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Autores:
Asistente Social
Magíster © en Filosofía.
Asistente Social
1 Director del Programa de Tratamiento Ambulatorio para Jóvenes Infractores de Ley (PAI).
(Corporación PRODEL, V Región).
Email: prodelquinta@yahoo.es
Pagina : www.construccioncultural.cl
Teléfono: 52 -32 – 2595303.
Dirección: Colon 3126, Valparaíso. Chile.
Privación de Libertad Adolescente en Chile, una reflexión desde la praxis.
Introducción
En Chile, la constitución del 1980 legitimó una nueva institucionalidad, que consagró el
tránsito desde un Estado de bienestar a uno de tipo subsidiario, que trasladó el
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protagonismo desde el Estado al mercado, desarrollando una política pública mínima que
se expresó en una caída del gasto social, el cual se focalizó en las familias en condición
de pobreza, imponiendo además, la privatización los servicios sociales y la
descentralización de la gestión en educación y salud3.
Tal tendencia se comenzó a revertir con los gobiernos democráticos, los que procuraron
ampliar el sistema de protección social, diversificando la oferta pública y estableciendo la
existencia de grupos vulnerables (entre estos la infancia y/o juventud), transitando desde
un enfoque asistencial al de inversión social.
3 Moulian, Tomás (1998) “Páramo del ciudadano”, en Chile Actual: Anatomía de un mito, LOM-ARCIS,
Santiago, Chile.
4 Larrain H. Soledad (2005), Presentación: “Políticas hacia las familias, protección e inclusión social”,
Comisión Económica Para América Latina y el Caribe - CEPAL, Santiago, Chile. 28-29 junio.
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En el país, ha pesar de disminuir las estadísticas de pobreza, se han acentuado el
fenómeno de la segregación urbana5 - que existía ya antes - la separación entre los
distintos estratos sociales, se replica de forma ostensible en las ciudades más
importantes6.
5 Para la Real Academia de la Lengua Española (RAE) segregar es “separar y marginar a una persona o
a un grupo de personas por motivos sociales, políticos o culturales”
6 Prieto D. Miguel “La segregación espacial de sectores sociales de bajos ingresos en las ciudades
medias chilenas bajo el sistema económico neoliberal. La vivienda social depredadora del medio
ambiente urbano años 1975-1998, ponencia presentada al 6° encuentro científico sobre el medio
ambiente, CIPMA, Instituto de Estudios Urbanos P. Universidad Católica de Chile, 6 al 8 de enero de
1998.
7 Yañez, Carlos (1997) “Identidad, Aproximaciones al Concepto”, Revista Colombiana de Sociología -
Barcelona: España.
9 Turner, J.C. et al. (1987),”Redescubrir el Grupo Social”. Traducción de Editorial Morata (1990).
Madrid. España.
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los que desarrollan su vida en condiciones precarias, experimentando fuertes
sentimientos de desesperanza “aprendida”, en este proceso, los grupos de pares, ya sean
grupos de esquina, tribus urbanas, pandillas, barras bravas, etc. parecieran funcionar
como retroalimentadores de la situación de “marginación estructural10”.
Esto resulta paradójico, si consideramos que en las estadísticas del Banco Mundial el año
2005, Chile esta posicionado en el lugar numero 16 en un ranking de desigualdad en la
distribución de los ingresos, en una lista de 127 naciones, los que verifica las cotidianas
dificultades que existen para acceder a recursos sociales y económicos.
10 Anzaldo, Carlos y Prado, Minerva (2005) “Índices de marginación, 2005”, Primera edición: noviembre de
2006. CONAPO, Mexico D.F.
El Consejo Nacional de Población Mexicano (CONAPO) señala que la marginación es un fenómeno
estructural que se origina en la modalidad, estilo o patrón histórico de desarrollo; ésta se expresa, por
un lado, en la dificultad para propagar el progreso técnico en el conjunto de la estructura productiva y
en las regiones del país, y por el otro, en la exclusión de grupos sociales del proceso de desarrollo y del
disfrute de sus beneficios.
