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Capitulo 2 Campos y corrientes Podemos enfocar a filosofia de dos manera: ds. eun punto dialéctico o histo, es lo que acabarnos deesbozar,o bien desde un punto de vista sinerénico, cso que quersiamos ahore intentar La flosoia, des de este nuevo punto de vista, no se distribuye ya en perfodos, sino en campos, y menos segin la singular ad de las doctrinas que sogin la generaldad de las cusstiones ola conflctiva de las cortientes, Kant remit el campo dela fllosofia a custro pre- pumas: 1. 2Qué puedo saber? 2, eQué debo hacer? 3. ¢Qué me esti permiido esperar? 4 2Quées el hombre? YY hay que afiedir este comentario: «A la primera pregunta responde la metafisce; a segunda, la meo- raf; ala teroera, la religin ala cuarta, a ntropologia, ‘Pero, en el fondo, podriamos remitr todo a la entro 4 LA RILOSOFIA acl uss prin pe onan cn ls Gkimon? Tenemos que cpende ‘coeacan en lene Yagi fra ene fe its condiciones a prion dela epericncia le noes Ja de la tradicién, Ia actual. Po: lo demiis, las cuatro rogaas de Kast spun plaedadose, ene ots Prnbles© neceain yl vaveremos 4 cacontra Inds adclne La verdad sung. eslo que damn Jos autores de sistema sa qulla aos dems, Tode flowala plea a una fons detoeided, ue se pre tende acabada (sistema) o que se sabe inacabable. Per eta nided se plaraliza en smbos casos, ‘tindose a sus objetos. Se puede intentar pensar el Todo (tal es el objeto de la metafisica); esto no dis- pens de pean tambien lo que notores sabemes de E (Glos dl conocniens), lo ue hacen con nuestra vida (filosofia ética o moral) 0 con nuestra so- Gieded flovofa poles). Ni msesiareacén con la belleza (estética, filosofia de! arts) o con nosotros mis- tor (entropologiayclencias humanes), Todo esto consitie si campos pings del que cada une ts objeto al menos de un «Que sie, y que agul ‘tio podemos peu por eocnn 1 Kam Laie Inc I eae, 1970, ig. 2 ad ut gi, nd, Aa i) Vi es Cr (dele rtp, Tec rental lode 2 ‘caMros ¥ conuENTES oJ |L GRANDEZA Y LIMITES DELA METAFISICA ‘Atal seo, tl honor. Empecemos por la mess ca. Tomadi ext sentido ordinaro, es sin duda la parte mis prestigiosa del ilosofa, Pero ede qué se ‘tata? La ctimologia se revela ala vee azaosae lumi nadora, Es como un juego de palabras objetivo. Me tafe es, en primer lugar, por razones contingent, dl tuo de la recopilacion que viene «después de le iszor (meta ta physi) 0, dicho de otra manera, des- ‘pués del volumen consagrado a la ciencia de a natu ‘alexa, en la edicin antigua de las obras de Aristiees Pero como esta obra trataba del se en tanto que set, sbrelos primeros prncipos yas primers causa, 0 bre la sustanciay sobre Dios, ete, se adquiié el hab to de lamar metafiica «esta parte dela flosofia que shordaba ls preguntes més findamentales, ya fueran ‘iimas o primera lo que supone que nos emplsza, como la etimologia parece retrospectivamente indi- cao, ds allé del isa, eM alls de la naturaleza (bis)? Serta deci demesiado, o mas bien compro- smeterse con una metaisica particular, ‘La primera pregunta metafsica es, sin dd, la del se. Pero como «el ser se dice en vatios sents» (Avis- {eees, esta pregunta englobs otra varia, que pueden referzse alse mismo (por ejemplo, «Qué ese sex?» ‘0 «¢Qué cs ser?) asus mancrs de ser (oa las eategor tas, como dice Aristteles, que nos sirven pera pense Jo; como sustanca, como cantidad, como cuelidad, ‘como relacién, como ecién..), a su orgen (<¢Por qué ‘eclscry no més bien la nada?s), al totalidad de lo 8% LAmosorin «quees (los entes lo rel, el Todo) 0 a determinad ent en particuae (especialmente elslma, el mundo o Dios Normalmente, se denomina oniologea esa parte de la ‘metafisca que trata del ser en tanto que see, 0 sobre ln surtanciola csencia (ous) de os entes (ona). A este nivel de generalizacin, es dudoso que el conte- ido no sea pobre. Sobre el ser en tanto que ser, qué se puede decr sino que es, que es eterno (si no hubiers habido siclnpre se, éte, al no produciree nada dela ‘nada, nungahabra podido Hegar a ser), que es infinite (ga que no podria estar limitado sino por otro ser, que lo prolongariay no sera ya su fin) y,fnalmente,equién sel que es? Estos tes tltimos puntos, e incluso el pri mero, han sepuido siendo objeto, en la historia del losofia, de un cert mero de objeciones que dist, mucho de ger todas inconsistentes, A orton, toda ten. tat para édterminar la totalidad de lo que es choca on los limites mismos de nuestra saber, Sélo conoce ‘ios, ni eso, a Ibs entesparsiculaesy fits. ¢Cémo mos, a arte de exos sheres sempre parciales, ‘exitae un conorimiento general del sero de les entes? El mundo? Sie define como la totalidad dels sees (de la cosas en si, disfa Kan), et lejos de nuestro al- cance, Si se b define come la totalidad de los fendme- 'n05 (de ls cosas para nosotros), noes un fendmeno lla ‘oalidad delos objctos de un experiencia posible no 65, en tanto que totalided,e objeto de una experiencia posible). Por so.no se puede acometer la tatea de pen- sutlo dogmiéamente sn ear en un cierto nero de ? Segiin gue respondan de tal o cual manera a esta ‘preguats los fil6safos se dividen en dos grandes cam- 2, Soft, 245e 249d; vse también y sobre todo Las Leyes, X, ‘8d “3922 * La mLosoeta pot. Ls que Hman lcaictee primordial dl espirta fon respect la naturales, y que aditen por cont iets, en hima instancia, una creaién del mundo Selripo que sea (jesa ceucin es con frocuencia en los ésofs, por empl en Hegel, mucho mis complicada 1s imposible incluso que ene tistianismo) on los ‘gue pertenecen al earapo del idealism. Los ato, ie consieranknaturleza com el elemento primordia, percenecen as diferentes escuela del mateialima? Engels simpfca un poco, En prime lugs, porque noes evidente qe a naturales ya materia sean coe tensvas una ar (un sao naturals, como Spi nora o Nietsch, no es necestriamente materialist), y nego porque se puede ser cgrtamente idealist sin creer en Dios itn cualquier crac del mundo (como en aso de Schopenhauer 0 Sartre). La oposicién en su principio, noes menos esclaecedors. Atraveray 03 truetura toda une parte dela historia de la Sloofi Ua carson ciramehte desta dawn at ines Pletén, Potno,san Austin, santo Tom, Descartes, Lebni, Kan, Hegel, Bergson, Hused yl mayor de estos fenohendloges 0 neokantanoe del actual ded. ¥ ups cofriente matezalita no deja, aunque ddominada, de creceres resistencia 0 de combats: Deméerito, Epcur, Lucrsio, Hobbes, Diderot, Mar, Althusser, sin hablac (el materialism, ene igo x. procedia a memdo dees ciencas huenanae) de Freud 3. Bela Lady Ferhat fide pili aig slog T eG Bae Scales, 1560 nd ca Lego ‘chy af de i clas sone, Bata Debaie 299, anos ¥ consstes 1 -menores, no se dejen fiicilmente encerrar en csta dico- See aes =e eae recusarla, Saber sila naturaleza no pensante existe pri- Syostmerems eer aor icone dera cuestién. Que sea cientificamente insoluble no la See Abi es donde la ontologia desemboca en la cues- Sones ae a eee de siv y de todo, El problema no adquiere toda su am- ee pape tiot y superior a la naturaleza. Epicuro, por ejemplo, Saintes termundos», eran tan naturales y materiales como los coniecseinenine egitimo admirarlos (por su belleza o su felicidad), ab- Peete beet Saat religiones de la trascendencia, implicari casi siempre eee ee 92 eAmosorta lament opac debido los progresosmismos de la sca contemporines— seri cadaver menos deca, smetafisicamente hablando, que la pregunta antropo- légice, ya se refieta ésta al origen del hombre o al fun- cionamiento de a vida mental sfectia, El darwi aismo yla neurobiclogia, xn demostar nad, aportan much au alive matrivser mate, Actoaimente sempre gar pensar qo a hum, dad no es més que una especie animal entre ouas (Carini), lo queieplise que esl cerebro —y no lun alma oun esta materel—al que pens, dente ¥ experimenta (eurobologia). Esto no nos impide ser humanos, unque imple que el humanism se crea una relgin. Sel hombre es un elec, 2e8m0 podk ser mes Dios? Estas preguntss, que conciernen a la filosofia pri- tema és eel oto nombre, por ejemplo en Deseat tes, de la metafisica), no son itrelevantes, como se pue- e adivines, pat la pregunta sobre los fines tines, —, por se mis asters, ‘caros y conser 2 ‘ng es menos verosinil, ni menos fuerte, ri menos me: tafisica, TL FILOSO#IA DEL CONOCIMIENTO («QUE PUEDO SABER?