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100 FALLOS DE LA amparo se pretende se haya encontrado detenida en su jurisdiccién te- ritorial (1) S.A. TEXTIL CONTESA GLEL v. RAQUEL M. vet BLANCO pr PEREZ y Ornas RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Cuestiones no federales. Sentencias arbitrarias. Improcedencia del recurso. Tiene apoyo legal y no es arbitraria In interpretacién efectuada por el a quo del aleance del art. 26 de Ja ley 21.342, enya aplicaciin supedité aparte del destino del inmueble— a la exigencia de la calidad estatal en la persona del locatario (2) CONSTITUGION NACIONAL: Derechos y garantias. Igualdad. La delimitacién contemplada en el titulo III de la ley 21.342, consistente en que el beneficio legal de mayor prérroga se cifia a situaciones en que el Estado presta directamente el servicio educative, no es irrazonable ni se funda en propésitos de ilegitima persecucién 0 indebido privilegio como para estimar vuluerada la Constitucién Nacional (8) BANCO pr SANTANDER y Ornos CONSTITUCION NACIONAL: Constitucionalidad e inconstitucionalidad. Leyes nacionales. Varias, No es inconstitucional el art. 2° de la ley 19.359 en cuanto establece Ja responsabilidad solidaria de los directores, administradores y gerentes de Ja entidad sancionada pues por tratarse de una responsabilidad no penal, sino meramente solidaria con el importe de la multa, no puede impugnarse (2) Fallos: 91:55; 203:220; 296:539; y causa “Femindez, Juan Alejan- dro", del 15/12/77. (©) 16 de febrero, Fallos: 249:464; 250:348; 251-339; 256:369. (8) Fallos: 249:216; 250:816; 260:41; 261:11, 262:87, 434; 266:206; 274:260, DE JUSTICIA DE LA NACION 101 la condena de los obligados con base en los principios generales de la legislacién punitiva. CONTROL DE CAMBIOS, La circular R.C, 235 del Banco Central en enanto dispone que las ins- tituefones autorizadas “requeririn de los interesados todos los elementos ‘que consideren indispensables” para comprobar Ia solvencia e identidad del solicitante de operaciones de ventas de cambio,. no signifiea que qquede librada a la institueién bancaria Ja determinaciin de los. criterios conducentes a establecer Ia “solvencia e identidad del solicitante de Ja transferencia”, ast como para determinar Ja “veracidad y legitimidad de las operaciones”, slo deja a los bancas la determinacién relativa a la documentaciin necesaria para el contralor, pero no les delega la facultad dle establecer los criterios con que ha de interpretarse el sentido de aquellos concepts. CONSTITUCION NACIONAL: Constitucionalidad e inconstitucionalidad. Reso- luciones administrativas. Si bien la correcta configuracién de los tipos penales obliga a determinar ‘en forma precisa los modos de conduct sujetos a punicién, no existe cobsticulo constitueional para que, cuando el contenido de los deberes o de las prohibiciones dependa sustancialmente de una valoracién a reali- zarse en vista de circumstancias concretas insusceptibles de enumeracion previa, sea la autoridad jurisdiccional quien aplique esa valoracién, atri- bucidn que encuentra limite en la necesidad que el ordenamiento contenga una remisién suficientemente clara al contextovalorativo condicionante de Ia aplicacién del precepto, como para hacer posible el conocimiento de los deberes por quienes deben cumplirlos. Como tales limites no se han trasgredido por la circular B.C, 235 del Banco Central, ésta queda a cubierto de la impugnacién de inconstitucionalidad formulada. CONTROL DE CAMBIOS. La regla comunicada por la circular B.C. 235 del Banco Central no tiene el objeto de proteger el patrimonio de los acreedores de quienes x0s- tionan transferencias de cambio y en especial del banco otorgante, sino, sustancialmente, Ia finalidad de tomar posible la efectivizaciin de las responsabilidades y sanciones econémicas que se deriven de alguna even- tual imegularidad cambiaria y en cuanto al recaudo de In identidad que exige, la garantia apunta contra Ia realizacién de operaciones de cambios por intermedio de “testaferros”, sean éstos personas fisicas 0 sociedades, por Io que no se da cabal cumplimiento al deber de constatarla con el solo hecho de verificar que se trata de una sociedad constituida regular- mente, sino que es obligatorio para la