Dios y usarlos bien. San Pablo
dice: Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros
(I Cor. 14:18)
Habiendo clarificado gratitud por el don de lenguas que el mismo posee, San Pablo
escribe en el próximo versículo: “pero en la asamblea, prefiero decir cinco
palabras con mi mente, para instruir a los demás, que 10.000 en lengua”.
(I Cor. 14:19)
En las reuniones de cristianos todo don tiene su lugar en el orden que debe existir.
San Pablo escribió: “Así pues, las lenguas sirven de señal no para los
creyentes, sino para los infieles; en cambio la profecía, no para los infieles,
sino para los creyentes.” (I Cor. 14:22)
33
San Pablo no está sugiriendo que no se use el don entre creyentes. Solamente dice
que no se tenga entre ellos como señal. Y es que algunos enseñan falsamente que
el don de lenguas es señal de elección o de santidad o asumen que si no hay
oración en lenguas no está actuando el Espíritu Santo. Estos errores se deben
condenar. San Pablo exhorta a la madurez, a valerse con gratitud de todos los
dones pero no fascinarse con los dones más visibles, sino reconocer el lugar de
cada uno. El de lenguas es inferior a los demás dones y virtudes.» (1)
«La palabra don de lenguas viene de la unión de dos palabras: glosa que quiere
decir lengua y de la palabra LALIA que es el acto de hablar (del verbo laléo de la
lengua griega), que, juntando las dos palabras, leemos: “glosolalia”, Por lo tanto,
Glosolalia es el don de hablar lenguas.
Podemos decir así: El don de lenguas es la posibilidad que el Espíritu Santo concede
al creyente para hablar un idioma totalmente desconocido para el. Ese don consistía
de poderes milagrosos conferidos a los apóstoles para predicar el Evangelio a todas
las naciones en sus respectivas lenguas. Por eso, es bueno que se sepa que este
don no es necesario para la salvación de la persona, sino que una concesión dada
por Dios para llevar la salvación a otros. Dijimos no necesaria a la salvación, debido
a este fenómeno ocurre también entre las religiones paganas, y aún en el mundo
antiguo del Antiguo Testamento.
“Es un dogma de fe, entre las iglesias pentecostales, que el bautismo en el Espíritu
Santo siempre viene acompañado de las lenguas. La constitución de una de esas
Asambleas, afirma: “El bautismo en el Espíritu Santo es testimoniado por la señal
física inicial de hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo de Dios les
conceda.”» (3)
Enrique Coperías escribe que: «El don de lenguas o glosolalia (de las voces
griegas glossa, “lengua”, ylalein, “hablar”) es en su origen un término religioso que
aparece mencionado en el Nuevo Testamento y que hace referencia al don que
otorgó el Espíritu Santo a los apóstoles -y éstos a terceros mediante la imposición
34
Los Hechos narran cómo ese día los Apóstoles, reunidos con otras personas en
Jerusalén, “quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar otras
lenguas”(Hch. 2:4). Se trata de verdaderos idiomas hablados en determinados
países, diferentes de aquellos que habitualmente hablaban los seguidores de Jesús,
pues los oyentes les oyen hablar sus propias lenguas y se admiran del hecho de
oírlas en labios de galileos (“¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno
en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los
que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en
Asia,Hch. 2:8-9). Este poliglotismo milagroso se repite en la Iglesia primitiva, así
como en otras religiones del mundo grecorromano.
«” Hablar en lenguas” es nada menos que tener las facultades parlantes tan
completamente bajo el control del Espíritu Santo que una persona pueda articular
un lenguaje desconocido para él mismo. Las palabras no son elegidas
conscientemente por quien habla, sino que más bien articula palabras directamente
dadas por Dios. Independientemente del lenguaje hablado, el hablar en lenguas es
una forma de profecía. La palabra “profecía” se usa más comúnmente en la
Escritura para cualquier mensaje hablado de parte de Dios. Ocasionalmente, como
en I Cor. 14, se usa en sentido más técnico. Se refiere a la comunicación de una
revelación divina en lenguaje que los oyentes entienden comúnmente. En ese
pasaje se distingue del “hablar en lenguas”. De todos modos, ambas son formas de
comunicación divina para el hombre.» (6)
Era hablar, en vez de estar silente (I Cor. 14:28), pero no siempre en un idioma
extranjero.
35
El día de Pentecostés los Apóstoles realmente hablaron los varios idiomas de los
que escuchaban, pero los gentiles que aún no habían sido bautizados en la casa de
Cornelius se pusieron a “hablar en lenguas y glorificar a Dios”(Hch. 10:46) y
los doce efesios recién bautizados hablando en lenguas y profetizando (Hch. 19:6)
no tenían razón para usar lenguas extrañas. De nuevo, en vez de la expresión
“hablando en lenguas” Pablo usa la frase hablar “en lengua” (1 Cor. 14:2, 4,
13, 14, 27). El objeto del don no era transmitir ideas a los que escuchaban, sino
hablarle a Dios en oración (1 Cor. 14: 2, 4) un objetivo para el cual un idioma
extranjero es innecesario. Finalmente — y este argumento parece conclusivo —
Pablos compara la glossolalia, por su efecto, a hablar en un idioma desconocido;
por lo tanto, no es ella misma un idioma desconocido. (I Cor.14:11).
Era una lengua articulada, ya que el que hablaba oraba, cantaba, y daba gracias
(“Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi
entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero
oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré
también con el entendimiento. Porque si bendices sólo con el espíritu, el
que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de
gracias? pues no sabe lo que has dicho. Porque tú, a la verdad, bien das
gracias; pero el otro no es edificado.” (I Cor.14:14-17).
Entre los Patriarcas es sententia communissima que el hablar en lenguas era hablar
lenguas extranjeras. Su interpretación está basada en la promesa en Marcos
16:17 “hablarán en lenguas nuevas”, y en su cumplimiento en el don de
lenguas de los apóstoles (Hch. 2:4). Una nueva lengua, sin embargo, no es
necesariamente una lengua extranjera, y un don que tuvo uso especial el día de
Pentecostés parece sin propósito en asambleas de personas de un mismo idioma.
Hay, además, objeciones textuales a la opinión común, aunque, debemos admitir,
no convencedoras. Muchas explicaciones de este oscuro carisma son ofrecidas, pero
ninguna de ellas está libre de objeción. Puede ser que haya algo de verdad en todas
ellas. San Pablo habla de “tipos de lenguas”, que puede implicar que la glossolalia
se manifestaba en muchas formas: por ejemplo, en la forma de lenguas extranjeras
cuando lo requerían las circunstancias, como con los Apóstoles; como una nueva
lengua — “un tipo de locución distintiva de la vida espiritual y distinguida del habla
36
“El hablar en Lenguas es una forma de orar que, según creemos nosotros, debe ser
una ocurrencia diaria de la vida del cristiano verdadero que está lleno del Espíritu.
Sin embargo, a primera vista este don parece tan fuera de lo común, tan
extraordinario, que la simple mención de él evoca inquietud, curiosidad,
escepticismo, y hasta hostilidad abierta… es uno de los dones del hablar, una
expresión del Espíritu por medio del hombre, con una diferencia mayor. Los otros
dones del hablar, usan el idioma de la persona que habla, mientras que en este don
el sujeto no conoce el idioma en que habla. Tanto la forma como el contenido, son
dones del Espíritu. El don de lenguas se usa solamente para oración y alabanza.
Con el don de interpretación puede convencer al incrédulo y fortificar, consolar,
enseñar o conmover la comunidad de fe. La interpretación de lenguas es un don
complementario que se puede esperar en la comunidad. Sin éste, el don de lenguas
tiene que limitarse al uso privado devocional. El don de interpretación no es una
traducción de un idioma extranjero. La traducción, con la comprensión literal de las
palabras habladas ha ocurrido en nuestros grupos; pero esto no es el don de
interpretación… Al usar el don de interpretación dado por el Espíritu, el idioma
queda tan extraño al que interpreta como al que habla. Sin embargo, el que
interpreta entiende el sentido y el impacto del mensaje. No es una traducción o
comprensión palabra por palabra; varía más bien de una idea vaga de lo que el
Señor quiere decimos, a una comprensión total, dependiente de nuestro estado de
corazón ante el Señor. La receptividad al ejercicio de este don tiene un crecimiento
progresivo.”
En el siguiente capítulo del mismo libro, se hace una observación interesante sobre
el don de lenguas:
que el Espíritu reparte los dones como Él quiere (I Cor 12.11). Es más, niega que
todos deban hablar en lenguas (I Cor 12.30). En ninguna parte se nos dice que
todo creyente debiera tener el don de lenguas u otro carisma.
Una lectura cuidadosa de Ro. 12.3-8 y 1 Cor. 12.14-26, excluye el orgullo espiritual
de aquellos más dotados en ese aspecto. Es justo reconocer que esta soberbia
espiritual, y las consecuentes divisiones, no son patrimonio exclusivo de los
pentecostales y carismáticos. Muchos “antipentecostales” o “anticarismáticos”
miran con desprecio a los hermanos pertenecientes a estos movimientos, y los
consideran como inferiores en lo intelectual.” »(8)
«El hablar en lenguas es algo tan común en los cultos pentecostales de América
Latina que algunos quizá se pregunten por qué lo tratamos aquí como un asunto
por separado. La mayor parte del hablar en lenguas se produce durante la oración;
de manera que hubiera sido más natural incluirlo bajo la oración; pero, puesto que
este libro se escribe tanto para los pentecostales como para los que no lo son, es
necesario que digamos un par de cosas al respecto.
Cierta vez me hallaba orando en una reunión. Creía muy poco en el hablar en
lenguas y tenía muchas dudas al respecto. Sin embargo, el 20 de mayo de 1967,
durante un culto de oración en la iglesia, mientras oraba con fervor, sentí de
repente como si alguien me hubiera puesto delante un poderoso reflector que me
quemaba. Quería hablar en español, pero no podía. No podía ver otra cosa que
llamas de fuego a mi alrededor, y tenía la sensación de estar ardiendo. Luego
comencé a hablar en lenguas. Estaba consciente, pero en éxtasis.
38
Sin embargo, hay otros que sostienen que el hablar en lenguas podría ser
apropiado en la actualidad; pero que los pentecostales latinoamericanos abusan de
ello como lo hicieron los corintios, por lo que se les debe reprender y corregir. El
determinar si realmente abusan de ese don es un asunto de juicio personal. Creo
que, en su mayor parte, no lo hacen. Según lo entiendo, el problema que se
expone en I Cor. 12:14 consistía en que los corintios dividían a los creyentes en
categorías de primera y segunda clase, según si tenían el don de lenguas o no.
El error de los corintios era que tenían la tendencia a considerar las lenguas como
el don espiritual de mayor importancia, un error que no he observado
personalmente entre los pentecostales latinoamericanos; aunque es evidente que la
tentación de caer en ese error está latente, y pudieran citarse varios casos para
demostrar que algunos de ellos cayeron en extremos. Cuando esto ha ocurrido,
alguien debe exhortar y reprender a estos hermanos, pero en el Espíritu.
Conclución:
(10)
Pablo Alberto Deiros define este don de la siguiente manera:
Notas:
3. Ibid
6 Walter J. Chantry, Señales de los apóstoles, Págs. 35-36, edit. The Banner Of
Truth Trust
10. Pablo Alberto Deiros, Los dones del Espíritu Santo, p.174, Iglesia Evangélica
Bautista del Centro, Bs.As. R.Argentina,1995
Hola:
Dios te bendiga. Gracias por interesarte en este estudio. Deseo sinceramente que lo
halles de utilidad y de bendición para tu vida espiritual y que puedas hallar las
respuestas que estás buscando.
Paulo Arieu
——————
Siga la serie:
Las palabras están ahí, para explicar el significado de las cosas, de manera que el
que las escucha, entienda dicho significado.” — Aldous Huxley (novelista inglés)
Datos Históricos:
De la lectura del libro “En los Postreros días”, considero las siguientes conclusiones
extraídas: «La Iglesia del Nuevo Testamento había sido verdaderamente una
Iglesia carismática, según lo confirmaba el libro de los Hechos de los Apóstoles.
También era claro que la Iglesia primitiva retuvo sus dones originales y su poder
pentecostal en el largo período de lucha y de persecución antes del triunfo del
cristianismo en Occidente bajo Constantino. Sin embargo, después de lograr
aceptación y poder, la Iglesia comenzó a experimentar cada vez menos el poder
milagroso de la Iglesia primitiva, y se volvió más y más ritualista, adoptando
expresiones sacramentales de la fe.
“En el comienzo de la Iglesia el Espíritu Santo cayó sobre los creyentes, y ellos
hablaron en lenguas que no habían aprendido, según el Espíritu les facultó para
hacerlo. Era una señal apropiada para la época: todas las lenguas del mundo eran
una significación adecuada del Espíritu Santo, por cuanto el evangelio de Dios
habría de ser difundido por medio de toda lengua en todas partes del mundo. La
señal fue dada y luego dejó de ser. Nosotros ya no esperamos que aquellos sobre
los cuales se imponen las manos reciban el Espíritu Santo con el’ acompañamiento
del hablar en lenguas. Cuando nosotros retiramos nuestras manos de sobre estos
“infantes”, los miembros recién nacidos de la Iglesia, ninguno de ustedes (pienso
yo) miró para ver si hablarían en lenguas, o viendo que esto no ocurría, tuvo la
perversidad de decir que no habían recibido el Espíritu Santo, pues si lo hubieran
recibido, hubieran hablado en lenguas como ocurrió en el principio.”
Del mismo modo para todos los otros dones extraordinarios del Espíritu, la teoría
de la “cesación” de Agustín fue de una gran influencia sobre las generaciones de
teólogos subsiguientes: “Algunos preguntan: ¿Por qué no ocurren los milagros en la
actualidad, tal como ocurrió en los tiempos antiguos? Yo podría responder que
éstos eran necesarios entonces, antes de que el mundo llegara a creer, con el fin de
ganar la creencia del mundo.”La reacción contra el montanismo, que condujo a la
creencia de que los carismas habían concluido con la era apostólica ha seguido
hasta los tiempos modernos. Aun cuando la Iglesia Católica Romana dejó la puerta
abierta a los milagros en la vida de ciertos santos (de algunos de los cuales se dice
que habían hablado en lenguas y que habían realizado algunos milagros de
sanidad), la Iglesia manifestaba una tendencia cada vez mayor a enseñar que los
milagros de la era apostólica concluyeron con la Iglesia primitiva. Con la
institucionalización de la Iglesia, los carismas menos espectaculares de gobierno,
41
Fue Juan Crisóstomo en el siglo cuarto el que presentó la expresión clásica del
punto de vista de que los carismas habían cesado, en sus hornillas sobre 1 Corintios
12. Confesando su ignorancia sobre el asunto, escribió:
“Todo este pasaje es muy oscuro: pero la oscuridad es producida por nuestra
ignorancia de los hechos a los cuales se hace referencia y por la cesación de estos,
siendo así que entonces solían ocurrir pero ahora ya no ocurren más. ¿Y por qué
razón no ocurren ahora? Porque, miren ahora, también la causa de la oscuridad ha
suscitado en nosotros otra interrogante, y es esta: ¿Por qué ocurrieron entonces y
ahora ya no ocurren más?.. . Pues, ¿qué era lo que ocurría entonces? Todo el que
era bautizado hablaba de inmediato en lenguas, y no solamente en lenguas, sino
que muchos profetizaban, y algunos realizaban muchos milagros… pero lo que más
abundaba entre ellos era el don de lenguas.”
Este movimiento viene dividiendo todas las iglesias, aún las tradicionales que
resultan en la formación de nuevas denominaciones a cada día. Este movimiento
llegó al Brasil en 1.911, en la ciudad de Belém do Pará, por dos pastores suecos:
Daniel Berg y Gunnar Vingren, ambos de la Iglesia Bautista de Chicago, Estados
Unidos, los cuales, días después, fueron expulsos por el pastor bautista de Belém,
por no aceptar esta nueva doctrina.
Queremos destacar aquí que estos dos pastores trajeron para Brasil la doctrina del
don de lenguas, pero Gunnar Vingren, que era teólogo bautista, tuvo que estudiar
portugués, mientras Daniel trabajaba para el sustento de ambos.
pernambucano, de la Asambleas de Dios, cuyo nombre era nada mas nada menos
que el señor Manoel de Melo. Con tamaño entusiasmo, resolvió crear su propia
iglesia. Y así nació la iglesia “Brasil para Cristo.” (en Chile: “Chile para Cristo”).
En ese día, el Papa Pablo VI venció una barrera fortísima de los Cardenales, que
mucho habían hablado contra los ideales de Juan XXIII, que era la participación de
los católicos en el movimiento ECUMENICO. Y este sueño del Papa Juan XXIII fue
concretizado en el día 21 de noviembre de 1.964, cuando el Papa Pablo VI firmó el
decreto sobre el ecumenismo. Y en ese mismo día, hizo una declaración
proclamando “Maria la Madre de la iglesia, la madre de todos los fieles y de todos
los pastores”. El movimiento carismático está invalidando la ortodoxia católica,
mudando vertiginosamente las costumbres tradicionales de la iglesia. » (3)
función, en cuanto a don del ESPÍRITU, se recibe con el fin de compartirla y así
contribuir al desarrollo de la comunidad.
En tres lugares (I Cor 12.4–11, 28–30; Ef. 4.7–12 y Ro 12.3–8) Pablo aporta
listados de «dones» o «carismas» que por entonces deben haber sido comunes en
la experiencia de las primeras comunidades cristianas. De estos pasajes pueden
destacarse los siguientes aspectos centrales:
b) Dado que todos los dones, por más diversos entre sí que sean, proceden del
«mismo Espíritu» (I Cor 12.4; Ef. 4.4–6), la diversidad no destruye la unidad, sino
que la hace posible. La unidad se ve amenazada solo cuando una función, en tal
caso entendida como derecho y mérito propio, se trata de imponer sobre las
demás.
c) Todo miembro de la comunidad recibe un don (o dones) del Espíritu (I Cor 12.7;
Ro 12.3). No existen miembros que carezcan de dones. Por lo tanto, la distinción
entre miembros carismáticos y no carismáticos dentro de la comunidad cristiana es
superflua.
No hay ningún indicio en los textos de que el apóstol Pablo haya considerado estas
listas como exhaustivas, y por lo tanto normativas para las comunidades cristianas
en todo tiempo. La misma diferencia entre las listas confirma la impresión de que
Pablo tomó algunos ejemplos relevantes para las comunidades de su tiempo, con el
fin de explicar su enseñanza y mensaje. Por lo tanto, las listas deben entenderse
como abiertas: cada comunidad cristiana ha de estar dispuesta a recibir del Espíritu
nuevos dones necesarios para responder a los desafíos de su tiempo (Ro 12.2).