>) La ontologa se refine al ser; Ia metafisia, al Todo. Por eso son indisociables, sin confundirse del todo. Las cenciasy la experiencia nos ensedan, sin embargo, is, lo que no es dificil (Ia metafisica hace eflexio- ‘nar, peto no nos ensefa nada). Falte entonces por pensar el hecho mismo de aprender o de conoees,y especialmen ge eémo ls canis 00 90, By emer ileng ofp apie if fe sd mis bien lgica 0 andnica, 3s lamatnos aveces (al haberse canvertdo la Kgica en una ciencia, {que depende mis de las matemiticas que de la filoso fia) gnoseologia 0 epistemologia. Son dos disciplinas ciferentes. La gnoscologia trata sobre el conocimien- to (gnosis) en general; la epistemologta, sobre una 0 varias ciencias (epsteme) en particular, menos para volver a trazar su historia, que no deperde de le filo- sofia, que para procurar comprenderlao extracr al- guna leceién filosfcamente esclarecedora, «Todos los horabres desean naturalmente saber», decia Aristézeles, Pero zpueden hacerlo? g¥ eémo? En qué condiciones? La primera pregunta se refiere al hecho mismo del ‘conacimient, y @ sus limites. Somos capaces de al i i! sa moserta cancer la verdd con certeza? Sobre esto ve opusiroa, en la Antigtedad, los escépticas y los dogméticos. Esta hima palabra, tomada en su seatido téenico, no tiene nada de peyorativo. Dogrnitico es todo filésofo ‘que afirma la existencia de conocimientos ciertos. Fs- ‘éptico, todo filsofo que niega esa existencia, o la pone en duda, Los dogméticos, ca la historia de la fi losofia, son con nucho Jos més numerosos, y casi siempre los mis destacedos (Plasén, Arietteles, Epi euro yl estoicos fueron dogmaticos, como tambien Descartes, Spinasa, Leibniz, Kant, «en lo limites de tuna experiencia posible, Hegel o Huser). Nohay nada en ello de sorprendente, no slo porque lacer- tezae3 mis coaforable que la duda, sino incluso por- que ciencias y experiencia parecen conceder la ra 260 alos dogmatic. ¢Quién puede dudar delo que ve, de lo que toca o de lo que hace? ¢Quién puede dudar de una detostracién matemética, sila entien- de? El problema 2onsiste en que ciencas experien- cias no se ponen siempre de acuerdo entre ella, ni los filésofos dognticos entre sf. Epicuro estaba tan seguro de sur étomos como Platén de sus Ideas. {Qué er lo que prueba esto, sno que uno y ot eran incapaces de probar su existencia? ¢Y que hubo més «cierto», durantemilenios, ue el movimiento del Sol alrededor de una Tierra inmévil? «No eran mis que certezas de hecho, se objetard, no certezas de dere- cho.» Quizi. Peo eda certeza que hay en las certezas de derecho no es nunca mis que una cerveza de he- cho», observa Marcel Conche a propéuito de Mon: taigne, y por consiguiente éno hay mis que certezas conros¥ cones % de hecho» Ahora bien, gqué demuestra una cer tee? ‘Los mayoresexcépicos de la Antigiedad son Pirrén y Sexto Empirico. Los mayores de los Tiempos Mo- demos, Montaigne y Hume (habrfa que afadic a Pas- cal, que seria eseéptico sin I fe, y con mayor razéin en la medida en que no cree en el escepticsmo). ¢Por ‘qué dudar de todo? Porque todo lo que eenacernos lo cconocemos por medio de los sentdes y de nuestra ra 26n, lo que nos impide siempre verficar su fabilidad (porque toda verfcacko la supone). que se puede lama: el relat- vismo, que desembocs, casi inevitablemente, en tun pluralismo. Si ninguna moral esté fundada, ninguna puede sspirar a ser Je moral, snica y universal; solo cexisten las morales, todas relativas a una cierta socie- dad, s uns cierta époeso a cirtos individu. Hay, pues, ue enanciar ala moralidad? (No, por «encima de todo! Fl relativism no es un nihilsmo. Lo ‘podemnos ver en las cincias. Que