Luis Hornstein
Intersubjetividad
y Clinica6. LAS PATOLOGIAS NARCISISTAS:
UNA INTRODUCCION +
Si se hace un recorrido por la bibliografia freudiana y
posfreudiana, encontramos que “patologias narcisisticas”
es una expresién usada para problematicas clinieas que a
veces tienen poco en comin.
F] narcisismo es una etapa de la historia libidinal, de
la constitucién del yo y Jas relaciones con los objetos. Es
un compuesto que integra diversas tendencias: la de hacer
converger sobre si las satisfacciones sin tener en cuenta
Jas exigencias de la realidad, la de la busqueda de autono-
mia y autosuficiencia con respecto a los otros, el intento
active de dominar y negar la alteridad, el predominio de lo
fantasmatico sobre la realidad.
Un examen de la bibliografia nos indica que el término
“narcisismo” posee varios sentidos: por un lado, la indis-
criminacién entre el yo y el otro; por otro lado, la regulacién
del sentimiente de estima de si, asi como el interés exacer-
bado por la representacién del yo. En el narcisismo patols-
gio, el interés exclusivo por uno mismo y la desesperada
busqueda defensiva del mantenimiento y la promocisn del
si-mismo son flagrantes, mientras que en el narcisismo
1, Clase inaugural de la Faculdade de Psicologia da Pontificia Uni-
-versidade Catdlica do Rio Grande do Sul (PUGRS), 20 de marzo de 2002,
179trofico ese interés exclusivo esta integrado con otras metas
y actividades. El tipo de actividades propias del narcisismo
tréfico (ambiciones, ideales, compromiso con los objetos)
no estan motivadas fundamentalmente por la necesidad
de mantener y promover la identidad y autoestima sino
que éstas son productos colaterales de tales actividades.
Dada cierta cohesién del yo y de la autoestima, el sujeto es
libre de orientar cada vez mds su vida no por motivos
narcisistas, sino por la realizacién transaccional del deseo.”
Mi busqueda no es, en principio, la de un término uni-
voco, sino la de una teorta del narcisismo lo suficientemente
compleja que no embrete la clinica, para que la clinica sea
una practica y no la aplicacién mecanica de ideas duras,
dogmaticas. Hay muchas cosas entre el cielo y la tierra,
como dice Hamlet. Por ejemplo, la famosa trinidad psico-
sis-neurosis-perversidn sirve tanto para pensar como para
no pensar.
No conocemos el narcisismo. Fl narcisismo en si es un
magma, y un magma debe ser explicitado por modelos y
entonces inevitablemente agrisado.
Pero si el psicoandlisis pretende ser mas que una
psiquiatria descriptiva tiene que, como decia Freud, “hincar
hasta la raiz del conflicto” y postular modelos. Encontré
cuatro modelos para esas incontables “patologias narcisis-
tas”, cuatro formas clinicas, cada una con su metapsico-
Jogia. No es la mia una nomenclatura descriptiva sino que
apunta a especificar el conflicto.
1, Se dice “patologia narcisista” cuando lo que esta en
juego es la identidad, el sentimiento de si, dirfa
Freud. El sentimiento de sf esta en juego en la esqui-
zofrenia, en la paranoia y en los cuadros borderline.
Lo que falla es la consistencia del yo; nos encontramos
2. Véase Hornstein (2002),
180
ante una problematica de la identidad pensada como
movimiento, como busqueda y como devenir.
Hay un déficit en la consistencia del yo, un yo de
Limites borrosos. El conflicto se sitaa en el interior
del propio yo yen la perdurabilidad dela identidad a
través de los cambios. Se define una problemética
cuando ese eje conflictivo es el predominante en un
sujeto. Celosos hay muchos, pero un delirio celotipico
implica algo preciso. Narcisistas hay muchos, pero
el narcisismo requiere precisiones. En este primer
uenta la identidad. :
ea see eee cuando hablamos de identidad? Es
un tejido de lazos complejos y variables en donde se
articulan narcisismo, identificaciones, vida pulsional,
conflictos entre instancias, version actual de la histo-
ria, la repeticién y todo aquello que participa en Ja
constitucién del sujeto. Identidad remite a un senti-
miento, a una experiencia interior que se apuntala en
laconstruccidn identificatoria que requiere la presencia
de ciertos puntos de referencia sin los cuales no se
sostiene el reconeeimiento de si (Rother de Hornstein,
2002).
_ En el segundo modelo lo que cuenta es el valor del
yo. Hay personas que parecen preguntarse a cada
rato “,Cuanto valgo?”. Sus actividades, sus vineulos,
su vida toda tienen como eje el problema del valor.
Autores como Kohut oH. Bleichmar centran el tema
del narcisismo en las vicisitudes del sentimiento de
estima de si (y no tanto en el sentimiento de si, en la
identidad, en el “,quién soy yo?”).
_ El tercer modelo tiene que ver con confundir objeto
real ¥ objeto fantaseado. Vivir hablando con uno
mismo sin aceptar lo distinto. No estd en juego la
propia estructura yoica sino la percepcién de la
alteridad. Todos lo “vemos” en jaclinica, en lade cada
uno. Per ejemplo, en una terapia de pareja: “Nunca
181escucha lo que digo”, “Me hace decir lo que no dije”.
