0 évaluation0% ont trouvé ce document utile (0 vote)
82 vues2 pages
Este cuento relata la historia de una taza de porcelana que pasó por un largo proceso de formación a manos de un artesano. Inicialmente era solo un puñado de barro, pero el artesano le dio forma y la sometió a altas temperaturas en el horno que le causaron gran sufrimiento. Aunque rogaba que parara, el artesano siempre le decía "aguanta un poco más". Finalmente, emergió como una hermosa obra de arte terminada y perfecta. El cuento utiliza esta alegoría para decir que todos som
Este cuento relata la historia de una taza de porcelana que pasó por un largo proceso de formación a manos de un artesano. Inicialmente era solo un puñado de barro, pero el artesano le dio forma y la sometió a altas temperaturas en el horno que le causaron gran sufrimiento. Aunque rogaba que parara, el artesano siempre le decía "aguanta un poco más". Finalmente, emergió como una hermosa obra de arte terminada y perfecta. El cuento utiliza esta alegoría para decir que todos som
Este cuento relata la historia de una taza de porcelana que pasó por un largo proceso de formación a manos de un artesano. Inicialmente era solo un puñado de barro, pero el artesano le dio forma y la sometió a altas temperaturas en el horno que le causaron gran sufrimiento. Aunque rogaba que parara, el artesano siempre le decía "aguanta un poco más". Finalmente, emergió como una hermosa obra de arte terminada y perfecta. El cuento utiliza esta alegoría para decir que todos som
Cuentan que un matrimonio ingls gustaba de visitar las tiendas
artesanales del centro de Londres. Al entrar en una de ellas, se quedaron prendados de una preciosa tacita de porcelana. Me permite ver esa taza?, pregunt la seora, nunca he visto nada tan fino. Ya en las manos de la seora, la tacita comenz a contar su historia. Seora: Vd. debe saber que yo no siempre he sido la delicada pieza que ahora est contemplando. Primero fui tan solo un puado de barro. Pero un buen da, un artesano me tom en sus manos y me fue dando forma. Lleg un momento en que despert y le rogu: Por favor, deje ya de darme vueltas y ms vueltas, djeme ya!; pero mi amo, sonriendo me dijo: Aguanta un poco ms Luego me meti en un horno. Nunca haba sentido semejante calor! La puerta del horno tena una ventanilla y por ella le los labios de mi amo que me deca: Aguanta un poco ms Cuando por fin abri la puerta, mi alfarero me puso en su mesa de trabajo. Pero, apenas haba refrescado un poco, me comenz a raspar y a lijar. No s cmo no acab conmigo! Me daba vueltas y ms vueltas. Me miraba por uno y otro lado. Por ltimo me aplic varias capas de diferentes pinturas y barnices Senta que me ahogaba! Por favor, djame ya!, le gritaba a mi artesano! Pero l slo responda: Aguanta un poco ms Despus, cuando pens que haba terminado mi suplicio, me meti en otro horno mucho ms caliente que el primero. Ahora s que pens que terminaba con mi vida. Llor y le supliqu tuviese compasin de m, que me dejara ya, que me sacara de aquel horno insufrible, que si se haba vuelto loco. Pero mi artesano slo responda: Aguanta un poco ms Fue cuando me pregunt si haba esperanza; si lograra sobrevivir a aquellos sufrimientos tan horribles. Pero por alguna razn, aguant todo aquello. Fue entonces cuando mi artesano abri la puerta, me tom cariosamente en sus manos, y me llev a un lugar muy diferente. Todo era maravilloso! All todas las piezas eran verdaderas obras de arte.
Todas resplandecan como slo se ve en sueos. No pas mucho tiempo
cuando descubr que estaba en una tienda muy famosa. Ante m haba un espejo y descubr tambin que Otra de esas maravillas era yo!, no poda creer en qu se haba transformado aquel poquito de barro que fui yo! Fue cuando mi artesano me dijo: S que soportaste, terribles calores; pero comprueba ahora tu slida consistencia. S que sufriste mucho cuando te raspaba y pula; pero admira ahora tu finura. S que mis pinturas te provocaban nauseas pero contempla ahora tu asombrosa belleza. Y si te hubiera dejado como estabas? Ahora eres una obra terminada y perfecta! la misma que imagin cuando te comenc a formar!. Amigos lectores: Todos somos tan solo un poquito de barro en manos del mejor Alfarero: Nuestro Padre-Dios. Confimonos en sus manos aunque muchas veces no comprendamos por qu permite que suframos tanto como sufrimos. Aguanta un poco ms, y sers aquel hijo/a que l so para toda una eternidad