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Msica: Nocturno para Violn (Chopin)

Ella le mir con descaro.


Sus ojos estaban llenos de atardecer.
-Cmo te llamas?- pregunt ella.
l sigui mirando al horizonte,
haciendo danzar sus piernas
sentado en el borde del abismo.
- me llamo Nadie.

Ella se sent a su lado y Nadie apenas se


inmut.
Sigui preguntndole.
-Y de dnde vienes?
-De donde mueren los besos.
-Debe ser un lugar muy triste, ese.
-Los lugares no son tristes.
Los hacemos nosotros con nuestros
hechos.

-Y cmo se muere un beso?


-Un beso no se muere nunca, pero l no lo sabe.
Cuando se da sin amor,
cuando se recibe sin pasin,
resbala por las pieles y huye a su lugar de agona,
donde terminar su dolor de caricia.
Quieren anclarse en unos labios,
en una mejilla, en una piel amable.
Tiemblan su pena de no saberse queridos y sufren.

-Y por eso vienes a sentarte al precipicio?


Entonces l la mir.
Contempl su mezcla de nube y ola.
-S. Por eso vengo a sentarme en este lugar.
-Y t? A qu vienes?
-Preguntas mucho... me sangra el corazn.
Aqu percibo el dolor de los besos,
de lo que han sufrido,
y el saber de otros
alivia de una extraa manera mi carga....

Y t quin eres? De dnde vienes?.. Qu


quieres?

-Soy Nada.
Vengo del lugar de donde mueren los sueos,
donde quien los tuvo los deja morir,
no por haberlos conseguido,
sino por falta de fe.

Nadie la mira de nuevo.

Nada sonre.

Nadie la abraza y Nada se deja abrazar.


Nadie quiere regalar sus besos.
Nada sabe de su sueo.
Nadie lo intenta y Nada lo espera.
Un beso, un sueo.

De Nadie para
Nada,

de Nada para
Nadie

100%

Susi

Desconozco autor

susi.uy@gmail.com

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