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ey capfruLo ONCE RECUENTO Los ojos deben ser lavados por las lagri- mas para que puedan ver. En el destierro, bajo las estrellas, en el estudio o en cl ga binete al otro lado del Rio Bravo o en Paris, Italia y Espafia, hombres solitarios ‘0 en grupo hicieron el recuento espiritual de ellos mismos y de su pais, y descubrieron que posefan una tradicién indigena que era un_heres racial americana de una esencial grandeza. Paulatina- mente fueron regresando los emigrados. Luego, en un sereno coloquio con su tierra, requirieron de amores a la morena Cenicienta; pero reformando el cuento, y sin pretender revestir con oro a la princesa, hallaron que sus tiznados atavios cran reales, y se desposaron con ella. Uno de los més grandes entre quienes regresaron fue el antropélogo Manuel Gamio, quien puso en téminos cientificos lo que ha sido el espiritu inextinguible de las municiones de los ejércitos en pugna, y constituye el ma- nantial de la vital y poderosa revolucién del arte mexi cano, La forja de la patria, dijo Gamio, no puede consistir | ‘como antes en los pedantes ¢ initiles esfuerzos por “ci- vilizar” al indio ¢ “incorporarlo” al progreso moderno; en lugar de 30, debe intentarse la reeducaci6n de quienes | estamos ya “civilizados”. 263 a fDOLOS TRAS LOS ALTARES Los gobiernos deben estudiar a su gente y a su terri- torio con devocién, dijo; deben entenderlos a ambos in- tegralmente, como una sola cosa, “De otra forma —con- cluyé—, estardn condenados al fracaso ya que no podrén dirigir légicamente a gente cuya naturaleza y modo de vida ignoran; y la gente, incapaz de vivir bajo sistem: que le son arbitrariamente impuestos, vegetaré debil tandose y degencrandose, o hara explotar sus justificadas protestas en revoluciones.” ;Son las leyes incomprensi- bles para los nativos? Cémbiense las leyes. :Estén las autoridades y los maestros confusos porque la ciudadanta no se conduce como otra ciudadania sobre cuyos sistemas éste ha sido modelado? Ediiquese a las autoridades, y si yerran, castigueselas. Hay que dejar que todo lo nativo\ sea la unidad basica del ideal econémico y cultural. ¢Es | ‘esto-una-vuelta a la barbaric? Si lo cs, mejor el barba- | rismo que la esterilidad. | Para mostrar lo que queria decir con la frase “forjar la patria”, Gamio, en su calidad de director del Depar- tamento Nacional de Antropologia, creado por él mismo, delineé una regién que circunda el Valle de San Juan ‘Teotihuacan. Allé fueron “misioneros” que no dedicaron su tiempo a ensefiar ni reformar, sino a estudiar, aunque como subproducto de sus estudios se lograron’ algunas mejoras legales y econémicas en los pueblos nucvos del Valle. También se excavaron magnificos monumentos arqueol6gicos que aumentaron el esplendor de la zona. La idea creativamente descrita en el experimento no puede ser valorada por completo en términos econémicos y. materiales, aunque el desarrollo sea parte de la misma. ‘Gamio postulaba —en base a su trabajo en Teotihuacan— un bienestar no fundamentado en la mejorfa econémica, en mifs.cscuclas y caminos y mejores condicioties sanita. RECUENTO 265 s. Decia que la tierra debfa serle regresada al cam- pesino pra iaitiapetusle significaba mucho més que el bienestar material, Entregarle la tierra significaba para él el reconocimiento de su razén de ser, y esto queria decir ciudadanos verdaderos afiadidos a la nacién por su propia decisién y aceptacién, Ademés, los mexi- ‘canos deberian, por su mismo bien, interesarse en el cam- ppesino més alld de la sola simpatia o el interés sonriente ‘en sus habilidades. Cada habitante del pais tendria que identificarse en espfritu con él si queria sentirse hijo le- gitimo de esta tierra. # F : El logro de forjar una patria significa para Gamio 1a unificacién sobre las bases de raza_y tradicién_en amalgama con los mAs antiguos y profundos deseos; sig- nifica la fundacién o continuacién de un estilo, en el sseuitido en que los artistas usan esta palabra, Cuando sus investigadores cientificos y proyectos sociolégicos en el ‘Valle de Teotihuacan habfan producido ya la suficiente informacién para elaborar un resumen de sus descubri- mientos, Gamio hizo todos estos datos a un lado y Hamé aun artista para que fuera a vivir a Teotihuacan. Era necesario —escribié— que un pintor, un verdadero pin tor, de técnica consumada y amplia visin, altamente sensitive y con un punto de vista agudo y analitico, fuera enviado a Vivir en el Valle; ... para que se identifieara a sf mismo con €l brillante cielo ‘azul, las hostiles y Aridas montafias, los eter- hos ilanos verdes; con os antiguos templos coloniales de soberbia leyenda, las ruinas sin tiempo que respiran dramas mnitelégies, y con Ins cabafas prendidas a las garras de Jot magueyes y los cactus.., Ese artista debe vivir y convertirse fen el hermano del nativo del Valle, y aceptar para si mismo durante todo el tiempo que alli permanezca, las costumbres, Jos ideales, el suftimiento, el placer y las creencias de ese] hombre. 266 iDOLOS TRAS LOS ALTARES ee EL reores0 a los valores ind{genas, artisticos | y espirituales, —lo que es una descripcién | simplificada del arte mexicano moderno—, ccurrié con frecuencia por via del arte eu. | ropeo modemo, en el caso de los fundadores de esta nueva tradicién, El gesto del retorno a los origenes est4 muy emparentado con el fechazo de los valores europeos, y muy cer- Jcano también a la violencia que implica <= derrotar al latifundismo, Fundamentalmen- 61 te, empero, el sentimiento de que el artista debe ser una persona con una actitud social definida una conciencia que determine sus preferencias en la vida cotidiana y en la obra—, y la simplificacién y bis- queda de valores estructurales, deben ser vistos como. derivaciones, tanto en México como en Europa, de un sentimiento universal. Sélo en el arte de México se expre~ sa este sentimiento con pureza y naturalidad. Racialmente, s6lo algunos de los artistas revoluciona- ios de México son indios puros. En el color de la piel van del blanco sombreado al mAs rico tinte bronceado. La mayorfa han pasado afios de estudio y observacién en Europa, y algunos han sido guerrilleros también. Otros. son demasiado jévenes y no han tenido tiempo para hacer ninguna de las dos cosas. Entre todos hacen una variada contribucién de tradiciones sociales y geogrdficas, Son y forman una tipica tropa mexicana; también forman una confraternidad al estilo de las cofradias de artistas del Renacimiento, que atrajo hombres ¢ ideas de todos los paises europeos y asiéticos, mucho en la forma en que RECUENTO 267 ad México lo hace ahora en toda América y en el viejo mundo occidental. Los iniciadores de este renacimiento son innovadores_ concientes. Los més abstractos son aquéllos que crono- légicamente expresaron_primero_sus_sentimientos, por ejemplo Carlos Mérida_y. Siqueiros, quienes fueron el lazo_natural_que unié la Europa’ contempordnea con México. En México, forma y contenido adquirieron hueso y came sin titubeos. Mérida heredé de sus ancestros mayas la cualidad_de la abstraccién y el gusto por el simbolo plastico puro, asi como la elegancia e intensidad que acompafian a la abstraccién en el arte de ese pucblo. O quizés absorbié estas cosas de los monumentos en los cuales debe haber transcurrido su contemplacién y su juego desde su nifiez hasta su juventud. 