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Universidad de Chile

Facultad de Agronomía
Ingeniería en Recursos Naturales
Curso de Legislación y Etica Ambiental.
Profesor: Luis Mariano Rendón E.

Apunte para la Unidad: “Introducción a la Crisis Ecológica”

1.- Introducción

Educación, Política y Mitos Sociales.

2.- La Historia de la Idea del Desarrollo, sus disciplinas e instrumentos.

2.1 El Surgimiento del concepto.

2.2 Apogeo Desarrollista

2.3 Las Críticas al reduccionismo económico del Desarrollo.

2.4 Adecuaciones del Neodesarrollismo

2.5 La Economía Ambiental y su instrumental

3.- Paradigmas Emergentes, sus transdisciplinas e instrumentos.

3.1 Una “Economía Estable”

3.2 El Decrecimiento

3.3 La Ciencia Postnormal

3.4 La Economía Ecológica y su instrumental.

3.4.1 El Indice de Bienestar Económico Sustentable


3.4.2 La Huella Ecológica

3.5 El Sumak Kausay o Buen Vivir


Contenidos:
1.- Introducción: Educación, Política y Mitos Sociales.
Un primer aspecto a debatir es la relación entre Educación y Política. La educación
necesariamente tiene una direccionalidad. No hay educación neutra. Desde la misma
etimología de la palabra, que viene del latín “duccere”, que significa “conducir”,
“guiar”, al igual que la raíz griega “gogos”, de pedagogía, entendemos que siempre que
existe un proceso educativo, existe un intento por guiar en un determinado sentido.
Una educación democrática debe partir por este reconocimiento y explicitar la
direccionalidad del proceso, la que debiese ser puesta en discusión por quienes
participen en el proceso. El proceso educativo en su conjunto debiese ser visto como un
debate racional y fundamentado sobre opciones diversas.
La Educación juega un rol doble. Por un lado perpetúa, pero por otro lado cuestiona el
tipo de sociedad en la que se da el proceso educativo. Una de las formas de
perpetuación es a través de la creación de mitos sociales. (CASTORIADIS, 1995)
afirma que “El mito es esencialmente el modo por el que la sociedad caracteriza con
significaciones el mundo y su propia vida en el mundo, un mundo y una vida que
estarían de otra manera privados de sentido”.
Podríamos distinguir mitos fundacionales, que aúnan un sentimiento de origen común, y
mitos de destino. Es decir, las respuestas a las preguntas esenciales del “sentido”: de
dónde venimos y hacia dónde vamos. Este fenómeno mítico es fácilmente observable
en el terreno religioso. En la mitología judeo-cristiana existe un mito respecto del origen
del mundo y la humanidad y un mito de destino, basado en un juicio final y un posterior
destino celestial o infernal.
Mientras religión y política, o institucionalmente, Iglesia y Estado se confundieron, la
mitología religiosa era al mismo tiempo la mitología política de toda la sociedad y se
tejían entre ellas redes de reafirmación, como la teoría del derecho divino de los reyes.
También, las autorizaciones papales para conquistar y evangelizar “nuevos” mundos
(que eran en realidad, bastante antiguos).
Pero cuando se produce una creciente, aunque nunca finiquitada, separación entre
religión y política, aparece la necesidad de una mitología laica. La mitología más
influyente de los últimos siglos ha sido la del progreso industrialista. Ya sea en su
variante socialista o capitalista, este credo deposita una fe en la ciencia y en la
tecnología como medios que proveerían todo lo necesario para la felicidad humana. El
“Desarrollo”, es el nombre que toma el mito del progreso industrialista después de la
Segunda Guerra Mundial y “superada” la época de las catástrofes bélicas.
Todo lo dicho sobre Educación, Política y Mitología Social es siempre válido, pero
resulta de particular importancia en la época de la crisis global que amenaza las
posibilidades de supervivencia. Tenemos básicamente dos opciones por delante: O
seguimos haciendo más de lo mismo que hemos hecho hasta ahora o cambiamos de
rumbo. Las Universidades debiesen ser el lugar privilegiado donde se de este debate,
quizás el más importante que cabe imaginar.

Para saber más sobre Educación, Política y Mitos:

Para leer:
Texto “Paulo Freire, ¿Pedagogo o Político?
http://www.rieoei.org/deloslectores/569Rey.PDF
Texto: Saberes Coloniales y Eurocéntricos
http://www.oei.es/salactsi/mato2.htm

Texto sobre Castoriadis “La Interrogación Permanente”


http://www.inisoc.org/interoga.htm

Para ver:
Entrevista a Paulo Freire
http://www.youtube.com/watch?v=5TJi1UW9Q2I&eurl=http://blog.pucp.edu.pe/item/3
2771/catid/3569

2.- La Historia de la Idea del Desarrollo.


Uno de los problemas centrales de gobernabilidad que se plantea en los albores del
tercer milenio, desde el nivel global al local, es el referido a la preservación de las
condiciones naturales que hacen posible y placentera la vida humana sobre el planeta.
Existiendo un cierto consenso respecto a que la situación de deterioro ecológico es real
y en algunos casos grave, no existe sin embargo igual concordancia en lo relativo a la
forma de enfrentar el desafío. Por una parte, aparece el concepto de “Desarrollo
Sustentable”, ligado a una idea de “modernización ecológica”, que básicamente plantea
superar las ineficiencias ambientales de las actuales formas de crecimiento económico.
Por otro lado, se ha ido perfilando una visión que, sin menospreciar los mejoramientos
en eficiencia productiva que se puedan alcanzar, lanza una crítica al modelo mismo de
producción y consumo dominante y plantea la idea de que es necesario “salir de la
trampa del crecimiento económico”1. Se trata de dos paradigmas distintos y no variantes
dentro de un mismo paradigma, reducibles a algún concepto común.
Para comprender cabalmente el carácter de “paradigma” de la idea del “Desarrollo” en
general y de la idea del “Desarrollo Sustentable” en particular, analizaremos su devenir
histórico.

2.1.- Surgimiento del Concepto.


