Y un hombre dijo, entonces: Hblanos del Conocimiento
propio. Y l respondi: Vuestros corazones saben, en silencio, los secretos de los das y las noches. Pero vuestros odos padecen por el sonido del conocimiento de vuestro corazn. Querrais saber, en palabras, lo que siempre supsteis en pensamiento; Querrais tocar con vuestras manos el cuerpo desnudo de vuestros sueos. Y es bueno que lo hicierais. El manantial escondido de vuestra alma necesita brotar y correr murmurando hacia el mar; Y el tesoro de vuestros infinitos arcanos sera revelado a vuestros ojos. Pero no pongis balanzas para pesar vuestro tesoro desconocido. Y no registris los arcanos de vuestro conocimiento con palos ni sondas. Porque el yo es un mar inconmensurable. No digis: "He hallado la verdad" sino ms bien. "He hallado una verdad". No digis: "He encontrado el alma caminando en mi senda." Porque el alma camina sobre todas las sendas. El alma no camina en lnea recta, ni crece como un bamb. El alma se despliega como un loto de innumerables ptalos.