2 Carlos Mérida nacié en Xelajé, Quetzaltenango, de linea directa maya injertada en el pasado con sangre~ del clero espafiol. Siendo casi un nifio viajé a Paris, en donde vivié con Modigliani y trabaj6 con Picasso, siempre a la busqueda de su propio camino, En aquel momento =<. muchos artistas a su alrededor estaban obsesionados con - \ la idea de retratar o ilustrar el movimiento con la vio- \ lencia; pero Mérida se ajusté a un disefio estatico (para probar, quiz4, que no todas las cosas deben moverse para respirar y vivir). Mientras sus amigos se hallaban febril- mente entregados a la experiencia de desintegrar los colores y las formas y afiadir dimensiones extras y planos, 41 se ocupé de climinar las dimensiones extras y de i tegrar la forma y Ia Ifnea a las mds simples yuxtaposi- ciones_de_color. Después de todo, sus ancestros tenian, evidentemente, un acuerdo con Cézanne en que “cuando el color est4 en toda su riqueza, la forma est4 en su plenitud.” 268 fDoLOS TRAS LOS ALTARES EI mis cercano parangén con Mérida en el Viejo ‘Mundo serfa el mosaico bizantino, que también crea la forma éptica por la posicién y valor de cada color en su relacién con los otros. En cuanto al concepto plastic, Jos mosaicos se encuentran més préximos a los murales mayas en bajorrelieve, que a Mérida, ya que el trabajo de este pintor est& realizado sobre una superfic ‘Con mero célculo espectroscépico —una especie de geo- metria del color— realiza una imagen tridimensional de materiales con dos dimensiones, evitando las ilusiones del claroscuro y el barroco. Mérida-empieza con lo esen- cial de Ja pintura pura, el color, al que sirve con devocién religiosa. Su vida gira en tomo a Ja pintura y su pintura gira en torno del color, Su propio buen gusto y la cincelada civilizacién de Paris lo conducen sin pre4mbulos filos6ficus a los mas hermosos modelos, Pinta gente del campo: cortadores de cafia, vendedores de fruta, tejedores, mujeres en ricas vestiduras; no enfatiza la superficie pintoresca o emocio- nal de sus modelos ya que él mismo es un indio, siente orgullo de serlo, y puede cavar hondo directamente. Se- Feno, como sus ancestros, restituye la belleza que percibe en conceptos plisticos abstractos y monumentales. Por ‘contrapeso, balance, ritmo y precisién, recrea su espfritu de contemplacién. Guando Mérida regres a América no habia todavia sefial alguna de aquel movimiento orgénico que ha sido Tamado la revolucién artistica. En 1921 exhibe algunas pinturas en‘Ta Academia Nacional de la ciudad de Mé- xico. Esta institucién era todavia una esclava miope de Europa. En 1916 se habia iniciado un movimiento que habfa causado revuelo, a cargo del pintoresco y elocuente critico, pintor, médico, organizador laboral y cocinero, RECUENTO 269 (a el Dr. Atl. El centro de sus innovaciones era el impre- sionismo. Era un poco tarde para semejante debut, y sin embargo, Joaquin Clausell, quien pertenece en tiempo y cualidad al mejor momento de la escuela francesa, se atareaba creando Ja versién mexicana de ella con bas- tante fortuna. El Dr. Atl dejé la Academia para ir a distribuir a las masas, que todavia estaban guerreando y hambrientas, los nuevos billetes de a peso salidos de las prensas de Carranza, Luego que las maquinas de Ca- rranza fueron inhabilitadas, el Dr. Atl se comprometié en planeacién urbana, arte popular fotografico y excur- siones de reconocimiento por el vole4n Popocatépetl. La Academia volvié entonces al decoroso gris del cual él la habia sacado, y su actividad se centré de nuevo en el molde apologético y dogmatico de siempre. La exhibicién de Mérida, a pesar de todo, despert6 bastante interés en circulos ajenos a la Academia. El pintor sembraba la brisa de futuras tempestades ayudado por su extraordinaria y reposada personalidad, la segu- ridad de su trabajo y sus penetrantes articulos escritos en lenguaje llano y transparente, En ese momento Diego Rivera se hallaba entregado a su labor cubista en Paris; Orozco destrufa con sitira la basura artfstica y social en caricaturas periodisticas, haciéndose ast de enemigos po- Iiticos mientras disfrutaba la notoriedad que le otorgaba el seudoveneno de plumas seudocriticas; Siqueiros estaba en Espafia; Goitia colaboraba, como Mérida lo hizo des- pués en varios ocasiones, con Gamio en Teotihuacan; y, Charlot acababa de comprarse el boleto para Veracruz, Goitia era el artista enviado-a-Teotihuacan para some- terse al proceso mental y espiritual de identificacién con el paisaje mativo que Gamio prescribfa para cada ciu- dadano, como parte del proyecto para rehabilitar al pais. 270 {pOLOS TRAS LOS ALTARES Desde su hacienda en Michoacan Carmen Fonserrada caminaba por la misma vereda, reconstruyendo su patria despacio y meditando con honestidad, empujada por esa necesidad de clarificacién y sinceridad que era comin a muchos de sus colegas F onarios 0 posrevoluciona- rios. Su vehiculo era el retrato, una compacta y cuidadosa formulacién de la imagen visual con implicaciones sico- légicas y sociales. A través de esa postura, Fonserrada produjo Io que puede ser llamado realismo esencial. Sus pocas pinturas son momentos y personajes tradi- cionales, casi rituales, del campo mexicano, Sus dias han sido empleados en ver crecer las milpas y el ganado ser condueido al herraje por vaqueros giles de cinturas del- gadas sobre caballos danzantes. Sus paisajes son las mon- tafias y terraplenes de Michoacin, los lagos, las cercas festonadas de renucvos, las iujeres como pajaros, 10s remos como’ cucharas, Con estos materiales los comen- tadores nativos pueden hacer filigranas de vidrio soplado; y ella, sutiles maravillas con una flor en la esquina de la tela. Carmen Fonserrada fue a la ciudad de México des- pués que la revolucién de los pintores habia estallado, y alli se unié al Sindicato de Pintores y-Escultores —que era la tropa guerrillera— y se hizo miembro de un partido radical. Mucho de su tiempo lo empleaba organizando a los obreros y colaborando en grupos que se abocaban a la tarea de enfrentar la problemética laboral. En 1923 realiz6 su primera exhibici6n, al descubrirse que habia estado pintando “murales” en pequefias dimensi Esta cualidad, el apoyo de sus colegas, y sus actividades politicas, la convirtieron en miembro de la vanguardia. RECUENTO 271 a’ mm 1921 ¢s la fecha generalmente aceptada como el fin de la revolucién armada, La tiltima parte de ese aio marca ambién el principio —organizado— de la revolucién en cl arte. [José Vasconcelos, un filésofo a quien se deno- minaba’él maestro de la juventud, que estuvo al servicio de Villa y amigo de Zapata, fue nombrado Secretario de Educacién por el presidente Obregén. El régimen cul- tural de Vasconcelos dio comienzo en medio de una fiebre de construccién, publicaciones, pintura, planeacién, El entusiasta y dindmico pequefio Secretario abrié el foro y el presupuesto a las ideas, subsidié toda clase de expe- rimentos y proyectos y suprimié muchas de sus personales preferencias y gustos en beneticio de la curiosidad patrié- we tica y la fe. El resultado fue una orientacién_educativa cuyo punto de partida era el pueblo. Esta visién de la educacién le fue practicamente impuesta por las circuns-\ tancias, y a través del canal del arte, ‘Muchos de los planes que la Secretarfa eché a andar durante ese periodo quedaron a cargo de pintores en- tusiastas € incansables. Los maestros se descubrian a si mismos introduciendo sistemas de educacién fundados en el arte nativo, cuando buscaban una nueva o mejor adecuada pedagogia que el humanismo francés en que tanto’ ellos como el Secretario habian sido alimentados. Y Jo mismo ocurrié cuando los instructores del arte i vestigaban para encontrar procedimientos nuevos: ter- minaron_por olvidar la biisqueda de férmulas estéticas porque quedaron fascinados por las pinturas vivas