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METODOS DE CALCULO DE LAS LINEAS DE INFLUENCIA A PARTIR DE ESFUERZOS Y DEFORMACIONES IMPUESTAS © Por JUAN MURCIA VELA COLEGIONGENIEROS DE CAMINOS 9% Ingniro de Canines, Canales y Pron Lsenclade on Clones Matondtices BIBLIOTECA Prolesor agregado de Hormigén Armed y' Protnsace 4 im €, T. 8. de Ingonieros do Caminos, Ge Santander EL atllculo que figura @ continuacién es ef remate de una trilogia, cuyos dos prime- 0s, “Una intioduccién al andlisis estructural del pretensado™ publicados recienlemente en esta revista. En una linea de 10.9 Ueular y aplicado, después de sentar os ‘undamentos teéricos ‘en el primer articule jo examinar de une forma general los procedimientos de andlisis do estrucluras » porte Oo Guuerzes y deformaciones, sitvando al de tas lineas de Inllvencia; en el segunda, oo Getariben ahora en este sitio los diferentes métodos. de cdleulo de. dichas liness ya ge una manera, conereta, con un estudio comparativo final de les posibilidedes y campoe de aplicacién de los mismos. INTRODUCCION Las lineas de influencia a partir de esfuerzos nacieron con motivo del calculo Ge estructuras de hormigén pretensado (5). Su historia es corta. En 1963 Celacun apunto la idea de la utilizacién de lineas de influencia de los hiperestéticos debidos & momentos flectores y, ademés, propuso un método de calculo de las mismas para el caso de vigas continuas pretensadas (1); en realidad obtenia unas lineas diseon- tinuas, cuyos puntos no representaban la influencia de secciones sino de zones de la estructura, En 1964 Albigés y Les Bourdelles desarrollaron la idea de lay Ii neas de influencia de los hiperestaticos para momentos flectores en estructuras pre- ‘ensadas, propuesta por Celasun, mediante un procedimiento de célculo completa. mente general (2); las lineas eran ya continuas, representando cada punto la influen- cia de una seccién de la estructura. También apuntaban la idea de utilizar lineas Ge influencia para el calculo de las flechas producidas por el pretensado, obte. niendo tales lineas por el mismo procedimiento. Estos métodos son perfectamente correctos en su. desarrollo. Ahora bien, la aplicacién de estas lineas al caso del pretensado suponia técitamente, sin mas, la Gefinicidn, distincién y unicidad de los esfuerzos isostaticos © hiperestaticos para un pretensado determinado, asi como la validez del principio de superposicién entre ambos tipos de esfuerzos, principio bésico para la aplicacién de toda linea de ‘nfluencia, Esta serie de cuestiones fundamentales fue pasada por alto, En este estado de cosas la tesis doctoral del autor traté de recorrer todo este ca- mine Partiendo de cero, sin dejar lagunas y dentro de una teoria general y coheren- ‘e (4), y analizar también de una forma ordenada los métodos de célculo de estruc. {uras a partir de esfuerzos, ampliandose luego todo este proceso al clculo directo 2 partir de deformaciones impuestas (6), como prolongacién natural del anterior En relacién con las lineas de influencia, el método de Albigas y Les Bourdelles fue ovista Raetee, Somentarios sobre el presente articulo, que pueden remitrse a la Redaccién de esia revista hasta el 80 de noviembre de 1975. AGOSTO 1975 549 550 generalizado totalmente y se propusieron nuevos métodos (compatibilidad y equi- librio) para la obtencién de las mismas. A continuacién expondremos los diferentes métodos de calculo de las lineas de influencia de los esfuerzos hiperestaticos y desplazamientos a partir de esfuer- zos (0 deformaciones impuestas (5)) isostaticos. No obstante, omitiremos aqui el método de Celasun por tratarse de un procedimiento particular, ajustado a vigas continuas con cartabones rectos 0 parabélicos y pensado para calculo manual con utilizacion de tablas; por su rigidez y estrecho campo de aplicacién, el interés prac- tico de este método es escaso frente alos dems, Remitimos al mismo a las referencias 1 y 3, Sin embargo, es preciso dejar bien sentado el hecho de que Celasun puede ser considerado como el padre de las lineas de influencia a partir de esfuerzos, aunque no desarrollara su idea original més que en una forma mas bien precaria y, desde luego, muy lejos de una ieoria general. El método de Albigés