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Gramsci y un nuevo paradigma en la concepcién de la politica Aquiles Chihu Amparan 6G TEXTO Y CONTEXTO NIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA Division de Ciencias Sociales y Humanidades UNIDAD IZTAPALAPA. 5. Ampliacién de conceptos en Gramsci Una relacién de fuerzas sociales estre- chamente ligadas a la estructura, obje- tiva, independiente de la voluntad de los. hombres, que puede ser medida con Ios sistemas de las Ciencias exact A. Gramsci, Mag, p. 71. La politica como relaciones de fuerza Es posible realizar dos objeciones a la concepcién que observa el transito al socialismo en tres fases: a) toma del poder, b) destruccién del Estado burgués; c) crea- cién de un nuevo poder. En primer lugar, esa estrategia expresa una concepcién estatalista de la politica, que observa el poder como “algo” que sc puede “tomar”, “destruir’, “crear”. En segundo lugar, vemos que esas fases denotan momentos. coyunturales en los que el pro- ceso organico es ignorado. Ya sea porque se considera que es posible suplantarlo por una “vanguardia”, que sera la encargada de construir las condiciones necesarias para un cambio social 0, simplemente, porque la cons- truccién de esas condiciones se pospone, para después de la toma del poder, dando como resultado el que las ma- sas no participen sin ser manipuladas. Por el contrario, la concepcién gramsciana de la poli- tica, como diversos grados de relaciones de fuerza, apor- of ta un enfoque distinto a la reduccién de la politica y el poder a gobierno, aparato, institucién o “cosa” ubicada en algun lugar. De la misma manera, posibilita evaluar si existen, en la sociedad, las condiciones necesarias y suficientes para su transformacién. Gramsci distingue tres momentos de la relacién de fuerzas: las sociales, las politicas, las militares. 1) Relacién de fuerzas sociales: “‘estrechamente ligadas a la estructura, objetiva, independiente de la voluntad de los hombres que puede ser medida con los sistemas de las ciencias exactas o fisicas. Sobre la base del grado de desarrollo de las fuerzas materiales de produccién se dan los grupos sociales, cada uno de los cuales repre- senta una funcién y tiene una posicién determinada en la misma produccién, Esta relacién es lo que es una realidad rebelde: nadie puede modificar el niimero de empresas y de sus empleados, cl ntimero de las ciudades y de la poblacién urbana, etc. Esta fundamental dis- posicién de fuerzas permite estudiar si existen en la sociedad las condiciones necesarias y suficientes para su transformacién, 0 sea, permite controlar el grado de realismo 'y de la posibilidad de realizacién de las dive sas ideologias que nacieron en ella misma, en el terreno de las contradicciones que generé durante su desarrollo” 2) Relacién de fuerzas politicas: “grado de homogenecidad, autoconciencia y organizacién alcanzado por los diver- sos grupos sociales”. Este momento se divide en distin- tos grados 0 momentos de la conciencia politica colec tiva: a) Econémico-corporativo, el mas “elemental”: “un co- merciante sicnte que “debe” ser solidario con otro comerciante, etc., pero el comerciante no sc siente atin solidario con el fabricante; 0 sca, es sentida Ia unidad homogénea del grupo profesional y el deber de organizarla pero no se siente atin la unidad con el grupo social mas vasto”. b) “Conciencia de solidaridad de intereses entre todos los miembros del grupo social, pero todavia en el campo meramente econémico”. Se plantea el pro- blema del Estado, “pero sdélo en el terreno de lograr una igualdad politico-juridica con los grupos domi- nantes, ya que se reivindica el derecho a participar en la administracién y en la legislaci6n y hasta de modificarla, reformarla, pero en los cuadros funda- mentales existentes”. c) “Conciencia de que los propios intereses corporati- vos, en su desarrollo actual y futuro, superan los mites de la corporacién, de un grupo puramente econémico y pueden convertirse en los intereses de otros grupos subordinados. Esta es la fase mas es- trictamente politica, que sefiala el neto pasaje de la estructura a la esfera de las superestructuras com- plejas, es la fase en la cual las ideologias ya existen- tentes se transforman en ‘partido’, se confrontan y entran en lucha hasta que una de ellas, o al menos una sola combinacién de ellas, tiende a prevalecer, a imponerse, a difundirse por toda el 4rea social [.. .] creando asi la hegemonia de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos subordina- dos. El Estado es concebido como organismo propio de un grupo [...] la vida estatal es concebida como una formacién y una superacién continua de equi- librios inestables (en el Ambito de la ley) entre los intereses del grupo fundamental y los de los grupos subordinados [...] estas relaciones internas de un Estado-Nacién se confunden con las relaciones in- ternacionales, creando nuevas combinaciones origi- nales ¢ histéricamente concretas. Una ideologia na- cida en un pais desarrollado se difunde en paises menos desarrollados, incidiendo en el juego local de las combinaciones. Esta relacién entre fuerzas internacionales y fuerzas nacionales se complica ain mas por la existencia en el interior de cada Estado de muchas secciones territoriales de estructuras di- ferentes y de relaciones de fuerza también diferen- tes en todos los grados... 3) Relacién de fuerzas militares: Si bien, €l movimiento histérico oscila continuamente entre el primer y el ter- cer momento, con la mediacién del segundo, el tercero es considerado por Gramsci como el “inmediatamente decisive segén las circunstancias”. Este momento pre- 93 senta dos grados: uno militar en sentido estr politico-militar. sto y otro Como un problema ligado a los anteriores, Gramsci se plantea la necesidad de determinar si las crisis hist6- icas fundamentales son provocadas inmediatamente por las crisis econémicas: Se puede excluir que las crisis econémicas reduzcan por st mismas acontecimientos fundamentales; s6lo pueden crear un terreno mas favorable a la difusién a ciertas mancras de pensar, de plantear y resolver las cuestiones que com- prenden todo el desarrollo ulterior de la vida estatal [...]- En todo caso, la ruptura del cquilibrio de fuerzas no ocurre por causas mecdnicas inmediatas de empobrecimiento del grupo social que tiene interés en romper el equilibrio y de hecho lo rompe; ocurre, por el contrario, en el cuadro de conflictos superiores al mundo econémico inmediato, vinculados al “prestigio” de clase (intereses econémicos fu- turos), a una exasperacién del sentimiento de independencia, de autonomia 'y de poder. La cuestién particular del malestar © bienestar cconémico como causa de nuevas realidades his- toricas es un aspecto parcial de la cuestién de las relacio- nes de fuerzas en sus diversos grados. Pueden producirse novedades tanto porque una situacién de bienestar esta amenazada por el egoismo mezquino de un grupo advers: rio, como porque el malestar se ha hecho intolerable y no se vislumbra en la vieja sociedad ninguna fuerza que sea capaz de mitigarlo 'y de restablecer una normalidad a tra- vés de medios legales. Se pucde decir por lo tanto que todos estos elementos son la manifestaci6n concreta de las fluc- tuaciones de coyuntura del conjunto de las relaciones socia- les de fuerza, sobre cuyo terreno advienc cl pasaje de éstas a relaciones politicas de fuerzas para culminar en la. rela- cién militar decisiva. Si falta este proceso de desarrollo que permite pasar de un momento a otro, y si es esencialmente un proceso que tiene por actores a los hombres y su volun- tad y su capacidad, la situacién permancce sin cambios, y pueden darse conclusiones contradictorias. La vieja socie- dad resiste y se asegura un periodo de “respiro”, exterminan- do fisicamente a la élite adversaria y aterrorizando a las masas de reserva; 0 bien ocurre la destruccié iproca de las fuerzas en conflicto con la instauracién de la paz de los cementerios y, en el peor de Ios casos, bajo la vigilancia de un centinela extranjero.' La concepcién de Gramsci sobre el Estado, como un todo social (‘“‘sociedad” politica + “sociedad” civil), nos esta indicando que el poder no esté instalado exclusiv mente en el aparato gubernamental o en una sola insti tucién, sino que encuentra diseminado en varios luga- res pertenecientes tanto a la sociedad civil como a la sociedad politica. El énfasis en el concepto de socie. dad civil —que pasaba desapercibido frente al de sociedad politica—, implica una critica a la concepcién estatalista de la politica y una critica a toda concepcién autoritaria y coercitiva de la politica. El poder es una relacién de fuerzas sociales que debe ser modificada y no una ins: titucién que debe ser “tomada por asalto”, parecicra ser lo que Gramsci nos sugiere en sus dos modelos: Oriente y Occidente. En el primero, la sociedad politica es pre- ponderante, la sociedad civil primitiva, la estrategia de maniobra y el ritmo de rapidez. En el segundo, la socie- dad politica se presenta equilibrada respecto de la so- ciedad civil, la sociedad civil desarrollada, la estrategia es de guerra de posicién y el ritmo de demora” Su concepcién de socialismo expresa una alternativa a la politica autoritaria. En la relacién entre sociedad politica y sociedad civil, los conceptos de sociedad regu- jada y reabsorcién de la sociedad politica por la sociedad civil® indican una sociedad capaz de _autogobernarse, regularse y normarse por si misma. Una sociedad en donde se verifica un proceso de agotamiento del mo- mento de la coercién, acompafiado de una creciente con- solidacién de la sociedad civil y de los elementos éticos. Como ha indicado Bobbio," en Marx, Engels y Lenin, 1 A, Gramsei, Maa, pp. , subrayados nuestros, 2 A. Gramsci, Q, pp. 865-866. 