que eran_sus pequefios alumnos. Redescubrian asf el secreto de ‘los frailes misioneros coloniales, quienes ensefiaron 272 {DOLOS TRAS LOS ALTARES con imagenes, y el pivote pre y poshispinico de emocién y tradicién que era precisamente la imagen; esto con- virtié a Ja Secretarfa en el templo dé-una-nueva-fe— ‘Quienquiera que entrara al edificio de la Secretaria de Educacién 0 a la Escuela Nacional Preparatoria, 0 a cualesquiera de los otros edificios bajo la jurisdiccién de Vasconcelos en 1922, quedaba profundamente im- presionado por la monumental actividad desplegada por la gente que alli se movia y trabajaba —y por su extra- ordinaria apariencia también. Pintores vestidos de_ove>_ roles a horcajadas sobre grandes tablones y entre una complicada red de andamios y travesafios configuraban tuna vasta arquitectura sobre frescos inconclusos. Grupos de espectadores confusos o convencidos discutfan a todas / horas mirando la febril actividad. Desparramadas en los umbrales y prendidas a las puertas, grandes hojas de papel con disefios al carbén lamaban también la aten- cién, Las maquinas de escribir y los escritorios de las oficinas ast ornamentadas estaban cubiertas con siena, rojos, verdes, azules, colores que en pequefias nubes de polvo escapaban de los molinillos de piedra que traba- Jaban sin descanso para surtir de material a la paleta nacional. La respuesta que generalmente se daba a periodistas ¥ extranjeros era que se trataba de la revolucién, y ast era en efecto) Lo que ocurrfa en las escuelas era Io que habia ocurrido en los estudios de los pintores, Todo el mundo se habia lanzado a la calle a mirar a México, y Ta mayoria se sentla ardientemente motivada a decir de la exp La obra de los nifios en aquellos dias de fiebre sorprendié 188. Diego Rivers, “Veloria ritual”, detalle de un fresco en la Secretaria dle Eaucacién Péblica, 91. Francisco Goitia, etrato al leo. 90. Diego Rivera, Fundicidn, panel al fresco en la Secretaria de Educa én Palen Francisco Goitia, “Plafideras’, dibujo al carbin de la Batalla de 98, Jean Charlot, Hvcultor jndigena, acuarela, Tlaguepaque. eaiitiont ai 100. Jean Charlot, Obrera, 6leo, Chichén Tees RECUENTO 273 bet a mucha gente, porque parecia el resultado de un genio anormal 0 el descubrimiento pedagégico del siglo; perof la explicaci6n reside en el hecho de que el arte es un) habito nacional que siempre solaz6 a los mexic / ‘Adolfo Best-Maugard, el mejor experimentador”ar- tistico-pedagégico, excarvé en las colecciones arqueol6- gicas y regated en los mercados con su elegante persona- lidad, hasta regresar cargado de vasijas y figurillas que inteligentemente deposit sobre los escritorios escolares. Explicaba que una cuantas lineas rectas y curvas com- ponian la aparentemente intrincada decoracién nativa, de acuerdo a ciertos prineipios que eran resultado de un largo desarrollo, buena perspectiva, aficién a las super- ficies y las formas y una disposicién innata a la artesanfa. Best descompuso este disefio en sus principios lineales, ie nes v deriva~ dos de la espiral, que es la forma bisica det disefio me~ ; hizo notorios los ritmos y Ia euidadosa espacia~ las rectas y las curvas avanzan y retroceden, trazan fronteras y formas, pero raramente se entrecruzan. Con esta admirable descripcién de lo que es el disefio mexicano, y con los modelos que los alumnos estaban acostumbrados a ver y usar en su vida cotidiana, los salones de clase adoptaron la:revolucién, Al mismo tiempo en Guadalajara, Carlos Orozco Romero ponfa a sus alum- nos a realizar grabados en madera, lo que hicieron con entusiasmo y todavia siguen haciendo, en centros de arte- sania y academias bajo la direccién de Gabriel Ferndndez Ledesma, un talentoso disefiador. El gusto por el arte rebas6 después sus santuarios habituales; dibujo y pintura se convirtieron en el lenguaje adoptado para Ia ensefianza de otra materias, desde los principios de la higiene hasta Ja geografia, y Ia aficién a pintar y dibujar rebas6 a tal 274 {DOLOS TRAS LOS ALTARES a ET punto a las otras asignaturas que la Academia Nacional fuvo que abrir numerosas escuelas de arte a las que se amné Escuelas al Aire Libre, mientras el trabajo de los nifios se acumulaba cn las oficinas de la Secretaria més rapidamente de lo que podia ser exportado a galerias y museos escolares de Europa, cl Oriente y el resto de América. En los archivos de la Secretarfa hay una gigantesca ¢oleccién de disefios decorativos altamente estilizados, en Jos que el color estalla y se destaca una sutileza precoz. Hay otras gavetas clasificadas en las que todo cambia repentinamente: ‘un nuevo panorama, una rebanada de vida, por ejemplo una iglesia cubierta de exvotos o una calle’ de pulquerias. Este cambio ocurrié porque eb su- cesor “de ‘Best-Maugard, Manuel Rodriguez Lozano, es- taba interesado en los barrios en que viven las clases mas pobres dé mestizos; y que es de donde proceden los es- colares'que:asisten a las’ escuelas piblicas. Los pueblos ge°reflejan en alfareria, laca’y textiles; ‘los’ barrios en retablos, murales populares y corridos. Los mismos’nifios estaban familiarizados con ambos. Las sorpendidos conocedores que cort toda sinceridad batfan palmas para felicitar a diez de cada diez pequefios de kindergarden, no eran meros patriotas entusiastas; porque’ la mayoria de los nifios, al’jugar como sus no tan ancianios mayores con pinceles-y colores, a menudo se convertfan de pronto en alguien que debia ser considerado —al menos potencialmente— una personalidad artistica. ‘Maximo Pacheco, un muchacho de catorce afios que mezclaba cemento y colores para Diego Rivera y Fermin Revueltas, se divertia —al terminar sus labores del dia— en hacer pinturas que decia eran sus memorias. Cuando ‘tuvo edad legal suficiente, le fueron entregados los muros RECUENTO 275 de una escuela para que los decorara, Y mientras Best ‘Maugard trataba de encontrar la mejor manera de trans- ferir la decoracién tradicional a la pintura moderna y\ Rodriguez Lozano, entre clases, trabajaba con éleo sobre cartén para obtener el tono del exvoto, su joven amigo y compafiero de casa, Abraham Angel, realiz6 ambas ‘cosas, una mafiana en que Lozano sc hallaba desesperado con Jo que parecia una empresa insoluble. Angel, impulsado por el impetu del momento, despejé los dolorosos obstaculos mentales de los hombres mayores y se lanz6 de cabeza en el centro de llameantes rojos y ondulantes azules —afortunado banquete de’ pintura, ‘como ‘si se hubiera tratado de un mango, un mango ardiente con los colores de la sangre. Las mujeres que retrat6 son las novias perennes vestidas de percal; ‘sus paisajes estén bafados en Ia luz del amor juvenil “Angel respondia a los estimulos tan fervientemente que enfer- maba”, dice Lozano. El joven pintor murié a los diez y nueve afios tan misteriosa y repentinamente como’habia empezado a pintar; su vida y su obra: el proyectil de una honda. Angel, dijo Best-Maugard, “alcanz6 con su arte extra- ordinario una’ expresién_perfecta. del espfritu popular de ‘México, en su forma més acabada”. Angel, dijo Diego Rivera, fue el pintor de la ciudad de México. Y Carlos ‘Mérida: “Para nosotros, que hemos hecho un culto dela bésqueda de un modelo artistico propio, o sea, un_arte. indoamericano, la muerte de este joven pintor representa ‘una pérdida tremenda. .. Sus primeros cuadros mostra- ron —con faltas, si se quiere, con influencias notorias para ser exactos— Ia profundidad de su temperamento artisti- co, su sentido de los materiales, su talento para descubrir Jas graves armonias de color y espfritu en una linea. ..” \ } 216. fDOLOS