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Celebramos hoy la clausura del curso catequístico ____. Nos unimos también a esta celebración para rezar por
nuestros catequistas y para animarlos en esa tarea tan difícil de educar en la fe.
Hoy hacemos nuestra la plegaria del ciego del Evangelio: "Señor, que vea" porque necesitamos vivir desde la
fe, compartirla con todos y transmitirla a los miembros más pequeños y necesitados de nuestra comunidad.
Antes de comenzar la Eucaristía, vamos a presentar, los catequistas, un signo ante el altar. Es una simple vasija
de barro.
Es frágil y está vacía. Pero es lo que mejor nos representa a todos, y de forma especial, a los catequistas. Nos
sentimos pobres y necesitados ante esta tarea que nos encomienda la Iglesia. Nuestra voluntad, por grande que
sea, no es suficiente.
Acto penitencial
El profeta anima al resto de Israel para que bendiga al Señor porque ha salvado a su pueblo del oprobio
del destierro y lo ha devuelto a su tierra.
El sacerdocio, dice la carta a los hebreos, se debe a Dios. Por eso, debe estar a su servicio para ofrecer
sacrificios por los pecados propios y ajenos.
El ciego del camino quería recobrar la vista y así se lo pidió a Jesús. El Señor siempre escucha una
petición sincera y necesitada. El ciego recobró la vista y lo siguió por el camino.
Homilía
Una de las actividades más importantes de nuestra comunidad es la catequesis, donde los niños y los jóvenes
reciben los fundamentos de la fe y la formación suficiente para vivir la fe cristiana. Cada día se hace más difícil
esta labor. Nosotros, los padres, agradecemos a los catequistas su dedicación y les pedimos que sigan en este
empeño, por difícil que sea, porque necesitamos de su ayuda.
Sacerdote:
Queridos catequistas:
Son muchas las dificultades que lleva consigo esta labor. Alégrense de la tarea que se les ha encomendado la
Iglesia. Los niños y los jóvenes los necesitan, pero nosotros también. Por eso, hoy agradecemos su generosidad
y trabajo.
Somos conscientes de las dificultades que tienen, pero saben que Dios no los abandona y que la parroquia pone
a su disposición todo lo que necesitan para realizar lo mejor posible su labor.
Desde aquí, y en nombre de toda la comunidad, pedimos la gracia y la bendición de Dios para todos ustedes y
para los niños y jóvenes que educaron en la fe durante este curso que ahora termina. Amén.
• Por la Iglesia, para que reconozca con humildad sus debilidades y acuda a Jesús con la urgencia de
conocer mejor los caminos que conducen hasta el Padre. Roguemos al Señor
•
• Por los catequistas de nuestra parroquia, para que el año que viene preparen el curso con esperanza,
vivan con alegría la presencia de Jesús y sean verdaderos testigos ante los niños que van a educar en la
fe. Roguemos al Señor.
•
• Por las familias que tienen a sus hijos en catequesis, para que respalden esta labor con su presencia y
ayuden a sus hijos con el ejemplo. Roguemos al Señor.
•
• Por los niños y los jóvenes que, en próximo meses, inician un nuevo curso de catequesis, para que
descubran a Jesús de Nazaret y vivan la alegría y el gozo de su presencia. Roguemos al Señor.
Oremos: Padre nuestro, escucha nuestra necesidades y concédenos la alegría de vivir en tu servicio. Por
Jesucristo nuestro Señor. Amén
Presentación de ofrendas
Ofrecemos ante el altar el pan y vino. Es el alimento del hombre, sacado de la tierra, con su trabajo y con su
sudor. Pero también es el alimento que el mismo Jesús les dio a sus discípulos, convertido en su Cuerpo y en su
Sangre la víspera de su muerte. Que este pan y este vino se conviertan para nosotros en vida y en salvación.
Presentamos estas flores ante el altar. Es el fruto gozoso del trabajo que recoge el hombre sencillo y humilde
que ha puesto en Dios toda su esperanza. Hoy queremos convertirlas en símbolo de nuestros hijos. Por eso,
llenamos con ellas esa vasija de barro para agradecer la generosidad y el empeño de todos nuestros catequistas.
Plegaria Eucarística
Comunión y silencio
Oración final
(El sacerdote les entrega a todos (o a dos) los catequistas una medalla
Queridos catequistas: al final de esta "Misa de Clausura" quiero entregarles a cada uno de ustedes esta medalla.
Que estas medallas nos acompañen en nuestras vidas y que las hagamos signo de que como María
anunciamos íntegramente la fe, creyendo en la llamada de Cristo y poniendo toda la confianza en su
mensaje. María fue catequista desde la infancia de Jesús. Luego fue catequista de la fe de los discípulos, y
hoy sigue siéndolo de la comunidad cristiana. La imagen que de María presenta el evangelio es
la de una mujer que con una coherencia extraordinaria siguió siempre a su Hijo, consciente de que El traía la
Palabra de Dios y de que su misión en la tierra era anunciarla. Fue la primera creyente y la primera
propagadora de esa Palabra. Fue la perfecta catequista.
Monición final
El ciego Bartimeo quería ver y así se lo pidió al Señor. Nosotros vemos, pero necesitamos descubrir la
presencia del Señor en nuestros hermanos y en el mundo que nos rodea. Por eso, tenemos que mirar con los
ojos de Dios para que su luz llegue a todos los hombres y alumbre todos los rincones de la tierra.
El perfil de mis catequistas.
APTITUDES:
- Ganas de realizar la tarea. Son receptivos.
- Se usa el ser catequista como vía¬ para comenzar a comprometerse los más
jóvenes en la iglesia.
- Capacidad de adaptarse a las diferentes edades de los catequizandos.
- Son responsables en la asistencia a la catequesis.
Los jóvenes catequistas, por el hecho de serlo, van contracorriente de la sociedad
en la que conviven. Son valientes.
Poseen una gran identidad cristiana.
Transmiten su fe tanto en la catequesis, como en su vida normal.
Creen en lo que hacen.
Acuden a la Eucaristía y frecuentan los sacramentos.
Necesidad de “beber” de las fuentes de Cristo.
Son animadores y colaboradores permanentes de la comunidad parroquial. Están
para todo, están disponibles.
CARENCIAS:
Fe muy superficial, basada en religiosidad popular.
La falta de tiempo para casi todo. Falta de asistencia a reuniones, encuentros, etc.
Falta de formación y faltan a la formación que se les ofrece.
No están comprometidos en la labor, aunque si implicados.
Cuando falla la coordinación en cualquier nivel, falla todo lo que depende de esa
coordinación.
Desánimo en general. Nos preguntamos por qué, pero sería muy largo de explicar.
Falta de celebrar la fe y también la oración personal.
Falta el reciclarse para actualizarse.
Asimilar el carisma de ser catequista¬ (vocación).