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A Lus Silva.
De nuevo son las doce de cualquier da. Retorna a mi mente la imagen
de mi madre como si fuera una cita que tuviera con ella, con sus manos,
alistando y sazonando todo para el almuerzo. Tengo un par de monedas. Las
dos no suman para un plato de comida, lo s. Pienso en el restaurante de la
esquina como mi gran solucin. Me arreglo. Salgo en puntitas de pie para no
ser detectada. Ya debo dos meses de arriendo y la cobranza me ahoga.
La calle esta blanca. Mi mente esta confusa. Mi cuerpo esta dbil. Mi
estmago cruje. S que debo comprar un esfero. Tendr que quedar debiendo
cien pesos. Mi caminata es torpe, con el desaliento propio de los condenados.
Ya estoy cerca. Ah esta: Es el restaurante de la seora Cecilia, conocida por
todos. Sus platos son bastante apetecidos. Viene gente desde muy lejos slo
para saborearlos. Pude pagarle hace dos das la cuenta, pero s que no me
dar crdito de nuevo. Ni tan siquiera me atrevo. Debo dejar que pase algn
tiempo. Dir que estoy en la miseria. Tambin tengo que convencer a don Ral
para que me deje pegar afiches y ayudar en los montajes de las obras otra vez.
Convencerlo de que no volver a enfermarme, que fue algo pasajero.
Mis sentidos se agudizan, sobretodo el olfato. No quiero ver lo que hay
en las bandejas, pero ya puedo olerlo. Este placer solo durar unos minutos. El
tiempo que tarde pasando frente al sitio. Me alejo. Antes de retirarme por
completo me satisfago con los placenteros olores del banquete tradicional
esquinero. Por unos instantes me siento de nuevo en casa, consentida por la
voz de mi madre cuando preguntaba: Quin quiere repetir? Muevo mis
monedas dentro del bolsillo del pantaln. Recuerdo la urgencia del bolgrafo.
Giro en direccin a la papelera.
Antes de ingresar, una seora vecina me observa extraamente, creo
que es lstima lo que sale de su rostro. Me pregunta que si estoy bien. Le
contesto que si, y le regreso su pregunta. No entiendo qu es lo que me
responde. Al cabo de unos pasos la veo susurrar con otra seora y ladear la
cabeza en seal negativa, como reprochando algo. Yo les sonro. Ellas, en el