TRAS LOS ALTARES Segiin Lozano, “cre6 nuevas armonias, ignorando las recetas, los procesos, la cocina. .. colorista tinico que re- creaba las frutas tropicales de América, el color de nues- tra alfareria y el barro de nuestro paisaje”. Pero ninguna de las loas entonadas a favor de Angel igualan al poema que fue su propio arte, y el mas modesto comentario es el més universal: “LAstima que no pinté ningin mural.” Iv | Ex weat estético que convirtié las superficies de los muros | en sinénimo de bienaventuranza para los pintores, era el oe orgénico del programa de reconstruccién_de los artistas revolucionarios. Por definicién, los murales n los edificios publicos devolverian al arte el significadu social y la funcién que habfa tenido en sus grandes perio- dos, tanto en México como en otras partes del mundo, ademés de que estos modernos murales con su nueva ideologia social empalmarian también con la tradicién mexicana —continuarian o completarian los muros de los templos prehispinicos, los frescos de las iglesias colo- niales y las pulquerias. Se trataba de la més obvia y legitima forma del gran arte nativo. Este punto de vista aleanz6 una sustancia estética mAs honda, que fue articu- Jada en primer lugar por David Alfaro Siqueiros desde Espafia. De hecho, fue él quien tramé la revolucién pic- t6rica y anticipé sus resultados un afio antes de que ocu- rriera, y si no dio la fecha ni el nombre del mecenas gubernamental fue simplemente porque no lo sabia. \\ Forjar una patria era una idea que también Siqueiros compartia. Su arsenal consistia en una coleccién de esce~ nas y deseos acumulados en varios afios de lucha y en RECUENTO 277 e una vida de pintar y cavilar. Su método era la cuidadosay observacién y andlisis del arte europeo al principio de su) Renacimiento estético y religioso, y su punto de referen-| cia el arte moderno abstracto, cuyas versiones encontra~ ba, sin embargo, en su mayor parte, demasiado pequefias para medirse con Jos muros que él y otros miembros del Sindicato por él organizado iban a pintar. David Alfaro Siqueiros maravill6 a aquéllos de sus amigos que no se rieron de é1 mientras rumiaba en Es- pafia la doctrina que ha Ilegado a convertirse en el credo de la estética mexicana modema. El tema, dijo, era tan importante como el estilo. La pintura debe derivar emo- cién, disefio, construccién y color, del modelo. El modelo no debe encogerse arbitrariamente s6lo para demostrar acrobacias artisticas; eso era lo que hacian la mayoria de sus contempordneos europens, decia, y ésa era Ja estéril prictica de los pedantes, las prima donne y los diletantes. ‘Usaba casi las. mismas palabras con que Donatello le reprochaba a Ucello (quien en ese momento estaba in- merso en las mateméticas) que abandonara “la sustancia por las sombras”. Siqueiros profirié muchas herejfas en contra de los dogmas europeos prevalecientes, primero en la privacia de escandalizados estudios continentales, y luego a tra- vés de la Vida Americana, una revista de la que publicé un primer y tinico némero en mayo de 1921 —aparente- mente no pudo respirar en una atmésfera'no revoluciona- ria el tiempo suficiente para imprimir al menos un se- gundo mimero, Los mexicanos, todos los indoamericanos, decia, deben abrazar sus tradiciones —pintar sus propias imagenes; identificarse a si mismos en espfritu~corsa~ extraordinaria herencia artistica, y comrsu descendencia. Cuando lo hayan hecho habrén creado un arte que re~ 278 {DOLOS TRAS LOS ALTARES RECUENTO 279 (a clame cn Ienguaje moderno los valores fundamentales de ‘a las obras de los antiguos pobladores de nuestros valles, los \ ta simplicidad, la construcci6n arquitecténica y, literal- pintores y escultores indios (mayas, aztecas, incas, etcétera) ; i GUE VaceenTclial fhuestra proximidad climatolégica con ellos nos daré la asimi- | mente, Ta pasi6n religiosa que yacen en el arte nativo pre- i ¥ contemporneo, arte que es esen- cialmente monumental, no importa qué dimensiones-fi- sicas presente. Siqueiros escribia: Como principio ineludible en la cimentacién de nuestro arte, rreintegremos ala pintura y a la escultura sus valores desapa- recidos, aporténdoles a la vez nuevos valores. Como los elésicos, realicemos nuestra obra dentro de las leyes inolvidables del ‘equilibrio estético; como ellos, seamos hébiles obreros; volva~ ‘mos a los antiguos en su base constructiva, en su gran since- ridad. ... Dibujamos siluetas con hermosos colores; al modelar ‘nod interesamos por arabescos epidérmicos y olvidamos de con- eebir las grandes masas primarias: cubos, conos, esferas, cilin~ dros, pirdmides, que deben ser el exqueleto de todla arquitectra pléstica. Sobrepongamos, los pintores, el espiritu constructive al espfritu vinicamente decorativo; el color y la linea son ele~ ‘mentos expresivos de segundo orden; lo fundamental, Ia base de la obra de arte, es la magnifica estructura geometral de Ja forma con el concepto. .. Segiin nuestra objetividad diné- mica 0 estitica, seamos ante todo constructores; amasemos y plantemos sélidamente nuestra propia conmocién ante la na~ furaleza con un apego minucioso a la verdad. Especifiquemos particularizando sin ambigtiedad In “cali- dad” orgdnica de los “elementos plésticos” agrupados en muestra ‘obra: creando materia consistente o frigil, Sspera o tersa, ‘opaca o transparente, eteétera, y su peso determinado, Sobre vin arma consent, eaicatriemes, x es peso, para Desechemos las teorias basadas en la relatividad del arte nacional; juniversalicémonos!, que nuestra natural fisonomia racial y local aparecerd en ivestra obra, inevitablemente..... No fscuchemos el dictado critico de nuestros poetas; prodiicen Deliisimos articulos literarios distanciados por completo del \ valor real de nuestras obras... Acerqué:nonos por nuestra parte lacién del vigor constructivo de sus obras, en las que existe tun claro conocimiento elemental de la naturaleza, que nos puede servir de punto de partida. Adoptemos su energia sin tética sin llegar, naturalmente, a las lamentables reconstruccio~ nes arqueolégicas, tan de moda entre nosotros y que nos estén llevando a estilizaciones de vida effmera. .. no recurramos & motivos “arcaicos”. ;Vivamas nuestra marauillosa época dind- ‘mica! Amemos la mecénica moderna que nos pone en contacto con cmociones plisticas inesperadas; los aspectos actuales de nuestra vida diaria, la vida de nuestras ciudades en construc~ ign; la ingenieria sobria y préctica de nuestros edificios mo demos, desprovistos de complicaciones arquitecténicas, moles jnmensas de hierro y cemento clavadas en la tierra, ‘Armado con el amor a sus temas, el artista revolucio- nario viaj6 por un camino andlogo al del indio, quien, comprendiendo a Cristo como humano, no lo envolvié en las abstracciones de sus deidades nativas sino que lo asumié en forma realista. Siqueiros, avanzando en sus especulaciones a través de vias puramente estéticas, cm- puja la estética més allA de la pintura y pasa de Ia revo- lucién en el arte —sin subrayar la diferencia entre una brocha y un revélver— a la organizacién de sus materia- les vivos en cuerpos funcionales, mucho en ¢l estilo en que se aboca a la creacién de murales. Por eso el Sindi- cato de Pintores y Escultores incluye también en sus filas a lideres obreros y campesinos. Brocha 0 pistola no son, empero, alternativas para todo artista mexicano, quien tiende con cualquiera de cllos un puente entre Ia belleza de sus invenciones men- | tales y las cosas vivas que le rodean. Esto es algo que | Gquizé la mayorfa de los artistas modernos no compartan, 280 {D0LOS TRAS LOS ALTARES | pero