El término “desarrollo” se posiciona políticamente en torno a la Segunda Guerra
Mundial.
Según Sergio Boisier, habría sido la “Carta del Atlántico” la que pareciese marcar el
surgimiento del concepto de desarrollo en la esfera internacional (BOISIER, 2001; 1).
Este documento político de Roosevelt y Churchill de 1941, tenía por objetivo diseñar el
mundo que se levantaría al lograrse la derrota del nazi-fascismo. Se señala en esta
proclama, que el único cimiento sólido de la paz reside en que todos los hombres
puedan disfrutar de seguridad económica y social, y por lo tanto, se comprometen a
buscar un orden de este tipo al lograr la victoria. Esta declaración de intenciones era
también una especie de antídoto contra la influencia sobre las gentes empobrecidas del
mundo, de la prédica revolucionaria de su “aliado” soviético.
Este último aspecto, el carácter de alternativa al comunismo, es particularmente
relevante para entender cómo nace el concepto de desarrollo. El término surge ligado al
liderazgo mundial capitalista. Es por eso que en los años cincuenta, un término
despectivo en la izquierda latinoamericana era el de “desarrollista”. Cuando se hablaba
de desarrollo, se entendía que estábamos hablando necesariamente de desarrollo del
capitalismo. Era, en los hechos, una forma de enfrentar el concepto de “revolución”,
agitado en el mundo entero por las fuerzas de orientación comunista. El discurso
original del Desarrollo nos decía que no era necesario pasar por los traumas de los
procesos revolucionarios para alcanzar el bienestar de los pueblos. Podía existir un
tránsito lineal y gradual, al interior del capitalismo, desde una situación de sub-
desarrollo a una de desarrollo. No era necesario crear “otra” sociedad, bastaba mejorar
la existente.
Otros autores, como Gilbert Rist (RIST, 1997), señalan un hito distinto, aunque bastante
contemporáneo y con el mismo sentido político. Establecen incluso un día y lugar
preciso para el alumbramiento: el 20 de enero de 1949, en Washington D.C. La idea
1
FUCKS, Ralf, “Para salir de la trampa del crecimiento económico”. Tesis para la conferencia de la
Fundación Heinrich Böll y de la Federación Alemana por el Ambiente y la Naturaleza (BNUD), realizada
en Hamburgo en Mayo de 1997 y publicada como separata de la Revista “Punto Final”, en su edición de
septiembre de 1998.
habría visto la luz en el discurso pronunciado ese día ante el Congreso por el presidente
de los Estados Unidos, Harry Truman. En esos momentos, la política norteamericana
debía hacer un esfuerzo para estar a la altura de los desafíos que le planteaba el
escenario internacional, iniciada ya la guerra fría. Los asesores del Presidente se
esforzaban por identificar las directrices centrales que diesen forma al discurso
presidencial. Después de una primera reunión se identificaron tres ideas fundamentales,
que más bien ratificaban estrategias ya en curso:
1) Los Estados Unidos reafirman su compromiso con la recientemente creada
Organización de las Naciones Unidas.
2) Los Estados Unidos manifiestan su voluntad de cooperar en la reconstrucción de
Europa mediante el Plan Marshall.
3) Los Estados Unidos propondrán a los países libres de Europa, la creación de una
organización común de defensa (OTAN), para hacer frente a la amenaza soviética.
Después de definidos estos tres puntos, uno de los asesores propondrá agregar un
cuarto, que envíe un mensaje a los países más desfavorecidos del mundo y en particular,
al patio trasero latinoamericano. Se anunciaría la decisión norteamericana de ir en
ayuda de los países más pobres. La idea fue rápidamente aceptada en el círculo
presidencial, pues estratégicamente implicaba lanzar un mensaje de esperanza a las
masas empobrecidas del mundo, para disminuir el atractivo de la prédica revolucionaria
marxista-soviética. Comunicacionalmente, la idea era interesante también, pues
constituía una novedad mediática, frente a los tres primeros puntos que ya eran parte
conocida de la agenda internacional estadounidense. La sugerencia tuvo pleno éxito,
pues la prensa norteamericana dedicó grandes titulares a este punto 4, aunque nadie, ni
el propio Presidente, pudiera precisar mucho qué implicaría en concreto.
Resulta de particular interés analizar la estructura del referido texto, pues como señala
Rist, toma la forma de una prédica religiosa. Primero, se señala la situación de miseria y
desesperanza en que viven los países a los que bautiza en ese momento como
subdesarrollados. Pero luego, se anuncia la bienaventuranza, la promesa de salir de la
triste situación actual. ¿Cómo?, pues mediante el apoyo de los países más desarrollados,
y en primer lugar, de los Estados Unidos, que se comprometen a compartir su desarrollo
científico y tecnológico, mediante la inversión en las naciones pobres pacíficas. El
término “pacífico” utilizado no es casual, pues pacífico, en el contexto de la guerra fría,
es sinónimo de no-comunista, sinónimo también de pueblo “libre”, término que será
empleado un poco más adelante.
El punto 4 del mensaje de Truman quiere dejar muy claro que esta voluntad de la
nación norteamericana es algo nuevo, que no es lo mismo que habían conocido de ella
hasta ese momento los países pobres (recordemos la larga época de la política de las
cañoneras hacia Latinoamérica). La inversión de los capitales norteamericanos no
tendría nada que ver con el viejo imperialismo. Las naciones más desarrolladas en
general, deberían cuidar que hubiese un equilibrio entre el beneficio para sus capitales
privados y el de los pueblos donde hagan sus inversiones. Todos podrían beneficiarse
de ello.
El mensaje tenía múltiples destinatarios. Si bien apunta a los pueblos pobres, también se
preocupa de la audiencia interna y deja claro que no hay nada que temer del hecho que
otros países crezcan económicamente, pues ese crecimiento será beneficioso para el
comercio norteamericano.
Con este punto 4, según muchos, el liderazgo político norteamericano da por
inaugurada la “Era del Desarrollo” en el mundo.
Pero los norteamericanos no sólo marcaron políticamente el nacimiento del concepto de
desarrollo. Desde el punto de vista académico, también levantaron este ícono y le
imprimieron las mismas características. A saber: su naturaleza fundamentalmente
económica y su condición de alternativa al comunismo. Nadie fue más claro y enfático
al respecto que el economista norteamericano Walt Whitman Rostow (1916- 2003).
Este profesor de economía y asesor de presidentes norteamericanos, escribió una obra
que constituye un clásico del desarrollo titulada “Las Etapas del Crecimiento
Económico; Un Manifiesto No Comunista” (ROSTOW, 1960).
En la obra señalada, Rostow nos dice: “Es posible clasificar todas las sociedades,
teniendo en cuenta sus aspectos económicos, en cinco categorías: sociedad tradicional,
precondiciones para el despegue hacia un crecimiento autosostenido, camino hacia la
madurez y etapa de alto consumo.... Estas etapas no son sólo descriptivas; no son una
mera forma de generalizar las observaciones de ciertos hechos sobre la secuencia del
desarrollo en sociedades modernas, sino que tienen su propia lógica interna y
continuidad. Estas etapas constituyen finalmente tanto una teoría sobre el crecimiento
económico como una teoría más general (aunque todavía muy parcial) de toda la
historia moderna”.
Para saber más sobre el origen y sentido del término “Desarrollo”, ver:
Texto de Gustavo Esteva: “Desarrollo”:
http://www.ivanillich.org.mx/Lidicc4.htm

2.2.- Apogeo Desarrollista.


Si bien es cierto que el concepto de desarrollo nace como un arma ideológica en el
marco de la guerra fría, al poco andar, como sucede también frecuentemente con los
diversos sistemas de armas, el enemigo comprende su efectividad y trata de utilizarlo
para su propio beneficio. Con perspectiva histórica, esto hoy no nos parece nada de
extraño, pues al final de cuentas, el carácter modernizante del desarrollo, en su
versión original capitalista, marcaba también la propuesta del socialismo real.
Pese a la distancia que pareciese existir a nivel de los titulares, podemos encontrar
encuentros notables entre los análisis provenientes del socialismo real y del capitalismo
real. La fe en el desarrollo de las fuerzas productivas, como motor del cambio de las
relaciones sociales de producción, esencial en el análisis marxista, no se encuentra tan
distante del destacado rol dado por muchos economistas del capitalismo a la tecnología,
ya sea que la consideren exógena o endógena al proceso económico. Afanásiev,
Makárova y Mináev (AFANASIEV, MAKAROVA, MINAEV, 1970, p. 237), nos
dicen: “La base material y técnica es el conjunto de medios técnicos e instrumentos de
trabajo, con los que el hombre produce, en el proceso de trabajo, los bienes materiales
necesarios. Constituye un importante indicio de la madurez del grado de desarrollo de
la sociedad (negrilla nuestra), ya que las épocas históricas, como dijo Marx, no difieren
por qué se produce, sino por cómo se produce, con qué instrumentos de trabajo”.
Algo del señalamiento de esta concordancia ya se asoma en una de las obras póstumas
de Seers titulada "The Congruence of Marxism and Other Neoclassical Doctrines",
Towards a New Strategy of Development. (SEERS, 1980).
La literatura socialista trató de disputar el término Desarrollo, bajo la fórmula, “vía no
capitalista de desarrollo”. Así aparece en los textos tipo “Manual”, como el
inmediatamente arriba indicado (AFANASIEV, MAKAROVA, MINAEV, 1970; p.
232).
Otros autores de la cultura socialista, aunque críticos al socialismo real, como Adam
Schaff (SCHAFF, 1988; 277), no parecen tener tampoco ninguna complicación con el
término “país en vías de desarrollo”.
En el campo de la política real, movimientos de fuerte inspiración marxista, hacen
plenamente suyo el discurso desarrollista, aunque ensayando ya sus propias
adjetivaciones. Entre los puntos del Programa Mínimo Reivindicativo Popular del
Frente Sandinista de Liberación Nacional, que lleva las firmas de Daniel Ortega,
Víctor Tirado y Humberto Ortega (ORTEGA; TIRADO; ORTEGA, 1980), difundido
originalmente en septiembre de 1978, cuando comenzaba a vislumbrarse el derrumbe
del somocismo, leemos: …15) Incorporación y Desarrollo de la Costa Atlántica
(habitada por el pueblo Miskito, que terminaría haciendo una fuerte oposición al
desarrollismo sandinista)…17) Bancos al servicio del desarrollo popular (negrilla
nuestra).
Más allá de izquierdas y derechas, la muestra más fehaciente de la hegemonía que llega
a alcanzar el imaginario del Desarrollo en la política mundial, queda dada por la
creación en el seno de la O.N.U, expresando un consenso universal a nivel de los
Estados, de una institucionalidad para el Desarrollo. Las Comisiones Regionales, como
la CEPAL y El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (P.N.U.D) son
concreciones de esa institucionalidad.
2.3- Las Críticas al Reduccionismo Económico.
Como ha quedado de manifiesto al estudiar sus orígenes, el concepto de desarrollo nace
como sinónimo de crecimiento económico. Por muchos años, esa sinonimia se
mantiene, al punto que los indicadores del crecimiento económico se identifican aún
hoy, al nivel de la toma de decisiones como indicadores de Desarrollo. Ello, pese a que
las críticas comienzan desde muy temprano, como las señaladas de Seers, pero sin que
lleguen a demoler la hegemonía economicista en el discurso del Desarrollo.
La verdad es que se ha dado en los hechos un imperialismo económico sobre los análisis
sociales, imperialismo que se mantiene de una u otra forma hasta nuestros días. Esto es
particularmente real en lo que concierne a la formulación de políticas públicas. Entender
la sociedad desde el ángulo parcial de la economía fue y continúa siendo en gran
medida, en la práctica, una de las características principales del Desarrollo.
El indicador economicista por antonomasia es el PIB. El Producto Interno Bruto y en
forma especial, el PIB per cápita. Hasta el presente, el PIB sigue connotando Desarrollo.
Sin embargo, tempranamente, las críticas comienzan a dejar de manifiesto lo miope de
la mirada desarrollista. El PIB ha sido objeto de una larga serie de cuestionamientos,
desde distintos ámbitos, los que apuntan a que no es ni siquiera una verdadera medida
del ingreso de un país y mucho menos, un indicador del bienestar humano. En efecto:

