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cientifico, r del apre- ; tenido en Region. Arti- e 8de 1898.— ation and th America. — — 107 — va produccién etnolégica ninguno de esos errores 4 que tan mo- destamente aludia en su carta. Seguro estaba yo mas bien de que nada mas sino motivos de elogio habria tenido despues de esa lectura. Y empecé 4 leer con tanto mayor interés ese folleto, cuan- to que en él se trataba de una materia 4 la cual he dedicado desde algunos afios mi atencién preferente, siéndome por lo tanto bastante familiar. Observé en seguida, que, desde la primera pagina, mi nombre estaba citado con mucha frecuencia, prueba evidente de que el Dr. Brinton se habfa tomado la molestia de leer y tener en cuenta lo que yo habia publicado sobre la materia. Mas ;cudl no seria mi asombro cuando me apercibi que existian realmente errores tan numerosos como inexplicables? Dada la lista bibliogrifica de las obras consultadas por el Dr. Brinton para este nuevo articulo, hubiera parecido imposible la re- peticién de algunos de ellos, faciles por otra parte de deslizarse en un libro de recopilacién tan vasta y complicada como habia sido «The American Race», fundado, por lo general, en un sin ntimero de documentos dificilmente controlables, contradictorios muchos de ellos y poco claros muchisimos otros. Empero, despues de aquella publicacién, en estos tiltimos siete afios, muchos estudios nuevos se han venido publicando, mucha luz se ha echado sobre la oscuridad en que quedaba sumida la etnografia del Chaco, y, ademas de eso, algunos de esos errores habian sido notados, relevados y refutados debidamente, quedan- do explicadas las causas que los produjeran. zC@6mo es que el Dr. Brinton ha podido incurrir nuevamente en ellos? Es sumamente lamentable que sea precisamente e! Dr. Brinton quien, rechazando los resultados obteuidos por los modernos estu- diosos de cosas americanas 6, como podria creerse, haciendo caso omiso de ellos, vuelva & repetir cosas viejas que por las _ulterio- res observaciones han resultado ser inciertas 6 equivocadas. Dada la grande auteridad de que goza el Dr. Brinton entre los etnégrafos de todo el mundo cientifico, cualquier noticia que de Ys producir grandes sin esclarecimient 0 4 comunicar no 4 6] estos estudios, cudles articulo, declarando lo que se refiere 4 rosso de que he tra- hubiere lugar. del articulo del Dr. m 4 la lectura, de- Mapa 6étnico que Jo le inexactitudes que % buscando mucho ar- tne serfa dificil, pues ‘Tlevaria mas tiempo } cerca de los cursos Ein el norte son — 109 — Dejemos & un lado la cuestién de los lagos en que se trans- forman los campos llanos, qne no es cierta sino en alguna que otra parte, adonde hay verdaderas depresiones de terreno, que de- bieronn ser antignos lechos de lagunas, 6 lechos abandonados por los rios; las que no existen son las altiplanicies aridas y estériles del norte. El Chaco no tiene, sobre todo en el norte, parte algu- na que pueda ser llamada ni drida ni estéril, 4 menos que se quieran llamar tales las ricas salinas de Santiago y San José, que, sinembargo no cubren sino una parte insignificante del inmenso territorio y siendo mas bien una verdadera fuente de riqueza de ignal si no mayor valor que el de los mejores campos. Ademés de eso, las altiplanicies, adonde existen, tienen tierras sumamente fértiles, de que dan fé los espléndidos productos agri- colas cuyas muestras los indigenas nos han proporcionado mas de una vez, y de que hablaremos més adelante. Y las Ianuras mas bajas, cuando no cubiertas de riquisimas florestas en las que abun- dan las mas preciosas maderas, estén formadas por inmensas ex- tensiones de palmares y de campos abiertos, ambos inmejorables para pastoreo de hacienda vacuna y caballar. Dice mas adelante: «Las tribus indigenas que habitan esa regién han estado siem- «pre en los mas bajos grados de cultura, dependiendo de la caxa « ete, 8. 