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7 APUNTES DE UN AJEDRECISTA qpetd ¥ espe verse uno es ‘30s. mantenem, verencias y di so “uminan on la EDICIONES. EH) LENGUAS EXTRANJERAS : Mores 1955 —inapiTeCémo“habrépodido oeursir —pensé— que en este gran fiesta “de ajedrex. tayan ocupado Jos cinco primetos puestos represeitian les'de la Unién Sovislica? ePor qué serin tan considerable laa. view ‘oes evoitstod fande” mecetios vjugatores elas comet =~ relomes=intemacionales,por qué"habrin~ surgido tantos éiminentes” seeeeilag on nuestro Peis en los titimes afosp? a ~ En ‘aquel-instante, instante en que todos récohosian el éxito que hicci+> halbaaog?aIGHHAdo, concebi la idea “de escribir el presente libro. Soy Seal, deseds_de" comunicar 2 os. jovenes lectores el jabilo de le crea et bor eles. fracas, ESS gue pueblo.-de-nuestro.‘pais a los servidores. del. arte eee ¥ del. y de referiries -el-gran carina ~ & q he LOS ESTUDIOS, BL AJEDREZ, LA VIDA. =<. ALEGRIAS Y SINSABORES DE LA INFANCIA — (Maldito rodal! {Otra vez en el mismo sitio! —re- zongé un hombre pequeiio de cabeza inmensa, mientras se levantaba con diftcultad del lodazal y se limpiaba las manos conirg una valla \ Tenia razon aquel tardio transetinte. En efecto, | calle de Gégol de la ciudad de Tula era incémoda, y s6lo para los peatones ebrios. Verdad es que al principi era liana, con empedrado de adoquin y aceras a los lados; y cémo no to habia de ser, si el propio gobernador vivia en ella. Mas alld, se iniciaba el barrio de los pobres. Cambiaba todo de pronto: las casas grandes de majes- tuosas fachadas, con altas verjas, cedian el espacio a bajas casuchas. [iy los patios y en ta calle habia un ba- itizal intransitable. Por Ja noche, la oscuridad era abso- luta. Los faroles brillaban por su ausencis. Para mal de maies de nuestro caminante, em -aquel tsecho de Ja calle habia una cueste. Y es sabido qye no hay nada més dificil para un beodo que andar cuesta abajo, pues los pies no logran dar alcance al cuerpo, a punto de caer. Finalmente, después de pasar todas las pruebas, mi padre liega a la pyerta de nuestra casa. Trae la cara y las manos enfangadas. Del abrigo te caen gotas cenago- sas. En la mano, una sarta de doradas rosquillas, salva? : - ADVERTENCIA DEL AUTOR Es’ en uma espaciosa sala de alto Estocetmo, Ea Jas, lvioses tardes olonales ce. 1052. jugamas.alli_-2> Jas Giltimas partidas del torneo interzonal, importante etapa puigna por el titulo de campedn del mundo de ajedrer Junto a 1a pared, separadas del piblico por banda’ 16}. decena e iestasableros, Sentados @ ells, y_profundamente SiGe midos en el juego, reputados, jugadores de trece paises; La: tensisiee= de Ta Wucha aicance el punto. cuiminente. Cada parila decide sya 2 definitivamente el lugar en que se clasificardn los participantes gE? esia importante competicién. Pero una cosa estd ya clara para’ dos: Ios ajedrecistas.coviéticos obtendrin los primeros puestos. Yo lanzo uta mirada ‘ mis colegas, jivenes msestros del 3 rez que llevan luchando a mi lado un mes por Ia victoria. Estén,.* sentados, miediten las jagadas decisivas, procirando penelrar-en a secrelo de los enlebles y realizar con ventaja las maniobras preet sas, Efim Guéller es impulsivo y acometeder. Hasta en su manera ‘e pensar las jugadas se ve el esfuerza de su inventiva, Tigrén retsnsidn, macstze de alta léerica de juego, esti tranquilo e inméy sil. Mark Tsiménoy se levanta nervioso de su silla después de cada Jogada. EL alto Yuri Averbaj ba encorvado la espalda a! sumirse fe cavilsciones, Todos estos jugadores aclisn per prinfera vez. en ef campeonato mundial y lian obtenido un éxito. briliante Al ‘in, termine el juego, Parlicipantes, invitades y espectado: res del tosnco nos felicttaa: No es tan seneifio verse uno en el cenito de fa atencién de una mullitud, Turbados, nos mantenemos fen pie junto 2 fas mesitas, Saludamos con torpes reverencias y di- rigimos confusas miradas al pablico que aplaude. Los suecos, al- tos y tubios, baten palmas com lentitud y serenidad, sin soltar los cigarrilfos hiimeantes sle entre los dedes, Unos reflestores iluminan la'sala desde la parie superior, por lo que el tecko se pierde en ta pemiinbra de las. alturas. patio dé rapazuelos estaba dispuesio a la batalia, no ha- Bla més que ensefiares a jugar =. Poco tiempo después, én todos Lo . yi s rincones del = to se entablaron tenaces competiciones de ajedrez ts confrincanies se acomodaban done mejor podia: éstos, en as