Tampoco se puede extraer de estas listas una distinción entre dones considerados
«ordinarios» (naturales) y dones considerados «extraordinarios» (sobrenaturales),
con el resultado de calificar los últimos más relevantes que los primeros o
viceversa. La distinción entre lo ordinario y lo extraordinario varía de una cultura a
otra, y por cierto nuestra manera moderna de hacer tal distinción era desconocida
en tiempos bíblicos. Al caer tal distinción, se hace también irrelevante el viejo
debate acerca de si los carismas son un don permanente para la comunidad
cristiana, o si se agotaron al fin de la era apostólica. Un talento tan «ordinario»
como la música o la enseñanza puede ser un carisma, en tanto se acepte
gozosamente como un don del Espíritu y se ponga al servicio de la vida y misión de
la iglesia. Una experiencia como hablar en lenguas o danzar, tan extraordinaria
para alguno, puede ser un carisma ordinario para comunicar el gozo indecible de la
presencia del Espíritu a una comunidad para cuya cultura las formulaciones
intelectuales de la fe carecen de poder comunicativo. Lo que es claro es que para
Pablo una iglesia sin diversidad de dones-carismas carece de las condiciones
necesarias para existir.
45
De todas maneras, para el apóstol Pablo, como también para Juan (I Jn 4.1),
todavía queda abierta la pregunta por el discernimiento de espíritus: no basta con
pretender que lo que uno hace lo hace en nombre del Espíritu Santo para que
realmente sea así. A la pregunta por el criterio o la norma de discernimiento, Pablo
responde con su hermoso himno a la preeminencia del amor (I Cor 13), aunque
también en este contexto podría citarse su listado de los frutos del Espíritu (Gál
5.22s). Al final, que un determinado talento o una función permanente o temporal
sea genuinamente un don o un carisma del Espíritu Santo se muestra al ejercitarlo
como un servicio de amor incondicional a la edificación de la iglesia, su unidad, y el
cumplimiento de su misión en el mundo.» (5)
(6)
Grafico de Dones espirituales en tres pasajes claves
Howard M.Ervin reflexiona que «tal vez al comprenderse la razón de ser de las
lenguas, se obviarían algunas de las trilladas objeciones que se les hacen. El habla
es una manifestación muy singular de la personalidad. No es extrínseca a la
humanidad; es más bien intrínseca en la personalidad humana. En realidad, es la
prueba de la personalidad. El perspicaz comentario de Eduard Thurneysen recalca
esto: “Sólo el hecho de que el hombre pueda hablar, y hable, lo hace hombre .. En
último análisis, el misterio del habla es idéntico al misterio de la personalidad, a la
imagen de Dios en el hombre.”Dios es una persona, y como tal se manifiesta
mediante el habla. Este es el atributo de toda revelación. Dios, que en el tiempo
antiguo habló por los profetas de Israel, “nos ha hablado por el Hijo”.2 En la
personalidad divina, la facultad de hablares un atributo fundamental. Siendo más
que una simple función, expresa la naturaleza esencial de la Deidad. Mediante la
palabra hablada creó Dios el mundo.3Juan el evangelista describió a Jesucristo
como el Verbo (o Palabra) encarnado, y este Verbo es Dios. El “habla» divina es el
secreto esencial del cosmos, porque por medio de ella se puso orden en el caos
primitivo. Y según el escritor de la epístola a los Hebreos, el Verbo encarnado
sostiene el universo, ya que “sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”.
La frase profética, “el Espíritu dijo”, es un reconocimiento de la personalidad del
Espíritu Santo. En Dios, el habla y la personalidad son inseparables.
Jesús prometió poder a sus discípulos cuando viniera sobre ellos el Espíritu Santo, y
la primen manifestación distintivamente personal del poder del Espíritu fue hablar
sobrenaturalmente en otras lenguas. Por eso el Espíritu Santo demostró su
46
soberanía sobre los órganos de la comunicación humana que tuvieran que ver con
el cumplimiento de la responsabilidad de los discípulos como testigos. Las lenguas
fueron la manifestación carismática singular de la presencia y el poder del Espíritu
divino el día de Pentecostés. Para cada manifestación carismática del Espíritu Santo
se puede hallar un paralelo antes de Pentecostés, a excepción de las lenguas. Ellas
fueron, y son, la señal normativa (y en esto estriba el escándalo que causan) del
poder pentecostal en la vida de los cristianos.
Una palabra más es necesario decir aquí para esclarecer la relación que hay entre
las lenguas que se hablaron en Pentecostés y las palabras que cita Pedro de la
profecía de Joel, donde la profecía es la cualidad distintiva del derramamiento del
Espíritu de Dios “sobre toda carne” ¿Fue simplemente una adaptación indefinida,
impuesta por conveniencia homilética, de las palabras del antiguo vidente al
fenómeno pentecostal? ¿O hay un vínculo más preciso entre la profecía de Joel y las
lenguas de Pentecostés? La respuesta se puede hallar en la palabra griega que en
nuestras versiones castellanas se ha traducido por “hablasen”. En la Versión de los
Setenta, la misma palabra “no se emplea para referirse a la conversación corriente,
sino a las declaraciones de los profetas”.’
Tal vez el empleo de esa palabra se debiera a la insólita conducta de los discípulos,
a quienes por burla acusaron de estar “llenos de vino nuevo». (Hch 2:13 RVA) Su
conducta era semejante al estado extático de antiguas comunidades proféticas de
Israel. Al parecer, Pedro interpretó como declaraciones proféticas las lenguas que
se hablaron en Pentecostés. En ese sentido, las lenguas fueron un cumplimiento
literal del oráculo de Joel: “Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi
Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán. “(Hch.
2:17)
El mismo vocablo básico para “llenado” aparece en Hechos 4:8 donde Pedro, “lleno
del Espíritu Santo” (no se menciona el hablar en lenguas) predicó su breve sermón
al sumo sacerdote y a los dirigentes judíos. La misma raíz del vocablo figura en
conexión con Juan el Bautista en Lucas 1:15 donde la Escritura dice que “será lleno
del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre”. Sin embargo nada dice la
Escritura de que Juan haya hablado alguna vez en lenguas. En la experiencia de la
conversión de Pablo, Ananías se allegó a él diciéndole que Jesús lo había enviado
47
“para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo” (Hechos 9:17). Pablo
recuperó la vista, fue bautizado y “en seguida predicaba a Cristo en las sinagogas
diciendo que éste era el Hijo de Dios” (Hechos 9:20). Nuevamente nada se dice de
hablar en lenguas.
El capítulo 19 del libro de Hechos relata la historia de Pablo en Éfeso. Encontró allí
algunos creyentes que nada sabían de la venida del Espíritu. Se nos dice que
cuando les hubo “impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y
hablaban en lenguas y profetizaban” (Hechos 19:6). En este pasaje la Escritura no
dice que fueran llenos del Espíritu. De cualquier manera, hablaron en lenguas y
profetizaron, si bien no hubo lenguas de fuego ni viento recio como ocurrió en
Pentecostés. Más aún, el relato de Hechos 19 no dice si los idiomas hablados eran
idiomas que la gente presente entendía y tampoco menciona la presencia de
intérpretes. Por lo menos podemos presuponer que eran idiomas conocidos en
algún lugar del mundo. Cuando vamos a un país extranjero a predicar, hablamos
en inglés. El inglés es un idioma desconocido para la mayoría de nuestros oyentes.
Por ejemplo, en el noreste de la India hablamos a muchos miles en cada reunión;
utilizamos diecisiete distintos intérpretes para traducir nuestro mensaje a diecisiete
dialectos para que la gente pudiera entender nuestro “desconocido idioma”. A
nuestro juicio, esto es análogo a lo que ocurrió en Pentecostés, con la excepción de
que aquello fue un milagro divino. Puede haber sido que cada uno de los que
hablaba lo hacía en un idioma que algunos oyentes entendían, o que el Espíritu
Santo interpretaba a cada uno de los oyentes en su propio idioma lo que decía, y
en este último caso el milagro sería el otorgamiento de su capacidad de entender.
Por otra parte, pensamos que puede ser incorrecto el uso moderno que se le da al
término “carismático”. En 1 Corintios, charismata es el vocablo griego que expresa
los dones que Dios otorga a los creyentes. Nadie puede adquirir ese don por sí
mismo. Como habremos de ver, los dones, según Pablo, provienen del soberano
accionar del Espíritu Santo de Dios que reparte “a cada uno en particular como él
quiere” (1 Corintios 12:11). Dice Pablo: “Porque por un solo Espíritu (pues eso es lo
que dice el idioma griego) fuimos todos bautizados en un cuerpo” (1 Corintios
12:13). Pero, además de ello, el Espíritu distribuye dones a los diversos miembros
del cuerpo. Así, pues, todo creyente obtiene algún don. 1Y por lo tanto, todo
creyente es un carismático!
Más aún, Pablo no indica que un determinado don pertenece a todo creyente. Dice
solamente que recibe “algún” don. Les dice a los corintios que deben “procurar” (1
Corintios 12:31) los dones mejores. La enciclopedia Espasa-Calpe define la palabra
procurar como “hacer diligencias o esfuerzos para conseguir lo que se desea”. Y en
1 Corintios 13 afirma el Apóstol que todo don que no se acompaña de amor es
despreciable y carente de valor.
De la lectura del libro “En los Postreros días”, considero las siguientes conclusiones
extraídas: «La Iglesia del Nuevo Testamento había sido verdaderamente una
Iglesia carismática, según lo confirmaba el libro de los Hechos de los Apóstoles.
También era claro que la Iglesia primitiva retuvo sus dones originales y su poder
pentecostal en el largo período de lucha y de persecución antes del triunfo del
cristianismo en Occidente bajo Constantino. Sin embargo, después de lograr
aceptación y poder, la Iglesia comenzó a experimentar cada vez menos el poder
milagroso de la Iglesia primitiva, y se volvió más y más ritualista, adoptando
expresiones sacramentales de la fe.
“En el comienzo de la Iglesia el Espíritu Santo cayó sobre los creyentes, y ellos
hablaron en lenguas que no habían aprendido, según el Espíritu les facultó para
hacerlo. Era una señal apropiada para la época: todas las lenguas del mundo eran
una significación adecuada del Espíritu Santo, por cuanto el evangelio de Dios
habría de ser difundido por medio de toda lengua en todas partes del mundo. La
señal fue dada y luego dejó de ser. Nosotros ya no esperamos que aquellos sobre
los cuales se imponen las manos reciban el Espíritu Santo con el’ acompañamiento
del hablar en lenguas. Cuando nosotros retiramos nuestras manos de sobre estos
“infantes”, los miembros recién nacidos de la Iglesia, ninguno de ustedes (pienso
49
yo) miró para ver si hablarían en lenguas, o viendo que esto no ocurría, tuvo la
perversidad de decir que no habían recibido el Espíritu Santo, pues si lo hubieran
recibido, hubieran hablado en lenguas como ocurrió en el principio.”
Del mismo modo para todos los otros dones extraordinarios del Espíritu, la teoría
de la “cesación” de Agustín fue de una gran influencia sobre las generaciones de
teólogos subsiguientes: “Algunos preguntan: ¿Por qué no ocurren los milagros en la
actualidad, tal como ocurrió en los tiempos antiguos? Yo podría responder que
éstos eran necesarios entonces, antes de que el mundo llegara a creer, con el fin de
ganar la creencia del mundo.”La reacción contra el montanismo, que condujo a la
creencia de que los carismas habían concluido con la era apostólica ha seguido
hasta los tiempos modernos. Aun cuando la Iglesia Católica Romana dejó la puerta
abierta a los milagros en la vida de ciertos santos (de algunos de los cuales se dice
que habían hablado en lenguas y que habían realizado algunos milagros de
sanidad), la Iglesia manifestaba una tendencia cada vez mayor a enseñar que los
milagros de la era apostólica concluyeron con la Iglesia primitiva. Con la
institucionalización de la Iglesia, los carismas menos espectaculares de gobierno,
administración y enseñanza pasaron al primer plano como los dones más
aceptables a disposición de la jerarquía.
Fue Juan Crisóstomo en el siglo cuarto el que presentó la expresión clásica del
punto de vista de que los carismas habían cesado, en sus hornillas sobre 1 Corintios
12. Confesando su ignorancia sobre el asunto, escribió:
“Todo este pasaje es muy oscuro: pero la oscuridad es producida por nuestra
ignorancia de los hechos a los cuales se hace referencia y por la cesación de estos,
siendo así que entonces solían ocurrir pero ahora ya no ocurren más. ¿Y por qué
razón no ocurren ahora? Porque, miren ahora, también la causa de la oscuridad ha
suscitado en nosotros otra interrogante, y es esta: ¿Por qué ocurrieron entonces y
ahora ya no ocurren más?.. . Pues, ¿qué era lo que ocurría entonces? Todo el que
era bautizado hablaba de inmediato en lenguas, y no solamente en lenguas, sino
que muchos profetizaban, y algunos realizaban muchos milagros… pero lo que más
abundaba entre ellos era el don de lenguas.”
forma de paloma (Mateo 3:16), y sobre los apóstoles y otros creyentes en forma de
fuego (Hechos 2:3). Este fue el primer envío del Espíritu Santo; era necesario en la
Iglesia primitiva, la que debía establecerse con señales visibles por causa de los
Inconversos, tal como Pablo testifica en 1 Corintios 14:22. “Las lenguas son por
señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos.” Pero más tarde, cuando la iglesia
había sido reunida y confirmada por estas señales, no fue necesario que continuara
este envío visible del Espíritu Santo.
Queremos destacar aqui que estos dos pastores trajeron para Brasil la doctrina del
don de lenguas, pero Gunnar Vingren, que era teólogo bautista, tuvo que estudiar
portugués, mientras Daniel trabajaba para el sustento de ambos.
51
En ese día, el Papa Pablo VI venció una barrera fortísima de los Cardenales, que
mucho habían hablado contra los ideales de Juan XXIII, que era la participación de
los católicos en el movimiento ECUMENICO. Y este sueño del Papa Juan XXIII fue
concretizado en el día 21 de noviembre de 1.964, cuando el Papa Pablo VI firmó el
decreto sobre el ecumenismo. Y en ese mismo día, hizo una declaración
proclamando “Maria la Madre de la iglesia, la madre de todos los fieles y de todos
los pastores”. El movimiento carismático está invalidando la ortodoxia católica,
mudando vertiginosamente las costumbres tradicionales de la iglesia. » (10)
«En relación con el don de lenguas, según 1 Corintios 12:30 y el extenso análisis
que sobre el tema hace el capítulo 14 de 1 Corintios, debemos anotar a
continuación las siguientes reflexiones:
Si bien hay francos desacuerdos entre los creyentes sobre la validez del don de
lenguas en el día de hoy, personalmente no hallamos justificación bíblica alguna
para sostener que el don de lenguas tenía validez únicamente para los días
neotestamentarios. Pero al mismo tiempo se transforma fácilmente en un factor
divisivo y de malos entendidos. Testimonio de ello es el hecho de que Pablo
consideró necesario extenderse en los capítulos 12, 13 y 14 de 1 Corintios. (Al par
que hacía hincapié en que era el menor de los dones, Pablo le dedicó más espacio
que a ninguno de los otros). Por lo tanto, cuando ocurre hoy en día, debe
practicarse cuidadosamente con las salvaguardias bíblicas anotadas por Pablo.
Asimismo, al par que el don de lenguas puede manifestarse hoy en día como un
valioso don espiritual, ello no quiere decir que toda manifestación de lenguas ocurre
según la voluntad de Dios y deba ser aprobada por nosotros a ojos cerrados.
Segunda, debe subrayarse con trazos bien definidos, como aparece claramente
indicado en 1 Corintios 12—14, que el don de lenguas es un don del Espíritu Santo
y no un fruto del Espíritu. Como habremos de ver más adelante, el fruto del Espíritu
anotado en Gálatas 5:22, 23 debiera señalar o rotular a todo cristiano que anda en
el Espíritu. Por otra parte, los dones son distribuidos entre los creyentes según la
soberana voluntad y disposición de Dios. Por lo tanto, es un don que pueden
poseerlo algunos y otros no. No hallamos razón ni argumento bíblico alguno que
nos permita sostener que el don de lenguas es un don que Dios desea otorgar a
todos los creyentes. Algunos pueden recibir ese don y Otros no. Sería incorrecto
que los creyentes que no han recibido el don de lenguas se sientan algo así como
cristianos de “segunda categoría” o que anhelen ardientemente este don si Dios no
consideró conveniente dárselo. Igualmente incorrecto es que quienes poseen este
don procuren inducir a los demás a que lo obtengan o enseñar que todos los
creyentes, sin excepción, deben experimentarlo.
Por ello es que el don de lenguas no debe ser considerado como la más elevada
expresión de madurez cristiana. En realidad de verdad, millones de cristianos
espiritualmente maduros jamás hablaron en lenguas, y muchos que hablan en
lenguas no son espiritualmente maduros.
53
Quinta, tanto la Biblia como la experiencia nos advierten que el don de lenguas
puede ser fácil objeto de abuso y hasta puede llegar a ser peligroso. Así, por
ejemplo, el don de lenguas ha llevado a quienes lo poseen a un estado de orgullo
espiritual. Algunos experimentan el don de lenguas y de inmediato se figuran ser
mejores o más espirituales que otros creyentes que no han recibido este don. Tal
actitud es diametralmente opuesta a la adecuada actitud de un creyente lleno del
Espíritu.
dado los medios idóneos para alcanzar el crecimiento espiritual —la oración, la
Biblia y la comunión— pero no estaba dispuesto a echar mano de esos medios o
recursos. Para él el don de lenguas era la manera rápida, fácil y eficaz para obtener
la madurez espiritual. No fue accidental, seguramente, que poco después se retiró
del seminario y renunció a sus planes de ser ministro.
No en balde dijo Juan: “No creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de
Dios” (1 Juan 4:1). Ya hablamos de esto cuando analizamos el don de
discernimiento en el capítulo doce.
Aun los cristianos pueden incurrir en una imitación fraudulenta del don de lenguas.
Una niña que asistía a unas reuniones carismáticas quería desesperadamente
recibir el don de lenguas como lo habían recibido tantas de sus amigas. Habiendo
transcurrido su niñez en otro país, oró en el idioma propio del mismo, pretendiendo
que se operaba un don espiritual. Los demás creyeron que había recibido el don de
lenguas. Como resultado de ello, ¡fue aceptada y pudo ingresar en este pequeño
círculo donde al hablar en lenguas se le asignaba tan primordial importancia!
