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La guerra del porro

EL CONSUMO DE HACHÍS SE EXTIENDE ENTRE LA ALARMA DE LOS PODERES PÚBLICOS, LA COMPRENSIÓN SOCIAL Y LOS AVANCES CIENTÍFICOS
ALBERTO GAYO
Son las drogas ilegales más accesibles y consumidas en España: casi
tres millones de jóvenes entre 15 y 28 años han probado la l lugar elegido fue un hotel

E
marihuana y el hachís; 600.000 fuman porros habitualmente y más de Madrid. Los protago-
nistas: el director de la
de 350.000 lo hacen con una frecuencia diaria. Mientras las Agencia Antidroga, un
autoridades demonizan el cannabis y los grupos pro-legalización llevan profesor de bioquímica de
la Universidad Compluten-
su guerra hasta el Defensor del Pueblo, los científicos comienzan a se, un grupo de periodistas y varios
integrantes de la Asociación Ma-
aclarar los enigmas de la ‘maría’, la madre de todas las batallas. drileña de Estudios del Cannabis.
Lo que el pasado 19 de febrero co-
menzó como una rueda de prensa
para anunciar unas jornadas de re-
flexión sobre el cannabis, a cargo
de bioquímicos, farmacólogos,
psiquiatras y psicólogos, derivó en
un rifirrafe dialéctico que sacó los
colores a todos y puso sobre la me-
sa un debate que nadie se atreve a
abrir sobre la sustancia ilícita más
consumida en España. vatorio Europeo de las Toxicoma-
LA FRANJA ENTRE LOS decada cien jóvenes españoles en-
A pesar de que hay cierta norma- nías y el Observatorio Español so- tre 19 y 28 años han fumado po-
lización y permisividad social, las bre Drogas se han desgañitado 15 Y LOS 18 AÑOS ES rros alguna vez, lo que equival-
posturas se han extremado. Por ante el aumento del consumo de dría a más de 2.300.000 españo-
eso, 1999 va a ser un año caliente. marihuana (planta del cannabis) y LA QUE MÁS PREOCUPA les. En esas edades, más de
La Junta de Fiscalización de Estu- de hachís (resina de esa planta). 590.000 consumen drogas habi-
AL GOBIERNO: CASI

▲
pefacientes de la ONU, el Obser- Las encuestas no dejan dudas: 36 tualmente, y del total de la pobla-

