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Reseñas 17
Habitantes
Adolfo Marchena (Poemas) 21
Luis Amézaga (Aforismos) 24
Esperanza García Guerrero (Relato) 26
Ángel Muñoz Rodríguez (Poema) 29
Bárbara López (Relato) 31
Eva Márquez (Relato) 37
Luisa Fernández (Relato) 42
Luis Sevilla (Poema y Relato) 48
Escandar Algeet (Poema) 51
Ana Patricia Moya (Poema y nanorrelatos) 53
Visitantes
Patxi Irurzun (Relato) 56
Jorge Heras (Poemas) 59
Gonzalo Patricio Vilo (Relato) 61
J. Jorge Sánchez (Poema) 64
Raúl Ariza (Relato) 66
Jorge Manzanilla (Poemas) 69
Gustavo M. Galliano (Relato) 72
Mariela Loza (Poemas) 74
Isaac Contreras (Poemas) 77
Daniel García (Relato) 80
José Ángel Conde (Poemas) 83
Pepe Pereza (Relato) 86
Elena Ortiz (Poemas) 89
Velpister \ Mario Crespo \ Ana Patricia (Pintura y Poemas) 91
Ada Menéndez (Poemas) 94
Oscar Varona (Relato) 96
Ana Laguna (Fotografía) 99
María José Mures (Poemas) 101
Fran García Parra (Poemas) 104
Groenlandia número ocho (Junio \ Septiembre 2010) – Directora: Ana Patricia Moya Rodríguez –
Vicedirectora y administradora de la Web: Bárbara López Mosqueda – Portada y contraportada: Bárbara López
Mosqueda \ Ana Patricia Moya - Habitantes: Ana Patricia Moya, Enrique Fuentes-Guerra, Luis Amézaga, Adolfo
Marchena (Vitoria), Andrés Ramón Pérez (Toledo), Eva Márquez, Ángel Muñoz, Luisa Fernández, Luis Sevilla,
Escandar Algeet (Madrid), Esperanza García Guerrero (Sevilla), Bárbara López Mosqueda (México) –
Visitantes: María José Mures (Córdoba), Fran García Parra (Murcia), Pepe Pereza (Logroño), Patxi Irurzun
(Pamplona), Ada Menéndez (Asturias), Jorge Heras, Óscar Varona, José Ángel Conde (Madrid), Mario Crespo
(Zamora), Raúl Ariza (Castellón), Velpister, J. Jorge Sánchez, Ana Laguna (Barcelona), Elena Ortiz, Jorge
Manzanilla, Isaac Contreras, Mariela Loza (México), Daniel García (Vitoria), Gustavo Patricio Vilo (Chile),
Gustavo M. Galliano (Argentina) – Fotógrafos: Carmen Guillén, Luis Sevilla, Alejandro Serna Rodríguez,
Ángel Muñoz Rodríguez, Juan José Romero, Raúl Gaitán, Ana Laguna – Ilustradores: Velpister, Pablo Morales
- Edita: Revista Groenlandia – Apoyos morales: Angustias Añón Flores, Carmen Serrano 2F e r n á n d e z ,
Kebrantaversos (la jefa os quiere un huevo de pato) – DEPÓSITO LEGAL: CO-686-2008 – ISSN: 1989-7405
ay un dicho muy inteligente que dice que la carencia de medios agudiza
el ingenio. Qué gran razón: hace dos años y pico me vi agobiada con la
cuestión de la edición de Groenlandia pues, como escritora, quería una
decente revista en papel, pero al final opté por contar con lo poco que
que, gracias a su carácter digital, llega a todas partes del mundo, es gratis, su
elaboración no es costosa – eso no quita que no requiera tanto esfuerzo, al
papel: si cada vez que me publican un texto en fanzine o revista pego saltos
de alegría, pero hay que admitir que, hoy día, el medio virtual se ha
convertido no sólo en un aliado poderoso para muchos artistas – un blog o
mundo - sino también que publicar en una revista digital es tan importante
como ver poemas o relatos impresos. Como se ha podido leer al inicio de esta
página, ando cabreada: es cierto. Me harta la actitud cansina de muchos
supuestos entendidos que consideran que este medio no es tan “digno”. “Yo
no participo en esta revista virtual, esto no vale tanto como salir en una
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habitualmente hago con los artistas – paletos, que son peores, muchísimo
peores, que los paletos de a píe; esos, al menos, les salva la bendita
ignorancia); aparte de que la gente se pelea por publicar en una revista de
humildes revistas por ser demasiado “simples”, claro, es que eso de fotocopias
y grapas es tan de baja estofa… por el amor de Dios, muchos quieren cagar
alto sin haber llegado a nada en esta puñetera vida) y la gente viene
quejándose de que no hay espacio para publicar sus obras, y cuando se les
ofrece el amplio catálogo de revistas digitales que existen (son muchísimas), o
Qué sí, que a mí me gusta más el papel, soy escritora, ¡más que lógico!… pero
claro, reitero mi regular situación económica, sin escatimar esfuerzos por dar
también posibilidad a los lectores de leer también en papel (por eso, los
en su nombre! Cada vez que leo más sobre ella para documentarme, más
ganas de vomitar me entran. Hay que partir de la base de que la iglesia es una
creación humana, y por tanto, bastante defectuosa. Tiene tantos claroscuros
cualquier fanatismo.
Voy a intentar verla por partes. En primer lugar, se nos dice que es más fácil
que un camello entre por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino
de las personas religiosas que conozco, son ricas, pero en euros. Sobre todo
los altos dirigentes de la iglesia y del Opus Dei. Los pobres no pueden perder
otra mejilla, y cuando no te queden más mejillas, ¿qué haces?. Los pobres
solamente son los que ponen la otra mejilla, y porque no tienen mas remedio.
Pierden el préstamo, el trabajo, la vivienda… si no, te la devolvían. Te imaginas
al Botín ese, el del Banco Santander, pidiendo disculpas. ¡Qué va, el dinero y
el poder otorgan demasiada soberbia! Antes dije que sólo los suficientemente
ricos podían permitirse ser unos buenos católicos, pero por otro lado nunca
ponen la otra mejilla. Vaya problema.
Y del Papa que se puede decir… seguramente sea una buena persona, no me
cabe ninguna duda, pero deja cierto sabor amargo verlo con sus ropas
bordadas con hilo de oro, su guardia suiza, su residencia de verano, su
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petróleo! Y luego está lo que defiende : el sexo sólo permitido dentro del
matrimonio. ¡Pero oiga!, ¿quiere usted que me case sin saber si a mi futura
mujer le gusta el sexo?. Y si no es así no hay problema: a joderse eternamente.
todavía no he descubierto dónde. Tal vez esté en los votos de castidad. ¿Votos
de castidad? ¡Qué palabra más antinatural! (nota de la directora que permite el
autor de este artículo: quien tiene rabo, rabea, y la que tiene coño, coñea). Y de
no existe según ellos). Pues cuando yo muera quiero irme con ellos. No me
gustaría acabar en un sitio en el que ellos no tengan cabida. Echarle la culpa
de que una señora se comió una manzana hace taco de años… ¡vamos, vamos!.
Cosa de locos.
Y así un rosario de actos, uno detrás de otro. Hay que tener mucha fe para
creerse todo, o por lo menos haberse fumado algo. Además, por si todo eso
fuera poco, te dicen que si no te crees todas esas normas a pies juntillas irás a
Hoy en día lo divino aparece antes como poderoso en vez de cómo bueno, y
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stamos inmersos en una plaga. En los últimos años creo que no cabe
persona alguna que no conozca o haya conocido de alguien que haya pasado
o visto a un ser querido morir o padecer a causa de un cáncer. Quién no sabe
bajo tierra; los familiares y los más allegados del paciente sufren en silencio
sin saber qué pueden hacer para lidiar con tanto sufrimiento, sin encontrar la
Es una ardua y difícil tarea a la que nadie estamos preparados y que siempre
pensamos con desdén que este tipo de cosas nunca nos va tocar a nosotros,
sino que les ocurre a los demás. No sabemos por qué, pero huimos de todo
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Últimamente estoy escuchando un montón de tonterías sobre la razón de por
stress… o bien por la genética que fluye en sus venas, que tras varias
Porque lo ilógico de verás es que a pesar de poder estar viviendo esta horrible
experiencia a través de los ojos de otro, más o menos cercano, ello nunca hará
que cambiemos algo de forma activa en nuestra vida diaria; aquéllos que
fuman siguen fumando, los que beben sin consideración hacia su hígado
causa del 90% de los casos de cáncer de pulmón y está asociado a muchos
otros tipos de cáncer, como el cervical o el renal, así como con enfisema,
bronquitis, asma y otras enfermedades respiratorias. Entre otros riesgos
sanitarios asociados al consumo de tabaco figuran tipos de cáncer como los
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no pretendo hacer una caza de brujas acusando directamente al fumador,
también soy consciente, de que tendrán mucho que ver otros factores como la
mala dieta, el exceso de contaminación en el aire, los productos adulterados o
factores externos como las múltiples hondas (móviles, antenas, wifi) que
circulan por el aire atravesando nuestros cuerpos, pero que por desgracia
hasta ahora, no se quiere ver o demostrar su implicación directa perjudicando
nuestra salud.
Sin embargo, con respecto a los cigarrillos, hasta la fecha siguen siendo el
único producto legal que mata casi a la mitad de sus consumidores regulares
Resulta fácil infrav alorar aquello que tenemos hasta que un día cualquiera
nuestro cuerpo, haciendo exhibición de una misma premisa: si para uno mismo
la salud carece de valor, ¿qué valía tendrá la vida de los demás? E igualmente,
Eva Marquez
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u a n d o h a b l é c o n A n a s o b r e q u é e s c r i b i r e n e s t a s p á g i n a s , a c o r d a m o s ( p o r c o n o c i m ie n t o s
míos sobretodo) que trataría de cine. Estuve un tiempo pensando dedicar este artículo a cómo
h a e v o l u c io n a d o e l c i ne e s t é t i c a m e n t e a r a í z d e l a u g e d e l m u n d o d i g i t a l , y c ó m o h a i n f l u i d o a
nivel ya no solo visual sino también narrativo en las películas de unos años a esta parte. Lo
t e n í a m á s o m e no s p e n s a d o , o c a s i , t e n i e nd o e n c u e nt a q u e s o y d e s o r d e n a d o e n c u a n t o a
p e n s a m i e n t o s y d e o p in i ó n v a r i a b l e s e g ú n e l p i e c o n e l q u e m e l e v a n t e . P e r o e l v i e r n e s p a s a d o ,
c e r r a n d o c o n m i j e f e e l r e s t a u r a n t e d o n d e c u r r o , y e s t a nd o a l l í J a v i , c o m p a ñ e r o d e m i l b a t a l l a s
j u n t o a l q ue e s t u d ié , añ o s h a , e n la e s c u e l a d e c i n e d e Po n f e r r a d a , m e e n z a r c é e n u n a d i s c u s i ó n
q u e l l e v o m a n t e n i e n d o c o n p e r s o na s d e t o d a í n d o l e a c e r c a d e q u é h a c e q u e u n a p e l í c u l a l l e g u e
a s e r b u e n a o m a l a , o m e j o r d i c ho ( d e c í a y o ) s e l a l l e g u e a d e n o m i n a r b u e n a o m a l a a m o d o
c a s i o f i c i a l . E l c a s o e s q u e d e s c o s í l o s t r a z o s q u e h a b í a d i b u j a d o d e l a n t e r io r a r t í c u l o y a h o r a
m e v e o u s an d o e s t a s p á g i n a s p a r a s a l i r a l p a s o d e u n a o p i n i ó n q u e m u c h a g e n t e d e f i e n d e y c o n
l a q u e n o e s t o y e n a b s o l u t o d e a c u e r d o : q ue h a y p e l i s b u e n a s o m a l a s , a s í , p o r s í m i s m a s , s i n
a d j u d i c a c i ó n n i n g u n a p o r p a r t e d e l o s e s p e c t ad o r e s q u e p u e d a n o t o r g a r l e d i c h o m é r i t o .