Ninguna experiencia —no importa cuán significativa sea para nosotros o en qué
grado pueda impresionamos— debe tomar en nuestras vidas el lugar de la Palabra
de Dios. Nuestras experiencias tienen que ser juzgadas, en todos los casos, a la luz
de la Biblia; no debemos juzgar a la Biblia según nuestras experiencias. Dios el
Espíritu Santo nos ha dado la Biblia, y ningún don que provenga verdaderamente
del Espíritu Santo entrará en contradicción con lo que dice la Biblia.
Sexta, ¿qué decir del uso privado y devocional del don de lenguas como medio de
alabar a Dios y experimentar su comunión? Varios de nuestros mejores amigos nos
han dicho que luego de orar durante un largo período, súbitamente se dieron
cuenta de que hablaban en un idioma desconocido. La mayoría de dichos amigos no
dijeron nada a nadie y no tratan de convencer a los demás a que participen de la
misma experiencia. No sostienen que todos los cristianos deben hablar en lenguas
como signo y señal de madurez o crecimiento espiritual.
En realidad, es muy poco lo que la Biblia dice al respecto. El uso privado del don de
lenguas va implícito en el comentario de Pablo cuando dijo: “Hablo en lenguas más
que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi
entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua
desconocida” (1 Corintios 14:18, 19). Algunos han sugerido que el mandato de
Pablo de orar “en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu” (Efesios
55
En conclusión, nos impresiona la notoria diferencia de opiniones que reina entre los
autodenominados carismáticos respecto al hablar en lenguas. Muchos sienten que
es absolutamente erróneo sostener que el hablar en lenguas sea el resultado
obligado de ser bautizado o llenado con el Espíritu Santo. Un crecido grupo de
evangélicos ni siquiera consideran al don de lenguas como don relevante del
Espíritu en el día de hoy, de la misma manera que tampoco lo es en la actualidad el
don del apostolado.
Sabemos de una agrupación muy utilizada por Dios que no invitaría a sabiendas a
su plataforma o púlpito a nadie, por más dotado y aceptado que fuera en los
círculos evangélicos, que profesara hablar en lenguas. Algunos podrán discrepar
con esta política, pero los dirigentes y responsables de este ministerio son sinceros
en sus convicciones y debieran ser respetados en sus puntos de vista.
Por otro lado, muchos evangélicos que no profesan hablar en lenguas adoptan
ahora una postura totalmente neutral. Han visto de qué manera el movimiento
carismático ha penetrado profundamente en todas las denominaciones con gran
bendición y renovación. Y por ello están preparados para reconocer que todos los
dones sobrenaturales de 1 Corintios 12 tienen vigencia en el día de hoy y por lo
tanto deben ser aceptados como dones del Espíritu.
En 1 Corintios 14 Pablo afirma, sin dejar lugar a dudas, que el profetizar es más
importante que hablar en lenguas. Pero al mismo tiempo ordena “no impidáis el
hablar en lenguas” (1 Corintios 14:29). Al parecer Pablo hablaba muchas lenguas
distintas, pero no hizo mayor hincapié en ello. Debemos evitar poner al Espíritu
Santo en la posición de tener que obrar a nuestra manera. El Espíritu Santo es
soberano y otorga sus dones como él quiere! Peter Wagner dice: “Se debe recordar
que el cuerpo de Cristo es universal, con muchas manifestaciones locales. Los
dones espirituales se brindan al cuerpo universal, y por ello algunos de esos dones
pueden o no hallarse en alguna localización particular del cuerpo. Esto explica por
qué, por ejemplo, una iglesia local o una denominación entera, puede no haber
recibido el don de lenguas, en tanto sí lo recibe otra parte del cuerpo.”
A modo de resumen:
Tercero, mucha gente está convencida de que vivimos en estos momentos lo que
las Sagradas Escrituras denominan “el fin de los días” (Oseas 3:5). Tanto Joel como
Oseas profetizaron que en aquellos días reaparecerán grandes manifestaciones del
Espíritu y muchos de los dones singulares. Es probable que estemos viviendo ese
período de la historia. Por cierto que no podemos cerrar los ojos al hecho de que los
dones singulares que reivindican la autenticidad del evangelio reaparecen en esta
hora.
Muchos años atrás, durante una clase en el Instituto Bíblico de Florida, un maestro
dijo algo sobre el tema del don de lenguas que se nos ha grabado en forma
indeleble. Aconsejó a sus alumnos a “no buscarlo pero tampoco impedirlo”.
Pero si el hablar en lenguas es un don del Espíritu Santo, no puede ser un factor
divisivo, es decir, no debe provocar divisiones. Cuando quienes hablan en lenguas
abusan del don y se torna realmente en un factor que provoca divisiones y
disensiones, es clara indicación de que hay una carencia de amor. Y quienes lo
prohíben le hacen un deservicio a la iglesia porque contradicen las enseñanzas del
apóstol Pablo. Los creyentes que hablan en lenguas, y los que no lo hacen, deben
amarse y trabajar para la mayor gloria de Dios en la evangelización del mundo,
recordando una cosa: los que hablan en lenguas y los que no lo hacen, tendrán que
vivir juntos en la Nueva Jerusalén.
¿Es este un don que Dios ha creído útil y conveniente otorgarnos? No permitamos
que sea un motivo de orgullo o de preocupación. Debemos cimentarnos en la
totalidad de la Palabra de Dios. Y sobre todas las cosas, aprendamos lo que
significa amar a los demás, incluso a los creyentes que pueden no coincidir
totalmente con nuestros énfasis.
¿Es este un don con el que no contamos? No dejemos que ello nos preocupe, y
hagamos cuanto nos sea posible para no permitir que sea un motivo o causa de
división entre nosotros y otros creyentes. Hay quienes no ponen su énfasis ni hacen
hincapié en las mismas cosas que nosotros, pero así y todo son nuestros hermanos
y nuestras hermanas en Cristo. Y sobre todas las cosas, se nos ordena: “Andad en
el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16).
ciertas personas en el día de hoy, debemos orar pidiendo que sean usados, en
todos los casos “para provecho común” (1 Corintios 12:7, Biblia de Jerusalén) y la
ampliación del reino de Dios. » (12)
«Pero la persona que juega con el hablar en lenguas juega un juego diabólico que
va a causarle mucho daño. La práctica de lenguas es exactamente igual a lo que los
hinduistas y aficionados del yoga (13) llaman kundalini (14). Ellos tienen el concepto
de este fenómeno de dejar salir la serpiente de adentro de uno mismo, y por esto
lo llama el poder de la serpiente. Viene “naturalmente” con el uso de drogas
psicodélicas, yoga, experiencias de casi morir, y con el hablar en lenguas que hacen
en unas iglesias. La experiencia físicamente es exactamente lo mismo entre
lenguas y kundalini. Cuando sale el poder de la serpiente, frecuentemente la
persona hace sonidos involuntarios y sus cuerpos se mueven en raros movimientos
sin su propio control (15). El kundalini es el hablar en lenguas, caer como muerto al
piso, revolcarse en el piso sin control (igual en la Santería), hacer sonidos de
animales, de reír sin control(16) , oler fragancias raras, de tener sensación de
intensa luz o fuego o electricidad, de tener revelaciones de personajes celestiales
hablándoles, y el canto rítmico y repetitivo.
Kundalini era descrito en los Upanishads, las escrituras sagradas del hinduismo en
el quinto siglo antes de Cristo. La tradición oral va mucho más atrás en la historia
que esto.
Aun entre ellos hay avisos (21) de que peligroso puede ser. Médicamente los
doctores han notado que una vez que empieza con esto, puede perderse de repente
(entra en trance de nuevo) sin aviso o buscarlo, que hay disfunción sexual,
problemas físicos y psicológicos (como ansiedad, pesadillas, depresión,
alucinaciones, un revuelto psicológico, salirse de la realidad, etcétera), cansancio y
58
La Biblia enseña que el bautismo del Espíritu Santo ocurre al momento de ser salvo
(tener fe salvadora o de aceptar a Jesús como su Salvador personal), y tiene la
única marca de dejar de pecar (llevar el carácter del Espíritu de Santidad). Pero hay
grupos (Pentecostales y carismáticos) quienes promueven el Bautismo del Espíritu
Santo como algo igual de Kundalini o hablar en lenguas (por reinterpretar las
palabras a significar cosas que no se presentan en la Biblia). Vamos a ser claros, el
caerse al suelo, el perder control de sí mismo son marcas de posesión o influencia
de demonios en la Biblia (Mat. 17:15), y nunca se ve asociado con la obra de Dios.
“Según el ritmo romano, otras señales de posesión (de demonios) incluye ‘la
habilidad de hablar con familiaridad en un idioma extraña o de entenderlo cuando
es hablado por otro, la facultad de divulgar eventos futuros o escondidos, y la
manifestación de poderes que estará más allá del poder normal del sujeto.”
“El mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (II Cor. 11:14)
(1) no quita el control de él mismo, sino propone qué es la voluntad de Dios para
que esta persona con su propia voluntad decida de hacerla, y
La lista de reglas en I Cor. 14 es la voluntad de Dios, y sin que alguien lo dijera, los
que tengan el Espíritu de Dios deben obedecer esta voluntad de Dios.
Si el Espíritu de Dios entra en estas personas que hablan en lenguas hoy en día, les
controla fuera de su control y voluntad propia, y lo que hacen bajo este estado es
pecado, ¿Quién está causando el pecado? ¿Dios? ¿La persona que no tiene control
(ni responsabilidad) de sus acciones? ¿O un espíritu disfrazándose como el Espíritu
Santo, pero es realmente un espíritu maligno?» (23)
«Primero notamos que en Hch. 2, las lenguas eran el hablar en un idioma humano
donde las personas presentes hablaban este idioma. Segundo notamos que en la
Biblia, el propósito de lenguas era de predicar “las maravillas de Dios” (Hch. 2:11),
59
Si estas cosas son muy claras, entonces ¿Por qué los cristianos rechazan la clara
enseñanza de la Biblia sobre qué es lenguas para buscar otra cosa? La repuesta
queda en el corazón rebelde del ser humano. Busca rebeldía en contra de Dios.
Pero aun que unos cristianos piensan que su hablar en lenguas no cabe
exactamente con lo que la Biblia presenta, no entienden que es de demonios
totalmente. Vamos a decir que es una actividad de brujería y religiones satánicas
donde de veras pierden control de sí mismo, y un demonio le controla a uno.
Cualquier persona puede hacerlo, porque los demonios buscan siempre estar dentro
de un cuerpo (Mar.5:9), o de influir a los seres humanos.» (24)
Notas:
1 “En los Postreros días”, Págs. 30-33, Vinson Synan, Edit. Vida
2 “El Bautismo en el Espíritu Santo Una investigación Bíblica”, Págs. 106, Howard
M. Ervin, Edit. Vida
6 Ibíd.
7 “El Bautismo en el Espíritu Santo Una investigación Bíblica”, Págs. 50-52, Howard
M. Ervin, Edit. Vida
8 Portal de la fe cristiana
adventista,http://www.galeon.com/adventista/estudios/profecia/13.htm
15 Cristiana y Stanislov Grof, “The Stormy Search for the Self”, pág. 78-79, un
libro promoviendo Kundalini.
16. Risa de una Bruja: “Me reí por horas y horas. Todo mi sufrimiento privado
personal… fue disuelto en la risa… me sentí transformado… siempre he visto que
pasó como un genero de experiencia espiritual… la gente no piensa en la risa como
una experiencia espiritual. Ahora entiendo que la risa puede ser un medio de
transformación. La risa de Gavreil, como la de Afrodita, me capacitó para poner
distancia entre yo y el dolor. ” Carol Christ, La Risa de un Afrodita: Reflecciones
sobre una jornada a la diosa, Harper & Row, 1987, Pág. 5-6.
http://www.crmspokane.org/toronto.htm
17. Notamos que la Biblia presenta que es cierta la transferencia de espíritus por la
imposición de manos. Es de estar muy prevenido, de tener muchísima precaución
en imponer las manos sobre otros, y especialmente de no dejar a nadie imponer
sus manos sobre uno mismo sin ser extremadamente seguro de su estado de un
hombre de Dios, y aun allí, refrenar o no dejar personas de imponer sus manos
sobre uno mismo.
18.http://www.bible.ca/tongues-kundalini-shakers-charismastics.htm#document
20. En el Vudú, las personas entran en trance con música repetitiva. El trance
solamente pone la persona en comunicación con seres espirituales. Durante el
trance la persona no tiene control de sí mismo, y el caerse es común. Unos gatean
en el piso y hacen sonidos como animales o sin sentido. Los sacerdotes del Vudú
observan a las personas y tratan de agarrarles antes que se caen al piso.
21 http://heartseva.com/
http://www.davidcox.com.mx/folletos/cox-kundalini.htm
24 Ibíd
Hola:
61
Dios te bendiga. Gracias por interesarte en este estudio. Deseo sinceramente que lo
halles de utilidad y de bendición para tu vida espiritual y que puedas hallar las
respuestas que estás buscando.
Paulo Arieu
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Las palabras están ahí, para explicar el significado de las cosas, de manera que el
que las escucha, entienda dicho significado.” — Aldous Huxley (novelista inglés)
El Spect permite a los científicos detectar con precisión las áreas cerebrales
involucradas en una determinada actividad mental de forma incruenta. Al voluntario
sólo se le inyecta en vena un fármaco radioactivo, que viaja hasta los sesos y
permite detectar las neuronas más activas.
En palabras de los autores del ensayo, los doctores Steve Paulson y Andrew
Newberg, la prueba fue un éxito. Su investigación comenzó con la selección de los
glosólalos, cinco mujeres de una congregación religiosa conocidas por su capacidad
o don para entrar en trance, “conectarse directamente con Dios” y hablar en
idiomas “extraños”.
Paulson y Newberg eligieron a cinco mujeres de raza negra y las invitaron a que
cantaran gospel y hablaran en las lenguas enigmáticas. Durante cada actividad, las
mujeres recibieron una dosis intravenosa de un marcador radioactivo, un chivato
que delata las zonas cerebrales con mayor flujo sanguíneo y, por tanto, con mayor
actividad neuronal. Los científicos cuentan en el último número de la revista
Psychiatry Research: Neuroimaging que la actividad de los lóbulos frontales de las
cinco voluntarias sufrió un considerable bajón durante la glosolalia, en comparación
con los momentos en que cantaban gospel. Estos lóbulos están estrechamente
relacionados con el sentimiento de autocontrol.
Newberg confiesa que el hallazgo es fascinante, pues explica por qué “los sujetos
creen realmente que el espíritu de Dios se mueve en sus cuerpos y controla lo que
hablan”. De hecho, las mujeres no controlan los centros del lenguaje mientras
experimentan el don de lenguas. Por otro lado, el Spect reveló un incremento en la
región parietal del cerebro, que integra la información sensorial de diferentes partes
del cuerpo, nos orienta en el espacio y marca la clara distinción entre lo propio y el
mundo exterior. Este aumento de la actividad parietal fortalece la sensación de
“contacto” en todo el cuerpo, y explicaría la sensación de estar impregnado por el
espíritu, según el psicólogo Michael Persinger, de la Laurentian University.
A raíz de este descubrimiento, algunos expertos se han preguntado, una vez más,
si Dios está en la sinapsis, el miniespacio que separa una neurona de otra y el lugar
donde ocurre el trasiego de neurotransmisores, los mensajeros de los impulsos
eléctricos, la lingua franca de nuestro casquete pensante.»(1)
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Notas:
Hola:
Dios te bendiga. Gracias por interesarte en este estudio. Deseo sinceramente que lo
halles de utilidad y de bendición para tu vida espiritual y que puedas hallar las
respuestas que estás buscando.
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Las palabras están ahí, para explicar el significado de las cosas, de manera que el
que las escucha, entienda dicho significado.” – Aldous Huxley (novelista inglés)
B. Hoy día hay varias ideas y teorías sobre la duración de estos dones.
1. Algunos opinan que los dones durarían hasta el fin del mundo.
2. Otros afirman que solamente algunos de los dones milagrosos durarían hasta el
fin del mundo.
3. Hay quienes dicen que algunos dones y poderes no se ven hoy día porque nadie
tiene la fe requerida para poseerlos.
Desde el cuarto siglo d.C., algunos teólogos y clérigos han enseñado que “CARISMA
O CARISMATA” (dotaciones sobrenaturales del Espíritu Santo, dones divinos, recibir
poder inspirado divinamente, la ejecución de milagros) que es referida en 1
Corintios 12:1 como “dones espirituales”, era solamente para la “Era Apostólica”.
Algunos proponentes de esta teoría dicen que la: “Era Apostólica” terminó
alrededor del año 100 d.C. (después de Cristo) con la muerte del Apóstol Juan, el
último sobreviviente de “…los doce apóstoles del Cordero” (Ap 21:14).
Su propósito, era establecer la autoridad de los apóstoles; una vez logrado, los
dones carismáticos concluyeron.
Según esta posición, las señales y milagros reportados después de esa temporada,
eran consideradas espurias o no ocurrían bajo la manifestación divina.
Según esta teoría, ya no eran necesarios para validar el evangelio. La Iglesia, una
vez establecida mundialmente y sancionada oficialmente, era suficiente para
certificar la autenticidad del mensaje cristiano. La fecha de extirpación es el tiempo
en que se completó el canon, usualmente reconocido como el Consejo de Cartago
en 397.
Este argumento acepta las documentaciones de las señales y milagros del segundo
y tercer siglos, asignando arbitrariamente su anterior cesación. Pero, ¿por qué una
fecha de extirpación?
¿Cuándo fue la Iglesia establecida mundialmente y oficialmente sancionada? ¿Acaso
es el año 397 la fecha en que el canon fue concluido? (Muchos historiadores de la
Iglesia disputarían esa conclusión.) ¿Dónde enseña la Escritura eso? Este
argumento es dejado sin apoyo bíblico o histórico.
Como será probado más adelante, han habido ondas de señales y milagros a través
de toda la historia de la Iglesia y la jerarquía ha controlado el impulso o
propagación de los mismos.
No obstante, el punto principal del argumento o punto en cuestión es que los Dones
han cesado completamente, cosa que no puede pasar la prueba de la historia. No
se ha podido documentar que los Dones hayan cesado durante algún período
significativo de tiempo en la historia de la Iglesia, y mucho menos en nuestros días.
Los milagros están ocurriendo de manera común en la Iglesia a escala mundial.