A.- El P.I.B no es una medida adecuada del ingreso:


a) El P.I.B no suma una serie de sectores de importancia para el ingreso de un
país: No considera el valor de las producciones de bienes y servicios que no pasan por
los circuitos de mercado formal. En tal sentido el P.I.B no considera:
a.1.- La producción de bienes para el propio consumo. Toda la producción agrícola
que genera un campesino y es consumida por la propia familia, no queda registrada en
el P.I.B, aún cuando sea la base de la subsistencia familiar.
a.2.- El intercambio a base de trueque, que en algunos países puede ser la base de la
economía de una parte significativa de la población. Aquí hay intercambio en el
mercado, pero sin intermediación del dinero.
a.3.- Los servicios domésticos no remunerados, que constituyen un sector
fundamental para la reproducción de la economía. Esta ha sido una crítica del
movimiento feminista, pues invisibiliza el papel de la mujer, quien mayoritariamente
asume aún hoy estos servicios domésticos. Esta crítica ha sido ilustrada en los libros de
texto con el ejemplo del matrimonio entre el jardinero y la dueña de casa que lo
contrataba. Al implicar que el ahora marido deje de recibir salario, aunque continúe
prestando los mismos servicios en el jardín, este matrimonio ha provocado una caída del
P.I.B.
b) El P.I.B suma una serie de valores que debiera restar: Si se quisiera tener una
visión del verdadero ingreso, el que por definición es sostenible, el P.I.B debería restar
determinados items que, en lugar de ello, hoy suma. En este contexto, las dos críticas
específicas que se le dirigen son:
b.1.- Suma los gastos defensivos o compensatorios: Se entiende por gastos defensivos
aquellos destinados a corregir o evitar los efectos negativos causados por la actividad
económica, tales como gastos para disminuir los accidentes del tránsito; gastos para
evitar o reducir enfermedades profesionales; gastos para enfrentar los efectos sobre la
salud derivados de la contaminación; gastos para disminuir o evitar la contaminación;
gastos para proteger especies en peligro de extinción. Todos los gastos enumerados
precedentemente se suman en el cálculo del P.I.B, cuando en realidad debiesen ser
restados si lo que queremos es calcular en qué medida aumentó la riqueza de una
sociedad.
Según un estudio de Christian Leipert (LEIPERT, 1989, cit. por MARTINEZ, 1992;
91), se constató que en la economía alemana, entre los años 1970 y 1988, los gastos
defensivos crecían más rápidamente que el PIB. O sea, la economía debe crecer cada
vez más para generar recursos que permitan proteger a la población de los efectos del
mismo crecimiento económico. Se produce un círculo vicioso que alimenta, entre otros,
los eco-bussines.
b.2.- El P.I.B no registra la amortización del patrimonio natural: El P.I.B considera
íntegramente como ingreso el valor pagado por la venta de recursos naturales no
renovables. Sin embargo, analizadas bien las cosas y considerando que los recursos
naturales no renovables constituyen un stock fijo, estamos hablando de una pérdida
patrimonial. Tampoco registra el PIB el deterioro de los ecosistemas, lo que llevará a
una menor producción futura de bienes y servicios naturales.
Para visibilizar estas graves carencias del P.I.B, autores como Herman Daly, uno de los
más connotados exponentes de la Economía Ecológica, han propuesto nuevos
indicadores que nos permitirían, sumando y restando lo que corresponda, tener una
medición más adecuada del bienestar económico humano. Daly denominó a su
propuesta Indice de Bienestar Económico Sustentable, IBES (ISEW, por sus siglas en
inglés) (DALY, 1993; 370) y profundizaremos en este indicador en el apartado sobre los
nuevos instrumentales de la Economía Ecológica.

B.- El P.I.B no es una medida de bienestar:


En efecto, el P.I.B no es una medida de bienestar. El P.I.B per cápita, por ejemplo,
esconde mediante su promedio, las tremendas diferencias de distribución del ingreso.
Esto es obvio, pero se usa tan comúnmente como indicador de bienestar, que esa
obviedad pareciese no visualizarse.
Tan grande es la distancia entre el bienestar humano y el crecimiento económico, que
puede ser en períodos de graves conflictos bélicos donde se produzcan espectaculares
crecimientos del PIB. La producción de armas, ataúdes y servicios funerarios
requeridos, se sumará positivamente al P.I.B. Todo el proceso de reconstrucción
después de la guerra, también será considerado beneficio. Quizás este ejemplo extremo
muestra con toda crudeza las implicancias de un “Desarrollo” que se basa y se mide
justamente por la maximización del proceso de producción-destrucción.
2.4.- Los Neodesarrollismos:
Las críticas hechas al concepto reduccionista de desarrollo han tenido su efecto. A partir
de ellas se han ensayado una serie de adjetivaciones mitigadoras de sus connotaciones
más duras. En general, estos adjetivos apuntan a “otro” desarrollo, a un neodesarrollo.
Este neodesarrollo puede ser visto como un intento de salvar un paradigma en crisis o
como un avance constructivo en la búsqueda de una mayor integralidad en la mirada
sobre los fenómenos del bienestar humano y de la sustentabilidad. Seguramente, desde
una mirada de complejidad, el neodesarrollo es la unidad de las dos motivaciones
señaladas. No cabe duda que ha mitigado en alguna medida el reduccionismo inicial del
campo del desarrollo y hoy existe una mirada algo más integradora, con efectos reales.
Sin embargo, el neodesarrollo, por ejemplo en su versión sustentable, como señala el
crítico indio Shiv Visvanathan (VISVANATHAN, 1991; 384), también cumple el papel
de mantener “congelada la imaginación” en los estrechos límites de un “cosmos
desencantado” e impide vislumbrar otras posibilidades para el hombre en la Tierra.