3 A. Gramsci, Maq, pp. 123, 160. tN. Bobbio, “Gramsci y la concepcién de la sociedad civil”, en AAV. Gramsci y las ciencias sociales, México, Pasado y Presente, 1970. el movimiento que Heva a la extincién del Estado se da de una sociedad con clases a una sociedad sin clases. Mientras que para Gramsci se trata del trdnsito de una sociedad politica con sociedad civil a una sociedad civil sin sociedad politica; es decir, para los primeros, repre- senta la superacién de los antagonismos de clase hasta suprimirlos, y para Gramsci expresa la prolongacién de Ja sociedad civil hasta su universalizacién. 96 En la politica, el error sucede por una torpe comprensién de Io que es el Es- tado, en su significacién integral, a sa- ber, dictadura m4s hegemonia. A. Gramscr, PP, p. 92. El concepto de Estado ampliado A pesar de la conclusién errénea de la “neutralidad” del Estado, las intuiciones teéricas del “revisionismo” de la ut Internacional prefiguraron, de alguna manera, la pro- blematica gramsciana de la ampliacién del concepto del Estado, a través de Ja cual se visualizaba una nueva re- lacién entre sociedad politica y sociedad civil en Occi- dente. Estas modificaciones ya habian sido percibidas por Engels a fines del siglo xrx, quien en su “Introduccién a la lucha de clases en Francia” realiza una autocritica a la tactica hasta ese momento sostenida. Siguiendo la linea de Lasalle, Bernstein habla del Estado popular determinado por Ja ampliacién del de- recho de ciudadania. Para Bernstein, el Estado no es sélo 6rgano de opresién y administrador delegado de los propietarios, es un érgano de gobierno que cambia su caracter politico-social con la modificacién del con- 97 tenido social. Se trata del Estado popular (Volksstaat), cuyo carActer viene determinado por la gran mayoria del pueblo por medio del sufragio universal e¢ igual para todo: Por su parte, Kautsky habla de la necesidad de em- prender una lucha que modifique la presencia del Esta- do, en la medida en que éste conserva su cardcter de instrumento de una minoria, debido a la incapacidad de las masas para modificarlo. De acuerdo con Kautsky, el Estado democratico no impide que las clases explota~ doras requisen el poder estatal y lo usen en su propio interés en contra de las clases explotadas. Por su estruc- tura, el Estado democrAtico tiende a ser el érgano de la mayoria de la poblacién. Si se convierte en érgano de una minoria explotadora, ello no depende de su natura- leza, sino mas bien de la situacién de las clases trabaja- doras, de su ignorancia, falta de unidad, de su incapa- cidad de luchar, todo ello, resultado de las condiciones en las que viven.* Cunow menciona una proliferacién de jas funciones del Estado que modifican su cardcter, de ahi que la an- tigua expresién “El Estado soy yo” dé paso a una nuc- va: “El Estado somos nosotros.” Para Cunow, el Estado autoritario se transforma en un Estado administrativo, en una gran comunidad econémica que tiene nexos ¢s- trechos con los intereses vitales y culturales del ciudadano particular. El Estado deviene, en cierta forma, en una gran esfera de vida que incluye en si las actividades econémicas convergentes de sus miembros. En el Estado autoritario de antes, el poder estatal no era percibido como poder necesario para dar orden y unidad a Ia co- munidad, sino como poder arbitrario de gobierno. La idea de que cl propio bien estA ligado con cl Estado y sélo en él se puede alcanzar pleno desarrollo, levé de pués a reconocer ciertos nexos comunitarios, y a partici- par en la colectividad estatal. Esta idea predominé en 5 E. Bernstein, El socialismo © K. Kautsky, “La ‘concepei yer y hoy, 1922, en I marxisti e Lo stato. n materialista de la historia”, 1927, ibid. 98 las clases mas pobres sélo después de que elias conquis- taron una parte del poder estatal.” Lenin llega a reconocer dos aparatos estatales, uno de los cuales no es necesario despedazar. Ademas del aparato opresivo que consiste en el ejército permanente, en Ia policia y en la burocracia, existe un aparato liga- do a las bancas y trusts, que desarrolla un vasto trabajo de estadistica y registro. No es necesario destruir este aparato. Es necesario arrancarlo al dominio de los capi- talistas, subordinarlo a los soviets y convertirlo en algo de todo el pueblo.* Para Gramsci, el Estado es autogobierno, y no ex- clusivamente gobierno de funcionarios o burocracia. Au- togobierno como identificacién entre Estado y ciudada- nos en lo que concierne a los intereses econémicos y la reproduccién de una cultura, en el sentido de un orden que Heve a una gran parte de la poblacién a asumir las funciones de policia.’ ‘Todo ciudadano es “funcionario” de ese Estado, si se adhiere al programa estatal y lo ela- bora inteligentemente, si es activo en la vida social en i ada por el Estado-gobierno.” Esta con- la direccién tr cepcién del Estado como autogobierno, opuesta a la del Estado como gobierno de funcionarios, permite enten- >a der al Estado “como la misma sociedad ordenada”,” en 7 Cunow, “La teoria marxiana de la historia de la sociedad y del Estado. Elementos de sociologia marxiana”, 1920-1921, ibid. 8 V, Lenin, “zConservaran el poder estatal los bolcheviques?”, 1917, ibid. © “2 Qué cosa es Ia policia... es una mds vasta organizacién, a la cual, directa o indirectamente, con nexos o menos estrechos y deter- minados, permanentes u ocasionales, etc., participa una gran parte de la poblacién de un Estado. El anélisis de estas relaciones sirve para compren- der qué cosa es el ‘Estado’ mucho mejor que muchas disertaciones juridico- filosdficas”. A. Gramsci, Q, pp. 278-279; PP, pp. 232-233. 10 *,..en realidad todo elemento social homogéneo es ‘Estado’, repre- senta el Estado, en cuanto adhiere a su programa; de otra forma se con- funde el Estado con la burocracia estatal. Todo ciudadano es ‘funciona- rio’ si es activo en la vida social en la direccién trazada por el Estado- gobierno, y es tanto més ‘funcionario” cuanto mas adhiere al programa es- tatal y lo elabora inteligentemente”. A. Gramsci, Q, p. 340; Antologia, p. 314, 1A, Gramsci, Q, p. 400. 29 la cual cada individuo particular se gobierna a si mismo sin que por ello su autogobierno entre en conflicto con la sociedad politica, sino mas bien devenga Ja normal continuacién, cl complemento orgénico.” El Estado es entendido como “todo el complejo de actividades prac- ticas y teéricas con las cuales la clase dirigente no sélo justifica y mantiene su dominio sino también logra ob- tener el consenso activo de los gobernados”.* En su concepcién ampliada, el Estado es “hegemonia acorazada o revestida de coercién” un “equilibrio entre sociedad politica y sociedad civil”. Al Estado como ne- gatividad, freno, supresién y exclusién de aquellos que disienten, se le suma la conéepcién del Estado como po- sitividad, mantenimiento y reproduccién de la forma de vida de la clase dominante. E] Estado como organizacién del consenso y colaboracién activa en torno a una con- cepcién del mundo que impregna y da sentido a la vida cotidiana de todas las clases. Dobie perspectiva que in- dica que en la politica y en el Estado se presentan dos momentos: el del dominio (que significa coercién, so- metimiento 0 liquidacién de los grupos adversarios), y el de la direccién (intelectual y moral, hegemonia, lide- razgo sobre los grupos afines 6 aliados). Relacién en la que es posible afirmar que predomina el segundo mo- mento, en la medida en que un organismo politico con- quista el poder gubernamental sélo si es dirigente desde antes, después, al ejercer el poder se vuelve dominante, pero contintia siendo dirigente.” Gramsci emplea la palabra sociedad para definir al Estado, que en su significado integral es sociedad poli- tica + sociedad civil, indicando con ello que la politi y el Estado diluyen sus limites en la esfera de lo social. Mientras que la sociedad politica tiene como referencia empirica los aparatos de gobierno politico-juridico, cl 2 A. Gramsci, Q, p. 1021. 2% A, Gramsci, Q, p. 1765. MA. Gramsci, “Cartas de la_carcel”, carta a Tatiana Schucht, 7/1/ 1931, en Antologia, op. cit., y en Mag, pp. 158-167. 6 A, Gramsci, R, p. 99. 