Después del evento del liberalismo teológico del siglo XIX, los líderes de la Iglesia
han resistido las señales y milagros. Ellos, negaron la posibilidad de la intervención
sobrenatural en la Creación. Estos “teólogos seculares” niegan la posibilidad de que
haya habido siquiera señales y maravillas en el primer siglo. Estos, trágicamente
son: “…falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por
dentro son lobos rapaces” (Mat 7:15; Hch 20:29), materialistas, encubriendo sus
filosofías con el lenguaje religioso. »(1)
“Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero
maduros en el modo de pensar. En la ley está escrito: en otras lenguas y con otros
labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor. Así que, las
lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no
a los incrédulos, sino a los creyentes” (I Cor. 14:20- 22 RVR 1960).
«Estos versículos plantean otro argumento contra el uso moderno de las lenguas.
Hemos visto, con base en las Escrituras, que las lenguas comportaban carácter de
señal para un apóstol, acreditándolo como agente de divina revelación. Mientras
duraba la etapa final del desarrollo de la iglesia, las lenguas también servían
temporalmente para la edificación parcial e imperfecta de los creyentes. Sin
embargo, el apóstol deseaba informar plenamente a los creyentes sobre las
lenguas. En el versículo 20 insta “sed adultos en la forma de pensar”. No seáis
como algunos carismáticos que pretenden escapar de las discusiones doctrinales o
evadir el estudio cuidadoso de la Biblia. Sed adultos en el entendimiento. Pero,
ahondemos en la mina del Antiguo Testamento.
Isaías 28:11 y 12 son los versículos que el apóstol Pablo cita. ¡Es este un texto
fundamental para el asunto de las lenguas! Tales palabras fueron pronunciadas en
un período en el cual la mayoría de los profetas de Dios cumplían su ministerio
hablando el hebreo. Toda la verdad les era presentada a los judíos en su propia
lengua. ¡Qué privilegio! Pero esto duraría sólo hasta los días de Jesucristo.
Súbitamente, en el Pentecostés, la verdad de Dios sería presentada a los oídos de
los hombres en lenguas gentiles. No era ésta en manera alguna señal prometedora
para la nación judía. Más bien, venía a ser una señal de condenación. A pesar del
vívido testimonio de los galileos hablando en las lenguas de las naciones, Israel no
se arrepentiría, sino que endurecería más su corazón. «Ni aún así me oirán, dice el
Señor». Las lenguas eran una señal para los judíos, con respecto a su inminente
caída, la destrucción en el año 70 d.C.
«San Agustín enseña que en el comienzo de la Iglesia este don era necesario para
que el Evangelio se comunicara rápidamente a todas las naciones, así todos podían
recibirlo y además se daba testimonio del origen divino de su doctrina. Pero cuando
la Iglesia ya hablaba los diferentes lenguajes (por medios naturales) el don se hizo
menos necesario. En su tratado 32 sobre el Evangelio de San Juan, San Agustín,
Padre del la Iglesia, siglo IV, escribe: “Hoy día, cuando el Espíritu Santo ha sido
66
recibido, nadie habla en las lenguas de todas las naciones pues la Iglesia ya habla
las lenguas de todas las naciones y si uno no está en ella, este no recibe el Espíritu
Santo.”
(5)
Quince testimonios considerados por Walter J. Chantry
3. Thomas Watson escribe en 1660: “Con plena certeza, hay tanta necesidad de
ordinación hoy, como en los tiempos de Cristo y de los apóstoles, ya que en aquel
tiempo había dones extraordinarios en la iglesia que ahora han cesado.” (Las
Bienaventuranzas, 14).
4. John Owen escribe en 1679: “Los dones que en su propia naturaleza exceden la
plenitud del poder de todas nuestras facultades, esa dispensación del Espíritu hace
ya mucho tiempo cesó y dondequiera que alguien hoy tenga pretensión a lo mismo,
tal pretensión justamente puede ser sospechada como un engaño farsante.”
(Obras, IV, 518).
5. Matthew Henry escribe el 13 de julio de 1712: “El don de lenguas fue un nuevo
producto del espíritu de profecía y era otorgado por una razón particular, para que,
la empalizada judía habiendo sido removida, todas las naciones pudieran ser
incluidas en la iglesia. Estos y otros dones de profecía, siendo una señal, hace
mucho cesaron y han sido puestos a un lado, y no tenemos motivo alguno para
esperar que revivan; sino al contrario se nos manda llamar las Escrituras la palabra
profética más segura, más segura que voces del cielo; y a ellas es que se nos
exhorta a estar atentos, escudriñarlas y retenerlas, Y Pedro 1:19.” (Prefacio IV de
su exposición del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, vii).
8. James Buchanan escribe en 1843: “Los dones milagrosos del Espíritu hace
mucho que fueron retirados. Fueron usados para cumplir con un propósito
temporal. Fueron usados como un andamiaje que Dios empleó para la construcción
de un templo espiritual. Cuando el andamio no se necesitó más, fue removido pero
el templo permanece en pie aún, y es habitado por el Espíritu; porque “¿No sabéis
que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (I Cor. 3:16)”
(El Oficio y la Obra del Espíritu Santo, 34).
10. Roberto L. Dabney escribe en 1876 que luego que la Iglesia primitiva fue
establecida “ya no existía la misma necesidad de “señales” sobrenaturales, y Dios,
que no acostumbra derrochar sus expedientes, las descontinuó. Desde entonces, la
Iglesia tendrá que conquistar la fe del mundo mediante su ejemplo y enseñanzas
solamente, vigorizada por la iluminación del Espíritu Santo. Finalmente, los
milagros, si se volvieran de común ocurrencia, dejarían de ser milagros, y serían
considerados por los hombres como ley corriente” (La Prelacía, un error,
Discusiones Evangélica y Teológicas, Vol. 2, 236-237).
68
14. Benjamín B. Warfield escribe en 1918: “Estos dones no fueron poseídos por
el cristiano de la iglesia primitiva como tal, ni por la Iglesia Apostólica o la era
Apostólica por sí mismas; tales dones fueron distintivamente la autenticación de los
Apóstoles. Constituyeron parte de las credenciales de los Apóstoles en sus agentes
autorizados de Dios en la colocación del fundamento de la Iglesia. Su función, pues,
los delimitó a la Iglesia Apostólica, de manera distintiva, y necesariamente
desparecieron con ella” (Milagros Falsos, 6)
15. W. Pink escribe en un libro que apareció en 1970 “Así como hubo oficios
extraordinarios (apóstoles y profetas) en el comienzo de nuestra dispensación,
también hubo dones extraordinarios; y como no hubo sucesores designados para
estos oficios extraordinarios, tampoco hubo intención de continuar esos dones
extraordinarios. Los dones dependían de los oficios. No tenemos más a los
apóstoles con nosotros, y por consiguiente los dones sobrenaturales, la
comunicación de los cuales constituyó parte esencial de las señales de un apóstol
(2 Cor. 12:12) están ausentes” (El Espíritu Santo, 179)»
Observemos que el mandamiento fue dado originalmente a una iglesia del primer
siglo. La iglesia de aquel tiempo primitivo no tenía el Nuevo Testamento en forma
escrita. Lo recibía mediante los dones. Puesto que dependía de los dones para la
69
La I Cor. 13 se llama el capitulo de amor porque los primeros versículos dan una
definición divina de lo que es el verdadero amor cristiano. Muchos, haciendo énfasis
en lo que dice el texto sobre amor, han pasado por alto lo que los versículos 8-13
enseñan sobre el fin de los dones. Nótese que todo el capitulo 12 de I Cor. trata de
los dones. Luego, las últimas palabras del versículo 31 son: “Mas yo os muestro un
camino aun más excelente.” Ese camino mas excelente es el de amor. El de amor
es más excelente que el de los dones. Pablo enseña en I Cor. 13:1-3 que si uno
tiene dones pero no tiene amor no puede ser salvo.
Ahora, vamos al versículo 8 de I Cor. 13. Dice así el pasaje: “El amor nunca deja de
ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabara.”
Aquí encontramos una declaración clara sobre el fin de tres dones: la profecía, las
lenguas y la ciencia (el conocimiento de la voluntad divina). Acabarán, cesarán,
dice Pablo. Pero, ¿cuándo?, se pregunta. El mismo capítulo 13 explica cuándo,
Leamos el versículo 9: “Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos.”
Así es que la iglesia hoy día ya tiene lo perfecto. Entonces lo que es en parte ya se
acabó. Al llegar lo perfecto los dones cesarían, habiendo cumplido su propósito. Lo
perfecto vino cuando el Espíritu Santo termino su labor de dar toda la verdad. Pues,
los dones cesaron cuando toda la verdad fue revelada y toda la verdad fue revelada
en el primer siglo. Por lo tanto los dones cesaron en el primer siglo. La iglesia, al
tener toda la verdad, al tener lo perfecto, o sea, todo conocimiento, toda profecía,
no necesitaba ya los dones.
La frase “lo perfecto” de I Cor. 13:10, sin duda, ha sido interpretada mal por los
que creen que se refiere al cielo, o al conocimiento perfecto de la propia persona de
Dios. Interpretarla así es sacarla de su contexto. El tema del texto no es la
perfección de lo celestial. No se trata de la persona de Dios, sino de la ciencia y la
profecía. Cuando venga el conocimiento perfecto, cuando todo se revele, cuando
haya sido dada toda profecía entonces los dones cesarán. Esto es lo que afirma el
Espíritu Santo en el texto, Tal explicación concuerda exactamente con lo que dice la
Biblia sobre el propósito de los dones, Fueron dados para revelar la verdad. Cuando
toda la verdad fue dada, los dones, habiendo cumplido su propósito, cesaron,
Cuando los obreros terminan de hacer una casa en cemento quitan el falso piso, o
sea, el molde de madera que usaron en la construcción. No necesitan mas de
andamios, escaleras, etc. La casa ya está terminada y sirve como lugar donde vivir
y trabajar. Así también los dones fueron usados para sostener la iglesia durante el
tiempo de su establecimiento y organización. Entonces la iglesia, una vez terminada
de edificarse, sirve como lugar espiritual donde vivir y trabajar. Dios quita los
dones milagrosos y la iglesia, ya madura, ya capacitada, ya con todo conocimiento
y profecía, sigue con su trabajo. La iglesia, no los dones, es baluarte y columna de
la verdad.
1. La Evidencia Bíblica y
El texto bíblico usado más a menudo por quienes proponen la teoría de la cesación,
es hallado en 1 Corintios 13:8-10.
“El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas,
y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas
cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte acabará.”
3. ¿Qué sucederá?
d. Conclusión: Siendo que ahora tenemos la Biblia, aquéllos que creen en esa
teoría nos dicen que las lenguas y todos los demás dones carismáticos han
cesado o han sido eliminados de la Iglesia.
a. “Perfección” = La Biblia
“Lo imperfecto o lo que es parte” se refiere a los dones carismáticos, los que
para ellos ya desaparecieron o cesaron.
En esta línea de razonamiento, las lenguas son una niñería, mientras que la
Escritura representa madurez.
Ejemplos:
En vez de eso, saltan a II Tim. 3:15, 16, donde la “Escritura” es neutra. Ese
es un salto arbitrario.
Ellen G. White en su libro “El Deseado de Todas las Gentes”, pág. 611 declara lo
siguiente: “Un nuevo Don fue entonces prometido. Debían predicar entre otras
naciones y recibían poder de hablar en otras lenguas. Los apóstoles y sus
cooperadores eran hombres iletrados, todavía mediante el derramamiento del
Espíritu Santo en el día de Pentecostés, su lenguaje, fuese en el propio idioma, o en
el extranjero, se hizo pura, simple y correcta, tanto en las palabras como en el
acento.” (8)
«Cuatro de los más conocidos tele-evangelistas -Oral Roberts, Jim Bakker, Jimmy
Swaggart y Pat Robertson- son celosos pentecostales que hablan en lenguas, al
igual que sus esposas y la mayor parte de sus hijos. Rara vez les oirá usted ejercer
la glosolalia en pantalla, porque desde hace tiempo reconocen que ello asusta a los
no iniciados, pero en privado la practican con frecuencia. El hermano Roberts y su
esposa Evelyn oran en lenguas todos los días, y así lo hacen también muchos de los
estudiantes de la Universidad Oral Roberts.
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En el tercer volumen de su obra The Holy Spirit in the Now, Oral arguye que la
glosolalia es un lenguaje de oración fácilmente alcanzable por cualquier creyente
renacido:
A diferencia de la mayor parte de los demás carismáticos, Oral urge a todos los que
hablan en lenguas a preguntar a Dios inmediatamente acerca de una
interpretación. En las iglesias pentecostales este don de la interpretación suele
poseerlo habitualmente un individuo distinto del que habla en lenguas. Durante un
servicio eclesiástico alguien puede ponerse de píe, soltar un torrente de palabras
ininteligibles durante algunos minutos, después se sienta. Algún otro con el don de
la interpretación se levantará entonces a explicar al orador.
“Hijo, no puedo entender el lenguaje que hablas”, dijo el pequeño hombre estirado
desde detrás del mostrador. Estuve rezando en lenguas la mitad del día y no
recuerdo nada de todo ello, pero es seguro que el empleado de correos quedó
impresionado”
Pat Robertson escribe sobre su iniciación en Shout it From the Housetops: “Sentí
oleadas de amor fluyendo sobre mí tan pronto comencé a cantar alabanzas a
76
Jesús… Fue en ese momento cuando llegué a darme cuenta de que mi oración era
entrecortada. Estaba hablando en otro lenguaje. Algo muy profundo dentro de mí
se estaba expresando y el Espíritu Santo suministraba las palabras… Su sonido era
similar a algún tipo de dialecto africano”
Un poco más adelante cuenta Pat cómo su esposa Dede practicó la glosolalia por
primera vez. Cierta noche Pat se acostó temprano. A medianoche se despertó a
causa del sonido de las plegarias de Dede:
Cuando Pat Boone, el pentecostal más conocido en el negocio del espectáculo, fue
bautizado por el Espíritu, cantó en lenguas. En la historia de su vida, A New Song,
dice que arrancó con un tono sencillo, y que entonces de repente “se transformó en
una hermosa melodía, y que las palabras comenzaron a flotar sobre la melodía…
¿Cómo describir tal cosa? Fue una experiencia edificante, inspirada, gozosa, la más
profunda de mi vida, tenía una íntima sensación de saber que yo estaba cantando
una nueva canción a Dios”
Los rituales con serpientes y venenos resultan embarazosos para los carismáticos
ilustrados, pero Oral Roberts ha descubierto un ingenioso modo para rechazarlos.
La palabra serpiente, explica, se refiere a los enemigos humanos de quienes Dios
procura protección. Asimismo, respecto a los venenos la Biblia simplemente quiere
decir que los creyentes triunfarán sobre la muerte, si beben veneno
accidentalmente. En varios estados sureños hay leyes contra el comercio de
serpientes de cascabel y contra los bebedizos con estricnina diluida, pero las leyes
son violadas con frecuencia y en consecuencia casi todos los años se producen
víctimas como resultado.» (9)
«Todo el mundo sabe que Corrie Ten Boom habló en lenguas, pero ella nunca
mencionó ese hecho a nadie. Y muchas veces ha reprendido a las personas que
hablan con exceso respecto al don de lenguas. » (10)
«Un joven que formaba parte de las fuerzas de ocupación de los Estados Unidos de
América en el Japón, y que pertenecía a una iglesia en el Estado de Oregón, se
había casado con una señorita japonesa. El joven matrimonio regresó a los Estados
Unidos y en todo les iba bastante bien, a excepción de que la joven se- flora
rechazaba rotundamente la fe cristiana de su marido, y se mantenía resueltamente
aferrada a su budismo. Una noche, después del servicio nocturno, la pareja estaba
77
en el altar, él orando a Dios por medio de Jesucristo, y ella elevando sus oraciones
budistas. Al lado de ellos estaba arrodillada una señora de edad madura, ama de
casa de la comunidad. Cuando esta señora comenzó a orar en lenguas n voz alta,
súbitamente la esposa japonesa tomó del brazo a su marido:
“Cuando oí hablar en lenguas por primera vez esta noche, y el mensaje que siguió,
¡supe de nuevo, y sin ninguna duda, que Dios es real y que me ama! “ Este último
caso es un ejemplo de estos dones como una señal, no para el incrédulo, sino más
bien para una creyente afectada de incredulidad temporaria.
Un viernes por la noche, alrededor de un año después de que Rita fuera renovada
en su experiencia del bautismo en el Espíritu Santo, asistía a una reunión de
oración. Oró por una amiga que estaba trabajando como enfermera misionera en
África, y que estaba soportando difíciles pruebas. Cuando terminó de orar por
Dorotea, hubo un momento de don de lenguas y (le interpretación, que al efecto
decía así: “Si tú misma estás dispuesta a ir a ayudar a tu amiga, tus oraciones
serán contestadas más rápidamente.” A continuación el Señor le preguntó a Rita
tres veces, de la misma manera que le preguntó a Pedro: “ Me amas?” Ella, que
había estado caminando muy cerca de él, testificando activamente de él desde su
reavivamiento, se sintió penosamente sorprendida de que le preguntara si lo
78
amaba, y rompió a llorar. Allí misma Rita le aseguró a Dios que lo amaba tanto que
estaba dispuesta a ir dondequiera la enviara. Tan convincente fue el mensaje que le
dio el Espíritu Sank que al finalizar la reunión ¡sus amigos la rodearon para
despedirla! Según resultaron las cosas, si bien estaba dispuesta a ir al África, en
lugar de ello dos meses después el Señor la envió ¡a Texas!
Alrededor de ocho años atrás, una señorita de la iglesia de St. Luke, Seattle, al
visitar un hospital se detuvo a conversar con una mujer asiática a quien no conocía.
La mujer hablaba muy poco inglés, pero lo suficiente para entender que la visitante
quería orar con ella, a lo cual reaccionó diciendo: “¡Yo, Buda! ¡Yo, Buda!”,
significando con ello, por supuesto, que era budista. La señorita de la iglesia de St.