que para los mexicanos constituye una unidad \ comparable de pasién y abstracci6n, los dos manantiales \ mexicanos de la creacién: Ios dos elementos del arte pre- \hisp4nico que, una vez més, surgiendo separadamente, \completan el arco. capiruLo Doce EL SINDICATO DE PINTORES Y ESCULTORES PUGET Hay wna cualidad épica en los artistas PEPE exicanos que excita la imaginacién, Bs- NA) tos artistas surgen del crisol de una larga ie cy serie de conflictos, como testimonio de que WY J] en ninguna otra parte como en México -y ha_estado— intimamente %@ ligado al destino de su gente. El hecho de que un grupo de personalidades tan diversas-como puede producirlas una me- trépoli, haya podido integrar una entidad coherente: que ze llam6 a si misma: Sindicato Revolucionario de Traba- jadores ‘Técnicos, Pintores y Escultores, prolonga hasta 41 los periodos nativos arcaicos de guerra y' esplendor artistico. i La religién ha sido siempre el dinamo del arte mexi- cano? idotos-sobte los altares, cruces.en la montafia, {do- Jos tras las cruces. La montafia fue en todo tiempo la preciada imagen de la belleza nativa; solidez y grandeza sus cualidades primarias. Un persistente y cuestionador anhelo ha construido las piramides y modelado miniatu- ras, ha picado el papel de china de las pulquerias y reali- zado en miltiples méscaras y simbolos la proyeccién de tun solo modelo de belleza con miiltiples facetas. [Los cre- dos surgidos en este siglo no son nuevos en absoluto: en ellos la unidad bésica es otra vez el hombre en la tierra 65, 281 282, {DOLOS TRAS LOS ALTARES Se | y la felicidad del artesano, en el honesto y diestro fruto | del cultivo agrario. La tradicién religiosa en el arte es la respiracién viva de Ia tierra, y leva sabor a limo, sin importar la forma que época y localidad le hayan imprimido, Asi, hay una mayor diferencia entre artistas mayas y aztecas que entre franceses y griegos; pero el mexicano moderno est mas cerca de sus-ancestros que de sus colegas curopeos. Fle- % mentos de espfritu nativo impulso, arquitecténico!“ca- rActer religiosoSrealismo simbélico, intencién_social in- terpretativa— determinan, ms que las investigaciones \\ cientificas del Viejo Mundo, la forma moderna del arte sino que nacen dela imagen: Fra Angélico se arrodillaba para pintar a Cristo; Diego Rivera dibujaa-Zapata con. | Ia pistola al cinto, a mexicano. Aquf el espiritu no dicta las versiones plasticas, = 6. Léstima —exclama un miembro del_gremio revolucionario, alzando los hombros y criticando un dibujo que retrata traba~ Jadores en el campo—, estos hombres no estin trabajando; estén en un baile de pala y pico. Y miren ese par de bueyes. .- {no sabe este pintor que la realidad es uta cosa hermosa? En Ja realidad, los brutos, et hombre y el yugo son una sola cosa, que se mueve al unitono. Miren ese yugo: ni siquiera esta bbien puesto. El yugo es parte de la cabeza del animal y no ‘un omamento. Cualquier peén que lo vea se dard cuenta en seguida de que no esté bien sujeto, Este pintor se llama a si mismo un artista mexicano, jy no sabe poner el yugo a un par de bueyes! pt “Ex Tranayapor agricola mexicano no debe ser consi- derado como un individuo aislado puesto que pertenece naturalmente a un grupo y puede, con relativa facilidad, EL SINDICATO DE. PINTORES Y ESCULTORES 283 actuar a través del grupo”, escribe un sociélogo norte- Cre ) americano en base a un estudio cientifico moderno. Véase a la luz de este hecho a cualquier artesano mexicano; recuérdese la organizacién de la antigua nacién mexi- cana, basada en clanes ocupacionales; y entiéndase desde perspectiva cudn naturalmente el Sindicato de Pin- tores y Escultores pudo aliarse con los trabajadores y actuar con cllos como grupo organizado. Este grupo operd hacia dos fines que pueden consi- derarse uno solo: la construccién de un arte nuevo, re- || integrado a su funcién social, ; El arte por el arte mismo —proclamaban— es una falacia esté- tica; el arte para ef pueblo es también una frase inconsistente, hipéerita y sentimental, El arte es algo que necesariamente pertenece al pueblo, y no un concepio abstracto ni un vehfculo mara explota fantadas. Ln bigueda de una expredén gemuina Sal sentimento ‘colectivo no debe confundirse con la doctrivia (que ststenta que Ia plésties, para ser constructiva o revolu= Gonaria, debe someterse a Ia propagacién de ideas prescritas. ‘Un mural surgide de Ja ermacién. pura, coneebido con since- ridad y con fuera, y realizado en concordancia con las leyes cstéticas del oficio, generaré su propia moral. Siqueitos predie6 lo central de las ideas del Sindicato y pint6 la esencia desu estética. Empero, estamos ante tun_producto colective, una expresién de. grupo cfeada y forjada en dos afios de estrecha relacién entre. varios hombres extraordinarios y su esfuerzo devoto, inteligente y vigoroso. Uno de ellos formulé la técnica del fresco que luego todos adoptaron, y otro dio con la densa y vital textura que la hace tan diferente de los murales italianos: la paleta disuelta en azules, carmines y cafés de Siqueitos, los terrosos grises y verdes y sienas de Oroz- 0, los lisos tonos geométricos de Mérida, el gusto por las Gs 284 {00LOS TRAS LOS ALTARES a pulquerfas de Revueltas. Pueden explorarse ritmos de ‘composicién arquitecténica en Rivera, y de pasin mo- numental en Orozco, asi como numerosas abstracciones tradicionales en los precisos boectos de Charlot; pero todo ello fue de algéim modo una creacién colectiva en la que todos participaron. A ninguno de ellos parecia importarle precisar cuando se trataba de una idea comin a todos © de alguno en particular, También es facil reconocer en seguida, sin necesidad de mirar la firma, que no siempre esta alli, quién pinté tal o cual cuadro o mural, La tierna pesadez de Rivera © la grandeza humana de Orozco marcan diferencias que no van a definirse en término de escuela; Siqueiros, Charlot y Revueltas son inconfundibles pese a que todos pintaron casi literalmente los cuadros de los otros. Una noche en que Siqueiros se habla retirado temprano —no recuerdo sia dormir, a dar una conferencia 0 a escribir el editorial para El Machete—, su compafiero Xavier Guerrero le pinté una cabeza a uno de sus cuadros in- conclusos. Cuando Siqueiros la vio, exclamé encantado: “|Magnifico! ;O Ia pinté dormido, o se trata de un milagro! Volveré a hacerlo en la noche a ver si se repite este fenémeno tan extrafio. ..” Orozco, que estaba cerca, se encargé de que el milagro se repitiera, y al dia si- guiente Siqueiros se mostré més entusiasmado que nunca. Ordinariamente varios hombres trabajaban simulté- neamente en un fresco: el artista y maestro, sus asistentes, el maestro albafill y sus aprendices. Los artistas mezcla- ban a veces la argamasa para los paneles de los otros, y Jos albaiiiles tomaban las brochas y hacian algunos trazos por su propia cuenta, Rivera se jactaba de que uno de sus peones corregia la forma y los 4ngulos de los som- breros de los campesinos que estaba pintando, En el curso EL SINDICATO DE PINTORES Y ESCULTORES 285 TI de la vida del Sindicato, varios albafiiles se convirticron en pintores aceptables y aceptados. Las diferencias so- ciales fueron descartadas y las disimilitudes fisicas que- daron reducidas a puras diferencias de corpulencia y estatura. Caballeros que la noche anterior vistieron traje de gala y bombin, intelectuales, soldados, bohemios de cabellos largos, indios de los pueblos, todos mudaban la ~*~ piel de su individualismo y se forraban de overol, Esta~ jprenda Ilegé a estar tan de moda que el mAs exclusive de los decoradores de interiores de