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EN TORNO AL SISTEMA CONSONANTICO DEL ESPAROL MEDIEVAL Constantino Contnerns 0.1, El espafiol antipuo o medieval tenfa los mis- mos fonemas vocAlicos que el espafiol moderno, pero su sis- tema consonantico era parcialmente diferente en cuanto po- seia algunas unidades fonematicas que el espanol moderno desconoce. Por lo dem&s, algunos de esos fonemas consondn- ticos presentan dificultades de identificacién por su dife- vente representacién gr&fica, lo cual suele ser un obstacu- lo en la lectura de textos de esa época. Varios lingtistas han esciarecido el problema de las grafias de los textos medievales y su correspondencia con las unidades minimas distintivas del plano de la expresién, de modo que es posible en la actualidad determinar el in- ventario de fonemas del espafiol medieval y sus relaciones internas sobre bases bastante seguras, aun cuando todavia subsisten dudas sobre algunos aspectos y ciertas divergen- cias descriptivas también. 0.2. El cambio de f- inicial latina en h aspira- da, uno de los cambios fénicos més estudiados por Menéndez Pidal y atribuido a influencia vasca, presenta un proble- ma para la interpretacién fonolégica. Es un fenémenc tem- prano en el castellano no literario, pero en los textos li- terarios medievales sigue predominando la f etimolégica. La h, en cambio, s6lo se generaliza en los siglos XV y XVI , aspirada proveniente de Es dudoso, por lo tanto, que la f inicial latina haya tenido valor fonem4tico en espafiol medieval. Una posibilidad es conciderarla variante fonéti- ca del fonema /f/. Otro problema es e1 que presenta la y. Al parecer = 45 - no habfa alcanzado el grado de palatalizacién conson4ntica; en conseouencia, habrfa que considerarla, en los textos del espafiol medieval, como aléfono del fonema vocalico /i/. La generacién del fonema vibrante mé@ltiple /T/ en oposicién al simple /r/ no ha sido suficientemente estudia- da, pero ya se encuentra en espafol medieval con toda segu- ridad, puesto que se la diferenciaba gr4ficamente de r me- diante el grafema Ro mediante doble rr. Asimismo, desde los primeros documentos es posible identificar los fonemas generados por palatalizacién de grupos conson4nticos lati- nos: /1/, /p/, /&/. 0.3, Las diferencias m&s notorias del espafiol medie- val con respecta al moderne -en el plano de la expresién- est4n en las siguientes oposiciones fonolégicas: 1) b/v : bilabial oclusivo sonoro y labiodental fricativo sonoro, Ortograéficamente, el primer fonema de esta oposi- cién se representaba por b y #1 segundo por v o por u (que se usaba también para la vocal correspondiente). E1 fonema /b/ procedfa de b latina o de p intervo- cAlica; en cambio, el fonema /v/ procedfa de v [w] (wau) o de b intervocdlica. 2) $/2 i &picodental africado sordo y épicodental africado sonoro (segiin A.Alonso). Tendrfian una realizacién fonética préxima a [ts] y [ds] respectivamente, En la ortografia medieval, el primer fonema se representaba por c (ante e, i) y @ (ce con cedilla), y el segundo por 2. El primero provenfa principalmente de los grupos la- tinos [tj] y [kj] precedidos de consonante; el segundo, de los mismos grupos en situacién intervocdlica. 3) s/z : sibilante 4picoalveolar sordo y sibilante 4picoal- yeolar sonore. £1 primerc equivalfa graficamente a s-, -ss- ~ 46 - -s y el segundo a (intervocélica), aunque habia algunas vacilaciones. La consonante sibilante sorda provenfa de s latina no intervocdlica; la sonora procedfa de s latina intervoca- lica. 4) ¥/¥ : Menéndez Pidal caracterizaba al primero como prepa- latal fricativo sordo y al segundo como prepalatal fricativo sonoro. El fonema sordo tenfa su equivalencia ortograéfica en la x; el sonoro correspondfa a las grafias g (ante e,i) y j (e ineluso i en algunos textos). El fonema prepalatal sordo provenfa del grupo lati- no [ks] (ort. x), y el prepalatal sonoro procedfa del grupo latino [1j] y de los grupos prerromances[k'l, g'l, t'1]. 