Luke se sintió inclinada a hablarle a la mujer a medida que el Espíritu ponía las
palabras en su boca, y durante varios minutos habló en un idioma desconocido para
ella. Al hacer ademán de retirarse, la mujer le dijo, con el gozo reflejado en su
rostro: “ Yo, Jesús! ¡Yo Jesús! “ Resulta obvio que la señorita de St. Luke había
testificado a la asiática en su propio lenguaje, y la mujer respondió recibiendo a
Jesús como su salvador » (12)
Notas:
2 Señales de los apóstoles, Págs. 70, Walter J. Chantry, edit. The Banner Of Truth
Trust
3 Señales de los apóstoles, Págs. 69-70, Walter J. Chantry, edit. The Banner Of
Truth Trust
4 Artículo titulado “Don de Lenguas”, del sacerdote católico Padre Jordi Rivero, del
portal de la fe católica corazones.org,
http://www.corazones.org/espiritualidad/espiritualidad/lenguas.htm
5 Señales de los apóstoles, Págs. 151-157, Walter J. Chantry, edit. The Banner Of
Truth Trust
79
9 Documento electrónico titulado “La Glosolalia”, de Martín Gardner, del portal arp-
sac.org, sociedad para el avance del pensamiento crítico,
http://www.arpsapc.org/publicaciones/lar20.html
11 El Espíritu Santo y Tu, Dennis & Ritta Bennet, Pág. 93-94, Edit. Vida, 2ª
reimpresión 1988.
12 El Espíritu Santo y Tu, Dennis & Ritta Bennet, Pág. 93-102 , Edit. Vida, 2ª
reimpresión 1988.
Hola:
Dios te bendiga. Gracias por interesarte en este estudio. Deseo sinceramente que lo
halles de utilidad y de bendición para tu vida espiritual y que puedas hallar las
respuestas que estás buscando.
Paulo Arieu
———————————-
Las palabras están ahí, para explicar el significado de las cosas, de manera que el
que las escucha, entienda dicho significado.” — Aldous Huxley (novelista inglés)
Introducción
Con este artículo no pretendo cubrir todas las inquietudes que surgen de este tema,
y seguramente tampoco lograré analizar todos los pasajes ni sistematizar todos los
conceptos importantes que andan dando vueltas.
Reconozco que las generaciones de creyentes actuales le pone menos énfasis al uso
de los dones, y más énfasis en el crecimiento y mantenimiento de los frutos de
evangelización, así como la formación de líderes, pero no creo que esto le quite
objetividad a este estudio
Pasajes Bíblicos
“Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán
demonios, hablarán en lenguas nuevas,” (Mar.16:17 BJ)
“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas;” (Mar.16:17 RVR 1960)
“Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios,
hablarán nuevas lenguas,” (Mar.16:17 RVR 1995)
“Los que confíen en mí y usen mi nombre podrán hacer cosas maravillosas: Podrán
expulsar demonios; podrán hablar idiomas nuevos y extraños;“ (Mar.16:17
BLS)
“Y estas señales acompañarán a los que han creído: en mi nombre echarán fuera
demonios, hablarán en nuevas lenguas; “(Mar.16:17 LBLA)
(INTERLINEAL) σημεια 4592 δε 1161[AND SIGNS] τοις 3588[THOSE THAT] πιστευσασιν 4100(5660)[BELIEVE]
ταυτα 5023[THESE] παρακολουθησει 3877(5692)[SHALL FOLLOW :] εν 1722 τω 3588[IN] ονοματι 3686 μου
3450[MY NAME]
δαιμονια 1140[DEMONS] εκβαλουσιν 1544(5692)[THEY SHALL CAST OUT;] γλωσσαις 1100[WITH
TONGUES]
λαλησουσιν 2980(5692)[THEY SHALL SPEAK] καιναις 2537[NEW;]
(KJV+) And1161 these5023 signs4592 shall follow3877 them3588 that believe;4100 In1722
my3450 name3686 shall they cast out1544 devils;1140 they shall speak2980 with new2537
tongues;1100
(RV1865) “Y estas señales seguirán a los que creyeren: En mi nombre echarán
fuera demonios: hablarán nuevas lenguas:”
(RV2000) Y estas señales seguirán a los que creyeren: En mi Nombre echarán fuera
demonios; hablarán nuevas lenguas;
(RV95) “Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera
demonios, hablarán nuevas lenguas,”
(RVA) “Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera
demonios, hablarán nuevas lenguas,”
(Scío) “Y estas señales seguirán a los que creyeren: Lanzarán demonios en mi
nombre; hablarán nuevas lenguas;”
El don de lenguas
No solo lenguas angélicas, y del Espíritu Santo que nos edifican, sino un nuevo
lenguaje de la Fe, un hablar diferente, porque llenos de Dios hablaremos un nuevo
idioma, el idioma del Cielo, ya que, “de la abundancia del corazón habla la boca”. Y
en su idioma no existe la palabra “imposible”, o el “no puedo”.
Definiciones:
con látigos, se cortan con cuchillos, caminan sobre fuego, comen cristales y juegan
con serpientes, convencidos de que Alah les protegerá. Los antropólogos han
constatado la existencia de glosolalia en los ritos religiosos de muchas tribus
primitivas.
[...] Respecto a Marcos 16:17, Los fundamentalistas creen que Jesús se estaba
refiriendo proféticamente a los “dones” del Espíritu Santo, que fueron otorgados a
los discípulos el día de la fiesta judía de Pentecostés, tal como se describe en el
libro segundo de los Hechos de los Apóstoles. Se produjo primero “un ruido como
el de un viento impetuoso”. Cuando “hendidas lenguas como de fuego” se posaron
sobre ellos, “quedaron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en
lenguas extrañas…”.
“Lenguas extrañas” no significa aquí lo que San Pablo más tarde denominará la
Lengua Incógnita. Claramente se refiere a que los discípulos hablaban en lenguas
que ellos no sabían. Pues los que les escuchan dicen:
Todos estos que hablan ¿no son galileos? Pues ¿cómo nosotros los oímos cada uno
en nuestra propia lengua? “» (2)
“Doy gracias a Dios de que hablo en éxtasis más que cualquiera de vosotros. Pero
en el culto público, preferiría decir cinco palabras con sentido para instruir a otro a
pronunciar diez mil palabras en éxtasis” (1). Para citar un versículo mucho más
conocido, Corintios I, 13:1 (tomado de la King James Bible): “Si hablando lenguas
de hombres y de ángeles, no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo
que retiñe”.
Aunque la glosolalia fue ampliamente practicada por los cristianos del siglo primero,
se marchitó gradualmente excepto durante un breve revival en el siglo segundo
entre los frenéticos seguidores de Montano de Frigia y de sus dos profetisas, Priscila
y Maxímina. El montanismo fue un movimiento adventista centrado en el inminente
advenimiento de Jesús; como quiera que el Señor faltó a su obligación de aparecer,
la secta se desvaneció pronto. En el siglo cuarto San Agustín pensaba que la
glosolalia fue otorgada solamente a la Iglesia primitiva, pero que este don había
sido retirado por aquel entonces. Este punto de vista llegó a ser el oficial de la
Iglesia Católica y de los Reformadores Protestantes. No hay ninguna evidencia de
que Lutero o Calvino hayan intentado hablar en lenguas, a pesar de que la práctica
emergió aquí y se reproduce en el siglo diecisiete, principalmente en Francia entre
los protestantes camisards y entre los convulsionarios del movimiento jensenista
católico, así como entre los oradores populacheros ingleses.
«El catolicismo define Don de lenguas como el don concedido a una persona por
obra del Espíritu Santo para hablar en todos los idiomas al mismo tiempo (del
mismo modo en que lo hace Dios) y, de este modo, ser oída por cada oyente
solamente en su idioma nativo y en su propio idiolecto sin que el hablante esté al
tanto de estarse expresando en otro idioma y SIN que el oyente sepa que el
hablante desconoce su idioma (cfr. Hechos 2: 1-13). Debido a las características de
este fenómeno, es imposible para una persona estar al tanto de que está
empleando este don, salvo bajo circunstancias tales como que el mismo oyente
haga notar su sorpresa al hecho de que el hablante conociera tan bien su idioma.
Este fenómeno supone que la interpretación/traducción a todos los idiomas es
realizada por obra de Dios sin intervención lingüística del hombre; ya que el
hombre, en su incapacidad para conocer verdaderamente un idioma por cuestiones
de semiótica y bajo el entendido de que el único lenguaje verdadero es el de los
significados sin los significantes, depende de la completa labor de Dios el transmitir
84
“Hablaré a este pueblo por medio de otros idiomas y por boca de extranjeros; pero
ni así me escucharán. “(Is. 28:11-12)
“En la ley está escrito: «Por medio de gente de lengua extraña y por boca de
extranjeros hablaré a este pueblo, pero ni aun así me escucharán», dice el Señor.”
(I Cor. 14:21 NVI)
Entiendan, pues, que el hablar en lenguas es una señal destinada a aquellos que se
niegan a creer, y no a los creyentes, mientras que la profecía es señal para los
creyentes y no para los que se niegan a creer”.
El propósito del don de lenguas es transmitir una idea a otra persona sin utilizar el
lenguaje humano, es un lenguaje de alto nivel originado en nuestro ser espiritual,
incomprensible para el sentido del oído, pero que el espíritu es capaz de entender y
guardar la idea en nuestro cerebro.
[...] El don de lenguas es una lengua semejante a la que hablaba el ser humano
antes de la construcción de la Torre de Babel. La comprensión de una idea a través
de la revelación es el resultado de la comprensión del evangelio del reino de la
misma manera en que se comprende una idea transmitida a través de las lenguas
angelicales.» (4)
«La palabra griega “lenguas” traducida, literalmente significa “idiomas”. Por tanto,
el don de lenguas es hablar en un idioma que una persona no conoce, a fin de
85
ministrar a alguien que habla ese idioma. En I Cor. cap. 12 al 14, donde Pablo
habla de dones milagrosos, comenta, “Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros
hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablase con revelación, o con
ciencia, o con profecía, o con doctrina?” (1ª Corintios 14:6). De acuerdo con el
Apóstol Pablo, y de acuerdo con las lenguas descritas en Hechos, hablar en lenguas
es valioso para aquel que escucha el mensaje de Dios en su propio idioma, pero es
inútil para todos los demás – a menos que sea interpretado / traducido.
Una persona con el don de interpretar lenguas (I Cor.12:30) podría entender lo que
uno que habla en lenguas está diciendo, aunque no conozcan el idioma que está
siendo hablado. El intérprete de las lenguas comunicaría entonces el mensaje del
que habla en lenguas a todos los demás, de manera que todos pudieran entender.
“Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla” (I
Cor. 14:13). La conclusión de Pablo en cuanto a lenguas no interpretadas es
poderosa, “Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento,
para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida” (I Cor.
14:19).» (5)
«Se le llama “don de lenguas” a diferentes dones que se deben distinguir para
evitar confusión:
“Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les concedía expresarse. (Hch. 2:4)
Según San Pablo estos dones (lengua y su interpretación) son parte del don de
profecía pero advierte que debe estar sometido al orden de la iglesia. No deben,
por ejemplo, varias personas hablar en este tipo de lenguas al mismo tiempo.
3-Orar en lenguas o canto de júbilo. Este don es muy diferente a los de arriba.
Por medio de el se expresa, con sonidos ininteligibles, la devoción que no se puede
poner en palabras. Se ha comparado con el canto gregoriano, cuando este extiende
las sílabas en una hermosa armonía de alabanza.
A diferencia del don antes mencionado, este tipo de lenguas pueden ejercerlo
varias personas o muchas, de igual manera que se expresa el canto en la
86
comunidad. Mientras unos alaban en lenguas, otros pueden alabar con palabras del
vernáculo o cantar. Es un don muy sencillo por el cual el Espíritu Santo nos asiste
en la oración, particularmente en la alabanza. Este don se manifiesta con frecuencia
en los grupos de oración carismáticos.
Este don de lenguas es a la vez una forma de oración bajo la influencia del Espíritu
Santo y bajo el dominio de la voluntad del sujeto. Dios no viola su libertad, por lo
que la persona utiliza sus facultades normales. Es por eso que la persona debe
rezar en lenguas utilizando su discernimiento en cuanto al momento y la forma
apropiada para ejercerlo. Puede, por ejemplo elegir rezar en lenguas en alta voz o
en silencio según sea o no una distracción para otros. No se trata por lo tanto de un
milagro propiamente hablando sino de un don que se acopla a las capacidades
normales de la naturaleza. En la oración en lenguas no se utiliza el intelecto para
formular el lenguaje. El intelecto se absorbe en adoración.
San Agustín, Padre de la Iglesia del siglo IV, incluye el don de lenguas en
el canto de “júbilo”:
Mas he aquí que él Mismo (Dios) te sugiere la manera que has de cantarle: no te
preocupes por las palabras, como si éstas fuesen capaces de expresar lo que
deleita a Dios. Canta con júbilo. Éste es el canto que agrada a Dios, el que se hace
con júbilo. ¿Qué quiere decir cantar con júbilo? Darse cuenta de que no podemos
expresar con palabras lo que siente el corazón. En efecto, los que cantan, ya sea en
la siega, ya en la vendimia o en algún otro trabajo intensivo, empiezan a cantar con
palabras que manifiestan su alegría, pero luego es tan grande la alegría que los
invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas y acaban en
un simple sonido de júbilo.
Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad,
soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. (I Corintios 13:1).
Debemos aceptar con gratitud todos los dones de Dios y usarlos bien. San Pablo
dice:
Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros (I Cor. 14:18)
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Habiendo clarificado gratitud por el don de lenguas que el mismo posee, San Pablo
escribe en el próximo versículo:
“pero en la asamblea, prefiero decir cinco palabras con mi mente, para instruir a los
demás, que 10.000 en lengua”. (I Cor. 14:19)
En las reuniones de cristianos todo don tiene su lugar en el orden que debe existir.
(Cf. I Cor 14:39-40)
“Así pues, las lenguas sirven de señal no para los creyentes, sino para los infieles;
en cambio la profecía, no para los infieles, sino para los creyentes.” (I Cor. 14:22)
San Pablo no está sugiriendo que no se use el don entre creyentes. Solamente dice
que no se tenga entre ellos como señal. Y es que algunos enseñan falsamente que
el don de lenguas es señal de elección o de santidad o asumen que si no hay
oración en lenguas no está actuando el Espíritu Santo. Estos errores se deben
condenar. San Pablo exhorta a la madurez, a valerse con gratitud de todos los
dones pero no fascinarse con los dones más visibles, sino reconocer el lugar de
cada uno. El de lenguas es inferior a los demás dones y virtudes.» (6)
«La palabra don de lenguas viene de la unión de dos palabras: glosa que quiere
decir lengua y de la palabra LALIA que es el acto de hablar (del verbo laléo de la
lengua griega), que, juntando las dos palabras, leemos: “glosolalia”, Por lo tanto,
Glosolalia es el don de hablar lenguas.
Podemos decir así: El don de lenguas es la posibilidad que el Espíritu Santo concede
al creyente para hablar un idioma totalmente desconocido para el. Ese don consistía
de poderes milagrosos conferidos a los apóstoles para predicar el Evangelio a todas
las naciones en sus respectivas lenguas. Por eso, es bueno que se sepa que este
don no es necesario para la salvación de la persona, sino que una concesión dada
por Dios para llevar la salvación a otros. Dijimos no necesaria a la salvación, debido
a este fenómeno ocurre también entre las religiones paganas, y aún en el mundo
antiguo del Antiguo Testamento.
Pero si los dones son concedidos por Dios para edificación de la iglesia (I Cor.14:12
y 26), El puede conceder privilegio de hablar lenguas para testificar a Su favor,
desde que esto se haga necesario, pero en ningún lugar la Biblia enseña que toda
persona bautizada con el Espíritu Santo tendría necesariamente que hablar lenguas
extrañas. Si esto es verdad, ¿ por que los pentecostales declaran de manera
enfática que los cristianos que reciben el Espíritu Santo precisan hablar lenguas?
Dicen ellos:
“Un cristiano que no fue bautizado con el Espíritu Santo, (teniendo como prueba de
eso el hablar lenguas), es débil espiritual, comparado con aquello que podría ser,
caso fuese bautizado con el Espíritu Santo, de acuerdo con Hechos 2:4.”
Los Hechos narran cómo ese día los Apóstoles, reunidos con otras personas en
Jerusalén, “quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar otras
lenguas”(2,4). Se trata de verdaderos idiomas hablados en determinados países,
diferentes de aquellos que habitualmente hablaban los seguidores de Jesús, pues
los oyentes les oyen hablar sus propias lenguas y se admiran del hecho de oírlas en
labios de galileos (2,8-9). Este poliglotismo milagroso se repite en la Iglesia
primitiva, así como en otras religiones del mundo grecorromano.
Santo. Un cuidadoso estudio de ese pasaje en Hch. 2 nos dice que las “lenguas”
eran idiomas conocidos, entendidos por los visitantes extranjeros en Jerusalén. Así,
pues, el pequeño grupo de cristianos recibió la sobrenatural capacidad de hablar en
otros idiomas.»(9)
«” Hablar en lenguas” es nada menos que tener las facultades parlantes tan
completamente bajo el control del Espíritu Santo que una persona pueda articular
un lenguaje desconocido para él mismo. Las palabras no son elegidas
conscientemente por quien habla, sino que más bien articula palabras directamente
dadas por Dios. Independientemente del lenguaje hablado, el hablar en lenguas es
una forma de profecía. La palabra “profecía” se usa más comúnmente en la
Escritura para cualquier mensaje hablado de parte de Dios. Ocasionalmente, como
en I Cor. 14, se usa en sentido más técnico. Se refiere a la comunicación de una
revelación divina en lenguaje que los oyentes entienden comúnmente. En ese
pasaje se distingue del “hablar en lenguas”. De todos modos, ambas son formas de
comunicación divina para el hombre.» (10)
Era hablar, en vez de estar silente (I Cor. 14:28), pero no siempre en un idioma
extranjero.
El día de Pentecostés los Apóstoles realmente hablaron los varios idiomas de los
que escuchaban, pero los gentiles que aún no habían sido bautizados en la casa de
Cornelius se pusieron a “hablar en lenguas y glorificar a Dios”(Hch. 10:46) y los
doce efesios recién bautizados hablando en lenguas y profetizando (Hch. 19:6) no
tenían razón para usar lenguas extrañas. De nuevo, en vez de la expresión
“hablando en lenguas” Pablo usa la frase hablar “en lengua” (1Cor. 14:2, 4, 13, 14,
27). El objeto del don no era transmitir ideas a los que escuchaban, sino hablarle a
Dios en oración (1 Cor. 14: 2, 4) un objetivo para el cual un idioma extranjero es
innecesario. Finalmente — y este argumento parece conclusivo — Pablos compara
la glossolalia, por su efecto, a hablar en un idioma desconocido; por lo tanto, no es
ella misma un idioma desconocido. (I Cor.14:11).
Era una lengua articulada, ya que el que hablaba oraba, cantaba, y daba gracias (I
Cor.14:14-17).
El que hablaba estaba como en un trance — “si oro en lengua, mi espíritu [pneuma]
ora, pero mi mente [nous, mens] queda sin fruto” (I Cor. 14: 14).