la ciudad se mandé fabricar piyamas con el color y corte de los overoles. El trabajo se realizaba por contrato basado en las dimensiones del muro y en dias de trabajo de ocho horas, por los cuales tanto el maestro pintor como el maestro albafil recibian una paga media de ocho pesos. Algunos de los pintores pintaban en sesiones nucturuas, pero esto cera decisi6n personal, por lo que no recibian pago extra por ellas. En una ocasién Rivera cayé de un andamio de cuatro metros de altura, agotado por una larga jornada de trabajo. Sus albafiiles pensaron que estaba muerto; y ese a que el maestro volvié en si y les guifié un ojo luego de veinte minutos de coma, el sitio en que cayé quedé reconocido como lugar embrujado, Todos dijeron que Rivera no habia cafdo por sf mismo, sino que habia sido empujado por el coloso magenta al cual acababa de dotar de manos. En el tiempo libre que les dejaba el trabajo, los aso- ciados al gremio estudiaban el tratado sobre la técnica del fresco de Cennino Cennini, composicién en Giotto, volumen en Massaccio y geometria en Ucello. También dibujaban y escribian articulos y poemas para El Ma- chete, que era tanto un periédico gremial como un 6 gano politico. Su primera plana en estridentes colores 236 {DOLOS TRAS LOS ALTARES ‘WeaaLL WT AVANISHOD TURE TH UMABRSNOD 3avS Enel Orden Bargnés Reinante Buscar on Barpés Renate hy que Buacer Je Coase de lo 67. Facsimil de Et Machete, hoja publicada por el Sindicato de Pinto- pee ja por el Sindicato de Pi EL SINDICATO DE. PINTORES Y ESCULTORES 287 rojo y negro ostentaba un machete a todo lo largo de la parte superior. El arma definia el nombre, la linea y el ‘estilo del periédico; debajo, una Kicida rima explicaba que: El machete sieve para cortar la cafia, para abrir las veredas en Ios bosques unbrios, Secapitar culebras, tronchar toda cizafa, y humillar la soberbia de los rieos impfos. Fuera de los andamios los pintores ensefiaban en las ‘escuelas, exploraban los mercados, los pueblos, las iglesias, os museos de arte nacional —y eran alegres y ta- viesos. Los sébados por la noche solfan asistir a la casa de su amigo Edward Weston, a beber té y ofr el fond- ‘grafo en compaiiia de trabajadores técnicos —sindicali- zados 0 no—, escritores, miisicus, arquitcctos, médicos, diputados, arquedlogos, miembros del gabinete, generales, mecanégrafas y, ocasionalmente, campesinos con som- prero. Una semana particularmente alegre asisticron a Ja toma de posesi6n ‘del gobernador de Jalisco, quien ‘era un joven caricaturista con reputacién de persona temible. La virulenta escuadra fue alojada en las bodegas ‘del museo estatal y en celdas monésticas en las que s¢ almacenaban objetos de la época dorada. Les bien co- ‘midos —y necesariamente bien bebidos— pintores, pu- sieron una noche sus ojos sobre aquel arsenal de oropel ¥y calicb y dijeron: “Es una abominacién que tales objetos sobrevivan; cualquiera diria que nuestro anfitrién y su pais carecen de buen gusto; por tanto, y en reconoci- Iniento a su generosidad, vamos a poner a salvo su honor _artistico.” Un tribunal cuidadosamente seleccionado exa- ‘min6 entonces cada bibelot, discutié sus cualidades, pro- snuncié melancélicas sentencias y lo entreg6 al “brazo 288 {DOLOS TRAS LOS ALTARES secular”, para que ejerciera justicia, A través de una ardua noche y hasta la madrugada la Revolucién guerreé asi en contra de la odiada efigie, hasta que tiunfante se retiré a dormir con su caracteristica intensidad y un cierto aire profesional satisfecho. mm ‘Los primeros contratos para pintar murales se firmaron hacia finales de 1922. En marzo de 1923 le fue enviado el siguiente pliego en color naranja al Sccretario de Educacién: INVITACION Ia fiesta que al Sindicato de ‘Trabajadores Técnicos, Pintores y Escultores celebrard cl jueves 20 de este mes en honor de DIEGO RIVERA, querido compafiero y maestro de este taller, En ocasién de haber terminado el trabajo de decoracién del Auditorio de la Escuela Nacional Preparatoria, una labor que significa la resurreccién de la pintura monumental no sélo en México sino en el mundo, pero que da comienzo en nuestro pals; una nueva floracién comparable a Ia ocurrida en este suelo en Jos tiempos antiguos, cuyas grandes cualidades —buen oficio, sabiduria en los valores y las proporciones, claridad expresivay poder emocional (todo enlazado al més puro ‘mexicanismo orgénico, libre del enfermo y fatal costumbrise mo); sefialan a este trabajo como insuperable, en el cual los amantes de la profesién de pintar pueden obtener la ciencia y experiencia alli acumulados. Y en honor del EL SINDIGATO DE PINTORES Y ESGULTORES 289 EE LICENCIADO DON JOSE VASCONCELOS y de DON VICENTE LOMBARDO ‘TOLEDANO, intoligentes iniciadores y generosos protectores de este trabajo ¥ de tocios los nobles esfuerzos que se hacen para el desenvol- vvimiento de las artes plésticas en México, ¥ de: LUIS ESCOBAR, XAVIER GUERRERO, CARLOS MERIDA, JUAN CHARLOT, AMADO DE'LA CUEVA, asistentes expertos del maestro Rivera. ‘Todo esto para dar gracias al Sefior que los resguardé de una estrepitosa y horrible caida ‘de los andamios durante cast un afio de ardua labor a una altura de diez metros. ‘A lat 12:30, on Mixealeo 12, Tienda Cooperativa de Pin- tura y Escultura. Que no le faiten a nadie sus cinco pesos en la bolsa. Nota muy importante: Con objeto de que los festejados no. vayan a ser acusados de gorrones, también ellos deberén pagar por su comida, La decoracién de Rivera en la Preparatoria evoca la creaci6n del mundo, Las figuras, al doble del tamafio natural, ascienden a ambos lados de un nicho que con- tiene un érgano encajonado en la parte posterior de la escalera, La deidad alza la cabeza y el torso, con los brazos abiertos dentro de este lugar que semeja una cueva. Hombre y mujer forman la base de una pirdmide arqui tecténica de figuras representativas de las artes, las cien- cias y las virtudes. El mural esta realizado con pintura de aceite aplicada al muro casi simulténeamente a la flama de un soplete. Los insistentes colores, el plano monumental, la simplificacién obligada por las limita~ 290 §DOLOS TRAS LOS ALTARES ea ciones de tiempo, las distorsiones dictadas por la magni- tud de la composicién, la forma del muro, la distancia y los angulos desde los cuales debe verse con claridad, y Ja escala, todos estos elementos escandalizaron los ador- mecidos gustos de mucha gente, aun de aquéllos menos provincianos que los residentes de la ciudad de México, pero mAs familiarizados con los primeros frescos italianos y los mosaicos que Rivera ha tenido siempre en mente al pintar. El pintor fue acusado de pintar “indios mons- truosos con ojos de buey”, luego que terminé el mural. Caballeros ofendidos demandaron violentamente una sa- tisfaccién: si Rivera consideraba hermosas a esas mujeres, como afirmaba, ¢se casaria con una de ellas? No falté quien aconsejara al Secretario para que los enviara a todos a pintar pulquerfas; al enterarse del asunto, los pintores declararon que estarfan encantados de ganar el contrato respectivo. Ese mismo mes Rivera movié sus andamios de la Escuela Nacional Preparatoria hacia el edificio principal de la Secretarfa; Mérida emprendié la decoracién de una biblioteca para jévenes, dentro de la misma Secre- taria, y Charlot y De la Cueva, los muros de un corredor exterior; Revueltas, Ramén Alva, Amero, Fernando Leal, continuaron el trabajo en la Preparatoria; a Orozco le fueron asignadas tres secciones de un corredor y el espacio remanente de la escalera principal de ese edificio, Si- queiros escogié las remotas escaleras oscuras que con- ducen