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San Lorenzo, un santo para nuestro ao de la Misericordia.

Nuestra Parroquia se viste de alegra en estas fiestas patronales de San


Lorenzo, especialmente en el ao de la Misericordia, cuando el Papa
Francisco invita a anteponer la misericordia al juicio. Recordar y venerar
a nuestro Patrono, quien en vida practic las obras de misericordia, se
convierte en ejemplo de vida para nuestro tiempo.
Lorenzo nace en la casa que sus nobles padres que tenan en Huesca Espaa por los aos 220 y desde nio se mostr muy inteligente, dice San
Vicente Ferrer. Vivi santamente, fue elegido como dicono y se entreg al
servicio del Papa y de los pobres. Su glorioso martirio fue en el ao 261.
San Lorenzo estando en Roma asisti y socorri a los pobres de Cristo,
visit a los enfermos, consol a los afligidos, fortaleci a los cristianos,
predic la palabra divina y administr los sacramentos. El hombre que busca
llevar una vida justa, santa y al servicio de los dems siempre ser
perseguido.
Un da, a Lorenzo le pidieron entregar todas las riquezas de la Iglesia y el
santo dijo; la riqueza de la Iglesia son los pobres, aquel tirano al escuchar
sta mxima y sin saber ms que hacer con el santo, le conden a pasar por
diez tormentos y ltimo de ellos fue quemarle vivo en la hoguera. As,
Lorenzo don su vida, siendo fiel al proyecto de Jess. La parrilla que est
junto a l en los retratos, es smbolo de su fatal muerte, pero, tambin de
su gloriosa manifestacin de fe a Dios.
La tradicin cuenta que estando Lorenzo an en la hoguera tuvo valor de
increpar al tirano, dicindole: Mira, ya has asado un costado; dale la vuelta
y cmetelo: El asado est pronto, luego grit: Gracias Seor Jesucristo,
porque he merecido franquear las puertas de tu reino.
Es una vida extraordinaria de San Lorenzo, sin duda, pero no es inalcanzable
para quien siente gran amor Dios y es capaz de amar al prjimo sin importar
su condicin. La hipocresa y la mediocridad son caractersticas en quienes
dejan de practicar las obras de misericordia, pues <<la fe sin obras es
muerta>> (St. 2, 17).

Nuestro pueblo tiene sus frutos de fe; sacerdotes, seminaristas y fieles


que han nacido en nuestro pueblo y han donado su vida por los ms
abandonados, entre ellos el Reverendo padre Pedro Pablo Carbo (1825-1931)
rector del seminario de Guayaquil por varios aos, y otros ms que viven y
murieron en el anonimato.
Rider Rovalino Macas C.Ss.R
Dicono

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