S i m e r e m o n t o a t r á s e n e s t e t e m a, m e a c o r d a r é d e m í m is m o d i s c u t ie n d o a v o z e n g r i t o ( y a p o r
a q u e l e n t o n c e s , a lo s 1 8 ) c o n la profesora de guión cinematográfico y defendiendo una
a f i r m a c i ó n q u e t o d a v ía a d í a d e h o y s u s c r i b o c o m o v á li d a : a l g o e s b u e n o c u a n d o t e g us t a , y
m a l o c u a n d o n o . E s u n a o p i n i ó n q u e s i e m p r e h a s al i d o a l a p a l e s t r a a c o l a c i ó n d e l c i n e , p e r o e n
verdad es aplicable a cualquier forma artística e, incluso, yo añadiría culinaria o, por qué no,
e s t i l í s t i c a . C r e o q u e e l g u s t o m as i f i c a d o ( s o b r e t o d o m a s c u l i n o ) e n c u a n t o a b e l l e z a n o s h a
h e c h o e m b o r r o n a r o d i f u m i n a r q u e m á s a l l á d e l o s c á n o n e s , l a b e l le z a e s u n p u n t o d e v is t a . U n
g u s t o , y s ie m p r e s u b je t i v o .
Cuando señalo que lo bueno es lo que me gusta y lo malo lo que no, no me refiero a un
d i v e r t i m e n t o p u r o e i n t r a n s c e n d e n t e , p u e s m u c h a s v e c e s s e c o n f u n d e e n t r e t e n e r c o n g us t a r , y
e s a e s l a p r i m e r a d i fe r e n c i a q ue h a y q u e t e n e r e n c u e n t a a l a h o r a d e e nt e n d e r e s t e
p l a n t e a m i e n t o . E l q ue a q u í e s c r ib e e s u n f ie l s e g u i d o r d e p e l is d e s e r ie B c u a n d o n o Z , m e
e n c a n t a n l a s d e t i r o s c o n p r o t a d u r o y m u j e r e x p lo s iv a , y p u e d o d e g u s t a r e n l a m i s m a t a r d e
t o d a l a t r i lo g í a d e “ S c r e a m ” s i n d o r m i r m e e n e l i n t e n t o . A u n a s í s o y c o n s c i e nt e ( y s u p o n g o q u e
u s t e d e s t am b i é n ) q u e n o e s i g u a l q u e v e r s e la t r i lo g í a d e l P a d r i n o , ¿ o s í ? P a r a m o j a r m e u n p o c o
más y permitir la sacudida de tomatazos, quizá deba empezar con una afirmación tan rotunda
c o m o l a a c a b o d e i n s in u a r : L a d i f e r e n c i a e nt r e e l s e r i a l c a s i p a r ó d ic o d e W e s C r a v e n y l a o b r a
m a e s t r a d e C o p p o l a e s , a m i e n t e nd e r , l a i n f l u e n c i a , e l “ ca l a d o ” q u e h a t e n i d o e n e l e s p e c t a d o r
c a d a u n a . P e r o s i c a m b i a m o s a l o s e s p e c t a d o r e s y , p o r e je m p l o , v i v ié r a m o s e n u n u n i v e r s o d e
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t e e n a g e r s o e n u n a s o c i e d a d t i p o l a d e “ L o s c h i c o s d e l m a í z ” , q u i z á e l s e l l o d e o b r a u n iv e r s a l
fuese otorgado de otra manera. Quizá Scream fuera recordada por encima de los padrinos.
¿ Q u é e s lo q u e h a c e b u e n a u n a p e l í c u l a ? C r e o q ue t o d o s e s t a m o s d e ac u e r d o e n q u e l a
f o t o g r a f í a , e s c e no g r a f ía o s o n i d o s o n c o s a s q u e n o l a s o s t i e ne n p o r s í s o l a s . I nc l u s o e l g u ió n ,
q u e t a nt a s v e c e s s e ha e n c u m b r ad o c o m o p a r a d i g m a d e e l e m e nt o b á s i c o p a r a u n b u e n f i l m
p u e d e l l e g ar a s e r s e c un d a r i o e n m a n o s d e un b u e n d i r e c t o r . B r i a n d e P a l m a l o h a d e m o s t r a d o
a l o l a r g o d e t o d a s u c a r r e r a . P e r o y e n d o u n p as o a n t e s , ¿ q u é c o n v i e r t e a u n a f o t o g r a f í a , u n a
e s c e no g r a f ía , u n a b a n d a s o n o r a o u n g u i ó n e n “ m u y b u e n o s ” ? H a y r e g l a s , e s c i e r t o , q u e t e
dictan como pasos a tener a cuenta a la hora de ponerte manos a la obra. Pero el seguirlas no
c o n l l e v a r e s u l t a d o s ó p t i m o s d e p o r s í , n i e l n o h a c e r lo d e b a c l e s a r t í s t i c a s . ¿ E n t o n c e s a q ué
a t e n e r s e p ar a s o s t e n e r q u é h a y o b r a s q u e t o d o s d e b e m o s r e c o n o c e r s i n n i n g u n a d u d a p o r q u e
a s í s o n c a t al o g a d a s p o r l o s e x p e r t o s e n m a t e r ia ? E s u n a p r e g u n t a q ue s i e m p r e m e h e c h o .
S u e l o d e s c o n f i a r d e la g e n t e q u e d i c e r e c o n o c e r c o m o b u e n a s p e l í c u l a s q u e “ a e l l o s n o l e s
gustan” o c o m o m a l a s p e l í c u l a s q u e “ a u n a s í m e g u s t an ” . Y m e q u e d o p e n s an d o . P o r q u e s i ,
i m a g i n e m o s , s ó l o e x i s t ie r a u n a s o l a p e r s o n a e n t o d o e l m u n d o , s i t o d o e l p l a n e t a d e s a p a r e c i e r a
a h o r a m i s m o y s o lo q ue d a s e u s t e d e n é l , y p u d i e r a d e s c u b r i r t o d o s l o s l i b r o s q u e n o h a le í d o
e n s u y a e t e r n a s o le d ad , ¿ c ó m o d e c i d i r í a c u al e s s o n b u e n o s y c u a l e s m a l o s ? ¿ A c a s o s e p a r a r í a a
p e n s a r “ e s t e e s c o jo nu d o , h a y q u e r e c o n o c e r q u e e s b u e n o , p e r o a m í n o m e g u s t a” ? ¿ O a l
c o n t r ar i o d i r í a · ” q ué c o s a m á s c u t r e p e r o m e e n c a n t a ” ? E l h e c h o d e v i v i r e n s o c ie d a d , y q ue
a q u í s e a m o s n o s e c u a n t o s m i l m i l l o n e s d e p e r s o n a s h a c e u n p e l í n m á s c o m p le j a s l a s c o s a s , p e r o
n o t a n t o . J a v i m e h a i n s i s t i d o d u r an t e a ñ o s q ue l a g a l l i n a v a a nt e s q ue e l h u e v o , y q u e a l r e v é s
“ s i a l g o g u s t a e s p o r q ue e s b u e n o ” . P e r o c o m o y a l e h e d ic h o a é l , J av i e s t á e q u iv o c a d o . L o q u e
h e m o s h e c ho h a s i d o p o n e r n o s d e a c u e r d o a lo l a r g o d e l t i e m p o e n l o q u e n o s ha b í a g u s t a d o a
m u c h o s p a r a c a t a l o g a r l o c o m o o b r a a c o n s e r v a r , r e t e ne r , n o d e j a r e n e l o l v id o . E l a d j e t iv o e s
c o n s e c ue n c i a y n u n c a c a u s a . D a r l e m á s v a l o r q u e l a c o n j u n c i ó n d e o p i n i o n e s m e p a r e c e d a r l e
una significación irreal a una obra que, no hay que olvidarlo, es producto del hombre. Y por el
h o m b r e e s ju z g a d a .
“ B u e no ” y “ m a l o ” e s un a e t i q u e t a, u n a f i r m i t a q u e n o s d a p o r p o ne r a l a s c o s a s , u n a f o r m a , e n
e l f o n d o , d e e x p r e s a r q u e a l g o n o s h a l l e g a d o , t o c a d o , c a l a d o h o n d o . Y , s i p o r e je m p lo , l o s
nazis hubieran ganado aquella Segunda Guerra Mundial, puedo asegurar sin mucho riesgo de
e q u i v o c a r m e q u e l o s B a u d e l a i r e , P i c a s so o C h a p l i n q u e h o y a d m i r a m o s n o s e r í a n t a l . A u n q u e
s u s o b r a s , c o m o t a le s , f u e s e n l a s m i s m a s , d a r í a i g u a l . N o h a y n i s i q u i e r a q u e t ir a r d e
i m a g i n a c i ó n , b a s t a c o n i r s e a c u l t u r a s n o o c c i d e n t a le s p a r a e n t e n d e r q u e , lo q u e n o s o t r o s
miramos con la boca abierta, otros bostezan o insultan nada más verlo.
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A s í , q u e d a e l a n á l i s i s , e l t r a b a jo p o r e l q u e p a g a n a l o s c r í t i c o s , e s o s s e r e s q u e , c o m o d e c í a
Chandler, “se dedican a analizar 10 años después lo que hoy desprecian”. Quizá esa sea nuestra
e n f e r m e d a d . E l h e c h o d e q u e h a y a g e n t e q u e s e a ( o p a r e zc a m u c h a s v e c e s ) m á s i n t e l i g e n t e q u e
n o s o t r o s . Y c o r r a m o s e l r ie s g o d e d a r l e s l a r a z ó n a q u i e n n o l a t i e n e m á s a l l á d e s u p r o p io
o l f a t o . E s c i e r t o q u e ha b r á v e c e s q u e c i e r t a s o b r a s n o t e g u s t a r á n p o r n o l l e g a r a s u g r a d o
b á s i c o d e c o m p r e n s i ó n. E s l o q u e p a s a c o n “ E l Q u i j o t e ” q u e o b l i g an a l e e r e n l a s e s c u e la s . Y
q u e c a d a c r e a c i ó n r e q u i e r e u n m o m e n t o / c o n t e x t o p a r a s e r a p r e h e nd i d a . P e r o m á s c i e r t o e s a u n
q u e l a l í n e a q u e s e p a r a e l g u s t o d e l j u i c i o e n u n a o b r a d e a r t e e s y d e b e d e s e r i n d i v is i b l e .
P o r q u e n o h a y n a d a m á s a l o q u e p o d a m o s a f e r r a r n o s a l a h o r a d e s o s t e ne r u n a o p i n i ó n . O
correremos el riesgo de ser un testigo más de aquel traje invisible del emperador.
E s i m p o s i b le q u e p u e d a s a b e r s i u n p l a t o d e a t ú n e s t á b i e n o m a l c o c i n a d o s i n o s o p o r t o e l
s a b o r d e l at ú n . L o m á s a l o q u e p o d e m o s l le g a r e s a m a n t e n e r no s a l m a r g e n , a n o o p i n a r . Y
esto quizá es un hándicap que debiéramos tener en cuenta muchas veces y casi nunca se tiene.