a un patio pequefio, también en Ia Escuela Pre- paratoria. Un respetable padre de familia que visitaba la Pre- paratoria se adentré en una ocasién en la madriguera de Siqueiros, que estaba en ese momento pintada toda de rojo. El infortunado sefior se santigué al entrar y enfrent6 EL SINDICATO DE PINTORES Y ESCULTORES 201 RS al pintor: “Qué est4 usted haciendo en estos sagrados muros; demonios? Y gaquel monstruo? ¢Es Goliath?” —No, sefior —le dijo Siqueiros amistosamente—, ¢s un angel. —Desde entonces se le conoce a dicha figura como “El Angel”. El viejo portero de la Preparatoria refiere que vienen muchos visitantes a mirar los murales y que todos ex- presan sus opiniones. “Dicen que el hermoso edificio co- onial ha sido profanado por estas pinturas —observa—; pero yo les digo: los tiempos cambian. Es cierto que nunca antes habfamos tenido pinturas como éstas en edificios coloniales; pero tampoco habia tranvias en las calles, y las calles son tan viejas como los edificios. Y todos nos subimos a los tranvias.” ‘A los reporteros que solfan darse una vuelta por los imurales cuando asistian al cuartel de la policfa, se les hizo casi una costumbre azuzar a los pintores; aunque era una costumbre no muy afortunada, ya que estos ar- tistas eran inteligentes y, aunque tenfan sentido del hu- ‘mor, sus pistolas asomaban en las cinturas cuando estaban frente al muro. Por lo general explicaban pacientemente el porqué de su arte y sus acciones. Escribfan también articulos eruditos para las publicaciones en boga sobre te~ mas de arte moderno y antiguo; y eran pintorescos y mili- tantes, y Rivera era monumental. Con frecuencia se le caricaturizaba y parodiaba en los escenarios y en Ta prensa. Si hubiera habido autobuses turisticos en México segura- mente él habria quedado incluido en su rata, Este per- sonaje quedé inmortalizado en innumerables Albumes de Kodak junto con los mendigos de la catedral y las pi- ramides de Teotihuacan. Orozco habia cubierto casi totalmente un muro a todo lo largo del corredor del patio con enormes frescos 292 {DOLOS TRAS LOS ALTARES aE que él Ilamaba “tentativos”, la mayor parte de los cuales borr6 més tarde. En una ojeada inmediata desde la en- trada principal, a través de arcos, un Angel descendiendo de cabeza surge clamorosamente en rojos; a la izquierda tun Cristo moreno y sin barba, con largas vestiduras, carga ‘una cruz; ores y sienas vibran con fndigos y rosa subido; en las criptas de la escalera, un franciscano en grises y negros besa un leproso, inclinado piadosamente sobre el desolado. ‘Un club de damas piadosas que eran relevantes miem- bros de la sociedad pidié al pintor que quitara los frescos “temporalmente”. Decfan que se preparaban a celebrar una fiesta de caridad en el patio del local y que no podian colocar sus mesas en semejante escenario, Orozco les explic6 que el fresco no es algo que se pueda enrollar y cambiar de lugar, afiadiendo que no pensaba que la pintura podria ser borrada a tiempo para la fiesta, Las damas tomaron entonces lo que se conoce en México como “accién directa”, y clavaron sobre cl mural ban- deras y festones para cubrirlo. Orozco perpetué los triunfantes perfiles de aquellas damas en su segunda serie de murales, en los que apare- cfan marchando en grotesca procesién con altos tacones sobre los magros cuerpos de las clases sociales miserables, escoltadas por gordos caballeros hacia los pies de un teatral “Dios Padre” con barba como paja —obviamente, Jos ricos en su cielo, Los magistralmente logrados tonos pastel de esta procesién, y el espfritu de Isafas, hacen juego en otros paneles similarmente “‘caricaturizados para humanizar”. La Libertad, una golfa ebria en capa de fiesta, y la Justicia, una lasciva seffora obscenamente abrazada, portadora de una balanza enloquecida, cuelgan como decoracién de las cortinas rojas y doradas. Un falso EL, SINDIGATO DE PIYTORES ¥ ESCULTORES 293 (a profeta conduce al trabajador al tiempo que le tapa los ojos, mientras el feroz dirigente obrero (el altamente cotizado y enjoyado brazo derecho del gobierno), le mete la mano al bolsillo y lo golpea por la espalda. Estos murales afectaron, naturalmente, regiones més sensitivas que las que alcanzaron los “monstruosos indios con ojos de buey”. Se dice que Orozco ayudé a derrocar dos presidentes con los dibujos que publicaba en revistas semanales de caricaturas. Sus trabajos de la Preparatoria parecen haber sido pintados con pistola de mil caballos de fuerza mojados en vitriolo; alli las almas crujen y las vestiduras aparecen rasgadas a cada trazo. Nunca se le pidié a Orozco que explicara su simbolismo, pero se Ie reproché en cambio que hubiera arrastrado la moral y Ia belleza por el lodo. El Sindicato clavé un cartel tolor de rosa en las calles y las casetas de teléfonos, en Jos que se dirigia al piblico de la siguiente manera: DECLARACION SOCIAL, POLITICA Y ESTETICA del Sindicato de Trabajadores ‘Técnicos, Pintores y Excultores 4 los pueblos indigenas humillados durante siglos; a los-sol- dados convertidos en verdugos por sus jefes; a los obreros y campesinos explotados por los ricos; a los intelectuales que no cortejan a Ta burguesia... Estamos con todos aguellos que demandan la desaparicién de un sistema cruel y agotado, dentro del cual Ios trabajadores del campo producen alimentos para las barrigas de capataces ¥ politices, mientras ellos mismos se mueren de hambre; den- Tro del cual los obreros de las eiudades tejen las telas y cont truyen con sus manor las comodidades para los rapaces y las prostitutas mientras su propio cuerpo se encorva y enfermas entro del cual ustedes, soldades indigenas, abandonan heroica- 294 {D0LOS TRAS_LOS_ALTARES ES ‘mente la tierra que trabajan y dan su vida para destruir la mi- peri que durante siglos ha sido el azote de su raza... No sélo el noble trabajo, sino hasta-ia-més-pequetiavexpre- sién de vida fisica y espiritual de nuestra Tava tiene su manan- tial en 1o-que és nativo y nuestro (particularmente lo indio). Con admirable y extraordinario talento para OREAR BELLEZA, {BL PUEBLO MEXICANO —CUYO ARTE ES LA”MAS”GRANDE-YSA- LLODABLE EXPRESION ESPIRITUAL EN EL MUNDO— interpreta su tradicién,-que es nuestra més preciada riqueza. Es grande por- sque, siendo del pueblo, es colectiva, y es por-esa.razén que ‘nuestra meta estética fundamental 6 socializar 1a expresi6n artistica y tender a anular el individualffio, que es burgués. ‘Rapupia@os a llamada pintura de caballete y todo el arte de circulos ultraintelectuales, porque es atisocritico, y glori- ficamos la expresién del Arte Monumental, porque es una posesion piblica. PROCLAMAMOS que, puesto que estamos viviendo un_mo- mento social de trancicén entre un orden decrépito. y_atro nuevo que SURE; Ios creadores de-helleza deben hacer sus mis grandes esfuerzs para que su produccién, tenga tin valor ideo- légico para el pueblo, y que el objetivo del arte, que es hoy cexpresién de una masturbacién individual, debe ser de-belleza ‘para todos, asf como de educacién y de lucha. De vez en cuando aparecian declaraciones menos for- males publicadas como corridos y en parecido estilo li- terario, Su contenido era siempre vigoroso, a menudo en Tenguaje agresivo y descuidado, pero muy expresivo y Meno de color y alegria, Por ejemplo: “Los buitres de~ vorarén a aquéllos que no estan con nosotros” y “Nosotros pintamos solamente sobre los muros y sobre el papel de bafio”. Rivera inscribié en uno de sus frescos: “No hables de lo que no entienden.” Sobre otro dejé escrito el pen- samiento agrario de Nezahualeéyotl, y en una escena de mineros incluyé el poema