1896, pag. 4. — 112 — berla creido digna de ser tomada en cuenta, la que, con todo eso, yo mantengo como mas acertada y légica, pues corresponde per- fectamente al verdadero objeto que han tenido los antiguos, como jo tienen los modernos Guaran{, para aplicar semejante apodo des- preciativo, pues lo es, 4 tribus para ellos extrafias, despreciables y enemigas: Gud es particula que lleva consigo el significado de gente, habitante, nativo : Ai quiere decir malvado, malo, falso, trutdor: Curt significa sarna, suciedad de la piel, y, por consigniente icurti—sarnoso, sucio, De todo lo cual deriva: Gui-ai-icurt 6 sea, gente malvada y sucia: todas. cualidades que todo buen pa- raguayo de pura sangre guarani le impone 4 los Indios en gene- ral, 4 los del Chaco ‘con especialidad. Por supuesto no es invencién mia la traduccién de esos voca- blos guaran{, aunque en los diez fi once afios que he andado por aqui, alguna practica me haya ido formando del idioma guarani; buenos y muy inteligentes amigos paraguayos he consultado 4 este propésito y de sus indicaciones me he valido para llegar 4 mis dedueciones. En fin de ese capitulo, nos da el Dr. Brinton una tabla de comparacién de siete dialectos del grupo Guaycurtt para ocho pa- Jabras, y de seis para otras ocho palabras mas. Diré, antes que todo, que me parece intitil el haber hecho dos dialectos de los idiomas Mbayé y Catuveo, que en realidad no Son sino una misma cosa, pues no hay hoy dia, como no habia antes, dos tribus 6 sub-tribus que llevasen esos distintos nombres. Mbayé era el nombre genérico que daban los Guarani (1°) 4 todas Jas tribus que formaban aquella poderosa familia; y Caduveo (pro- bablemente derivacién del «Quetiadegodis» de Dobrizhoffer (11), (9) Cfr. op. cit., pag. 7. (40) Tolis dice que asi eran Mamados por los Huropeos, mas, por supuesto, eso no podia ser sino por indicacién de los Guaranf, de los cuales proceden casi to- dos los nombres mis conocidos de las tribus de estas regiones. Ctr. Larone Queveno, Idioma Mbayd cit., pag. 13. (11) Ctr. MARTIN DoprizHorreR, An Account of the Abipones, London 1 Vol. I, pag: 125. — 113 — del «cadiguegodis (nombre de wn rio, en el que estén dos tribus «que toman del rio su nombre)» de Tolis (12), 6 del «Uettiadan> no Uettiadiv como transcribe el Dr. Brinton 4 p&g. 8 de su articulo—de los Chamacocos (1#), es el nombre que se conoce ge- neralmente y es aceptado hoy dia por los pocos que quedan de la numerosa familia Mbay4, los que, segtin me dijo el mismo ca- cique de ellos, oyen realmente de Hyiudyeg («Huiguayegis>) como, segtin Dobrizhoffer (14), se llamaban 4 sf mismos los Mbayd ha- bitantes de las margenes izquierdas del Rio Paraguay, precisa- mente como hoy dia. 4 Las penefias diferencias de transcripcién que se notan en la corta lista que nos ofrece el Dr. Brinton no derivan de diferen- cias dialectales, sino de defectos de las transcripciones de los va- trios autores que han formato los vocabularics originales de los que estén sacados esos vocablos; defectos que 4 veces no depen- den sino de la diferente nacionalidad de esos escritores. Asi por ejemplo, tenemos por luna epenahi que el Dr. Brin- ton atribuye 4 los Mbayé. Ese