MEDIO MILLÓN DE
MENORES HAN PROBADO
EL CANNABIS

16 interviú interviú 17
016-019 Hachis 6-3-1999 02:33
‘Goma’, ‘polen’,
‘aceite’...
¿Alguien da más?
L
as organizaciones que ma-
nejan el hachís de Marrue-
cos introducen en España la
mayoría de las variedades prepa-
radas en las montañas norteafri-
canas. Entre ellas, la denominada
goma o henna, de muy mala cali-
dad y elaborada con el sobrante
de la planta del cannabis y mez-
clado con excrementos de anima-
les, miel, leche condensada, tie-
rra o cualquier otro desecho ve-
getal; el polen, resina más clara y
fácil de deshacer muchas veces
en forma de polvo; el aceite, resi-
na concentrada en forma líquida
que contiene la mayor proporción
de THC (tetrahidrocannabinol); y
el costo común, que tiene una ca-
lidad media y es el más comercia-
lizado. Su presentación varía des-
de los huevos culeros (tienen for-
ma oval y se alojan en el intesti-
no) hasta las pastillas como el
jabón, o las planchas comprimi-
das. En cuanto a la marihuana, su
presentación básica son los co-
gollos, las flores mezcladas con
hojas y tallitos triturados.
18 interviú
Página 18
PABLO VAZQUEZ
PABLO VAZQUEZ
El biólogo Manuel Guzmán
y su equipo (izquierda), y
los bioquímicos Javier
Fernández y José Ramos
(derecha) investigan las
propiedades curativas del
cannabis. Arriba, una
anciana con glaucoma
fuma marihuana. A su
lado, prescripción de
cannabis para el reúma.
Distintas formas de
prensar y preparar el hachís
para su traslado a la
Península desde Marruecos.
PABLO VAZQUEZ
LAS ÚLTIMAS INVESTIGACIONES SOBRE EL CANNA BIS SE CENTRAN EN SUS EFECTOS ANTITUMORALES Y EN EL TRATAMIENTO DE LA ESCLEROSIS
▲
ción española, más de 350.000
ciudadanos fuman con una fre-
cuencia diaria la maría o el hachís.
La precaución de los encuestados
al hablar de este asunto hace pen-
sar a los responsables guberna-
mentales que las cifras de las con-
sultas periódicas estarían por de-
bajo del número real de consumi-
dores, pero sí les sirven para
medir la temperatura social.
Es en la franja entre 15 y 18 años
donde el Gobierno muestra sus
mayores temores: el 20 por ciento
lo ha probado, es decir 476.000
menores de edad. Se ha instalado
una nueva cultura del chocolate,
basada en consumir de viernes a
domingo grandes cantidades de
alcohol, porros y drogas sintéti-
cas, manteniendo durante el resto
de la semana una integración so-
cial fuera de toda sospecha. “El
peligro –explica Javier Hernández,
portavoz del Plan Nacional sobre
Drogas (PND)– es que cada vez
hay menos consumidores exclusi-
vos de hachís. La trilogía alcohol-
pastillas-cannabis es la combina-
ción explosiva, un rito de chicos
normales en el contexto de la di-
versión del fin de semana”.
Es a los 16 años cuando el chaval
España y Holanda
son los principales
puntos de entrada
de hachís, desde
donde se distribuye
al resto de Europa.
d e Ni g e i c a n a s
ri a
a s af r
(r u t
suele entrar en contacto con el ha-
chís (más de la mitad de los jóve-
nes sabe dónde obtenerlo) y su
precio es el mejor indicativo de la
gran cantidad de chocolate que cir-
cula por España. Desde 1995, el
kilogramo de hachís apenas se ha
movido de las 250.000 pesetas.
En recintos cerrados
Curiosamente, en los últimos años
han comenzado a detectarse culti-
vos de cannabis en recintos cerra-
dos, especialmente en Holanda y
Reino Unido. Esta marihuana sería
luego distribuida a otros países. En
España, según las fuentes consul-
tadas por esta revista, existen pe-
queñas plantaciones a lo largo de
toda la geografía dedicadas casi en
exclusiva al autoconsumo por sus
propietarios. Para la ONU, este
cultivo ha sido propiciado por “el
comercio abierto de variedades
de semillas de cannabis con alto
contenido de THC”. Son las deno-
minadas sinsemillas, que están
compuestas enteramente por plan-
tas hembras. En el Reino Unido,
las incautaciones de maría sem-
brada en recintos cerrados se han
duplicado y la ONU sospecha que
organizaciones delictivas pueden
Fuentes no
europeas de
REINO las que procede
el cannabis incautado
UNIDO
en Europa.
Cultivo en
( r u t a a m e r ic a n a) HOLANDA estado silvestre.
d e C o l o m bia
Cultivo en
recintos cerrados.
de Asia y O
r cuatro años: 250.000 pesetas
(ruta de los B iente
alca
Galicia nes Próx
)
) im
ESPAÑA
arruecos
Hachís decomisado España
os (en miles de kilos)
Holanda
de M
ec
Andalucía 500
rru
410.550
Ma
400 332.086
de
286.938
El hachís llega de Marruecos 300 247.745
por mar, utilizando las 197.024
embarcaciones del
200
contrabando, de las redes 99.747
de inmigrantes y de las líneas 100 70.000
regulares; por tierra, en
autocaravanas, turismos 0 de hachís que circula
o camiones; y por vía aérea. 1995 1996 1997 1998