No hay ingreso de ruidos’ sino defensa antirruidos,
o como decia Freud, “aparato protector antiestinil
los”. (Por cierto, esto merece que lo tratemos metapsi-
colégicamente.)
4. El cuarto modelo consiste en la “clinica del vacio",
Esa patologia del “vacio” es la que corresponde a la
no constitucion de ciertas funciones yoicas 0 su
pérdida por exceso de sufrimiento.
Los cuatro modelos tienen que ver con el yo: consistencia
valor; indiscriminacion con el objeta, pérdida o no eonsils
tucidn de funciones. Y remiten a conflictos distintos.
En (1) nos preguntamos por qué ciertos yoes transitan,
desde el] autoerotismo hasta el narcisismo, homosesctias
lidad, heterosexualidad (Freud, 1914a), sin haber quedado
demasiado danados en su propia organizacién. Somos como
stad que va determinado tipo de situaciones nos rom-
os segun lineas de fisura é ici
ja historia (Freud, 1932). Si alia”
; éCémo dar cuenta de la complejidad de la historia libi-
dinal e identificatoria, de los bucles recursivos, de las rela-
ciones de la tépica psiquica paterna-materna, de la escena
primaria como trama y sus efectos constitutivos? ,Cémo
salir de la repeticién canénica de tres tipos de identificacién.
(primaria, histérica y melancélica) para desplegar la
diversidad de cada historia identificatoria mediante la cual
los deseos y discursos provistos por los padres —tan porta-
voces dela cultura como de si mismos- son una proyeccién
subjetivizante, constituyente, estructurante y no sélo alie-
nante? Partimos de la universalidad del Edipo como trian-
gulacién primordial en la que se puede descifrar la realidad
histérica constitutiva del sujeto, pero enriqueciéndola con
8, Sinfax erro; dicen las computadoras cuando reci eI 8
5
- ‘iben entradas qu
182
Jas determinaciones que conciernen a Ja inseripeién de!
Edipo en una configuracién histérica.
Permitaseme una digresion. Cuando digo que la historia
deja en a estructura del cristal marcas, hablo de potenciali-
dades y no de un destino. Pero no sé me escapa que eso es
todavia demasiado especulativo, cuando mi propia exigen-
cia es responder elinica y metapsicolégicamente, tomando
ciertas categorias transdisciplinarias (determinismo y azar,
sistemas abtertos y sistemas cerrados, autoorganizacion,
causalidad recursiva) desde el psicoanilisis. Muchas veces
se privilegis lo arcaico, como si lo ulterior no fuera mas
que repeticién. Esta actitud corresponde a una concepeién
de historia perimida, especialmente en lo que hace a las
problematicas narcisistas. Un autor es clasico cuando pue-
de soportar nuevas lecturas, y la teoria freudiana es clasica
porque puede soportar lecturas desde el paradigma de la
complejidad.
Freud invents el “aparato psiquico”* La “lectura” que
hace de él en el capitulo 7 de La interpretacion de los suetios
reconoce representaciones, regresiones tépicas (a la fan-
tasia, al pensamiento, al suene como discurso alucinatorio),
pero no deja de ser un sistema cerrado a Ja percepcidn.
Quizd porque va creando los bordes, no puede lidiar con los
bordes. En El yoy el elo, sin embargo, es una relacién com-
pleja la del sujeto con lo corporal, con la realidad, con los
valores. Sigue plantedndose el problema del supery6 en “El
humor”. E interrogando la realidad en muchos textos
(‘Neurosis y psicosis”, “La pérdida de realidad”, “El fetichis-
mo”), advierte que la realidad es al yo lo que Ja pulsién es al
ello. Lo sepa 0 no, abre su sistema: el yo es el presente ¥ el
ello y el superyé el pasado, de distinta manera?
4, Como lo explicité en el capitulo sobre las tépicas freudianas,
5. “Naturalmente en el influjo de los progenitores no gélo es eficiente
la indole personal de éstos, sino también el influjo, por ellos propagade,
de latradicién de la familia, laraza y el pueblo, asi coma los requerimientas
del medio social respectivo, que ellos subrogan. De igual modo, en el curso
183Si i i
ue ahora con los textos clinicos, Inhi-
Anis ae ae y engustia no es mds dificil para el estu-
vandiiake ae de la histeria”, Es mas complejo
cin de le Sted le e interminable” (1937) ilustra la asun-
analizar ae sjidad. No hay sujeto cerrado, sélo se puede
tae eau ue actualizado, no se puede predecir el
también los anal Te oe ee me
El analisth on oe son, de algiin modo, inanalizables.
