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Ética para Amador

Capítulo II
Órdenes, costumbres y caprichos
En la vida hay cosas que convienen y otras que no. Aunque no podamos elegir las que
nos pasan, sí podemos elegir qué hacer frente a lo que nos pasa. A veces elegimos la
opción que menos preferimos por las circunstancias.
La mayoría de nuestros actos los realizamos de forma automática sin pensar en ello,
siendo a veces lo más cómodo y eficaz.
Con la historia del capitán del barco y el repaso de las actividades cotidianas del hijo, el
autor define:
• Motivo: razón que se tiene o se cree tener para realizar algo.
• Órdenes: reacción impuesta ante unos motivos.
• Costumbres: juego de motivos que se realizan sin pensar o habituales alrededor
de uno mismo.
• Caprichos: motivos por ausencia de motivos.
• Motivos funcionales: motivos que se realizan como instrumento directo para
conseguir algo.
Cada uno de ellos inclina la conducta y tienen diferente fuerza y peso.
Las órdenes y las costumbres vienen de fuera y los caprichos salen del interior.
Hay momentos tormentosos en que una persona sana sólo le queda una línea de
conducta para resolver un problema: la más racional en esas circunstancias y ante esa
situación.

Capítulo VI
Aparece Pepito Grillo
Se define imbécil como el que cojea de ánimo, de espíritu debilucho y cojitranco.
Clases:
• El que cree que no quiere nada.
• El que cree que lo quiere todo.
• El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo.
• El que sabe qué quiere y sabe lo que quiere con poca fuerza.
• El que quiere con fuerza y ferocidad pero engañado a sí mismo sobre lo que es
la realidad.
Todos lo imbéciles nunca logran vivir la buena vida. Para evitar la imbecilidad hay que
esforzarse por aprender.
Lo contrario de ser moralmente imbécil es tener conciencia.
Para tener conciencia son necesarias unas mínimas cualidades innatas y el resto es
atención y esfuerzo personal. Los rasgos de la conciencia son:
• Saber que no todo da igual.
• Estar dispuestos a fijarnos.
• Ir desarrollando el buen gusto moral.
• Ser responsables de las consecuencias de nuestros actos.
Hay que evitar el mal porque no te deja vivir la buena vida, hay que ser egoísta sin ser
imbécil, hay que querer lo mejor para uno mismo.
Si uno obra mal, aunque nadie tome represalias contra él, lo lamenta por haberse
estropeado por dentro, por remordimiento. Los remordimientos vienen de nuestra
libertad y son el descontento que sentimos con nosotros mismos por haber empleado
mal la libertad. Hay que ser responsable de nuestros actos y no buscar justificaciones.

Definir términos:

• Amistad: forma de comunicarse entre los seres humanos, es decir, forma de


relacionarse las personas.
• Bienestar: ser y sentirse ser humano para vivir humanamente la buena vida.
• Comunidad: todas las personas viven juntas. Nadie vive aislado y ésta es la
base de la preocupación ética de vivir bien.
• Cuerpo: es la base de las personas. No hay nada malo en disfrutar, ya que
somos un cuerpo (en lugar de tenemos), que es necesario darle satisfacción y
bienestar para que vivamos la buena vida.
• Fanatismo: incapacidad de respetar el pacífico conflicto entre opiniones.
Exigencia a todo el mundo de creer y respetar lo que consideran su “verdad” y
sólo eso.
• Justicia: aprender a considerar los intereses del otro como si fuesen tuyos y los
tuyos como si fuesen de otro.
• Nacionalismo: considerar que el individuo no es nada y la identidad colectiva lo
es todo.
• Placer: es la sensación de gusto al hacer una serie de cosas. El placer es el
gozoso ingrediente de la plenitud de la vida. Placer es disfrutar de la vida
haciéndola intensamente más grata.
• Responsabilidad: es saber que cada uno de mis actos me va construyendo, me
va definiendo e inventando.
• Superstición: cosas no verdaderas que algunos creen: “lo irresistible no es más
que una superstición inventada por los que tienen miedo a la libertad”.

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