Las principales adjetivaciones podrían ser las siguientes:


a) Desarrollo Social
Seers puede ser señalado como quien introduce rápidamente alternativas al desarrollo
económico y habla de “desarrollo social”, abarcando una dimensión nueva, diferente al
desarrollo en cuanto sinónimo de crecimiento. Nos dice: “Por tanto, lo que hay que
preguntar acerca del desarrollo de un país es: ¿qué ha sucedido con la pobreza?, ¿y
con el desempleo?, ¿y con la desigualdad? Si los tres alcanzaban antes niveles elevados
y ahora han disminuido, podemos afirmar sin lugar a dudas que ha habido un proceso
de desarrollo en el país en cuestión. Pero si uno o dos de estos problemas
fundamentales ha empeorado, y sobre todo si han sido los tres, no podemos llamar a
ese proceso “desarrollo” aunque la renta per-cápita se haya multiplicado por dos”
(SEERS, 1970; 33).
b) Desarrollo Humano
Uno de los hitos en este camino donde se van agregando adjetivos al desarrollo, será el
trabajo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), inspirado en
ideas como las del mismo Seers, Amartya Sen, Mahbub ul Haq y Richard Jolly. Nace
así el “Desarrollo Humano”, como un esfuerzo por tener una mirada conceptual más
amplia e integradora. El Desarrollo Humano ha sido definido como la ampliación de las
opciones y oportunidades de que disponen las personas. Es un paso sin duda relevante,
que ha buscado afirmarse mediante la creación del instrumental necesario para poder
“medir” el desarrollo humano. Sin embargo, en su base de medición sigue considerando
el PIB, el que combina con otros indicadores. En efecto, las variables que se usan para
construirlo son:

• longevidad (esperanza de vida al nacer),

• nivel educacional (obtenido de una combinación de alfabetización de adultos y


tasas de matriculación, tanto primaria como secundaria y superior),

• nivel de vida, medido por el P.I.B per cápita real (ajustado a la capacidad de
compra).
El P.N.U.D establece una puntuación entre 0 y 1 y realiza una clasificación de los países
en tres niveles:
• Alto: más de 0,800.
• Medio: 0,500 a 0,799.
• Bajo: menos de 500.

Mapa del mundo para el IDH de los diferentes Estados,


según Informe PNUD 2007/2008.

0,950 y mayor 0,700–0,749 0,450–0,499


0,900–0,949 0,650–0,699 0,400–0,449
0,850–0,899 0,600–0,649 0,350–0,399
0,800–0,849 0,550–0,599 menor a 0,350
0,750–0,799 0,500–0,549 no disponible

Este índice pretende mostrarnos en qué medida mejoró el desarrollo humano en un país,
de manera análoga a cómo se puede medir el aumento de la producción.
En el caso de salud, se mide la esperanza de vida al nacer. En el área de educación
actualmente se usa como variable la Mediana de Años de Escolaridad de personas de
más de 25 años. Finalmente, el Índice considera la disponibilidad de recursos
económicos medida a partir del poder adquisitivo sobre la base del PIB per cápita
ajustado por el costo de vida. Es importante destacar la diferente naturaleza de las
variables incluidas en el Índice, algunas de tipo “stock” y otras de tipo “flujos”.

c) Desarrollo a Escala Humana.


En esta breve síntesis de la historia de los adjetivos del desarrollo, hay que mencionar al
“Desarrollo a Escala Humana” (MAX-NEEF, ELIZALDE, HOPENHAYN, 1986),
propuesta elaborada por los chilenos Manfred Max-Neff, Antonio Elizalde y Martin
Hopenhayn, una sugestiva mezcla de economista, sociólogo y filósofo.
Esta propuesta gira en torno a la idea de la realización (no satisfacción pasiva) de las
necesidades humanas fundamentales (pocas, definidas y que forman un sistema, lo que
permite su satisfacción sinérgica). El hecho que sean pocas, nos hace tomar distancia de
la idea predominante en la economía tradicional, en cuanto a que las necesidades son
infinitas, dada la eterna insaciabilidad humana. Se cuestiona así un pilar de la visión
clásica que hace surgir artificialmente escasez.
Cada necesidad no realizada genera una pobreza, con lo que la pobreza se redefine más
allá de la subsistencia material, susceptible de alivios asistencialistas. Podemos tener,
así por ejemplo, una pobreza de identidad, que como toda pobreza, genera sufrimiento
humano. Provocativamente, Max -Neef ha señalado que la pobreza no existe, lo que
existen son pobrezas, en plural, una por cada necesidad humana fundamental no
satisfecha.
La Escala Humana se relaciona al concepto de autodependencia, como requisito de un
desarrollo satisfactorio. La forma cómo se satisfacen las necesidades, sólo puede ser
definida a nivel local, de una comunidad concreta, que sin embargo es parte de la
comunidad mundial.
Esta propuesta utiliza metodología del pensamiento complejo, que permite entender la
necesidad de una articulación entre los humanos y la naturaleza y entre los humanos y la
tecnología. Según sus autores, seríamos naturaleza, pero seríamos también humanidad y
también tecnología.
Para saber más de “Desarrollo a Escala Humana”
Texto “Desarrollo a Escala Humana” de Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn.
http://www.max-neef.cl/download/Max-Neef_Desarrollo_a_escala_humana.pdf

d) Desarrollo Local
Cómo señala Boisier (2000; 7), si hubiese un concurso de popularidad sobre los
adjetivos del desarrollo, sin duda que “local” sería el ganador. El concepto alude
necesariamente a una dimensión territorial, en cuanto a su ámbito y en ese sentido
puede sentirse cerca del desarrollo a escala humana. Sin embargo, también alude a la
dirección de la fuerza que empuja el proceso de desarrollo, y esa fuerza se identifica
como de “abajo hacia arriba”, y en ese sentido, local se emparenta con endógeno. De
hecho algunos autores aluden directamente a esta última característica como definitoria
de lo local. Así, Buarque (1999; 23) lo define de la siguiente manera “Desenvolvimento
local e um proceso endógeno (negrilla nuestra) registrado en pequenas unidades
territoriais e agrupamentos humanos capaz de promover o dinamismo económico e a
melhoría da qualidade de vida da populaçao”.
e) Desarrollo Sustentable
Este concepto, que se ha transformado en un lugar común dentro de cualquier discurso
de políticas públicas, aparece en la década del 80. Se señala que habría sido acuñado en
primer lugar por la Unión Internacional sobre la Conservación de la Naturaleza (UICN),
en 1980, cuando se dio a conocer la Estrategia Mundial de Conservación, la cual
apuntaba a tres prioridades: el mantenimiento de los procesos ecológicos, el uso
sostenible de los recursos y la conservación de la diversidad genética.
Sin embargo, será en abril de 1987 cuando aparezca oficialmente el término definido en
el informe llamado “Nuestro Futuro Común” o Reporte Bruntland. Allí se señala "el
desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin
comprometer la capacidad para que las futuras generaciones puedan satisfacer sus
propias necesidades".
Usualmente, se considera que el desarrollo sustentable debiese ser una combinación
óptima de crecimiento económico, bienestar social y preservación ambiental.
La verdad es que con esos componentes, el concepto se vuelve un tanto incongruente, si
pensamos que en un planeta finito no puede mantenerse el crecimiento de la economía
en forma indefinida, sin que choque con los límites del planeta, es decir con los
máximos de las capacidades de carga de los ecosistemas del planeta.

f) Desarrollo Integral
En 1995, el Secretario General de las Naciones Unidas, Boutros Boutros-Gali, da a
conocer un informe titulado “Una Agenda para el Desarrollo”. Allí se definen cinco
dimensiones del desarrollo, transformándolo en algo bastante menos medible, para
desesperación de los economistas tradicionales. Al mismo tiempo, el concepto se vuelve
mucho más integral, para contento de investigadores provenientes de diversos campos
del conocimiento, como sociología, antropología, ecología, historia, etc, que ahora
sienten que la multidisciplinariedad comienza a expresarse en el terreno del desarrollo.
Las dimensiones que el Secretario General de la ONU señala, son las siguientes:
1) La paz como fundamento.
2) Crecimiento económico como motor.
3) El medio ambiente como base
4) La Justicia como pilar.
5) Democracia como medio insustituible