100 cjército, los tribunales, la policia, las cArceles. Las acti- vidades realizadas por la sociedad politica resultan cla- ras en los ejemplos de los procesos de mediacién en el ercicio del poder que cita Therbomn: la represién ejer- cida mediante el terror, la vigilancia, la prohibicién y restriccién de la oposicién." La sociedad civil tiene como referencia empirica las instituciones y medios que defien- den, desarrollan y transmiten valores, costumbres y modo de vida de la burguesia, tales como las escuelas, las igle- sias, las casas editoriales, la televisién, la radio, los perié- dicos, los clubes, los partidos, los sindicatos, las asocia- las aso- ciaciones de beneficencia. Gramsci la entiende como el ejercicio de la hegemonia, a través de organizaciones que suelen Iamarse privadas, como el contenido ético del Estado, el fundamento moral y direccién espiritual sobre la sociedad.” Sin embargo, como sefiala Gramsci, se trata de una distincién metodolégica y no organica. El consenso y la coercién no van separados entre si, ningtin sistema social subsiste asentando sus bases tinicamente en uno de cllos y los miembros de los aparatos de la sociedad politica ejercen sus funciones de coercién dando su consenso ac- tivo. La norma juridica puede atentar contra los ciuda- danos 0 constituir un logro de luchas sociales. No todos los elementos de la sociedad civil dan su consenso a un determinado sistema social y a su correspondiente socie- dad politica. Se da el momento de la coercién mediante la extraccién de impuestos para financiar la dominacién del Estado. Se presenta el momento de manipulacién (coercién oculta) en Ja canalizacién preventiva de posi- ples estallidos o demandas populares (a través de su pos- tergacién canalizada en instituciones 0 procesos que _¢vi- tan rupturas: el patrioterismo, los chivos expiatorios). Asimismo, la sociedad politica trata de ganar el consenso en los procesos de mediacién del Estado como benefac- ciones culturales, las asociaciones profesionales 16 G. Therborn, ¢Cémo gobierna la clase dirigente., México, Siglo xt, 1982. 17 A. Gramsci, Antologia, pp. 290-292 101 tor social, mediante la ensefianza gratuita_y los subsidios al salario, mediante la cooptacién cuando el gobierno incorpora a grandes sectores de la poblacién y a clases sociales enteras, como sucede con la integracién de in- migrantes, la corporativizacién, la corrupcién y altos ni- veles de empleo; esta implicita una socicdad politica que trata de ganar el consenso. Anderson ™ tiene razén al sefialar que existen tres conceptos de Estado en Gramsci 1) 2) 3) El que incluye, abarca, a la sociedad civil, cs decir, el Estado no s6lo como gobierno sino como sociedad poli- tica + sociedad civil: “La nocién general del estado incluye elementos que necesitan ser referidos a la no- cién de sociedad civil, en el sentido en que se puede decir que cl estado cs igual a Ja sociedad politica 4- so- ciedad civil, cn otras palabras, hegemonia revestida de coercién.” ” El concepto de Estado opuesto, distinto, al concepto de sociedad civil, es decir, como gobierno, como sociedad politica exclusivamente: “En Oriente el estado lo era todo, la sociedad civil cra primitiva y gelatinosa; en Occidente existia una relacién apropiada entre estado y sociedad civil, y cuando el Estado temblaba, la robusta estructura de la sociedad civil se manifestaba en el acto. EI Estado solo cra una trinchera avanzada, tras de la cual habia un poderoso sistema de fortalezas y casa- matas.” 7° El concepto de Estado como idéntico a la sociedad civil, © como sociedad civil exclusivamente: “Las ideas del movimiento de libre comercio se basan en un error ted- rico, cuyo origen practico ne es dificil de identifica se basan en una diferenciacién entre sociedad politica y sociedad civil, que es interpretada y presentada como distincién orgdnica, cuando de hecho es simplemente metodolégica. Asi, se afirma que la actividad econémica 18 P. Anderson, Las antinomias de Antonio Gramsci, Barcelona, Fon- tamara, 19'A, Gramsci, Q. pp. 763-76 1981 Mag, p. 165; Guaderno 6, 1930-1932. 20 A. Gramsci, Q, pp. 865-866; Mag, pp. 95-96; Cuaderno 7, 1930- 1931. 102 pertenece a la sociedad civil, y que el estado no debe intervenir para regularla. Pero en la medida en que, en la realidad actual, la sociedad civil y el estado son uno y lo mismo, debe quedar claro que el laissez-faire tam- bién es una forma de ‘regulacién’ del estado, introdu- cida y mantenida por medios legislativos y coercitivos.” # Si bien le damos la razén a Anderson cuando sefiala estos deslizamientos, es necesario preguntarse si ha tomado en cuenta la cronologia y evolucién de los conceptos, que es posible establecer con la edicién critica de los Cuader- nos. O si tiene en consideracién las dificultades que pre- senta el significado de un concepto en su primera ver- sién reducido, y en Ia segunda ampliado. Problemas que enfrentan los te6ricos innovadores al trabajar dentro de los margenes de un vocabulario viejo en direccién a nue- vas ideas. El concepto de Estado se encuentra en movi- miento debido a los continuos ajustes en relacién con los parémetros del antiguo y del nuevo paradigma. Es posible que Gramsci, preso de la vieja terminologia, pri- mero definiera el Estado como gobierno exclusivamente y, asi paulatinamente, hasta incorporar en esta defini- cién el concepto de sociedad civil. Sin embargo, las dificultades observadas en relacién con el concepto de Estado también se presentan en torno al concepto de sociedad civil. Tal y como lo expresa en su Filosofia del derecho, Hegel le atribuye a la sociedad civil tres momentos: el sistema de necesidades, la administracién de la justicia, la policia y corporaciones.® De ahi que sea posible la lectura que realiza Gramsci sobre el concepto de socie- 21A. Gramsci, Q, pp. 1589-1590; Maq, p. 54; Cuaderno 13, 1932-1934. 2 “Ta Sociedad’ Civil encierra ives momentos: A) La mediacién de la necesidad y la satisfaccién del individuo con su trabajo y con el trabajo y Ja satisfaccién de las necesidades de todos Jos demés, constituyen el sis- tema de las necesidades. B) La realidad de lo universal aqui contenida, de la libertad y la defensa de la propiedad mediante la administracién de Ia justicia, C) La prevencién contra la accidentalidad que subsiste en los sis- temas y el cuidado de. los intereses particulares en cuanto cosa comin por medio de la policia y la corporacién.” F. Hegel, Filosofia del derecho, parae. 188, México, Juan Pablos, 1986. 103 dad civil, en términos de momento de hegemonia ético- cultural. En los Cuadernos emplea el concepto de soci: dad civil en uno de los sentidos que le atribuye Hegel, 0 sea como “la hegemonia politica y cultural de un grupo social sobre la sociedad entera, como contenido ético del Estado”’.* En Marx, el concepto parece tener el significado univoco de condiciones materiales de vida, relaciones eco- némicas, estructura: Mi investigacién desembocaba en el resultado de que tanto las relaciones juridicas como las formas de Estado no pue- den comprenderse por si mismas ni por la llamada evolu- cién general del espiritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de vida cuyo con- junto resume Hegel, siguicndo el precedente de ingleses y franceses del siglo xvmr, bajo el nombre de sociedad y que la anatomia de la sociedad civil hay que buscarla en ia Economia Politica.** Gramsci le atribuye el significado de instituciones en las que se presenta la lucha hegeménico-ideolégica entre las clases sociales, el momento ético-politico, la superes- tructura.” A diferencia de la sociedad politica cuyas ac- tividades las desempefian los tribunales, el ejército, la policia, las actividades de la sociedad civil buscan edu- car y mantener el consenso a través de los organismos ubicados en la esfera superestructural: escuelas, parti- dos, sindicatos, medios masivos de comunicacién, iglesia, 23 “Es necesario distinguir la sociedad civil como Ja entiende Hegel y como frecuentemente se usa en estas notas, o sca en el sentido de hegemo- nia politica y cultural de un grupo social sobre la sociedad entera, como contenido ético del Estado.” A. Gramsci, Q, p. 703; PP, p. 204. 4 C. Marx, “Prélogo a la Contribucién de la critica de la economia politica”, en C. Marx, y F. Engels, Obras escogidas t. 1, Mosca, Progreso, 1971, p. 342. “Por ahora se pueden fijar dos grandes planos superstructurales, el que se puede Hamar de la “sociedad civil’, que esta formado por el conjunto de los organismos vulgarmente lamados ‘privados’ y otro de la ‘sociedad politica. o estado’, que corresponden a Ja funcién de ‘hegemonia’ que cl grupo dominante ejerce en toda la sociedad y a la de ‘dominio directo’ o de comando que se expresa en el estado y en el gobierno ‘juridico’ ”. TOC, pane 104 familia, clubes, asociaciones de beneficiencia y asecia- ciones culturales. Hegel define la sociedad civil como el lugar en donde los individuos no tienen otro vinculo que cl de la nece- sidad. En el mismo sentido que mas tarde le dara Marx, como sociedad burguesa, condiciones materiales de vida. En la Filosofia del derecho habla de la sociedad civil como el lugar de “la miseria y la corrupcién fisica y éti- ca”; ** el ugar de la ‘‘acumulacién de las riquezas”, don- “acrecienta la divisibn y limitacién del trabajo particular y, por lo tanto, la dependencia y la necesidad de la clase ligada a ese trabajo, agregandose la insufi- ciencia de la capacidad del goce de los demas bienes” ; * donde se llega al “descenso de una gran masa por debajo de un cierto nivel de existencia [...] formacién de la plebe [...] facilidad para acrecentar en pocas manos riquezas desproporcionadas”;** “el campo de lucha de los inter privados individuales contrapuestos”.” Si bien hasta aqui cl significado del concepto es el mismo que el del prélogo a la Critica de la economia politica, El paragrafo 157 indica que el concepto es mas restringido que el de Marx ya que Hegel presenta a la sociedad civil como el momento intermedio entre la f: milia y el Estado. El momento de la tesis es la familia (lo universal), mientras que la antftesis es la sociedad civil (lo particular), y el momento de sintesis es el Es- tado (lo universal y lo particular). La sociedad civil de Hegel no incluye a la familia mientras que la sociedad civil de Marx si. Hegel trata la sociedad civil como mo- mento en que la unidad familiar con el surgimiento de las relaciones econémicas antagénicas, surgidas por la satisfaccién de necesidades mediante el trabajo, se di- suelve en las clases sociales.” Por otro lado, el paragrafo 188 indica otra diferen- 26 F. Hegel, of. cit., parag. 