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PVC eC ee eC ey 7 eeLos temas de esta semana son, nuevamente, las re-
formas al Cédigo Penal y el Pacto Social. Lo primero surge
claramente a partir de que se constituyé en el principal
tema de discusiones en la Cémara de Diputados, eviden-
cigndose claras oposiciones al proyecto, Algo ya habia-
‘mos hablado sobre esto en el nimero anterior, seficlando
la trascendencia de estas posibles reformas,
El tema del Pacto Social lo introducimos porque
inevitable empezar por él para analizar las leyes represi-
vas. Ocurre que desde un punto de vista tebrico es co-
recto plantear come una herramienta para la libera
la alianza de los sectores nacionales. Es decir, de lo clase
trabajadora, los sectores asalariados y los pequefios y
medianos empresarios. Esta bien que todos aquellos que
reconozcan como enemigo comin al impericlismo, bus-
quen la forma de aliarce para combatirlo més eficazmen-
te, Ex correcto que el gobierno plantee o impulse esto.
sro para que ese pacto social cumpla con sus obje-
tivos es imprescindible que cada uno de los sectores lo
‘concrete a través de sus legitimos representantes y que
sean los intereses de los trabajadores los que determinen
la politica de esa alianza. Sélo de esta manera podré it
ciarse un proceso de liberacién,
Esto es lo que no ocurre con el actual Pact Social.
Este esté viciado, porque la clase trabajadera no cuenta
con legitimos representantes. Hace tiempo que esto est
claro, se veia antes, se comprueba diariamente a partir
de cada conflicto laboral. Por eso, en realidad, los traba-
jadores no pactaron nada. Ni siquiera tuvieron oportuni
dad de discutir los contenidos de ese pacto. Y como no se
pacté de acuerdo a sus intereses, de acuerdo a los pro-
bblemas que actualmente viven,
‘tampoco teniendo en
cuenta sus reivindicaciones histéricas, y muchos menos
valorando el papel imprescindible que la clase trabajado-
ra cumple en el proceso de produccién, se esté peleando
diariamente, exigiendo justicia por la via del enfrenta-
miento
Porque por otra parte, los empresarios quieren impo-
ner sus intereses. Lo cual es absolutamente natural. Lo
que importa es determinar quién puede representar a los
intereses de la nacién en su conjunto. Los empresarios
no pueden hacerlo, porque claramente sus intereses son
los de un sector. Y precisamente del sector més débil de
este pacto social necesita
econémica y social de nuestro pais, que es la de un pais
que tiene un insuficiente desarrollo capitalista y ademés
es dependiente,
Los Unicos que pueden garantizar la representacién
de ese conjunto son aquellos que estén en la base misma,
de la nacién, Desde el punto de vista de la estructura
productiva, aquellos que constituyen el primer y princi
pal eslabén de la produccién. Y que es el sector mayori-
el més organizado y el que més sufre las con
de la dependencia. Es a partir de esa base de
donde ompiozan a generarse los demés sectores que
constituyen ese conjunto que es la nacién. De esa base
tereses de los demas.
Esa base es la clase trabajadora. Y es ella, como repre-
dependen, en dltima instancia, lo
sentante de los intereses de la nacién, la que tiene la mi-
sién de dirigir al conjunto hacia su liberacién,
Pero come hemos dicho, la clase trabajadora no esté,
presente en el Pacto, los dirigentes que lo firmaron en su
nombre no la representan fielmente.
Entonces quedan solos los empresarios para enfren-
tar al imperialismo, Pero por su debilidad, la politica que
formulan tiene que incluir inevitablemente las negocio-
ciones y entrar en el juego de los capitales extranjeros.
Esos capitales vienen del mundo imperialista o de orgo-
rnismos controlados por los yanquis. Que son nuestro e
migo principal y no aceptan las negociaciones para ver
de qué manera pueden financiarnos mejor Ia liberacién,
sino para imponer sus condiciones y la proteccién de sus
intereses. Algunos ejemplos bastan: como denunciamos
‘en algin nmero anterior, subrepticiament:
tun articulo en la Ley de Presupuesto Nacional por el cual
se obliga a la nacién a recurrir a tribunales internaciona-
ineluy6
les cuando se creen conflictos con capitales extranjeros
radicados en el pais; lo cual representa una traba para
las nacionalizaciones. Otro ejemplo: sabemos que desde
‘al ministerio del Interior se han puesto trabas para ex-
propiar la isla Lechiguanas y las tierras de los ingleses
‘en Santa Cruz, porque eso atentaba contra el ingreso de
copitales.esta legislacion represiva.