haber tomado el control de algu- más complicado establecer un
nas de estas plantaciones. censo exacto de consumidores y de
El hachís llega a territorio español cantidades que se consumen”.
por tierra, mar y aire. Sólo en Hay dos conclusiones que saca el
1998, 410.550 kilos de chocolate
fueron decomisados por las Fuer-
zas de Seguridad, lo que según
apreciaciones del PND supone
Respuesta marroquí
aproximadamente un 30 por cien-
to del total que se mueve. Estaría-
a interviú
L
mos hablando de que 957.950 ki- as autoridades marroquíes
los pasaron por nuestro territorio no tienen buena mano para
el pasado año sin ser localizados. la diplomacia... A finales de
Algo más de la mitad iría a terce- febrero, su ministro Filali decidió
ros países y el resto se quedaría cancelar un seminario sobre la
para consumo interno. Sin embar- transición española previsto para
go, fuentes de la Guardia Civil el 11 de marzo en Rabat con la
confirmaron a interviú que ha- presencia de Abel Matutes. Aun-
blar de que se intercepta un 30 por que Marruecos ha hablado de
ciento del cannabis es “una autén- “compromisos ineludibles” de Fi-
tica ensoñación. En la heroína se lali, fuentes diplomáticas apunta-
sabe que los decomisos sólo son el ron que la razón es el reportaje
uno por ciento de la droga que publicado en interviú en el que
circula, ya que los heroinómanos se desvelaban documentos del
dejan más huellas: acaban en el Cesid sobre el incremento de la
hospital, faltan al trabajo, entran exportación de hachís. Los servi-
en un tratamiento, sufren alguna cios secretos advertían que el
enfermedad... En el caso del ha- rey Hassan había levantado el
chís pocas cifras reales pueden teórico cerco sobre la producción
aportarse, porque el fumador de de hachís con la intención de
porros no crea conflictos sociales, presionar a la UE.
no es un drogodependiente y hace
su vida normal; de ahí que sea
La ruta del ‘chocolate’ en Europa
RUSIA
UCRANIA
o El 36% de los jóvenes
Es un 30% del total
por nuestro país.
Gobierno en su último observato-
rio que hacen entender un cambio
en la apreciación social de estas
sustancias. Los ciudadanos perci-
ben el alcohol, el tabaco y el can-
nabis como drogas “menos peli-
grosas”, y “se está reduciendo
progresivamente la sensación de
alarma asociada al consumo de
drogas ilícitas”. En cuanto a la le-
galización del cannabis, 26 de ca-
da cien españoles estaría a favor,
según el Plan sobre Drogas.
Una norma conflictiva
Esta cierta normalización social
ha puesto en pie a los grupos de
consumidores y los colectivos
pro-legalización. Proliferan tien-
das y publicaciones especializadas
en el cannabis, foros y festivales
que reivindican el derecho a con-
sumir libremente estas sustancias.
Una “estrategia intencionada”,
según Gonzalo Robles, delegado
del Plan sobre Drogas, para con-
fundir a la sociedad.
Uno de los aspectos en donde más
van a incidir las asociaciones par-
tidarias de despenalizar los deriva-
dos del cannabis será el artículo
25 de la conocida como ley Cor-
cuera, que considera como infrac-
El precio del kilo de hachís se
ha estabilizado en los últimos
(650 pts/gramo).
españoles entre 19 y 28 años lo
ha probado y el 9% lo consume
habitualmente.
En la Unión Europea, donde es
la droga ilegal más consumida,
hasta un 20% de los jóvenes la
ha tomado en los últimos 12
meses.
El cannabis y sus derivados
(hachís, aceite...) es la
sustancia ilícita más accesible
(más de la mitad de los jóvenes
sabe dónde obtenerla) y la más
consumida en España.
ción grave para la seguridad ciu-
dadana (penada con multas entre
50.000 y 5 millones de pesetas) el
consumo de drogas en vías públi-
cas o establecimientos, así como
la tenencia ilícita aunque no estu-
viera destinada al tráfico.
Esta ley se promulgó a principios
de los 90 para hacer frente a la in-
seguridad derivada, sobre todo,
del consumo de heroína (tirones,
robos, jeringuillas por las ca-
lles...), pero en los últimos años se
está aplicando casi exclusivamen-
te a los consumidores de hachís.
En 1997, se produjeron en virtud
del artículo 25 un total de 47.199
sanciones administrativas, de las
que más de un 90 por ciento afec-
taron a consumidores de deriva-
dos del cannabis, según fuentes de
la Coordinadora Estatal de Aso-
ciaciones Cannábicas.
Gaspar Fraga, director de Cáña-
mo, revista mensual con una tira-
da que supera los 30.000 ejempla-
res, sostiene que se está haciendo
una aplicación “arbitraria” de la
ley porque la inseguridad ciudada-
na que crea el que fuma porros
“es nula. Que alguien lleve una
china de hachís en el bolsillo, que
▲
alguien tire un porro al suelo o in-
interviú 19
020-022 Hachis 6-3-1999 02:37 Página 20