cualquier conoc _miento sea relativo (relatvismo epistémico) no implica y pueden tener el mismo origen, ‘por ejemplo el pueblo soberano (s esepaacion», ex resin que no se encuenta per le dems en Montes- dui, n0 es absolut), Pero deben mantenese ala vez tints e independiente unos de lps. oto, a in de ‘tac que ningin indvidvo niin grupo aunque seal mismo pucblo— puede gererla tania. «Todo ‘stare perdido sel mismo hombre el mismo cuerpo sjerccran estos tres podetes: el de hace as leyes, de ejecta las resohciones pli y el de jugar los crimenes 0 las disputas entre partculares» El poder yao reftenaria l poder: os abusos serian inevitable, ysehabria acabado con la libertad ‘Tocqueville (1805-1859) prolong esta coriente beral. La razén individual, comprueba al en Norte smérica ha prevalecdo sobre el principio de autor dad, Ia gualdad de las condiciones sobre el principio asistoertco, el individualismo ylaenvgiarobre a virud o el honor. Entonces, el peligro consiste menos «na presi as monarquitsabvolutas queen el de ‘una tirana de I maya: ena se eerceria a aves (Rousseau). No se excluye que un pueblo se ‘ororguc un rey, Todavia es necesario que este pueblo cxista: «Antes, pues, de examinar l acto mediante el cual un pueblo eige a un rey —escribe Rousseau—, e- fa bueno examinar el acto mediante el cual el pueblo cs un pueblo, Porque este acto, al ser necesariamente anterior al 10, es el verdadero fundamento de la so- ciedads, De ahi el contrato socal, que insttuye al mis ro tiempo al pueblo y ala soberani: por ejemplo, por ue lesindividuos contratantes se someten, para eludir Ja guerra de todos contra todos, a un tercero que n0 contrata (Hobbes), 0 porgue se someten individual- ‘mente, para superar un peligro o escapar ala muerte, a ls comunidad que en el momento consttuyen colecti- vamente (Rousseau) 0 que se impone a ellos (Spinoza) Esto implica que cada cual renuncie a su derecho natu sal (olosometa dria Spinoza alas leyes dela Ciudad). Es el paso decisivo: el dela libertad natural (hacer lo {que yo quiero y puedo) « la libertad civil (hacer lo que ‘yo quiero yla ley no prokibe) l ser ésta cas siempre ‘mucho mis amplia, de hecho, que aquéll. Rousseau, también en este caso, lo dice mejor que nadie. Median tel contrato social, «cada uno, uniéndose a todos, slo se obecece, sin embargo, asi mismo y sigue siendo tan Tibre como antes», o incluso macho mis: ‘ctbosy connssres bee att Lo que el hombre pierde mediante el contrato so ales su libertad natural yun derecho ilimitado a todo lo que le tienta y puede aleanzar lo que gana es la li bertad civil y la propiedad de toda lo que potee. Para no engafiarse en estas compensaciones, es necesario cistingui a ibertad ntural, queso tiene como lmi- tes las fueraas del indviduo, dela libertad civil, que cstéIimitada por la voluntad genertl,y Ia posesin, {que no es mis que e eecto de la fuerza 0 del derecho de! primer ocupante, dela propiedad, que no puede fundarse mis que sobre un titulo positive. Sobre lo que precede se podria aiadir ala adquisi- cién del estado civil la libertad moral, que ele inica _que converte al hombreen verdadero amo des mismo; porque el impulso del solo apetito ex exclavo, yn obe dential ley que uno sea prescrit es libertad. 1 er Por fechada que esté, sta bro bl ul decontea- to socal continda — pasando por Runkhasta noso- ttos,¢No es mis que una icin? Sus eércos, salvo excepciones, nolo ignoran, Pero esta ficién nos i mina, y nos guia: es una ipétesis reguladora. Rawls, finales del siglo xx, la pro.onga al eacrulizara, Ima- gina una «posicién origital, puramente hipétetica, en Ja cual ning individuo conoce el lugar que oc pana sociedad, nisuscapacidades naturales, ya sean fisicas ointelectuales, ni siquiera sus opiniones o sus rendencias pricoldgieas. A través de este evel de ig ‘orencion, se considers a os individuos eapaces de determina los principios de una sociedad justa, Aho M.D, 18 us La mosorta 1 bien, en esta posicién original, los individuos se