L o s b o c a z as q u e c o m o y o d e c i m o s l o p r i m e r o q u e s ie n t e n u e s t r o p a l a d a r n o c o n t a m o s , e s
v e r d a d , c o n e l h e c h o d e q u e h a y c o s a s q u e q u i z á , d e p o r s í , e s i m p o s i b l e q ue no s g u s t e n . A h í s í
a d m i t o e l e r r o r . P o r q ue a d e m á s , y e s t o e s lo m á s i m p o r t a n t e d e t o d o , a l l a p i d a r c u a l q u i e r p l a t o
p o r i n s i g n i f i c a n t e q u e s e a , s o m o s n o s o t r o s lo s q u e s a l i m o s p e r d ie n d o . C u a n d o a v e c e s m e h e
v i s t o r o d e ad o d e a m i g o s q u e s e m o r í a n d e r i s a a n t e c o m e d i a s a m e r i c a n a s q u e m i r a b a c a r g a d o
d e a b u r r i m ie n t o m e d e c í a a m í m i s m o : c a r a m b a , q u é e n v i d i a , o j a l á p u d i e r a v e r l a c o n s u s o jo s , y
d i s f r u t a r e s t e m o m e n t o c o m o e l lo s e s t á n ha c i e n d o . D e s d e q u e t e n g o l a a f ic i ó n d e v e r p e l i s ,
l e e r , o d i s fr u t a r d e c u a l q u i e r c o s a q u e s e l e a s e m e j e ( m ú s i c a , a r t e , e t c é t e r a ) t r a t o d e h a c e r lo
c o n l o s o jo s d e e s a s p e r s o n a s q u e s a b o r e a n a p a l a d a r a b i e r t o lo q u e e st á n d e g u s t a n d o . N o m e
g u s t a q u e d a r m e c o n h a m b r e e n l a s c o m i l o n a s . Y t o d o , a b s o l ut a m e n t e t o d o , t ie n e a lg o d e
b u e n o p o r m u y m a l o q u e s e a . C o m o d i jo a ho r a m i s m o n o s é q u i é n , “ n u n c a m e h e a r r e p e n t i d o
d e a b r ir u n l i b r o ” . A n t e l a h o r d a d e d a r d o s d e l a q ue no s e n c a n t a v a n a g l o r i a r n o s , c r e o q u e e s
e l m o m e nt o d e e m p e za r a d i s p a r a r l a n z a s a f a v o r d e t o d o l o q u e no s g u s t a y o l v i d a r no s d e l o
que no. Al menos hasta que nos guste, si es que lo conseguimos. Y si no, tampoco darle más
i m p o r t a n c i a , p u e s e l a r t e , d e s i e m p r e , s e h i z o p a r a s e r d is f r u t a d o .
M e v ie n e a l a m e n t e l a “ O d a a l a c r í t i c a ” d e N e r u d a . Y t o d o s e s o s c r í t i c o s q ue r e t o r c i e r o n s u
p e q u e ñ a p o e s í a p a r a l l e n a r s u s d e s v a n e s . S u s c e m e nt e r i o s . P e r o a l f i n a l , d e s p u é s d e t a n t o s
a s p a v i e n t o s , a q u e l l o s 5 v e r s o s v o l v i e r o n d e d o n d e n u nc a d e b ie r an h a b e r s a li d o : d e l a g e n t e
s e n c i l l a . Y a h a y s u d o k u s , m i s t e r io s y m a t e m á t i c a s p a r a c o m e r s e e l t a r r o . D e je m o s q u e e l a r t e
s e a e s o q u e n o s g u s t a o n o n o s g us t a .
Escandar Algeet
12
La vida consiste en la comprensión de la verdad
León Tolstoi
esde que el uso de la radio se hizo popular, son muchas las personas
que han heredado el hábito familiar de empezar el día, almorzar o cenar en
compañía de los noticiarios. Yo debo reconocer que hace poco fui una de
ellas. Era en el desayuno donde les prestaba más atención, me gustaba
preparar el café y la tostada acompañada por el sonido del dial, esas voces
de los informativos, se entremezclaban con el rumor de la cafetera,
informaban sobre los hechos más importantes y formaban parte del inicio
de la jornada diaria, eran como la mantequilla o el aceite para el pan.
Escuchaba con atención sus comentarios, tertulias, datos… y creía salir a la
calle con la seguridad de estar bien informada. Recuerdo que la mayoría de
las noticias estaban cargadas de pesimismo, pero en conjunto se intuía un
halo de esperanza, los tertulianos solían hablar con una voz nada cruenta
para el oído, alternando aspectos positivos y negativos de los hechos en
cuestión.
13
menos desayunar en casa, no conseguía dar el punto exacto al café, y las
tostadas casi siempre se quemaban. Pero antes de desistir de tan exquisito
momento, opté por ir cambiando de frecuencia, pretendía descubrir, (tal
vez con bastante ingenuidad), un informativo donde el desayuno pudiera
continuar siendo el toque apacible de la mañana. Descubrí como en todas
las tertulias se había impuesto la misma norma, hablar era sinónimo de
gritar, la audiencia era el único fin a alcanzar, y para lograrlo, tenían que
sacudir bien con la guadaña, eran y siguen siendo consciente que el terror
y el miedo es lo único que atrapa.
Continué varias semanas con este deambular por las ondas, hasta desistir
de oír los informativos, no puedo iniciar la jornada con esa carga de
pesimismo, donde todo es inestabilidad jurídica, inestabilidad política,
inestabilidad económica… donde la desdicha supera a la dicha y donde el
titular casi siempre está teñido de negro.
mochila. Otros films dirigidos por PIQUER han sido: “LA MANSION
DE CTULHU”, “GUERRA SUCIA” (que firmó bajo el seudónimo de
15
ALFREDO CASADO), “LOS NUEVOS EXTRATERRESTRES” y ”LOS
DIABLOS DEL MAR” . JUAN PIQUER SIMÓN es un director valiente,
17
Todo Paracuellos (Carlos Up! (por Disney \ Pixar) Película.
Pixar es un acontecimiento
Auxilio Social, colegios internos los sellos que le hacen ser los
índole – es, sin duda, una obra que vuela gracias a un montón
este gran autor y su obra como una enana con esta obra
19
Ana Patricia Moya
Adolfo Marchena \ Luis Amézaga \ Esperanza García \
Ángel Rodríguez \ Bárbara López Mosqueda \ Eva Márquez \
L u i s S e v i l l a \ L u i s a F e r n á n d e z \ E s c a n d a r A l g e e t \ A n a P a t r i c i a20M o y a
Adolfo Marchena (Vitoria, 1967). Codirige la revista “Amilamia”, junto a José Luis Pasarín
Aristi, con quien publica, en 1992, el libro de poesía “Cartapacios de Lucerna” (Ediciones
Libertarias / Prodhufi). Ha publicado en revistas literarias impresas y digitales, como
“Cuadernos del Matemático”, “Río Arga”, “Groenlandia”, “Turia”, “Los Cuadernos del
Sornabique”, “Letralia”, “Océano”, “Haritza”, “El cuervo”, etc. Ha publicado el libro de poesía
“Proteo; el yo posible”. Sus poemas han sido traducidos al alemán, francés, euskera y árabe.
Ha publicado recientemente dos libros digitales: “La reconstrucción de la Memoria”
(Groenlandia, 2008) y “Planta de Neurocirugía” (Editorial Remolinos, 2008).
21
Cinco.
Cuatro.
Tres.
Dos.
Uno.
22
Escribir para decir la verdad
Adolfo marchena
23
Luis Amézaga (Vitoria, 1965). Colabora en diversas revistas literarias, así como en
distintas antologías de relatos y poesía. Autor de “El Caos de la Impresión” (Madrid,
Vitrubio), “A Pesar de todo… adelante” (Canarias, Baile del Sol), “Dualidad: onda \
partícula” (Premio Literario Café Mon 2008), “Bolsa de Canicas” (premio de la Revista
Literaria Katharsis 2008), “El Gotero” (Revista Groenlandia) y “La mitad de los cristales”,
escrito de forma conjunta con el poeta Adolfo Marchena. Aparece en las antologías
groenlandesas de poesía y narrativa.
global de la existencia.
Enseguida se me pasa.
24
Los nuevos pobres se esconden. Sienten que no hay vida fuera del
Luis amézaga
25
Esperanza García Guerrero (Sevilla). Forma parte del proyecto Fahrenheit 451 (Las
Personas Libro). Sus poemas aparecen en diversas antologías: “Poemas para un minuto”
(Editorial Hipálage, 2007), “Girapoemas” (2009). Ha participado en diversas revistas, como
“Hoja de Papel”, “Groenlandia” y algunas páginas Web de Literatura. Ha formado parte del
ciclo “Versos Sumados”, dentro del Festival Cosmopoética (Córdoba, 2009).
Soy Olimpia Galera Cote, tenía ocho años cuando mi madre falleció; se fue y
me dejó llamándola a gritos por la ventana.
Dicen los conocidos que, a raíz de ese hecho, fue cuando comencé a
desarrollar un comportamiento muy peculiar. Desde ese día, cada vez que una
amiga o familiar intentaba marcharse en un momento que yo no creía
oportuno, manifestaba mi disconformidad sancionándolos con algún acto, unas
veces les escondía la cartera, otras les daba una patada, un pellizco, un tirón
de pelo… En una ocasión incluso llegué a vaciar un vaso de aceite sobre la
cabeza de una amiga, el motivo fue porque decidió irse antes de finalizar un
juego.
- ¡Fueeeraaa…!
26
los ojos… El olor a centro público, la fricción de las ruedas de las maletas
sobre el suelo, la musicalidad de la megafonía y los gritos de despedidas,
ayudaron a imaginarme viajando hacia ese lugar. La sensación de lejanía fue
tan cautivadora que durante años, cuando las cosas no se desarrollaban según
los planes previstos, actuaba de la misma manera.
Fue en una de esas escapadas donde conocí a Klaus; apareció igual que un
Adonis vestido de blanco. Se encontraba desvalido como un animal fuera de su
hábitat, llevaba todas sus pertenencias sobre los hombros y apenas
chapurreaba el español, pero el idioma no fue un impedimento para iniciar
una conversación, de ahí pasamos a tomar un café, y entre vocablos mal
pronunciados, explicó que había venido de Alemania a perfeccionar el
castellano y conocer el país de su abuelo paterno.
Desde ese primer encuentro comenzamos a salir con cierta continuidad, a las
pocas semanas todas las viejas costumbres pasaron a ocupar un lugar
irrelevante, ahora mi único interés pasó a ser su compañía. A los tres meses de
conocernos, abandoné el hogar paterno con la intención de iniciar una vida en
común, y empleé mi sueldo de cajera en alquilar un pequeño piso donde él
impartía clases de idioma.
27
Esa misma noche me puse su vestido preferido, el negro de amplio escote. Para
cenar preparé crema de calabacines, patatas asadas, filetes de sajonia, flan
casero aderezado con una buena dosis de somníferos y como digestivo, una
generosa copa de un licor alemán preparado a base de hierbas llamado
Abteilikoer. El efecto de la sobredosis de benzodiazepina fue inmediato, en
pocos minutos se desvaneció sobre el sofá.
A la mañana siguiente nadie diría que estaba muerto… parecía tan dormido
28
Leganés (Madrid, 1977). Licenciado en Historia del Arte. Fotógrafo y poeta. Ha
participado en diversos recitales y colaborado en diversas publicaciones
literarias (“LaFanzine”, “Deshonoris Causa”, “Poe+”, “Delirio”, etc). Ha
publicado el poemario “Ya no leo tebeos de Wonderwoman” (Groenlandia, 2010).
Si de mí dependiese
volver a pasearme
en ropa interior
por el pasillo de casa
danzando
al son de la Bohême
de Aznavour
y pillarte por sorpresa
de la cintura
para que me hicieses compañía
en ese chiflado baile
antes de terminar
jadeándonos en la entrepierna
y vertiendo
el sudor
en el cuenco de tu ombligo
sabes
29
que si de mí dependiese
la tregua
en nuestro vocabulario
no tendría cabida
pero
a ver cómo le explicas
a la cabrona de tu jefa
que salir a las diez
no te va a suponer
beneficio alguno
porque de todos
es conocido
deben abandonar
el baile
llegada la medianoche
Ángel rodríguez
30
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de La Salle
(León Guanajuato, México). Dibujante e ilustradora, escritora y diseñadora
gráfica. Ha trabajado como informática, en una empresa de traducción,
profesora de inglés en la universidad, dando clases de dibujo, ha dirigido un
departamento de telemarketing, y ha sido asistente ejecutiva de una figura
pública (todoterreno, como la jefa de Groenlandia). Romántica empedernida,
adicta a la cafeína y al queso fundido. Adora el cómic, la literatura erótica y
fantástica, forma parte del movimiento literario escombrista (impulsado por
Deneck Inzunza, cuyo libro, “Rosas Vivas”, fue ilustrado por ella).