y Les Bourdelles es paralelo al existente para lineas de influencia a partir de cargas basado en el teorema de reciprocidad de Maxwell- Betti, por lo cual es completamente general. Su exposicién aqui, no obstante, difiere de la original (2) y, ademas, ofrece una visién totalmente general del método, inclu- yendo la influencia de los esfuerzos axil y cortante y el tratamiento de la obtencién de lineas de influencia de los desplazamientos en general; ello es debido, en gran medida, a que el autor de estas lineas desarrollé el mismo método posteriormente @ su publicacién, sin conocer su existencia, partiendo también de la idea de Ce- lasun, Al final realizaremos un estudio comparativo de los diferentes métodos expues- tos en relacién principaimente con su potencia, adaptabilidad y campo de aplica- sion mas adecuado, METODO DE ALBIGES Y LES BOURDELLES. Segiin el teorema de reprocidad de Maxwell-Betti, el trabajo que realiza un sistema de cargas sobre una estructura, al aplicar un segundo sistema, es igual al que realizaria el segundo al aplicar el primero. Este teorema supone la validez del principio de superposicién, sin la cual no es aplicable. Para examinar este método vamos a elegir una estructura concreta, una viga continua. Como incégnitas hiperestéticas (0 simplemente hiperestaticos), cuyas lineas de influencia se trata precisamente de obtener, tomaremos los momentos flectores en los apoyos intermedios. Es facil apreciar, a lo largo de la exposicién, gue ni la eleccién de tal estructura ni la eleccidn de tales hiperestaticos restan ge- neralidad alguna al método, Veamos |a influencia de los momentos ilectores. Supongamos la estructura sometida unicamente a un momento flector unidad, actuando sobre una rebanada elemental ds, en un punto genérico A. 1 ‘ Figura 1. REVISTA DE OBRAS PUBLICAS EE IISS'SOSSS SIS Se produce, entonces, un giro elemental en esa rebanada de valor d 9 S/E |. Por incompatibilidad de deformaciones aparecen unos estuerzos hiperes- taticos en la estructura. Para calcularlos partimos de los momentos flectores en 108 apoyos intermedios, segun hemos sefialado mas arriba. Tomemos, por ejem- Plo, el apoyo 8; sea dm,, el momento flector que aparece en dicho punto. Supongamos ahora la misma estructura con una rétula en B. En las condiciones antedichas, el momento en B es nulo, pero la rétulo gira un cierto angulo w. Si en ese momento aplicamos en la rétula un par de momentos de valor d m,, la rotula vuelve a su posicién inicial, es decir, se produce en giro 2 =—w. Ello es debido @ que dm,, es justamente el momento flector en 8 para la estructura real, sin 16- tula, y por ello mantiene la continuidad de la misma cuando actia el momento en A. Sigamos considerando la estructura con rétula en B y apliquemos el teorema de reciprocidad a los casos de la figura siguiente. A 7 — 1 i ~ B be~ dmg a Figura 2 Se cumple que 16g amu siendo dy el giro elemental en A al aplicar solamente un par de momentos de valor dm, en la rétula 8 y w el giro en la rétula al aplicar solamente el momento uni- dad en A, tal como se indica en la figura. Ahora bien, sabemos ya que = —, por lo cual se verifica que: dg dma J am =—— @ Se encuentra todo referido ya al mismo sistema de cargas: par de momentos dm, en la rétula B, Se plantea ahora el problema de que dm, es precisamente la incdgnita que se busca, pero queda zanjado al comprobarse que, por la lineali- dad existente, la relacién d@/a se mantiene constante al aplicar un par de momen- tos de cualquier valor en 8. Lo més cémodo es aplicar un par de momentos de valor unidad. A Figura 3. AGOSTO 1975 551 352, Pero, por otro lado, Meds do Eel | siendo M el momento flector que aparece ahora en A. Por tanto, | Meas aE | 5 Como A es un punto genérico, la ley de dm, al recorrer A la estructura, es ta linea de influencia del momento flector en B, prescindiendo del diferencial ds | (5). Dicha linea es, pues, proporcional a la ley de momentos flectores que se obtie- ne al introducir una rétula en 8 y aplicar en ella un par de momentos de valor unidad (0 de cualquier otro valor). El factor de proporcionalidad es —1/x El, siendo a el giro de la rétula, Es obvio que esta propiedad es valida para cualquier estructura distinta de la viga