El don de lenguas es inferior al de profecía: “el que profetiza, supera al que habla
en lenguas, a no ser que también interprete, para que la asamblea reciba
edificación” (I Cor 14:5).
Entre los Patriarcas es sententia communissima que el hablar en lenguas era hablar
lenguas extranjeras. Su interpretación está basada en la promesa en Marcos 16:17
“hablarán en lenguas nuevas”, y en su cumplimiento en el don de lenguas de los
apóstoles (he 2:4). Una nueva lengua, sin embargo, no es necesariamente una
lengua extranjera, y un don que tuvo uso especial el día de Pentecostés parece sin
propósito en asambleas de personas de un mismo idioma. Hay, además, objeciones
textuales a la opinión común, aunque, debemos admitir, no convencedoras [ver el
segundo punto arriba]. Muchas explicaciones de este oscuro carisma son ofrecidas,
pero ninguna de ellas está libre de objeción. Puede ser que haya algo de verdad en
todas ellas. San Pablo habla de “tipos de lenguas”, que puede implicar que la
glossolalia se manifestaba en muchas formas: por ejemplo, en la forma de lenguas
extranjeras cuando lo requerían las circunstancias, como con los Apóstoles; como
una nueva lengua — “un tipo de locución distintiva de la vida espiritual y
distinguida del habla común, la cual para los sentimientos exuberantes de la nueva
fe parecían inadecuada para la comunicación con Dios”( Wizsacker); o como la
manifestación de los gemidos inefables del Espíritu, pidiendo por nosotros, y
causándonos gritar “Abba, Padre” (Ro. 8:15,26). » (11)
Dennis & Rita Bennet, nos explican acerca del uso de los dones de expresión: «Los
dones de expresión —lenguas, interpretación y profecía— no están dados para que
nos sirvan como guías para nuestra vida, sino para ayudarnos a conocer a Dios en
profundidad y asistirnos en nuestra respuesta a él. Nos inducen a volvernos a Dios
y nos infunden un temor reverente del Señor.
Hay dos maneras de hablar en lenguas. La más común es la que se usa como un
lenguaje devocional para edificación propia, y no hace falta interpretación. (I Cor.
14:2.) Queremos referirnos, más bien, a la manifestación pública de hablar en
lenguas, es decir la que debe ser interpretada. A esto llamaremos el “don de
lenguas”. Cuando un cristiano bautizado en el Espíritu Santo siente la inspiración de
hablar en lenguas en voz alta y en presencia de otros, a lo cual sigue generalmente
la interpretación, estamos en presencia del don, de lenguas. (I Cor. 14:27-28;
12:10.) El don de lenguas es transmitido o dado a los oyentes, que son edificados
al escuchar la interpretación que sigue, hecha por quien tiene ese don (El don de
lenguas también puede aplicarse como oración o alabanza a Dios).
1. Por medio del don de lenguas y de interpretación, Dios puede hablar a los
incrédulos y/o a los creyentes.
Si bien Dios no habla en lenguas (cómo podría haber un lenguaje desconocido para
él’?) estimula al cristiano dócil a que lo haga, y de esa manera —mediante las
lenguas y la interpretación— habla a su pueblo hoy en día. Tanto el Antiguo como
el Nuevo Testamento dan testimonio conjunto de que Dios habla a su pueblo
mediante estos dones. Así dice Isaías:
¿De qué manera el don de lenguas puede ser una señal para el incrédulo?
Cuando el don de lenguas es un mensaje de Dios, que alcanza al incrédulo, sea por
su conocimiento del lenguaje (una traducción), sea por la inspirada interpretación
de un creyente, y en algunos casos sin contar con la interpretación o traducción,
Constituye una señal para el incrédulo de que Dios es real, vivo, y está preocupado
por él.
La mayoría de nosotros prefiere oír relatos del cielo que relatos de la tierra;
preferiríamos oír a Dios hablándonos, que oír al hombre hablar a Dios.
Sin embargo, leyendo las Escrituras, observamos que el dori de lenguas es utilizado
en reuniones públicas de oración y necesita interpretación para que los otros
creyentes puedan asentir. (I Cor. 14:13- 16.) De ahí se desprende que el don de
lenguas, complementado por la interpretación, puede también ser una oración,
acción de gracias o alabanza a Dios, lo cual estimula a la congregación. El don de
lenguas en tanto sea oración o alabanza, puede ser un lenguaje conocido por los
incrédulos, como ocurrió en el día de Pentecostés: “Les oímos hablar en nuestras
lenguas las maravillas de Dios.” Pablo también establece que alguno en la reunión
Puede cantar su alabanza a Dios utilizando el don de lenguas; también la
interpretación puede ser cantada, lo cual es de gran inspiración.
92
Es motivo de perplejidad para algunos, cuando unas pocas palabras en lenguas son
seguidas de una larga respuesta en el idioma vernáculo. Varias razones explican
este hecho. Pudiera ser que el lenguaje dado por el Espíritu Santo fuera más
conciso que el lenguaje más elaborado del intérprete. También pudiera ser que la
interpretación misma fuera seguida por palabras proféticas. Otra explicación más es
la de que al hablar en lenguas era en realidad una oración privada, y la presunta
interpretación era, en la realidad, una profecía.
Si bien es cierto, que todos los creyentes deberían hablar diariamente en lenguas
durante sus oraciones, no todos pueden ejercitar el don de lenguas en una reunión
pública. (I Cor. 12:30.) Sabremos que Dios nos está inspirando a manifestar el don
de lenguas cuando sentimos con toda claridad en lo más intimo de nuestro ser el
avivamiento o el testimonio del Espíritu Santo. Esto no significa que tengamos que
hacer nada impulsivamente. Debemos hablar al Señor tranquilamente y pedirle,
para el caso de que él quiera utilizarnos de esta manera, que nos brinde la
oportunidad, durante el servicio, de oficiar en el ministerio. Nunca debemos
interrumpir cuando otra persona esté hablando. Tal como lo dice David duPlessis,
“iEl Espíritu Santo es un caballero!” Debemos preguntarle al Señor si éste es el don
particular que quiere para este grupo determinado.
ya nos está diciendo en nuestro espíritu y por medio de las Escrituras. Dios actúa
como quiere, pero se ajusta a ciertas pautas generales que nosotros podemos
detectar. Algunos han denominado a I Cor. 14 como las reglas de oro carismáticas
del cristiano. Por ejemplo, I Cor. 14:27, dice así: “Si alguno habla en una lengua,
su número debe estar limitado a dos, o a lo sumo a tres, y cada uno (esperando su
turno), y que alguien explique (lo que se ha dicho)” (Biblia Amplificada). Esta
escritura establece normas específicas. Limita el número de intervenciones en
lenguas e interpretaciones a dos o tres veces en una reunión. Algunos estiman que
el próximo versículo significa que después de dos o tres dones de lenguas, un
“intérprete oficial” deberá brindar una sola interpretación para los dos o tres
discursos en lenguas, pero el versículo 13 indica que cualquiera que está
acostumbrado a manifestar el don de lenguas, también puede orar pidiendo el don
de la interpretación. Esto es importante que lo tengamos en cuenta, desde el
momento en que puede haber otros en la reunión que no se sienten
suficientemente entregados en ese momento para hacer la interpretación que se
necesita. A fin de evitar la confusión que produciría entre los incrédulos y los
creyentes no instruidos la falta de interpretación del don de lenguas (vers. 23, 33),
parece que es bíblico que cada vez que se hable en lenguas hay que hacer la
interpretación separadamente. Además se tornaría muy difícil retener la
interpretación por un período demasiado prolongado. El hablar en lenguas sería
reconocido más como idioma conocido si hubiera alguien presente que supiese ese
lenguaje y pudiera traducirlo. También es posible que en alguna medida el hablar
en lenguas sea en el “lenguaje de ángeles”. (I Cor.13:1.) Sabemos que en el
mundo hay alrededor de 3.000 idiomas y dialectos, de modo que no puede
sorprender a nadie que muy pocos idiomas puedan ser reconocidos en una localidad
en particular; en realidad es sorprendente que se puedan reconocer tantos. En el
día de Pentecostés había alrededor de 120 personas hablando en lenguas, pero sólo
fueron reconocidos catorce lenguajes (Hch. 1:15; 2:1, 4, 7-14), a pesar de que
había “judíos piadosos” de todas las naciones del mundo conocido. Este es más o
menos el porcentaje de idiomas conocidos identificados hoy en día. Orando con
personas pidiendo la bendición de Pentecostés, y habiendo asistido a numerosas
reuniones carismáticas en muchas partes del mundo durante los pasados diez años,
hemos conocido gente que han hablado en lenguas en latín, castellano, francés,
hebreo, vasco antiguo, japonés, arameo, chino mandarín, alemán, indonesio,
dialecto chino foochow, griego neotestamentario inglés (por un orador no inglés) y
polaco.
en Llamas, que «“uno de los más importantes teólogos que ha sostenido que las
obras extraordinarias en la vida de la iglesia cesaron con el fin de la era apostólica
(aproximadamente año 150 d. de C.) fue el presbiteriano Benjamín B. Warfield. Sus
conferencias fueron reimpresas de 1917 a 1918 en Benjamin W.Warfiewld,
Counterfelt Miracles (Falsos milagros), The Banner of Truth Trust”
Luego ellos citan a Kevin y Dorothy Ranaghan, autores del libro Pentecostales
católicos pp.150-152), quienes definen el don de lenguas:
“El hablar en Lenguas es una forma de orar que, según creemos nosotros, debe ser
una ocurrencia diaria de la vida del cristiano verdadero que está lleno del Espíritu.
Sin embargo, a primera vista este don parece tan fuera de lo común, tan
extraordinario, que la simple mención de él evoca inquietud, curiosidad,
escepticismo, y hasta hostilidad abierta… es uno de los dones del hablar, una
expresión del Espíritu por medio del hombre, con una diferencia mayor. Los otros
dones del hablar, usan el idioma de la persona que habla, mientras que en este don
el sujeto no conoce el idioma en que habla. Tanto la forma como el contenido, son
dones del Espíritu. El don de lenguas se usa solamente para oración y alabanza.
Con el don de interpretación puede convencer al incrédulo y fortificar, consolar,
enseñar o conmover la comunidad de fe. La interpretación de lenguas es un don
complementario que se puede esperar en la comunidad. Sin éste, el don de lenguas
tiene que limitarse al uso privado devocional. El don de interpretación no es una
traducción de un idioma extranjero. La traducción, con la comprensión literal de las
palabras habladas ha ocurrido en nuestros grupos; pero esto no es el don de
interpretación… Al usar el don de interpretación dado por el Espíritu, el idioma
queda tan extraño al que interpreta como al que habla. Sin embargo, el que
interpreta entiende el sentido y el impacto del mensaje. No es una traducción o
comprensión palabra por palabra; varía más bien de una idea vaga de lo que el
Señor quiere decimos, a una comprensión total, dependiente de nuestro estado de
corazón ante el Señor. La receptividad al ejercicio de este don tiene un crecimiento
progresivo. Tenemos que aprender cómo actuar en fe, y hablar las primeras
palabras débiles que vienen a nosotros. Dios proveerá lo demás.” En el siguiente
capítulo del mismo libro, se hace una observación interesante sobre el don de
lenguas: “En cuanto al don de lenguas, Pablo no se opone al hablar en lenguas, y
da gracias a Dios que lo practica más que los corintios. Pero limita y regula el uso
público de las lenguas (I Cor 14). Creemos que este don, como el resto de los
carismas, tiene vigencia hoy. La persona que recibe el don, hará de la oración en
lenguas, una parte de su vida devocional, junto a la lectura bíblica, la oración y la
alabanza periódicas. El que habla no es una herramienta pasiva en manos del
Espíritu. Según la enseñanza paulina, el creyente que tiene este don posee control
del mismo. Lo usa para alabar a Dios y para edificación propia. A menos que haya
quien interprete, el que habla en lenguas debiera abstenerse de hacerlo en una
reunión pública.
«El hablar en lenguas es algo tan común en los cultos pentecostales de América
Latina que algunos quizá se pregunten por qué lo tratamos aquí como un asunto
por separad La mayor parte del hablar en lenguas se produce durante la oración,;
de manera que hubiera sido más natural incluirlo bajo la oración; pero, puesto que
este libro se escribe tanto para los pentecostales como para los que no lo son, es
necesario que digamos un par de cosas al respecto.
Cierta vez me hallaba orando en una reunión. Creía muy poco en el hablar en
lenguas y tenía muchas dudas al respecto. Sin embargo, el 20 de mayo de 1967,
durante un culto de oración en la iglesia, mientras oraba con fervor, sentí de
repente como si alguien me hubiera puesto delante un poderoso reflector que me
quemaba. Quería hablar en español, pero no podía. No podía ver otra cosa que
llamas de fuego a mi alrededor, y tenía la sensación de estar ardiendo. Luego
comencé a hablar en lenguas. Estaba consciente, pero en éxtasis.
Sin embargo, hay otros que sostienen que el hablar en lenguas podría ser
apropiado en la actualidad; pero que los pentecostales latinoamericanos abusan de
ello como lo hicieron los corintios, por lo que se les debe reprender y corregir. El
determinar si realmente abusan de ese don es un asunto de juicio personal. Creo
que, en su mayor parte, no lo hacen. Según lo entiendo, el problema que se
96
expone en I Cor. 12:14 consistía en que los corintios dividían a los creyentes en
categorías de primera y segunda clase, según si tenían el don de lenguas o no.
El error de los corintios era que tenían la tendencia a considerar las lenguas como
el don espiritual de mayor importancia, un error que no he observado
personalmente entre los pentecostales latinoamericanos; aunque es evidente que la
tentación de caer en ese error está latente, y pudieran citarse varios casos para
demostrar que algunos de ellos cayeron en extremos. Cuando esto ha ocurrido,
alguien debe exhortar y reprender a estos hermanos, pero en el Espíritu.
Notas:
1 Editor General: Hayford, Jack; Autor: Snider, Joseph, Poder del Reino: Recibamos
el poder de la promesa [Un estudio de Hechos], (Nashville, TN: Editorial Caribe)
1996
2 Documento electrónico titulado “La Glosolalia”, de Martín Gardner, del portal arp-
sac.org, sociedad para el avance del pensamiento crítico, http://www.arp-
sapc.org/publicaciones/lar20.html
3 Ibíd.
6 Artículo titulado “Don de Lenguas”, del sacerdote católico Padre Jordi Rivero, del
portal de la fe católica corazones.org,
http://www.corazones.org/espiritualidad/espiritualidad/lenguas.htm
97
7 Documento electrónico titulado “La Glosolalia”, de Martín Gardner, del portal arp-
sac.org, sociedad para el avance del pensamiento crítico, http://www.arp-
sapc.org/publicaciones/lar20.html
10 Señales de los apóstoles, Págs. 35-36, Walter J. Chantry, edit. The Banner Of
Truth Trust
12 El Espíritu Santo y Tu, Dennis & Ritta Bennet, Págs. , Edit. Vida, 2ª reimpresión
1988.
A una mujer extranjera, Jesús dijo, “Cualquiera que beba el agua que yo doy nunca
tendrá sed; Será un pozo de agua dentro de él, saltando a la vida eterna”
“Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron. Pero
después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo
al campo. Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos
creyeron. Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos
sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón,
porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id
por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere
y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y
estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera
demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y
si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán
sus manos, y sanarán. “(Mr.16:11-18 RVR 1960)
I. Introducción:
Que se repita la palabra creer tantas veces, ya que es común en este libro el repetir
ciertas palabras que impliquen continuidad o algún grado de acción.
total de las veces que se usa en todo el resto del Nuevo Testamento [1.10, 12, 18,
20, etc.]. Esto proporciona la impresión de qué no obstante lo variado y detallado
que haya sido el ministerio de Jesús, Él se encontraba siempre de prisa hacia una
invisible meta vislumbrada por Él; pero escondida para la mayor parte de sus
contemporáneos y solo débilmente percibida por los discípulos en aquellos raros
intervalos en que las palabras de Él les iluminaban el entendimiento.»(1)
Tampoco debería causar sorpresa que la palabra creer se repita tantas veces en
este corto pasaje ya que creer, implica acción; es una palabra dinámica. Toda
aquella persona que ha logrado un objetivo en la vida es porque ha creído que era
posible lograrlo, y para esto emprendió ciertas acciones en pos de su objetivo.
Ej. Pablo usa los ejemplos de un atleta que corre para llevarse su premio y de un
luchador que para lograr su corona de todo se abstiene
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno
solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que
lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible,
pero nosotros, una incorruptible. “(I Cor. 9:24-25 RVA 1960)
Un atleta llega a la meta porque creyó que podía ganar y porque creyó se anotó en
el evento, y porque creyó corrió, y porque corrió, ganó.
“Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no
lo creyeron.Pero después apareció en otra forma a dos de ellos
que iban de camino, yendo al campo. Ellos fueron y lo hicieron
saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron.Finalmente se apareció
a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les
reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no
habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id
por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El
que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere,
será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi
nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no
les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
“(Mar.16:11-18 RVR 1960)
Jesús desde el comienzo de su ministerio instó a las masas a creer en él. Después
que Juan el Bautista fuera encarcelado, Jesús se fue a Galilea a anunciar las buenas
noticias de parte de Dios y La Versión Popular dice que Jesús decía “vuélvanse a
Dios y acepten con fe sus buenas noticias” (Mar 1:15 VP)
“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio
del reino de Dios,diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha
acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.” (Mar 1:14-15 RVA 1960)
Como bien sabemos, en Juan, Dios nos reveló el propósito de la misión de Jesús en
la tierra:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Jn. 3:16
RVA 1960)
“Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único
Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna.” (Jn.
3:16 BLS)
«pisteuo (pisteuw), creer, también ser persuadido de, y por ello fiarse de, confiar.
Significa, en este sentido de la palabra, apoyarse en, no una mera creencia. Se
halla con gran frecuencia en los escritos del apóstol Juan, especialmente en su
Evangelio. En cuanto a la primera utilización del verbo, véase Jn 1.50. De los
escritores de los Evangelios, Mateo usa el verbo en diez ocasiones, Marcos diez,
Lucas nueve, Juan noventa y nueve. En Hch 5.14 se traduce el participio presente
del verbo como “creyentes”.
No hay duda de que el Antiguo Testamento afirma que el poder del Señor se
extiende también a la morada de los muertos (1 S 2.6; Job 26.6). Por ello, aunque
algunos pasajes discutidos pueden referirse a la liberación de un peligro inminente
de muerte (Sal 16.10s; 49.15; 86.13; Os 13.14), está ya presente en ellos la
esperanza de la resurrección que en Daniel 12.2 se afirma con toda claridad.