tooncos, aquellos, en, yn bance: Ios demi, en - eo: No peta gue la técnica de juego fuera aie a | con pasién, y, a veces, el encu deciia por medio de una trifuica. ruentro se, penas-hubimos organizado nuestro + st campeonato del Patio, yo tube ae la casa en que naci: nuestra sladé a ofo barrio de la ciudad, tambié en los suburbios, a Ia calle Mest on ; ue describis Uspienski* Al nombre de Riserva 7 et Habe de proseguir ios estudios } in tios en otra escuela, sita cn, calle de fos Comuneros. La escuela a que asistia s enfrente de mi case, mas para Hegar a eis eipeck a ecentr iespus feu = at ‘ast tradi Hora y sortear nunerosts emboscades gue nes ten avales de otras S. istade m 105 dag tos chav teas calles, enemistades con los eagle ES snl S86 separoxme fe mis. commpaeos . Sin embargo, pronto se hizo alegrie mi ser: en la mueva escuela habia mas afedsecistas que (ea ger en Ty nu ela habia mas ajedrecistas que ea ta ela, Yo jugaba mas a menudo con el muchacho que Jado, en el mism e é : baa 10 pupitre; después de as clases, soliamos quedarnos en 1a ecctela y mos en “EL gseritor. uso G. Usp 0G. Uspienskt (1849-1902) ta describe en su Las ostamsfes te ln ele de Basses Roa Yrascdbamos en e} ajedrez pasta bien entrada ya la no- dhe, Eehdbemos hasta cien y mis partidas eu una tarde, GGilo me ayudé @ aprender al dediflo los rudimentes Ge ta igenica del juego. La esivalegia que empleabamnos era aun muy primitiva; ambos conlendientes nos arrojdba- ‘mos inmediatamente con Jos peones adelante, al asalto fe las posiciones enemigas, previo enrogue de los reyes oF diferentes lados. Aquellos entrenamientos me ayuda- ron a comprender 1a estrategia de los ataques mutuos, J ea lo sucesivo me he sentido siempre seguro frente las posiciones de enroque opuesto. : Rauelias cien partidas diarias nos, pareclan ait 90: cas, y empezamos @ jugar durante Jas lecclones com al fablev> puesto en el asiestto del pupitre. Qué duda cabe {que aguello suponia una evidente infraccion de la dis- Gplina escolar, mas, a pesar de las amonestaciones de fee maestros, noso\res no cejames et muestra peligroso empeao, El siguiente caso nos escarmenté de jugar en ala Dabanos clase de Historia Natural un severo maestro con grandes mostachos y anchas y pobladas cejas, sier~ pre fruncidas y miontades sobre Tes galas, a través de fis cuales miraban con enfado nos ojos penetrantes que todo lo veian. [Los alunos temiblaban bajo aguella micadat Diop Tibrase de perlurbar el orden on las clases de Llisto- Pantie! biscisamente en la de aque! maestro inten tammos nosotros jugar wia vez al ajedrez, Cierto es que hablamos comenzado 1a partida durante ol rocreo, pero no nos habia dado tiempo @ terminarla, colocamos eb ta- thero con tas piezas en el pupitre de atras y seguimos ha- ciendo jugadas bajo cuerda, El maestro dibujaba el es- queleto de tn animal cn cl encerado, nadie nos moles's: sey nos abstraimos poco a poco hasta llegar @ perder ja notién de exaita nos rodeaba De pronto, a nuestras espaldas resond una tosecille fddo conocida, Aturdilos, sin atrevernos @ volver B =gar-a-dudas: junto a-la” pizarra no habi 3 o i ia nadi tes que jal maesiro.estaba-detras de nosotros! 8S. * Qe pasatia? Qué “hos “haria? Nos Pondria en .ér- gilenza y.nos esharia de la clase, o puede que nos mar: Gata: presentarmos: al director, y Sse lamaia a nuestros jg Padres. iNo habia quien nos.tibrase de una buena repr © sequins Saadoe us Pes retoger” el tablero” con ‘tas EGg..CatTaspeo de enoja-seguia “Los demés alamnos aguard iracién entrecortada. ==Pasé un-minuto;"stro minuto, L. minuto, . La espera se hacia an- Bistiosa. Si setubesyauedado. de piedraz pense yo pare Soportar aquella tensién—. Mas valdvin - sit fuerza’ Teprendiese cuanto antes”. Pero I, aitlos en “silencio adelaitle; nu quedaba lu. | fados,'sin movernos y sin osar | =~ piezas dispuestas encima. 