Ya caa la tarde cuando ella se dispuso a salir, no era comn que lo hiciera,

mucho menos a esa hora, pero todo el da haba sentido esa extraa urgencia
de salir, escapar al bosque como cuando era pequea. Salto de la cama y
empez a caminar hacia la puerta de su habitacin cogiendo antes su mochila
y aquel suter rojo que tena estampado una estrella casi desvanecida por el
tiempo, bajo pronto las escaleras para llegar a la sala, dando una rpida ojeada
al lugar y al percibir que no haba nadie en la sala se apresur a la puerta y con
un gil movimiento de mueca la abri lenta y silenciosamente para que nadie
en casa pudiera percibir el sonido que alertaba su inminente salida.