185. 27 Ibid., parag. 243. Tbid., pardg. 244. Ibid., paras. 289. Lbid., parag. 157. 105 cia. El concepto de Hegel es mas amplio que el de Marx en la medida en gue la sociedad civil encierra tres mo- mentos: el sistema de necesidades, esfera de relaciones econémicas y formacién de las clases; administracién de ja justicia, momento de primera mediacién de la lucha de clases mediante Ja solucién pacifica de conflictos con la ley y el cuerpo juridico; policia y corporaciones de oficios. La sociedad civil es un momento preliminar del Estado. No es ni la familia, sociedad natural, ni es toda- via el Estado; posee caracteristicas del Estado, Hegel la llama el “Estado externo”.* Las diferencias entre sociedad civil y Estado se esta- blecen en el paragrafo 258, en donde Hegel subraya que “no hay que confundir al Estado con Ia sociedad civil, ni asignarle ei destino de velar por la seguridad y la proteccién de la propiedad y de la seguridad persona- les”.“* Y en el paragrafo 261 define al Estado como el representante del interés general, poder superior que su- bordina, determina, ordena, y mantiene unida la socie- dad. civil, esfera superior donde se reconcilian las con- tradicciones irreconciliables de la sociedad civil, lugar donde el individuo logra su libertad particular. Se puede pensar que Hegel incluye los partidos y los sindicatos (corporaciones) en la sociedad civil, lo que permitiria la lectura gramsciana de Hegel. Si bien es cierto lo segundo, con relacién a los primeros, ya Bobbio ha indicado que Hegel no incorpora a los partidos, y es posible que acierte cuando sefiala que la sociedad civil que Gramsci tiene en mente no es el momento inicial en el que surgen las contr&dicciones que cl Estado debe conciliar, sino se trata del momento final en el que, a través de la reglamentacién de intere: mediante las corporaciones, se colocan las bases: para cl transito al Estado.** 31 Ibid., parég. 188. 32, [bid., parag. 258. 33 Ibid., parag. 261 8t.N, Bobbio, “Gramsci y la concepei VV. Gramsci y las ciencias sociales, Mé n de la sociedad civil”, en AA. o, PyP, 1980, pp. 79-80. 106 El hecho de que ei concepto de sociedad civil en Gramsci sea semejante al concepto de Estado en Hegel (presente en la Filosofia del derecho, pero sobre todo en el analisis del concepto de positividad de la religién cristiana cuando se refiere a la polis como ejemplo de umidad ética, politica, religiosa, social), es reforzado por la concepcién expresada por Gramsci del Estado idénti- co a la sociedad civil.** Idea presente en Hegel cuando en su Enciclopedia de las ciencias filosdéficas se refiere al Estado como sociedad civil o Estado externo.” Y en el paragrafo 256 de la Filosofia del derecho indica: “en Ja realidad el Estado, en general, es mas bien el primer fundamento dentro del cual la familia se desarrolla hasta convertirse en Sociedad Civil’.” 83 A. Gramsci, Q. pp. 1589-1590; Mag, p. 54 % F, Hegel, Enciclopedia de las ciencias filosdficas, México, Juan Pablos, 1974, parag. 523: b) La sociedad civil 3? Ibid., paras. 256, 107 Las clases dominantes precedentes eran en esencia conservadoras en el sentido de que no tendian a elaborar un acceso organico de las otras clases a la suya, vale decir no tendian, “técnica” ¢ ideo- légicamente, a ampliar su esfera de cla- se: concepcién de casta cerrada. La clase burguesa se considera a si misma como un organismo en continuo mo miento, capaz de absorber toda la socie- dad, asimiléndola a su nivel cultural y econémico: toda la funcién del Estado cs transformada; el Estado se convierte en “educador”, etc. A. Gramsci, Maq, p. 163. La politica como hegemonia El problema capital de la politica puede resumirse en la siguiente interrogante: “ese quiere que existan sicm- pre gobernantes y gobernados, o por el contrario, se desean crear las condiciones bajo las cuales desaparezca la necesidad de la existencia de esta divisi6n?” * Si bien en el periodo que subsista la division social del trabajo, ningtn Estado es capaz de prescindir de un gobierno, que puede estar formado por un restringido ntimero de hombres, que a la vez se organizan en torno a uno solo, dotado de mayor capacidad y mayor visién. Se requiere que la direccién establezca con las masas un vinculo que no sea jerarquico, sino histérico y organico. En donde el dirigénte, a la vez que realiza las tareas de direccién, genere la participacién colectiva coadyuvando a la ges- tacién de una clase destinada a reemplazarlo. Evitando, 38 A, Gramsci, Maa, pp. 40-41. 109 de esta manera, procrear Ja relacién de dominacién-su- bordinacién que crearia un vacfo a su alrededor. El con- cepto de democracia, intimamente ligado con el de hege- monia, expresa las posibilidades reales del trdnsito de los erupos dirigidos al grupo dirigente. Asi, se puede decir que en el sistema hegemédnico existe democracia entre el grupo dirigente y los dirigidos si el desarrollo de la economia y de la legislacién que lo expresa favorecen el pasaje (molecular) de los grupos dirigidos al grupo dirigente.” Para el marxismo tradicional, el concepto de hegemo- nia denota supremacia politico-militar, conquista del po- der politico, estrategia basada en el nivel de la sociedad politica y alianzas de clase surgidas cle una direccién poli- tica y no tanto de una hegemonia ideolégica. Gramsci retoma a escritores del ‘“‘Risorgimento” como Gioberti,” que le permiten superar el origen militar de esta palabra (en la antigua Grecia el eghemon comandaba los ejérci- tos), y emplearla como primacia civil y moral que se funda en la fuerza de la tradicién y no en la posesién de las armas. El paradigma gramsciano se orienta hacia una estrategia contrahegeménica més orgdnica en la que antes de la consolidacién del poder estatal se precisa la erosién del sistema burgués en todos sus niveles: ideo- légico, cultural, social, econémico, politico, militar. "Viene razén Mouffe® al indicar que la hegemonia en Gramsci es mucho m4s que la alianza politica entre clases, significa una alianza lograda a través del cemen- to ideolégico que logra una unidad total en cuanto a in- tereses econémicos, politicos, intelectuales, morales. Una clase deviene hegeménica porque logra articular sus pro- 8° A, Gramsci, Maq, pp. 200-201 40 Gruppi realiza una interpretacién Ieninista de Gramsci, y afirma que el concepto tiene el mismo signifieado que en Lenin, para quien hege- monia significa dominio y no direccién. L. Gruppi, El concepto de hege- monia en Gramsci, México, Cultura Popular, 1978. 2S, Belligni, “Hegemonia”, en Diccionario de politica, a cargo de Bobbio y Matteucci, México, Siglo xxr. #2 Ch. Moufte, “Hegemonia ¢ ideclogia en Gramsci”, en Arie, sociedad ¢ ideologta, num. 5, feb.-mzo., 1978. 110 pios intereses con los de las otras clases: es necesario “tener en cuenta los intereses y tendencias de los grupos sobre los cuales se ejerceré la hegemonia y esto también supone un cierto equilibrio, es decir, que los grupos he- gemoénicos tendran que sacrificar en parte su naturaleza corporativa”’.® La ampliacién del concepto de Estado, como dicta- dura + hegemonia, expresa la necesaria relacién de la clase hegeménica en el Estado con una base social de masas. La hegemonia de la clase dominante se logra si las clases en alianza dan su apoyo y consenso activo. De otra manera, se tiene un proceso de revolucién pasiva o transformismo, en el que se presenta una absorcién gra- dual y continua de los elementos dirigentes de los gru- pos aliados y de los de la oposicién, y las masas son inte- gradas pero mediante la neutralizacién de sus intereses sin que la clase hegeménica los haga suyos. La hegemonia planteada por Gramsci no es resul- tado de una alianza de clases puramente instrumental, dentro de la cual cada grupo conserve su propia ideolo- gia e individualidad, y donde las reivindicaciones de las clases aliadas se expresan a través de la clase fundamen- tal. Por el contrario, es conformacién de una sintesis su- perior, creacién de una voluntad colectiva popular, uni- dad ideolégica de diversos grupos sociales que engendran un solo sujeto politico. Una clase deviene hegeménica cuando logra articular, en su discurso, la mayoria de los elementos ideolégicos distintivos de una formacién so- cial, en especial los nacional populares, que le permiten expresar el interés nacional. Una de las premisas condicionantes de todo cambio secial consiste en la necesidad de imponer una nueva con- cepcién del mundo superior a la imperante en su mo- mento. Durante el Siglo de las Luces se difundié una nueva concepcién de la realidad, opuesta a ia de la aris- tocracia, conformandose un largo periodo de sedimenta- cién ideolégico-cultural antes de que la burguesiz 4A. Gramsci, Q, p. 461. 