11) oyéndose detras de nosotros, laban-el-desenlace con la res: Sosa dijera algo ‘a uuesltas-espatdas“Hablase hecho el silencio. Sélo le Baba por la ventana el ruido de ta calle central de tg ~ciudad-y-de-te'tlavia”Gue azotaba los cristales con save Y acompasado golpeteo, | “\Qué iastidioso seria volver 2 casa, er 2 casa, si el maestro men- daba algiin recado a nuestros padres!”, este desagraty ble pensamiento me alucind : = : Diriase que habia transcurrido una eternidad. De im- Toviso, oydse a nugstras.espaldas tn vozarrén ahuecado ~ ¢A quign le toca? é AL prineipio, no Hegeme Nl , "amos siquiera a comprender 1 que nos preguntaba el y és Ee ae 8 pe maestro, y éste hubo de repetir ; ~~ A las blancas —susiireg fir vi a: | dees ‘surré al fin mi vecino, mas va- TB — Entonces, dan el mate af . s. en tres jugadas — profiris { ‘ranguilamente el maestro y torné al encerado ae is | timbre 'y ef maestro salié ‘del aula, Le se agolparon ¢ torn 1 a_nuestro upc tre, formande un pricto auilio, Examinaviius la’ posi de Jas piezas, verificamos todas Jas variantes posibles. eT Las blancas daban el mate en tres jugadas, (El-maestro levaba razon! Desde entonces no volvimos clase.” ~~ + a jugar.al ajedrez..en: “En la infancia, cualquier juego se aprende com ex traordinaria facilidad; no cuesta gran trabajo recordaniigipye: | las reglas, y la técnica det mismo se perfecciona a titzaases = mos muy aceleragos, cierto que hasta determinado limi | ie, impuesto por la edad y él desarrollo fisico. Poco mas, ibn delll | ajedrezsnee | © menos, eso.es [p que me i con el ajedrezses En chante miskcamacadae tt amemtinms las reglas = del’ juego, comenzamos a\ entablar-~interminables ~batasaiumee llas.-En’ un principio éstas‘no-eran-mas-que un insulsos= mover de los trebejos por el tablero y un implacable “at quilar” de piezas grandes y pequeiias. Ademas, no“nos*=ee 1 importaba lo ms minimo entregar ta reina a cambio de un cabsllo o sactificar una torre por un simple peén, ta cuestién era matar la mayor cantidad de piezas al con- trincanic. ;Tomar piezas, fueran fas que fueran! En aque--— Ila etapa de aprendizaje se nos olvidaba el objetivo principal del juego, consistente en da .. '* al rey contrario. or Aquellos dias de los primetes combates de ajedrez, el tablero me seducia como quizd no me haya vuelto a seducir posteriormente. Es raro*el ajedrecista principian- te que no haya vivido un periodo asi de atraccién pasio- nal por el tablero, Durante esa importantisima etapa de perleceionamiento, aprende uno a miover cada trebejo y { obtiene una idea general de todas las peripecias del i | juego. —— Pasado algin tiempo (cl capacidad del principiante y de Ja ‘a duracién depende de la seriedad con ‘que 8 fome el ajedrez), ei el-juegn del fe novel co Heeitt @ aparecer cierta logica, Este se percata paula. _ tnamente del valor. cor parative de Ia piczas que age —tian en el tablero, Je-entera-de- gue Ia # Vale_a-dos-torres, que-un caballo se equipara’g tres peo. tere sucesivamente, Entonces, tas jugedas ey aje- drecista empiezan a“adquirir un sentigs delerminado, pues: procura .acosareoh-sus-piezas-de menos valor las mayo. == Fel desu rival e-ntenta electuar cambios vente VJosos, ca % euras “caras” del adversario por medio de jan>: drez, produce auténtico placer, y los éxito’ deportivos »p=nm fk inventive que se obtienen luego reportan ‘piece satis. faccién, © menos, las mismas etapas mencionadas. Las intermi: <5 de i istribucis: oe y nables partidas que jugué yf! estudio Constante — eY por qué ha dicho listed jaque simplemente? —me — pregunté confuso mi rival. . s — No podia creer un instante siquiera que usted no viese una amenaza tan simple, pensé que usted disponia de algin recurso de defense —repuse sonrojado, Aquélla fue una victoria importante, pese a que la habia cbtenido con extrema facilidad. ‘Inspirado, logré varios triunfos mas y me cologué a la cab del campeo- nato. Los participantes del mismo se comcucieron en. fonces de que mis fuerzas eran de temer y empezaron a Jugar coutra mi con toda seriedad. Em consccuencia, em. eord notoriamente mi posiciin en el torneo, Ademss, el Siguiente suceso desagradable que me ccurrid me kizd ~o perder la serenidad largo rato. Hacia Ia mitad del torneo, debati una partida con un jugador joven, pero, coino vera el lector, bastante ex. perto, Hamado Golubiev. Tras largo y porfiado batallar, ¥o obtuve gran ventaja, que al poco rato hice decisiva, ¥ Iuego. logré, ademés, ‘superioridad numérica 19 Yo habia conseguido tefier dos-piezas grandes-contra una torre y. mucho me‘or posicign. Después de pensarlo —-algo,.miadversar . hizo unajugada—que -parecia~dicta- da por-la desesperacion. Y en realidad ast.era. Me hu- jiera, bastado con pensar'unos minutos y fiabria hallado “Haclithenté el iodo de obtener fa-victoria sin gran es- verzo, Mas, -desafortunadainenté;antes de contestar.a la zjugada-elevé la mirada hacia mivrival. Este habia cesado de.anotar los lances y estaba-plegando el formulario pa- “ta, metérselo “en el bolsillo. Todo su aspecto denotaba po que sabia el-desenlace.del encuentro, funesto para