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JOSE A. OCHOA EL IMPERIO BIZANTINO EN EL VIAJE DE BENJAMIN DE TUDELA. El Libro de viajes Laobra de Benjam{n de Tudela esté estructurada segdin un esquema fijo que posce dos elementos bésicos: 1a anotacién del recorrido y 1a atencién a la poblacién judfa, El viaje se va articulando en las distintas etapas sirviéndose de una formula fija «desde allf hay [x] jornadas hasta...». En escasas ocasiones se utilizan medidas de longitud (de Pisa a Lucca dice que hay cuatro leguas). Por otra parte, el relato se va apoyando en las comunidades judfas que encuentra en cada lugar. Son pocas las ocasiones en las que este esquema se amplfa con otros elementos. De hecho s6lo en casos excepcionales se describe una ciudad, Y pocas veces se anotan datos hist6ricos pertienentes al recorrido (a propésito de Roma y Salénica). En cambio es muy parco el autor en informaciones sobre el propio viaje. Sistematicamente nos oculta el tiempo que permanece en cada lugar, dela misma manera que faltan las indicaciones a fechas precisas. Esto hace imposible establecer una cronologfa detallada del viaje, por mucho que la ‘obra sea minuciosa en la anotacién del ndmero de jornadas empleadas en cubrir cada parte del recorrido, ‘Tampoco nos proporciona nunca detalles sobre las peculiaridades del viaje, las dificultades para encontrar medio de transporte, el tipo de terreno que atraviesa, la peligrosidad de ciertos puntos del itinerario, lameteorologta 82 JA.Ochoa adversao favorable. Ni siquieranos dice cudl es el medio de transporte que utiliza en cada momento, salvo en momentos en los que el uso del barco es evidente: nos dice que «pasa por via maritima» de 1a isla de Corfé a Arta, © entre las islas del Egeo Oriental! Aventuras vividas y curiosidades observadas apenas tienen cabida, de forma que se ha podido afirmar: «for a twelfth-century work it contains relatively few fables and miraculous stories»?, Pero esto, en lugar de una ventaja puede ser una limitacién porque, en los libros de viaje medievales, Iacuriosidad sin Ifmites por todo lo asombroso y 1a biisqueda de explicacién para lo incomprensible, suelen traer de 1a mano informaciones originales y versiones de hechos y acontecimientos que pueden ser de valor hist6rico para nosotros. Dadas estas caracterfsticas y otras, que tendremos ocasién de observar, es licito preguntarse por 1a finalidad del viaje de Benjamfn de Tudela. La falta de datos vertidos en el texto sobre el propio autor y su expresion austera pueden ocultarnos el verdadero mévil del viaje. Es diffcil encuadrarlo en uno de los grupos que establece Jean Richard en su estudio sobre el género de los relatos de viajes”, y la explicacién probablemente la tengamos en el hecho de que se combinan varios objetivos en un mismo viaje y se entremezclan en la misma narracién. Sin estar descartado el interés comercial, no est4 tampoco demostrada la prospeccién de mercados enel contenido del libro y por tanto no puede ser una guia de comerciantes. Por otra parte, el componente religioso presente, podrfa hacer pensar en el peregrinaje, pero tampoco esto explicarfa el libro como gufa de peregrinos, ya que elige un recorrido nada directo para visitar Jerusalén y otros lugares relacionados con 1a historia del pueblo hebreo. No esta tampoco descartada ’ Cito siempre por la traducei6n de J.R. Magdalena Nom De Deu, Libro de viajes de Benjamin de Tudela, Barcelona 1982, p. 62-69. He consultado también la traduccisn italiana de G. Busi, Rimini 1988, p, 23-31, y la inglesa que acompafia la edici6n de M. N. ‘Adler, New York 1907, p. 10-16. 