111 diera apropiarse del poder estatal en la Revolucién fran- cesa. Para Gramsci, cada revolucién ha estado precedida por un intenso trabajo de critica, de permeacién cultural e ideas, realizado por hombres que antes las rechazaban y sélo pensaban en solucionar sus problemas por si mis- mos, sin buscar la solidaridad de otros en las mismas condiciones.“ Las clases subalternas se convierten en cla- ses hegeménicas si estén dotadas de capacidad para con- vertir sus principios y su concepcién del mundo en valo- res universales. ‘Todo cambio se legitima con base en una socializacién de costumbres superiores a las vigentes, de manera que también se presenta una lucha entre prin- cipios hegeménicos. De ahi que la consolidacién de una clase sea producto tanto de la posesién del poder econé- mico como de una consolidacién y expresién ético-poli- tica. La concepcién del mundo de la clase dominante tien- de a ser socializada y vivida por las clases dominadas. Hegemonia significa, como ha sefialado Williams,‘ un orden en donde predomina un cierto tipo de vida y de pensamiento. Una concepcién, de la realidad difundida en lo ptiblico y en lo privado que moldea el espiritu del gusto, la moral, las costumbres, los principios religiosos, politicos e intelectuales de todos los sectores de la so- ciedad. En su concepcién ampliada el Estado significa dicta- dura + hegemonia, es decir, ejercicio del dominio + ejercicio de la direccién. En términos de relaciones de poder dicha férmula se traduce en tres variantes: La supremacia de un grupo social se manifiesta en dos formas, como “dominio” 0 coaccién y como “direccién” intelectual y moral 0 consenso. Un grupo social es dominante de los grupos adversarios y es dirigente de los grupos afines o aliados. Un grupo social puede y debe ser dirigente antes de conquistar el poder. 44 A. Gramsci, “Socialismo y cultura”, en Antologia, op. cit., pp. 15-16. 4 G. A. Williams, “Gramsci’s Concept of ‘Egemonia’”, en Journal of history of ideas, xxt, 4, oct-die., 1960. 112 De ahi que, como sefiala Cerroni,” ¢l aforismo grams- ciano que define la crisis como una situacién en donde lo viejo muere y Io nuevo no puede nacer, nos indica: 1. Que la clase dominante ha perdido el consenso, pero conserva la autoridad. Sin ser ya mAs dirigente, todavia es dominante. 2. Que la clase dominada todavia no ha conquistado la autoridad, pero ya ha conquistado el consenso: aun sin ser dominante, ya es dirigente. Al realizar algunas observaciones sobre algunos aspectos de la estructura de los partidos politicos, en los perio- dos de crisis orgénica, Gramsci afirma que cuando las masas abandonan a sus partidos tradicionales y se_pre- sentan conflictos en e! terreno electoral-parlamentario, se presenta una peligrosa situacién de crisis, “terreno pro- picio para soluciones de fuerza, actividad de potencias oscuras representadas por hombres providenciales 0 ca- rismaticos”.” Se trata de una crisis de autoridad, crisis de hegemonia o crisis del Estado en su conjunto (que apuntala el poder de la burocracia civil o militar, el po- der financiero, el de la Iglesia y de todos los organismos independientes a la opinién ptblica), que encuentra su origen en dos causales: el rotundo fracaso de la clase dirigente en una empresa para la cual exigié e impuso por la fuerza el consenso (la guerra por ejemplo) o la repentina huida de su pasividad politica de las masas (principalmente campesinos y pequefios burgueses int lectuales) . Purde suceder que las masas se aglutinen bajo el pr grama de un partido tmico. Sin embargo, cuando la cri- sis se soluciona con un jefe carismatico; cello expresa la existencia de un equilibrio estatico en el que ambos con- tendientes, conservadores y progresistas, carecen de la su- ficiente fuerza para vencer, y denota también el hecho 46 A, Gramsci, Q, p. 2010; R, p. 87. U. Cerroni, Lessico gramsciano, Roma, Riuniti, 1978. 47/A. Gramsci, Maa, p. 76. 113 de que el mismo grupo conservador necesita un jefe. Sin embargo, el carisma —en el sentido utilizado por Mi- chels—, en el mundo moderno coincide siempre “con una fase primitiva de los partidos de masa, en donde la doctrina se presenta a las masas como algo nebuloso y no coherente que necesita de un papa infalible para ser interpretada y adaptada a las circunstancias’’.* El concepto de cesarismo, al igual que el de bonapar- tismo, tiene el significado de una solucién arbitral con- fiada a una gran personalidad, asimismo, denota el fené- meno de la concentracién del poder en torno a un jefe carismatico. Gramsci advierte que el cesarismo o bona- partismo es la forma histérica en la que mAs ha encar- nado la revolucién pasiva. Asimismo, resulta de particu- lar interés su comentario contenido en el Cuaderno 22 (Americanismo y fordismo), sobre la tendencia de Leén Davidovich (Trotsky) a militarizar y disciplinar coerci- tivamente la industria y los sindicatos, “tendencia que debia desembocar necesariamente en una forma de bo- napartismo”. Como se puede deducir, este comentario apunta hacia la definicién del stalinismo como bonapar- tismo.” Sin embargo, va mas alla de la definicién del cesaris- mo como un fenémeno de personificacién de poder y lo define como una situacién en donde las fuerzas en lucha se equilibran de manera catastréfica, en forma tal que la continuacién de la lucha sélo puede emprenderse con la destruccién reciproca de las fuerzas. De esta manera, establece una ampliacién del concepto que en lo sucesivo ya no se refiere exclusivamente a una personalidad caris- matica que funciona como Arbitro, sino que incluye un equilibrio entre fuerzas sociales: A y B arbitradas por GC. En donde la relacién entre A y B puede estar perso- nificada en la burguesia y en el proletariado, o en la bur- guesia y la aristocracia; Gramsci define al fascismo como el cesarismo propio de las sociedades capitalistas desa- 48 A. Gramsci, Maq, p. 127. 4A. Gramsci, Maa, pp. 300-301, 114 rrolladas, Incluso, agrega Gramsci, todo gobierno fruto de una coalicién entre varias fuerzas posee un grado inicial de cesarismo que puede desarrollarse hasta el liderazgo de la figura heroica del jefe carismAtico. (Después de la marcha sobre Roma, acontecida el 28 de octubre de 1922, Mussolini formé un gobierno de coalicién integrado por fascistas, nacionalistas, liberales y populares. El 23 de abril de 1923, Mussolini expulsa de este gobierno a los ministros del Partido Popular los que bajo el liderazgo de Sturzo no se habian alineado totalmente con los fas- cistas). ‘Al analizar los periodos de crisis orgdnica, el politico italiano observa que no solo influyen de manera deter- minante aspectos relativos a las dos clases fundamentales en pugna, sino que también influyen capas que, debido a esta crisis de autoridad, se sienten autorizadas a man- dar (la burocracia civil o militar, la alta finanza, la Igle- sia, los organismos independientes de la opinién pabli- ca). Y en una aseveracién que resulta util para analizar las pugnas internas en el bloque en el poder o las pugnas en el bloque subalterno, Gramsci afirma que seria un error (propio del mecanicismo sociolégico agregariamos nosotros), considerar que el cesarismo —-sea progresivo o regresivo— se deba exclusivamente al equilibrio de las fuerzas fundamentales; también es necesario observar las relaciones entre los grupos principales de las clases fundamentales y las fuerzas auxiliares o aliadas.™ 50 A, Gramsci, Q, p. 1603. 1 A, Gramsci, Q, pp. 1680-1681. 