él “Mientras yo. retardaba mi jugada, Gélubiev miraba istraido a los lados. Creyérase que él se habia resigna do con su derrota y queria hacer varias jugadas mas sélo “para cubrir ias apariencias”. _-_ i corto-ni- perez0so;~tomé.el-alfil contrario, conven: }cido de salir con uma torre de yentaja después de los j---cambios de-piezas que sucederian;-cosa que, sin ningin género de dudas, obligaria a.mi-rivai a deponer la par- tida, iPero fui yo quien hube de rendirme! En el momento que tomé el alfil con la torre, mi enemigo, como un re- lampago, asid un trebejo y me declaré jaque. Fue un golps ‘~esperado que me dejé aténito, Acto seguido salid a relucir que, contestara-eomo-contestase, yo perdia ine- vitablemente la reina, después de lo cual mi situacion, “naturalmente, seria desesperada. Miré abatido unos quia- ce minutos el tablero sin dar con la forma de defen- derme. {En qué trance me habian puesto ei apresuramiento y Ia falta de atenciént - : En ese instatite, mi rival sufrié una transformacién. De su apatia no quedaba castro." Miraba atento al table. _pocctocy resumia minuciosamente-las:resultados de la combi. nacién efectuada. Sacé el papel-de! bolsitfo, io desplegs con esmero y apunté Tentamente¥egodeard 20 yuela partida ya no le interesabay;que hacia mucho tiem: ~ "Partidas muy Femidas" mi errénea jugada y la espléndida suya. En su rostro di- bujabase la satisfaccin, Yo le miraba estupefacto y, para qué ccultarlo, indig- nado. Aquello habia sido una ‘pérlida artimafia, como no habia visto hasta 1a fecha. ;Y eso, jugando al ajedrez, al mas noble e ingenioso de los juegos! Hube de darme por vencido en el acto, Aunque posiblemente fuese una falta de cortesta, yo no felicité a mi adversario por su triunfo. En mis largos afios de juego he topado a veces con “mafiosos” que en alguna ocasién emplearon trucos se- mejantes, “Antes que te cases, mira lo que haces” —este re- rn puede aplicarse por entero al ajedrez. Y lo mejor es no prestar atencién a la conducta del rival. Pues en un encuentro reflido puede uno comprender nal a su con- “trincante o caer en una afiagaza psicolégica como me paso en el caso dese 2 _— Gugué-de malchumor las partidas sucesivas y las —aperdcasi-sin resistencia. A pesar de todo, gracias al =buen-comienzo-que iuve, me clasifiqué en el cuarto Iu- garde! ‘campeonato. Era un gran éxito para un joven _ 2 caaipdtecista. : -B}-aito siguiente logré elevar mi calificacién de juga- fh dor Comparti con otro el primer y segundo puestos del seitamipeonato de ta ciudad. €_—Disputébase a la sazén el titulo de campedn de Tula ~—en-un match de tres partidas. Con estas competiciones es- ssssetierelacionado unsuceso desagradable para mi y diver- _=stido para los que lo presenciaron . mente por el pabelldn. Habia entre los espectadores un muchacho de mi edad, que vivia en Ia calle contigua a la mia. No recuerdo,por qué causa, entre nosotros solian ocurrir a menudo’ pw- gilatos que nada tenian que ver con el ajedrez. Cuando pasé por su lado, paseando, #1, sin-parar. mien* tes en mi posicion “oficial” de aquellos momentos, aga: 16 la visera de mi,gorra y me la calé de golpe hasta los ojos. No es costumibre de los tulenses soportar impune- menie los agravios. Mi desquile no se hizo esperar. Ins- tantes después nos tundiamos mutuamente de lo lind sin reparar en el lugar en que nos encontrdbamos. Para mal de males, habia un milicano no lejos de alli. Nos separé con presteza y nos Hevé al puesto de-le milicia mas. préximo. Los nuumerosos tulenses que habian acudido a presencier el desafio de los mejores ajedre- cistas de la ciudad contemplaron asombrados aquella es- centa inopinada. Mientras tanto, mi adversario habia hecho su jugada” y marcado cl tiempo. Me tocaba jugar a mi; mas yo no lo podia hacer por motives que dudo tuviesen par en la historia de las competiciones de ajedrez. Los dirigentes del match se abalanzaron hacia ct ano y a duras pe- nas lo pudieron persuadir de que dejara sin castigo el deli- to de infraccién del orgen pfblica que habla eometido el candidato, de dicz y seis cfios, 2 campeon de la ciudad Gané aquella partida, perdi la segunda, pero venci en la tercera y obtuve el titulo de campedn de Tula del afio 1929, Al afio siguiente logré mantener el titulo. Mas, por si acaso, preferia ya jugar sin gorra en los torneos. Nuestra infancia, vivida en los arrabales de Tula que lindaban con prados y bosques, abundaba en interesan- tes paseos, exc 8 y aventuras como el ir a pescar de noche o por setas al amanecer. 