institucién autorizada, cerciorarse 102 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA de la coincidencia sustancial entre Ia persona que aparece como titvlar de la operacién de cambio y ki que se beneficia 0 perjudica de los re- sultados de esa operacién. CONTROL DE CAMBIOS, Siien la sentencia apelada no se ha conectado causalmente la conducta de los funcionarios del banco recurrente con los posteriores ilicitos.realie zados por los importadores, carece de fundamento la impugnacién hecha contra Ia sentencia por la supuesta extensién en forma indebida del principio de causalidad en materia penal, con base en In afirmaciin de ue ninguna responsabilidad cabe atribuir a los imputados en la maniobra realizada por los importadores de la mercaderia con posterioridad a la introduccién de ésta a plaza, DicraMEN DEL PROcURADOR GENERAL Suprema Corte —Si bien la sentencia definitiva no ha sido notificada al Fiscal de Camara, Ia circunstancia de que en ella se confirme en todas sus partes la resolucién condenatoria pronunciada en sede administrativa, y la consecuente inexistencia de gravamen para los inter defensa operante y, por ende, contraria a la economia procesal, la devolucién de las actuaciones para hacer efecti ses cuya compete al Ministerio Publico Fiscal, tora a mi juicio in- notificacién. aes 2,—La Camara Nacional de Apelaciones en Jo Penal Econémico confirmé, por sentencia de fs. 289/294, la resolucién del Banco Cen- tral de la Republica Argentina que corre a fs, 234/241, por la que se aplicd al Banco de Santander una multa de ciento treinta y ocho mil seiscientos treinta pesos ($ 138.630), y en forma solidaria y por el mismo importe a los sefiores Emilio Botin, Jaime Botin Garcia de los Rios, Juan Secades, Pablo Tarrero, Santos José Crisera, Julio Victor Novillo Astrada y Fernando Fernandez Puchol, y por el im- porte de noventa y cinco mil setecientos setenta pesos ($ 95.770) al sefior Enrique Palacios Martinez Carande, a quien sancioné asimismo cn forma directa con la multa de veintivin mil cuatrocientos treinta pesos ($ 21.430) E] fallo se fundamenta en haberse infringido el art. 1°, inc. 0), del decreto 12.647/49 ¢ idénti DE JUSTICIA DE LA NACION 103 mentados ambos, en la parte en que remiten a las demas condiciones establecidas por las normas en vigor", por las disposiciones que sur- gen de la Circular R.C, 235/1965 del Banco Central de la Repiblica Argentina, El texto de ésta, a su vez, prescribe que “las ventas de cambia en ef mercado nico que realicen las Instituciones Autorizadas para operar en cambios quedarén sujetas a la previa comprobacién, por parte de dichas entidades, de Ia solvencia © identidad del soli- citante de Ja transferencia, a cuyo efecto requeriran de Jos interesados todos los elementos que consideren indispensables. Quedan asimismo facultadas para exigir toda otra informacién y documentacién que consideren necesaria, de acuerdo con normas de general aplicacién bancaria, para determinar a su juicio y a través de los elementos suministrados la veracidad y legitimidad de Jas operaciones, anali- zando asimismo la habitualidad del cliente respecto de la operacién de que se trata, Tendrin en cuenta también, en cuanto corresponda, los antecedentes requerides para la consideracién de las operaciones crediticias” (v. fs. 98). La materia factica de la causa esté constituida por Ia antorizacién por los funcionarios del Banco de Santander a cargo de la Gerencia de Cambios de las operaciones de esta naturaleza realizadas por la firma “Importadora Prince $.R.L.” e “Import Mayo S.C.A.". Sobre el punto, los jueces de la causa han tenido por acreditado, en forma irrevisable en esta instancia: a) que el sefior Enrique Palacios Mar- tinez Carande, gerente del Departamento Exterior y Cambios del ci- tado banco, se hallaba informado de que el verdadero duefio de la primera de las aparecian celebrando el contrato de sociedad; b) que no se realizé la minima investigacién que hubiera permitido determinar que la otra empresa referida padecia de idéntica situacién; y ¢) que ambas tenfan un nico domicilio; que contaban con exiguo capital y eran aban la_contabi- firmas citadas era una persona distinta de quienes de reciente constitucién, no obstante Jo cual realiz lidad de sus pagos al contado, configurando asi un indicio suficiente para sospechar de la falta de identidad y de solvencia del solicitante de cambios. 