Todos los días eran grises. El aire era sucio y las calles sombrías. Por las mañanas,
cuando salía muriéndome de frío para tomar la primera corrida de autobús, los
perros callejeros vagaban frente a mi oxidado portón y dejaban su suciedad, que las
vecinas barrían descuidadamente, siempre buscando dejarle la basura a la de al lado.
A nadie parecía importarle nada, y si las cosas eran así, yo también tenía decidido
que esa sería mi actitud. Al fin y al cabo, en la rutina diaria nadie parecía tomar en
cuenta mis palabras, nadie parecía percatarse de mi voz, o de mi llanto, o de mi
cansancio en la escuela o en el pequeño y hacinado local al que mis jefes, casi
irónicamente, le llamaban “oficina”. Nadie me sonreía por un trabajo bien hecho;
sólo me llovían exigencias absurdas, desplantes y tiempos de entrega imposibles de
parte de los clientes. La escuela no era mejor. Los días carecían de toda luz y todos
los días miraba a través de la ventana del autobús que me llevaba al trabajo,
preguntándome si todo ese esfuerzo al final tendría algún sentido. Repetidamente
pensaba que nada cambiaría si yo muriera, y que nada hubiera cambiado si yo no
hubiera nacido.
¿Qué sentido tenía la vida entonces? Sentía que empujaba algo con todas mis
fuerzas, pensando tontamente que se trataba de una piedra grande y maciza, cuando
31
lo que tenía en frente era un muro. Inamovible. Gris. Gris como mis días. Suspiraba
y volvía a la ventana y a lo mismo de siempre. Mis padres estaban ausentes todo el
día, buscando la manera de terminar con las impagables deudas de la casa. Lo que yo
ganaba era una ayuda miserable y eso me hacía sentir de la misma manera. Pero el
tiempo había hecho que dejara de extrañarlos y añorar su presencia.
No sólo los días eran grises, mi corazón también lo era: había dejado de ser carmesí
y la sangre transmutó en tinta y cenizas. Nada me sorprendía, nada me alegraba y
quizá lo más terrible es que ya nada me entristecía. En el camino diario y rutinario
del sucio recinto que era el autobús, todos esos pensamientos me asaltaban. Y
odiaba eso. Odiaba que la poca reflexión, el poco tiempo que me permitía pensar,
fuera en un lugar lleno de personas tosientas, axilas hediondas y humo negro.
Un pedazo rosa de papel en el piso pegajoso y sucio del camión. Podía haber sido
cualquier trozo más, uno de tantos que se le caen a la gente al subir o al bajar. Pudo
haber sido cualquier simple y pisado retal, pero llamó mi atención. Probablemente
fue el color, mi vista y mi mente ya no percibían fuera de la escala de grises. Estaba
tirado justo debajo del asiento que, en mi monótona rutina, siempre ocupaba hasta
atrás en el autobús. Lo levanté con curiosidad y al decidirme a examinarlo me
olvidé de quienes estaban alrededor de mí. Con perfecta caligrafía y ortografía
impecable, estaba escrita en unas pocas líneas, una hermosa carta de amor. Por
supuesto, eso de “hermosa” fue una mera impresión personal: probablemente algún
conocedor de las letras hubiera criticado severamente el cursi trámite que ahí
iniciaba. No decía de quién era ni a quién iba dirigida, y a juzgar por lo que leí,
parecía que había caído de la libreta de alguna soñadora estudiante. Pero algo en
esas dulces líneas, en el papel adornado con corazones y calcomanías multicolor
golpeó mi mente al punto que no noté cuando el camión se llenó de gente y de no
32
ser por el apestoso perfume de una señora que siempre descendía donde yo lo hacía,
se me hubiera pasado la bajada.
33
tomaba. Confieso que jamás lo había hecho, aún y a pesar de que siempre eran las
mismas personas. Sabía dónde bajaban y quienes de ellos tomaban en qué esquina el
transporte. Admiré sus cabellos, unos sucios, unos llenos de gel, otros muy peinados
y otros con la huella de la almohada; los uniformes escolares, los zapatos sucios y
las bolsas de las mujeres. Pareciera que todo siempre había sido extraño, hasta ese
día. Como si alguien hubiera quitado una venda de mis ojos. Concentré mi atención
particularmente en las mujeres que subían, la forma en la que unas arrastraban los
pies en los escalones, el movimiento de sus faldas, sus vestidos y sus pantalones.
Notaba los diminutos aretes de unas y la pretenciosa bisutería de otras, y de pronto
las encontré a todas bonitas. ¿Cuál de ellas sería la princesa de la corona de
estampitas? Ya los perfumes me eran agradables y el olor dulzón me impedía
reconocer lo horrible del autobús y sentir el frío en mis pies. ¿Sería mi princesa de
los colores la chica del escote que leía el periódico? Quizá era la estudiante de
secundaria técnica que escuchaba música de los Cramberries a todo volumen en su
celular, o tal vez era la gordita de lentes que se sentaba siempre en el mismo lugar
hasta adelante. Las miraba a todas, buscando alguna señal, alguna mirada, algo que
me indicara quién era la dueña de la carta.
No, esa carta no había hecho más que volver a colorear mi mundo, y a pintar y a
resanar las agrietas, enmohecidas y podridas paredes de mi corazón. Más días
pasaron, las estampitas comenzaron a despegarse de la carta, que ahora era un
34
accesorio dentro de la bolsa de mi camisa, y la dueña de la carta no apareció. La
soñaba, con girasoles en la mano, sin rostro; ya más como un fantasma que como
siquiera una posibilidad. La posibilidad de la existencia de alguien que tuviera algo
que decir, algo importante, a alguien que significaba mucho para ella. Ante el
inevitable paso del tiempo, poco a poco fui olvidándome del asunto, aunque la
huella de esos colores permanecía dentro de mi mente y en la corona de mi princesa
imaginaria.
Tras un par de meses en los que la carta rosa sólo era un recuerdo entre mis
carpetas, una mañana volví a dirigir la mirada al piso. Casi tiro mi mochila al ver
ahora un pedazo de papel azul, en el mismo lugar en el que había encontrado el
primero. Volteé a todos lados para ver si alguno de los que ya habían subido hacía
algún ademán, algún movimiento que delatara a mi fantasma, pero todos estaban
muy entretenidos en sus propios asuntos.
Nervioso, tomé el papel y lo desdoblé casi con euforia. También había estampitas,
como las que coronaban a mi dama.
Hace mucho que no recibo tus mensajes y debido a que el último de ellos nunca lo
vi, pensé que ya no deseabas seguir escribiendo, o que ya quizá ya no me querías.
Solamente deseo repetirte que todos los días pienso mucho en ti y que te amo.
35
No obstante, el sentimiento no fue terrible, ni desolador. Sonreí y con mucho
cuidado deposité nuevamente el papel en su lugar original. La sonrisa permaneció
en mi rostro por mucho tiempo, más del que puedo recordar. Una pequeña pincelada
de los colores que esos dos humildes amantes, que habían escogido el asiento de un
autobús como improvisado correo, me había tocado. Eso bastó para que todo
cambiara.
Dos días después, descubrí que la única que subía antes que yo, era la chica de
lentes, y vi que depositaba con suavidad un papelito rosa bajo mi asiento. Cuando
notó mi mirada, volteó y me sonrió, y fue entonces, que la imaginé otra vez con la
corona de calcomanías: la corona de colores.
36
Eva Márquez (Madrid, 1974). Licenciada en Derecho por la Complutense de
Alcalá de Henares. Sus poemas han aparecido en diversos blogs así como en
revistas y fanzines, digitales e impresos, de España e Hispanoamérica.
Miembro del REMES, tiene su espacio en Las Afinidades Electivas. Preparó la
antología literaria “Esnifando Letras” y ha aparecido en la antología poética
“Póker de Reinas”. “Cosas que nunca te diré”, publicado por Groenlandia, es su
primer poemario. Bohodón Ediciones ha editado su segundo libro de poesía,
“Retales de Estrógenos”.
37
de otros.
38
modo cada dos por tres. Cada nueva ocasión en que alguien te mira mal, o te
dice algo bonito o fuera de lugar. No puedes seguir así, encerrada en ti misma
sin relacionarte con nadie…
Este y otro tipo de razonamientos se los decía y repetía para sus adentros.
Pero nada. De nada servían.
39
pelea de gallinas hermanas; no, había sido algo más. Ahora lo entendía. Ella,
su propia madre había sido la instigadora para que su hermana pequeña le
propinase una paliza haciendo que saliera huyendo de la casa. No podías ser
de otro modo. Su hermana pequeña y ella nunca habían tenido una relación de
hermanas intimas, pero jamás se habían peleado la una con la otra. No podía
entender porqué, así, por una chorrada, de repente su hermana hubiera
perdido el control y la arrastrara de los pelos para golpearla sin descanso hasta
que pudo zafarse.
Y sin darse cuenta, enfrascada en sus agrios recuerdos y en las razones que la
40
estaban convirtiendo en una estudiante amargada de cara lánguida y
anoréxica, volvió de nuevo a realizar aquel sonido con sus uñas. La estúpida
señora giró con brusquedad su cara, lanzando cuchillos de odio en forma de
ojos. Al verla, paró de inmediato dicho movimiento provocándole una arritmia
en ascenso. Se serenó, y pensó:
- “Está bien, bruja de mierda, si tanto te jode el sonido de mis uñas, te las
llevarás de recuerdo.”
Y con disimulo y paciencia fue arrancándose con los dientes todas y cada una
de sus uñas. Primero las de una mano y después las de la otra. Las fue
guardando en la palma de la mano con sumo cuidado. Y en cuanto vislumbro
un hueco del cuello de aquella mujer destapado por el jersey rojo que llevaba
puesto, fue expulsando de dos en dos los restos de sus uñas impregnadas en
babas.
Eva márquez
41
Madrid. Escritor, poeta y fotógrafo. Mantiene un blog con poemas y textos:
http://www.lacasaenpenumbras.blogspot.com.
42
Su ropa huele a aceite quemado, a cacahuetes, a noches en las que el alcohol te hacía
respirar demasiado fuerte durante la cena, con una mujer que te insulta, hijos que no te
hablan, viendo programas en color como la novedad del siglo.
En el Hotel Penumbras vuelves atrás en el tiempo,
El viejo recepcionista vende barata una noche en una habitación,
O quizá necesites unas horas para follar con tu amante,
O con la puta de la rotonda que ves todos los días.
Tal vez quieras escribir algo romántico en su espalda,
Hacerle una decena de fotos
Y gritar por ahí: “Ey, ¡es mi amante!”.
Ella te preguntará cosas extrañas:
“¿Qué hace un hombre tan guapo con una mujer como yo?”
Te encogerás de hombros y no dirás la verdad,
Te mirará,
Y mientras te hace un precio extra por los besos, te dice:
“Si no tienes ninguna enfermedad te lo haré todo sin preservativo”.
El recepcionista que fuma Carabelas sin filtro no hace preguntas,
No busca respuestas,
Aunque mientras te registras con tu puta cuyo verdadero nombre ignoras,
Te cuenta viejas historias sobre borrachos que compraban alfombras como la que pisas,
Partidas de mus,
Y hombres perdiéndose en el asfalto.
43
- Me había acostumbrado a ti.
- No te prometí nada.
- Sé que no lo hiciste, sin embargo, me gustaba verte.
- Apenas tomamos café, apenas hablamos de nada.
- Sin embargo, intimamos algo.
- Bebimos mucho y nos abrazamos un par de veces.
- ¿No nos acostamos?
- No.
- ¿Ni siquiera escuchamos un par de canciones?
- Solamente un par.
- ¿Y bailamos?
- Te enseñé a bailar, algo: eres torpe.
- ¿Te pisaba?
- Querías estar tan cerca que frente a mí sentía tu aliento en mi
nuca.
- Entonces nos sentamos.
- Nos sentamos, mis ojos se perdían en el mostrador.
- Los míos en ti.
- Sentía tu mirada, por eso miraba al camarero hacer cosas con sus
manos.
- Pensabas en mis manos.
- Pensaba que nos sentaríamos, beberíamos unas copas.