2.P.A. Van Der Vin, Travellers to Greece and Constantinople. Ancient Monuments ‘and Old Traditions in Medieval Traveller's Tales, Leiden 1980, p. 24 3Les récits de voyages et de pélerinages, Turnhout 1981. El viaje de Beniamin de Tudela 83 lad de que se trate de un viaje realizado por el deseo de conocer personas y lugares distintos, pero quiz4 un aventurero 0 un explorador hubieran incluido otro tipo de informaciones. En definitiva el problema lo tenemos al querer responder ala pregunta 4a quién informa constantemete Benjamfn del tiempo que se necesita para Negar de una etapa a otra?, es decir, ;quién es el destinatario del libro? No esté, por otra parte, descartada la posibilidad de que se tratara de anotaciones Para uso personal, que después adquirieran interés para muchas otras personas, como demuestran la cantidad de copias y versiones del texto. En el presente trabajo, me acercaré al recorrido griego de este viajero hebreo, con la Gptica de un bizantinista interesado en los libros de viaje medievales. El estudio de la presencia de los judfos en el Imperio Bizantino, a partir de este texto de viaje, ha sido suficientemente estudiado, en especial en el trabajo de Andrew Sharf*, Otros datos contenidos en el relato han sido aprovechados en diversos estudios de forma puntual, mientras que mi objetivo sera considerar el parte bizantina en su conjunto. Historia bizantina Fronteras No es precisamente la politica uno de los temas que con mas frecuencia y extensién de tratamiento ocupan la atencién de Benjamin, De todas formas, nuestro viajero anota las fronteras de diversos estados y para el Imperio Bizantino, establece las siguientes indicaciones fronterizas*: Se dice de Corfa que . Sin embargo, cuando é1 llega a Constantinopla, este sultén seldysicida de Iconio ya habfa muerto (1116- 1156), y la expedicién de Manuel contra este sultanato se habfa producido en 1146", Dado que Kilidsh Arslan II, su sucesor (1156-1192), habla visitado Constantinopla en 1162, os preparativos para una campafia contra 41 confirman los pocos resultados obtenidos'*, Por ditimo, hay una alusién al patriarca, sin mencionarlo, cuando se dice que equivale al Papa de los griegos ya que éstos, a consecuencia del cisma, no prestan obediencia a Roma. En esos dias el Patriarca era Lucas Crisoberges. "A su muerte pronuncié un discurso finebre de Basilio de Ochrida, editado por V. Vasiljevskij, «Vizantiskii Vremenik» 1 (1892), p. 55-132. Bditado por K. Horna, Das Hodoiporikon des Konstantin Manasses, «Byzantinische Zeitschrift» 13 (1904), p. 313-355. “Quien a su vez.contrajo matrimonio con Teodora Comnenoen 1175. CI.K. Barzos, Hé Genealogia tn Konnéndn, I, Salénica 1984, p. 454-460. 2B] realto lo tenemos en el libro segundo de Juan Cinamo. Este dato, si admitamos un error en el nombredel sultén, provoca un ciertoconflicto con la cronologia del viaje, porque ta campaia de Manuel contra Iconio (1176) no se produciré hasta nueve o die? afios después de la fecha en Ia que parece que se produjo la visita de Benjamin, Elviaje de Beniamin de Tudela 87 Titulos de jerarqufa Respecto ala administraci6n imperial, Benjamfn dice que el emperador tiene «bajo su poder a doce principes», cada uno con su palacio, sus fortalezas, territorios y dominios. La denominacién de «principes» no es muy precisa, pero pienso que se puede explicar por el hecho de que Alejo 1 Comneno, a fines del siglo XI, crea una nueva jerarqufa, con nuevos titulos, para formar una especie de nobleza dindstica, con la intencién de reforzar su dinastfa con 1a designaci6n de sus familiares para los més altos cargos. Estos son los tftulos apuntados por el viajero™’: Figura como primero en rango «el rey Hiparco» 0 «Eparco real», es el eparco o prefecto de la ciudad de Constantinopla. A comienzos del siglo XI, el Eparco adquiri6 una primordial importancia en Ja administracién, inmediatamente después del emperador. Enel siglo XII se debilité su poder (sobre todo por la concesiones de ciertos barrios a reptblicas italianas) ‘aunque bajo Manuel todavfa mantuvo una