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Si sabemos que (III) y (IV) son oraciones verdaderas, también sabemos, sin
necesidad de mayores indagaciones, que (II) es verdadera. Algo muy distinto de lo que
sucede con la oración (I). No basta, en tal caso, con establecer la verdad de (III) y (IV),
también debemos establecer que es precisamente el hecho de haber sido golpeado en la
cabeza lo que hace llorar a Juan. Imaginemos una situación hipotética: mientras Juan
lloraba porque su novia lo había abandonado, y caminaba descuidadamente, golpeó su
cabeza contra la parada del colectivo. Para el caso que contemplamos, las oraciones (III) y
(IV) serán verdaderas y, por lo tanto, también la (II). Pero la (I) será falsa porque Juan no
llora por el golpe, sino por que su novia lo ha abandonado. Ahora bien, si efectivamente
Juan está llorando por un golpe que se ha dado en la cabeza entonces las cuatro oraciones
serán verdaderas.
Aquí queremos remarcar una diferencia importantísima. Partimos de las oraciones
(III) y (IV), que enuncian dos hechos: a) el hecho de Juan golpeándose la cabeza y; (b) el
hecho de Juan llorando. Las oraciones (I) y (II) afirman la verdad de ambos hechos. Pero la
oración (I) nos dice algo más: que lo afirmado en (IV) es consecuencia de lo que se afirma
en (III). Es decir, que Juan llora debido al golpe recibido (y por ello es falsa en el ejemplo
hipotético dado más arriba). Por lo tanto, podemos concluir lo siguiente: la verdad (o
falsedad) de las oraciones componentes (III) y (IV) es suficiente para determinar la verdad
(o falsedad) de la oración (II), pero no para determinar la de (I). Podemos generalizar
nuestra conclusión de la siguiente manera:
NEGACIÓN
La lógica clásica presupone que toda oración5 ha de ser verdadera o falsa sin que
quepa otra posibilidad. Es lo que se conoce como principio de bivalencia6. Toda oración
posee uno de estos dos valores de verdad (a saber: verdadero o falso). La primera conectiva
que estudiaremos invierte dicho valor de verdad. En el lenguaje natural se presenta de
distintas formas, pero todas tienen un denominador común: negar una determinada
afirmación. Se denomina, de acuerdo con esto, negación. Si una oración enuncia algo
verdadero, su negación enuncia algo falso. Y simétricamente si enuncia algo falso, su
negación resulta verdadera. Por ejemplo, la oración “Hoy no está lloviendo”, puede
considerarse como compuesta de dos elementos: a) una oración más primitiva: “Hoy está
lloviendo”; y b) la afirmación de que dicha oración es falsa, lo cual se expresa mediante la
palabra “no”. En una notación menos natural, pero más precisa desde el punto de vista
lógico podríamos representar la afirmación de la siguiente manera:
α ∼α
I0 0 1
4
Por ejemplo: saber si hay una relación causal entre los hechos enunciados en las oraciones 1 y 2. En nuestra
ilustración, deberíamos saber si efectivamente el golpe recibido produjo el llanto de Juan. Mientras ésta
información es relevante para conocer la verdad de la oración (I), no tiene ninguna importancia a la hora de
establecer la verdad de (II).
5
Salvo que especifiquemos otra cosa, cuando hablamos de oración debemos entender que hablamos de
oraciones declarativas.
6
Existen sistemas lógicos que prescinden de dicho principio. Forman partes de las lógicas no-clásicas.
I1 1 0
∼α α
Los potros son indomables. Los potros son domables.
Juan no está ni en su casa ni en la escuela. Juan está o bien en su casa o bien en la
escuela.
No hay nadie en casa. Alguien está en casa.
Juan nunca está en su casa. Juan a veces está en su casa.
Juan aún no llegó a su casa. Juan ya llegó a su casa.
Juan no ha estado nunca en su casa. Juan ha estado en alguna ocasión en su casa.