Consumidores

▲
cluso que alguien esté fumando un El propio Plan sobre Drogas ase- Asamblea de Madrid, va más lejos (50.000 pesetas), el Estado estaría En medio de los dos bandos se en-

que dan la cara ‘canuto’ no creo que provoque

una sensación de inseguridad en
los ciudadanos”, explica Fraga.
o son rockeros en
guró, para justificar su preocupa-
ción por el consumo de cannabis,
que nueve de cada cien entradas
y mantiene que el Gobierno, con
estas sanciones, ha encontrado
“una nueva fuente de ingresos, sin
recaudando más de 2.000 millo-
nes de pesetas anuales. “Es in-
comprensible –comenta Iñaki,
cuentra la comunidad científica,
que reclama ahora “llamar a cada
cosa por su nombre. Condenar el

N
La Coordinadora, en un intento de a centros de tratamiento de de- generar puestos de trabajo y sin presidente de la Asociación Ma- cannabis o legalizarlo no es nues-
busca de inspira- que el Parlamento derogue la Ley sintoxicación son de consumido- pasar por Hacienda”. Si multipli- drileña de Estudios del Cannabis– tra función”, expone José A. Ra-
ción, hechiceros a Corcuera, ha solicitado a los con- res de hachís o marihuana, mien- camos las más de 47.000 multas que se pueda uno llevar a casa to- mos, profesor de Bioquímica Mo-
la caza de sensaciones sumidores que hayan sido sancio- tras que las asociaciones que lu- por la cantidad mínima impuesta do el whisky que quiera, y a mí si lecular de la Facultad de Medicina
psicotrópicas, artistas nados que envíen al Defensor del chan contra la penalización sos- me pillan un porro esté infringien- de la Complutense. Junto a otros
que van de vuelta o col- Pueblo una queja por la “arbitra- pechan que todos son jóvenes El ‘Niño Cañamón’ atiende do la ley. Me gustaría decirle a 16 expertos presentará en breve la
gados que deambulan riedad” en su aplicación y por la sancionados que quieren evitar el una de las tiendas que Corcuera que gracias a su ley yo primera gran reflexión sobre el
proliferan en España que
PABLO VAZQUEZ

sin rumbo. Muchos de “victimización” que supone para pago de la multa y que cuando no puedo ir con mi ‘china’ tran- cannabis y la denominada Decla-
los aficionados a fumar los multados. “Muchos chavales salen vuelven a fumar. venden publicaciones quilo y él puede ponerse morado ración de Madrid. interviú ha
sobre el cannabis y

porros pasan inadverti-
dos en su hábito.
“No tengo interés en de-
fender las bondades o
maldades del hachís. Es
más, estoy en contra de
la propaganda de cual-
quier droga, legal o ile-
gal. Sólo defiendo mi de-
recho a elegir lo que
quiero consumir”. Quien
así se expresa es Nino
Olmeda, periodista ma-
drileño. Este cronista
parlamentario también
reclama un consumo res-
ponsable: “Es importante
educar para la salud,
que todos los chavales
sepan qué son las dro-
gas, legales o ilegales,
para qué sirven, cuáles
son sus efectos...”. Firme
hay gente que no acepta
el alcohol”. José Ramón
sólo habla de su caso y
sostiene que “los porros
nunca han sido un tram-
polín para otras drogas”.
Jaume Torres vive en
Barcelona, es licenciado
en Derecho y tiene 47
años. Como consumidor
no cesa de repetir “que
nos dejen en paz. Yo fu-
mo porque me tranquiliza
y me hace sentir más a
gusto, no hay que darle
más vueltas”. Y acusa a
los distintos poderes de
intentar vender la imagen
de que el fumeta es un
“hippy trasnochado o un
futuro yonqui. Ellos sa-
Nino Olmeda,
periodista, dice
que es la sociedad
quien ha otorgado
la legalidad a la
sustancia “porque
somos millones
los que fumamos”.
guntan que les lleva a be-
ber... es muy fácil echarle
la culpa al porro”. Esa vi-
sión fantasmagórica del
canuto también es recha-
zada por Oriol Romaní,
antropólogo en la Univer-
sidad de Tarragona: “El
cannabis ya no es cosa
de cuatro locos, hay mu-
cha gente que lo utiliza
hace tiempo, y ahora se
En determinadas condi-
ciones puede provocar-
me apetito, sueño, y
otras veces hace que me
ría mucho”. Este parla-
mentario en la Asamblea
de Madrid defenderá en
breve una proposición no
de ley para que la comu-
nidad científica española
pueda realizar mayores
avances sobre el uso del
cannabis con fines tera-
péuticos.
Todos los entrevistados
hubieran preferido no ha-
blar sobre sí mismos y el
cannabis. El salir del ar-
mario como fórmula para
denunciar una situación
legal que a ningún con-
▲
tienen problemas con sus padres Carlos Paíno, diputado de IU en la con su bota de vino en el fútbol”. podido saber que de los trabajos
cuando no pueden hacer frente al semillas para cultivarlo.
pago de 50.000 pesetas. Aún sa-
biendo que no existe toxicidad en
el cannabis, muchos deciden acu-
dir durante seis meses a un centro
de desintoxicación para que me-
diante análisis de orina certifi-
quen que ha dejado los porros y
así evitar el pago de la multa”.
Excesiva severidad
“Los problemas de seguridad ciu-
dadana y los traumas se producen
cuando te sorprenden en tu coche
haciendo un ‘canuto’ y te llega
una carta certificada acusándote
de ser un infractor drogadicto”,
asegura el abogado barcelonés
Jaume Torres. Algunos profesio- El cultivo en interior
nales sanitarios han empezado a se está extendiendo
mostrar sus críticas por tener que en muchos hogares
certificar desintoxicaciones, como españoles. Bastan