3.—Contra el fallo resefiado se trae recurso extraordinario en el cual Ia totalidad de los condenados articula los siguientes agravios: 104 FALLOS DE LA CORTE. SUPREMA a) El conjunto de reglas comunicadas por Circular R.C, 235 del Banco Central de la Reptiblica Argentina no tiene el aleance de es- tablecer las “dems condiciones” a que alude el art. 19, inc. e), del ‘cto 12.647/49 y de la ley 19.359, porque no ordena cumplir actos ecificamente determinados, sino que deja librados al criterio de las instituciones bancarias los requisitos necesarios para tener por acreditada la “solvencia” ¢ “identidad” del solicitante; b) En consecuencia, cuando el Banco imputado entendié que bastaba para acreditar “solvencia” la posibilidad de hacer efectivos los pagos correspondientes a las divisas adquiridas, y que el extremo de “identidad” se debia dar por cumplido con Ja acreditacién de la existencia de una constitucién social regular, actué de modo plena- mente ajustado a derecho; c) Existe en el caso error de derecho excusable; d) Se extiende en el sub lite el principio de causalidad en ma- teria penal a hipdtesis que no pueden ser abarcadas por él. A su vez el imputado Palacios Martinez Carande impugna la aplicacién de multa en forma independiente y como autor material de los hechos. Finalmente la totalidad de Jos condenados en forma solidaria sostienen que su condena importa la violacién del principio consti- tucional de que no hay responsabil idad ni pena sin culpa 4,—El primero de los agravios de los recurrentes se apoya en el texto literal de Ja Circular B.C. 235, en cuanto dispone que las instituciones autorizadas “requeriran de los interesados todos los ele- mentos que consideren indispensables”. La expresién que he subrayado, asi como el giro “a su juicio” que conticne el pirrafo siguiente de la misma disposicién, dan base a los recurrentes para sostener que queda librada a Ja institucién bancaria la determinacién de los criterios conducentes a establecer Ja “solyencia e identidad del solicitante de la transferencia”, asi como para determinar la “veracidad y legitimidad de las operaciones”, No comparto ese criterio. DE JUSTICIA DE LA NA‘ 105 A mi modo de ver, el texto analizado s6lo difiere a los bancos Ja determinacién relativa a la documentacién necesaria para el con- tralor, pero no les delega la facultad de establecer los criterios con que ha de interpretarse el sentido de las expresiones “solvencia”, “identidad”, “veracidad”, “legitimidad” y “habitualidad”, Asi lo considero, porque entiendo inadmisible una interpretacién de la regla que conduzea a desnaturalizarla a punto tal de sujetar a una condicién puramente potestativa la atribucién de supervisar, con la consecuencia de que la simple alegacién de determinado cri. terio convierte Ia norma en letra muerta. No resulta facil establecer si las articulaciones desarrolladas en el punto 10 de fs. 301 vta. se apoyan en Ja reiteracién del argumento, ya contestado, segin el cual Ja circular B.C, 235 carece de contenido prescriptivo, o importa en cambio un agravio subsidiario, relative a Ja aducida vaguedad de la norma, en la cual no se precisan cudles son Ios recaudos a adoptar para verificar los extremos arriba enun- ciados, Para el caso de que se entienda que se trata de esta segunda posibilidad, sefialo que, si bien coincide en que la correcta configu- racin de los tipos penales obliga a determinar en forma precisa los modos de conducta sujetos a punicién, estimo que no existe obstéculo constitucional para que, cuando el contenido de los deberes 0 de las prohibiciones dependa sustancialmente de una valoracién a reali- zarse en vista de circunstancias concretas insusceptibles de enum: racién previa, sea Ja autoridad jurisdiceional quien aplique esa va- loracién, Esta atribucién encuentra limite, a su vez, en la necesidad de que cl ordenamiento contenga una remisién suficientemente clara al contexto valorativo condicionante de la aplicacién del precepto, como para posibilitar el conocimiento de los deberes por quienes deben cumplirlos. Segiin pienso, este limite no se ha trasgredido en el sub lite, donde la