- Nos abrazamos.
- No, aún no.
- Bebimos unos sorbos.
- Tropezamos.
- ¿No estábamos sentados?
- Con una canción.
- Una canción.
- Una canción: no llegabas nunca tarde, ni siquiera a mi vida.
- Quise hacerte sentir exultante.
- Estábamos insultantemente solos, pero fingíamos que no era así.
- Yo no fingía.
- ¿No? Por eso hacías esos chistes malos, y me mirabas como si
quisieras conocerme: buscabas un recoveco por el que entrar en mí.
44
Si hubieras querido echar un polvo no tenías que mirar dentro de
mí.
- Lo admito.
- Lo admites.
- Sí, lo admito: alguna vez he llegado tarde, otras lo pensé
demasiado, y rara vez fui espontáneo, o cuando lo fui, rara vez
entendieron que todo eso era producto de la espontaneidad.
- Levanté mi copa entonces, aparté la mirada de la barra: me golpeé
con la tuya.
- ¿Chocamos las copas?
- ¿Cómo no beber una noche así? Estábamos tan solos que sólo el
alcohol nos liberaría de nuestra prisión. ¿Lo imaginas? Decenas de
presos borrachos la noche de San Juan: sus barrotes convertidos en
Puck, echando polvos mágicos de su pequeña bolsa sobre las judías
del alcalde, que al despertar se enamora de los barrotes: “Tantos años
frente a ti, amor mío, tantos días, tantas horas, tanta esperanza
retenida entre tus hermanos, alineados como en un desfile: ¿cómo no
amaros, negros, tan erguidos, tan hermosos?”
- Se abrazaba a ellos.
- Lo hacía.
- ¿Cómo tú te abrazas a mí?
- Tú no eres un barrote.
- Soy el otro lado de ti.
- No lo eres.
- Estamos tan unidos que da vértigo pensarlo.
- Sólo bebimos unas copas.
- Bebiste de mi vaso cuando el tuyo estaba a medias.
- Quise hacerte reír, te veía tan solo.
- ¿Solo?
- Como ausente, como si cargaras en tus espaldas una madre muerta
cuyo único interés fuera seguir muerta, ir al dentista, sacarse un par
de muelas, quejarse de mil dolores, y escuchar tu voz de vez en
cuando para no sentir culpa por su muerte.
- Me hiciste reír, aunque te viera perdida, como si ningún lugar
fuera el tuyo, como si mudarte tuviera como objetivo saber que no
perteneces a ninguna parte. ¿Cuántas veces cambiaste de casa? Quizá
tantas como de amantes. Tal vez hubo más casas que amantes.
45
- Hubo más amantes que casas, y más cosas destruidas que creadas. A
veces creo que los creadores son otros y que soy una burla de todos
ellos, como si el primer papel de bufón femenino me lo hubieran
otorgado en un certamen de perdedores.
- ¿Nos abrazamos?
- No.
- ¿Por qué no?
- Hablamos de películas.
- Me gusta hablar de películas.
- Me di cuenta.
- A ti te gusta hablar de lo que descubres, a veces te aterra tu
habitación.
- No me gustan las sábanas como icebergs, fantasmas que te rodean
en la oscuridad.
- Seguimos bebiendo.
- Bebimos, pedimos un par de rondas más.
- ¿Sonaron esas canciones?
- Siempre suenan buenas canciones en noches así, ¿no crees?
- Es lo único que nos queda.
- Nos levantamos y fuimos a la barra a pagar. Es escote, dije. A
escote, respondiste aún buscando entrar dentro de mí con esa mirada
tan intensa.
- A veces intimida.
- Nunca me había sentido tan desnuda.
- ¿Te molestó?
- Nunca nadie me había desnudado.
- Salimos entonces a la calle.
- Y hacía un frío de mil demonios. Ni siquiera me habías dicho tu
nombre, ni yo tampoco te confesé el mío. Se movía mi pelo y el aire
entraba por las ranuras de los botones de mi abrigo.
- Nos besamos.
- No.
- ¿No?
- Hablamos, de cosas intrascendentes. Paseamos.
- Paseamos.
- Eso dije: paseamos.
- ¿No nos besamos?
46
- Te morías por besarme.
- Tú te morías porque te besara.
- ¿Por qué esperamos siempre a que el otro adivine?
- La vida es un juego, supongo, como esa historia en la que él se
sienta a ver como una mujer duerme, y cree que sueña con un
hombre que la ve dormir. En realidad su sueño no tiene nada que ver
con lo que él piensa. Se inventa una vida, ya sabes: despierto y te
veo, me miras como si me quisieras, y nunca me miraron así, y
siento curiosidad, y tu inteligencia me erotiza.
- Las cosas giran por otro lado: son una tragedia griega: la atracción
por lo inevitable, y ese abismo como charcos junto a las aceras.
- Caminamos durante una hora.
- ¿Tan lejos vivías?
- Dimos un rodeo, me sentía bien, segura.
- ¿Y qué sucedió?
- Que me había acostumbrado a ti.
- ¿A mí? Pero, si tampoco te prometí nada.
- Y me sentí asquerosamente sola, como si hubiera llegado tarde a
alguna parte.
- ¿Y?
- ¿Y?
- Sí, ¿y qué sucedió?
- Me abrazaste.
Luis Sevilla
47
Madrid. Escritora, poeta, ilustradora y pintora. Sus relatos y poemas han
sido publicados en diversas revistas digitales e impresas. Ha escrito novelas
y poemarios, inéditos. Ha ganado diversos premios literarios por sus textos.
La primera vez que te vi, pensé que eras lo más precioso que habían visto
jamás. Llevabas un vestido azul cortado a la cadera con un ancho lazo de raso
y mangas de farol que dejaba ver tus brazos perfectos. Tus zapatos eran
blancos como los de comunión, y tus medias caladas. Recuerdo que al
agacharte a recoger la moneda que se te cayó, se te vieron las bragas.
También eran blancas, y un diminuto encaje asomó al dobladillo de tu falda.
Tengo grabado a fuego tu pelo castaño claro sujeto por unas trenzas y tus
ojos dorados. Jamás he vuelto a ver ojos como los tuyos. Ni verdes ni
castaños; oro líquido brotando de un rostro bronceado de callejear. Era
domingo, y el sol estaba alto en el cielo. Me dijiste:
Y te miré como se mira el mar cuando se descubre por primera vez, con la
pasión salvaje de un náufrago que ignora que se verá devorado por él.
48
hasta mí. Pero no me mirabas. Tus preciosos ojos se perdían en el cartel
anunciador que tenía clavado en el cerco del puesto. Se movían ansiosos a
través de las fotografías de los helados. Tu dedo se detuvo en una de ellas.
Me levanté despacio.
49
Obedeciste echándote el pelo hacia atrás. Parecías una pequeña Helena
griega.
Tus ojos se iluminaron y asentiste con fuerza al tiempo que cogías el helado
con gesto rápido.
- Tienes que tomártelo aquí. No quiero que nadie sepa que te lo he dado. Si
alguien se enterara, vendrían a pedirme. Mira, - te dije, señalando la puerta
- voy a cerrar con pestillo para que no puedan verte. ¿Te parece bien?
Luisa fernández
50
Poeta. Amante del cine, y causante del fanzine literario “Pro‐vocación”. Hace
poco publicó su primer poemario, “Alas de mar y prosa” (Editorial Ya lo dijo
Casimiro Parker) y ha participado en diversos recitales poéticos. Mantiene el
blog: http://escandar-algeet.blogspot.com.
51
y las ventanas se cierren porque prohibieron la música
con la excusa del ruido,
no quiero mirar al suelo y fingir que así
no miro a otro lado,
no quiero estar dispuesto a poner cepos
y no llamarlos por su nombre de trampa,
por su olvido de mierda,
por su logro de nada.
Miro.
Preguntándonos.
Escandar algeet
52
Ana Patricia Moya Rodríguez \ Periquilla Los Palotes (Córdoba, 1982). Estudió
Relaciones Laborales y es Licenciada en Humanidades por la Universidad de
Córdoba. Actualmente, estudia Master, sigue pluriempleada y es directora \
editora de Groenlandia. Ha publicado un poemario, titulado “Bocaditos de
Realidad” (Groenlandia, 2008), y en breve, aparecerá su primer libro de relatos,
“Cuentos de la Carne”. Sus poemas y relatos han aparecido en diversos fanzines
y revistas, impresas y digitales, de España e Hispanoamérica. Ha participado
en los Talleres Literarios de Creación Eutopia 2007, Festival de la Creación
Joven de Córdoba. Sus poemas han sido traducidos al inglés, al catalán y al
italiano. Forma parte del REMES (Red Mundial de Escritores en Español) y
tiene su espacio en las Afinidades Electivas y Narrativas.
Pero vivimos
en la tierra de los cobardes
que señalan con el dedo,
empujados por los elegidos:
la batalla está perdida
53
I
- ¿Me quieres?
- Claro.
- ¿Entonces por qué te has liado con otra?
- Te confundí con ella, mi amor.
II
III
- ¿Me amas?
- No.
- La verdad escuece.
- No te escocerá tanto cuando estás con tu amante.
IV
VI
54
Patxi Irurzun \ Jorge Heras \ Gonzalo P. Vilo \
J. Jorge Sánchez \ Raúl Ariza \ Jorge Manzanilla \
Gustavo M. Galliano \ Mariela Loza \ Isaac Contreras \
Daniel García \ José A. Conde \ Pepe Pereza \
Elena Ortíz \ Velpister \ Mario Crespo \
Ada Menéndez \ Óscar Varona \ Ana Laguna \
55
María José Mures \ Fran García Parra
(Pamplona, 1969). Autor de los libros: “Cuentos de color gris”, “Cuentos
sanfermineros”, “La polla más grande del mundo”, “Ajuste de cuentos” (relatos y
cuentos); “Odio enamorado”, “Cuestión de Supervivencia”, “Ciudad Retrete”
(novelas). Ha participado en diversas antologías (“Golpes, Ficciones de la
Realidad Social”, “Tripulantes”, etc), ha coordinado algunas (como “Hank Over
\ Resaca”) y también ha colaborado en diferentes medios (“El País”, “ADN”,
“Vinalia Trippers”, “Fábula”, etc). Ha obtenido diversos premios literarios.
56
debes de pensar que no hay nadie en el mundo tan unido como
nosotros.
57
- Me gustó que hicieras complicado algo que podía ser tan aburridamente
sencillo - dijiste.
Patxi irurzun
58
Jorge Heras García (Madrid, 1981). Licenciado en Filosofía por la UCM. Sus
poemas han aparecido en diversas revistas literarias: “Palabras Malditas”,
“Revista Voces”, “Escáner Cultural”, “Alex Lootz”, “Revista Almiar”, “Dulce
Arsénico”, “Palabras Diversas”, “El cuervo”, etc.
L eo po l do Ma r í a P an er o.
del grito
59
Estaba sin blanca
Apuraba los vasos de cerveza caliente de las mesas antes de que los recogiera
el camarero
Salí a la calle a pedir y después de una hora me dieron casi para una pinta
unas monedas
Aún humeante
Se extinguía en el suelo
El humo era retirado de su ascua como una prostituta vieja del burdel y
Me sentí igual que cuando miré las Giant Fagends de Claes Oldenburg.
60
Nacido el cinco de Febrero de 1980. Estudió Traducción en la Universidad de la Serena.
Actualmente, vive en Coquimbo y está a punto de titularse como profesor de inglés en el
mismo centro.
Todos los días, desde muy temprano en la mañana y hasta que se va el sol, vemos
un acto sublime, una representación mítica, excelsamente teatral de un personaje
de leyenda y del que todos hemos escuchado mas de alguna vez su nombre. Aquel
es el hombre invisible.
Sus intérpretes son varios actores repartidos y distribuidos alrededor del centro
de la ciudad y todos dan lo mejor de si, preparando sus trajes, sus artilugios y lo
más importante de todo, sus expresiones, sus gestos, que son el motor principal
para llevar a cabo su rutina.