partidario de la legaliza-
ción del hachís, Olmeda
entiende que es el ámbi-
to social quien ya ha
otorgado esa legalidad
“porque somos millones
los que fumamos”.
José Ramón L. B., un tra-
bajador que se dedica a
la insonorización de loca-
les, tiene 38 años. A los
16 comenzó a fumar ca-
nutos y ahora sólo con-
sume marihuana. Según
ben que es mentira”.
Cuando lee que el uso de
cannabis puede llevar a
la persona a sufrir un sín-
drome amotivacional (pa-
sotismo, ausencia de pla-
nes de futuro...), Jaume
se pregunta si esa falta
de motivación no se de-
berá a la situación a la
que se ve abocado
cierto sector de la
juventud. “Por
qué no hablan
del paro, por
percibe una normaliza-
ción social con la que no
es congruente la política
gubernamental”. A sus
48 años, Oriol apenas
consume cannabis:
“Siempre ha sido esporá-
dico, con un uso social
destinado a estar bien
con la gente”.
Carlos Paíno consume
ocasionalmente
en su tiempo libre.
Este diputado di-
ce que “ no es
sumidor satisface les pa-
rece absurdo. “¿O es que
no sería igual de absurdo
que apareciesen en una
revista los consumidores
de whisky Dyc?”.
PABLO VAZQUEZ
si el que ha sido cacheado y le han buenas semillas,
encontrado un porro fuese heroi- fertilizantes
nómano o politoxicómano. y luz especial.
ASOCIACIONES PRO-LEGALI ZACIÓN LLEVARÁN LA ‘LEY CORCUERA’ AL DEFENSOR DEL PUEBLO POR LAS MULTAS “ARBITRARIAS”
“Telesemilla, 175 florines (poco más de
13.000 pesetas). Semillas
un activo globo cerebral”. La
venta es por correo o trans-
dígame” africanas, suramericanas y
asiáticas aparecen en este
ferencia bancaria por ade-
lantado, sólo en Europa, y
muestrario cibernético, así los precios varían entre
sta purasangre índica

reconoce, su consumo
ha ido por épocas. “Lo
que busco es un fin lúdi-
co y siempre sin abusar.
E
como lámparas, fertilizantes 3.500 y 10.000 pesetas las
qué no pre- bueno ni malo. hace que te pongas de y todo tipo de literatura sobre diez semillas. En España
rodillas suplicando más. el cannabis. han comenzado a proliferar
De esta severa dominante Todas estas empresas, la tiendas que venden todo el
PABLO VAZQUEZ