epenahi muy probablemente es una reduccién 4 ortografia castellana del vocablo dado por Castelnau, quien era francés, el que, en el original, esta escrito aipainahi, las dos ai pronuncidndose, en francés, como e en castellano; y la h que divide las filtimas @ é ¢ no indicando aspiracién, sino ha- biendo sido puesta por Castelnau, como en otros casos semejan- tes, para impedir que también estas ai finales se pronunciasen, por el lector, con sonido de e como las primeras. No hay pues diferencia ninguna entre aipainahi—epenahi de su Mbaya y el epenai del Caduyeo, que debe haber sido sacado de los vocabularios de Martins (Guaicuré) 6 de Hervas, 6, talvez, (12) Cfr. An. Lorenzo Hervis, Catdlogo de las Lenguas de las naciones co- novidas ete, Madrid, 1800, Vol. I, pig. 188, y efr. también, Larone QuEvEDo, Idioma Mbayd cit., pag. 13. (13) Ctr. G. Boaarant, Apuntes sueltos de la lengua de los Indios Caduveoss en el Boletin del Instituto Geogritico Argentino, Tomo XVIII, pag. 368-69. En la publicacién de esa mi carta, en el encabezamiento, se ha puesto Chaco Paraguayo mientras debiase poner Matto-Grosso (Brasil). Hago notar y corrijo ‘esta equivocacién, que no es mia, pues es de mucha importancia, y de dejarla pa- sar podrfan ocasionarse confusiones que es indispensable evitar. (14) Cfr. op. cit., Vol. I, pig. 125. — Tid = por mayor comodidad, del que yo mismo he publicado en mis Caduvei (15), ‘Asi sucede con todos los otros vocablos de los dos dialectos dados como existentes por el Dr. Brinton, entre los cuales no hay diferencia que no se deba atribuir 4 la imperfecta reproduccién fonética de los varios autores. Lo mfs curioso del caso es que en el mapa étnico que acom- pafia su folleto, el Dr. Brinton persiste en poner como todavia exis- tentes en el Chaco individuos 6 fracciones de la tribu Mbayd, que en realidad, desde muchisimos afios, (segtin parece desde fines Gel XVII siglo 6 principios del XIX) han abandonado aquellas re- giones por completo, habi¢ndose retirado, con los Guana (del gru- po Mojo—Mbaure que comprende Quiniquinéo y Teréno) 4 oriente del Rio Paraguay, muy reducida de ntimero, precisamente en aquel rincon del citado mapa en que Brinton pone los Caduvei, entre el 20° y 21° 30” grado de lat. sur. Como digo, desde muchisimo tiempo ni en el Chaco ni en los territorios de la parte oriental del Rio Paraguay, que quedan al sur del Rio Apa, existen Mbayé 6 Caduveos 6 alguna de las fracciones en que se dividfa la gran familia Mhayé. En todo caso, aunque se quisiese referirse 4 los antiguos, esos Mbayds que el Dr. Brinton pone en el Chaco distintos con color rosado, han debido ser puestos al norte de las tribus Ennimé, entre éstas y las Tumani—Chamacoco, y no al sur. En mi folleto «Hinog. del Alto Parag.» cit. & pig. 7 he resu- mido con bastante claridad el estado presente de esta tribu, de manera que no debfa haber lugar 4 eguivdcaciones; y, en caso de no poder interpretar bien el texto, por deficiencia de claridad en Ja redaccién del mismo, el Dr. Brinton no habria podido eqnivocar- se si se hubiese fijado un poguito en mi mapa étnico que acom- pafia mi folleto. Mas ahora viene otra eqnivocacién que es atin més grave que las anteriores. El Dr. Brinton vuelve 4 insistir en poner 4 los Quintquindo, (15) Cfr. op. cit., apéndice, pig. 249 y sig. — 1145 — (Quinigquinas de su articulo) en el grupo Guaicurt, y reproduce vocablos del idioma atribuidoles por da Fonseca que, segtin mis averiguaciones personales in situ, ha resultado ser Caduveo puro ¥ no Quiniquinao. En mi folleto ya