examinada. Por tanto, la expresion general de este tipo de linea de influen- cia es M by = ——— aE) Veamos la influencia de los esfuerzos sortantes. ‘Supongamos la estructura sometida unicamente a un esfuerzo cortante unidad, actuando sobre un ds, en un mismo punto genérico A. ; | Figura 4. Se produce un deslizamiento relativo elemental de las caras de la rebanada ds de valor dv ={.ds/G-A, siendo fe factor de forma de la seccion, con la aparicién de los consiguientes estuerzos hiperestaticos. Si nos fijamos en el apoyo B, Por consideraciones idénticas a las hechas para momentos flectores, se cum- ple que: tedy=dmyew siendo dy el desplazamiento vertical relative de ds en A al aplicar solamente un par de momentos de valor dm, en la rétula B y w el giro en la rétula al aplicar solamente el cortante unidad en A. Esta ultima expresion se con rte sucesivamente en: dy same oy hvds dm, =—-—=— @ aaa donde V es el cortante en A al aplicar un par de momentos en la rétula y x el giro de la misma. REVISTA DE OBRAS PUBLICAS del momento flector en B es, pues, proporcional a la ley de estuerzos cortantes que se obtiene al introducir una rétula en B y aplicar en ella un par de momentos de valor unidad (0 de otro valor cualquiera). EI factor de proporcionalidad es —i/a.G.A, siendo « el giro de la rétula, Como también esta propiedad es generalizable de estructura, la expresion de este tipo de linea es: by COLEGIOINGeNtEn 0s ea BIBLiope Sill Nos manera obvia a cualquier Veamos la influencia de los esfuerzos axiles, Si se sigue tomando la viga continua como estructura de estudio no se Nega en este caso a nada positivo, puesto que se da la circunstancia de que un esfuer- 20 axil en A no produce momentos flectores hiperestaticos en la viga. Sin embar- 90, en otras estructuras no ocurre lo mismo. El razonamiento expuesto para momentos tlectores y esiuerzos cortantes, en Cualquier caso, es totalmente general e independiente de la estructura, y es claro que se puede extender con todas sus consecuencias al caso de actuacién de es- fuerzos axiles, Es posible, por tanto, atirmar que en una estructura sometida a este tipo de esfuerzos la linea de intluencia del momento flector en un punto 8 es proporcio- fal a la ley de esluerzos axiles que se obtiene al introducir una rétula en B y apli- car en ella un par de momentos de valor unidad (0 de cualquier otto valor). El factor de proporcionalidad es —1/x.E.A, siendo a el giro de la rétula, Su expresién general es, pues: Volviendo a la viga continua, entonces, se aprecia que, procediendo de la fore ma indicada, la ley de esfuerzos axile es idéntivamente nula, lo cual estd de acuerdo, como era de esperar, con la afitmacién hecha de que los axiles no pro- ducen momentos flectores hiperestaticos en la misma. No obstante, en otras mus Chas estructuras, como las reticulares por ejemplo, los axiles intervis jenen en la apa ricién de todo tipo de esfuerzos hiperestéticos, Hemos visto la generalidad del método en cuanto a la estructura, En cuanto a los hiperestaticos, hasta aqui se ha tratado sélo el caso de momentos flectores: Pero es posible también la eleccién de otro tipo de estuerzos o incluso de reaccio. nes en los apoyos como incégnitas hiperestaticas. Razonando de manera idéntica a como se ha hecho hasta ahora, se llega a 'a conclusion de que todo lo establecido es valido para este caso, sin mas que cambiar la r6tula por una deslizadera que elimine 1a coaccién correspondiente al estuerzo (axil 0 cortante) o reaccién cuyas lineas de influencia se desee obtener y que en ella se introduzca un par de fuerzas de valor unidad u otro cualquiera, AGOSTO 1975 553 554 donde d es el desplazamiento relativo de la deslizadera al actuar en ella el par de fuerzas y M, N y V son, respectivamente, las leyes de momentos flectores, esfuerzos axiles y cortantes, De forma ya totalmente general se puede establecer, en fin, que en una estruc- tura la linea de influencia de un esfuerzo 0 reaccién X en un punto B, producido por un cierto tipo de esfuerzos Y, es proporcional a la ley de esfuerzos del tipo ¥ que aparece al liberar la coaccién correspondiente a X en B y aplicar en el mismo un esfuerzo o reaccién del tipo X de valor cualquiera. En las estructuras interesa conocer