Vous êtes sur la page 1sur 7
Historia social del mundo occidental Del feudalismo a la sociedad contemporanea Susana Bianchi Universidad Nacional de Quilmes Editorial SUSANA BIANCHI 76 fieacién de la sociedad permitié el desarrollo de las new drapery, ines aac vamente baratos hechos con lana cardada. Estos desarrollos PEM TT ron, ademas, consolidar y colocar en un primer plano oa cies wes dela produccién que ya se ubicaban claramente fuera de las antig es medievales : Porat efecto, en las pequefias ciudades y en el campo $= afianzd a ie: ma de trabajo 2 domicilio. Eran pequefios productores que depen an ee ce los abastecia de materia prima, les otorgaba crédito Y Sea 1s veces en mercados muy juego recogfa el producto para distribuirlo much: » mercedes muy dicsentes, En sintesis, era el capital mercantil el que organizabs Y cid. : ' 2 cee del comercio fue otra de las caracteristicas de exe pele do. El mercado de ultramar transforms, como ya seialaos, al mereado europe en un mercado mundial, en el cual hlandess ingles comer: sor a dispurar a Portugal su predomrinio en. Oriente. Se ewe! 1 aac tei yas roaniiba caracrttsiess radi fonales: POT" Y Os tales preciosos, es decir, productos de precio alto, ciigdos a una ds oa vestringida. Sin embargo, en algunas regiones, como €n ¢ ee Wa del Norte, l comercio comenzaba a adquirir caracesisicas =e ganado, cereale, textiles, es decir, productos de mayor volun vba He Cio, dirigidos a una demanda masiva. El intercatnbio también ref Snbioe més profundos deldesfera cconémicy = a Ta expansin del siglo XVI se daba, sin embargo, denvo mason adn eran predominantemente rurales. La imposibi dad ce romper con es aa ede lewd a este proceso expansivo a encontrar sus PrOPIO® |S Como veremos, la “crisis” del siglo XVII, al borrar estos obsticulos creé condiciones para cl advenimiento del capitalismo- 2, El Estado absolutista y Ia sociedad La formacién del Estado absolutista La cisis del siglo X1V, al debilitar el poder feudal, favoreci6 no sélo no solidacin territorial de los reinos, sino también el foretsen Be lid ve fs cia el modelo ler de los reyes, poder que tendié cada vex més hack : Monarguta volun Segin este modelo, que se afianzé en los sighos XVIY HISTORIA SOCIAL DEL MUNDO OCCIDENTAL 7 XVI, el poder del rey debia situarse en la ctispide de la sociedad, sin ningu- na otra instancia a la que se pudiera apelar. Dentro de las monarqufas feu- dales —pese a la fragmentacién del poder- siempre habia permanecido la idea de una ultima insancia un poco imprecisa, el Papa o el Emperador, que ademas controlaba y legitimaba ese poder real. Dentro de fa nueva concepcidn de la monarquia, la idea de esta instancia superior desaparect por encima del rey s6lo se encontraba Dios. Los limites al poder monér- quico solo podian ser puestos por las leyes de la naturaleza 0 por las leyes divinas, El modelo finzlmente fue organizado en su forma més precisa por Jacques Bossuet (1627-1704), quien formulé la teoria del origen divino del poder real. Este aumento del poder de los reyes habia surgido de una situacién de hecho; era necesario, por lo tanto, consolidarlo y legitimarlo. Para ello, las monarqufas encontraron un formidable instrumento en el viejo derecho romano. Este derecho que regia las relaciones entre el Estado y sus stibdi- tos otorgaba a los reyes la base de su soberania: la lex. Tal como formulé es- te principio, otro de los teéticos del absolutismo, Jean Bodin, a fines del siglo XVI, el rey era soberano por su facultad para hacer leyes y hacerlas cum- plir. Mediante la legislacidn, los reyes podian modificar costumbres y tradi- ciones, borrar el viejo derecho consuetudinario que regia a la sociedad ¢ imponer nuevas condiciones. ‘Al mismo tiempo que la soberanfa se fundamentaba en la capacidad para legislar, el poder real perdia sus atributos personales: el rey personifi- caba al Estado. Sus acciones debian encaminarse de acuerdo con criterios y normas de comportamiento politico segiin el principio de la “razén de Es- tado” que habia formulado el florentino Nicolés Maquiavelo (1469-1527) en El Principe. El objetivo era alcanzar “la felicidad del reino” entendida co- mo la prosperidad y la seguridad de todos los stibditos.