Aunque el Antiguo Testamento no presenta una doctrina sistemática de la
resurrección, afirma sin dudas el poder del Señor, cuya justicia y misericordia no
pueden ser detenidas por la muerte.
«Una de las cosas más satisfactorias es ver la vida del Señor Jesucristo ajustarse al
molde de las profecías acerca del Mesías. Es un nutriente maravilloso de la fe el ver
que antes de Su venida los siglos preparaban ya su identificación con detalles que
hubiera sido imposible fraguar y hacerles a todos coincidir; tal cosa sería imposible;
no estaban en la mano del hombre. El pre-conocimiento divino había hecho que se
escribiera, por así decirlo, una biografía antes de que aconteciera en el tiempo y la
historia. Estaba prevista la raza, el pueblo, la tribu, la familia de su ascendencia, el
lugar de su nacimiento y la forma del mismo, junto con acontecimientos
concomitantes. Estaban previstos sus obras y su ministerio, e incluso la época de
éste, y el día de Su visitación; aun Su precursor estaba previsto. Su muerte en
detalles y su significado; Su sepultura y Su resurrección; Su ascensión y partida
por un tiempo a ministrar en los cielos; y aun Su regreso está previsto, acerca del
cual se dieron señales que le precursarían, las cuales, gozo da el verlo, se
confirman en la realidad histórica corroborando la veracidad de la inspiración
profética. En Jesús de Nazaret se cumplen, pues, las expectativas mesiánicas de los
siglos pasados, todo en su debido orden, la parte del Cordero y la parte del León.
La parte ya cumplida nos hinche de esperanza en relación a la parte restante, que
con toda lógica corresponde a Su segunda venida, de cuya cercanía ya las
vestiduras del siglo presente nos avisan confirmando la promesa, cuyo
cumplimiento se escucha ya viniendo como piedras del río que suenan anunciando
el aluvión. Todo se acomoda como estaba previsto para ser hallado de Él cual lo
anunció; aunque el día y la hora nadie sabe, sino sólo el Padre. No obstante,
señales nos dio y señales tenemos; no han faltado a la cita, enriqueciendo la fe. La
profecía y su cumplimiento son hechos ineludibles, vindicaciones que dejan sin
excusa a los que tratan de eludir el hecho de que la historia estaba preparada para
Cristo.» (5)
· Él es la bendición del Dios de Sem y Aquel que hace a Jafet morar en las tiendas
de su hermano. (Gén. 9:26,27)
· Él es el siervo de Yahveh y Yahveh mismo que abriría los ojos de los ciegos y
haría cantar la lengua de los mudos. (Is. 35:4-6.)
· Aquel que sería vendido por treinta piezas de plata (Zac. 11:12)
· Aquel que se llamaría Nazareno, aquel pimpollo, sí, aquel renuevo, la vara de
tronco de Isaí. (Is. 11:1)
· Aquel que sepultado Su alma no sería dejada en el Hades, que es el Seol. Aquel
cuya carne no vería corrupción sino que viviría, resucitaría y nos daría vida. (Sal.
16:8-11)
· Aquel que se sentaría a la diestra del Padre hasta que sus enemigos fuesen
puestos por estrado de sus pies. (Sal. 110:1)
· sí, aquel que nos dejaría por un poco de tiempo para volver a establecer el Reino
recibido. (Miq. 5:3,7).
· Aquella piedra no cortada de mano, que desmenuza los reinos (Dan. 2:44-45)
103
· El Hijo del Hombre que después de traspasado será visto en las nubes del cielo
viniendo en gloria y majestad. (Dan. 7:13)
1. En Judea:
· A “los que se habían reunido” (Hch 1.6–9; cf. los «apóstoles» de 1.2; quizás I Cor
15.7; Luc 24.50s; cf. v. 33).
2. Probablemente en Galilea:
Según Lucas, el período de las apariciones duró cuarenta días (Hch 1.3) y terminó
con la Ascensión.
“Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al
campo. Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron “(Mar.
16:12-13 RVR 1960)
Luego, Marcos relata que un día se les aparece a los discípulos mientras ellos
estaban sentados a la mesa y los tuvo que reprender por su falta de fe y la
terquedad ya que no creyeron a los que lo habían visto resucitado.
La doctrina de la resurrección
“-No se asusten –les dijo-. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue
crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron”. (Marcos
16:6)
«La resurrección es el poder que tuvo Cristo para volver a la vida con un cuerpo
inmortal, glorificado; a gran diferencia de la “reencarnación” que enseña que el ser
humano, regresa a la vida con el mismo cuerpo. La resurrección muestra al Cristo
triunfante y vencedor de toda religión e ideología. Luego que el Señor es entregado
al pueblo por el pusilánime Pilato, y sufre escarnios, burlas y hasta es golpeado
hasta desfigurarle su rostro, es crucificado en una cruz, muere, es sepultado en el
sepulcro del rico José de Arimatea y resucita de entre los muertos, el primer día de
la semana. Las mujeres compraron especies aromáticas para ungir al Señor; es
decir, ellas no creyeron en la resurrección, tampoco los discípulos; pero el Ángel les
da las buenas nuevas que el Señor no esta en la tumba, ha resucitado; las mujeres
corrieron con la noticia a los apóstoles y así se ha divulgado la noticia al mundo
entero, durante dos mil años. La resurrección es la base de fe del cristianismo. Es
la doctrina superior de la humanidad. No hay un solo líder del mundo que haya
revivido, peor resucitado de entre los muertos. Ni Confucio, Buda, Mahoma,
Gandhi, ni los grandes filósofos y seres humanos distinguidos; han resucitado como
el Señor Jesucristo lo hizo. La vida, muerte y resurrección de Cristo, fueron
extraordinarias. Él es santo y sublime, ya que nunca pecó. Solo Cristo perdona y
limpia de todo pecado y nos hace una nueva persona. » (6)
Pero hay algo más en esta relación profética: los tipos, las figuras, las sombras y la
alegoría le presentan también. Para la analogía del pensamiento fue provisto
también un testimonio.
Jesús quería que sus discípulos creyeran de verdad que el había resucitado, de
verdad tal como el les había dicho varias veces y en cumplimiento a las escrituras.
105
Los evangelios nos muestran que Jesús resucitado es idéntico al Jesús terrenal, a
pesar de las diferencias que embargan al principio los ojos de los discípulos para no
reconocerle (Luc 24.16; Jn 21.4).
Pero, ahora Jesús tiene nuevas condiciones que antes solamente habían sido
presagiadas en la Transfiguración (Mar 9.9):
Yo creo que el señor no lo podía creer, se preguntaría ¿que más puedo hacer yo
para que ustedes me crean, que otra señal será suficiente?
Pablo afirmó ser también parte de la misma serie de testigos (I Cor 15.8), gracias a
la aparición que le fue concedida unos tres años después (Hch 9.3–8; 22.6–11;
26.12–18). Él fue el único testigo (con posible excepción de Jacobo) que no había
creído en Jesucristo antes.
resucitados en los tiempos del AT, para volver a morir (Heb 11.35a, lit. “fuera de
resurrección”).
Mateo:
Mat. 16.21; 17.23; 20.19; 27.63; ser muerto, y resucitar al tercer día
Marcos:
Lucas:
Juan
«Para fundamentar la fe, era más importante la seguridad de que Jesucristo vivía y
reinaba en la Iglesia y en el cosmos que un acontecimiento en el pasado. La certeza
de que Cristo vive en uno (Gál 2.20) y en su pueblo por el poder de su resurrección
(Filip 3.10) y la convicción de las señales de su señorío (Hch 2.33; 3.15s; 4.30, etc.
Espíritu Santo) eran parte del testimonio apostólico de la resurrección de Cristo
(Hch 4.33). Si bien es cierto que los Testigos oculares eran indispensables en la
predicación del evangelio (Hch 1.21s; 10.41; 13.31), la bienaventuranza es aun
para quienes no vieron con sus propios ojos (Jn 20.29; cf. 17.20), porque el
Espíritu Santo es también «testigo de estas cosas» (Hch 5.32). La fundación y
existencia continua de la iglesia de Cristo es, por tanto, una de las pruebas más
fehacientes de la realidad de la resurrección (Mat 28.18ss).» (9)
4. La incredulidad.
día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por
el engaño del pecado.Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que
retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se
dice: Si oyereis hoy su voz,No endurezcáis vuestros corazones, como en la
provocación. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron
todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él
disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en
el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que
desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad. “(Heb.
3:12-19 RVR 1960)
“Cuando volvieron a los discípulos, vieron una gran multitud que les rodeaba, y a
unos escribas que discutían con ellos. Enseguida, cuando toda la multitud vio a
Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia El, le saludaban. Y El les preguntó:
¿Qué discutís con ellos?Y uno de la multitud le respondió: Maestro, te traje a mi
hijo que tiene un espíritu mudo, y siempre que se apodera de él, lo derriba, y echa
espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo. Y dije a tus discípulos que lo
expulsaran, pero no pudieron. Respondiéndoles Jesús, dijo: ¡Oh generación
incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que
soportar? ¡Traédmelo! Y se lo trajeron. Y cuando el espíritu vio a Jesús, al instante
sacudió con violencia al muchacho, y éste, cayendo a tierra, se revolcaba echando
espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y
él respondió: Desde su niñez. Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también
en el agua para destruirlo.Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de
nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: "¿Cómo si tú puedes?" Todas las cosas son
posibles para el que cree. Al instante el padre del muchacho gritó y dijo:Creo;
ayúdame en mi incredulidad.” (Mar. 9:13-24 LBLA)
“Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús
vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo:Si no
viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de
los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después,
estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las
puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.Luego dijo a
Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi
costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le
dijo: !!Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto,
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“Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las
puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los
judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando les hubo
dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo
al Señor. “(Jn. 20.19-20 RVR 1960)
“Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había
ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. “(Mat. 28.16-
20 RVR 1960)
“Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les
dijo: Paz a vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían
espíritu. Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos
pensamientos? Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved;
porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo
esto, les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían,
y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron
parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de ellos. Y
les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era
necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en
los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que
comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el
Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su
nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo
enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad
de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. “(Luc. 24.36-49
RVR 1960)
“Cuando ellos oyeron que El estaba vivo y que ella le había visto, se negaron a
creerlo. Después de esto, se apareció en forma distinta a dos de ellos cuando iban
de camino al campo. Y éstos fueron y se lo comunicaron a los demás, pero a
ellos tampoco les creyeron. Después se apareció a los once mismos cuando
estaban sentados a la mesa, y los reprendió por su incredulidad y dureza de
corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les
dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y
sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. (Mar. 16:11-
16)
Los discípulos se negaban a creer a pesar de las evidencias. A las mujeres no les
creyeron, es entendible, pues a las mujeres no les daban mucha importancia los
hombres, pero a sus compañeros tampoco les creyeron, y eso es lo que hizo que
Jesús reaccionara de modo brusco con ellos reprochándoles su corazón duro. Varios
de ellos, luego de la muerte de Jesús, se dispersaron, volviendo a sus viejos oficios
(Pedro se había vuelto a la pesca)
“Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de
Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás
llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros
dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos
nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no
110
pescaron nada. Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los
discípulos no sabían que era Jesús. Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le
respondieron: No. El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis.
Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de
peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor!
Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había
despojado de ella), y se echó al mar. Y los otros discípulos vinieron con la barca,
arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos.
Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. Jesús
les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar. Subió Simón Pedro, y sacó la
red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la
red no se rompió. Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se
atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor. Vino, pues,
Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado.Esta era ya la tercera vez
que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de
los muertos.” (Jn 21:1-19 RVR 1960)
Una vez muerto Jesús, ya nada tenía sentido. La aventura se había terminado.
Junto con la muerte, habían muerto los sueños, las ilusiones, la esperanza de que
Jesús restaurara el reino de Israel en este tiempo. (Hch. 1:6a)
“!! Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son
enviados!! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos
debajo de sus alas, y no quisiste!”(Luc. 13.34 RVR 1960)
David dijo “Creí; por tanto hablé, Estando afligido en gran manera” (Sal. 116:10
RV1960), en un salmo de acción de gracias por haber sido librado de la muerte.
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: CREI, POR TANTO
HABLE, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos;” (II Cor. 4:13
RVR 1960)
Es que si no creían que él había resucitado, la falta de fe les iba a quitar efectividad
al discurso de ellos, se iba a diluir todo su poder e influencia en las personas que
los iba a escuchar, a causa de la incredulidad.
Pero quisiera ser un poco condescendiente con los discípulos. Pero debemos
comprender que aún no habían recibido el Espíritu Santo.
En Juan leemos que Jesús “sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.” (Jn.
20:22b RVR 1960)
111
“Y sopló sobre ellos, y les dijo: Reciban el Espíritu Santo”. (Jn. 20:22b Dios
Habla Hoy)
Igual que en Gén 2:7 (Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del
suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un
ser viviente)
“
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz
aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Gén 2:7 RVR 1960)
“La fe es, pues, necesaria para agradar a Dios. Por eso, todo el que quiera
acercarse a Dios debe creer que existe y que premia a los que sinceramente le
buscan.” (Heb. 11:6 BCT)
Palestina, conforme lo testifican sus mismas actas, cuando dijo «que la gracia de
Dios nos es dada según nuestros méritos» (10)
“Pero el que duda, si come se condena, porque no lo hace por fe; y todo lo que no
procede de fe, es pecado” (Ro. 14:23 LBLA)
“Algunos eran persuadidos con lo que se decía, perootros no creían.” Hch. 28:24
LBLA)
(11)
Incredulidad: “Rechazo u oposición de una persona a creer algo”
(13)
El portal Diccionarios.com nos define la palabra incredulidad:
• Imposibilidad o reserva que tiene una persona para creer algo que no ve o
que no está demostrado, aunque esté aceptado o consensuado por la
mayoría.
• Falta de fe religiosa.
Jesús necesitaba que sus discípulos entendieran perfectamente y sin dudas que él
había resucitado. El iba a ascender a los cielos; su misión en la tierra había
terminado satisfactoriamente y victoriosamente, y su plan continuaría ahora por
medio de los discípulos. Habiendo creído que Jesús resucitó, Jesús comisionaríaa
sus discípulos para anunciar las buenas nuevas por todos los grupos étnicos del
mundo, por todos los rincones del planeta.
113
“Yo estaré con vosotros siempre, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:2).
También Pablo, al escribir a los romanos, les dice cuan importante es creer que
Jesús resucitó para alcanzar la salvación prometida, que no alcanza con creer en
Jesús así nomás, sino que hay que creer de corazón, estar totalmente convencido
de que el resucitó:
“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo. “ (Ro. 10:9 RVR 1960)
También vemos a Pablo en Atenas, discutiendo con los intelectuales griegos acerca
de anastasis, “La resurrección” que ellos entendían que era una deidad nueva, que
Pablo era predicador de “dioses extranjeros” (Hch. 17:6-
Romanos:
I Corintios
Efesios:
Filipenses:
Colosenses:
II Timoteo
Hebreos:
115
I de Pedro
Este mismo concepto lo expresa el Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado: «El retorno
de Cristo a una vida corporal glorificada, tres días después de su muerte, constituye
junto con la cruz, la base misma del Evangelio. (I Cor. 15:3-4). Sin este hecho
glorioso, la fe del cristiano sería totalmente vana (I Cor. 15:14-19) […] Después
que su muerte hubiera sido debidamente constatada y que las autoridades hubieran
tomado todas las precauciones para evitar toda superchería, el hecho de la
resurrección ha quedado demostrado con pruebas irrefutables. Los discípulos bien
lejos de inventarse apariciones imaginarias fueron difícilmente persuadidos de un
hecho tan extraordinario» (15)
Marcos registra que, luego de las severísimas palabras expresadas por el Señor en
Marcos 16:14 es cuando el Señor les da claras instrucciones acerca de lo que ellos
debían hacer:
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”
“(Mar. 16:15-16 RVA 1995)
“Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la
creación.” (Mar.16:15)
“Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda
criatura” (Mar.16:15 NVI)
“Y les dijo: –Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
(Mar.16:15 RVR 1995)
116
“Jesús les dijo: “Vayan por todos los países del mundo y anuncien las buenas
noticias a todas las personas.” (Mar.16:15 BLS)
¡ID! , les dijo, y eso es un mandato del Señor, a proclamar por todos lados todo lo
que ellos habían vivido y aprendido esos 3 o 4 años que Jesús había estado
físicamente con ellos. Y Él les prometió acompañarlos y respaldarlos hasta último
momento, ya no físicamente, sino de modo espiritual por medio del ministerio del
Espíritu Santo, a quien Él enviaría, luego de su ascenso al cielo.
Es la voluntad revelada del Señor Jesús que sus enseñanzas se hiciesen conocer
por todo el mundo por medio de sus seguidores. Esto es lo que comúnmente se ha
dado a llamar la Gran Comisión. Es que este había sido el propósito para el cual
Jesús había venido al mundo. Juan el discípulo amado del Señor, nos dice de
manera muy clara que Dios había enviado al mundo a su Hijo Jesús por amor, para
darle al mundo la oportunidad de hacer la paz con el por medio de su Hijo, y para
que todo aquel que creyera de todo corazón en Jesús pudiera obtener de manera
gratuita el don de la vida eterna, el regalo mas hermoso que un ser humano pueda
llegar a recibir en esta vida.
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea
salvo por él.” (Jn. 3:16-17 RVA 1960)
“Por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra
como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.
(Col. 1:20 RVA 1960)
Juan el Bautista comienza su ministerio proclamando las buenas nuevas (Luc 3.18;
verbo) y, más tarde, Jesús predica el evangelio (Mar 1.14; sustantivo). En ambos,
118
el evangelio es la señal por excelencia de la llegada del Mesías (Mat 11.5 y Luc 4.18
que citan a Is 61.1). El Reino de Dios se hace presente en la tierra y Cristo predica
y anuncia el evangelio (Luc 8.1).
verdaderamente por la Ley. Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que
la promesa que es por la fe en Jesucristo fuera dada a los creyentes. Pero antes
que llegara la fe,estábamos confinados bajo la Ley, encerrados para aquella fe que
iba a ser revelada. De manera que la Ley ha sido nuestro guía para llevarnos a
Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe. Pero ahora que ha venido la
fe, ya no estamos bajo un guía, porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo
Jesús, pues todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni
mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús Y si vosotros sois de
Cristo, ciertamente descendientes de Abraham sois, y herederos según la
promesa.” (Gál. 3 RVR 1995)
Sin ningún lugar a dudas, todo lo que significó “La obra de la Cruz” de nuestro
amado Salvador, es una gran obra de servicio a la humanidad, un grandioso e
inteligente plan para salvar a la humanidad.