regla a aplicar contiene la precisién suficiente para hacer cognoscible a los destinatarios el sentido de la actividad que se les requiere, lo que la pone en cubierto de toda tacha de inconstitucio- 108 FALLOS DE LA CORTE: SUPREAIA nalidad basada en Ja supuesta vaguedad de Jos téminos cn que est concebida. Opino, en suma, que la disposicién en andlisis establece para las instituciones autorizadas el deber juridico de determinar la solvencia, la identidad y la habitualidad de los solicitantes de transferencias, y la veracidad y legitimidad de las operaciones de cambio, y que ese deber juridico no es puramente potestativo, esto es, no queda Kibrado a los propios criterios que ponga en ejercicio el destinatario de la norma, sino que obliga a la adopcién de las medidas razonables rias para el cumplimiento del fin de la norma. y nee! 5.—Sentado lo que antecede, creo del caso poner de manifiesto que, a mi juicio, la constatacién de Ja “solvencia” a que se refiere la regla que se analiza no se agota en la comprobacién de la posi- bilidad de pagar la suma de dinero necesaria para materializar la operacit Ese extremo debe en cambio, a mi juicio, entenderse referido a Ja relacién del valor de la operacién con Ta capacidad patrimonial del solicitante, nD. Asi lo considero, porque entiendo que Ja regla comunicada por Circular B.C. 235 no tiene el objeto de proteger el patrimonio de los acreedores de quienes gestionan transferencias de cambio, y en especial del banco otorgante, sino, sustancialmente, la finalidad de tornar posible la efectivizacin de las responsabilidades y sanciones econémicas que se deriven de alguna eventual irregularidad cambiaria. ‘A su vez, opino que el recaudo de “identidad” apunta a la ga- rantia contra la realizacién de operaciones de cambios por interme de “testaferros”, sean éstos personas fisicas 0 sociedades, y por ello no se da cabal cumplimiento al deber de constatarla con el solo hecho de verificar que se trata de una sociedad constituida regular- mente, En cambio, es a mi parecer obligatorio para la institucién autorizada cerciorarse de la coincidencia sustancial entre la persona —fisica 0 juridiea— que aparece como titular de la operacién de cam- bio y la que se beneficia o perjudica de los resultados de esa operacién. Pienso, por ello, que debe ser confirmada Ja interpretacién que realiza el a quo de la disposicién reglamentaria en anal DE JUSTICIA DE LA NaciON 107 6.—E] agravio relativo al error de derecho excusable no es, a mi juicio, pasible de tratamiento en esta instancia, por carecer del fundamento exigible con arreglo a Ja interpretacién que reiterada doctrina del Tribunal ha hecho del art. 15 de la ley 48 (cfr, punto 11 de fs, 303 vta.). 7.—Se aduce también que en autos se ha extendido en forma indebida el principio de causalidad en materia penal, con base en la afirmacién de que ninguna responsabilidad cabe atribuir a los impu- tados en Ja maniobra realizada por los importadores de la merca- deria con posterioridad a la introduccién de ésta a plaza Si bien es cierto que, tanto en el fallo administrative cuanto en su confirmatorio por la alzada, se refiere tangencialmente el hecho de que la falta de contralor por el Banco de la transferencia de cambios para la cual se le requirié intervencién fue condicién ne- cesaria para Ia produccién del ilicito derivado de una importacién realizada por personas de solvencia no acreditada, lo cierto es que Ja imputacién que se ventila en autos no esta vinculada con el acto antijuridico ulteriormente producido, y no es exacto por tanto que se intente conectar causalmente la conducta de los funcionarios del Banco de Santander con los posteriores ilicitos realizados por los importadores. Se trata en cambio, del cumplimiento de disposiciones reglamen- tarias que ponian a cargo del banco la adopeién de determinadas medidas de precaucién, y la imputacién se basa en Ia ausencia de esas medidas, razén por la cual resulta ajena a Ja problematica de Ja causalidad, pues se trata de una figura delictiva encuadrable en Ia clase de los delitos de omisién. Entiendo, pues, que el agravio no debe prosperar. 8.