Y es en este tema de las condiciones que plantea el
imperialismo donde se incerta el problema del proyecto
de reforma del Cédigo Penal. Los capitales requieren se-
gu
formas proyectadas sirven a estos fine
piensa que serén aplicadas por un aparato judicial que
{20m no esté en manos del pueblo, sino que conserva en
muchos aspectos las caracteristicas antipopulares que
conocimos desde el 55.
id y garantias para obtener sus ganancios. Las 1
méxime s
[Més ain, no resulta casual, siguiendo con este ané-
lisis, que en los medidas represivas propuestas no se ha-
ya incluido un elemento esencial para el desarrollo de un
gobierno popular: la represién y la subversién de los mo-
nopolios. No hay un tratamiento especial para el proble-
‘ma del vaciamiento de empresas o la remisién de las go-
nancias al exterior, y esto si hace a la segurided nacional.
Tampoco hay nada que facilite el regreso al pals de los
capitales argentinos que han emigrado. Segin la propia
denuncia de un funcionario de la dictadura de Lanusse,
Quidieci, seeretario de Hacienda, habla en el extranjero
ocho mil millones de pesos argentinos. Ese i
indo en este mo-
mento y recuperarlo haria innecesarias este tipo de ne-
gociaciones,
tamente el que nuestro pais esté neces
Tedricamente cualquier estado no sélo puede, sino
que debe tener una ley de seguridad nacional. Méxime si
popular y revolucionario, Pero el gobierno actual, que
s popular y trata de llevar adelante una propuesta de li
beracién, convive ain con visibles contradicciones en las
que perduran elementos de la etapa anterior e incluso,
tanto en el Frente como en el Movimiento, hay funciona-
ros que estén ligados a la dependencia. Por eso este go-
bierne ain no puede ser decididamente revolucionario.
De esto se deriva que no se pueda confiar on la co-
i6n de la legislacién penal, es decir, de una
eplicacién que tenga en cuenta los intereses populares.
Entonces preguntamos: gcémo se resuelve el proble-
mo de la subversién en un gobierno popular, teniendo en
‘venta que para un gobierno popular la subversién prin-
cipal es la del imperialismo? Abservando un poco, no
‘més, el panorama social ofrecide esta semana (Molinos,
Chrysler, Del Carlo, Prensa, Gréficos, Bancarios, Texti
Mercedes Benz, Papeleros, UTA e IME en Cérdoba) todo
indica la necesidad de que los trabajadores logren una
yesto
a modificar el plan econémico. Plan econémico que debe
plantear un desarrollo que parta del pro
nacional, como se hizo durante el primer got
nista, Por esa experiencia sabemos que
posible y mucho més si se recuperasen los ocho mil mi
ones fugados.
Es el Estado ol que debe centralizar ol poder econé-
ico y planificar toda la activided en esta érea, avan-
zando sobre los intereses de la oligarquia y los monopo-
lios; y @ partir de alli dar una participacién a pequefios y
medianos empresarios, que estan imposibilitados de
cumplir el papel de centralizadores y planificadores, por-
que ademas de -como dij iba- representar
solamente a un
cecumular capi
arrolle independiente. Si puede hacerlo el Estado, pero
para eso debe inevitablemente apoyarse en los trabaja~
ria una acumulacién de fuerzas que en una segunda eta-
pa permitiria acudir a la ayuda externa pero desde una
ién que no seria dafiosa para los intereses nacio-
Asi, la participacién, organizacién y movilizacion de
los trabajadores, seria la base fundamental de la seguri-
dad del Estado, porque con ello se ria de evajo ta
subversion imperialista y se podria profundizar en el ca~
rmino de la liberacién.
Hacer lo contrario deriva inevitablemente en la re-
presién a la clase trabojadora, en el congelamiento de la
movilizacién popular... Y esto ya sabemos que no es po-
sible, porque 18 afos de lucha asi lo han demostrado.
Por cualquier lugar se manifestaria la lucha y la repre-
sién andaria buscéndola. Un perfecto circulo vicioso para
sepultar el triunfo obtenide frente a la dictadura.