citado, Htnog. del Alio Parag. de que el Dr. Brinton tanto se ha valido para su articulo de recopilacién, digo lo siguiente 4 pag, 9: «Al nor-este de los Caduveos, he sefialado en el mapa con co- «lor amarillo 4 las tres tribus de los Guané (Layanés 6 Chands «de los antiguos) de los Teréno y de los Quiniquinéo, Hablan- «do estas tres un mismo idioma, con pequefias diferencias dialec- «tales, pertenecientes sin duda alguna 4 la familia Mojo-Mbaure (del «Arawak Stock de Brinton). Castelnau (*) ya habia dicho ego mismo; «mas Brinton (17), bastindose sobre lo que L. Adam escribié en el «Compte Rendu du Cong. Internat, des Américanistes, (1888, pag. «510), quita Teréno y Quiniquinéo del grupo, 4 que deja pertene- , y no haria sino repetirme sin necesidad, Bn ese estudio encontrara el Dr. Brinton y quien de semejantes enestiones se interese, numerosos documentos y una tabla lingiifs- tica de comparacién que quitarin toda duda sobre el asunto, (19) Cfr. Cat. de las lenguas cit., pag. 187. (20) Cfr. Saggio sulla Storia Naturale della Provincia del Gran Chaco, en Faenza, 1789, lib- 6, art. 12, pfig. 551. = 2e Or Salto ahora 4 la pég. 11 del articulo del Dr. Brinton, al capi- © cuyo encabezamiento es: The Samucu Stock el Dr. Brinton me hace decir lo siguiente: El (refiriéndose 4 mf) pretende que los Chamacéeo (id p. 28) mn grupo independiente, y niega (id p. 19) que ellos ten- relaci6n lingiifsticamente con Jos Samucus 6 Zamucos descri- por el Padre Azara y el viagero D/Orbigny.» Dr. Karl von den Steinen>, agrega, . Ss estos son datos nuevos que el Dr. Brinton no conocfa to- gare ni se los he podido comunicar ni los he punta ; pocas voces del grupo Arawack que encuentra el Dr. Brin- el chamacoco, pueden sea derivadas, segin mi parecr, no tesco lingiiistico, sino del contacto en que se encuentran ocos con las tribus Mojo-Mbaure de més al norte. Te nos ahora al capitulo «The Ennima Stock» (24) € el Dr. Brinton que, despues de la publicacién de su obra «The American Race», un nuevo grupo lingtiistico ha sido erto en la regién del Chaco, refiriéndose con eso al idioma y cita las obras de M. de Brettes (1892) (25), Don Juan jinges (1892) (2°), y mi Vocabulario Guand (1895) (4) en Cfr. op. cit., pag. 14-15. JUAN DE ComINGEs, Obras escoyidas, B. Aires 1892. cit., en los Roma, 1895. el cual yo reproducia, junto con el mio, el vocabulario de Comin- ges; y agrega que parecia no estar yo en conocimiento del de M. de Brettes. Hfectivamente es ésta la primera noticia que yo tengo de un vocabulario Guané de M. de Brettes, el que haré lo posible de consultar en cuanto yo sepa & donde encontrarle, aun- que, por lo que dice el Dr. Brinton 4 propésito de ese vocabula- rio, y por otros datos que yo tengo sobre la poca atendlibilidad de M, de Brettes, no es de suponer que puedan servir para mucho las noticias que ese sefior nos haya dejado sobre su pretendida ea- ploracién. Dice el Dr. Brinton que «Guana» es una palabra del idioma tupi—guaran{ que significa «fino», «gente ilustrada» y que era aplicado 4 varias naciones cuyas condiciones de cultura habia he- cho fayorable impresién en los Tupi—Guarani. Debo decir que hasta hoy no he encontrado aqui en el Paraguay ninguna perso- na que pudiese darme una explicacién del nombre 6 apodo «Gua- na» que estuviese en concordancia con la dada por el Dr. Brin- ton. Es ademas dudoso que tal sonara ese nombre, habiendo quien asegura ser Chané, y significar mucha gente por lo numerosa que era esa tribu, Sea como fuere, la aplicacién de tal apoio, en el sentido al que hace referencia