2.5 La Economía Ambiental y su instrumental.


La Economía Neoclásica ha sido la disciplina científica que ha intentado explicar el
progreso económico y ha buscado crear instrumentos para medir sus resultados y
proponer políticas que permitieran intervenir sobre los desajustes que evidenciaba. Las
políticas keynesianas, por ejemplo, fueron el esfuerzo que desde el terreno académico se
efectúa para superar la gran depresión económica de 1929. Hoy, ante los innegables
problemas medioambientales que genera la economía, se ha teorizado también desde el
campo de la economía para intentar medir esos efectos y proponer instrumentos de
políticas que permitan superarlos. Surge así una subdisciplina de la Economía
Neoclásica denominada Economía Ambiental.
El núcleo de la Economía Ambiental parte del concepto de externalidad, vale decir,
aquel efecto no querido por quien participa en la producción o consumo de un bien y
que repercute sobre una persona distinta del productor o consumidor. Estas
externalidades pueden ser de carácter positivo o negativo. Por cierto, cuando hablamos
de problemas ambientales, estamos hablando de externalidades ambientales negativas.
Para la Economía Ambiental, las externalidades son un “fallo del mercado” y para
solucionar los problemas que generan, debiesen introducirse mecanismos correctivos, a
fin de que el mercado pueda proceder a una correcta asignación de los recursos. Muchos
de estos fallos estarían producidos por la falta de asignación de derechos de propiedad
sobre ciertos bienes. Por lo tanto, una buena remediación ambiental sería proceder a su
privatización, la que permitiría que los dueños de esos bienes pudiesen participar en
negociaciones (coasianas) acerca de los mismos.
Desde la Economía Ambiental se proponen mecanismos como los permisos de emisión
transables o los impuestos pigouvianos, todos los cuales buscarían corregir la asignación
mercantil de los recursos, permitiendo que se recupere el “óptimo social” de producción
y de contaminación. Ese óptimo se alcanza cuando el precio de un bien logra incorporar
todos los costos, es decir, los internos y los externos. Gráficamente, el óptimo social se
alcanzaría cuando la curva del costo marginal externo intersecta la curva del beneficio
marginal privado. Cómo alcanzar este punto, es materia que puede ser abordada desde
una negociación coasiana previa asignación de derechos de propiedad o mediante una
norma que fije ese punto y que después podría ser operativa mediante un impuesto
pigouviano o derechamente por una limitación administrativa a la producción en el
punto óptimo.
El tema principal aquí sería mejorar la eficiencia ambiental de la producción. La
Economía Ambiental abriría paso así al “Desarrollo Sustentable” donde la regulación
ambiental y el crecimiento económico son considerados mutuamente beneficiosos2.
Según algunos de sus impulsores, el Desarrollo Sustentable, de la mano de la Economía
Ambiental, implicaría un consorcio en el que gobiernos, empresas, ecologistas
moderados y científicos cooperan en la reestructuración de la economía política
capitalista con arreglo a criterios más defendibles ecológicamente”3.

La Economía Ambiental ha logrado una fuerte influencia en la discusión internacional


sobre el “desarrollo sustentable” y algunas de sus ideas principales se han incorporado a
instrumentos internacionales sobre la materia. Así sucedió con el principio “El que
contamina paga”, que acuñado en la Declaración de Río de 1992, señala que “Las
autoridades nacionales deberían procurar fomentar la internalización de los costos
ambientales y el uso de instrumentos económicos, teniendo en cuenta el criterio de que
2
HAJER, Maarten. “The Politics of Environmental Discurse”. Oxford, Clarendon Press, 1995. Citado por
GIDDENS, Anthony. “La Tercera Vía”, Taurus, 1999.
3
DRYZECK, John. “The Politics of the Earth”, Oxford, Oxford University Press, 1997, pag. 145. Citado
por GIDDENS. Op. cit.
el que contamina, debe, en principio, cargar con los costos de la contaminación,
teniendo debidamente en cuenta el interés público y sin distorsionar el comercio ni las
inversiones internacionales”. Este principio fue rápidamente incorporado en la
legislación ambiental chilena con la dictación de la Ley Nº 19.300 sobre Bases del
Medio Ambiente del año 1994.

La solución propuesta por la Economía Ambiental de internalizar las externalidades, en


apariencia muy clara, ha sido sin embargo criticada. Se ha señalado que en muchos
casos de problemas ambientales, resulta en extremo difícil, cuando no imposible,
dibujar la curva de los costos marginales externos. Vale decir, en muchas ocasiones no
sabemos a ciencia cierta cuáles son los costos que genera una actividad y al no
conocerlos, malamente podremos ponerles un precio y reintroducirlos en un esquema de
mercado. Esa resistencia de los costos ambientales a ser cuantificados viene dada por
algunas de sus características más recurrentes. Se trata en primer lugar de costos
inciertos y surge así el gran tema de la incertidumbre, sería limitación con que se
enfrenta la ciencia en su perspectiva tradicional. Por otra parte, muchos costos
ambientales son futuros, a tal grado, que en muchas ocasiones sus principales afectados
serán futuras generaciones, que malamente podrán hacer ver sus preferencias hoy en
cualquier esquema de simulación de mercados. Finalmente, muchos de estos costos
serán irreversibles, por lo que no habrá ninguna suma de dinero que pueda invertirse
para reparar un daño de estas características.
La crítica a la posibilidad de una internalización convincente de las externalidades ha
dado lugar a una transdisciplina que pretende abordar en forma coherente los problemas
ambientales. Esa transdisciplina se denomina Economía Ecológica y hablaremos de ella
en el capítulo siguiente.
La crítica fundamental a la política del “Desarrollo Sustentable”, basado en la búsqueda
de la eficiencia económico-ambiental, tiene que ver con que aún en casos emblemáticos
de éxito en este terreno, como el alemán, las ganancias en ahorro y eficiencia ambiental
son frecuentemente contrarrestadas por los aumentos del consumo creciente. Del mismo
modo, si bien se reconoce que en general pueden no aumentar en gran medida los
impactos ambientales, estos se han estabilizado a un nivel demasiado alto, incompatible
con la necesidad de liberar espacio ambiental para que el aún necesario crecimiento de
los países pobres se produzca. Anthony Giddens en su esbozo de programa
socialdemócrata que ha sido denominado “Tercera Vía”, también reconoce las
limitaciones del Desarrollo Sustentable”, señalando que no es realmente convincente
dar por sentado que la protección ambiental y el desarrollo económico encajen
cómodamente y que en verdad, en muchas ocasiones la una entrará abiertamente en
conflicto con el otro.4

4
GIDDENS. Op. cit, pag. 73.
3.- Paradigmas Emergentes: Las Ideas del Postdesarrollo.
La insatisfacción intelectual frente al imaginario del desarrollo, ha hecho surgir nuevas
propuestas en el terreno de la crítica filosófica, acerca del rol de la ciencia, sobre la
vigencia de la disciplina económica y ha creado también nuevos instrumentos para leer
la realidad e intervenir en ella.
En un esfuerzo de síntesis, podríamos decir que el mundo del “Desarrollo” está
indisolublemente ligado a la idea de “expansión” humana sobre la naturaleza. En
medio de la crisis ecológica global, dicha idea de expansión es rechazada desde distintos
ámbitos y surgen propuestas inspiradas en la idea de la necesaria y urgente
“adaptación” de la humanidad a los límites de un planeta vulnerable.
Algunos autores han llegado a plantear que por su afán dominador sobre otras
sociedades, distintas de las occidentales industrializadas, y por su afán dominador sobre
la naturaleza, las ideas del Desarrollo poseen un núcleo “anti-ético”.
Para saber más sobre “Postdesarrollo”, Ver:
Texto de Arturo Escobar: “El Postdesarrollo como concepto y práctica social”

http://www.unc.edu/~aescobar/text/esp/El%20postdesarrollo%20como%20concepto.pdf
Para saber más sobre la carga anti-ética del Desarrollo, ver:
Transcripción de conferencia de Edgar Morin “Etica y Globalización”, en la Biblioteca
Digital de la iniciativa de Etica y Capital Social del BID:
http://luismarianorendon.blogspot.com/2009/04/hay-un-caracter-anti-etico-en-el.html
Informe sobre Crecimiento y Felicidad, BID:
http://www.iadb.org/NEWS/detail.cfm?lang=es&id=4859

3.1.- La “Economía Estable”:

En contrapartida al “Desarrollo Sustentable”, se ha ido configurando una visión que


afirma que el problema es el sistema económico dominante en sí, con su obsesión por el
crecimiento indefinido de la producción e incapaz de comprender los nuevos problemas
de un mundo saturado. Como señala Emile Benoit “Las dimensiones fijas y los recursos
finitos del planeta no pueden permitir al crecimiento económico convencional continuar
indefinidamente. Nuestra Tierra, ahora comenzamos a comprender, no tiene ni puede
suministrarnos una cantidad ilimitada de energía aprovechable, recursos naturales,
comestibles, sitios de descarga para nuestros productos de desecho e incluso, sitio para
estar de pie. No es un inagotable cuerno de la abundancia... Tenemos, en efecto, una
revolución de crecientes expectativas superimpuestas sobre una explosión poblacional,
en un mundo de dimensiones fijas y de limitada capacidad productiva. En esto yace el
problema”.5

Según esta perspectiva, la escala física de la economía y por ende su impacto sobre el
ambiente está dada por la magnitud de la población multiplicado por el uso de recursos
naturales per cápita. Dado que las dimensiones físicas del ecosistema son fijas, surge
indefectiblemente el tema del “tamaño adecuado de la economía” con relación al
ecosistema planetario que la sustenta.
Para explicar el problema de la escala física de la economía, Manfred Max Neef utiliza
una analogía que resulta particularmente esclarecedora. Max Neef nos habla del
desarrollo del ser humano y anota que el crecimiento físico llega hasta una cierta edad
(18 a 20 años). Posteriormente, en condiciones normales, el cuerpo no continúa
creciendo. En oposición a esa condición normal de estabilización, aparecen las
patologías. Se producen patologías en dos situaciones opuestas. Si no se alcanza un
cierto tamaño, estamos frente a alguna forma de enanismo. Por el contrario, si se
sobrepasa cierto tamaño, estamos frente a otra enfermedad, la acromegalia. Pues bien,
con la escala de la economía humana sucedería algo similar. Si no se crece hasta cierto
punto, se produce subdesarrollo, con sus secuelas de pobreza material y sufrimiento
humano. En cambio, si se crece más allá del tamaño adecuado, también estaríamos
frente a una situación anormal, de crecimiento excesivo, la cual conlleva severas
patologías ambientales, como las reseñadas más arriba, así como también patologías
sociales, como la inseguridad propia de los grandes hacinamientos urbanos e incluso
padecimientos directos en las personas, como el avance de las dolencias cardiacas
provocadas por una dieta excesiva en carnes.
De acuerdo a este análisis, después de un determinado nivel de acumulación material, la
relación entre crecimiento económico y calidad de vida tiende a invertirse. El
crecimiento económico comienza a provocar costos sociales, ambientales y culturales,
superiores a los beneficios que genera. Más, ya no es mejor. Lo máximo, ya no es lo
óptimo.
Herman Daly nos define su propuesta de una “Economía Estable”, como aquella donde
la escala física de la economía no supera los límites de la biósfera. Un acervo constante
de caudal físico y personas. Una vez que hemos alcanzado una economía de estado
estable, los cambios morales o tecnológicos nos pueden hacer desear que sea posible
decrecer o crecer. Sin embargo esto sería visto como un movimiento transitorio de uno a
otro nivel, pero no como un proceso continuo.6
En una “Economía Estable” es necesario enfrentar los desafíos de frenar el crecimiento
de los niveles de consumo y de población.

5
BENOIT, Emile. Citado por Robertson, James. “La Alternativa Sensata”. Santiago, Salesianos, 1.993. p.
38
6
DALY, Herman. “Para el Bien Común”. México D.F, Fondo de Cultura Económica, 1.993. pag. 339
En relación con el consumo, si concordamos en que resulta impensable por razones de
capacidad de carga ambiental un mundo donde todos tengan los niveles de consumo,
por ejemplo de los Estados Unidos, surgen sólo dos alternativas:
 O los ricos del mundo mantienen por la violencia a los pobres en el
subconsumo, o
 Se debe producir alguna redistribución del consumo en el ámbito global para
aliviar la situación de los más desfavorecidos.

Es claro que cualquiera de las dos alternativas presenta desafíos políticos inéditos para
la humanidad.
En cuanto al crecimiento demográfico, desde el ámbito del “Desarrollo Sustentable” se
plantea que el crecimiento económico por sí solo genera una estabilización demográfica,
como ya sucede en Europa. La tesis anterior genera una cierta complacencia, en el
sentido que no se requerirían políticas de control demográfico. Sin embargo, no se
responde a la pregunta de qué sucede cuando el aumento de la población es justamente
una de las causas de que no se puedan alcanzar los niveles de vida que permitirían el
paso a la estabilización. Por otra parte, la tesis de la transición demográfica no responde
a la pregunta de si la capacidad de carga del ecosistema terrestre permite o no ofrecer
los niveles de vida actuales de los países europeos a todos los habitantes del planeta.
Al no caer en la complacencia respecto de la explosión demográfica, la “Economía
Estable” propone enérgicas políticas de control poblacional, de manera de permitir una
estabilización de la población al nivel más bajo posible. Estas políticas pueden ser
coercitivas. Sin embargo, el mismo Daly plantea que serían preferibles mecanismos de
mercado, tales como “derechos de reproducción transables”, desde el momento que en
un mundo sobrepoblado, ya no puede ser considerado un bien libre el derecho a
reproducirse. El plan puede parecer demasiado severo, pero es menos drástico que el
plan chino vigente, que obliga a las mujeres a la esterilización después de un sólo hijo7.
En otros países, pudiesen bastar incentivos distintos. Quizás antes que una reducción
generalizada en razón del control demográfico, habría que extremar la reducción de la
población en todos aquellos casos en que ello sea benéfico en términos personales y
sociales. Es el caso de la reducción del nacimiento de hijos de madres adolescentes, el
caso de los hijos no deseados de mujeres de cualquier edad y el caso de la eugenesia y
eutanasia.
Para saber más sobre “Economía Estable”:
Texto de Herman Daly “La Manía del Crecimiento”:
http://luismarianorendon.blogspot.com/2009/04/la-mania-del-crecimiento.html

3.2.- El Decrecimiento:

7
DALY, Herman. Op. cit. p. 225
Con un grado mayor de radicalidad discursiva que la Economía Estable, aparecen las
ideas del “Decrecimiento”. La contraposición al discurso expansivo es aún más abierta.
Se pone en el centro del debate que la situación de los países industrializados es ya
insustentable. No se puede plantear respecto de ellos que alcancen una estabilidad en los
niveles actuales. Deben reducir su impacto sobre el planeta y para ello, más allá del
tiempo que puedan ofrecer mejorías en la “eficiencia” ambiental de las formas de
producción y consumo, es imprescindible reducir los niveles de producción y consumo.
En un mundo desbordado, se trataría de que se recuperen cauces menores, viables
ambiental y socialmente. La consigna puede ser expresada como “Vivir mejor, con
menos”.
Por cierto, si se considera el espacio ambiental que ocupan las economías de los países
industrializados, no se puede sino concluir que, efectivamente, ocupan un espacio
mucho mayor del que corresponde a sus territorios, pero sin duda mucho mayor de lo
que correspondería a la “justa porción de planeta” derivada de una igualitaria
distribución de dicho espacio entre todos los habitantes de la Tierra. Profundizaremos
en este aspecto al analizar el indicador denominado “Huella Ecológica”.
Uno de los exponentes más destacados de la tendencia del decrecimiento es el francés
Serge Latouche, uno de los fundadores de ROCADE, la Red de Objeción al
Crecimiento.
Para leer más de las ideas del “Decrecimiento”, ver:
Red de Objetores del Crecimiento para el Postdesarrollo:
http://www.apres-developpement.org/accueil/index_es.php
Para ver y escuchar:
Serge Latouche, el “Decrecimiento”
http://www.youtube.com/watch?v=fvBsiP3hAmA

3.3.- La Ciencia Postnormal.