condiloncs ede, si, poner al yo del paciente en mejores
hakte ibieen ¢ ae lo desconocido, Algo de esto ya
imeuedeaee some eay no hay interpretacién completa de
yala inter retaci isis terminable ¢ interminable”, cuando
create Deed 9 hace poco que el tratamiento ya no se
Eneenmc ‘a interpretacién, dice queno hay interpreta-
infantil Ted 2 ee 10 que fue actualizada de la historia
ee oe tr ‘abajado pero hay muchos aspectos que
desarrollos oe texto en consonancia con
ie te ee ; aceptar que cuant iS sim-
poedictiie tne mis predictible es, y ala savereecns
del Pasndi gina dela complejo. Incluso sin impregnarse
riherarentes dela complejidad, todos sabemos que una
ion a 2 si muy rica y debe ser trabajada por
snieosisis cle hath Pe on en una primera
AnE eee le estar. Rie
Sesion por sesién, lo que no esta, lo que tomar Ce see
pronosticar muy relativ. nteé. ¥ se puede adivinar. Pero
a te. Y di P
me e di
del desarrollo individual, el i
Sa » el Superyé recage aportes de i
madres peraonae Rs ee Tatuenltaten: come colaaee:
Paste tiles, lealea venerndos an ly siuledat, 3 vo que ate
Sa oe fad fundamental, muestran una suinglaaree
fal pang Representan (reprdentieen los infos del pasado el ell,
por str Eh all buperyé en lo esencal, los del pasado auido
mistro ha vivencindo, vale devin lo accdental y actual: Great Gea
Hy 1a),
184
Cuando se dice que alguien es narcisista quizd estemos
diciendo muy poco. {En qué aspectos tiene labilidad nar-
cisista? {En qué momentos del andlisis los tiene? Y si es un
narcisismo pasajero, {por qué vino y por qué se va? Hubo
una época en que todo debia pasar por los primeros meses de
vida, porque alli (era una suposicién simplista mas que erré-
nea) habia pasado, ¥ alli volvia a pasar. Cuanto mas atras,
mas profundo era el psicoanalista, confundiéndose lo arcaico
con lo eficaz. Si algo indica la historia contemporénea es que
hay autoorganizaciones que no son slo resignificaciones
sino modificaciones de la organizacién previa.
Si el paciente esta viviendo ma situacién que implica
heridas narcisistas intensas y el analista interpreta sélo
en términos infantiles, hay iatrogenia. Un error teérico-
clinico es no tener en cuenta las series complementarias
(“suplementarias”, si queremos ser mas precisos). Ademas
de repetitivo, el presente es novedoso, es creativo. {Qué le
agrega el presente al pasado, cudl es la novedad por la que
ciertas dimensiones del pasado se neutralizan, se actuali-
zan ¥ asi aparecen nuevas dimensiones?
Estas cuestiones remiten a lo arcaico en psicoandlisis.
Melanie Klein sostuvo que lo que se vincula al pasado mas
remoto es por fuerza lo mas determinante para la psique.
La defensa de las ideas de Klein presenta un doble aspecto.
Por un lado, orienta la problematica del tiempo a un punto
de vista desarrollista pero, por el otro, su concepcidn del
desarrollo despierta mucha ineredulidad. Sus hipdtesis
tienen un caracter sumamente especulativo. Ni Freud ni
Winnicott estan de acuerdo con este enfoque. Yel primero
recuerda que no se va a dominar un incendio localizando
el sitio en que se declaré y contentandose con apagar ese
tinico foco. En cuanto al segundo, que propone distinguir
entre lo més profundo y lo mas precoz, sigue la misma
direccién que Freud.
Aquello que habla del origen es designado en el discurso
freudiano por el prefijo “Ur”. Como sefala Asseun, lo arcai-
185
ee eeco tiene la seduccidn de aquello que pretende que el origen
cese de estar velado y se juega sobre tres bordes: ontoldgico
(el ser del comienzo), discursive (la posibilidad de un dis-
curso del comienzo) y gnoseoldgico (la posibilidad de un
conocimiento del comienzo), Freud utilizaba el prefijo “Ur”
en todos los conceptos que se referian al antes de log
procesos psicosexuales que constituyen e] material de la
experiencia analitica (escena primaria, fantasias origina-
rias, represion originaria, padre originario). Ellos vinculan
deseo, ley, realidad y prohibicion, Lo arcaico se refiere a
tres paradigmas diferentes: ya sea a un fundamento, a
sustrato que sostiene lo aparente oa un antecedente ten sa
ral. En esta tercera alternativa designa el punto de ont
gencia de un proceso. Cada uno de estos tres paradigmas
engendra alternativas técnicas diferentes. :
Vuelvo a nuestro tema: las patologias narcisistas. En (1)
pensemos cémo se construye el yo, qué fisuras hubo en esa
historia identificatoria. Por qué algunos sujetos, ante deter-
minadas crisis actuales, regresionan a una ruptura del yo
En las organizaciones borderline, un yo con limites borroetl
en la parangia, un yo en peligro de fragmentacion; en la
esquizofrenia, un yo que regresé mas alld del narcisisiio
thacia el autoerotismo). Volvamos a pensar qué es el yo para
Freud, para Lacan, para Hartmann, en lugar de runt
enconas mal elaborados, polémicas mal planteadas. Fl ache
— la Ego Psycholegy y el psicoandlisis de Lacan pudo
aber sido interesante en su momento, pero en la Argentina
casi no hubo ni hay representantes de la Ego Psycholo,