“Estas señales seguirán a los que creen: en mi nombre echarán fuera demonios,
hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes y si bebieren cosa
mortífera no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán”
(Mar. 16:17 RVR 1960)
Marcos dice que las señales le seguirán a los que creen. El secreto esta en la Fe,“a
los que creen”, dice la palabra de Dios, no es solo para los que tienen credenciales
ministeriales, o para los que saben mucho del evangelio, o solo para los mas
antiguos. Es para los que se atreven a creer:
Jesús se enojó con sus discípulos por su falta de Fe, el verso 14, del pasaje de
Marcos dice que les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, y ese puede ser
el único motivo para que las Señales no nos sigan…….la incredulidad. Jesús les
animó diciendo lo que les sucedería si creían en El. La resurrección, era un hecho
incuestionable.
“En mi nombre
La RV 1995, en una nota de pie, comenta el versículo 17:6 y dice así: «He
manifestado tu nombre: Lit. “les he dado a conocer tu nombre”. El nombre
equivale a la persona misma.»
“Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mi vacía sino que hará lo
que yo quiera y será prosperada, aquello a lo cual la envié.” (Is. 55:11)
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel ; a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios
nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sión se
les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en
lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de
Jehová, para gloria suya” (Is. 61: 1-3)
“Estas señales seguirán a los que creen, en mi nombre echarán fuera demonios…
tomarán serpientes en sus manos…” (Mar. 16:17-1
«El artículo XVIII del Libro de la Oración Común, que trata sobre Alcanzar la
salvación eterna sólo por el nombre de Cristo, dice: “Deben ser maldecidos los que
osan decir que todo hombre se salvará por la Ley o la Secta que profesa, de
manera que ha de ser diligente en amoldar su vida conforme a esa ley y la luz de la
Naturaleza. La Sagrada Escritura nos manifiesta que sólo por el Nombre de Cristo
puede un hombre salvarse.» (20)
Los demonios existen y actúan, son los que causan casi todas las enfermedades,
son los que roban la fe, los que se mueven atemorizando a los hijos de Dios para
que no ejecuten su palabra. Ellos pretenden hacer creer que todavía tienen poder
sobre los hijos de Dios, pretenden que ignoremos su derrota y usemos el nombre
que es sobre Todo nombre. En mi nombre………
Si somos Hijos salvados y herederos del Reino, las señales nos tienen que seguir, si
activamos la Fe en el Nombre, las señales nos tienen que seguir.
121
El miedo y el complejo de culpa son usados por el diablo para hacernos débiles e
inoperantes, y es por eso la mayoría de las veces que las señales no se ven.
Miedo al Rugir del Enemigo. Miedo a no ser perdonados. Miedo a fracasar. Miedo a
la teología equivocada. Miedo por no saber mucho. Miedo por no tener cargos.
Miedo por el que dirán. Miedo al ridículo. Miedo a la burla. Miedos!! O el no aceptar
el perdón de Dios por todos nuestros pecados, pasados, presentes y futuros hace
que el complejo de culpa nos anule como verdaderos Vencedores. Aceptemos de
una vez que “somos” perdonados!!!
Según nos explica el Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia «Satanás (del hebreo,
Satán, que significa enemigo, adversario). Acusador del pueblo escogido y enemigo
de Dios por excelencia. Genéricamente, puede aplicarse a todo opositor ante un
tribunal (Sal 71.13; 109.6; 1 Sam 29.4), pero como nombre propio se refiere
al Diablo. Según el monoteísmo riguroso de la Biblia, este ser sobrehumano fue
creado por Dios y está sujeto a su voluntad soberana. Satanás, por ejemplo,
aparece como uno de los “hijos de Dios” que rinden informes ante el trono, y
necesita el permiso divino para tocar al piadoso Job (Job 1.6–2.7, cf. Luc 22.31).
En Zac 3.1ss no se había desarrollado todavía el concepto pleno de Satanás como
un ser maligno, pero en I Cro 21.1 (cf. //; 2 S 24.1), donde el sujeto es
“Jehová”, es evidente la hostilidad implacable de Satanás. Asimismo,
aparentemente Jehová manda un espíritu mentiroso como instrumento de su
voluntad (I Re 22.19ss) que, sin embargo, pertenece al “ejército del cielo”. La
noción del acusador no aparece con frecuencia en el Antiguo Testamento; pero, ya
sea que aparezca como abogado acusador o como principio demoníaco y
destructivo, siempre está dentro del plan redentor.» (21)
La Biblia nos habla San Pablo que la lucha no es contra carne ni sangre, sino contra
fuerzas espirituales de maldad.
No solo lenguas angélicas, y del Espíritu Santo que nos edifican, sino un nuevo
lenguaje de la Fe, un hablar diferente, porque llenos de Dios hablaremos un nuevo
idioma, el idioma del Cielo, ya que, “de la abundancia del corazón habla la boca”. Y
en su idioma no existe la palabra “imposible”, o el “no puedo”.
El propósito del don de lenguas es transmitir una idea a otra persona sin utilizar el
lenguaje humano, es un lenguaje de alto nivel originado en nuestro ser espiritual,
incomprensible para el sentido del oído, pero que el espíritu es capaz de entender y
guardar la idea en nuestro cerebro.
«La palabra griega “lenguas” traducida, literalmente significa “idiomas”. Por tanto,
el don de lenguas es hablar en un idioma que una persona no conoce, a fin de
ministrar a alguien que habla ese idioma. En 1ª Corintios capítulos 12 al 14, donde
Pablo habla de dones milagrosos, comenta, “Ahora pues, hermanos, si yo voy a
vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablase con
revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?” (1ª Corintios 14:6). De
acuerdo con el Apóstol Pablo, y de acuerdo con las lenguas descritas en Hechos,
hablar en lenguas es valioso para aquel que escucha el mensaje de Dios en su
propio idioma, pero es inútil para todos los demás – a menos que sea interpretado /
traducido.
Una persona con el don de interpretar lenguas (1ª Corintios 12:30) podría entender
lo que uno que habla en lenguas está diciendo, aunque no conozcan el idioma que
está siendo hablado. El intérprete de las lenguas comunicaría entonces el mensaje
del que habla en lenguas a todos los demás, de manera que todos pudieran
entender. “Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder
interpretarla” (1ª Corintios 14:13). La conclusión de Pablo en cuanto a lenguas no
interpretadas es poderosa, “Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi
entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua
desconocida” (I Cor. 14:19).» (22)
Se le llama “don de lenguas” a diferentes dones que se deben distinguir para evitar
confusión:
“Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les concedía expresarse. (Hch. 2:4)
Según San Pablo estos dones (lengua y su interpretación) son parte del don de
profecía pero advierte que debe estar sometido al orden de la iglesia. No deben,
por ejemplo, varias personas hablar en este tipo de lenguas al mismo tiempo.
123
3-Orar en lenguas o canto de júbilo. Este don es muy diferente a los de arriba.
Por medio de el se expresa, con sonidos ininteligibles, la devoción que no se puede
poner en palabras. Se ha comparado con el canto gregoriano, cuando este extiende
las sílabas en una hermosa armonía de alabanza.
A diferencia del don antes mencionado, este tipo de lenguas pueden ejercerlo
varias personas o muchas, de igual manera que se expresa el canto en la
comunidad. Mientras unos alaban en lenguas, otros pueden alabar con palabras del
vernáculo o cantar. Es un don muy sencillo por el cual el Espíritu Santo nos asiste
en la oración, particularmente en la alabanza. Este don se manifiesta con frecuencia
en los grupos de oración carismáticos.
Este don de lenguas es a la vez una forma de oración bajo la influencia del Espíritu
Santo y bajo el dominio de la voluntad del sujeto. Dios no viola su libertad, por lo
que la persona utiliza sus facultades normales. Es por eso que la persona debe
rezar en lenguas utilizando su discernimiento en cuanto al momento y la forma
apropiada para ejercerlo. Puede, por ejemplo elegir rezar en lenguas en alta voz o
en silencio según sea o no una distracción para otros. No se trata por lo tanto de un
milagro propiamente hablando sino de un don que se acopla a las capacidades
normales de la naturaleza. En la oración en lenguas no se utiliza el intelecto para
formular el lenguaje. El intelecto se absorbe en adoración.
San Agustín, Padre de la Iglesia del siglo IV, incluye el don de lenguas en
el canto de “júbilo”:
«Mas he aquí que él Mismo (Dios) te sugiere la manera que has de cantarle: no te
preocupes por las palabras, como si éstas fuesen capaces de expresar lo que
deleita a Dios. Canta con júbilo. Éste es el canto que agrada a Dios, el que se hace
con júbilo. ¿Qué quiere decir cantar con júbilo? Darse cuenta de que no podemos
expresar con palabras lo que siente el corazón. En efecto, los que cantan, ya sea en
la siega, ya en la vendimia o en algún otro trabajo intensivo, empiezan a cantar con
palabras que manifiestan su alegría, pero luego es tan grande la alegría que los
invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas y acaban en
un simple sonido de júbilo.
“Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad,
soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.” I Corintios 13, 1.
124
Debemos aceptar con gratitud todos los dones de Dios y usarlos bien. San Pablo
dice:
“Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros” (I Cor.
14:1
“pero en la asamblea, prefiero decir cinco palabras con mi mente, para instruir a los
demás, que 10.000 en lengua”. (I Cor. 14:19)
En las reuniones de cristianos todo don tiene su lugar en el orden que debe existir.
(24)
El don de lenguas también es una gran ayuda en la oración privada.»
“Así pues, las lenguas sirven de señal no para los creyentes, sino para los infieles;
en cambio la profecía, no para los infieles, sino para los creyentes.” (I Cor. 14:22)
San Pablo no está sugiriendo que no se use el don entre creyentes. Solamente dice
que no se tenga entre ellos como señal. Y es que algunos enseñan falsamente que
el don de lenguas es señal de elección o de santidad o asumen que si no hay
oración en lenguas no está actuando el Espíritu Santo. Estos errores se deben
condenar. San Pablo exhorta a la madurez, a valerse con gratitud de todos los
dones pero no fascinarse con los dones más visibles, sino reconocer el lugar de
cada uno. El de lenguas es inferior a los demás dones y virtudes.
que eran “NUEVAS” para aquellos que las hablasen, porque ya existían antes.” Eran
idiomas nuevos para aquellos que los hablarían. La denominación de nuevas
indicaba el contraste con las lenguas por ellos habladas. » (27)
«Jesús prometió poder a sus discípulos cuando viniera sobre ellos el Espíritu Santo,
y la primen manifestación distintivamente personal del poder del Espíritu fue hablar
sobrenaturalmente en otras lenguas. Por eso el Espíritu Santo demostró su
soberanía sobre los órganos de la comunicación humana que tuvieran que ver con
el cumplimiento de la responsabilidad de los discípulos como testigos. Las lenguas
fueron la manifestación carismática singular de la presencia y el poder del Espíritu
divino el día de Pentecostés. Para cada manifestación carismática del Espíritu Santo
se puede hallar un paralelo antes de Pentecostés, a excepción de las lenguas. Ellas
fueron, y son, la señal normativa (y en esto estriba el escándalo que causan) del
poder pentecostal en la vida de los cristianos.
Una palabra más es necesario decir aquí para esclarecer la relación que hay entre
las lenguas que se hablaron en Pentecostés y las palabras que cita Pedro de la
profecía de Joel, donde la profecía es la cualidad distintiva del derramamiento del
Espíritu de Dios “sobre toda carne” ¿Fue simplemente una adaptación indefinida,
impuesta por conveniencia homilética, de las palabras del antiguo vidente al
fenómeno pentecostal? ¿O hay un vínculo más preciso entre la profecía de Joel y las
lenguas de Pentecostés? La respuesta se puede hallar en la palabra griega que en
nuestras versiones castellanas se ha traducido por “hablasen”. En la Versión de los
Setenta, la misma palabra “no se emplea para referirse a la conversación corriente,
sino a las declaraciones de los profetas”.’
Tal vez el empleo de esa palabra se debiera a la insólita conducta de los discípulos,
a quienes por burla acusaron de estar “llenos de vino nuevo». (Hch 2:13 RVA) Su
conducta era semejante al estado extático de antiguas comunidades proféticas de
Israel. Al parecer, Pedro interpretó como declaraciones proféticas las lenguas que
se hablaron en Pentecostés. En ese sentido, las lenguas fueron un cumplimiento
literal del oráculo de Joel:
“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y
vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán. “(Hch. 2:17)
(2
“los oían que hablaban ea lenguas, y que magnificaban a Dios”. (Hch. 10:46) »
debemos vivir en las señales milagrosas que se hacen visibles por el poder de su
resurrección.
Los milagros vienen por activar nuestra Fe en el nombre de Jesús, por soltar la
palabra de Fe, por movernos, en esa dimensión de milagros y tocar a los enfermos
para soltarles el Poder que mora en nosotros. En todo caso la oración nos hace
entrar en la dimensión de Fe, hace que movamos el cielo a nuestro favor, descubre
cual es la perfecta voluntad del Señor. Pero hay un momento para orar y otro para
actuar. “Mayores cosas que YO haréis”, “Porque YO voy al Padre y todo lo………”
Jesús no oró para que alguien sanara, en cada caso dio la palabra o tocó a la gente,
otras veces los enfermos le tocaron, pero nunca lo vemos interceder por un milagro
ni siquiera por la resurrección de Lázaro; ahí vemos que el Señor ya había hablado
con el padre y sabía lo que tenia que hacer, solo dio gracias y luego soltó la
palabra. El no empezó su ministerio de milagros hasta que el Espíritu vino sobre El
y cuando lo hizo, ejecutó su autoridad.
“Y no hizo allí muchos milagros porque aquella gente no tenía fe en él.” (Mat.
13:58 RVR 1960)
Las señales no son para los “cristianos”, son para afirmar el testimonio de la
resurrección, y hacer que los que no creen, crean por los milagros, hoy vivimos en
un tiempo distinto al que vivió Jesús…….., hoy Cristo ha vencido y ha resucitado,
por lo tanto ningún incrédulo puede oponerse a los milagros y estos son necesarios
para el avance de un evangelio poderoso en señales y milagros.
Este ya vino hace mas de 2000 años, y vino para quedarse y morar en nosotros,
este vino para que seamos testigos demostrando su resurrección al usar su nombre
con poder y autoridad.
«En este primer milagro que Hechos registra y que fue realizado por los discípulos,
se nos da la clave para el ejercicio por parte de todos los creyentes de la autoridad
de la fe. Al ordenar la sanidad en el hombre cojo de nacimiento, Pedro emplea el
nombre completo y el título de nuestro Señor. “Jesucristo [Mesías] de Nazaret”.
“Jesús” (“Josué” o “Yeshua”) era un nombre común entre los judíos y continúa
siéndolo en muchas culturas. Pero la declaración de su nombre y título completos,
una práctica digna de notarse en Hechos, parece ser una lección buena y objetiva
para nosotros (véase 2.22; 4.10).
Hagamos así cuando reclamemos autoridad sobre las enfermedades o sobre los
demonios. En nuestra confesión de fe o proclamación de poder, confesemos su
deidad y su señorío como el Cristo (Mesías), usemos su nombre precioso, como
Jesús (Salvador). Clamemos a Él como Señor Jesús, o Jesucristo, o Jesús de
Nazaret, sin que en este punto haya la intención de establecer un principio legal o
ritual. Pero es sabio recordar que, al igual que oramos «en el nombre de Jesús» (Jn
16.24), también ejercemos toda autoridad en Él, mediante el privilegio de poder
que nos ha dado en su nombre (Mat 28.18; Mar 16.17; Jn 14.13, 14). » (29)
“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales
no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús
es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn
20:30-31).
Este texto nos dice por qué Cristo hizo sus milagros y para qué tenemos en el
Nuevo Testamento el testimonio de estos milagros. Cristo no sanó a todos los
enfermos. Sanó solamente a los que servirían como testimonio de su divinidad.
Cristo, en una ocasión, llegó al estanque de Betesda donde “yacía una multitud de
enfermos, ciegos, cojos, y paralíticos”, y Cristo sanó a un solo hombre allí (Jn 5: 8).
128
Los apóstoles y otros discípulos de Cristo en el primer siglo del cristianismo hicieron
sus milagros para probar su inspiración y para confirmar el mensaje que
predicaban.
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas basadas en
las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según
Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y
vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En
él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha por mano de hombre,
sino por la circuncisión de Cristo, en la cual sois despojados de vuestra naturaleza
pecaminosa. Con él fuisteis sepultados en el bautismo, y en él fuisteis también
resucitados por la fe en el poder de Dios que lo levantó de los muertos. Y a
vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os
dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados. Él anuló el acta de los
decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, y la quitó de en medio
clavándola en la cruz. Y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió
públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” (Col. 2:8 RVR 1960)
«En el primer siglo de la era cristiana, las comunidades judías estaban localizadas
principalmente en la parte oriental del Imperio Romano, donde el griego era la
lengua comúnmente usada, pero también las había tan al oeste como en Italia, y
tan al este como en Babilonia. Además de gente de las naciones que aquí se
muestran, el grupo presente el día de Pentecostés incluía visitantes de
Mesopotamia, y de regiones situadas aún más al este, como Partia, Media y Elam
(el actual Irán). » (30)
Conclusión:
Notas:
3 Vine, W.E., Vine Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo
Testamento Exhaustivo, (Nashville: Editorial Caribe) 2000, c1999.
6http://dioshablahoy.blog.com.es/2007/04/05/la_resurreccia_n_de_cristo_base_de
_nuest~2037343
7 Vine, W.E., Vine Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo
Testamento Exhaustivo, (Nashville: Editorial Caribe) 2000, c1999.
8 es.wikipedia.org/wiki/Resurrección
11 http://www.wordreference.com/definicion/incredulidad
http://mx.groups.yahoo.com/group/antorchabiblica/message/55
13 http://www.diccionarios.com/consultas.php?
palabra=incredulidad&diccionario=definicion
14 http://www.christiananswers.net/spanish/q-eden/edn-t001s.html
20 http://www.hottopos.com/mp2/apolewis.htm
130
http://www.evangelizavalpo.cl/don_lenguas.html
24 Ibíd.
26 Ibíd.
28 Ibíd.
29 Editor General: Hayford, Jack; Autor: Snider, Joseph, Poder del Reino:
Recibamos el poder de la promesa [Un estudio de Hechos], (Nashville, TN: Editorial
Caribe) 1996.
30 Ibid.