CONJUNCIÓN
De nuestra siguiente conectiva ya hemos tenido un sondeo previo. En la oración (II)
se afirmaba que Juan se había golpeado la cabeza y que, además, estaba llorando. Dijimos
que tal oración era verdadera cuando también lo eran las oraciones (III) y (IV). Por lo tanto,
la expresión “y”, en el lenguaje natural, tiene por función afirmar la verdad de las dos
oraciones que relaciona. Es decir, afirma conjuntamente a ambas. De ahí que en lógica
proposicional a dicha operación se la denomine conjunción, y se la represente
interponiendo el símbolo “.” entre las letras de enunciado. La tabla de verdad de la
conjunción es la siguiente:
α β α.β
I0 0 0 0
I1 0 1 0
I2 1 0 0
I3 1 1 1
Como se ve, los posibles valores de verdad que pueden tener ambas oraciones son:
ambas falsas (I0); falsa la primera y verdadera la segunda (I1); verdadera la primera y falsa
la segunda (I2); ambas verdaderas (I3). El último es el único caso en que la oración
compuesta es verdadera.
Al igual que sucede con la negación, existen distintos tipos de expresiones del
lenguaje natural que sirven para expresar conjunción. Veamos, por ejemplo, el siguiente
cuadro donde la primera columna es la conjunción, y las otras dos contienen las oraciones
que la componen:
Hemos resaltado con bastardilla en la primera columna las expresiones usadas para
expresar la conjunción (nótese que hemos resaltado las comas, que, en general indican
conjunción). Ciertamente puede haber otras y la interpretación adecuada muchas veces
depende del contexto.
DISYUNCIÓN
Otra conectiva muy usual es la disyunción, que representamos mediante la
expresión “∨”. Esta operación establece que al menos una de las dos oraciones que relaciona
es verdadera. Pero existe otra interpretación según la cual la oración compuesta únicamente
es verdadera cuando también lo es sólo una de sus componentes. Nosotros adoptaremos
convencionalmente como disyunción a la primera interpretación, y reservaremos el nombre
de disyunción excluyente para la segunda. Veamos sus tablas de verdad:
α β α∨β α ó β (excluyente)
I0 0 0 0 0
I1 0 1 1 1
I2 1 0 1 1
I3 1 1 1 0
CONDICIONAL
Fundamental en lógica es el estudio de la operación que se conoce bajo el nombre
de condicional, y que simbolizamos con “⊃”. En el lenguaje natural suele presentarse de la
siguiente forma: “si (oración 1), entonces (oración 2)”. La primera oración suele
denominarse antecedente, mientras que la segunda se denomina consecuente. Lo que un
condicional7 afirma es que, para un antecedente verdadero también debe ser verdadero el
consecuente, caso contrario la oración compuesta será falsa. Si el antecedente es falso, en
cambio, no importa el valor de verdad del consecuente y el condicional es verdadero.
Expresado mediante tablas de verdad obtenemos:
α β α⊃ β
I0 1 1 1
I1 1 0 0
I2 0 1 1
I3 0 0 1
BICONDICIONAL
Por último, introduciremos el bicondicional. La mencionada operación vincula dos
oraciones, y la compuesta es verdadera cuando ambas son verdaderas o ambas son falsas.
Es decir, sólo es verdadera cuando sus componentes tienen el mismo valor de verdad. Suele
presentarse de la siguiente forma: “(oración 1) si, y sólo si (oración 2)”. Lo representamos
con el símbolo “≡ ”. Otra forma de abreviar la expresión “si, y solo si”, muy usada en
matemáticas, es: “sii”. Su tabla de verdad es la siguiente.
α β α≡ β
I0 0 0 1
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Interpretamos aquí, desde un punto de vista lógico, al condicional como condicional material. Existen otras
formas de interpretación de las cuales prescindiremos en éste contexto. Cabe observar, sin embargo, que ya
desde el tiempo de los estoicos se presentaron muchas polémicas acerca de la forma adecuada de entender el
condicional. Quizá ello se deba al carácter irritante que tienen algunas consecuencias de su interpretación
material cuando traducimos al lenguaje natural. Especialmente cuando se aplica la regla ex contradictione
quodlibet sequitur.
I1 0 1 0
I2 1 0 0
I3 1 1 1