Los estados borderline se han convertido en ine Wf
rencia central en la clinica, Han pasado, en consecusigil
a primer plano los comportamientos autodestructivos. Tks
somatizaciones, la inestabilidad de las relaciones con k :
otros, jos trastornos de identidad, la impulsividad aeatttd
tiva, la automutilaci6n, los sentimientos de vacio, las ae
ras discordantes, las ideas de persecucién o los aintomee
186
disociativos.’ Lo que esta en juego es la consistencia del si-
mismo. El si-mismo esta constituido par tres subinstancias:
un polo del que emanan las tendencias del poder y del éxito;
otro que contiene las metas idealizadas, y una zona
intermedia —un areo de tension de talentos y habilidades
basicas—- que se ve “impulsada” por sus ambiciones y
“guiada” por sus ideales. Segin haya sido su interaccian
con sus objetos, el si-mismo surge como una organizacion
més o menos saludable. Variable es su coherencia: desde
Ja cohesion hasta la fragmentacién. Variable su vitalidad:
desde el vigor hasta el debilitamiento. Variable su armonia
funcional: desde el orden hasta e! caos. Cuando eohesién,
vigor o armonia tengan un déficit significativo se producira
un trastorno narcisista (esquizofrenia, paranoia, borderline
o depresién). Los objetos del si-mismo (Kohut, 1971) son
de dos tipos: los que confirman el sentido de grandeza y
perfeccién del nifio (objetos del si-mismo especular) y
aquellos a los que el nifio puede admirar y con los que puede
fugionarse come una imagen de serenidad, infalibilidad y
omnipotencia (imagen parental jdealizada), Si hay failas
en el suministro del espejamiento y de la idealizacién, no
se establece como corresponde Ja cohesion del si-mismo,
perduran la grandiosidad y el exhibicionismo arcaicos. Al
jnternalizar estos objetos del si-mismo. el sujeto es capaz,
cada vez mas, de tramitar esas funciones por si solo. En la
patologia continua necesitando en demasia objetos
narcisistas para mantener la cohesién yoica y la regulacién
de su autoestima. Si los pierde se percibe vacio, desvalido
y vulnerable frente a Ja “angustia de desintegracién”.
6, Véase el capitulo 8 sobre la organizaciin borderline.
7. Stern diferencia diversos sentidos del “sentimiento de si”: el agente
{sin el cual puede haber sensacion de alienacién de la propia accian), el
sentido de la cohesidn fisica (gin el cual puede haber fragmentacién de ta
experiencia corporal, despersonalizaciin ylo desrealizacion); el sentido de
Ja continuidad (cuya ausencia origina disociacion temporal); el sentido de la
afectividad (su falta da lugar a est ados disociades); el sentide de or-
187EL narcisismo patoldgico no consiste en un exceso de amor
propio, sino mds bien en su falta crdnica y, por ello, el narei-
sista realiza esfuerzos insaciables por sustituir el amor
propio por la admiracién externa, El déficit narcisista pro-
duce un yo amenazado por la desintegracién y por una
Sensecien de vacio interior.
‘uelvo a pensar en las investiduras isi
proyectia sobre el objeto una imagen de Sane
se ha sido, lo que se querria ser o lo que fueron las figuras
idealizadas, Distintas modalidades, por supuesto: lo que
me pregunto en la clinica es qué funcién cumple cada una.
Entre el objeto narcisista y el objetal existe toda una
gama. La no discriminacion entre objeto fantaseado y real
puede deberse a que el objeto no es percibido como entidad
separada y suple fallas estructurales, o porque no es recono-
cido ensu alteridad, siempre traumatica aunque no cumpla
funciones protésicas. La polisemia del término objeto (par-
cial, total, narcisista) refleja la diversidad de las relacionée
con el otro. Se diferencia entre el objeto objetal y el narci-
sista (en la que otro cumple una funcién narcisista). Res-
catar la relacion narcisista con el otro supone oponerse a
una visién dual en la que el yo y el objeto estan separados
como el adentro y el afuera aferrandose al ideal de la
internalizacién. Denota la persistencia de una visién peyo-
rativa del narcisismo. Un punto de vista tefiido de norma-
tiva y de una teoria ideal del desarrollo hacia la objetalidad
plena en Ja “normalidad”.
ganizacién, Estos sentidos del si-mismo est i
periencia subjetiva. Histéricamente Teen Guns aeearie opal
viencia del si-mismo y los vinculos: un si-mismo emergente, que ie
entre el necimiento y Tos dos meses; un sé-msisme hubleat (entre la ekg
os seis meses); un si-mismo subjetiva, que se forma entre los siete y ie
quince meses, y posteriormente un si-mismo verbal. Estos dominios del
si-mismo no son fases sucesivas que se reemplazan una a otra. Si
actives y coexisten toda la vida. Soe
188
Considerar la existencia de una dimensién del otro al
servicio del narcisismo permite evitar su estigmatizacion
y considerarlo como aspectos necesarios de tado yo (lo que
varia es el grado). El objeto como funcion narcisista es una
perspectiva fundamental para la clinica (para toda clinica
y no sdlo la de pacientes “narcisistas”).
