IGNACIO DE ANTIOQUA, responsable de su iglesia, llevado a
Roma (110?) para sufrir all el martirio, escribe a muchas Iglesias del Asia Menor para reconfortarlas y exhortarlas a la fidelidad y a la unidad. Atestigua de modo claro la existencia de un triple ministerio jerarquizado, distinguiendo claramente al Obispo de los presbteros y diconos. Se podra traducir por Obispos, presbteros y diconos tal como los entendemos hoy; sin embargo, el vocabulario todava es confuso en San Ireneo, a finales del s.II
Sigan todos al Obispo, como Jesucristo al Padre y al colegio
de ancianos como a los Apstoles; en cuanto a los diconos, reverncienlos como al mandamiento de Dios. Que nadie, sin contar con el Obispo, haga nada de lo que atae a la Iglesia. Slo aquella Eucarista ha de tenerse por vlida que se celebre por el Obispo o por quien de l tenga autorizacin.
Dondequiera aparece el Obispo, all est la muchedumbre, al
modo que donde estuviese Jesucristo, all est la Iglesia universal. Sin contar con el Obispo, no es lcito bautizar ni celebrar la Eucarista; sino, ms bien, aquello que l aprobare, eso es tambin lo agradable a Dios, a fin de que lo que hagan sea seguro y vlido.
Ignacio de Antioqua, Carta a los esmirnionitas, VIII
Ahora que, por parte de ustedes, todos han de respetar
tambin a los diconos como a Jesucristo. Lo mismo digo del Obispo, que es la figura del Padre, y de los ancianos que representan el senado de Dios y la alianza o colegio de los Apstoles. Quitados stos, no hay nombre de Iglesia.
Ignacio de Antioqua, Carta a los tralianos, III, 1