> El funcionamiento del Estado absoluto necesitaba también de instru- mentos adecuados: organizar los impuestos, el aparato buroctitico, los ejér- citos y la diplomacia. De allf las innovaciones institucionales que comenza- ron a registrarse desde comienzos del siglo XVI. En primer lugar, se organiz6 tun nuevo sistema fiscal y, fundamentalmente, a recaudacién de impucstos: la talla (dedicada al mantenimiento de los ejércitos) y los impuestos indirec- tos que gravaban el tabaco, el vino y la sal. La cuestién no fue simple. Las necesidades crecientes del Estado llevaron a que los impuestos aumentaran constantemente a lo largo de este periodo. La situacién més dificil fue para 5 Anderson, Perry (1985), pp. 9-37- 78 SUSANA BIANCHI Jos campesinos ya que, muchas veces, los impuestos reales s= sumaban alos censos sefioriales. De allf las constantes sublevaciones que tuvieron como objeto de su ira al recaudador real. “También fue necesario organizar un aparato burocratico, Pero el Esta- do, con necesidad creciente de recursos, lo organiz6 a través de la venta de cargos. Los cargos eran comprados tanto por la pequesia nobleza, que aspi- vale « las compensaciones monetarias, como por Ia burguesia, que encon- faé en la compra de cargos una forma de ascenso social: fue wna via para aceeder al ennoblecimiento, para integrar la nobleza de toga, responsable de la burocracia estatal. Esta mercantilizacién de la funcién publica impli- 6 para la monarquia un bencficio doble: obtener recursos) per ademis, romper las viejas alianzas, ajar del manejo del Estado ala conflictiva no- bles de sangre o de espada y asegurarse [a lealtad de funcionarios que de- bian al rey -y sdlo al rey~ las posibilidades del ascenso social. La necesidad permanente de recursos s¢ debfa fundamentalmente a la necesidnd de mantener los ejércitos, integrados en su gran mayorfa por sol- vi os mercenarios extranjeros, que preferentemente ni la lengua del pais conocieran. Se consideraba que esto —la imposibilidad de comunicacién— ayudaba a una de las funciones que estos ejércitos debian desempefiar: aplastar las sublevaciones campesinas. Ademas de mantener el orden inter- we. la funcién de estos ejércitos era sostener las guerras externas. Los siglos XVI y XVII fueron €pocas de constantes conflictos entre los distintos esta- iy Yeato encuentra su fundamento en esa concepcién estética de la rique- va, expresada en el mercantilismo, que consideraba que ésta “come Y venalamos- no se producia, sino que se acumulaba. Esta concepeién se tra- dducta en politicas belicistas: la forma més répida y legiima de obtener re- Cursos era conquistar territories y poblaciones sobre las que aplicar el fisco. ‘Tales son, por ejemplo, los objetivos de las interminables guetras quc Sos ‘dor Carlos V y Francisco I de Francia y que tuvieron en Italia, el empera aeicrornron gus herederos (1522-1559); la anexién de Portugal hecha por + Luis XIV en funcién del Felipe I] de Espaia, y las guerras mantenidas principio de las “fronteras naturales’ (1667-1697). Como sefiala Perry An- rane fos estados absolutistas eran “maquinarias construidas para el cam= po de batalla”. La diplomacia, que adq irig estabilidad en este perfodo, se constituyd en el complemento pacifico de la guerra. Pero su objetivo continuaba sien~ Frey mistaor la anexidn de tersitorios. Este objetivo se alcanzaba a travis de alianzas que asumfan principalmente la forma de alianzas matrimonia- Tex. A partis de una concepeién que consideraba atin al territorio como pit eae wig de una dinastia era posible mediante adecuades matrimonias HISTORIA SOCIAL DEL MUNDO OCCIDENTAL 79 incorpor i inorporr meas eras corona, En ete seni imperio de Cars V producto mas notable del sistema dealianaas matrimoniales “ani Qi Papel eumplié elas en ee proceso de inst hac ital A cit sine? Cas sefiala Perry Anderson, tras una aparente modernidad. lo absoluto se organiz6 segiin u i i : cl Estad ana‘raciondlidsd/-arcaticas/En ‘ll insianciayreu fined fuss ‘or la suble- ranca, seger'a una nobleza umenazad : : a por la suble- vac reacerdab rin ampesia yl ascenso de a burgus Es cet ques dent de os cos del Estado absoluto, la nobl $ su vieja Funcié , fa nobleza perdié su vieja funcién poll matos dl ‘ : su vieja funcién politica, pe- fp mantener intact su posciéneconmic y su prvlegios seal si za debilirada no podia contener la liberacin campesina ni ob- tener ues irs esa fncones confer por cuenta del Estados D 0 de otra manera, el Estado ab: ili : de : soluto fue la dltima forma politi adquirié el feudalismo, #6 Sao , s6lo que el punto de referenci , : eneia ya no‘fi ellscio- ris'sine que vaniplié ala *Segin Anderson ‘losimarcos terrivorisles del reino. Sega ri in que se ampli reino, Segtin’Anderso “La domincin del Estado abouts fa a dominacin de la noble a a : besirnae de transi l captain sear tsi ler de esa clase: la legada de las revoluci el poder lar revoluciones bur f cién del Estado capitalist.” ee ae Las resistencias al Estado absolutista: sublevaciones campesinas y revoluciones burguesas 4 : msi i Estado absolutista constituyd bésicamente un modelo al que las distin. fas mi fs i ts monarquis intetaan acerca lgrndolo com disits gras de 0. En rigor, la coincidencia : con el modelo nunca fu i . fe rotcliporda exis- tencia de poderosos obstd ae culos. Cuerpos como los E s Estados Generales ( t # (que epesentaban To wes ens el ceo, nobler y el ado lato} a Francia; en Es 5 el : Franc a Cortes en Epa el Pramento en Inghater, consiian i mitesal poder rel Eso uerpos estaba todavia muy jos dese insti cones epresenativas de caricter moderno; por el contrario, tenfan atin un jaerte espiritu medieval: constitufan, en wltima i 1 consticufan, en dltima instancia, la institucional wert espirtu medi , I institucionali- gacién del fe zacin del “cons” que os aslo debian presar also: Aun ads cién f tin de Pres dd ala aa noble guns memoria de imagen del yy como el “primero entre los iguales”. E: Bs este stvitido’ constieulan-un f . . ‘ : ne te obstaculo a la consolidacién del absolutismo. = ierte i jo sit au ago dl siglo 3, as monaruis se impusiron o- eos cursos: en Rani, los dkimosExados Generals antes dea Re aluciss i i “ i n ae (1789), se reunieron en 1615; en Espafia, antes de las Biitras napolesnica, las dltimas cortes se reunieron en 1665; er Inglaterra, 80 SUSANA BIANCHI la corona disolvié al Parlamento en 1629. Pero no podia borrarse fécilmen- tela larga tradicién que sefalaba que el monarca debia gobernar con el con- sejo de los grandes nobles, de los pares del reino, Esta cuestién de la participacién de la nobleza en el poder se hacia evidente, sobre todo, en los Perfodos de minoridad del rey: el reino quedaba.a cargo de un Regents mi ree veces to del monarca, asesorado por un Consejo Real. Cuando el rey sTeanyaba su mayoria de edad, resultaba muy dificil quitar a los nobles esa participacién que habfan tenido en el poder. Pero los limites al Estado absolutista también se debieron a las resisten- cias que partian de la sociedad: nobles que pugnaban ante la pérdida desu poder politico, pero fundamentalmente campesinos sublevados y burguesfas Gue resistian a favor de las autonomias utbanas. En 1548, por ejemplo, es- Tii6 la “gran sublevaciGn’ de la Guyena que unis a 10.000 campesinos. An- te un nuevo impuesto que cargaba la sal, elemento vital para Ia economia vFangatiea, los sublevados pusieron en fuga a los recaudadores reales y sitia- vom las ciudades en las que se refugiaron; algunas de estas ciudades, como Burdeos, incluso fueron tomadas y los cuerpos destrozados de los recauda- dores arrojados al rio. La represién no se hizo esperar: se apresé a los cabe- Killas, se los juzg@ y ajustici, y se quitaron las campanas de las aldeas. Come