Me gusta con mis amigos dama sale resina pegadiza
en casa o en el bar. Hay con aroma de almizcle, que
gente a la que no le sien- ejerce una gran atracción so-
ta bien y lo comprendo, bre la mayoría de los hom-
igual que entiendo que bres”. No, no es un anuncio
en la sección de contactos
de un periódico. Es la Black
El diputado de IU en la Asamblea Domina, una de las semillas
de Madrid Carlos Paíno (izquierda) de cannabis que vende, vía
critica al Gobierno por sancionar a Internet, el histórico The
los consumidores de cannabis: Sensi Seed Bank, uno de los
“Sólo buscan recaudar más”. exportadores holandeses
Arriba, José Ramón, un trabajador más importantes. Quince se-
que consume en su tiempo libre. millas de esta planta cuestan
mayoría con sede en Holan-
da, hacen una expresa ad-
vertencia a sus clientes: no
se permite la distribución en
países donde las semillas
están prohibidas por ley, co-
mo Estados Unidos, Cana-
dá, Australia y Francia.
Como cualquier firma con
marcas registradas, este
banco cannábico pide a sus
compradores que rechacen
imitaciones. Tanto The Sen-
si Seed Bank como Dutch
Passion Seed Company
ofrecen su información en
inglés y en español y no só-
lo a través de la red infor-
mática. En Madrid puede
encontrarse un catálogo im-
preso de semillas del cáña-
mo. En el de 1998, se des-
criben sus efectos y no tie-
nen problemas en afirmar
que la Amstel Gold “es de
poca humareda, con aroma
a limón y un alto porcentaje
de globo (high)” ; o que la
Original Blue Velvet produce
aroma dulce, “provocando
instrumental para la siembra
de la marihuana. En un pue-
blo de Madrid, una anciana,
a la que los tranquilizantes
no le hacían nada, decidió
por consejo de un psiquiatra
empezar a tomar infusiones
de cannabis, aun sabiendo
que los efectos eran nulos.
“Nos buscó y le hicimos una
instalación. El placebo hizo
efecto”, reconoce José Ra-
món, uno de los que le ayu-
dó a montar su huerta.