De ellos, claro está, solamente tengo buenos comentarios, y sólo puedo decir que
son actores excelentes, de categoría, y además, curtidos lo suficiente en la
indiferencia del público como para no esperar más que unas cuantas monedas
regaladas con desgano, como única gratificación para su espléndido arte. En
realidad, ya no sé si llamarles actores, confieso que ya me parece hasta pequeño
el adjetivo, quizás ya merezcan otro, uno mas grande, artistas, o… ¿qué se yo?
Artífices de un milagro, autores de una creación pura y fabulosa, digna de
aparecer en cualquier libro que se precie de decir algo valorable. Bueno, algo por
el estilo, ustedes me entienden.
Dentro de esta gama de prolíficos virtuosos, sin embargo, hay uno que se destaca
con luces propias. Su nombre es Ernesto (sí, amigos, aunque ustedes no lo crean,
61
al igual que nosotros, simples mortales, él también tiene un nombre) y todos los
días prepara su acto con gran profesionalismo y esmero.
Él, pese a sus setenta años y a la falta de una de sus piernas, tiene una gran
pasión por el teatro y se deja llevar por su personaje, al punto de ser casi una
sombra, un hálito espectral que nos fulmina con su talento. Claro, he dicho a
propósito la palabra casi, porque, la verdad, la mayoría de nosotros en realidad
puede verlo, pero, siendo tan cultos conocedores del teatro, pretendemos no
verlo, seguimos el juego y nos dejamos engatusar por su representación, hasta el
punto de parecernos invisible.
Más de una vez en todo caso, aparece uno que otro (nunca faltan) que deshacen
el hechizo y cándidamente le profesan su afecto, su atención, sin darse cuenta
que con ello interrumpen su esplendida performance. ¡Qué incultura! ¡Qué falta
de conocimientos artísticos! Pero saben, no los culpo, no puedo hacerlo,
simplemente me es imposible responsabilizarlos de tamaña vulgaridad. Y es que,
la verdad, hay que considerar que no todos hemos sido educados de la misma
manera, ni todos tampoco hemos sido bendecidos por esta apreciación artística
brillante, que nos hace valorar como un tesoro aquella pieza, aquel acto teatral
que vemos todos los días. Sólo puedo compadecerlos, y también a aquellos que,
durante la noche, no diré quienes, intentan llevarlo a un mal llamado refugio,
con la idea de que evite el frío, o vaya a saber que otra estupidez parecida, sin
darse cuenta que para Ernesto el frío no es más que otro lugar común en su
obra. Aghhh, todo eso me sulfura, se me hace demasiado aberrante. En realidad,
lo único que puedo hacer cuando me topo con ese tipo de situaciones, es dar
vuelta la cabeza y cambiar de calle, estúpidamente avergonzado por algo ajeno a
mi persona.
62
Pero eso, claro está, no sucede muchas veces. Vivimos en una ciudad plenamente
desarrollada, madura al máximo, que sabe como reaccionar frente a espectáculos
artísticos como éste, y cuyos ciudadanos, si bien aún no tan sensibles como para
apreciar o agradecer este tipo de interpretaciones, tienen al menos la capacidad
intelectual para diferenciar la realidad de la ficción, el real sufrimiento de un
acto teatral, el cual, pese a ser perfectamente ejecutado, es solamente eso, una
simple representación.
En realidad, creo que sólo la gente de esa calaña puede ser así de superficial, sólo
gente con esa ignorancia puede creer que la miseria, que la pobreza puede ser
reconocida de inmediato y de manera tan somera, frívola y trivial. No, aquello
no es más que una representación teatral, una muy buena en todo caso, porque,
en realidad, la verdadera pobreza, la verdadera miseria, está oculta debajo de
cofres de acero, de cajas fuertes inexpugnables que muchos de nuestros
ciudadanos poseen con el fin de resguardar sus corazones, y que son los mismos
que no tienen la sensibilidad para apreciar el arte, para no dar más que unas
cuantas monedas a estos genios del escenario, o que ni siquiera tienen la
capacidad de regalarles un aplauso para reconocer su estoicismo y su voluntad, o
al menos para hacer algo siquiera que los redima de su culpa.
63
J. Jorge Sánchez (Barcelona, 1964). Licenciado en Filosofía, Doctor en
Humanidades y Profesor de Enseñanza Secundaria. Ha publicado diversos
artículos sobre filosofía, política y teoría de la Literatura y prologado obras
de Jack London o Guy de Maupassant. Editor de “Dunas en la playa: reflexiones
en torno al poder” (La Catarata, 1996); en el campo de la poesía ha publicado
“Del Tercer Reich” (Germania, 2002), y “Filosofía de la minucia” (Bartebly,
2008). Ha participado en los volúmenes colectivos: “La paz y la palabra, Letras
contra la guerra”, “11‐M: Poemas contra el olvido” y “Voces del Extremo XI‐XII”.
Sus poemas han aparecido en diversas revistas: “Mar de Poesías”, “Es Hora de
Embriagarse con Poesía” y “Hilos de Araña”. Participó en el volumen de relatos
“Tripulantes: Nuevas Aventuras de Vinalia Trippers” (Eclipsados, 2007).
En el poema de Carver
" His bathrobe pockets stuffed with notes "
("Los bolsillos de su albornoz llenos de notas")
puede leerse:
64
Evidentemente, podría suceder
que se agotara en la simple relación de posibilidades,
en la enumeración de notas inconexas.
Que esa fuera su forma y su materia.
j. jorge Sánchez
65
Raúl Ariza Pallarés (Benicássim, Castellón, 1968). Abogado de profesión y escritor
vocacional. Ha colaborado en revistas literarias y jurídicas, ha publicado en periódicos
de ámbito provincial así como en diversas revistas digitales relatos, artículos o crónicas,
que van desde la crítica literaria hasta la cinematográfica. Gran aficionado al cine
clásico, su otra gran pasión junto con la literatura. Autor del blog El Alma Difusa. En
breve publicará su primer libro de relatos, “Elefantiasis”.
Maribel anda con pasos cortos y prestos. Y de su mano, casi a rastras, viene
colgado Tito. El crío tiene las mejillas en carne viva; cortadas a contrapelo por
el rigor de este invierno seco y antipático. Por culpa de los guantes de lana
que le ha calzado al chaval y los de piel que también lleva puestos ella, el
niño se le va escurriendo según avanza.
Los ojos azules de Maribel se han encendido más o menos a la misma hora a la
que lo han hecho las farolas de la plaza.
Sonia y Ricardo cargan con una botella de butano. A ella le cuesta horrores
seguirle el paso. No hace mucho que se casaron. Se adoran. Pero el noviazgo
fue demasiado largo, y a veces tienen la fugaz impresión de que entre ellos ya
está todo dicho. Sonia es hermosa. Rubia, de ojos negros y pechos enormes. En
conjunto le falla un poco la voz, que la tiene un tanto machorrada. Pero esa
peculiaridad, le hace incluso un poco más deseable.
Sepultado bajo un espeso gorro de lana y una bufanda infinita, Pepe vocea
desde la esquina. Es pequeñajo y por eso grita mucho. Pepe es la mar de
gracioso y cuenta unas historias divertidísimas que nunca son ciertas.
Media tarde. La calle huele a azaleas. Desde alguna de las ventanas abiertas se
desparraman las sugerentes notas de un chelo. Daniel sale de la taberna
negando con la cabeza. Viste mono azul de faena y uñas negras. Se dirige
hacia el portal de su casa con el talante descompensado. Las manos inquietas -
ora sí, ora no- en los bolsillos. Apenas da cuatro o cinco pasos, y se detiene
reflexivo para negar de nuevo y reanudar un segundo más tarde su inconstante
marcha. Daniel es un tipo cordial, pero un poco cabezón.
66
Hoy la taberna estaba llena. Entre quinto y quinto de cerveza, la concurrencia se
ha enzarzado en una apasionante discusión que giraba entorno al controvertido
tema de la supuesta influencia que han tenido en la literatura universal
contemporánea, autores americanos de la talla de Faulkner o Dos Pasos. Daniel
no se ha pronunciado. No se ha atrevido. Pero mentiría si no digo que se ha ido
con las ganas de dar su opinión que, por cierto, divergía sustancialmente de la
que sostenían con tanta vehemencia, Paco el electricista y aquel forastero
atildado.
A Pepe las palabras se le escapan de la boca, como a un collar roto las cuentas. Es
infatigable. Los días ventosos como hoy, esas palabras vuelan caprichosas por el
barrio y algunas de ellas se filtran al azar por las rendijas de las puertas y de las
ventanas de las casas. Hace un rato en la mía se ha colado la palabra allegro , y
desde mi atalaya, celoso, he visto como en el dormitorio de Maribel, que queda
más o menos enfrente del mío al otro lado de la plaza, flirtea furtiva con su
almohada la palabra tómbolo . Otra más que no adivino, díscola ella, se ha
quedado pegada a la ventana del comedor de Daniel, y dos de sus cinco hijos
junto a Whitman el perro, juegan divertidos a comérsela a través del frío cristal.
Pepe está algo delicado de salud. Ya no trabaja de albañil. Ahora se dedica a ser
erudito y a llevarnos a todos la contraria. Todo el mundo sabe, que un día no
muy lejano se nos va a morir. Él también lo sabe, claro.
En la esquina que forman los dos lados más largos del triángulo isósceles que es
mi plaza, en una y otra acera, y enfrente la una del otro, hay una carpintería y
un taller mecánico. El carpintero se llama Luís y el mecánico, también se llama
Luís. Ambos comparten públicamente la misma pasión. Ambos, más o menos a la
vez, descubrieron que su verdadera vocación era la astronomía y, desde entonces,
a pesar de los tímidos remilgos de los padres del primero y de la esposa del
segundo, que lo consideran una pérdida de tiempo, se reúnen tres o cuatro veces
por semana para representar plásticamente cuerpos celestes y constelaciones.
Luís el carpintero tiene una máquina que fabrica virutas del tamaño y la forma
que sobre la marcha él decida conferirles. Luís el mecánico, entre ruedas,
67
compresores y tornos, tiene un extraño artefacto que suelta las chispas más
luminosas y con los colores más dispares que uno pudiera imaginarse.
Son las diez de la noche. Ante un público expectante, los dos luíses han sacado
sus curiosos mecanismos a las puertas de sus negocios. Entre medias, justo en el
punto medio de la línea que los separa, se ha puesto Jesús el pintor con su
máquina de echar gota. África, la hija mayor de Daniel, que está a puntito de
terminar la carrera de música, les acompañará con su chelo desde una distancia
prudencial. El experimento de hoy se llama: Tannhäuser .
Tras el gesto convenido, las manos de África rasgan con suavidad el velo
nocturno. A Pepe la música le evoca instantes sólo soñados. Como hace siempre
que está nervioso, Daniel cruza los dedos y recita a modo de conjuro unos versos
de Longfelow . Siempre los mismos.
Raúl ariza
68
Nacido en Mérida (Yucatán, 29 de Enero de 1986). Actualmente radica en Mochitlán,
Guerrero (desde el año 2003). Actualmente es estudiante de Literatura en la Unidad
Académica de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Guerrero. Es miembro de
la catarsis literaria “El Drenaje”, impartida por Adán Echevarria. Miembro de REMES.
Participa en el taller Ki´bok de Chilpancingo (Guerrero). Ha participado en talleres
impartidos por Rafael Ramírez Heredia, Héctor de Paz, Jorge Lara y José Vicente Anaya.
Ha colaborado en diversas publicaciones: “México Gótico”, en el periódico de
Chilpancingo “La Trinchera”, “Isla Negra” (Argentina), “Revista Remolinos” (Perú) y
“Groenlandia”.
69
Viene el fuerte golpe del regazo antropológico.
Débil cordura del bicéfalo que eructa la rabia,
el alimento de las uñas,
la erosión sexual,
y la hormiga que lleva el bosque en su espalda.
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Ahora rompo el follaje de la música,
extirpo glándulas y hojarascas de mi ceja.