el Dr. Brinton, é varias naciones, eS cosa que, de un atento estudio de las noticias antiguas y modernas no pa- rece bien comprobada. Se habla, es cierto, con alguna confusién, por los antiguos escritores con especialidad, de unos Guanas 6 Ohanas 6 Chanes ete. que, como he comprobado en mis estudios publicados y 4 publicarse, son los hoy de Miranda en Matto Gros- 0 que pertenecen al grupo lingiifstico Mojo—Mbaure (del Ara- wak Stock de Brinton); y por los modernos (de Brettes, Comin- ges y Boggiani—no sé si hay otros més) de otros Guanas que son los del interior del Chaco, tiltimos, al N. 0. de Puerto Ca- sado, de las sub-tribus que hemos convenido amar Ennimé. Mas no sé que haya habido otras tribus en la América del Sur 4 quie- nes se haya aplicado semejante apodo. Reducidas pues 4 dos las tribus que se suponen bautizadas con tal nombre por los Tupi—Guarani, nos quéda por averiguar si real- 4 las dos fuere aplicado, 6 4 una sola de elias, como yo firmemente. Pues, como he comprobado suficientemente, son diferentes entre si lingitistica y étnicamente, y de costumbres n poco parecidas esas dos tribus, que me parece imposible que mismo apodo (siempre admitiendo el significado atribuidole por jr. Brinton) hubiera sido merecido por la del Chaco, mientras wia perfectamente 4 la de Miranda. en cuenta que los Guané hoy de Miranda, vivian. ante- te en el Chaco, y que, segtin Azara, no pasarian 4 la ban- ental del Rio Paraguay, en las regiones que hoy ocupan to- , Sino en 1673 (?7), y que, al decirde Hervas (%) eran «la Guan4, vivian sin duda en contacto territorial entre ellas, indo la primera estaba todavia establecida en el Chaco, y es originariamente aplicado s6lo 4 la tribu hoy de Miranda, haya ) despues usurpado por los que habian quedado en el Chaco, fs usurpacién (*°) no significa derecho. e en preparacién un estudio sobre la familia Ennimé y ade- sir. FELIX DE AZARA, Descripcidn é Historia del Paraguay y del Rio de la Asuncién 1896, N°. 75, pig. 246. el pasage de estas tribus del (chaco 4 la banda oriental del Rio Paraguay tos precisos en un M. S. del Capitén de Fragata ‘de la Real Armada don Francisco Aguirre, comisionado espafiol en 1a demareacién do limites de Es- “Portugal en la América Meridional, recientemente descubierto en la Bi- jlioteea Nacional de B. Aires y publicado, en parte, por el sefior Enrique Pefla ‘el T. XIX, nums. 7 4 12 del Boletin del Instituto Geogritico Argentino por los de Julio 4 Diciembre, 1898, pig. 364-610. Cir. Cat. d. 1. Leng. cit., tomo I, pag. 189. No es de extrafiar que pueda haber habido usurpacién del nombre Guang lizacién 4 la que tenia el derecho de levarle. No es ‘vara entre los indios; véase & este propésito lo que el P. Pedro Lozano refie- el tom. I, capitulo IV, pig. 106 de su Historia de la Conquista del Para- ‘editado en B. Aires en 1873, del nombre Xarayé usprpado por los Otaqués mente Otugués). — 122 — més he tratado ya esa cuestién del apodo Guana con cierta ex- tensién en mis «Guaicurii» que, como dije, estén por ver Ja luz. ‘Asi es que no agregaré ningun mayor detalle sobre este argu- mento; y sigo adelante. Nombradas. las cinco tribus que yo he designado como forman- do parte de la familia Ennimé (2) el Dr. Brinton dice: , los «Néenssemakas, los Kamananghas y los Banghis.» He dicho bien claro en mi Htnog. del Alto Paraguay tantas ve- ces ya citado por mi y consultado por el Dr. Brinton, que estos Machicwys no son una tribu especial, sind que son las mis- mas conocidas hoy por Angaité, Sanapand, Sapugui y Guana del Chaco, y que ese