también los desplazamientos. Como éstos son funciones lineales de los esfuerzos, es posible obtener las lineas de influencia de los primeros a partir de las de los segundos. No obstante, siguiendo el proce- dimiento visto hasta ahora podemos calcular directamente dichas lineas de forma muy simple. En efecto, supongamos un pértico simple biempotrado, por ejemplo, en el que interesa obtener la linea de influencia del giro en B para momentos flectores. A B Figura 5. Si introducimos un momento flector unidad en el punto genérico A y un mo- mento unidad en B, por el teorema de reciprocidad se tiene que: ede “day siendo dg el giro elemental en A cuando sélo actiia el momento unidad en B y da, el giro en B cuando sélo acta el momento flector unidad en A. REVISTA DE OBRAS PUBLICAS Pero, por otro lado: Meds do e+ siendo M el momento flector que aparece en A cuando acta el momento unidad en B. Por tanto: Meds day = Ey Como A es un punto genérico, la ley de d 2, al recorrer A la estructura, es precisamente la linea de influencia del giro en 8, prescindiendo del diferen- cial ds (5). Dicha linea es, pues, proporcional a la ley de momentos flectores que se obtiene al aplicar un momento unidad en 8, con coeficiente de proporcional dad 1/E/ 0, lo que es equivalente, coincide con la ley de deformaciones de fle- xidn do/ds. De la misma forma, para esfuerzos axiles y cortantes, la linea de influencia coincide, respectivamente, con la ley de deformaciones axiles y la de deformacio- nes de cortante. Sus expresiones soi Mo dg hy = = El ds rv ay EA ds N dx EA ds Para obtener las lineas de influencia del giro en B se acaba de demostrar que es preciso calcular la estructura en el caso: a)! Figura 6, AGOSTO 1975 555 556 Es claro que, para obtener las del desplazamiento horizontal en el mismo pun- to, habria que calcular la misma estructura en el caso: Bod oe Figura 7. y para las del desplazamiento vertical, el cas if B Wome ITE Figura 8. De forma totalmente general se puede establecer ya, entonces, que en una estructura la linea de influencia de un desplazamiento X en un punto B, producido por un clerto tipo de estuerzos Y, coincide con la ley de deformaciones correspon- dientes al esfuerzo tipo Y que aparece al aplicar en B una fuerza (0 momento, en el caso de giro) de valor unidad con |a misma direccién y sentido que X. En relacién con las lineas de influencia de esfuerzos, existe en este caso la ventaja de que la estructura que es preciso calcular es siempre la misma, la real. Por ello, puede ser interesante el cdiculo de las lineas de influencia de estuerzos a partir de las de los desplazamientos, pues los primeros son funciones lineales de estos tltimos. Como comentarios finales en relacién con este método cabe sefialar que, asi ‘como pata estructuras con bajo grado de hiperestatismo puede resultar cémodo to- mar reacciones en apoyos como hiperestéticos, en estructuras complicadas con fuerte hiperestatismo (interno, en especial) resulta preferible tomar momentos flecto- res en extremos de pieza. También es interesante hacer notar que, si la estructura se compone de barras 0 piezas de seccién constante (en una misma pieza, se en- tiende), las lineas de influencia de esfuerzos hiperestaticos y desplazamientos son REVISTA DE OBRAS PUBLICAS lineales para momentos flectores, y constantes (dentro de una misma pieza) para estuerzos axiles y cortantes; esto se aprecia claramente al examinar las leyes de esfuerzos que aparecen para los casos de carga mencionados. METODO DE COMPATIBILIDAD Es nuestro propésito la obtencién de lineas de influencia de esfuerzos hiperes- {aticos a partir de esfuerzos isostéticos. En virtud de que la aparicién de los pri- meros se debe a la incompatibilidad de deformaciones, parece légico atacar el Problema directamente por su origen, introduciendo en la estructura las deforma- ciones correspondientes a los isostaticos y estudiando sus efectos. Consideremos una estructura, y en ella un punto genérico A. Si en ese punto acta un esfuerzo unidad sobre una rebanada elemental ds se produce la consi- guiente deformacién elemental, que, a su vez, provoca la aparicién de unos es- fuerzos hiperestaticos. EI valor en A de la linea de influenca del esfuerzo hiperes- tatico en