pondrfan de acuerdo, explica Rawls, en torno a dos Drincipios fundamentales y complementazios: el pr ‘mero exige Ia igualdad en la seribucién de los dere- hos ylos deberes 0, dicho de otro modo, un derecho igual ala mayor libertad posible lo que supone que sea compatible con una libertad igual para los de- més); el segundo plantea que las desigualdades socio ‘conémicas, por ejemplo de riqueza o de poder, no son justas més que si producen ventajs para todos, «en especial para los miembros mis desfavorecidos de Ta sociedad, y ques se vinculan a posicionesy funcio- nes abjertas 2 todos." En ello se pudo ver una jusili- cacién filoséfica del «liberal» normal (la izquierda norteamericana) 0 dela socialdemocracia, Peto mi chos, incluso a la derecha, se identifcsrian con ell Quin no desea, en nuestras democracis, al mismo tiempo la libertad y la equidad? Ahi es donde la filosoia coincide can la politic. ‘Cualquier Estado, por definicién, es coactivo. Pero sélo vale a condicién de no limitar le libertad de los individvos més que pats pretervasla 0 actocentacla, EL Estado, si cs democrticoy s funciona bien, no es . Lo que buseamos en el ate es ciera- rene une verdad, pero nol verdad aneoditica dena imitackin o de un elato: es la verdad del espritu bu ‘mano, en su relacién con el mundo, el absoluto y uno ‘mismo, Por ev existe una historia del arte (porque es pista es historia). Hegel, en su Erté, desurolla el fresco grandiasa (y, por supuesto, rernaso: primero cl ate simbélicn, que seimpane en la arqutectura y en los egipcis; ego el ate elsio, que tiuafa en la 124 Lamson cultura y en ls grigos;fnalmente, el arte romntc, culming en la pincure yen los cistanos, cada weg de estos tes etadics expresando, de manerscedaee ‘i interior, la unidad de le signifcacién y dele ee ‘ma), Pero él muestra tambiga sis limites En a jerarquia de los mecios que seven pare cx Dresarelsholuto, la relgicn yl tua surtion Io, {azén ocupan el grado mis eleva, muy ropetce st 105 Pero nove. Bosye en l algo que no podtia ser superade, nao {stcin inne del beat; lo sometemor al aan, nuestro pensamiento [1 Lat condones perce, {Eeltempo presente apenas son fvorbles pa cane Fz) cuanto a su suprema desinaiin, dane tee ficado prs nosetot una cosa del pasado’ Peek bo que tenia de auténicarnente vio y vena _Lasndo visto nuestros muses, algo me hace as la ‘aso Tegel Pero adn alos ania qu sela nega VI Fivosorta¥ cencias Huns (ag Qu es FL HOMBRE>») El hombre, digan lo que digan algunos, noes una Jovencisn reciente, La pregunta «cQuées humbrcs 18 Bhi, nod, Lt td faces 5 uae, agra spe 17 ls 383 td ca: eg i i i 1a@0s¥ coma 2s ‘travicsa toda la flosofia antigua, desde el «Condcete a timismo» soeritico hasta lo que hay que lamar el hu. ‘manismo estoio (Séneca: «EI hombre es algo sagrado para cl hombres) o ciceroniano («Un ser humano, por ‘solo hecho de ser, no debe sex considerado como un ‘exttaiio por otro ser humana»), sn olvidar el famoso ‘cl hombre es a'medla de tod las cosase de Prot ‘gras nila hermosa iterrogacin de Plat, en el Tee. ‘eto: «¢Qué es lo que puede ser esto, un hombre? . Los Tiempos Modernos (por ‘emplo en Montaigne, Pascal, Hume o Kant) hicieron <4 uno de los objetos fundamentales —inchiso el objeto principal — dela filsofia. El atontecimiento re cent, en este campo, seria més bea la emergencia, en les sglosxrx yx, de une nueva manera de trata del hombre: yx no por Ia filosofi, sino por les cencias hhamanas. Esto no se consiguié en un dit, La histo, como estudio de los acontecimientos pasedos, estan artigua, 0 casi, como Ia filosofia (Hlerodoto econ, temporineo de Empédocles, Teidides lo es de Sera tes) Ibn Jaldin, Mequiavelo, Vico, Montesquiew 0 ‘Tocqueville sn fos precursores, en muchos aspects, detnuestrossocislogos 0 poitslogos y Pascal, Nicta che o Schopenhauer no aguardaron al nacimiento dela pscologia para ensefianos mucho sobre nuestro fun. ‘namientointemo. La diferencia no es menos cons

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