Jorge manzanilla
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Escritor, poeta, docente universitario. Reside en Rosario (Santa Fe, República
Argentina). Se desempeña como corresponsal especial de la revista
internacional de Arte y Literatura Cañasanta (Toronto, Canadá), y columnista
de la publicación de Cultura y Arte en RCM (Florida, USA). Colaborador
habitual de importantes publicaciones de España, USA, México, etc. Forma
parte del REMES, Poetas del Mundo, y de la Sociedad de Escritores y
Escritoras Argentinos (SEA). Sus escritos han sido seleccionados y publicados
en prestigiosas revistas y antologías literarias internacionales, traduciéndose
al inglés, italiano, francés, búlgaro, rumano y portugués. Su primer libro de
narrativa breve, “La cita”, fue publicado en el año 2009 por la Editorial Aries.
Actualmente, está trabajando en su poemario “Ocultos tras la bruma” y una
novela breve, “Un dragón en el acuario”.
72
Me serví un trago, respiré profundo y me senté en el sillón. Sinceramente
gozaba contemplando su desquicio. Su andar de fantasma errática. Frenética.
Despeinada. Gocé de mi vodka doble, tridestilado, con zumo de naranja y
observé el ir y venir por la sala de sus pasos incoherentes, inconexos.
Suspiré aún más profundo, feliz, relajado. Me serví otro trago. Resultaba un
enorme alivio haberle confesado mi pecado, aquella culpa que me corroía en
silencio. Y aquél fue el momento apropiado. La síntesis del éxtasis en el
génesis.
Era imposible continuar callando. Ya no podía seguir ocultando, que allá, por
el sexto grado, portando mis once años, me enamoré de mi maestra.
N o con f undi r ,
s om os poe ta s q ue e s c ri b i mo s de s de l a c lan de st i n i d ad e n q u e vivi mos ,
n o s om os , pue s, có mo do s e i m pun e s anoni mi sta s ,
de cara estamos fren te al enemigo .
( Ro q ue Da lt on)
74
El dolor me trajo a la montaña,
martirizada la luna,
destazado el arco iris en la tierra,
no llegó el beso del girasol.
Descalza, desnuda,
zaherida por la espalda la esperanza.
Como al desplazado,
como la que sufre eterno exilio,
como un maldecido lagarto chorreando sangre por los gemidos.
75
… t an al ta es su digni d ad
en l a b ú sq ue d a del t i em p o
en q ue flo re z ca l a ti err a
por lo s q ue han ido cayen do
en que v eng a l a al egría
a la va r el suf ri mi ento…
¡Dal e, que la marcha es len ta,
pe ro sig ue si endo ma r cha !
(A l í P ri mera)
Tormentosas contracciones,
inconcluso el parto,
y sin embargo, entre los escombros y la sangría,
abre brecha la esperanza:
el vientre de la tierra está preñado,
y a pesar de los pesares,
nacerá como arco iris la alegría.
Mariela loza
76
Isaac Contreras (Mexicali, Baja California, 1989). Escritor, poeta y estudiante. Mantiene en
la red el blog personal: www.unamenteobsesionadacon.blogspot.com. Tiene poemarios
inéditos.
77
Un copo de nieve
En mi mano está
Y aún en la oscuridad
Es tan blanca
Tan, pero tan blanca
Y me pregunto
Por qué la nieve
Es blanca
La nieve se funde
Ante un inmenso sol
Y se pierde
Entre mis venas
Y espero aterrado
En la oscuridad
Volver a ver esa nieve
Tan, pero tan blanca
Y espero…
Y espero…
78
Pero dentro de mí
Me pregunto si en verdad
Algún día volveré
A ver esa nieve
Tan blanca
Es que llegará
Se que llegará
Es que debe de llegar
Pero siempre de un
Inmenso sol
Viene una oscuridad
Y con ella una soledad
Que mi nombre lleva
Y en esta oscuridad
Trato de descifrar
El por qué la nieve
Es blanca, tan blanca…
Isaac contreras
79
Vitoria, 1983. Escritor y lector de Bukowski, Palahniuk, Puertas, Kerouac, Dovtoieski,
Fante, Reverte, entre otros. Colabora en varias páginas, revistas, fanzines y blogs.
Hacía un día de perros, un intenso frío y una densa neblina flotaba suspendida en el
ambiente. Aparqué mi coche de un volantazo, invadiendo el carril contrario y
frenando a duras penas en un área de descanso situada a pocos metros del pantano
de Garcigrande. Coloqué con firmeza el freno de mano hasta que oí el carraspeo
progresivo de la palanca. Por fin había llegado; observé a través del cristal del
coche unas mesas de picnic con un reducido grupo de familiares almorzando,
bebiendo y cantando.
Eran las nueve de la mañana; abrí el maletero del coche y me coloqué mi gorra
repleta de moscas de diferentes colores y tamaños. Comencé a sacar mis aparejos
para la jornada de pesca: cañas, carretes, sedal, peces artificiales, anzuelos, etcétera.
Cargué la mochila a la espalda con las cañas y los carretes mientras sostenía en las
manos la caja de aparejos y la silla.
80
ver las secuelas del día; me producían una sensación de escozor insoportable al
absorber el agua oxigenada. Siempre me ha gustado ir solo, sobre todo a pescar.
- Por todo lo que mas quieras, pica, por el amor de Dios- farfullé.
- ¡Hijo de la gran puta! - aullé. El eco retumbó en las paredes rocosas de la presa.
81
Oponía cierta fuerza con mi mano sobre la bobina en un intento de frenarla, pero
no dio resultado. Nunca había tenido el placer de tener a un pez de ese tamaño
peleando al otro lado de la línea.
Me sentía abatido: una pieza de ese tamaño y el filamento no pudo resistir. Dejé la
caña recostada sobre el suelo y me senté en la silla con las manos apoyadas en la
sien.
Ese bicharraco debía de pesar unos nueve o diez kilos, sin duda. Estuve un largo
tiempo meditando el fracaso, miré el reloj, las manecillas marcaban las 12:39.
Desistí lanzar una vez más. Me dispuse a recoger mis tratos y aparejos cuando oí que
alguien me estaba hablando.
Pasó por detrás de mí y me quedé atónito; de su espalda se deslizaba una cuerda que
mantenía suspendido por las agallas a un gran lucio de cola roja.
Daniel garcía
82
Madrid, 1976. Licenciado en Comunicación Audiovisual, actualmente trabaja en el medio
televisivo, también como ilustrador y diseñador freelance. Ha aparecido en las antologías
“Mañana Luminosa” (Centro de Estudios Poéticos), “Cuentos Selectos Volumen VI” (Editorial
Jamais) y “El tamaño del tiempo” (Anroart Ediciones). Obtuvo un accésit en el V Certamen
de Literatura Aenigma. Ha participado, con sus ilustraciones y textos, en diversas
revistas: “Letras anónimas”, “Enfocarte”, “Shiboleth”, “Ariadna”, “Gotas de tinta”,
“Narradores”, “Divague”, “Poesía+Letras”, etc. En el 2009 publicó el poemario “Fiebres
Galantes”, de mano de la distribuidora libre de textos Shiboleth.
La prosperidad es el desarme,
la moral es ahora la recarga
adaptándote al lenguaje
del nuevo organismo creciente.
La belleza era antes la armadura
mostrando princesas incluso entre los guardias.
La soldadura la derrite,
cambiando la temperatura.
83
tu futuro de años-luz,
tu presente eterno
de realidad cibernética,
en el que todas las relaciones sean circuitos
libremente controlados por la no-inteligencia.
La lágrimas no existen
o son tornillos como junturas
de la cara artificial,
mientras pruebas el amplificador
con conversaciones hacia el espacio.
Programa de existencia activado.
84
En la ducha eres una muñeca,
agachándote y resplandeciendo,
la catarata en miniatura del agua
cayendo del destello del grifo
y haciendo surgir los dorados
en tu piel de porcelana,
cientos de diamantes
que cambian de forma
con tus ligeros movimientos.
Los ojos cerrados de cristal,
largas pestañas negras
haciendo sombras chinescas
hacia tus mejillas de seda,
llenas de extraños torrentes.
Tu boca me succiona
sin apenas moverse,
conceptualizando la humedad
en un instante,
y las perlas del agua de nuestros cuerpos
se mezclan...
85
Pepe Pereza (Logroño). Ex – actor, guionista, poeta, escritor y director. Sus relatos han
aparecido en diversas revistas y fanzines como “Narrativas”, “Lafanzine”, “Al otro lado del
Espejo”, “Agitadoras”, “Cruce de Caminos”, “Groenlandia”, así como en diversos blogs:
“Crónicas para decorar un vacío” (de Xen Rabanal), “Hank Over \ Resaca” (Vicente Muñoz
Álvarez y Patxi Irutzun), “Esto no es una película, amigo” (David González), etc. Ha
publicado el libro de relatos “Putas” (Ediciones Groenlandia). En breve, publicará:
“Amores Breves” (Editorial Baile del Sol) Participa en la antología de narrativa
groenlandesa. Publicó, hace tiempo, un poemario en una editorial de provincias.
86
- Conserva largas tus uñas si quieres atraparme, lagarta.
- Me duele la espalda de tanto follar; decía un castrado a su loro.
- Si quieres que te coma el coño, mejor será que lo saques del lodo.
- Adivina cuantos pelos hay en mis sobacos y te dejaré entrar.
- Estornudé mi pasado en una copa de tinto y salpiqué tu escote con mis
pecados.
- Cuenta conmigo para lo que no quieras hacer…
Cerca de su mesa, pasó una gitanilla de unos cinco años que tarareaba la
letra de un anuncio de la tele. Ambos la observaron en silencio y no sin
cierta repugnancia. Cuando finalmente la niña se alejó, La Reina de la
Sinrazón siguió con el juego y, muy digna, exclamó:
Hicieron otra larga pausa. Él bebió de su vaso, ella le puso una larga
boquilla a un cigarro y le prendió fuego.
87
- Escupiré todas tus mentiras y tornaré mis pasos hacia un fértil camino
que no sea el tuy… - él no pudo acabar la frase. El mosquito se había
posado sobre la mesa y La Reina de la Sinrazón, aprovechando su
inmovilidad trató de aplastarlo con un libro del genial David González.
Pero no calculó bien y el golpe hizo que las bebidas saltaran por los aires
y se derramaran sobre ellos.
Pepe pereza
88
Elena Ortiz Muñiz (México). Licenciada en Ciencias de la Comunicación, egresada en la
Universidad Franco-Mexicana. Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español
(REMES), de la Unión de Escritores Hispanoamericanos y de Escritores Latinoamericanos.
Participó en la antología “Mejores Textos” (2008), editada por el Rincón de los Escritores y
en la antología “Iwith” (Bubok, 2009). Sus poemas han aparecido en “Voz del Pueblo”,
“Katharsis”, “Revista Cultural Archivos del Sur”, “Arena y Cal”, “El Puro Cuento”, “Ariadna”,
“Artesanías Literarias”, “Letras”, “Tántalo”, etc. Recibió accésit y mención de honor en el I
Concurso de Relatos Convocados por la Revista Literaria “Katharsis” y finalista del II
Concurso de Microrrelatos para abogados. Actualmente, es subdirectora de la publicación
literaria “Molino de Letras”.
el libro que la foto sepia guarda. La puerta del hogar que se cierra sombría al emigrar.
Más, es inevitable vivir sin ausencias, siempre hay alguien a quien añorar.
paso a paso a medida que el sendero devora el paisaje conocido, se seca una flor.
89
Y preparé la tierra con obcecado tiento,
Elena Ortiz
90
Jens Peter Jensen Silva (gallego nacido en Barcelona, en 1970, de padre danés). Estudió
Geografía e Historia en Ourense, Ciencias de la Información en la Complutense de Madrid
y piano en A Coruña. Músico, pintor, poeta y escritor. Ha realizado diversas exposiciones
artísticas – incluyendo recitales de música y poesía - en diferentes lugares de Europa. Ha
codirigido y coordinado espectáculos multidisciplinares (que mezclan música, danza,
teatro y pintura). Actualmente trabaja en MUSICOPLASTIDRAMA.