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La hipótesis que respalda la correlación entre los incentivos sociales y la marginalidad
estructural, adquiere fuerza al verificar las estadísticas del Ministerio Publico, las que dan
cuenta del predominio de los delitos contra la propiedad, por sobre los de otro tipo.
Chile se caracteriza en muchos aspectos por generar discursos que se contradicen con su
realidad de hecho. Entre otros ejemplos: Funciona con un ordenamiento legal que fue
impuesto ilegalmente; se propone ser un país desarrollado, con una economía que
depende de la exportación de materias primas; así como, vive ocupado en la agenda de
11 Ser vivo: puede interpretarse como ser rápido de mente, avisado; por el contrario ser gil sería ser tonto,
o lento.
12 Cooper Mayr, Doris (2002), “Criminología y delincuencia femenina” Teoría de la economía informal
“"Social Structure and Anomie", American Sociological Review-3, páginas 672 a 682. Harvard University,
Cambridge, Massachusetts, USA.
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una “opinión pública” que, casi abrumadoramente, es patrimonio de unos pocos pero
poderosos privados, en los medios de comunicación.
Puede inferirse entonces porqué no parece extraño pasar a través de esta Ley, de un
Estado que encarcelaba para proteger (en el contexto de un sistema tutelar) a otro que
encarcela para rehabilitar, responsabilizar y educar (en un sistema que se declara
garantista). Ahora, las cárceles para adolescentes tendrían un uso más amplio y eficiente;
y además, el actual concepto de “justicia especializada” para menores de edad
mantendría el mismo “remedio” que se aplicó a una “enfermedad” muy distinta.
Y es que la nueva Ley vendrá a redefinir la relación entre el Estado y un sujeto que no es
aún adulto (y que por ello no podrá defenderse de la mejor forma posible frente a la
acción de un Estado represor14), estableciendo exigencias de responsabilidad sobre actos
que ahora le son imputables. Cabe mencionar que, al instalar unas debidas garantías de
proceso, que serían las mínimas para un adulto cualquiera, queda en la extraña condición
de, por una parte ser capaz de exigir al adolescente su responsabilidad, pero no de ser
capaz de cumplir con las garantías que a sí mismo se impone, o que a través de la
normativa de la Convención debiese implementar. Asunto al que volveremos más tarde.
A través de los supuestos socioeducativos y los demás dispositivos que la Ley genera, se
instalará entre la sociedad y: un sujeto “salvaje” que debe ser “domado” y/o
“domesticado”; un “psicópata”, que debe ser “sanado” o simplemente encerrado por
constituirse un “peligro” para ella; o por un “enfermo-adicto” que debe rehabilitarse. Al
establecerse así la norma, el efecto viene a ser el desplazamiento de la atención ahora,
sobre unos ciertos sujetos a-normales, sobre los cuales instalar tanto unos discursos
como unas prácticas dirigidas a controlar, homogeneizar y/o psiquiatrizar. En ello vemos
tanto la acción que el Estado aplica para controlar este segmento etario, pero además un
silencio incierto desde los colegios profesionales o desde la Academia que concede sin
rechistar un sistema que encarcela para re-insertar, re-habilitar, educar o re-educar,
incluso para someter a un proceso de terapia de adicciones, por ejemplo.
De hecho esta cárcel para adolescentes, no se llama cárcel, sino que Centro de Privación
de Libertad, desplazando el significado del significante, con lo cual “atenúa” su efecto,
14 Debe recordarse que en Chile se ha optado por adelantar en Asuntos de Responsabilidad Penal del
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convirtiéndose en algo diferente. En lo concreto, serán las mismas Instituciones que
encarcelaban para proteger, sólo que ahora con cambios en la organización que
permanece en extremo similar y con un marco legal diferente, además de un usuario que
a su también se ha diversificado.
