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CANCIN SECRETA - Osiris Rodrguez Castillo

Le vi desnudar su cobre para jugar en el agua,


por los sbitos rumores parejeros de una rama.
Yo estaba solito y solo, sentado en una barranca,
mirando el chisporroteo de un cardumen de mojarras,
y era una tarde de esto por el huerto de los tala,
el aire rodaba dulce, como miel de lechiguana,
su fina piel de guayabo, hilos de soles andaba,
de las caricias del ro al abrazo de la playa,
y el churruinche prisionero de mis sienes palpitaba,
palpitaba y... y ella abra su risa, como una jaula.
Se los dije sin los ojos... se lo dije con palabras,
se lo dije con palabras que iban muriendo en el ro,
como frases deshojadas, como ptalos mordidos,
como migas de esperanza.
Nos quisimos... en la ardiente medialuna de la playa,
me obsequi una flor de ceibo, pero la dej olvidada,
recorrimos el cario desde el cobre, hasta la plata,
y hasta el pago de los grillos por un trillo de chicharras...
Y se march con la luna, la luna vino a buscarla,
por los senderos del monte, con mucho miedo en la cara.
Nos vimos de tarde en tarde, mientras campeaba a sus vacas,
visitbamos el trbol, los maizales y las parvas,
y una tarde nos cubrieron los hinojos
que levantan sus sombrillas amarillas, como nias empinadas.
Y despus... fue en el invierno, una tarde fra y clara,
como las gotas de lluvia que se escurren por los talas,
me dijo palabras tristes parecidas a las lgrimas,
y yo... cosas parecidas a pauelos contestaba,
pero todo fue de balde, la suerte ya estaba echada,
y hubo de romper las horas, como se rompen las cartas
cuando me dijo su adis... me desgaj sin palabras,

grit el lucero, angustiado de verme solo en la playa,


y creo que fue esa tarde que yo encontr mi guitarra...

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