positicin elevada en la prelacién de la jerarqufa, En segundo lugar sitta al «Gran Doméstico», que es el mas alto cargo militar, ya que comandaba todo el ejército de tierra, aunque en teorfa el jefe supremo del ejército era el emperador. Cuarto es el «Gran Duca», otro cargo militar que es el jefe supremo de Ja marina imperial. Bajo Manuel el cargo se equiparé en importancia al del Gran Doméstico, aunque en época paledloga quedarfa ubicado en el séptimo lugar de la jerarqufa. Por las fechas en las que se sittia el viaje de Benjam‘n, desempefiaba el cargo Esteban Contostéfanos, emparentado con Jos Comnenos"*. El «Gran Ecénomo>, citado en quinto lugar por nuestro viajero, es en " Veren general: W. Ensslin, The Government and Administration of the Byzantine Enpire,en.M. Hussey [ed.], Cambridge Medieval History IV.2,p.23;y L. Brehier,Les institutions de I Empire Byzantin, Paris 1949. Entre 1167 y 1169 fue sustituido por su hijo Andr6nico. 84 JAOchoa viajero en su recorrido que es éste el ditimo territorio normando y que Arta, el siguiente mencionado, es el primero de Bizancio. Arta es designada como «principio de las posesiones de Manuel». Al norte de esta ciudad se extiende Ia regién griega del Epiro, ¢ incluso Dirraquio, més al norte y que, salvo dos paréntesis de dominacién normanda (tomada en 1081 y en 1185), fue bizantina ya con Alejandro I (1118). La nica explicaci6n para esta indicacién fronteriza serfa la de considerarla No en su contexto territorial continental, sino por referencia al origen suritdlico del viajero; es decir, indica el punto por el que Benjamin llega a tierra bizantina. En cuanto alas fronteras orientales anatolias aparece, como «confin de Armenia», Coricos, lugar de la costa de Cilicia cercano a Tarsis, de dificil identificacién, por donde penetra nuestro viajero. Otra indicacién fronteriza hace referencia a que el territorio armenio linda con una regién cuyo nombre plantea diversos problemas’. Mamistra es mencionada como «Ifmite del reino de los griegos». El propio Benjamin 1a identifica con Tarso, creo que no por un recuerdo biblico*, sino simplemente por la proximidad de ambas y por la mayor importancia de la segunda. Tarso cay en poder de los bizantinos en la campafia de 1158 - por medio de una hébil estrategia descrita por Juan Cinamo (4. 17-18) -, después de ser tomadas Cistramo y Anazarbo. Fue precisamente en Mopsuestia, la Mamistra de los cruzados, donde Reinaldo de Chatillon se humill6é ante Manuel, para conseguir el perdén por haber atacado Chipre, y le ofteci6 vasallaje. Allf acudié también Balduino III de Jerusalén a rendir honores a Manuel, y posiblemente este hecho haya marcado la referencia de esta ciudad como Ifmite de 1a expasi6n bizantina en Cilicia’. *Si aceptamos la Lectura «Trunia» (ef. la n. 52 de la trad. de G. Busi y la p. 15 de la edicién de Adler), se podria conjeturar una modificacién a partir de un hipotético «Runia»,o pais de Rum, es decir, el territorio del sultanato de [eonio. (La Tinicial podria deberse a la presencia en el pasaje de nombres como turcos, turcomanos, Taris y Toros). "Cf. a, $4.a la traducci6n de G. Busi (p. 30). Bn general, puede consultarse A.A. Vasiliev, History of the Byzantine Empire, Madison 1928-1929, trad. esp. vol Ip. 64-69),y .M. Hussey, The later Macedonians, the Comneni and the Angeli, 1025-1204, en Id. [ed.1,Cambridge Medieval History, Cambridge 1967,1V.1,p.193- 250, Elviaje de Beniamin de Tudela 89 Economta Ms interés suelen tener para Benjam{n de Tudela los datos de tipo econdmico y, especialmente, comercial. Aunque respecto a Bizancio sus expresiones son bastante genéricas. Alaba la riqueza general de Constantinopla y su posicién preeminente en el comercio de todo el Oriente, s6lo comparable con Bagdad. El tinico dato concreto que da es el impuesto de 1a capital que, segdn