nombre de Machicuy es hoy dia perfecta- mente desconocido tanto por los cristianos como por los indigenas del Chaco. D’Orbigny, Azara y Demersay son los solos autores, de los citados por Brinton, que de una tribu Machicuy hagan menci6n; no sé si Castelnau hable de tal tribu; lo cierto es que este nombre, que yo sepa, no figura en los escritos de Hervés ni de Tolis ni en los de los antiguos historiadores, desde Schmidel a Lozano, ni en los de Cominges quien fué el primero (en 1879) 4 explorar aquellas regiones, despues de Ayolas é Irala, Y si de Brettes, que dijo haber entrado por aquellas regiones, en todo caso mucho des- pues de Cominges, aunque sus informes no merezcan mucha fé, hablé de Machicuy, debe haberlo hecho por lo que leyé en Demer- say y no por lo que él supo in situ. Yo mismo estuve en Puerto Casado en aquellos tiempos en que de Brettes, con pretensiones de cruzar el Chaco hasta Bolivia, ten- t6 una entrada desde Puerto Casado hacia el N.0., volviendo 4 los diez y ocho dias de dejadas las orillas del Rio Paraguay; y sé positivamente que de tales Machicuys ni de Néennssemakas 6 Ka- mananghas 6 tanto menos de Banghis no habia ni noticia ni men- cién siquiera. Dice el Dr. Brinton tanto 4 pag. 15 como 4 pag. 16 de su ar- (80) Ctr. Knog. d. Alt. Parag. cit., pig. 10. — 123 — que Hervas habla de los -Machicuys; mas yo supongo que ido en una confusién de nombres, habiendo debido decir (que 61 lama siempae Padre Azava, aunque nunca fué ecle- 20) en lugar de Hervas. formidable extensién de los nombres citados de sub-tribus o-machicuy viene del error de hacer una sola palabra de lo en la realidad es un grupo de varias palabras, una frase. Vv “me entretengo al «Arawak stock» del Dr. Brinton sino para var un pequefio error de ubicacién de la tribu de los Guana, o al norte sino al este de Corumbé en el valle del Rio Mi- hay que ponerla, junto con la de los Teréno, como est in- o en mi mapa étnico ya citado, y para observar que me pa- dudosa, cuando menos, la idea que expresa de que Chualas mas sean simplemente variantes de Guands: pues, segtin desprenderse de todas las noticias que tenemos, antiguas y as, sobre la nomenclatura etnogrifica de esos indigenas, esos ites nombres 6 eran peculiares 4 cada parcialidad de las tri- eran de diferente procedencia, es decir que eran nombres 4 una misma tribu por las varias tribus que la rodeaban. es que entre esos nombres los hay que son de procedencia ni, como Guané, Chané etc, 6 de procedencia Mbaya como adi, Ennimaga etc. jando tal discusién, que no tiene por ahora mayor importan- é al capitulo titulado: «The Lenguas (Timbues).> ibues ? aro antes que todo, que en este capitulo no tanto se trata de en que haya incurrido el Dr. Brinton, sino de confusién de contradictorias en las que se ha enredado sin que le fue- ible sacar 2n limpio el verdadero estado de las cosas, ya sea ) se encontraran en los tiempos pasados ya sea en los pre- as cosas de los Indios se deben de estudiar en la misma tie- de los Indios», escribia yo en una de mis cartas al Sr. La- to justificads de esa Jo bueno de lo Y base que pue- Ser tenidos en gencias tienen las antiguos 6, adop- e las_notic n- diffciles cuales Sistema adoleceria /Ser tomado en itraria 4 la de . ‘Para infirmar 4 t deduciones certe- estando —— 125 — a {6 han merecido los antignos escritores, no es ella -raz6n para que no merezcan otro tanto los modernos, sobre- que estando sobre el terreno, estudian esas cuestiones com- lo que otros han escrito con lo que existe realmente, 3 en las solas cuestiones