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El Plomo es un metal industrial no ferroso, pesado de color gris azulado,

es blando y no se rompe al trabajarlo. Es altamente tóxico. Se elimina


muy despacio del organismo, quedando almacenado dentro de él. Entre
otras cosas, el plomo interfiere en la formación de hemoglobina,
necesaria para el transporte de oxígeno en la sangre. La presencia de
este metal en los combustibles ha sido una de las principales causas de
las emisiones de plomo, que aún siguen siendo un problema en muchas
partes del mundo. Además, el plomo se emplea en cables eléctricos y
como aditivo para pinturas.

Es uno de los metales pesados tóxicos que debe dejar de usarse, si se


pretende mejorar el medioambiente a largo plazo. El plomo es
altamente dañino tanto así que ocasiona una diversidad de trastornos,
especialmente en niños pequeños. Puede afectar el sistema nervioso y
causar problemas digestivos. La atmósfera en general y de manera especial
la de las grandes concentraciones urbanas se contamina con plomo (Pb)
proveniente principalmente de la combustión de naftas adicionadas con
tetraetil plomo. El plomo también ocasiona daños a la fauna y flora
silvestres. Es decir que, el plomo interviene de forma perjudicial en la
biosfera, la hidrosfera y la atmosfera.

Un ejemplo palpable de este hecho es la población de Oroya, Perú. La


razón está del otro lado de las aguas cobrizas del río Mantaro, en la
enorme chimenea de cemento que desde hace 83 años escupe sus
humos en la cara de los oroyinos.

El complejo metalúrgico de La Oroya es, al mismo tiempo, el drama y la


razón de ser de esta ciudad. De él viven las familias de los 4.000 obreros
que trabajan en sus hornos procesando plomo, zinc, cobre, oro y plata.

Miles de comerciantes y transportistas dependen de la fundición para su


supervivencia. Y muchos otros han logrado que los nombres de sus hijos
estén en la lista de asistencia social de la empresa estadounidense que
desde 1997 maneja la planta, Doe Run Co., la productora de plomo más
grande de América del Norte.

En La Oroya, Perú, los niños respiran y tragan constantemente el metal


que viaja en el aire y se deposita en el suelo. Cuando juegan al fútbol o a
las metras en las calles de tierra, el viento arroja polvo tóxico en sus
caras. Cuando se llevan los dedos a la boca, los pequeños, literalmente,
comen plomo.

Los oroyinos, recibieron a Doe Run con los brazos abiertos. En sus
primeros años de operación, la compañía plantó árboles, organizó
concursos de pintura en las escuelas y abrió un comedor para los niños
de las familias más pobres.
Rápidamente los colores corporativos de Doe Run, blanco y verde,
comenzaron a cubrir los edificios de las escuelas públicas, el sindicato
metalúrgico y la estación de policía, regalo de la empresa.

Las condiciones de trabajo dentro de la planta mejoraron y la compañía


puso en marcha algunos proyectos ambientales, como la construcción
de un depósito para almacenar trióxido de arsénico, sustancia altamente
tóxica. En 2003 una auditoría internacional realizada a pedido del
gobierno peruano mostró que la calidad del aire se había deteriorado en
La Oroya entre 1995 y 2002, mientras que la producción de plomo se
había incrementado.

Este fue el inicio de una serie de tira y aflojes entre el gobierno y la


compañía que culminó el dos años cuando Doe Run amenazó con
retirarse de Perú si no se le ampliaba el plazo para completar el plan de
mitigación ambiental que se vencía en enero de 2007.

La Blacksmith Institute los años 2006 y 2007 han realizado


investigaciones sobre las ciudades más contaminadas del mundo y llegó
a la conclusión que la Oroya se halla entre las 10 ciudades más
contaminadas del mundo y Environmental Graffiti el 2008 lo considera
como una las 5 ciudades más contaminadas también del mundo.

A continuación, algunas recomendaciones para evitar la contaminación


con plomo:

En el caso de niños:

• Lavar con frecuencia los juguetes que utilizan sus hijos.


• Acudir al pediatra, quien debe medir al niño en peso y talla, las
cuales deben estar acordes a su edad.
• Limpiar el piso o el área donde juega el niño.
• Pavimentar la zona de tierra donde juega el niño.

En el caso de los adultos:

• Utilizar lo menos posible la loza vidriada.


• Si es trabajador en industrias que trabajan con plomo, evitar llevar
la ropa que se usa en el centro de trabajo al hogar, para evitar
contaminación.
• Comer calcio a través de productos como leches y quesos, porque
éstos absorben al plomo.
Precauciones:

• Si una persona piensa que ha estado expuesta al plomo, debe


acudir con su médico general para que le dé una evaluación o
hacerse una determinación de plomo, que se realiza en
determinados laboratorios médicos.

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