115 En el arte politico ocurre lo mismo que en el arte militar: la guerra de movi- miento se convierte cada vez mds en guerra de posicién. A. Gramsc1, Maq, p. 113. Guerra de posicién El Cuaderno 13 contiene una estrategia alternativa al re- duccionismo, de la estrategia voluntarista, que considera la revolucién como suceso, acontecimiento, insurrecci6n. A partir del periodo consejista, em 1919; Gramsci aban- dona el voluntarismo del primer periodo (1916-1918), y esboza una concepcién de la revolucién como proceso dae léctico de desarrollo histérico y no como acto taumatir- gico. En Gramsci, el proceso orgdnico precede al coyun- tural, la revolucién es un proceso en el que una guerra civil es la punta del iceberg, cuya base estA constituida por una serie de premisas condicionantes, entre ellas la hegemonia civil. La concepcién gramsciana de la revolu- cién como proceso indica que en Occidente el proceso revolucionario debe recorrer un largo periodo de trans- 8 “La revolucién no es un acto taumatirgico, es un proceso dialéc~ tico de desarrolo histérico.” A. Gramsci, ON, 13/Ax/1979. ELT formacién de la conciencia. Un proceso donde la estrate- gia gira en torno a la guerra de posicién, privilegiando Ja direccién moral e intelectual sobre la sociedad, la he- gemonia ideolégica que lleva a un cambio gradual en la relacién de fuerzas. La concepcién gramsciana de la revolucién significa la necesidad de una serie de ataques que minen la legitimidad del orden politico, social y mo- ral de la burguesia, orden que el pucblo deja de acep- tar. La conquista del poder politico se posibilita después de una serie de crisis en la esfera de lo econémico, lo politico, lo ideolégico, crisis que se agrava progresiva- mente produciendo la pérdida del consenso que sos a la clase dominante y permitiendo la acumulacién de aliados de las clases subalternas. Posiblemente, en la Ideologia alemana Marx rea- lizé esta consideracién al analizar las condiciones y pre- misas necesarias para el advenimiento de un cambio so- cial. Los elementos materiales que él enunciaba para el logro de un cambio total eran los siguientes: en primer lugar, la relacién y el contraste entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las formas de las relaciones de apropiacién, distribucién y produccién de la riqueza so- cial. En segundo, “la formacién de una masa _revolucio- naria que se levante, no sélo en contra de ciertas condi- ciones de la sociedad anterior, sino en contra de la misma ‘produccién de la vida’ vigente hasta ahora”.* Es decir, si Marx entendia la nocién de “produccién de la vida” no solamente en el sentido econémico, sino también como produccién de la vida cotidiana. Pocemos leer el enun- ciado como la necesidad de que se forme en la masa una conciencia contra Ja reproducién de la vida cotidiana dentro del sistema capitalista. Cuando Gramsci habla de guerra de posicién pare- ciera indicarnos una estrategia fundada en la lucha por conquistar la hegemonia, que permita obtener una rela- cién de fuerzas favorable en los momentos: social, polf- 53 G. Marx, La ideologia alemana, Argentina, Ed, Pueblos, Unidos, 1973, p. 41. 118 tico y militar. De acuerdo con Gramsci, la Europa de 1789 a 1870 ha tenido una guerra de movimiento (poli- tica) en la Revolucién francesa y una larga guerra de posicién de 1815 a 1870. En Ja época actual, la guerra de movimiento se ha desarrollado politicamente desde marzo de 1917 hasta marzo de 1921, y es seguida por una guerra de posicién, cuyo representante ademas de prdctico (para Italia), ideolégico (para Europa), es el fascismo. Gramsci se pregunta si el fascismo no sera un nuevo liberalismo, si no sera la forma de revolucién pa- siva," propia del siglo xx, igual que el liberalismo lo fue del siglo xix. Estos conceptos también son aplicados en el campo de Ja economia. Mientras que la libre concurrencia y el libre cambio corresponden a la guerra de movimiento. Constituyen ejemplos de revolucién pasiva, tanto el cor- porativismo, como las reformas en la estructura econé- mica, de acuerdo con un plan que permite el pasaje a formas politicas y culturales mas desarrolladas sin ca- taclismos. Este concepto, al cual alude Gramsci como revolu- cién sin revolucién, se deriva del juicio emitido por el Cuoco en relacién con los sucesos revolucionarios de A597, Vincenzo Cuoco ha Iamado revolucién pasiva aquella acon- tecida en Italia por contragolpe de las guerras napoleénicas. El concepto de revolucién pasiva me parece exacto no sdlo para Italia, sino también para otros paises que moderniza- ron el Estado a través de una serie de reformas y de gue- rras nacionales, sin pasar por la revolucién politica de tipo radical-jacobino.** 5t A nuestro anterior comentario en el sentido de que el cesarismo o bonapartismo constituye la forma hist6rica donde més ha encarnado la re- volucién pasiva, es necesario agregar que el concepto debe ser deducido de dos principios de ciencia politica: 1. ninguna formacién social desapa- rece hasta que las fuerzas productivas que se han desarrollado en su_seno encuentran todavia espacio para un posterior desarrollo; 2. la sociedad no se pone tareas para cuya solucién no estén dadas las condiciones nece- sarias. Q, p, 1774. 33 Al Gramsci, Q, p. 504. 119 Asimismo, la f6rmula tiene estrechos puntos de contacto con la férmula de Quinet: revolucién-restauracién, en Ja que sélo el segundo término es vAlido en la medida en que continuamente se remienda (desde el exterior) un organismo no saludable internamente.” Paginas atras, Gramsci define el fenémeno de la Restauracién como la forma politica en la que la lucha de clases encuentra es- pacios elAsticos que permiten a la burguesia alcanzar el poder sin rupturas catastréficas, sin el aparato terrorista francés. Las viejas clases son degradadas de dirigentes a gobernantes, pero sin ser eliminadas. Gramsci hace referencia al transformismo como la especifica forma italiana de revolucién pasiva, que con- siste en la absorcién gradual, pero continua de los cle- mentos activos, surgidos de los grupos aliados y también de los adversarios los cuales parecian irreconciliablemen- te enemigos.* Por lo que respecta al terreno militar, la guerra se expresa en varias formas: la guerra de movimento, la guerra de posicién, la guerra subterranea. La resistencia pasiva de Gandhi, por ejemplo, es una guerra de posi- cién, que en determinados momentos se convierte en guerra de movimiento y en otros en guerra subterranea. El boicot constituye un ejemplo de guerra de posicién, Jas huelgas de guerra de movimiento, la preparacién clan- destina de armas y elementos combativos de asalto son una muestra de guerra subterranea.” Continuando la re- flexién de Clausewitz, quien definia a la guerra como la continuacién de la politica por otros medios, Gramsci sefiala que toda lucha politica siempre tiene un sustrato militar, pero considera la politica superior a Ia partici- pacién militar en el sentido de que sélo la politica crea Ja posibilidad de la maniobra y del movimiento.” En politica, la guerra de posici6n una vez vencida es . Gramsci, Q, p. 132 Gramsci, Q, p. 134. Gramsci, Q, p. 2011 : Gramsci, Maq, pp. 89-91. Gramsci, Maa, p. 91. 120 definitivamente decisiva.”" En Occidente, donde existen sociedades complejas y /la clase dominante. posee mayores recursos politicos, organizativos, mayor poderio en la so- ciedad civil, se requiere una estrategia basada en la lucha por la hegemonia ideolégica, se precisa que la guerra de posicién preceda y guie a la guerra de maniobra. La re- Jacién guerra de maniobra-guerra de posicién es estable- cida cuando se hace referencia a los técnicos militares que antes empleaban la guerra de maniobra, mientras hoy prefieren la guerra de posicién, sin que por cllo sosten- gan la necesidad de suprimir la guerra de maniobra sino que la reducen a una funci6én tactica mas que estratégica en las guerras entre los Estados mas avanzados, indus- trial y civilmente.* El economismo sostiene que el elemento econémico de una crisis permite obtener el triunfo definitivo porque propicia ¢l abatimiento de las fuerzas y los ideales del enemigo, a la vez que incuba Ja formacién y organiza- cién de cuadros en las clases subalternas y la configu- racién de una identidad de los fines perseguidos. Sin em- bargo, Gramsci sostiene que esto no ocurre , al menos por lo que respecta a los Estados mas avanzados, es decir, en Occidente, donde la sociedad civil constituye una es- tructura compleja y resistente a crisis y depresiones, don- de las superestructuras de la sociedad civil desempefian el papel de trincheras en la guerra moderna. Gramsci establece una analogia entre la lucha politica durante las grandes crisis econémicas y un asalto al campo enemigo después del ataque de artilleria que pareciera haber des- truido todo el sistema defensivo adversario. Sin embargo, en realidad, ese ataque s6lo habia destruido la superfi cie; en el momento decisivo del asalto, los atacantes se encuentran frente a una linea defensiva todavia eficien- .. A causa de las crisis, las tropas asaltantes no se orga- zan de manera fulminante en el tiempo y en el espacio, ni adquicren un espiritu agresivo; igualmente, los asal- 1 A, Gramsci, PP, p. 91. 2 A, Gramsci, Maq, pp. 93-94. 121 tados no se desmoralizan, y a pesar de encontrarse entre escombros no abandonan la defensa, ni pierden la con- fianza en las propias fuerzas ni en su porvenir. Las cosas no permanecen igual que antes, pero no suceden cam- bios definitivos inmediatos.“ El autor de los Cuadernos de la cdéreel hace un Ila- mado a estudiar y averiguar profundamente cudles son Jos,elementos de la sociedad civil que corresponden a los sistemas de defensa en la guerra de posicién." La disti cién metaférica: Oriente y Occidente nos indica dos pos de sociedades. En la del primer tipo, la sociedad poli- tica lo es todo y la sociedad civil es primitiva y gelatinosa ; n Ja del segundo tipo, entre sociedad politica y sociedad civil existe una equilibrada relacién, y ante cualquier crisis que estremezca la sociedad politica una sélida so- ciedad civil la respalda; la sociedad politica es una _trin- chera avanzada detras de la cual existe una robusta cadena de fortalezas y casamatas.” La metafora distintiva: Oriente y Occidente indica una construccién convencional, artificial, una diferen- ciacién metodolégica —a manera de los tipos ideales de Weber—, que establece una distincién histérico-cultural, una analogia entre tipos de civilizaciones. A través de esta diferenciacién, que forma parte de una_concepcién ampliada de la estrategia revolucionaria, Gramsci re- formula el paradigma y las categorfas a través de las cuales han sido pensadas las revoluciones a partir de 1917. En los Cuadernos debe reflexionar sobre el juicio equivocado: que atribuia la existencia de condiciones ob- jetivas y subjetivas para que en Italia se repitiera la ex- periencia bolchevique. La metafora Oriente y Occidente llama la atencién sobre la falta de una estrategia apro- piada para Occidente (paises avanzados industrialmente, con fuertes partidos y sindicatos). Estableciéndose, asi, una neta diferenciacién con sus anteriores posiciones de 8 A. Gramsci, Maq, p. 94. 