29 Jugdbamos mucho -y con frecuencia al fitbol, Mi ma: dre me habia cosido unas rodilleras de huata, y yo defen. = aia-con ellas, déndome importancia, la porteria del equi. “2b6. de mi calle. En un diminuto jardin qué“habia junto 2 mi casa, construi una pista para correr y saltar, puse une barra, hacia sistemdticamente gimnasia y procuvate me Jorar mis propios records, ~ sz +» Nos -baliébamos smucho en-el'tio Upa. Los smuchachos demi calle me‘llevaban. con orgullo y'artogancia al jan dia ste! Kremlin, pues yo. era..clcampeon “de ellos”, y-~ TT aesaliaban provocatives a cuantos. jugaban al ajedren “Para que midiesen sus fuerzas conmigo, Cierta vez, regresibamos en bullicioso tropel de bax z.fainos, y los muchachos vieron un enorme anuncio, en el que se decia: tal, 15 ¥ ot 36 de agosto, en el Circo de Tula se pre- Senlard el nlimero Ajedrez viviente: Jugardn: de un ledo, el-maestro B, Blumenfeld (Mosc); de otro lado, el cae Taab66n.de diez y_seis alios de-Tula A. Kotov y el ajedre- wvelsta de 1° categoria WV. Neishtadt®, FEI jibilo de los chicos fue ilimitado! jNo era para mens, pues se les presentaba la ocasidn de ver a un mecstto, contemplar cémo jugeba y, al mismo tiempo, cntrgn Gonctertol: No restaba mas que omafiéenoslas para gular todos. Y pusieron los ojos, lenos de eeperanes, gu ml: al fin y al cabo, yo era el “artista principal” ac aquel especticuto, Nosotros tenfamos ya una nociin de to que era el djedrer. viviente. Esta interesante funcidn, leatral y de aiedrez a un tiempo, habia sido presentada varias’ ve, ont gtla ¥ @ mi modo de ver, en vano se ha echado ji olvido en nuestros dias. Liegada la fiesta, en ane ae {2 Pradera de los suburbios.de Tula se escayties un tar blero descomunal eon casillasblancas de yesu. Les figu- eran ea recs, de, siedrez ocuparon sit posicién inieials y Slade itt usar de torres, carros, a los que se habla un ido caballetias. de verdad; en.ver~de-eaballos tllades mt f j de madera, jinetes en auiténticos corceles; individuos.a pie suplian los peones, y ast sucesivamente. A cada toma de pieza sonaba una saiva de rifle o caiién. Millares. de espectadores. rodeaban el gigantesco tablero y presén- claban con interés aquel combate. ‘ En el circo no hubo ni tiros ni-caballos de-verdad ©" Ocupaban los lugares de las piezas conceides artistas de lealros y salas de conciertos de Mosci, El difunto Artie {a del Pueblo de la RS.F.S.R, V.Jenkin-hacla las veces de uno de los reyes. En el papel de peones aciuaban esta diantes de la Escuela Coreografica de Tula. Habia entre ellos algunas muchaches conocidas nuestras, lo que pos. teriormente nos dio pie a bromas cordiales . EI primer maestro de ajedrez que vi en mi vida, Be- niamin Blumenfeld, me encant6, asi como suena, por el: sutil ingenio y, fundemeutalmente, por su pasmose des: treza en jugar partidas relémpago. En el breve plazo de dos dias qiie contendimos nd’ tuve tiempo de sacar gran provecho de sti estilo de jite- G0: sin embargo, el contacto que tuve con él, al fin y al cabo, coniribuyé a mi desarrollo como ajedrecista, Sentia no haber posi ar con él con todas las de Ia ley. Pues, sets docepcionado, Ia ma yorfa de las partidas de ajedrez viviente no se juegan on \ Featidad. Son simples exhbiciones de partidas jugadas con antelacién, y, prefere. emente, cortas. [a razon de Obrar asi es para tio profor gar excesivamente la funcion ¥ no cansar demasiado a los artistas y al ptiblico, No me consolaron siquiera los dos billetes de tinco rubi s que . Fecibt por haber participado en 12 representacion, pese : # ser el primer honorario que obtenia en mi vida te - ORO PASO ADELANTE: La vida del hombre comparase desde tiempos ‘inme- ales.con un camino, ¥ de la misma forma que exis: caminos distintos, también suelen serlo las pautas a5 . jue. siguen-los hombres en sus vidas. Las de unos son eefas como wna’ calzada, limpias y luminosas, sin us solo bache.ni un hoyo. Las de-olros, por el contrario, son uumésinfin “de vericuetos, ‘lens de hendidiras y barran- “=aeos, eubiertos de polvo y fango. Pero tanto en los cami- -=5R08 de la'vida de unos como ex los de otros existen hi. ==-porsparejas y er grupos a lo largo de los corredores, nos despedimos de las awlas, entramos hasta en la sala de Anietitos mas sobresalientes, “Uno de los acontecimientos mas memorables de 1a --pMida.de cada individuo-es-la terminacién de los estu los .escolares. Es el-momento en- que se hace el resu- men de la adolescencia