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POLÍTICA ANALÍTICA

Por Juan Fernando Perdomo*


MÉXICO Y SU ECONOMÍA EN EL 2003 (II)

Uno de los motores para reactivar el crecimiento es una adecuada política de tasas de
interés, pero que además sea llevada a la práctica por los agentes económicos:
ahorradores, inversionistas, y sobre todo banqueros. De manera tal que el crédito vuelva
a fluir ¿Qué medidas se han tomado y se tomarán para incentivar la operación de
créditos?

La creación de un mercado interno fuerte requiere replantear la política de comercio


exterior. Es decir, saber cómo se articula la importación y exportación de bienes y
servicios con la política de reactivación.

Las cifras desde 1997 arrojan un déficit constante a pesar de que se nos dice que somos
una verdadera potencia exportadora.

No tenemos capacidad para vender más de lo que compramos y lo que estamos


comprando, no son principalmente los bienes de capital que requiere una industria
fuerte, requisito a su vez de una verdadera reactivación económica.

En conclusión, ¿cómo ayuda la política de comercio exterior al objetivo de fortalecer el


mercado interno?

El tercer informe presidencial destaca de manera reiterada y con diferentes énfasis la


profunda paradoja que vive el país respecto de una saludable e incluso avanzada
macroeconomía y una desigual, precaria e inequitativa microeconomía en la que, una
gran parte de la sociedad se debate en condiciones de pobreza y de pobreza extrema.

Se destaca que la inflación es la menor en los últimos 34 años, que las tasa de interés
son las mas bajas en décadas, que disponemos de las reservas internacionales más altas
de la historia, que el riesgo-país es sumamente favorable y que tenemos el grado de
inversión de las principales agencias calificadoras;

Continúa con contradicciones al subrayar la debilidad fiscal del estado y enfatizando un


esquema de finanzas publicas sanas pero precarias. El informe asume que la activación
de las reformas estructurales propuestas (fiscal, energética y laboral) constituirá la
palanca que liberara el potencial del país sin indicar políticas o acciones al respecto.

Aún cuando la realidad muestra profundas y abismales inconsistencias, el informe


insiste en la voluntad del estado por hacer convergentes las políticas sociales y
económicas.

De lo anterior se puede inferir que, independientemente de la muy reiterada democracia


que aparece en el informe, ésta se maneja como un fin más que como un medio siendo
evidente la ausencia de compromisos puntuales para revertir la progresiva devaluación
en la calidad de vida de los habitantes del país.

En resumen la reactivación económica, mediante el fortalecimiento del mercado interno


necesita que todas las políticas económicas estén articuladas y que todas propendan al
mismo objetivo. De manera tal que las debilidades en cualquiera de ellas puedan ser
compensadas con la fortaleza de otras, sin caer en contrasentidos.

Pero, sobre todo, la economía debe estar al servicio de los mexicanos. No es un fin, sino
un medio para el desarrollo de todos nosotros.

Hemos hecho aquí, un balance de lo informado por el presidente de la república.

Es bien cierto que el ejecutivo tiene la gran responsabilidad sobre los asuntos del dia a
dia, pero debemos sumar nuestras voluntades para que, lejos de intereses mezquinos y
particulares, todos demostremos que estamos a favor de la sociedad civil.

No se puede defender lo indefendible ni criticar sin proponer.

Ha llegado el momento en que los mexicanos retomemos el camino al desarrollo, pero


no regresando al estatismo populista ni al liberalismo a ultranza, sino encontrando su
propio rumbo, uno que incorpore a todos en el esfuerzo y en los beneficios.

Muchos de nosotros aceptamos la economía de mercado como la mejor manera de


organizar la producción de bienes y servicios requeridos para la satisfacción de
necesidades materiales, pero al mismo tiempo, reconocemos como necesaria la
intervención del estado para asegurar que los beneficios sean producidos y distribuidos
de manera que se garantice una vida plena para toda la sociedad.

Es necesario promover el intercambio comercial de nuestros productos y la llegada de


recursos externos para la inversión, pero no a costa del nivel de vida de los mexicanos.

Junto con una adecuada política de apertura, que exija reciprocidad y trato justo, se debe
desplegar una política de desarrollo industrial nacional que nos dé fortaleza en la
competencia económica mundial.

El estado debe establecer un equilibrio entre la libertad de los individuos y las


necesidades básicas de la sociedad; debe mantener el control sobre áreas estratégicas de
la economía y permitir en el resto, el desarrollo de la iniciativa de personas y grupos
sociales.

(continuará…)

*Juan Fernando Perdomo es egresado del TEC DE MONTERREY


Servidor público, empresario y Político ( jperdomo@infosel.net.mx )

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