interviú 21
020-022 Hachis 6-3-1999 02:37 Página 22
Ida y vuelta
Como humo
de tabaco
L
a droga, como toda costumbre
social, aunque sea tan insalu-
bre, participa de pautas asocia-
das íntimamente al fenómeno de la
moda. En los felices 60, aquellos
años de patillas excesivas, pelos lar-
gos y pantalones de campana, los
estudiantes universitarios probaban
el hachís inhalando el humo en un ri-
to iniciático y colectivo en el que se
mezclaban a partir iguales el temor y
el deseo de transgresión. Los porros
fueron popularizándose y alcanza-
ron su apogeo en la década de los
▲
70 cuando algunos conciertos musi-
cales se asemejaban a un fumadero
de grifa entre los mareantes y dulzo-
nes vapores del humo y el inefable
pachulí, tan en boga entonces. Creí-
mos que en este fin de siglo que nos
ha tocado vivir la cosa cambiaría ra-
dicalmente y que la cultura de la vida
sana arrasaría con el exceso de co-
pas y los canutos, pero nos equivo-
camos y a los litros de alcohol con-
sumidos cada fin de semana en mi-
les de garitos hay que unir también
la extendida costumbre de liarse un
petardo de cannabis o derivados en
medio de la permisividad social.
Treinta y seis de cada cien jóvenes
reconocen haber probado esta dro-
ga y la mayoría no la juzga más da-
ñina que otras sustancias legales,
como el alcohol y el tabaco. Catálo-
gos variados y la red de redes confi-
gurada en Internet permiten a los
usuarios aficionados cultivar en la
tranquilidad del domicilio sus propias
macetas de maría como ocurría en
algunas películas de Almodóvar, así
que aquí el que no se coloca es por-
que no quiere. La realidad, nos gus-
te o no, es la que es. La moda de los
porros ha vuelto por sus fueros
mientras las pastillas de drogas de
síntesis corren cada noche de vier-
nes y sábado por muchas barras de
copas del país. El panorama, desde
luego, no es muy alentador aunque
algunos quieran destacar que así
no se consumen
otras sustancias
más fuertes y leta-
les. Un consuelo,
por otra parte, tan
pírrico como poco
esperanzador.
ANTONIO
SAN JOSÉ
22 interviú
preliminares pueden extraerse va-
rias conclusiones: las investigacio-
nes sobre ratas y ratones no son
extrapolables a los humanos, es
necesaria una experimentación
clínica con humanos (autorizada
ya en Estados Unidos y el Reino
Unido para determinadas enfer-
medades); en un número ínfimo
de casos el uso exclusivo de can-
nabis ha sido la causa de acciden-
tes; su toxicidad es baja en rela-
ción con el tabaco, el alcohol y las
drogas duras; el uso terapéutico
de los cannabinoides podría ayu-
dar a quienes padecen glaucoma,
asma bronquial, epilepsia, cáncer
y sida y anorexia; no existe síndro-
me de abstinencia brusco, su con-
sumo produce alteraciones de la
percepción y el abuso podría po-
dría provocar daños.
Manuel Guzmán, un joven profe-
sor de Biología Molecular de la
LA NORMALIZACIÓN SOCIAL DEL CANNABIS ES UNA “ESTRATEGIA”
PARA CONFUNDIR, SEGÚN GONZALO ROBLES, DELEGADO DEL PND
Complutense, y su equipo llevan
dos años investigando el poder an-
titumoral de los cannabinoides.
Sus trabajos parten de que los can-
nabinoides exógenos (el conocido
por Delta 9 THC, que contiene la
planta) tienen su equivalente quí-
mico en nuestro organismo en los
cannabinoides endógenos (anan-
damidas), sustancias que desem-
peñan funciones importantes en el
desarrollo del sistema nervioso, el
control del dolor y la modulación
de la respuesta inmune. Sus estu-
dios en el sistema nervioso han
demostrado que el THC pueden
detener el crecimiento e inducir a
la muerte de las células tumorales,
sin afectar a las células sanas. “La
única aplicación legal por ahora
–explica Guzmán– es como inhibi-
dor del vómito y aumento del ape-
tito en enfermos de cáncer o sida
tratados con quimioterapia, y en
Estados Unidos trabajan su uso
como analgésico no sólo en el sis-
tema central (cerebro) como en el
sistema periférico (terminaciones
nerviosas en la piel)”.
Aunque se encuentra en una pri-
mera fase, el profesor de Bioquí-
mica Javier Fernández Ruiz espe-
ra que los cannabinoides también
puedan utilizarse en el tratamiento
del hunting ton, un poco conocido
trastorno del movimiento. “En la
esclerosis múltiple, donde se utili-
zan relajantes que producen efec-
tos secundarios, se trabaja en el
uso de cannabinoides que podrían
atenuar los espasmos y el dolor,
pero los datos se han obtenido en
un número muy limitado de pa-
cientes y también con efectos ad-
versos”, indica este bioquímico
que trabaja codo con codo con el
profesor José A. Ramos. Es en el
glaucoma (incremento de presión
ocular) donde se ha observado que
el THC puede facilitar el flujo de
fluidos oculares.
“Todos dicen tonterías”
“Los dos bandos dicen tonterías.
En la ‘biblia’ de Escohotado hay
datos falsos. Y a la inversa, no se
puede seguir manteniendo desde
algunas instituciones que el can-
nabis es una droga tan mala como
los opiáceos. A un chaval le puede
conducir a tomar cannabis y que
a corto plazo no tenga efectos ne-
En 1998 se
decomisaron más
de 400.000 kilos de
hachís. El Plan
sobre Drogas que
dirige Gonzalo
Robles (abajo)
hace hincapié en la
prevención ante el
elevado consumo.
gativos y piense que los distintos
poderes le han estado engañando
y haga lo mismo con otras drogas
peores”, recalca Ramos.
“No hay correlación. La ciencia
necesita conocer para qué sirven
los cannabinoides endógenos y
los efectos terapéuticos de una
droga ilegal como el cannabis, so-
bre todo porque drogas legales
como el alcohol o el tabaco no tie-
nen ningún efecto terapéutico”,
concluye Guzmán, quien solicita
un debate sin miedos, “sin tratar
a los ciudadanos como borregos.
Es curioso, no se corresponde el
estigma de droga nociva otorgado
por los poderes públicos con la to-
lerancia social”.
El cannabis, utilizado desde hace
más de 4.000 años, vuelve a estar
en el punto de mira y los científi-
cos españoles quieren tener todos
los datos necesarios para aportar
luz en una batalla de la que todos
saldrían beneficiados: los consu-
midores, que podrían practicar un
consumo responsable; las perso-
nas afectadas por determinadas
enfermedades, que lo utilizarían; y
los poderes públicos, que sabrían
cómo enfocar su política sin pre-
juicios ni tapujos.