y se abren amplias. perspectivas en el ins. Uituto, En-el veranovde 1933 experiments de v0 fa atrac- clon del ajedrez. Yo me sentia ya una persona mayor, del eGios®, Podia aplicar en el juego y en al ectadie Gel edrez los conocimientos adquirides en el institute jit Zeamudar mis ocupaciones en el ajedrez, ante tao analicé y sistematic€ escrupulosamente todas las parti- das que hube jugado en torneos hasta el aio 1030" ts Sonelusiones que’ sequé no-fueron muy halagiciss Se pamaet lugar, s¢-nolaba con. evideucia en mi juego que Pe ccenacla insuficientemente la teoria de tas aperturns, © Sea-el punto-de arranque de las partidas de ajedeen, Para vergiienza: mia,he de recoriocer antes de obtener el titulo de gran maestro, el lado mas. flaco de mi juego consistia en mis escasos conocimientos de las variantes de apertura. A mitad de partida también se notaba en mi eslilo.de Juego una falta esencial: e!.no saber efectuar maniobras segiin_un_plan_premeditado y. persiguiendo un. fin=deter ~ minado, el no saber presentar parlidas“calmosas que te quiriesen aeciones lentas y no movimientos forzados de las piezas, \ No tardé en comprender los. defectos de mi juego: pese a saber calcular algunas ingeniosas_ variantes de combinaciones, el ajedrecista que no sabe mas que’ “Rar_otra importante faceta del brar y.jugar-en entables sencillos. ~~ =Cuando-hube-leido varios libros y_articilos de “ajé: drez y analizado muchas partidas publicadas en revistas durante el perfodo de mi alejaniento de los escaques, senti deseos inmensos de jugar en un torneo serio con adversarios de categoria Dejadase notar en mi el tiempo que no habla jugado, ¥ experimentaba verdadera avider por sostoner un dese. Ho. No ocullo que también deseaba que me incluyeran ea la primera categoria de jugadores. Estaba ya harto de contarme entre los de segunda desde c! afio 1928 No tardé en presentarseme la ocasién de enfrentarme con ajedrecistas de 1a primera categoria. En el invierno de 1933 se celebraba en Leningrado una competicién por equipos de los sindicatos, Ateniéndose no sé a qué criterio, el equipo de ta fabrica de armas de Tula fue incluido en el grupo mejor calificado, en el “principal”, de aguel im. portante torneo, A pesar de que nuestro equipo pudo presentar tinica- mente dos. jugadores en-lugar-de Jos tres reglamentarios~ ao 3 que inclusa® poco. tens Se forse bien en la compleja trama de las mismas y 90 ha =ges aprendido otras aspectos de la: técnica del ajedrer\ atin’ No puede lograr buenos resultados. Me hacia falta domi = —-~-nosoiros fiimos”al Torneo. No se pudo conseguir que se exonerase del-irabajo al tercer jugador. Es claro que nuestro equipo, incompleto, no podia pretender a ta vic- toria; sin embargo, aun obteniendo en cada vuelta” un tanto.de menos, logramos eludir el iltimo puesto. , En otros equipos de nuestro grupo jugaban en el pi mer Tablero: ajedrécistas de primera categoria, Por eso, en el-regiamento-del-torneo quedé plasmada Ia resolu: cign de que'et jugaltbt:de dicto gcupo que mejores resul- ‘Stadog obtuviese adquiriria el derecho a disputer un match vara ganar el titula de maestro. Los-organizadores del torneo quedaron perplejos ai ver que yo, el Gnieo jugador que actuaba en et primer ta blero sin ser de-primera categoria, alcancé los mejores resultades. 7 eQué partido tomar? Segin los reglamentos, un sje aretista de segunda categoria no podia pretender al titulo de maestro. Sdlo podian disputar ese titulo. jos de prime- raCategoria. Por otro Jado, habiase asentado el punto -mencionado en-el reglamento del.-torneo y era preciso “cumplirio. Cuando se pregunté al Arbitro principal acerca de cémo actuar con respecto ai desafio en cuestién, replies: — Pues no sé. Se ha formado una situacién un poco escabrosa. ‘AL regresar nuestro. equipo « Tula, la seccién de ajc dire de fa ciudad intercedié con calor de parte de st camped. Envié a Mosed, a la Comisidn Calificadora Suprema, una instancia del siguiente tenor: “Cuando y qué maesiro mandaran a Tula para celebrar el match?” Los miembros de dicha comisién tardaton en contestar. Sin duda hubieron de reflexionar mucha para salir del | apuro. Unas semanas después Ilegé un escrito a Tula, en al que se decia: 7 “Se concede Ia primera ‘categoria y se incluye en el grupo semifinal delcampeonato de Mosed de 1936 al ajedrecista de segunda categoria A, Kétov, que ha oble- oe panne gp aide los mejores resultados en el primer tablero, grupo principal, del torneo por equipos de: Leningrado” De marera que el objetivo habia sido conseguido: ha-=g= + bia recibido a primera categoria y, ademas, el derecho. 