sehala Oscar Di Simplicio, esta sublevacién campesina puede considerarse un “modelo” ya que presenté todos los elementos que carac- terizaron las revueltas posteriores, incluso fuera de Francia: malestar social, Frealided en aumento, Frente unido de aldeas en lucha, cabecillas de dife rente extraccién social, hostilidad a la burguesia y a la ciudad en su con- junto, y por dikimo, represién de la corona. “También las burguesias resistieron. Dentro de ese “feudalismo reorga- nizado” que fue el Estado absoluto, la burguesfa también pudo consolidar sus posiciones, dentro de los limites que imponia una sociedad mayorita- srerkente raral, El crecimiento del comercio a través de las empresas colo- hiales y las compafias mercantiles, el desarrollo de las manufacturas, as eneras formas de inversion cteadas por el mismo Estado fueron los medios por los que la burguesia pudo imponer al dinero, cada vez ms, como me- Uda de la riqueza. En este sentido, el resurgimiento del derecho romano también puede vincularse con el ascenso de la burguesia. En efecto, és hae ba puesto en marcha un tipo de economia que dificilmente se ajustaba al viejo derecho consuetudinario. En cambio, el derecho romano proporcio- haba principios, como el de propiedad privada absoluta, que se ajustaba més adecuadamente a sus actividades. 6 Véase Di Simplicio, Oscar (1989), pp- 67-94. HISTORIA SOCIAL DEL MUNDO OCCIDENTAL 81 ero el Estado ab: ién imponia limite ns absolutista también imponia limi o nponfa limites. De ; ; r s. Dentro de una concepcién centralizada del poder no habia margenes para ningtin tipo ie - mains ni para los seftorfos, ni para las ciudades. De allf, las subleva- ciones ae en defeasa de los privilegios urbanos. Pero también den- tro de las ciudad ‘ te ; les, el abuso de poder de las oligarquias urbanas era factor 5 a : ee de conflicto: artesanos lefios comerciantes exigian parti- sat eq una mayor par ci ia ea De este modo las revueltas urbanas —como la de eerie : ; b en 635, Rouen y Caen en 1639 0 de Moulins en 1640~ tuvieron una com- sicién diversil ini ico er: : ectores po ‘i n diversificada. El dominio numérico era, sin duda, de los s pulares urb: i el cler Jec- po pale urbanos, pero tambign participaban miembros del clero, intel tuales, burgueses acaudalados e incl jos mi ‘ fi l luso algunos miemb: Ps =D ros de la pequefia nobleza. En estas revueltas, como en el caso de las sublevaciones campesi- pes nas, el confli 12s, el confficto social esiaba presente, pero el componente polit titufa su signo distintivo. eee Los resultados d istenci : Je estas resistencias sociales sei i ‘ sefalaron ca i ee istenc aminos diver- sera las monarquias en Francia y en Inglaterra. En Francia, el : nite “ r ” . sage fens ini conocido como “La Fronda”, que estallé en Paris a partir d 1648, yque promo se cxrendid,a ores, provincies, suraé distiatas proves. is: desde la i ; ae an ae solo de la nobleza ante el aumento del poder ae hasta el descontento ic ae generalizado de campes le aes d ampesinos, burguesia = populares urhanos.por los altos impuestos desinacios a caldar leg tudas contrafdas durante la Guerra de los Treinta Afios. El a que crecié alentado por lo See nee jo por los sucesos que estaban ocurriendo en Inglate anes uuna magnitud sin precedentes hasta que finalmente fue ean al ofoca por los ejércitos reales. Como resultado, el poder del rey quedé i : mente fortalecido. eee En Inglate i. Inglaterra, en cambio, el proceso fue inverso. Los intentos de i la uw i He na monarquia absoluta durante los reinados de Jacobo I los I -sumados a los conflictos teligi ee ee iseh-emne 05 religiosos~ provocaron una agitacién social ae devembocd en una gue civil, en la que Carlos 1 fue derrotado, lo js ro mada pisioner y ejecutado (1648). Durante un periodo, goberné Oli 2 rromwel Pr i i ee a ane ot rotector y se instauré la Repiiblica, iniciando un jue asenté la futura supremact: iti : a e acfa maritima ii Bretafia al firmarse las Leyes de Navegacién (1651) ee ee reses navales ingleses.” a ee Si bie i é wi pettimente stu la monarqufa con Carlos II, du obierno de su sucesor, Jac “conflie: ; Jacobo II, volvieron a b reanudarse | tel got volvier larse los conflic- ¢ el monarca y el Parlamento, ‘Tras la “gloriosa revolucién” (1688), 7 Véase Ru , George (1981), pp. 105-103. 