é1, asciende a 20,000 piezas de oro diarias*, No tenemos fuentes para contrastar este dato, pero a juicio de Hendy serfa hiperbélico. Tan s6lo si tomaramos el dato como anual y no como diario nos aproximarfamos a los 230.000 hypérpyra que asigna Nicéforo Gregords (18.1) para mediados del siglo XIV, quedando entonces corto el célculo de Benjamin, Pienso que aquf nuestro viajero da una cifra fabulosa, inducida por el tono general de admiracién por la riqueza de Bizancio, y cuya fuente de informacién no era excesivamente fiable, dado que debfa proceder de algtin judio que le hospedaba y le guiaba, persona que no tenfa por qué estar al corriente de las finanzas del Estado. No abordaré el tema de la presencia de judfos en la actividad econémica y comercial de Bizancio, dado que es lo que m4s desarrollaba Sharf en su estudio”. Etnografia El interés etnografico del texto se centra en la preocupacién por las comunidades hebreas y en pocas ocasiones se hace referencia a 2M, Hendy, Studies in the Byzantine Monetary Economy ¢, 300-1450, Cambridge 1985, p. 173-174, ® Aportaciones bibliograficas reciente son: A. Gieystor, Les Juifs et leurs activités économiques en Europe Orientale, en Gli ebrei nell’ alto medioevo, Spoleto 1980, p. 489- 522. E, Ashtor, Gli ebrei nel commercio mediterraneo nell’ alto medioevo (see. X-X1), ibidem, p. 401-464. 90 JAOchoa caracteristicas de otros pueblos. La énica digresién de tipo etnogréfico de considerable dimensi6n es la dedicada a los valacos. Del pueblo bizantino se dice como afirmacién general que «carecen de esp{ritu combativo» y «se dos que carecen de fuerza para resistir». En cambio, es precisamente con Manuel I, cuando se militariza la figura del emperador ‘como caballero ideal, tal y como lo muestran Eustacio de Tesalénica y Juan Cinamo. Esta aparicién del emperador guerrero coincide con un momento de expansién del imperio, de manos de la dinastfa Comnena, que surgié de lanobleza militar. Por otra parte, es cierto que el imperio tradicionalmente enrolaba en sus filas soldados de muy diversos pueblos. Sia mitad del siglo XI predominaban los escandinavos, los arabes, normandos y biilgaros, en €poca de Manuel I eran mury numerosos los mercenarios de origen latino, junto con los escandinavos y anglosajones**. No deja de ser significativo que sean las fuentes occidentales?* las que nos hablen de la incapacidad del pueblo griego para la actividad bélica, mientras los historiadores orientales silencian este asunto. En nuestro texto se hace una pintura negativa de la situacién de los judios en Constantinopla, Ya hemos visto que no les est4 permitido montar a caballo y que, en general, no son bien considerados en Bizancio. Benjamfn subraya las pésimas consecuencias que tiene para la actividad comercial le hecho de que se les prohiba habitar dentro de la ciudad, y dice que son obligados a vivir en Pera. Janin dudaba que habitaran en 1a propia Pera, dado que ésta constitufa la regi6n XIII de la ciudad, y pensaba que podrfan alojarse extramuros, en frente de Galata, junto a la puerta de Pérama, que también se conocfa entre los latinos como Ebraiké pylé”. Sin embargo, el texto del viajero es muy claro cuando dice que deben cruzar el 2A. Kazhdan, A.W. Epstein, Change in Byzantine Culture in the eleventh and welfth Centuries, Berkeley 1985, p.110-116. *8Kazhdan - Epstein, Change cit., p. 172-174. *También Guillermo de Tiro y Odo de Deuil hacen referencia a este particular. *R. Janin, Constantinople Byzantine, Paris 19642, p. 259-260. Janin apoya esta suposicién en el hecho de que en els. XVII fueron desposeidos de los terrenos que habrian de alojar ala mezquita Yeni Valide Camii (ef. p. 292). Elviaje de Beniamin de Tudela a1 brazo de mar para desde el lugar donde habitan para poder comerciar con el resto de los habitantes de la capital. Esta situacidn