0.4. Estas oposiciones fonolégicas, al parecer, no tenfan un gran rendimiento funcional en el sistema, En todo caso, permitfan distinguir pares minimos como los siguientes: b/y : uebos_ ( napur cavalto(escrito asi antiguamente)> cahuatfu. Pero en Aragén, Castilla la Vieja y otras regiones del norte peninsular b y vse confundfan hasta imponerse el Gnico fonema /b/. También, irradiando desde el norte penin- sular, se extendid el ensordecimiento de %. A medida que se ensordecia esta consonante y se confundfa con ¥ , el pun- to de articulaci6én se fue retrasando, tal vez para evitar la corfusién con las consonantes alveolares $/2, hasta llegar a fonologizarse ia articulacién fricativa velar sorda /x/ ort. 4). El fonema silibante sonoro /z/ perdié también su ecarécter distintivo y se asimilé al sibilante Apicoalveoiz sordo /s/. Por filtimo, los fonemas $/# adelantaron fonética- mente su punto de articulacién y modificaron su modo de ar~ ticulacién, dando origen al fonema interdental fricativo sor- do del espafiol moderno /0/ (ort. z, y c ante e,i). 0.8. Martinet ha atribuido estos cambios fonol6gi- cos del espafiol de los sigios XVI y XVII a la influencia de la lengua euskera o vasca. La hipétesis se Funda en razones histérico-geogréficas y lingtlfsticas: el estrecho contacto con los vascos en las provincias septentrionales de la Penfn- sula, sobre todo después del desplazamiento de los mores (con fines de repcblacién). Los vascos no tienen en su sistema fonolégico la consonante /v/ (al menos en vasco moderno) y para /b/ tienen las mismas variantes combinatorias que en castellano; el sistema de las sibilantes de la mayor parte de los dialectcs vasecs se caracteriza por una preferencia = 50 - casi exclusiva por las articulaciones scrdas. La pérdida de los antiguos fonemas castellanos /z/, /2/ y /2/ pociblemente se expligce por esta infl también conviene tomar en cuenta el escaso rendim dad de cia; pero nto fun- a peali- cional que tenfan estos fonemas y la prox. zacién articulatoria. BIBLIOGRAFIA TEMATICA Datos sobre el consonaatismo del espafiol medieval se encuentran en los manuales de gram&tica histérica de la len- gua y en la Historia de la lengua espafiola, de Refael Lapesa. Pero el primer intento de formalizacién de dicho consonantis- mo desde un punto de vista fonolégico es el que se encuentra en el articulo de Emilio Alarcos Liorach, "Fsbozc de una fo- nologia diacrénica del espafiol", en Estudios dedicados a Me- néndez Pidal, tomo III, Madrid, C.S.I.C., 1951, $1 pp. Nel mismo autor, Fonologfa espafiola, 3a. ed., Madrid, Gredos, 1961, pp. 107-134 y especfficamente pp. 203-272. El consonantismo medieval es abordado también, aunque con criterios procedentes principalmente de la fonética arti- culatoria, en la obra que dejé inconclusa Amado Alonso y que ha ultimado y publicado Rafael Lapesa: De la pronunciacién medieval a la moderna en espafiol, Madrid, Gredos, vol. I, 2a, ed., 1967; vol. II, 1969. Sobre el paso del sistema consondntico medieval al moderno, fuera de esta obra fundamental de Alonso y Lapesa, conviene consultar el cap. 12 de la segunda parte de la obra de André Martinet, Economie des changements phonétiques. Traité de phonologie diachronique, [ditions A. Francke S.A., Berne, 1955 (hay traduceién espafiola publicada por Gredos, 2a. ed., =i 1974). Finalmente, se encuentra una descripeién sintética del sistema fonolégico del espafiol antiguo (con utilizacién de signos fonéticos internacionales) en el cap. XLIII del libro de Charles F. Hockett, Curso de linglfstica moderna, Buenos Aires, EUDEBA, 1971. - 52°

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