82 SUSANA BIANCHI debieron aceptar Ia Declaraci6n Jos nuevos monarcas, Guillermo y Maria, tenecer a la Iglesia angli- de Derechos. Alf se establecia que el rey debia pe cana y que no podia convocar ejérctos, ni establecer 0 suspender leyes 0 pray nuevos impuestos sin autorizacién del Parlamento. En sintesis, se pintaba figuras ascéticas y jorobados y locos, es deci, sociedad polarizada. Pero lo a un momento de rellexisn bios s implicaciones. Y la ciudad 4 espacio idéneo para sus manifestaciones, Pern imbito de la pobreza y de la marginalidad A. que celebraba la alegr : fa de vivir convivia c pe a ‘ivia con las s sublevaciones populares, y sobre todo, con Is 's secuelas se hicieron sentir cierto es que, en general, sobre la trascendenci fue, como ya seiialamos, ciudad también fue el 4 . Vase Burke, Peter (1993), éase Romero, José Luis (1987), pp, 26-137, 86 SUSANA BIANCHI de diferentes maneras. Y sobre todo convivia con la pobreza, la criminali- dad y la discriminacién social. Las transformaciones de la agricultura ha- bian empujado a muchos a la vagancia, mientras el niimero de pobres aumentaba notablemente. En todos las regiones existfan mendigos y vaga- bundos, en particular, en Inglaterra, a causa de los cereamientos y en Fran- cia, 2 causa de las guerras. Sin embargo, fue Espafia el pals de la vagancia por antonomasia y donde se le mostraria ademds el més alto grado de to- Peuncia, Donde el trabajo fisico se consideraba denigrante, los mendigos serban de vivir de la abundancia de los ricos que a su ver necesitaban de ia mendicidad para demostrar su rango social, ya que dar limosna era cone scastancial a [a ostentacién, De este modo, parece conformarse una socie- dad_parasitaria —favorecida en el siglo XVI por la afluencia del oro americano— en donde hasta los mendigos podfan tener un sirviente. :Aca~ se Laeaillo de Tormes era algo diferente de la situacién que se retrat? De cere modo, en Europa occidental, la vagancia y la marginalidad se transformaron en fenémenos absolutamente normales. Y de allf surgié un grupo abigarrado y de ningtin modo homogénco de aventurers artistas, iltimbanguis, soldados mercenarios licenciados, peregrinos, buhoneros, gitanos y mendigos provenientes de Jas clases mds empobrecidas ¢ incluso de marginales proscriptos que constitu/an un mundo particular con sus propios cédigos, su lengua y su cultura. Los hombres eran #n &l mayorita- re junque el nGmero de mujeres tampoco era despreciable,Y Ia frontera ito se volvia cada cure la pobreza y Ia vagancia y entre la vagancia y el del ca vads venue. Algunos grupos alcanzaban un alto grado de cohesiGn ¢o~ tno las bandas de ladrones o las “hermandades” de mendigos cespecializadas i diferentes tipos de delitos. Era el mundo que Cervantes describié max gistralmente en Rinconete y Cortadillo, una de sus ‘Novelas ejemplares, en ne muestra este submundo como [a contracara del brillo de las cortes. “Tammbien los piratas y los corsarios ~importante elemento de lucha pas ra los evados- se reclutaban de estos grupos socialmente desclasados, pevo vara exeraro que entte ellos hubiera algunos representantes de Is noble- aban hallar en el mar la suerte que no habian te- ya que habfan y vivian exclue za empobrecida que espe hido en la tierra. Estos formaban un mundo propio, Gquemado todas las naves de regreso a la sociedad burguesas sermente del robo y el saqueo no perdonando ni a los barcos de guerra a los mercantes. ara impedir estas situaciones seria necesario definir la contraven de las normas del nuevo orden estatal, con lo que se penalizaria por pr ta ver toda una gama de comportamientos populares.

Vous aimerez peut-être aussi