un punto B, también genérico, es, por definicién, el valor que toma este Ultimo en el caso anterior. Por tanto, si calculamos los esfuerzos que se producen al introducir el esfuerzo unidad en A, tenemos los valores en A de las lineas de influencia de todos los esfuerzos hiperestaticos calculados. Si A recorre toda la estructura tendremos ya todos los valores de las mencionades lineas, que queda- ran asi perfectamente definidas. La deformacién puede ser introducida en condiciones de isostatismo de la es- tructura, procediéndose posteriormente a un proceso de compatibilizacion mediante la consideracién adicional de unas incégnitas hiperestaticas elegidas en la estruc- tura; estas incégnitas 0 hiperestaticos se corresponden con las coacciones elimina- das en la estructura para conseguir el isostatismo. Para examinar este método, consideremos primeramente una estructura cilla: una viga continua de tres tramos con seccién constante en toda ella Estudiemos la influencia de los momentos flectores. Introducimos una deformacién elemental correspondiente a un momento flec- tor unidad en el tramo AB, actuando sobre un ds. sen- Figura 9. Al tomar como isostatico el tramo AB, el giro elemental introducido (cuyo va- lor es dy =1.ds/E./) provoca unos giros en los extremos, segiin se aprecia en la figura 10, verificandose que: 40, °x= 40, (L;—0; 40, = 40, AGOSTO 1975 587 Figura 10 de donde: } x x as ( 40, = —do=— : ne oe as Ed ' Pero dll, y d lly, No son los giros en A y B, porque la viga es hiperestatica y apa- rencen unos momentos en los apoyos By C. Sean éstos My y M, a, ows i oe) (=) —— We Avg “We We Figura 11. Estos momentos originan unos giros en los apoyos cuyos valores son: El giro en 8 sera el producido por M, mas el correspondiente al momento unidad introducido, por lo que, igualando giros, se tiene: wy + 40, = es decir: 558, REVISTA DE OBRAS PUBLICA: Haciendo lo mismo en C, resulta: Se llega a un sistema de dos ecuaciones que, expresado matricialmente, es: Lt Introduciendo ahora la deformacién elemental correspondiente al momento flector unidad en el tramo BC, actuando sobre ds, es ya sencillo comprobar que, siguiendo el mismo camino, se llega a la expresién: Figura 12, y procediendo igualmente en el tramo CD, a la expresion: uth 3e! 6! mas MyM) = 0—d0) =——0,1,—» thy Eells ee! se! Se obtiene, pues, una serie de sistemas lineales en My y My momentos hiper- estaticos, que matricialmente exhiben una misma matriz principal. Existen tan- tos sistemas como tramos, ya que la deformacién puede aplicarse en cualquiera de ellos. AGOSTO 1975 559) Si llamamos M,,, y Mj. @ los correspondientes momentos en B y C al introdu- cir la deformacién en el tramo j, se puede agrupar el conjunto de sistemas de la forma: My Mag ° bth 4, 4 3e! er 1 lox x M, _—— = Ly tly EL Ly Ly eer 3E1 toe My ° L Examinando la expresién anterior se aprecia, entonces, que cada columna de la primera matriz representa la linea de influencia del momento correspondien- te. La posicién del momento unidad introducido dentro de cada tramo viene defi- nida por su abscisa x en el mismo, la cual se refleja en la matriz del segundo miembro. Se observa también la eliminacién del diferencial ds (5) Para una viga continua de n tramos con seccién constante en toda ella, resulta ya muy sencillo obtener una expresién matricial semejante, generalizando la ante- rior. Por existir el factor E/ en ambos miembros (rigidez constante en toda la viga), es claro que se puede prescindir de! mismo. Para un caso mas general, el de una viga continua con seccién y médulo E variables de unos tramos @ otros (pero constantes dentro de un mismo tramo), la expresion seria: by May My Mays sors Mls t M, M, M, ° ° ° ran Lo x ° Ly ba Bly bane ° LEI, Las columnas de la primera matriz son, como siempre, lineas de influencia de los momentos flectores hiperestaticos en los apoyos intermedios, las cuales estén formadas por rectas, 0 sea, son lineales, como se aprecia por la forma de !a ma- triz del segundo miembro (en funcién de x). 