Freud define al narcisismo como un retraimiento libi-
dinal por el que el yo desinviste el objeto. A pesar de esta
definicién (lustrada con la metdfora de la ameba), reconoce
diferentes tipos de investiduras narcisistas del otro; por
ejemplo, los padres respecto desu hijoo, en general, el hecho
de que el objeto atraiga parte de la libido nareisista. La
disyuntiva narcisismo o relacién de objeto soslaya la rela-
cién narcisista y su evolucién. El narcisismo se transforma
en formas diversas de experiencias y en interaccién con el
amor de objeto. La relacién narcisista es una modalidad
de investir al otro, una tercera via entre el amor de objeto
y el repliegue narcisista hacia el yo (Oppenheimer, 2001).
,Como podemos conceptualizar esa tercera via? Aunque
jas pulsiones sexuales puedan ger autoeréticas, Ja autocon-
servacién no se satisface de forma autoerética. La auto-
conservacién requiere responder también a las necesida-
des narcisistas.
Freud (1938a) pasa de la génesis de la sexualidad a la
de las relaciones del sujeto con el mundo objetal.
Al comienzoel pecho noes distinguido de su cuerpo propio
y cuando tiene que ser divoreiado del cuerpo propio, tras-
jndado hacia “afuera” por la frecuencia con que el nino lo
echa de menos, toma consigo como “objeto” una parte de la
investidura originariamente narcisista. Este primer objeto
se completa luego con la persona de la madre |...] ella deviene
Ja primera seductora.
El otro de Ja seduccién implanta la sexualidad; el otro
narcisista, factor de unificacién, engendra investiduras
narcisistas.
189; La investidura narcisista del otro es relativamente
silenciosa en la neurosis y manifiesta en el narcisism
patolégico. Pero la funcién narcisista del mundo objetal .
propia de una concepcién del psiquismo como cet A
ate en el cual el ser (registro identificatorio) no es
ee objetal). La concepcidn tréfica del
untala en un j i
la funcién narcisista de ee as
a Ss i ane ate, el peoples no es la consistencia del
) or, lo cual lleva a interesarnos 4
os lo os acerca d
eine narcisista del yo, cémo los padres ae
oe (pasado, actual y futuro), qué carencias
er en cuanto a la autoestima (i i
e haber: u i ideales muy exi-
hg te de investimiento yoico). El yo no es ‘ble a
vestido por los otros, también impli :
lo ica de
ee § p! esarrollo de talentos
a ae habla del supery6 “puro cultivo de pulsién de muerte”
ni supery6 de la melancolia, del masoquismo o de la
DEDTOHE SPeREt Es pero no es el superyé del cual Freud
ar cuenta en “El humor” cuand
0 habla de su
Seah En la problematica de un depresivo no
arle la razén al superya, co i
eotveer tal 2061 yd, como se desprenderia
ancolia”, sino en pensar céi 6
e Duel mo se generd
cémo se “desmonta este su; 6 haci :
r pery6 hostil” haciendo cansel
i ; lent
ene represor, Lo inconsciente no es sdlo lo repre
me aye semblen lo represor. Desentrafar cémo se cons-
ee aes el et a partir de qué historia identi-
1a; Si es parte de hacer conscient i i
: e
es parte del psicoandlisis. a oe
awe pease entender las depresiones hay que estar
ateniss & : oe Agate investimientos narcisistas
i; os de la vida actual en cuanto imi
anal uanto al sentimiento
estima de si, El vedor del yo es central en esta clinica
8. Volveré sobre la depresién en el capitulo siguiente.
190
del sentimiento de estima de si (asi como es un tema pre=
sente en todo paciente).
El “sentimiento de estima de sf” es un compuesto for-
mado por tres elementos. Uno que tiene que ver con la
historia de narcizacién del yo. Otro, con los logros que el
yo cumple de acuerdo con el ideal. Por viltimo, otro que
tiene que ver con log vinculos objetales. Segun Freud, los
yinculos son mds signifieatives para las mujeres y los logros
para los varones. Introduecién del narcisismo fue publicado
en 1914. En la Viena de entonces era clinicamente cierto
que la mujer dependia del hombre en su autoestima y hasta
en su identidad. Le estaba prohibida cualquier actividad
que la alejara de un jdeal de “buena esposa ¥ madre”. “Don-
de la satisfaccién narcisista tropieza con impedimentos
reales”, la eleccién de objeto cumple funciones narcisistas.
Mediante la eleccién narcisista, la mujer se “resarce dela
atrofia que la sociedad le impone en materia de eleccién
del objeto”. “Se casara con ub principe como tardia recom-
pensa para la madre”, era el anhelo narcisista para con la
hija, mientras que “serd un gran hombre y un héroe en lugar
del padre”, lo era para el varén, Esto ha cambiado, pero
jcudnto?®
uComo es el superyé de la mujer o en la mujer? Como el
del varén, “El superyé no vive aélo del presente”. Varias ge-
neraciones coexisten. Jdentidad y diferencia, deseo y prohi-
bicién, yo y alteridad, corrientes pulsionales y destinos
jdentificatorios participan de la produccién subjetiva y de
sus diferencias entre ambos sexos.