Formando parte de los nuevos paradigmas emergentes, propios del mundo del
Postdesarrollo, encontramos una crítica al modelo de la ciencia moderna. La Ciencia
Postnormal se propone ser una “epistemología política”, que enfrente los altos riesgos e
incertidumbres propios, entre otros, de los problemas ambientales globales. La forma de
enfrentarlos es mediante un debate científico y democrático respecto de las decisiones a
tomar sobre las intervenciones en la naturaleza. Este debate no pretende eliminar la
incertidumbre, sino reconocerla y manejarla.
La metodología anteriormente descrita está recogida, al menos formalmente, en
institucionalidades ambientales como la chilena. En ella, previamente a una decisión
que establecerá, por ejemplo, una norma de calidad ambiental, se exige un proceso
amplio de debate, con espacios para la participación de todos los interesados, donde ni
los científicos ni los políticos tienen el monopolio de la palabra. La decisión final,
seguirá siendo tomada por el decisor político, en nuestro ejemplo el Presidente de la
República mediante la dictación de un Decreto Supremo. Sin embargo, se trata de que la
tome con la mejor calidad de información disponible, la que se maximiza en un
procedimiento adversarial y abierto.
Los postulados de la ciencia postnormal salen al paso, precisamente, de visiones como
la de la economía ambiental, que como vimos en su momento, pretende establecer la
magnitud de impactos inciertos, a largo plazo e irreversibles, a fin de reintroducir las
“externalidades” ambientales en el sistema de fijación de precios por el mercado.

Fuente: “Ciencia Postnormal: Ciencia con la Gente”. Funtowicz y Ravetz.


Para saber más sobre Ciencia Postnormal, leer: “Ciencia Postnormal: Ciencia con la
Gente”. Funtowicz y Ravetz.
http://luismarianorendon.blogspot.com/2009/04/la-ciencia-de-la-era-postnormal.html

3.4.- La Economía Ecológica y su Instrumental


La Economía Ecológica se define como una transdisciplina que busca dar respuestas
integrales y coherentes al desafío de la humanidad de vivir dentro de los límites de un
planeta vulnerable. Emerge precisamente a partir de las limitaciones de la Economía
Ambiental, que como ya está dicho, es el intento de la economía Neoclásica para
integrar al sistema de mercado la valoración del medio ambiente. Ello resulta inviable
frente a costos inciertos, a largo plazo e irreversibles.
La Economía Ecológica integra a la economía humana dentro del sistema biosférico. No
entiende a la naturaleza como algo externo a la biósfera, sino como un subsistema
altamente dependiente de ella.
Fuente: Curso de Economía Ecológica, Martínez Alier, Joan

Para intentar superar los severos problemas que presentan los indicadores del desarrollo,
la Economía Ecológica ha diseñado nuevos indicadores, que pretenden mostrarnos una
visión más integral de nuestra situación.
Entre estos indicadores, resultan de especial interés los siguientes:
3.4.1.- Indice de Bienestar Económico Sustentable (I.B.E.S): Desarrollado por Daly,
busca llenar los vacíos del PIB. Incluye un largo listado de elementos que se suman o
restan para llegar a un resultado final expresado en términos monetarios.8
Este indicador suma el consumo personal, incorpora la desigualdad distributiva, suma
los servicios provenientes de trabajos hogareños, bienes de consumo durables, calles y
carreteras. Suma los gastos públicos en salud y educación. Resta los gastos en
publicidad, los costos de transportación, los costos de la urbanización y los costos de las
distintas contaminaciones, así como el agotamiento de los recursos no renovables y el
daño ambiental a largo plazo.

8
Ibid. p. 369 y ss.
Este índice tiene reservas y limitaciones, explicitadas por su propio autor, que se
refieren fundamentalmente a la dificultad, o verdadera imposibilidad, de valorar en
términos monetarios impactos ambientales futuros, inciertos y en muchas ocasiones
irreversibles. Además y de cualquier forma, estarán excluidas de estas valoraciones
monetarias las preferencias de las generaciones futuras. Esta limitación es tan
importante para el autor, que lo lleva a excluir para algunas comparaciones los rubros
referidos a agotamiento de recursos naturales renovables y a daño ambiental a largo
plazo.9
De cualquier forma, resulta de particular interés comparar la evolución del PIB y del
IBES (ISEW) de Daly. En distintos países, aunque con diferencias, durante un período,
el PIB y el IBES (ISEW) crecen muy paralelamente. Sin embargo, más o menos en la
década del 80, mientras el PIB sigue creciendo, el IBES (ISEW) comienza a estancarse
o a descender persistentemente. Esa comparación avala la tesis de los “límites del
crecimiento”, tan fundamental en la visión ecologista. Conforme a estos datos, pareciese
confirmarse la idea de que en cierto momento se transgrede el tamaño adecuado de la
economía, a partir de lo cual, más es peor.10

Fuente: http://www.foe.co.uk/community/tools/isew/international.html

9
Ibid. p. 383.
10
Ibid. p. 434
Para entender cómo se construye el IBES, realiza tu propio cálculo usando el caso
inglés, ingresando a la siguiente página:
http://www.foe.co.uk/progress/java/ServletISEW
Texto de Beatriz Castañeda sobre el cálculo del IBES en Chile
http://www.cipma.cl/RAD/1997/4_Castaneda.pdf

3.4.2.- La Huella Ecológica.


Este indicador de sustentabilidad da un salto respecto a todos los indicadores
económicos tradicionales e incluso respecto al recién estudiado IBES. Ante la
imposibilidad de valorar convincentemente costos futuros, inciertos e irreversibles,
renuncia a la idea de asignar valores monetarios a los impactos ambientales e ingresa en
el campo de los indicadores biofísicos. La Huella ecológica puede ser definida como «el
área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas
acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos
producidos por una población dada con un modo de vida específico de forma
indefinida».
Por cierto, el cálculo de la huella ecológica también puede presentar debilidades, como
todo indicador que pretende abarcar una gama tan amplia de variables y llegar a un
número, un dato cuantitativo significativo. Con todo y pese a estas debilidades, en
general entrega una visión pertinente para hacer comparaciones entre modos de vida y
su impacto ambiental.
De acuerdo al último informa “Planeta Vivo”, de la WWF, la huella ecológica promedio
de cada habitante del planeta alcanza a 2,7 hectáreas, en circunstancias que la
biocapacidad del planeta sólo llega a 2,1 hectáreas per cápita. Esto significa que hemos
transgredido los límites del planeta y para ponerlo en términos financieros comunes,
“nos estamos comiendo el capital (natural), por lo tanto comprometiendo gravemente la
posibilidad de los ecosistemas para seguir brindándonos bienes y servicios ambientales
básicos para la vida.
La Huella Ecológica no es sólo un indicador de lo insustentable del desarrollo, sino
también de la gran inequidad en cuanto al aprovechamiento y uso de los bienes y
servicios de la Tierra. Mientras un habitante promedio de los Estados Unidos tiene una
huella ecológica de 9 hectáreas, un latinoamericano promedio llega a 2,5. Sin duda,
estos promedios nacionales también esconden las grandes desigualdades existentes al
interior de cada país.
El siguiente cuadro permite comparar la ubicación de cada país en relación al Indice de
Desarrollo Humano (IDH) ya estudiado como uno de los indicadores del “Desarrollo” y
a la “Huella Ecológica”, como indicador de sustentabilidad ambiental. Comprobando la
“insustentabilidad del desarrollo”, vemos como todos los países de alto Desarrollo
Humano tienen una huella ecológica muy superior a la biocapacidad disponible per
cápita, siendo Estados Unidos el caso extremo, con una huella de 5 veces la
biocapacidad del planeta. Sin embargo, resulta también interesante analizar el caso de
Irlanda, que si bien es cierto tiene una huella ecológica de 4 hectáreas, es decir el doble
de lo disponible per cápita, tiene un índice de Desarrollo Humano superior al
estadounidense. El valor combinado de estos dos indicadores podría ser un buen índice
de sustentabilidad y bienestar, como siempre con todas las limitaciones de índices
agregados.