—Respecto de Ja articulacién que el imputado Enrique Pak cios Martinez Carande dirige contra Ja sancién que por responsabili dad directa en su calidad de autor material le impone el fallo, sobre la base de sostener que en el sistema de Ja Jey 19.359 el autor es Ia persona jurfdica y no la persona fisica que como dependiente de aquélla realiza los hechos materiales susceptibles de encuadrar en la norma punitiva, opino que debe ser rechazada. 108 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA ‘Asi lo pienso, porque la solucién a que Mega el a quo deriva directamente del ultimo pérrafo del art. 3? de la ley citada, que re- produce, en Jo esencial, el art. 45 del Cédigo Penal (cfr. Fallos: 291:55, en particular punto V del dictamen de mi antecesor en el cargo) 9.—Finalmente, estimo que corresponde desechar Ja tacha de inconstitueionalidad que se dirige contra el art. 2° de la citada ley que establece la responsabilidad solidaria de los directores, adminis- tradores y gerentes de la entidad sancionada. El punto fue expresamente analizado por mi predecesor en el cargo, Dr. Enrique C. Petracchi, en el ya citado dictamen de Fallos: 291:55, punto VIII (sefialo que la cita hecha en él contiene una errata, pues de la copia de esa pieza obrante en esta Procuracién General surge que se cité “Fallos: 281:293" y no Fallos: 281:29, como figura en la publicacién oficial). En dicha vista, a la que me remito en razén de brevedad, se dejé claramente establecido que por tratarse de una responsabilidad no penal, sino meramente solidaria con el importe de la multa, no puede impugnarse la condena de los obligados con base en los prin- cipios generales de la legislacién punitiva. 10.—Por las razones expuestas, opino que corresponde con! mar Ia sentencia apelada en cuanto pudo ser materia de recurso ex- traordinario, Buenos Aires, 9 de noviembre de 1977. Elias P. Guas- tavino. FALLO DE LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 21 de febrero de 1979. Vistos los autos: “Banco de Santander y otros s/infraccién ley 19.359". Considerando: 12) Que Ja sentencia de la CAmara Nacional de Apelaciones en Jo Penal Econémico, Sala II (fs, 289/294) confirmé la resolucién del DE JUSTICIA. DE LA NACION 109 Banco Central de la Repiblica Argentina n® 561 del 3 de octubre de 1974 (fs. 234/241) que aplicé al Banco de Santander una multa de $ 138.630 en forma solidaria con los directores Sres. Emilio Botin, Jaime Botin Garcia de los Rios, Juan Secades, Pablo Tarrero, Santos José Crimera, Julio Victor Novillo Astrada y Fernando Femindez Puchol por el mismo importe y con el gerente Sr. Enrique Palacios Martinez Carande hasta un monto de $ 95.770 y a este tiltimo por ser autor material, una multa de $ 21.430, por infraccién al ine. e) del art. 1° con igual texto y orden en el decreto n® 12.647/49 (t.o.) y en la ley 19,359, al 2°) Que contra aquel pronunciamiento los infractores interpu- sicron recurso extraordinario a fs. 296/306, que fue concedido a fs. 307. En sintesis alegan: a) falta de integracién de ley penal (art. 12 inc, e]) ley 19.359 ya que la circular R-C. 235 del Banco Central deja librado al criterio de los bancos privados determinar los requi- sitos necesarios para tener por acreditada Ja “solvencia” e “identidad” del solicitante y en consecuencia, el banco interviniente actué con- forme a derecho al considerar que era suficiente para acreditar sol- vencia la posibilidad de los importadores de pagar en efectivo, y que la identidad se evidenciaba por la constitucién regular de las sociedades; b) existencia de un error de derecho excusable; ¢) vio- lacién del principio de causalidad en materia penal y de la garantia constitucional de que no hay responsabilidad ni pena sin culpa; d) in- constitucionalidad del art. 2° de la ley 19.359. 3?) Que esta Corte comparte los razonamientos y conclusiones expresados en el dictamen precedente y se remite a sus fundamentos por razones de brevedad, tanto sobre la interpretacién de la circular RC, 235, la verificacién de solvencia e identidad y Ja causalidad en materia penal, como sobre la a toria material y la inconstituciona- lidad y Ja responsabilidad solidaria impugnada, Por ello, y lo dictaminado por el Sr. Procurador General, sé confirma la sentencia apelada. Avotro R, Gapmuzttt — Anerarvo F, Rosst — Prpxo J, Frias — Exanio M, Daireaux,

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