560 REVISTA DE OBRAS PUBLICAS Si los tramos fueran ya de seccién variable, tos términos —— y 31,” bE), de la matriz principal vendrian afectados por coeficientes de correccién, y, en la matriz del segundo miembro, aparecerian (aparte de x) las leyes de inercia J, (x) de los tramos, con Io que las lineas de influencia no serian lineales en este caso. Examinemos la influencia de los esfuerzos cortantes. Partiendo de 1a misma viga continua podemos introducir en el tramo AB una deformacién elemental correspondiente a un cortante de valor unidad, actuando sobre un ds, en condiciones de isostatismo de la estructura. Figura 13. La deformacién elemental, cuyo valor es dy =* z a (siendo { e1 factor de forma de la seccién), provoca también unos giros en los extremos del tramo, cuyo valor es: ay ao Introduciendo los momentos M,, y M,, como antes, @ igualando giros, se tiene: 40, = wy, % es decir: Mol, + ee! Mek ey eer ge! Ser Las ecuaciones, salvo el segundo miembro, son idénticas a las obt momentos fiectores en el mismo caso. A través de un tratamiento tramos BC y CD se llega, finalmente, a la expresién matrici: ‘enidas para similar para los Qtek 7 se! eer 4 t 1 1 Maye “| -— GA Ly L, lth : May M, = 1 ae o — se! SE! AGOSTO 1975 561 562 que claramente puede ser generalizada para una viga de n tramos con seccién constante en toda ella. Las columnas de la primera matriz son las lineas de in- fluencia buscadas. También, como antes, se ha prescindido ya del ds (5). En un caso mas general, correspondiente a variacién de seccién y médulo E de unos tramos a otros (pero no dentro de un mismo tramo), la expresion tendria la forma Ma Mow ns Se aprecia aqui que las lineas de influencia tienen valor constante dentro de cada tramo, puesto que la matriz del segundo miembro ya no depende de x. Si los tramos fueran de seccién variable, como antes, la matriz principal vendria corregida por unos coeficientes, y, ademas, en la del segundo miembro aparecerian inevita- blemente las correspondientes leyes de area A; (x) y factor de forma f, (x) de los tramos, con lo que las lineas ya no serlan constantes dentro de los mismos. Como ya quedé sefialado més arriba, la introduccién de esfuerzos axiles no produce momentos flectores hiperestaticos en las vigas continuas. En otras estruc- turas, sin embargo, origina todo tipo de esfuerzos. En relacién con todo esto conviene destacar en este punto que, en realidad, lo hecho hasta ahora consiste en aplicar al caso particular de las vigas continuas el proceso general de cdlculo por compatibilidad, pues ello equivale a elegir como hiperestaticos a los momentos flectores en los apoyos intermedios, introducir rétu- las en los mismos y establecer la compatibilidad de giros, mediante las correspon- dientes ecuaciones de los tres momentos; este proceso, de forma general para cualquier estructura, puede resumirse asi REVISTA DE OBRAS PUBLICAS Eleccién de incégnitas hiperestaticas (esfuerzos, reacciones, etc.). Liberacién de las coacciones correspondientes a las anteriores. Introduccién de las perturbaciones (cargas, esfuerzos, deformaciones, etc.). — Introduccién de las incégnitas hiperestaticas. Planteamiento de las condiciones de compatibilidad de desplazamientos, segin la geometria y coacciones de la estructura. Dentro de esta linea, entonces, el tratamiento de los esfuerzos axiles es ané- logo a lo visto hasta aqui para los demas esfuerzos. En ultimo término se llega, en todos los casos, a una expresion matricial, cuya matriz principal es la de flexi- bilidad de la estructura para los hiperestaticos olegidos. Asi, en un portico multiple regular estos hiperestaticos se pueden elegir de mu- chas maneras. La introduccién de rétulas y, por tanto, eleccién de momentos flec- tores como hiperestaticos, resulta cémoda en general. Para normalizar algo esta eleccién, una forma puede consistir en disponer tres rétulas por pértico simple de la forma: K “iy, Sg Me Ss "ee Coy y 4 Ny Figura 14. a con lo cual un pértico miltiple de dos pisos y dos vanos, por ejemplo, resultaria con Ia siguiente disposicién de rétulas: Figura 16, De esta forma, no queda todavia muy homogénea la disposi la estructura, lo cual se aprecia claramente al establecer y examinar las ecuaciones de compatibilidad. Por ello, se puede introducir una rétula mas por piso, a costa de AGOSTO 1975 563 tener que disponer unas coacciones que convierten el pértico en intraslacional. Figura 16, in ya se pueden introducir las deformaciones