Hijo o hija son soporte de transferencias que condensan
una heterogeneidad de propuestas. {Qué valor se le asigna
en varones y mujeres a los yinculos y a los logros? 'Y aqui
9. Maxima Zorreguieta es un idolo porque encarna ese mandato; “Te
casaris con un principe” (Freud, 1914). El Che Guevara y Maradona
encarnan aquel otro: “Seras un gran hombre ¥ un héree”. Esto es valido
para aquellos que comparten el imaginario social instituida. Prescindo
de la minora que no participa en ciertos consens0s (“la opinién ilustrada”).
191yolvemos a pensar los tipos libidinales (Freud, 1931). El
erético, cuya principal fuente de compensacién libidinal y
narcisista proviene de sus investimientos objetales. Estos
son especialmente vulnerables a la pérdida de amor, En
cambio, el tipo compulsivo esta pendiente del superyd, de
satisfacer su demanda. Tolera mejor perder el amor de los
objetos que transgredir sus valores éticos y estéticos. EL
tipo narcisista posee un narcisismo arménico entre las am-
biciones, los talentos y habilidades y el ideal del yo. La
propuesta identificatoria de la mujer la ubica mas en el
tipo erético y Ja del hombre, en el compulsivo.
Tanto el psicoandlisis como las investigaciones sobre
los géneros se preguntan las condiciones de produccién
sociohistérica de la subjetividad. ;Cémo se configuran los
mandatos acerca de lo que se debe ser y tener? Personal-
mente me pongo en guardia ante los reduccionismos: el
biologista, el “familiarista”, el sociologista y e] estructura-
lista. El género no se puede pensar fuera de una cultura,
entramando practicas o discursos (hegeménicos 0 no), se-
xualidad, ideales, valores, ideologia, poder, identidad,
prohibiciones. Desarticular su produccién de lo politico,
econémico e ideolégico es un reduccionismo. jAdiés, mito
de la internalizacién, “mito de la mente aislada” (Stolorow
y Atwood, 1992), que atribuye la subjetividad a un céctel
de pulsiones endégenas! ,
Las mujeres conservan la tendencia a esperar de su
objeto investido una confirmacién narcisista que, en
muchos casos, no puede compensarse mediante los logros
personales. Hstas son cicatrices histéricas en la construc-
cién del género. Reconocerlas es el punto de partida de un
proyecto no utépico de transformacién. Mencioné en la
Introduccion de este libro el “utopismo critico”; dije alli
que lo utépico no es sélo voluntarismo setentista sino el
poder fantasear, ilusionarse e investir el porvenir mediante
proyectos viables. El psicoandlisis puede (y debe) aportar
elementos teéricos y practicos que favorezcan un ejercicio
192
de Ja masculinidad y la femineidad menos deseneanine
por ideales antagonicos ¥ que aynden a generar con! Hee
que invistan el reconocimiento de la diferencia pro
viendo que ambos generos se hagan cargo del deseo por
esa diferencia.
El yo se construye ¥ junto con el yose construye . o
como otro. Aceptar la alteridad, ese otro del pul ae o
depender, al cual puedo oo es un proceso de due
aliza sin secueclas.
or a sentir que entregarse al atrole genera ee
paro oun sufrimiento enorme, que predominan an ane :
de separacion y de intrusién. ¥ puede sentir, a 1a pai su
que no tolera mucha distancia con el atto, lo cual es “2
forma denoaceptar la alteridad. En la clinica vemos pacien| i
con poco compromiso afectivo, que cuando traspasan cie a
umbral se desorganizan. is problematica narcisista porqui :
Jo que esta en juego es la Le de ate y por
- reconocimiento del otro como alr.
ga jase que pensamos ademas de ver. Y otra i
Ja opeidn: abierto o cerrado, {Como pense ne Maan i
con la realidad y las defensas ante la realidad? ja realida
es una instancia 0 solo trabajamos con gonambulos, on
si no hubiera una relacién a descifrar entre mun 0
S| mundo real?
ee al objeto es reencontrarlo.” Frase coaguiada
o herramienta de trabajo. Saqueé mosia del freezer. La adoles-
cencia inaugura un movimiento con una prehietoee
jabra condiciones fetichistas que tienen que Ver ot
historia infantil que marcaran el deseo 0 no por ese objeto.
“Eneontrar al objeto es yeencontrarlo.” Decir que el ee
jeto es siempre el mismo, {mo es llevar la frase te
lejos? El hecho de que los peicoanalistas se hayan plant - 2
alguna vez que el futuro esta en el pasado Hee a 7 A
concepeién nostalgica del deseo, donde nunca se da nat
por perdido.
193“Fs necesario amar para no enfermar” (Freud, 1914a),
Ante la frustracién el amor se desplaza hacia un objeto fan-
tasmatico. Pero la satisfaceién no es la misma. ,De dénde
sacaron algunos colegas que “el deseo nunca se satisface”?