de uno de los “trabajadores t6enicos”, Carlos Gutiérrez Cruz, que di EL SINDICATO DE. PINTORES Y ESCULTORES 295 | Compafiero minero, doblado por el peso de la tierra, tu mano yerra cuando saca metal para el dinero. Haz. puiiales con todos los metales, y asi, vers que los metales después son para Cada persona que se sentia aludida 0 amenazada en Jos muros, denostaba a Jos artistas, a quienes calificaba de bolcheviques acusindolos de estar denigrando a Mé- xico (lo que significaba que era mejor guardar silencio para que el mundo no se diera cuenta). El Secretario fue acusado de dilapidar los fondos pitblicos y se le pre- sion para que detuviera el sinsentido del muralismo en nombre del decoro y la cultura. El Sindicato imprimié entonces este manifiesto en papel verde para uso mural en las calles: PROTESTA Se esth levando a cabo una campafia en contra del actual ‘movimiento mural mexicano. A este movimiento se Te ataca por ignorancia y envidia, Y para hacer el golpe més infame y alculado, se hace aparecer al movimiento deliberadamente mezclado’ con acusaciones personales. Se nos lanza la piedra del dinero, salpicada eon cargos de DESPILFARRO, PRECIOS FA- BULOSOS Y ENORMES CANANCIAS, etottera, El pintor que més gana en la Secretaria recibe exactamente el salario del artesano Que nivela muros por metro cuadrado. El piblico queda invi- tado a comprobar esto en los contratos de los pintores en la Secretaria de Edueaci6n Piblica. Esta protesta no es una disculpa. Estamos convencidos de que el presente movimiento de pintura en México es la expresién y afirmacién de nuestra 296 fD0L0S TRAS LOS ALTARES (ier nnacionalidad. Nuestros enemigos no atacan porque sa buen gusto se vea menoscabado, ya que la extética de esta pintura, siendo mexicana, es al mismo tiempo universal para el gusto de los hombres civilizados de este pais y de otros, como Jo prueban las opiniones eseritas sobre nuestro trabajo aqui en México, en Estados Unidos y en Europa. Por tanto, nuestros Tidiculos enemigos —en nombre del desarrollo de nuestro y del buen gusto del mundo— deben ser considerados y Ehttdos como jgorantsy recionais, en el ismo senda y con los mismos medios que aquellos que no quicren ser vacunados, bafiados © alfabetizados. rotestamos con toda la fuerza de nuestra sinceridad en contra de la canalla que intriga y clama y Ie pone obstéculos, al desarrollo de la pintura de México, tomando ventaja de la falta de comprensién de su auditorio, la seudoeducada y me- Giocre multitud: esa misma vulgar burguesia que trat6 de ddestruir las pinturas de Manet, Ja misma que protest6 contra las decoraciones de Puvis de Chavannes en el Pantheon, que insult6 a Delacroix e Ingres, que apedres el David de Miguel Angel y se burl6 de Wagner; aguijoneada por sus envidiosas frustraciones se han convertido en enemigos de los artistas que trabajan con el sentimiento det pueblo y el gusto de la ver- dadera élite sin importarles la incomprensiva burguesia que quisiera equiparar los derechos del arte con la baja calidad de su propia medida. Las influencias politicas se pusieron a partir de ese momento en movimiento y la disensién se ahondé con furia. La palabra fue remplazada por la “accién directa”, a cargo.de una canalla de adolescentes, hijos, se supuso, de las damas pictéricamente ofendidas. Los murales de ta Escuela Preparatoria fueron apedreados y_raspados con obscenidad; el SaiFrancisco de Orozco suftié la mutilacién de una rodilla; las “caricaturas” fueron de- capitadas; los paneles de Siqueiros sufrieron un. espan- toso. vandalismo, Encima de esta furia desatada, los autonombrados guardianes del humanismo de Diaz pro- EL SINDICATO DE_PINTORES Y ESCULTORES 297 ET firieron discursos disculpando a_los vandalos, argumen- tando que los estudiantes necesitaban “un ambiente cle- vado y pacifico para Ia contemplacién espiritual”, y que si'Ta Secretaria les imponia decoraciones interiores vul- xgares estaban en todo su derecho a protestar de ese modo. Afiadian que “el arte es un atributo de la aristocracia ‘que no puede ser rebajado al nivel de la ignorancia” —una tesis cuya verdad ellos mismos probaban con sus reacciones. Aun algunos littérateurs,* supuestos amigos de los pintores, emitieron mezquinas ironfas acerca del infortunio que padecian y declararon que, en el fondo, ‘1 asunto los aburria. El vandalismo continué hasta la casi total destruc- cién de vino de Jos paneles de Siqueiros. EI director de a escucla sé mostr6“incapaz de descubrir a los estu- diantes responsables”.. El Secretario de Educacién: fue puesto entre a espada y la pared; Orozco _perdié. su trabajo; los pintores protestaron airadamente. Al fin, ‘una peticién firmada por deseientos residentes extranje- ros, protestando EN NOMBRE DEL ARTE, QUE NO ES UNA PROPIEDAD NACIONAL, SINO INTERNAGIONAL, produjo 6r- denes presidenciales para que los murales fueran prote~ gidos. La proteccién consistié en que a los pintores se les pidié no producir mas material que fuera blanco de los “revoltosos muchachos”. Y fue asi como quedé can- celado el trabajo en la Preparatoria. ; Tres meses més tarde un cambio de presidente trajo ‘consigo el cambio del gabinete y la salida de Vasconcelos de Ia Secretaria. Su inigualable entusiasmo fue suplan- tado entonces por la tibia indiferencia de un Secretario més interesado en Ta pintura de genios que en el trabajo # Los postas del grupo Contempordneo (N. del Ed.) 298 {DOLOS TRAS LOS ALTARES 72, Xavier Guerrero, Emilieno Zapata, grabado en madera. de pintores maduros. Por su parte, el nuevo director del Departamento de Bellas Artes pas a la historia de la estulticia declarando que: “La primera cosa que haré serd ordenar que se borren esos horribles frescos”. Sélo- dos pintores fueron retenidos por la Secretaria: Roberto- ‘Montenegro, famoso-por su elegancia, y Diego Rivera. {Orozco se recluy en su_estudio en las afueras de Ja Giudad y se sostuvo precariamente dibujando para la EL SINDICATO DE. PINTORES Y ESCULTORES 299 el prensa. Siqueiros huyé a Jalisco declarando que si el arte resultaba cosa tan superflua que un pintor no podia yetener su trabajo como lo harfa un plomero, personal- mente se sentia de ms en Ja profesién; y que se negaba ‘a convertirse en un “payaso de salén”. En Jalisco él y De la Cueva fueron bien recibidos por el gobernador del estado, quien les entregé muros para que los pintaran, aunque Siqueiros estaba profundamente desilucionado. A partir deallf-dedieé la mayor parte de su tiempo a la organizacién sindical. El Machete se convirtié en un periédico comunista, editado por Xavier Guerrero. Re- vueltas se dedicd a pintar Aguilas desafiantes para las estaciones norteamericanas de gasolina; luego se estable- cié en et barrio de Guadalupey sélo en ocasiones daba clases en una de las escuelas al aire libre de la Academia Nacional; dolido, no fne sino hasta muchos mas tarde cuando volvi6 a tomar los pinceles, Por su parte, Charlot retorné a la pintura de caballete, y al dibujo ténico pare ganarse la vida. El Sindicato-se_disolvi6, pero los hombres que firma- ron sus manifiestos habian dejado establecida una nueva tradicién y un nuevo punto de vista, Habian iniciado también un renacimiento y contribuido formidablemente al arte universal, formulando un estilo Ileno de vitalidad y una fe que lograron expresar con toda profundidad. Las cualidades de sus muros han penetrado en su propia obra y en la de otros aspirantes a pintores. Esos monu- mentos hacen legiones de conversos que poco a poco se convierten, con su sola fuerza, en sus propios defensores.

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