que corres- ponden a esfuerzos unidad en todas las piezas de la estructura, lograndose una homogeneidad y una sencillez de las ecuaciones relativamente grandes dentro de la complejidad de la misma. Para momento flector y esfuerzo cortante, sélo las r6- tulas adyacentes a la pieza en la que se introduce la deformacién quedan involu- cradas; el esfuerzo axil conduce ya a mayores complicaciones. La disposicién de rétulas involucradas por la deformacién, para momento flec- tor, queda reflejada en el ejemplo de la figura siguiente. Para esfuerzo cortante se muestra también a continuacién un ejemplo de la disposicién resultante. |p tR raves Wi Uh add En lo que se refiere a esfuerzo axil puede lograrse una idea de su influencia 564 REVISTA DE OBRAS PUBLICAS examinando la figura siguiente, que corresponde a la introduccién de una deforma- cién de este tipo en el soporte central inferior, Se advierte una complejidad con- siderablemente mayor respecto a los casos anteriores. Figura 18. Se llega, entonces, para cada tipo de esfuerzos, a una expresién de la forma M.F =D, siendo F la matriz de flexibilidad de la estructura (intraslacional), para los hiperestaticos elegidos, y M y D matrices de 6 filas (siendo b el nimero de barras 0 piezas de la estructura) y h columnas (siendo h el grado de hiperesta- tismo). Las columnas de M son las lineas de influencia de los momentos flectores hiperestaticos elegidos. Para construir F es particularmente cémodo no considerar las deformaciones axiles que producen estos ultimos en las ecuaciones de compat bilidad, trabajando sélo de esta forma con deformaciones de flexién. Si las barras de la estructura son de seccién constante (aunque de unas a otras varie), las lineas de influencia para momentos flectores son lineales también, ya que la matriz D depende de x; las correspondientes a esfuerzos axiles y cortantes son constantes dentro de una misma barra, porque D ya no depende de x. Para tener en cuenta la traslacionalidad y obtener las lineas de influencia de la estructura real es preciso superponer para cada caso una serie de estados corres- pondientes a desplazamiento horizontal unidad de cada piso, aplicando las ecuacio- nes correspondientes de nulidad de reacciones horizontales. Esto no modifica la forma de las lineas de influencia comentada anteriormente. Se observa, pues, en este caso que, por simplificar condiciones geométricas de compatibilidad, se esta~ blecen unas condiciones adicionales de equilibrio, Una vez obtenidas estas lineas de los momentos hiperestaticos elegidos es po- sible deducir de ellas las de los desplazamientos, funciones lineales de los esfuer- 208. Por ello, se llegard, asimismo, a leyes lineales para momentos flectores y a le- yes constantes para axiles y cortantes. Si el pértico multiple no fuera regular, la matriz F no cambiaria formalmente, pero las consideraciones geométricas al introducir deformaciones por axil y despla~ zamientos horizontales de los pisos se complicarian extraordinariamente. De hecho, pues, la aplicacién practica de este método viene limitada por la geometria de la estructura. De cualquier modo, en un caso general de estructura con barras de seccién \GOSTO 1975 565 50° constante, en la que se tomasen momentos flectores como hiperestaticos, como hasta ahora se ha hecho aqui, se tendria formalmente la misma expresin M. F = =D. La matriz D, para momentos flectores, dependeria de x por lo que, en la prdctica del célculo, vendria desglosada de la forma D = A.x + 8; resolviendo para A se obtendrian las pendientes de las rectas y haciéndolo para B los valores iniciales (x = 0) para cada barra. Asimismo, en el cdlculo se unificarian los distintos sistemas (correspondientes a los tres tipos de lineas) en uno solo de la forma M’.F = D’, donde ahora M’ y D' son matrices de 4.» filas (2. para momentos flec- tores, b para axiles y b para cortantes) y h columnas, Todo esto significa que la forma de las lineas seguirla siendo la misma que la ya mencionada para vigas continuas y pérticos. Posteriormente se pasaria a las lineas de influencia de des- plazamiento partiendo de las obtenidas. (Continuara en el préximo numero.) REVISTA DE OBRAS PUBLICAS

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