Nunca se satisface totalmente. Un masturbador compulsi-
yo nunca salié de su habitacién. Otra persona va por la
vida teniendo relaciones sexuales animandose a enfrentar
al otro, {El masturbador es un sabio que descubrié que
todo encuentro con el otro es un desencuentro? 40 alguien
que teme a las mujeres reales? Por supuesto, tampoco el
otro es un sabio. Hace lo que puede y tal vez tenga que
aceptar, si busca el amor, que “entre el objeto anhelado y
el objeto encontrado” siempre hay una diferencia y eso es
lo que mantiene vivo el deseo.!” 4
Por esto, creo que (3) pide una pregunta: jqué pasa si
salimos de una concepcidn solipsista y pensamos que el
sujeto del psicoandlisis no es el sujeto del inconsciente? Es
un sujeto con varias instancias: ello, superyé, yo, realidad.
Un sujeto complejo. Se suele repetir hasta el hartazgo que
el objeto del psicoandlisis es el inconciente reprimida, jy
que dice Freud? “Nuestra ciencia tiene por objeto al aparato
mismo” (1938a). Ese “aparato” contiene las cuatro instan-
cias mencionadas.
Quiero problematizar también la ‘frase (que se econsti-
tuyé en un lugar comtin) “Freud sélo se ocupé de los trastor-
nos neuréticos”, Desde 1914 en adelante, la obra de Freud
apunto a teorizar patologias del yo y del supery6. En 1914,
esquizofrenia, paranoia; en 1915, melancolia; en 1924,
10. “La pulsién reprimida nunca cesa de aspirar a su satisfaccién
plena, que cansistiria en la repeticién de una vivencia primariade s
faccion; todas las formaciones sustitutivas y reaclivas, y todas las subli-
maciones, son insuficientes para cancelar su tensién acuciante, y la dife-
rencia entre el placer de satisfaccién hallado y el pretendido engendra el
factor pulsionante, que no admite aferrarse a ninguna de las situaciones
establecidas” (Freud, 1920),
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masoquisme; fetichismo en 1927, Cuando alguien dice que
para encarar la cura de personas con problematicas narci-
sistas hay que olvidarse de Freud se equivoca, hay que
articular Freud con el psicoanilisis contemporaneo, hay
que articular la ansiedad de castracién con ansiedades més
areaicas porque la obra de Freud desde Introduccién det
narcisismo tuve como norte dar cuenta tanto del yo como
del superys a partir de aquellos cuadros clinicos donde el
supery6 y el yo eran problemas. Partia del supuesto —que
ya mencioné- de que la normalidad muestra como articu-
jacion lo que en la patologia aparece como grieta y, entonces,
para estudiar el yo necesité pensar en la esquizofrenia y
la paranoia; para estudiar la relacion superyé/yo, en la me-
jancolia; para estudiar la sexualidad, en las perversiones
y la hipocondria, en toda la tematiea del cuerpo.”
En Tres ensayos de teoria sexual (1905a), Freud dice
que encontrar al objeto es reencontrarlo. En Un reeuerdo
infantil de Leonardo da Vinet (1910), dice que encontrar
al objeto es encontrar el yo en el objeto, entonces abre todo
el capitulo de las elecciones narcisistas, de como ser y tener
no estan disociados. Pero ademas, en “Duelo y melancolia”
(1915d) no solamente dice que encontrar al objeto es encon-
trar al yo en el abjeto sino que perder al objeto es reestruc-
turar al yo.
Si podemos pensar que una persona ¢s Jo que fue mas
lo que va siendo, lo que son sus vinculos, sus sintomas, sus
sublimaciones, sus duelos, pensamos entonces en una cau-
salidad recursiva donde los productos son productores del
sistema que los produjo. Esto es lo que Freud descubre en
“Duelo y melancolia”, que ese yo estd en un proceso de
autoorganizacién permanente: un sistema abierto.
Log sistemas alejados del equilibrio pueden generar
autoorganizacion espontanea evolucionando hacia la com-
plejidad. En este terreno se combina el azar de las fluctua-
11. Véanse los capitulos 4 y 5.
195ciones y la necesidad de las leyes. Pequefias fluctuaciones
pueden, si se producen en oportunas circunstancias
engendrar un nuevo régimen de funcionamiento Atlan
(1986) caracteriza la autoorganizacién mediante un éptiaid
entre, por una parte, un orden rigido e inamovible, incapaz
de modificarse sin ser destruido, como el del cristal y, por
otra parte, una renovacién incesante, sin estabilidad alg
na, que evoca el caos propio del humo, Este estado interme-
dio no es rigido y permite reaccionar frente a las pertur-
baciones imprevistas mediante cambios que no equivalen
auna simple destruccién de la organizacién preexistente
sino a una reorganizacidn, permitiendo asi que aparezcan
nuevas propiedades. Estas propiedades no son predecibles
y, por lo tanto, dan jugar a una organizacién novedosa.