Para saber más sobre la Huella Ecológica y conocer la Huella Ecológica de España y de
Chile, ver:
Informe “Planeta Vivo, 2008.”
http://assets.wwf.es/downloads/informe_planeta_vivo_2008.pdf

3.5.- El Sumak Kausay y sus Consagraciones Constitucionales


Para concluir con esta revisión de algunos tópicos relevantes del discurso del
Postdesarrollo, nos ha parecido pertinente incluir una conceptualización alternativa que
ha surgido de las culturas originarias de Abya Yala. Nos referimos al Sumak Kausay
(en el preámbulo y artículos 14, 250, 275 y 387 de la Constitución de Ecuador), o
Suma Qamaña (en el artículo 8.1. del proyecto de nueva Constitución de Bolivia),
expresiones Kichwas que puede ser traducida como “Buen Vivir”. Este Buen Vivir, es
concebido como el fin y la justificación de la acción política, tal como también la
concebía Aristóteles (Eu Zen).
El Sumak Kausay no es una mera propuesta reivindicativa de los pueblos originarios. Se
transforma en una respuesta ante la crisis de la civilización industrialista basada en la
acumulación. Es una respuesta ante la catástrofe ambiental y social del Desarrollo.
Frente a los valores individualistas y dominadores del proyecto occidental, el Sumak
Kausay proclama los valores de la reciprocidad, lo colectivo, el reencuentro con la
Tierra.
Para conocer más sobre el Sumak Kausay, ver:
Visión Indígena del desarrollo en la Amazonía
http://luismarianorendon.blogspot.com/2009/04/en-la-cosmovision-de-las-sociedades.html

Nueva Constitución del Ecuador:


http://www.ciudadaniainformada.com/fileadmin/Documentos/NUEVA_CONSTITUCION_DEL_E
CUADOR.pdf

Proyecto de Nueva Constitución de Bolivia:


http://www.embajadadebolivia.com.ar/nueva_cpe_aprobada_en_grande_en_detalle_y_e
n_revision.pdf

Preguntas de Autoevaluación de Respuesta Múltiple

Responda marcando una sola de las posibles respuestas:

1.- Conforme al texto “Paulo Freire, ¿Pedagogo o Político?, el fin del proceso
educativo nivel teleológico) que propone Freire debe ser:
a) La calidad del proceso educativo.
b) La pertinencia para los procesos productivos.
c) La liberación
d) El desarrollo

2.- Según el Texto “Castoriadis, la Interrogación Permanente”, la propiedad


fundamental del ser humano, para este filósofo es:
a) La capacidad de razonar
b) El cuestionamiento ético
c) La búsqueda de reconocimiento
d) La imaginación libre y desfuncionalizada

3.- Según el texto base del curso, el surgimiento del término “Desarrollo” tiene
como marca de origen:
a) Su carácter economicista y de alternativa al comunismo.
b) Su basamento en el fortalecimiento de la institucionalidad internacional después
del término de la Segunda Guerra Mundial.
c) Su énfasis en el mejoramiento tecnológico.
d) Su complementariedad con el fortalecimiento de la democracia en el mundo.

4.- El P.I.B no sería una buena medición del ingreso porque:


a) Contabiliza los ingresos de todos los países en dólares norteamericanos, lo que
lo vuelve sensible al proceso inflacionario de la economía de Estados Unidos.
b) No contabiliza los ingresos no monetarios de las personas, ni descuenta los
gastos defensivos ni la depreciación del capital natural.
c) No contabiliza los gastos en inversión social
d) No contabiliza los gastos en procesos de descontaminación

5.- Según el texto base del curso, la crítica a la posibilidad de la economía


ambiental de internalizar convincentemente los costos ambientales externos
está dada porque:
a) Dichos costos pueden implicar daños morales, no susceptibles de una medición
en dinero.
b) Muchos costos ambientales son inciertos, a largo plazo e irreversibles.
c) Los daños en la naturaleza, por definición, no pueden ser compensados con
dinero.
d) Los costos externos son generados también por quien sufre en parte la
externalidad, como el fumador que contamina a no fumadores.

6.- Edgar Morin, en su conferencia “Etica y Globalización”, plantea que hay un


núcleo anti ético en el concepto y en el movimiento histórico del desarrollo
porque:
a) Destruye las solidaridades tradicionales de la familia, el barrio y la comunidad.
b) Implica la desacralización de la naturaleza, lo que abre paso a su destrucción.
c) Se basa exclusivamente en la ciencia moderna y no considera los saberes
tradicionales que pueden ser muy valiosos para el bienestar de las comunidades.
d) Valora las rápidas decisiones democráticas, pero desprecia la paciente formación
del consenso social, característica propia de las naciones originarias.

7.- Edgar Morin, en la conferencia antes citada, señala que el “Desarrollo


Sustentable”:
a) Es un camino adecuado, al implicar una preocupación ética por las futuras
generaciones.
b) Si bien es cierto implica una preocupación ética por las futuras generaciones,
debe ser superado por un concepto más integrador, que él llama “política de
civilización”.
c) Es un camino adecuado, porque implica equidad intrageneracional, además de
intergeneracional.
d) Es un camino adecuado y eso queda demostrado por la gran aceptación que ha
tenido en los debates sobre políticas públicas ambientales en todo el mundo.

8.- Según Herman Daly, en una “Economía Estable”:


a) El crecimiento económico es indispensable para la estabilidad, pues compensa el
crecimiento poblacional, permitiendo que exista riqueza adicional para una
población adicional.
b) La variable fundamental es la tecnología, que mediante mejoras en la eficiencia
de la producción, permite hacer frente a los crecimientos demográficos.
c) Se puede decidir crecer o decrecer, según los cambios morales o tecnológicos,
pero se descarta un proceso continuo de crecimiento.
d) La cantidad de bienes producidos debe mantenerse constante de período en
período.

9.- En el Video “El Decrecimiento, ¿una utopía?”, Serge Latouche plantea que:
a) El decrecimiento es una teoría integral que se contrapone a la del crecimiento.
b) El decrecimiento es más bien un slogan provocador, que permite llamar la
atención sobre la absurda pretensión de crecer ilimitadamente en un planeta
finito.
c) El decrecimiento es necesario en todos los países.
d) El P.I.B puede ser corregido para convertirse en un indicador adecuado de
sustentabilidad.

10.- La Economía Ecológica concibe a la economía:


a) Como un subsistema de la biósfera
b) Como un sistema paralelo e independiente a la biósfera
c) Como un sistema paralelo, pero mutuamente dependiente con la biósfera
d) Como un sistema independiente, que se rige por leyes propias, distintas de las
leyes de la ecología.

11.- El “Sumak Kausay” es un concepto:


a) Kichwa, equivalente a “desarrollo”
b) Kichwa, más amplio que “desarrollo” y que significa “Buen Vivir”
c) Propio de la lengua Kuna, y que es distinto, aunque complementario con el de
“desarrollo”
d) Kichwa, que significa “Buen Vivir”, contrapuesto a “desarrollo”, pues excluye la
dominación sobre la naturaleza.
Actividades Complementarias Sugeridas

1.- Para poder calcular tu propia “huella ecológica” (simula ser


norteamericano medio ante la falta de más opciones), visita:
http://www.earthday.net/footprint/flash.html
2.- Para dimensionar el impacto de tus actividades en la “emisión de gases
de efecto invernadero”, entra a:
http://www.ceroco2.org/calcular/Default.aspx

Bibliografía Básica:

• DALY, HERMAN; COOB. J (1993) Para el Bien Común: Reorientando la


economía hacia la comunidad, el ambiente y un futuro sostenible. Fondo de
Cultura Económica, México D.F, 1993.
• MARTINEZ ALIER, JOAN, (1998), Curso de Economía Ecológica, PNUMA,
México, Segunda Edición Revisada.
http://www.ambiente.gov.ar/infotecaea/descargas/martinez-alier02.pdf
• SACHS, WOLFANG (EDITOR), (1992) Diccionario del Desarrollo,
http://www.ivanillich.org.mx/Lidicc.htm
Bibliografía Complementaria:

• AFANÁSIEV, V; MAKARÓVA, M; MINÁEV, L. (1970) Fundamentos del


Socialismo Científico, Editorial Progreso, Moscú, 1970.
• BOISIER, S. (2001), “Desarrollo (local): ¿de qué estamos hablando?”, en
Estudios Sociales, N° 103, Santiago. Publicado también en
Transformaciones globales, instituciones y políticas de desarrollo local, A.
Vázquez Barquero y O. Madoery (comps.), Buenos Aires, Homosapiens
Ediciones, 2001.
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