6 Ibid. 6 A Gramsci, Q, p, 966; Mag, pp. 95-96. 6 A. Gramsci, Q, p. 1419. 122 1926, en las que sostiene la tesis leninista que establece que la cadena se rompe por el eslabén mas débil. En la novena Tesis de Lyon, Gramsci considera que en Italia se confirma la tesis que establece que: las condiciones més favorables para Ia revolucién proletaria no se encuentran necesariamente sicmpre en los paises don: de el capitalismo y el industrialismo han Iegado a su mas alto grado de desarrollo, que pueden existir en cambio alli donde el tejido del sistema capitalista ofrece menor resisten- cia, por sus debilidades estructurales, al embate de la clase revolucionaria y de sus aliados.” En las sociedades de Oriente el Estado lo es todo (predominio casi absoluto de la sociedad politica o Es- tado coercién sobre una sociedad civil primitiva y gela- tinosa), mientras que en las de Occidente existe un equi- librio entre sociedad politica y sociedad civil, y ante cual- quier crisis surgida en la sociedad politica, en el Estado- coercién, Estade-gobierno, se cuenta con el respaldo de la sociedad civil: “hegemonia acorazada de coercién”. Resulta evidente que a una determinada estructura correspondera una determinada estrategia. De ahi que a las estructuras de Oriente (caracterizadas por su forta- Jeza en la esfera del Estado-coercién y debilidad en la sociedad civil) corresponda una estrategia, que tienda a minar las bases en las que reside la fortaleza de Oriente, que se encuentra en la sociedad politica (esfera de la dictadura), y suceda lo mismo en relacién con Occiden- te, cuya fuerza reside en la esfera de la hegemonfa. De ahi que para la primera se establezca una lucha frontal, una guerra de maniobras y para la segunda una lucha por los espacios de la direccién etico-politica; una guerra de posicién acorde con los Estados m4s avanzados, en los que la sociedad civil resulta una estructura compleja y resistente a los estremecimientos de la sociedad poli- tica y crisis econémicas. & A. Gramsci, Escritos politicos (1917-1933), México, PyP, 1981, p- 230. 123 Kant se preocupaba de que sus teorias filoséficas fueran de acuerdo al sentido comin. A. Gramscr, Q, p. 331. El nexo entre intelectuales y almas simples La preocupacién por la unidad. ideolégica entre el vértice y la base, entre los intelectuales y la masa, hace que Gramsci se interroge sobre si la teoria moderna puede estar en oposicién a los sentimientos espontaneos de las masas (“Kant se preocupaba de que sus teorfas filos6fi cas fueran de acuerdo al sentido comin’). El politico italiano toma en cuenta que la fuerza de las religiones reside en el hecho de que tienden, enérgicamente, a la unidad de toda la masa religiosa, y evitan separar los es- tados superiores de los inferiores para que no se formen dos religiones: la de los intelectuales y la de los “sim- plese Gramsci recuerda que, por sus tradiciones, los intelec- tuales franceses tienden mds que en otros lugares a acer carse al pueblo para guiarlo ideolégicamente y mante- 68 A. Gramsci, Q, p. 331. 9 A. Gramsci, Q, p. 1070. nerlo ligado al grupo dirigente. Precisamente, por su caracter estrechamente nacional-popular, el politico ita- liano propone como modelo de construccién ideolégico- hegeménico la cultura filoséfica francesa, cuya literatura aporta mas tratados sobre el sentido comin que otras lite- raturas nacionales.” De ahi, que considere que la cons- titucién de un movimiento filoséfico sélo es posible cuan- do desarrolla una cultura especializada, para grupos restringidos de intelectuales, sin olvidar nunca la nece- sidad de permanecer en contacto con los “simples”. Ne- cesariamente, en este nexo un pensamiento cientifica- mente coherente y superior al sentido comtin encuentra Ja fuente de los problemas a estudiar y resolver; en este contacto, una filosofia deviene histérica, se depura de los elementos intelectuales de naturaleza individual y se hace vida.” La unidad organica entre intelectuales y masa se da en el paso del saber al comprender y al sentir, y en el paso del sentir al comprender y al saber. El pueblo “siente”, pero no siempre comprende o sabe. El intelec- tual “sabe” pero no comprende o “siente”. E] intelectual comete un error al pensar que es posible saber sin com- prender y sin sentir, sin ser apasionado (no s6lo del sa- ber, sino del objeto del saber), y creer que es factible ser intelectual sin sentir las pasiones elementales del pue- blo, sin comprenderlas, explicarlas, justificarlas por la situacién histérica determinada, vincularlas con una su- perior concepcién del mundo. Sin esta vinculacién senti- mental entre intelectuales y pueblo, no se hace politica- historia, las relaciones se tornan burocratico-formales, y los intelectuales se convierten en una casta 0 sacerdocio.” Pero el nexo entre intelectuales y pueblo también se realiza en las utopias. A través de ellas, intelectuales dominados por otras preocupaciones intentaron resolver los problemas vitales de los humildes. Las utopias y las Namadas novelas filoséficas reflejan inconscientemente las aspiraciones mas clementales y profundas de los gru- 70 A. Gramsci, Q, p. 1398. 71 A. Gramsci, Q, p. 1382 72 A. Gramsci, MH, pp. 120-121 126 pos sociales subalternos.” La religién no sélo es la ms inmensa metafisica aparecida en la historia, sino tam- bién la més gigantesca utopia, es el intento mas grandioso de conciliar en forma ideolégica las contradicciones reales de la vida hist6rica; ella afirma, ciertamente, que ¢l hombre tiene la misma “naturaleza”, que existe el hombre en general, en cuanto creado por Dios y en cuanto hijo de Dios; que por ello éste es hermano de los demas hombres, igual a los dem4s hombres, libre entre los otros y como los otros, y que asi puede concebirse con- templandose en Dios, “autoconciencia” de la humanidad. Pero también afirma que ello no es de este mundo, sino de otro (utépico). De esta manera fermentan las ideas de igual- dad, de fraternidad, de libertad, entre los hombres, que no se ven iguales ni hermanos de otros, ni libres en relacién a ellos. Marx, en sus escritos de juventud, habla sobre “cémo el mundo hace tiempo que tiene un suefio, del cual basta con tener conciencia, para convertirlo en realidad”. A diferencia de la religién, la mitologia forma parte del clemento artistico y del folklore. Los mitos populares creados por el iluminismo son definidos por Gramsci como la proyeccién en el futuro de las ms profundas y milenarias aspiraciones de las grandes masas, aspiracio- nes ligadas al cristianismo y a la filosofia del sentido comin,” Frente a la coercién, la mecanizacién y el taylorismo, Gramsci habla del mito de la aventura personificada en Don Quijote: Siempre ha existido una gran parte de la humanidad cuya actividad siempre ha estado taylorizada y férreamente dis- ciplinada y que ha buscado evadir con la fantasia y el sue- + A, Gramsci, Q, pp. 2290, 2292; R, pp. 281 * A. Gramsci, Q, p. 1488; MH, pp. 99-100. 5 C. Marx, “Carta a Ruge”, 1/1843, en Marx-Ruge, Anales franco- alemanes, Barcelona, Martinez Roca, 1973. 76 A. Gramsci, Q, p. 580. 7 A. Gramsci, Q, pp. 1642-1643 128 fio, los angostos limites de la organizacién existente que la aplastaba. La mas grande aventura, la mAs grande “uto- pia” que la humanidad ha creado colectivamente es la reli- gién, gclla no es un modo de evadir el “mundo terreno”? 2Y no es en este sentido que Balzac habla de Ia loteria como de opio de la miseria, frase retomada por otros? [...] Pero lo mas notable es que a un lado de Don Quijote existe San- cho Panza, que no quicre “aventuras”, sino certeza de vida y que el gran ntimero de hombres es atormentado por la obsesi6n de la no “seguridad del mafiana”, de la precarie- dad de la propia vida cotidiana, es decir, de un exceso de “aventuras” probables.”