Antes de entrar en (4), unas palabras sobre pulsién de
muerte. Mi forma de pensarla tiene que ver con Piera Au-
lagnier y con Green, asi como con Freud. “Deseo de no de-
seo”: cuando el exceso de sufrimiento produce el desinves-
timiento de lo que antes era una funcién o un objeto Pe
vestido. Por ejemplo: una mujer que tuvo varios fracasos
sentimentales y poco a poco va desinvistiendo lo que puede
esperar de cualquier hombre. Se puede pensar Ste ese
desinterés es defensivo ante el conflicto (una inhibicién),
pero sabemos que todo exceso de sufrimiento prolon, ado
conduce ala abolicién de esa funcién psiquica, Sia ne
le exigimos estudiar de memoria durante afios y cada vez
ae a es castigado, esa curiosidad infantil sera
poe Esos desinvestimientos son efecto de la pulsién
El yo esta en permanente reorganizacién asi como el
superyé y e] inconsciente reprimido. Este es el problem:
de si son sélo potencialidades, inscripciones, marcas id
dosas y determinantes porque muchos colegas piensan que
sdlo es estructurante lo arcaico y lo que viene Aaeseese
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pasajero. No es agi en Freud ni en mi clinica, en la cual
hay identificaciones y vinculos postedipicos estructurantes.
No todo lo que viene después es algo que va y viene.
Castoriadis se preguntaba qué pasa con los psicoanalistas
que les cuesta tanto aceptar la creacién, cuando la vivencia
de satisfaccién ya es creacin. El psicoandlisis teorizé poco
acerca de lo creative en ja vida psiquica. Cuando uno habla
de nareisismo no sélo habla de psicopatologia, también ha-
bla de nareisismo tréfico, habla de los ideales, de las ilu-
siones, la clinica es mas que la psicopatologta. Cuando uno
ve un paciente en una primera entrevista, por supuesto
debe ver qué sintomas, qué inhibiciones y qué niveles de
sufrimiento hay pero también qué recursos tiene, como
piensa, qué sentido del humor tiene.
Freud en distintos momentos de su obra diferencia re-
tornos de lo reprimido conformes al yo u opuestos al yo. Si
bien partia del conflicto como estructurante de la vida
psiquica, hay también cooperacién entre jos sistemas:
Una cooperacién entre una mocién preconsciente y una
“inconsciente, aun reprimida con intensidad, puede producirse
enesta situacién eventual: que la mocién inconsciente pueda
operar en el mismo sentido que una de las aspiraciones do-
minantes. La represién queda cancelada para este caso, y la
actividad reprimida se admite como refuerzo de la que esta
en la intencidn del yo. Para esta Viltima, lo inconsciente pasa
a ser una constelacién acorde con el yo, sin que en lo demas
se modifique para nada su represién. El éxito del Ice en esta
eooperacidn es innegable; las aspiraciones reforzadas, en efec-
to, se compertan diversamente que las normales, habilitan
para un rendimiento particularmente consumado y exhiben
frente a las contradicciones una resistencia semejante a la
que oponen, por ejemplo, los sintomas obsesives (1915c).
Una pregunta central en la teoria y en la practica es si
existe lo nuevo o es sdlo aparente y s6lo somos robots com-
pulsivos. Cuanto mas patologia, més cerrado es el sistema,
197
ie acemccne ate r ie .
me decia Freud en “Lo inconsciente” (1915¢),!? Ante un
pe nee puedo decir que, page lo que pase, a él no
y cuanto mds me ac I :
eo 5 ereo a lo normal, mds
i ida, Jos encuentros, Jos vinculos, los duelos las ex
riencias tendran un papel transform i a
nu ador en la vida de esa
persona. El salipsismo es patrimonio de cierta patologia
7. DEPRESION Y CLINICA ACTUAL
La depresién es el mal de la época. {ustrard las trans-
formaciones del sujeto de fines de siglo? En su tiltimo in-
forme anual, la Organizacién Mundial de la Salud (OMS)
puntualiza: “121 millones de personas padecen de de-
presion, 37 millones la enfermedad de Alzheimer, 50 millo-
nes de epilépticos y 24 millones de esquizofrénicos [...) Se
espera que en 2020 los trastornos depresivos, en la actua-
lidad responsables de la cuarta causa de muerte y disca-
pacidad a escala mundial, ocupen el segundo lugar, después
de las cardiopatias”.
{En nuestra sociedad cada quien tomara su psicofar-
maco? Podriamos hablar de efectos inherentes a la globali-
zacién y de efectos indeseados, Mientras tanto, podemos
constatar que se han debilitado los lazos sociales y se ha
borrado una dimensién: la de la vida publica. Faltan refe-
rentes, brijulas que indiquen por qué latitud y longitud
vida pulsio faci Pravienc, en una parte navega nuestro barco. El rio esta revuelto. Y lo esta porque
dodeedents pads ae aoe ee rei person Cab asi Han los rios. Pero también porque le Negan anauinie:
i is pueden ejercer dos afluentes.
12.“El contenido del sistema Pree (o Ce}
1, En este capitulo haré sélo una somera referencia a la depresién,
Sera tratada con més extension en un libro en preparacién.
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