Al interior de esta cárcel, el control de los menores estará a cargo de celadores civiles
que, sin entrenamiento formal, deben ejecutar funciones como la “contención física” que,
en las cárceles de adultos realiza Gendarmería. Con ello, las pretensiones de que estos
llamados “educadores” “eduquen”, se ve imposibilitada por el primado del imperativo de
mantener encerrados a los sujetos, contra su voluntad. El resultado es un sistema
carcelario ambiguo, que sigue contando con las necesidades obvias de la cárcel, pero con
la obligación legal de educar15. En él predomina, sin embargo, una óptica más bien psico-
social16, que redunda en que, aquellos aspectos criminológicos que pudiesen estar
presentes, se vuelvan invisibles y que genera además, como efecto adverso, un sistema
de beneficios con muchas características discrecionales que fundamentan su acción en
consideraciones de tipo psicológico, simpatías u otras, que al caso, vienen a ser
igualmente arbitrarias.
Aún cuando sabemos por experiencia que la cárcel es una pena que quebranta, deforma
y mutila al individuo, allí donde es más difícil de sanarle, en el espíritu17; aparece en el
sistema chileno que implementa la nueva ley de Responsabilidad Penal Adolescente, no
como una excepción forzosa en circunstancias extremas (como el último recurso), sino
más bien, como una medida recurrente18.
Según hemos observado, el encierro, para un joven de entre 14 y 18 años, no sólo será la
oportunidad de sufrir la más cruda zozobra a la que se puede someter a un ser humano,
sino que además, el daño que ocasiona dejará huellas profundas y permanentes en todas
aquellas áreas que le son indispensables para integrarse socialmente19:
15 Ver objetivo socioeducativo de la ley, consonante con el modelo de justicia adolescente de Costa Rica.
16 Existe una proporción de un psicólogo y/o asistente social “disponible” para cada diez jóvenes. Este
punto nuevamente vuelve ambigua la pena y las relaciones doble-vinculantes.
17 Permítasenos en la acepción amplia del francés Esprit, o del Geist alemán.
18 Véanse las discusiones y cifras relativas a las Internaciones Preventivas. Actualmente en Limache
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Los procesos cognitivos se empobrecen por falta de estímulos y en muchos casos
se retrocede y pierden habilidades previas. Las instancias que fomentan la
plasticidad neuronal, o que ocasionen nuevos procesos cognitivos, son pocas. Y
las actividades recreativas que trabajen directamente la creatividad y/o el
entrenamiento de habilidades cognitivas complejas, son inexistentes.
Por otra parte, los vínculos sociales no sólo se rompen en muchos niveles, sino
que además, en la mayoría de las ocasiones se vuelven perversos. Los roles
sociales se restringen de forma abrupta, limitándose en diversidad y flexibilidad. Y,
el poder tendrá un papel preponderante en los efectos del encierro; dando paso
de un contexto antes de la Ley de una cierta lucha por el “metro cuadrado” a otro
escenario nuevo, con una multiplicación del encierro23, en que la disputa se
traslada al “centímetro cuadrado”.
Desde el punto de vista emocional y afectivo, se les separa a los jóvenes no sólo
de su familia de origen, sino que se les aleja de la posibilidad de desarrollar
naturales acercamientos con sus pares del sexo opuesto, constriñendo hasta el
punto de la atrofia las oportunidades de desarrollo afectivo-sexual. Esta dimensión
tendrá otras manifestaciones muy crudas y concretas. El fenómeno de la auto-
agresión en sus múltiples expresiones tendrá en un extremo menos grave,
20 Hemos trabajado antes este asunto en la investigación: “En Canadá, adolescentes y privación de
libertad”, disponible en www.construccioncultural.cl.