91
Pones pie a tierra
blanda porosa
y respiras aire fresco
puro
sin contaminación urbana
que a veces
y digo
sólo a veces
es sana
porque en el aire viajan
también
las influencias
novedades
experiencias
y cosas que aquí
en el campo
me temo
no es posible conocer
y por eso vacilas
insistes
porque en el fondo
deseas
salir de tu cárcel
y respirar el aire contaminado
que a mí me sobra
92
Palpas con tu mano y no encuentras.
No estoy.
Buenos días,
Sigo aquí.
A l dis f ra z de l v eneno .
Un pañuelo
Sobre el cuello de un judas
Una soga
En la viga de casa
Una palabra
En la garganta del muerto
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Me habían puesto a cuatro patas
del lado izquierdo y al derecho
del revés
por arriba
por abajo
sobre desde encima y tras
Ada Menéndez
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Óscar Varona es un escritor que nadie piensa que lo sea; un bibliotecario que no se
siente como tal; un perdedor… de tiempo que ha publicado un libro de relatos
titulado “Trémolo”, un bicho raro que ha publicado algunos relatos en sitios tan
dispares como Argentina, Estados Unidos y España; un fumador enfermizo que
nació en Madrid hace 36 años y que no ha visto mucho mundo todavía. Ha
publicado en Bubok libros de relatos.
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consigo apreciarlos y excitarme con ellos. Por eso, cuando un nuevo rayo de luz
emerge de la cerradura de la puerta situada a mi izquierda, arrastro mis rodillas
por el oscuro y sucio linóleo tan deprisa como mis piernas me lo permiten, sin
apenas sentir la abrasión que me produce el roce de mi piel contra el suelo. Abro
bien el ojo, rebotando en el la claridad que despide el otro lado, y observo en
silencio. La misma habitación, la misma mujer, esta vez sentada en la cama y con
un vestido distinto al anterior, pero de tonalidades igual de grises. Recoge su pelo
en una cola de caballo que cae lacea por su espalda. Mi boca se seca al instante. La
mujer parece estar llorando, aunque reprime sus lágrimas como puede. Suspira y se
levanta de la cama secándose las escasas lágrimas que han escapado de sus
expresivos ojos. Abre el armario y comienza de nuevo a desnudarse, colocando
cuidadosamente cada cosa en su sitio, mientras muestra su cuerpo, blanquecino y
tentador, sin saber que alguien la observa. Es como una muñeca de porcelana,
frágil, en la que el color de su cabello contrasta con la palidez de su piel. Veo esos
pechos de medida perfecta, cuyas aureolas se elevan por el frío de su desnudez; ese
pubis rojizo como una hoguera en la que me gustaría arder por siempre jamás. Y
paseo la lengua por mis labios cortados sin ser consciente de ello. La mujer se mete
en la cama, apaga la luz y escucho de nuevo los suspiros y llantos que en mitad de
la oscuridad ya no puede reprimir. Otra vez me quedo con un calor abrasante
quemando mis venas transparentes y haciendo hervir mis entrañas. Toda imagen
que tengo en mi mente es el recuerdo de su cuerpo, su rostro. Entonces, un nuevo
hilo de luz sale de la tercera puerta, y no es necesario decir que me vuelvo a dejar
las rodillas en el suelo, sin importarme, sin darle mayor importancia, sin dolor, y
con el corazón y los pulmones a punto de salir por mi boca. Pego mi ojo irritado
en la cerradura. Veo, observo, y apenas me muevo. Y esta vez la escena es
totalmente distinta. La mujer está acostada en la cama, durmiendo, supongo,
descansando al menos, cuando entra un hombre cuyo rostro no consigo adivinar,
pues es como si estuviese difuminado, como si sus rasgos se hubiesen borrado o mi
ojo no fuese capaz de verlos, distinguirlos. El hombre se acerca lentamente a la
cama, procurando no hacer ruido, mientras su mano empuña un cuchillo de cocina
de punta redondeada. Tiemblo ante lo que veo. Me temo lo peor. Entonces, el
hombre tapa la boca de la mujer en un movimiento rápido y violento, lo que hace
que ésta se despierte asustada, presa del pánico, sin saber qué está ocurriendo, y
cuando es consciente de la situación, recibe la primera puñalada en el pecho,
haciendo que la sangre roja emerja de un cuerpo que he deseado hasta hace unos
segundos. Me aparto de la puerta aterrado, llevándome la mano a la boca,
ahogando un alarido que envenena mi garganta. Me levanto del suelo y pese a mi
desnudez y una erección que ha bajado casi de inmediato, intento abrir la puerta
sin conseguirlo, dando fuertes golpes a la madera, castigando mis pies contra ella,
sin obtener ningún resultado positivo. Me dirijo entonces a la cuarta puerta, la
cual se abre de inmediato, y corro a través de pasillos oscuros en los que a punto
estoy de dejarme el rostro contra las paredes por la escasa visibilidad que hay. Veo
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una luz al fondo y me desplazo tan deprisa como puedo hacia ella, aparcando mis
pulmones enfermos en algún momento de la intensa carrera. Cuando traspaso el
arco que da directamente a la habitación de la mujer, la luz se incrusta en mi
cuerpo. La sangre del suelo, de la que no me percato en un primer momento, hace
que resbale de tal forma que caigo al suelo en un estruendoso y violento golpe,
dejando mi cuerpo desnudo maltrecho y totalmente manchado de sustancia roja
pegajosa. No puedo hacer otra cosa que gritar aterrado, asqueado ante la visión de
una habitación cubierta de sangre y un cuerpo, el de la mujer, apenas reconocible
por la violencia con la que el hombre se ha ensañado en él. Me levanto como
puedo, sin poder evitar resbalar un par de veces más y caer de nuevo al suelo. Y
cuando me quiero dar cuenta, observo, con el miedo pinchando en el centro mismo
de mi sistema nervioso, cómo alguien me observa a través de la cerradura de la
puerta. El ojo desaparece en el mismo momento en el que se da cuenta de que ha
sido pillado. Me acerco a la puerta, con el cuerpo temblando, con la mente en
blanco, sin saber, sin comprender, y tiro del picaporte, abriéndola de par en par,
encontrándome de frente a un policía que me apunta directamente a la cabeza con
su arma. Afuera llueve, mientras una multitud curiosa se agolpa para observar
mejor qué ha pasado. Levanto los brazos al salir y notar que la lluvia golpea mi
cuerpo desnudo, limpiando mi piel ensangrentada, enfriando la fiebre que me
atenaza. Entonces, el policía me tira al suelo y coloca uno de sus pies en mi
espalda, sin dejar de apuntarme y dispuesto a disparar en cualquier momento, ante
cualquier movimiento. Cierro los ojos y apoyo la cabeza en el pavimento mojado,
no comprendiendo nada, no sabiendo nada.
óscar varona
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Ana Laguna Mateo (Barcelona, 1969). Comenzó sus estudios de Fotografía a los 19
años, realizó tres años en la Escola Industrial de Barcelona, dentro del Departamento
de Estudis Fotografics. Al trasladarse a Londres estudia la Licenciatura en
Photographic and Electronic Imaging Science (Universidad de Westminster). Al
regresar a su ciudad natal, en el 2001, completó la Licenciatura de Bellas Artes
(especialidad en Imagen). Durante años se ha dedicado al reportaje social, a la
fotografía publicitaria, retrato, galerías, etc. Ha trabajado para los mayores músicos
del Reino Unido.
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Ana Laguna
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Fernán Núñez (Córdoba, 1970). Diplomada en Educación Especial por la Universidad de
Córdoba y habilitada en Educación Infantil por la UNED. Directora adjunta de Revista de
Feria; sus versos han aparecido en revistas literarias tales como “Alhucema”, “Baquiana”,
“Arique” (Cuba), “La Pájara Pinta”, “Caños Dorados”, “Pan de Trigo”, etc. Ha publicado los
libros de poesía “Antes del Amor”, “Zahorí” y “Cambalache”. Socia de Honor del Ateneo de
Almagro. Segundo premio de poesía en Alfafar (Valencia), por su poemario “Zahira”; en
2007 su obra “Entre la Espada y tú, amor”, ganó el V Concurso Nacional de Poesía Caños
Dorados. Incluida en la antología de poetas de Fernán Núñez (2006).
Ya sé quien eres,
no te conozco.
¿Quién rebota en el espejo…?
¿seré yo, maestro?
Me he traicionado.
Conmixtión de recuerdos frente a
frente.
Todo puede ser otra cosa.
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Cuidado con el terror
que no salga de aquí
que no ocurra como con el H1N1
lleva con el silencio
medias verdades
inacabadas soluciones,
problemas perfectos.
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Ella durmió desnuda pero…
a quién contarlo que no la tomen por…,
las putas duermen desnudas, como yo,
- como ella, quise decir -,
ellas se desnudan pero no duermen,
hay una pequeña diferencia,
ellas se van,
y ella quedó sin cliente dormida,
ambas hicieron bien su trabajo,
una sobre todo
la que bajaba la mano
como una araña sin hilo
buscando su sexo
y su cuerpo se tensaba
como el arco que salvó a Penélope.
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Francisco García Parra (Murcia, 1976). Filólogo. Reside actualmente en Barcelona. Ha
publicado cuentos y poemas en diversas revistas literarias de España, Francia,
Argentina e Israel. Colabora eventualmente como creativo y fotógrafo en producciones
audiovisuales así como con artistas plásticos. Editor de la plataforma digital “Toreteo”,
Revista de Inquietudes.
Estoy apareciendo,
Cielo tardío.
Piel, cuerda y huella.
Estoy acariciando:
Signo, fuerza y danza.
Piensa
Que mañana la luna
Ya será de otros.
Es porque te pienso
Por lo que no quiero
Que te quedes conmigo.
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4
Hay
Flujo vaginal
Por todas partes.
En un agujero de la
Luna
Inscribí por primera vez
Mi nombre.
Mientras divagaba
Me acordé del
Colmenar
Y de sus sombras vestidas de
Blanco.
Sentí
Que era el mismo
Lugar
Donde ya había encontrado al
Verbo.
Donde estaba lo que yo no podía
Exigir
Las ventanas abiertas del
Rastro.
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7
Bailaré por ti
Si sigue el silencio
De tus pechos en el aire.
www.revistagroenlandia.com
http://www.scribd.com/RevistaGroenlandia
yosoyperiquillalospalotes@gmail.com
tierra.verde.de.hielo@gmail.com
revista.groenlandia@gmail.com
La reconstrucción
de la memoria
(Adolfo
Marchena)
Poesía
Bocaditos de
Realidad (Ana
Patricia Moya)
Poesía
El Gotero (Luis
Amézaga)
Aforismos
Ya no leo tebeos
de Wonderwoman
“La carretera roja”, de David González
(Ángel Muñoz
Rodríguez) “Materia Oscura”, de José Ángel Conde
Poesía
“Bocaditos de Realidad” (segunda edición), de Ana
Patricia Moya
Putas (Pepe
“Te lo verso a la cara”, de Ada Menéndez
Pereza)
Narrativa breve \ “Cuentos de la carne”, de Ana Patricia Moya
Relatos
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Recomendable libro antológico que recoge poemas de cuatro
mujeres, cuatro poetas: Eva Márquez, Ada Menéndez, Yolanda Sáenz
de Tejada y Ana Patricia Moya. Con prólogo del gran Andrés Ramón
Pérez Blanco. La versión digital de este proyecto poético se puede
encontrar en las páginas Webs de sus autoras, en diversos blogs y
también en el Scribd de Groenlandia:
http://www.scribd.com/doc/25908612/Poker-de-Reinas-Definitivo-y-Final
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Recomendable revista de Arte, dirigida por el poeta
chileno Daniel Rojas Pachas.
www.cinosargo.cl.kz
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Aguijón del desastre que es el funeral del Hombre
El funeral al que nadie irá
Sino la peste a la que llaman Hombre
La peste de existir
Como una sombra sobre la página
Como la sombra de mí mismo
Eternamente borrada por la página
Por la página que cae
Como la ceniza del cigarrillo sobre la mano.
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