Lucho Puiggrs era un tipo difcil de tratar y, claro, de convencer.
Obsesivo e insistente, era
profundamente crtico del periodismo argentino y de aquellos quienes desde ac le rendan ciega pleitesa a todo lo que estuviera pintado de albiceleste. No obstante, siempre me pareci que detrs de su desaforado amor por el ftbol, de su terquedad a prueba de balas, haba un hombre bien intencionado, que odiaba la informalidad del torneo local, su chatura desesperante y que, a su manera, quera que las cosas cambien. Para bien. Nos vemos, Lucho.