21 Abstinencia, descontrol de impulsos, trastornos conductuales, etc.
22 Por ejemplo cuadros adaptativos, depresión e incluso psicosis en no pocas oportunidades.
23 Una suerte de “muñeca rusa” en la que se multiplican los espacios de “encierro dentro de otro
encierro”.
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provocaciones directas de manera de obtener algún tipo de violencia como
respuesta (a otros jóvenes, a funcionarios del centro o incluso a Gendarmería); así
como cortes auto inferidos en brazos piernas y abdomen, incluso como auto-
apuñalamientos; llegando en el extremo, a atentados contra la propia vida, que en
la cárcel en que trabajamos, ya cobraron su primera victima.
Finalmente
En relación a la cárcel, nos parece imposible que en su interior se logre poner por sobre el
interés de la Institución, el “interés superior del niño”; porque ello se da según
circunstancias y características de cada joven en particular. Este “en cada caso” resulta
inabordable para la polis-cárcel, que debe velar por el asunto del control25, que pondrá por
sobre el bien de cada individuo el “bien común” institucional. Esta suerte de razón de
estado, guardando las proporciones, caerá rápidamente sobre aquellos jóvenes que no
logran adaptarse a la cárcel sumisa e incondicionalmente (lo esperable en un rehabilitado
24 Ver Informe Ejecutivo: “Principales nudos problemáticos de los Centros Privativos de Libertad para
Adolescentes y Secciones Penales Juveniles”, UNICEF,
http://www.cejamericas.org/cejacommunity/?id=369&item2=4512
25 Véase la obra de Michel Foucault: “VIGILAR Y CASTIGAR Nacimiento de la Prisión”, ed. Siglo
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o rehabilitable). Siendo entonces la obediencia y la adecuación a la arbitrariedad, en un
contexto tan violento y estresante, indicador de una incierta salud.
Aún cuando reconocemos que la R.P.A viene a significar un gran avance para la
legislación chilena, al establecer un sistema que al implementarse (con todos sus
claroscuros), se vuelve perfectible, es innegable que urgentes reformas deben
introducirse en ella. El fenómeno debe ser abordarse seriamente y evitar toda suerte de
facilismos o de utilización político-electoral. Ello debiese implicar mecanismos ágiles de
control y supervisión, independientes y muy especializados que posean las atribuciones
suficientes para, de ser necesario, interponer acciones legales contra el Estado, cuando
este no esté en condiciones de privar de libertad respetando todos los demás derechos
consagrados en el cuerpo de la Ley, la Convención y los distintos instrumentos
internacionales relativos a la privación de libertad.
Evitamos aquí sin embargo, subestimar o infantilizar a los adolescentes que han sido
encarcelados, principalmente porque son, en las más de las ocasiones, individuos
notables que se abalanzan sobre la existencia dispuestos a sacar de ella el mayor partido
posible; que no se conforman con una existencia marginal, sin trascendencia o
notoriedad; jóvenes fuertes y decididos que aspiran –hipotetizamos- a una muy particular
forma de heroísmo26. Quedará, sin embargo, abierta la pregunta sobre lo que debe
prevalecer: si la retribución del daño ocasionado que la sociedad reclamaría a través del
castigo penal, los derechos del Estado; o si el “Interés Superior del Niño”, que será
siempre en cada caso, y sobre un sujeto en desarrollo. Sobre estos puntos debiese
dirimirse la situación del encarcelamiento en su excepcionalidad, y sólo luego de agotar
todas las opciones posibles que tiendan a educar, sanar, integrar y proteger a quienes,
probablemente, a través de estas conductas, estén pidiendo ayuda o simplemente
reflejando aquellos aspectos que como sociedad les hemos impuesto o quitado.
26 Podrían pensarse como versiones postmodernas de Aquiles “el de los pies ligeros”, que habría elegido
una vida corta pero llena de gloria a otra longeva pero sin resonancia. Nótese el paralelo cuando en la
Odisea Ulises se encuentra con él en el inframundo.
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