s6lo se comprende si Jos judfos estaban asentados en Pera. Esta situacién de marginacin cambiarfa un siglo después de la vi de Benjamin, pues tenemos atestiguada presencia judfa en el barrio de Vianga, donde tenfan incluso una sinagoga’*, Constantinopla Situacién de la ciudad La primera indicacién que nos se da sobre Constantionpla es que tiene 18 millas de perimetro. La muralla construida por Teodosio en 411 medfa unos dieciocho kilémetros, de modo que la informaci6n de Benjamin tiende a 1a exageracién, sin consideramos 1a milla como 1a cuarta parte de una legua, segin 1a medicién romana®. Por lo general los viajeros magnifican las dimensiones de la ciudad, que les resulta enorme en comparacién con las ciudades que conocen de occidente y, de hecho Benjamin 1a compara con Bagdad”. Nos dice también que 1a mitad de este perfmetro discurre sobre el mar y la otra mitad sobre el continente, 1o cual no es exacto porque la ciudad forma un triéngulo y por tanto s6lo un tercio de 1a muralla mira a tierra firme. Respecto al emplazamiento de la capital, dice el viajero: «se asienta sobre dos brazos de mar: uno del mar de Rusia, otro del mar de Sefarad». Se trata de denominaciones muy particulares, para las que no he encontrado Paralelo, y que corresponden a las dos grandes masas de agua que se encuentran en el Bésforo, la del Mar Negro (Ponts Euxino) y la del Mar de Marmara (Propéntide) que en definitiva recibe el agua del Egeo a través del Estrecho de Dardanelos. La costa norte del Mar Negro en esta época est ™ Como lo testimonia una carta de Planudes (ed. Treu, Breslau 1890, p. 52). 1 Legua = 5.572 m1 milla = 1.393 m. Por tanto, 18 millas equivaldrian a unos veinticinco kil6meteos. Van der Vin, Travellers cit., p. 249-250, 92. JA.Ochoa ‘ocupada por Bulgaria hasta 1a desembocadura del Danubio y, desde allt, por los pechenegos hasta 1171 y por los cumanos en adelante. En el siglo XII son estos pueblos de las estepas los que marcan la frontera norte del Mar Negro, y quiz4 la indicacién de Rusia sea una referencia genérica al norte. En cambio, Sefarad, la Peninsula Ibérica, sirve como referencia por ser el extremo mediterrdneo, punto de partida del viajero. Santa Softa De la Gran Iglesia de Constantinopla, el viajero nos dice que «recibe dinero de muy diversas partes» y, de hecho, ademas de 1a aplicacién det impuesto eclesidstico 0 canonicon, ademés de otros emolumentos y diversos tipos de kaniskia, como las tasas por matrimonio”, el Patriarcado se beneficiaba también de donaciones de los fieles de todo el Imperio. Una visita del emperador, por ejemplo, poda dar lugar a importantes donaciones en objetos preciosos*?. El impuesto que llega de las «dos islas», tenemos que pensar que procedfa de Creta y Chipre, dado que en esta época son las inicas islas que tienen entidad suficiente para destacar en capacidad econémica”. La descripcién de la iglesia no es muy detallada y responde al asombro por la riqueza que contiene. Asi, las «columnas de oro y plata» que son mencionadas corresponden concretamente a las doce columnas revestidas de oro, que separan el espacio entre la nave y el santuario; también es de oro el altar del santuario y las columnas que lo soportan™. Las «lémparas de oro y plata incontables» producfan una brillante luminosidad en el {terior y son también mencionadas por Esteban de Novgorod en 1350°. ME, Herman, The Secular Church, en J.M. Hussey [ed.], Cambridge Medieval History, 1V.2, Cambridge 1967, p. 121-125. CF. M. Hendy, Studies cit., p. 197-198 Cf, M. Hendy, Studies cit.. p. 33. YR, Janin, La géogrophie ecclésiastique de "Empire Byzantin. I Le sidge de Constantinople et le Patriarcat Oecuménique. Tome III, Les églises et les monastéres, Paris 1969, p. 455-470, 5B. de Khitrowo [ed.], Itinéraires russes en Orient, Gentve 1889, p. 118, El viaje de Beniamin