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Jueves 1 de julio de 2010

Manifestaciones en El Capitolio

Rio Piedras – Amnistía Internacional Sección de Puerto Rico (AIPR)


denuncia uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía de Puerto
Rico contra estudiantes y civiles en manifestación pacífica y legítima.

“Lo ocurrido el pasado 30 de junio en los predios de El Capitolio es una


herida a la historia democrática de Puerto Rico. El despliegue y uso de
la fuerza durante la manifestación pacífica de estudiantes y civiles
demostró la incapacidad del Estado para lidiar con las diferencias
ideológicas. El pedido de la ciudadanía de entrar al hemiciclo para
ejercer su derecho de fiscalizar a la legislatura en ningún modo
justifica los macanazos, gas pimienta, gases lacrimógenos y malos
tratos que presenciamos y están documentados en fotos y videos. Es
prioritario que se haga una investigación exhaustiva de lo acontecido
y todos y todas los(as) involucrados(as) en este trágico
acontecimiento rindan cuenta de sus actos y de alguna manera se
reivindique a las víctimas”, puntualizó Pedro Santiago, Director
Ejecutivo de AIPR.

El sistema democrático adoptado oficialmente en nuestra sociedad de


una parte cobija el derecho de toda persona a la libertad de
expresión, reunión y de acceso a las funciones públicas del país. De
otra parte, el Estado tiene el deber de enriquecer los haberes
democráticos y procurar el orden y la seguridad en respuesta a los
incidentes espontáneos y los actos públicos organizados que surjan
por las vías más pacíficas y generadoras de convivencia respetuosa.
Además, es importante hacer hincapié que los agentes policiacos en
el cumplimiento de sus funciones deben al mismo tiempo apoyarse en
y proteger todos los derechos de las personas y si en determinado
momento tienen que intervenir, esta intervención debe hacerse
utilizando el r grado de fuerza estrictamente necesario siempre
velando por que en la consecución del orden no se mancillen los
derechos protegidos de la ciudadanía.

Para AIPR este aspecto es parte de un modo de gobernar que se


reitera insistentemente en contra de las prácticas democráticas más
connotadas como son, a manera de ejemplo, la transparencia, y la
rendición de cuentas y la participación ciudadana. La trabazón que
enfrentaron los estudiantes y otros ciudadanos, en su empeño
legítimo de participar en la escena política del país asistiendo a los
hemiciclos legislativos y congregándose en la plaza norte de El
Capitolio, se acumulan a otros actos recientes de entorpecimiento a la
prensa, criminalización de los estudiantes, caracterización insultante
de sectores y personas, desarticulación del aparato público y una
gestión que agudiza la pobreza, las inseguridades y los miedos en el
país. Con todo este panorama toda persona tiene primeramente el
derecho y también el deber ético de, como mínimo, protestar
pacíficamente los designios del Estado y las órdenes que gobiernan.

Por otro lado, Osvaldo Burgos Pérez, Presidente de la Sección expreso


“en estos sucesos sobresalen varias violaciones a derechos protegidos
tanto por la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico
como por los principales instrumentos de derechos humanos
reconocidos internacionalmente, a saber, la libertad de expresión, que
los procesos parlamentarios sean públicos, la libertad de prensa, la
libertad de asociación y el derecho del pueblo a exigir del gobierno la
reparación de agravios, entre otros. Así pues, para Amnistía
Internacional no queda claro la intransigencia de la Legislatura ni la
respuesta de la Policía. La costumbre en el país de mantener abiertos
los hemiciclos legislativos insistimos que debe sostenerse. La
respuesta policiaca, incluso con el uso de armas menos letales y rocío
de gas pimienta y gases lacrimógenos, debe ajustarse a principios de
legalidad, legitimidad, proporcionalidad y necesidad. La Legislatura y
la Policía deben explicar coherentemente y sin cinismo las razones y
criterios en las que basaron sus determinaciones”.

En vista de todo esto, Amnistía Internacional aprovecha para hacer un


llamado a la Policía de Puerto Rico de manera que modifique la
práctica de sus funciones en el contexto de manifestaciones legítimas
y no violentas. La policía debe promover en sustitución de las
estrategias represivas -que con facilidad devienen en abuso policiaco-
la autorregulación de los grupos. Esto es, en las ocasiones que sea
necesario los supervisores policiacos deben identificar a los
portavoces de los grupos manifestándose para así fomentar el diálogo
y la propia disciplina democrática.

“Hacemos un llamado al gobernador de Puerto Rico, como


comandante en jefe de la Policía de Puerto Rico, para que de forma
inmediata dé instrucciones al Superintendente de la Policía para que
cese de una vez y por todas el uso excesivo de la fuerza policiaca en
nuestro País y para que promueva como parte de su gestión lo que es
uno de los principios fundamentales de este cuerpo: la protección de
los derechos civiles de las personas”, finalizó Burgos Pérez.

Para más información contacte con la oficina de Amnistía


Internacional Sección de Puerto Rico.

Persona Contacto: Pedro Santiago Tel. Cel. 787 646-9011 787-763-


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