etnograficas que se ha tenido que por completo teorias y deduciones antiguas; no hay, pues, Para resistirse 4 modificar ciertas creencias que resultan das, y es deplorable y dafioso que se persista en las an- teorias enando se ha demostrado ya 6 tan solo Iamado la n sobre su insostenibilidad. hizo el Dr. Colini, ditado en principio de ese capitulo por Brinton, al evitar fallar sobre la obscuridad que reina «Lenguas» 6 de tratar de hacer concordar las noticias rias de los varios autores que de ellos se han owupa- Dr. Colini comprendié que lo mejor y lo tinico que se po- ren tal caso, dados los elementos de que disponfa, era de ) poder hacer. nuevas observaciones del natural-la solu. ella. emos por el titulo: de ello se desprende que el Dr. Brin- de los Lengua una sola cosa con los Timbf. Ya ve- males son las razones que aduce para decir semejante cosa : ninguna manera es aceptable. ‘despues, en principio de ese capitulo, que «pocas tribus ontribuido mayormente 4 producir confusién en la etnogra- la regién del Chaco como las conocidas por Lenguas.» e «Esas contradicciones quedan materialmente disminui- aprender que el vocablo espafiol lengua, lengua, era indjs- ente aplicado por los primeros colonizadores 4 toda tribu uviere la costumbre de injertar un barbote (labret), (*!) en el fe, mas exacta la traduccién espafiola, por tembetd, que la inglesa, como mas adelante. de que yo he D’Orbigny y iB m ate Aesenbiorta > hi oe Me: (4), (que de iS Narices) que ¥ otros, sin tales ‘oi de la Plata, edi- y Pag. 29 (Coron- — 127 — conquistaderes, los cuales en detalles de mucho menor im- se fijaron y de ellas nos dejaron descripeién exacta. ‘Tesulta ademas, que, ninguno de los historiadores que de stumbre hablaron vié un solo individuo Lengua que Meva- extraordinario tembetd. es de eso, es curiosa la traduccién que el Dr. Brinton dé palabras tembetd y Timbi. de las dos cosas una sola, como hemos visto ya por el este capitulo; y, dicho que tembetd deriva de tembé, labio », dice: «eso explica el nombre aplicado 4 varias tribus, ues, 6 Timbois. Eso significa la misma cosa que Lengua, y 4 la misma costumbre del barbote (labret ornament).» Ja nota 3) de la misma pagina (35), agrega: «No (se re- nombre) 4 la perforacién de las narices, la «narix hora- “como asegura Lafone Quevedo.> deriva ciertamente de tembé-labio; mas hay que tener que 6n guarani se dice tambien tembetd por barba {par- Tostro, mento en italiano, chin en inglés), que tambien se Y tembeté, segin me comunican el Sr, D. Manuel y¥ otros amigos, paraguayos y por consiguiente bastante en la lengua guaran{, significa propiamente la barba, men- ¥ por extensién el barbote. La traduccién espafiola de Tem- whole es diminutivo de barba, 6 sea pequefia larba 6, dire- pseudo-barba, barba artificial, lo que expresa mejor que et y con mayor exactitud el verdadero significado de tembeta; ‘no se trata ya de un pequefio labio (Jabret) sino de un peque- éndice 6 barba. i, por el contrario no se refiere ya 4 tembé, sino & ti-narix que expresa en guaran{ reventado, horadado, siendo Timbois $ que una variante, 6, mejor dicho, mala transcripcién de © g. 20. = % es evidente aglutinacién de ##, nariz, y pw que tiene, entre otras, la sién de reventar, etc. etc. Elcambio de p en b es frecuentfsimo en gua- rJa misma raz6n que en otras lenguas, esto es, por ser articulaciones la- dineas, diremos asf, 4 lo que hay que agregar en este caso el cardcter inflexién que le precede, cireunstancia que impone forzosamente esa

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