* 78 A. Gramsci, Q, pp. 2132-2133. ...siendo el principe y el soberano la misma persona, no forman, por decirlo asi, sino un gobierno sin gobierno. J. J. Rousseau, El contrato social, p. aad, El socialismo como socializacién de la politica Gramsci no reduce el socialismo, exclusivamente, a so- cializacién de la economia, o socializacién de los medios de produccién, sino que lo amplia a socializacién de la politica. De manera tal que evita fundar una sociedad autoritaria. Una de las caracteristicas fundamentales del poder democratico es la participacién e iniciativa directas del pucblo en el poder, democracia en griego significa, lite- ralmente, poder que pertenece al pueblo. Se trata de un poder emanado desde abajo, cuya fuente de legitimiza- cién es la voluntad popular y, por lo mismo, es un poder apoyado mediante el libre consenso. Como sefiala acer- tadamente Bobbio, un poder democratico debe cumplir al menos tres requisitos: 1) Participacién colectiva gene- ralizada, aunque sea en forma indirecta, en la toma de decisiones que afectan a la comunidad, evitando la par- ticipcién deformada o manipulada y la apatia politica, preocupandose no sélo por la participacién sino también 129 por la calidad de ésta. 2) Control desde abajo sobre to- dos los organismos y centros donde reside el poder del Estado (ejército, burocracia, empresas, medios masivos de comunicacién, escuelas), previniendo asi un hecho histéricamente confirmado: todo poder no controlado tiende al abuso. Los organismos que el ciudadano logra controlar son centros de poder secundarios respecto a otros centros de poder que no estén bajo control democratico (ejército, burocracia, poder ideolégico). 3) Libertad de disenso (dentro de los pardmeiros de la democracia) para todos aquellos que tienen incluso opiniones contra- rias.” En la relacién socialismo-democracia, el problema central a resolver reside en lograr que el titular del po- der pueda ejercer al mismo tiempo ese poder, ya que existe el riesgo de que el titular pierda su poder al dele- garlo al representante. En Rousseau, el pueblo no se des- poja del ejercicio del poder; el nexo Rousseau-Marx queda manifiesto en la problematica de la representa- cién, pues en el ejercicio de la soberania popular no exi ten representantes. Mientras que para Rousseau los dipu- tados del pueblo no son ni pueden ser sus represen- tantes, sino sus comisarios ya que no pueden acordar nada definitivamente.” De partida, Marx indica que ser repre- sentado contiene en general algo de mezquino,” y que la representacién no puede ser concebida como represen- tacién de otro elemento que no sea el pueblo mismo, vale decir, su autorrepresentacién.” Segin Marx, en el ver- dadero Estado no se trata de la posibilidad de cada ciu- dadano para dedicarse a la clase general como a un Es- tado particular, sino de la capacidad de la clase general de ser el Estado realmente general, es decir, el Estado de 79 N. Bobbio, “Democrazia socialista?”, en ¢Quale socialismo?, Roma, Einaudi, 1976, p. 17. 80 J. J. Rousseau, El contrato social, México, Espas: Calpe, 1977, p 112, #1 C. Marx, Articulo sobre los Comités de los estados en Prusia, en La Gaceta Renana, dic., 1842, en I marxisti e lo stato. #2 C, Marx, Tres articulos publicados del 11 al 30 de diciembre de 1842 en La Gaceta Renana, ibid. 130 cada ciudadano." Para Marx, el mismo principio repre- sentativo expresa la separacién entre Estado y sociedad; la participacién de la sociedad al Estado politico me- diante diputados es la expresién de la propia separacién y de su propia unidad sdlo dualista." De acuerdo con Rousseau, el soberano es el pueblo, y la soberania popu- lar debe ejercerse directa y permanentemente; el poder de la voluntad general es inalienable, indivisible e indele- gable (los magistrados son simples ejecutores de la vo- luntad general). Como indica Marx, la libertad consis- te en mutar el Estado de érgano sobrepuesto a la sociedad, en 6rgano absolutamente subordinado a clla,* se trata de una libertad en un autogobierno que s6lo puede exis- tir cuando el poder que dirige es el mismo que obedece. Dejando de lado las posiciones ultraizquierdistas, en el seno de la izquierda ha prevalecido una concepcién jaco- bina de la democracia, donde la dicotomia entre titulari- dad del poder y ejercicio de ese poder no se encuentra resuelta. En su intento por conciliar la democracia de tipo burgués liberal con la democracia de tipo socialista proletario, esta concepcién jacobina de la democracia plantea un uso radical del Parlamento que daria a luz un régimen socialista a favor de las masas, por obra de una élite iluminada y progresista. En cambio, la demo- cracia de carActer socialista es un poder del pueblo que se caracteriza por realizarse a través del pueblo, liqui- dando los privilegios e impulsando una democracia social, econémica y politica. Los consejos de fabrica en Italia y los soviets cn la Unién Soviética constituyen la experien- cia histérica que demuestra que el socialismo es autogo- bierno de las masas, y no de una dictadura a nombre del pueblo y para el pueblo. El parlamento se ve superado por los consejos y soviets, no s6lo porque éstos son orga- nismos de masas auténomos, sino porque también encar- nan la representaci6n politica de los trabajadores aisla- 83 Critica de Marx al pardgrafo 297 de Hegel, en Critica a la filoso- fia det derecho de Hegel, México, Grijalbo, 1968. ‘84 G. Marx, Comentarios al pardgrafo 308, ibid. 83 C. Marx, Critica del programa de Gotha. 131 dos entre si. La democracia y las libertades en el Estado democratico liberal se encuentran fundadas en el res- peto al derecho de la propiedad privada, por ello la de- mocracia no se transfiere al plano social, se trata de una democracia limitada que no permea la economia, las relaciones de produccién, la maquinaria administrativa ; un sistema donde una élite controla la economia en todas sus fases: produccién, distribucién, apropiacién. Para que la democracia se transfiera al plano social y en la economia, se requiere abolir la propiedad privada y las instituciones que defienden esas relaciones de propiedad. En Gramsci, la revolucién no es un evento que pueda ser inducido por élites desde afuera, ella surge organica- mente desde abajo, en la lucha de los trabajadores. Su concepcién de la politica difiere de la del ¢ Qué hacer? de Lenin, donde la politica es direccién, saber, introdu- cido desde afuera a las masas, por las lites y cuadros del partido. Asi como también difiere de Rosa Luxembur- go, para quien la politica es espontancidad, sentir, eco- nomismo que proviene de la tesis que postula que el agravamiento de la crisis del sistema capitalista origina huelgas y acciones espontaneas de masas que conducen al socialismo. En Gramsci, en cambio, la politica es unidad de espontancidad y de direccién consciente,” ya que el pueblo siente, pero no siempre comprende ni sabe, y los intlectuales saben, pero no siempre comprenden ni sien- ions Para Gramsci no es reformismo crear los consejos de fAbrica durante el capitalismo y no hasta después de la toma del poder. La formacién de estos consejos implica un Estado embrional que posibilita minar las normas y la legitimidad del Estado burgués; en este sentido Clark tiene raz6n cuando indica que las clases dominadas estan obligadas a tomar el poder en las condiciones de una época donde ellas mismas reconocen el orden burgués como auténticamente legal; por ello, educacién y pro- paganda sélo dibujan un aspecto del problema y no re- 2 A. Gramsci, PP, p. 57. 87 A. Gramsci, Materialismo histérico, p. 114. 132 suelven las dificultades por si solas, se requiere de una respuesta politico-institucional a través de la creacién de instituciones politicas, como los consejos de fabrica, que le den a sus miembros un nuevo sentido de la lega- lidad.* = De acuerdo con Gramsci, el consejo de fabrica es el modelo del Estado proletario,” El Estado socialista ya existe potencialmente en los institutos de vida social, ca- racteristicos de la clase trabajadora explotada, lo cual permite ir edificando una real democracia obrera, pre- parada desde ahora para sustituir al Estado burgués en todas sus funciones de gestién y dominio del patrimonio nacional.” El Estado socialista no puede encarnarse en las instituciones del Estado capitalista, debido a que es una creacién fundamentalmente nueva respecto a esas instituciones,” es decir, se trata de un nuevo tipo de Es- tado generado por la experiencia asociativa de la clase proletaria que sustituya el Estado democrAtico-parlamen- tario. Portanticro tiene razén al afirmar que ni el partido ni Jos sindicatos pueden asumir como miembros a la tota- lidad de las clases dominadas, pues son organismos de tipo privado, conceptualcs, a los que se ingresa por un acto voluntario o mediante un contrato susceptible a rom- perse en cualquier momento. Los consejos, en cambio, pueden abarcar la totalidad de la clase trabajadora, de- bido a que el obrero entra a formar parte de ellos como productor, es decir, por su funcién en la sociedad. El hecho de reivindicar a los consejos como instituciones auténomas del partido, implica considerar a las masas como los principales actores de un proceso que tiende a disminuir la distancia entre gobernantes y gobernados.” 88 M, Clark, Il concepto gramsciano di rivoluzione (1919-1920), Con- greso en Cagliari (1967), en Gramsci ¢ la cultura contempordnea, of. cit.. ‘Ty A. Gramsci, Sindacati ¢ consigli, en L’Ordine Nuovo, 11/%/1919, Danilo Zolo, op. cit., p. 360. 920 A. Gramsci, Democrazia operaia, en L’Ordine Nuovo, 21/vu/1919, en Danilo Zolo, op. cit., p. 353. 2 A. Gramsci, La conquista dello Stato, en L’Ordine Nuovo, 12/vii/ 1919, en Danilo Zolo, of. cit., p. 359. 92 J. Portantiero, Los usos de Gramsci, México, Folios, 1982. 133

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