2." participar en la semifinal del campeonato de Mosel... sa") Pero en esto surgié otro impedinrento a mi paso: la semi. final comenzaba en abil, ya primeros de mayo concluia Tae el ait escolar y el curso tedrico del institute. Durante ese FF = ltimo mes, los estudiantes tenian que rendir varios. examenes y ejecutar ef proyecto de revalida. ¢Cémo ba cer para jugar en el torneo y no hacer tarde a los exémenes? Hablé con e} decano de ta facultad,-sin- resultado, po sitivo. Me respondis-asi: “Haga usted lo que erea conve: niénte, pero tendra que examinarse de todas las asigi turas a su debido tiempo”... . = Qué hacer? De ira jugar podia-no llegar-a-tiempo para examinarme; por otro lado, nuestra promocién efa _la primera del instituto,-y toda la cludad de Tula tenfa~ Jos ojos puestos en nosotros. De renunciar al viaje, me arrepentiria constantemente de no haber ido. “Quizés ego se2 peor, procuraba convencerme a mi mismo, voy a estar pensando todo el tiempo en que he diejado escapar tal oportunidad y quidn sabe s{ no sacaré un suspenso por eso”. Sin dyda habra olivinado of lector que fa balanza de mi estado de anim se inclinaba sin grandes estuerzos Sel iado det tornco, La pocas patabras, que me marche a Moscit 2 jugar en ja semifinal del campeonato de Ja ciu- dad, Aquella competicién terminé felizmente para. mi ‘A. Chistiakov, entonces ajedrecista de primera categoria, y yo, compartimos el primer y segundo puestos y obtu vimos el derecho a participar en ia final del campeona to, Regresé a Tula y Iegué a tiempo de examinarme. Ver~ dad es que para ello hube de olvidar qué era un swefio _-..nouinal..durante dos semanas. ~~ TS ~ 7 3-163. 8 Asi que, jel curso tedrico det instituto habia finaliza- do! -Restaban tinicamente“las ‘practicas de graduacion ~medio..aio. después,-la-défensa del proyecto de revalid. para obtener él titulo: - Cuando fui convocad. ala secretaria del instituto y me propusierod que-eligiese el lugar donde queria hacer las practicas-previas"#tas ‘pruebas dé revalida, opté por ia 1ébriea Krasai’ Protetart dé Mosct. En mi-{uero interno, el-ajedrecisla sentia un-gozo in- "iQué ocasion para jugar al ajedrez! En Mosca i fini ~viven-muchos~maestros*ajedrécistas, alli se celebran nu- ~ merosos torneos, se pronuntian conferencias sobre teo- ria del juego, siempre-podré uno echar una partida, si no atch,-con cualquier-jugador de primera categoria”, Al mismo tiempo,-mi=segunda mitad, el estudiante, me invocaba a la sensatez: “iOlvidate. de los escaques!, me repetia. Piensa sdlo en ti’ proyecto de revélida.” ‘Dos versos, refundidos por uno de mis amigos, no se nde la mente: Podrds no ser maestro Pero ests obligado.a ser ingeniero* Yo mismo no Hegué a comprender cual de mis dos mi es persuadis a Ia-otra.- En la primavera de 1934 legué a Mosca, que desde entonces es mi segunda ciudad nate. INCENIERO-MECANICO Si uno se sitda en el centro de Tula, junto alas mura las del kremlin, los otros distritos de la ciudad le pare. ceran mucho mas altos, pues yace en una inmensa hon- dorrada'teftida de espesos bosques y campos anchuro- sos. Desde un lugar elevade, Tula ofrece un cuadro bas- ante pintoresco: abajo se extiende una depresin enor. 2 Fs oa rehundivién de moe versos dé tn pocsio de Nekcisow BL pocta y el dud derry SP ~ ~~-dejado-de ser-fa ‘sucia’ Tula “de los samovares”, se ha +~-Cionada~fabrica~de-Moseu- —duccin_anual de dos me, en cuyo fondo resaltan los tejados de las casas y diminutos jardincitlos formando. rizas_abigarrados..de—_ tonos verdes y carmesi=Cuando-uno mira de-abajo arriba por la calle de los Comuneros; ta principal de la ciudad, se ve la-carretera del Sur que se aleja en lontananza, Mi madre me.contaba. que,-antiguamente, por aquel ca: mino-iban-muchos. peregrinos a” Kiev, a los lugarés sa grado. Entonces Ia carretera y la calle Meraban el nom- bre de Kiev. ° Hoy ya no.caminan peregrinos ni por ta calle de los Comuneros ni por la carretera. Por la pista asfaltada se deslizan veloces camiones, auloméviles de turismo y auto. buses. En los autobuses y coches de turismo viaja la gen- te que Va 1 Tinea y al Caucaso. La propia calle de los Comuneros y la misma ciudad Ya Ho son lo que eran en tiempos de los peregtinos.Ha trocado en una linda urbe d ficios -y frondosas glorietas, : En Ios arrabales, pasada tz calle que eonduce al par- gue, hubo en tiempos un solar ileuo de éardos y barda- Pas enormes, Hoy se elevar alli los pabellones de! mayor establecimiento de ensefianaa de Ja ciudad, de! Instituto de Mecénica de Tula Nosotros, los esiud alles, asfattadas, altos edie ntes de la primera promocion, no tuvimos la suerte de asistir a clase en sus eules, pitcs el edificio termindse de construir en ol 1931.’ Pero defensa de los proyectos de revalida celebrose en él. Alli mismo recibimos ios titulos de ingeniero. para incor- porarnos a les actividades cientificas 0 de la produc- cién, El tema de mi ejercicio de revalida consistia en pro- yectar un taller de montaje con una capacidad de pro. i! tornos de roscar, marca D/P- 200, que construia 1a fabrica Krasni Proletari, Para cum- plir esa tarea hube de trabajar varios meses en la -men- a 95 Fiesce-aquello-era una-auténtica-fiesta-en’ Tula, jla-primera pro- La deiensa de los proyectos ue revalida tuvo lugar el invierno de 1935. = Prolesores, estudiantes, mnumerosos invitados, repre: ssa. sentantes de las organizaciones sociales, amjgos y fami- liarés de los jovenes que-iban-a defender Sus proyectos “se congregaron en el paraninfo, No-era para metios, pues --mocion-del instituto! 5 : =Componian 1a comisién examinadora los mejores pro- fesores de! Instituto, los ingenieros mas acreditados de la ciudad y representantes-destas: fabricas de Tula, Sin embargo, no eran ellos, a pesar=de los conocimientos que poseian, quienes infundian pavor a los estudiantes, ni eran sus preguntas lo que @slos temian. El examinador “nds peligroso°era- el, presidente ‘de 1a comisién, llegado ‘especialmente de Moscii para comprobar las cualidades de la-primera promocién-del: nuevo-instituto; era Gueor- “—gui~Aparin, profesor —de-la”-Escuiela Técnica Superior” ———Bauman de Mosci, muy entendido-en tecnologia de los setcmetales, en’ mecénica de’ precision y en instrumentos de medida. Las preguntas de él eran precisamente las que més te- miamos nosotros, pues su opinién, opinion de un cientifi- co y presidente de 1a comisién, era decisiva para las no- fas que se concediese a nvestros proyectos. La deiensa de mi proyecto empezé sin tropiezos. Col- ~~ gué por las paredes mis numerosos disefios, entregué |: nota aclaratoria al presidente de la comisién y comencé a referir detalladamente el contenido del proyecto, a ar- gumentarlo con cifras y datos tecnolégicos, Todos escuchaban atentos mis_explicaciones rapidas _y, Segin me_percaté posteriormente, dichas con un tanto de ‘suficiencia. Me acaloré y solté a chorretadas un sinfin = de datos, cifras y formulas. ~~ Yo procuraba no mirar-a-nadi habla cruzado convuisivament nosy ~habia “fijado ‘la~ mi para no perder el hilo, s dedos de las ma nal punto de unién de las paredes de la sala’ con el-techo; donde saltaba a 1a vista una mancha oscura de humedad sobre el-fondo blanco. ieee Empez6 el interrogatorio. Primero, formularon las pree- #g24 guntas los profesores, los ingenieros-y los miembros de ~=xties Ta comisin, Respond, fe ots Finalmente, la corpulenta y_pesada figura -del_presi- dente se-irguid, se aparté dela mesa, se puso’a mi lado ¥, mirandome a los ojos, interrogd: — Por qué ha. proyectado usted el montaje de los tor- . nos en carretillas y no en ‘cadena? Recuerdo todo lo que paso después como si de eso no hiciera ya veinte afios y hubiera ecurrido ayer. : Todavia bajo ‘el influjo. del veloz ritmo de-mis res.” puestas precedentes y, en particular, de mi informe, co- mencé a aducir en vor alta y-firme un sinnimero de ar: gumentos, @ enumerar“las-cdlisas y-a dar explicaciones* segiin me parecia, exhaustivas.--— Seo Se El profesor me escucliaba “Gon” atenci6n, wirdiidomé” =e a los ojos y asintiendo con ia cabeza. Eso me dio mas 4nimos y me puse a hablar con mayor celeridad y firme- za afin, . Mi respuesta duré varios mintitos. Al final empecé in- \, cluso a hacer ademanes afirmativos con la mano para dar a mis argumentos mayores visos de solidez, Cuando dije todo lo que sabia, me callé en espera de un elogio por la contestac in tan profusa y detallada que habia dado, El profesor me miré unos segundos.con la cabeza li- geramente inclinada, luego, probablemente molesto por el > tono demasiado desenfadado de mi contestacién, articulé con spera voz: — ike que usted ha dicho son patrafias! Piénselo me: for y conteste bien: 7 = Si en aquel instante el techo de fa sala llega 2 des- arse sobre mi cabeza, no habria sido mayor miestu: a

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