de Tudela 93 Por tiltimo se dice que existen tantos altares como dfas tiene el afio”s, comentario que encontramos también en Antonio de Novgorod (1200), y que debfa ser un dato habitual en la guia dentro de Santa Soffa a fines del siglo XIT, aunque hoy nos resulte diffcil identificar esa cantidad de espacios de culto 0 lugares para la veneracién, El hip6dromo Menciona el viajero el hipédromo «adosado al muro de palacio»”, cuya identificaci6n no es tan sencilla como parece. Ademds det gran Hipédromo las fuentes citan un ippodromion 0 skepastos ippodromos™, que segdn Ebersolt serfa la parte cubierta del Hipédromo, mientras que para Janin se trata de un hip6dromo de dimensiones menores a disposicién de Palacio, La ambigua expresién de Benjamin «hipédromo paraladiversién del rey», podrfa tanto hacer referencia al pequefto circo dentro de palacio, como al Hipédromo donde acudfa el pueblo, y cuya tribuna imperial (kathisma) se apoyaba sobre las construcciones del Gran Palacio", Benjamin habla de ciertos espectéculos el dfa de Navidad. Enel marco de las interpretaciones simbolistas del circo (la carrera de cartos como paralela de 1a carrera del sol, el concepto de 1a renovatio)"' se puede ° Algonos autores interpretan «iglesias» en lugar de aaltares», pero la posicidn del comentario en el relato, por ejemplo, nos puede inducir a recharzar esta hipStess. PB, de Khitrowo [ed]. lineraries eit. p. 92-94 OR, Jamin, Constantinople Byzantine cit, p. 183-197. R. Guilland, Etudes sur Hippodrome de Byzance, «Byzantinoslavica» 27 (1966), p. 26-36, y Id, Etudes sur Uitippodrome de Constantinople, X. La déchéance et la ruine de l'lippodrome, «Byzantinoslavica» 30 (1968). p. 209-219. Cf. W. Muller-Wiener, Bildtexikon zur Topographie Istanbuls, Tobingen 1977. p. 232 ‘Constantino Porfirogénito, De Ceremoniis, 1.37 y Append. ad 1.1. “1, Ebersolt, Le Grand Palais de Constantinople et le Livre des cérémonies, Paris 1910, p. 37. R, Guilland, Etudes sur le Grand Palais de Constantinople. L' Hippodrome couvert, *, La decoracién parietal era frecuente en los palacios y el de Blaquernas ya posefa escenas de carreras en el hipédromo hechas en época de Constantino V (s. VID. En el caso de Manuel se traté de mosaicos, en los cuales incluy6 el nombre de trescientas ciudades que habia sometido en sus campafias (si hemos de creer lo dicho por Juan Cinamo), ademés de otras batallas famosas de historia pretérita. Destaca, en el conjunto sorprendente de Ja sala, el «trono de oro y piedra noble» y 1a corona colgada «de una cadena de oro sobre el trono». Todo esto pertenecfa a una puesta en escena cuyo objetivo principal era impresionar al visitante por la magnificencia de la corte imperial. Existen algunos relatos de audiencias imperiales, como la contenida en la Antapodosis de Liutprando de Cremona (970), 0 1a recepcién de Manuel Comneno a Kilidsh Arslan (1162), que relata Juan Cinamo (5.3). En este texto se mencionan los rubies, los zafiros y las incontables perlas. En ambos ejemplos se menciona el trono aireo, colocado a gran altura, pero en ninguno 1a corona pendente. En Juan Cinamo hay una referencia, no muy clara, ala parte alta del trono, Al parecer no es un rasgo perteneciente a la iconograffa del emperador®, pero quiz4 tengamos un paralelo en el relato de Antonio de Novgorod. Este viajero eslavo explica, a propésito de su visita a Santa Soffa en 1200, que sobre el ciborium estaba suspendida la corona de Constantino, sobre ella una cruz y sobre la cruz una paloma de De profectione Ludovici VI inorientem, ed. y trad. ing]-de V.G. Berry, New York 1948, p. 65, SCF. Nic. Coniata, p. 206, 48-56. 5A. Grabar, L’empereur dans l'art byzantin, Paris 1936, p. 40-42, 84 (reimpr. London 1971). No hay ninguna referencia en el detallado estudio de Grabar.

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