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Luis Hornstein Intersubjetividad y Clinica 6. LAS PATOLOGIAS NARCISISTAS: UNA INTRODUCCION + Si se hace un recorrido por la bibliografia freudiana y posfreudiana, encontramos que “patologias narcisisticas” es una expresién usada para problematicas clinieas que a veces tienen poco en comin. F] narcisismo es una etapa de la historia libidinal, de la constitucién del yo y Jas relaciones con los objetos. Es un compuesto que integra diversas tendencias: la de hacer converger sobre si las satisfacciones sin tener en cuenta Jas exigencias de la realidad, la de la busqueda de autono- mia y autosuficiencia con respecto a los otros, el intento active de dominar y negar la alteridad, el predominio de lo fantasmatico sobre la realidad. Un examen de la bibliografia nos indica que el término “narcisismo” posee varios sentidos: por un lado, la indis- criminacién entre el yo y el otro; por otro lado, la regulacién del sentimiente de estima de si, asi como el interés exacer- bado por la representacién del yo. En el narcisismo patols- gio, el interés exclusivo por uno mismo y la desesperada busqueda defensiva del mantenimiento y la promocisn del si-mismo son flagrantes, mientras que en el narcisismo 1, Clase inaugural de la Faculdade de Psicologia da Pontificia Uni- -versidade Catdlica do Rio Grande do Sul (PUGRS), 20 de marzo de 2002, 179 trofico ese interés exclusivo esta integrado con otras metas y actividades. El tipo de actividades propias del narcisismo tréfico (ambiciones, ideales, compromiso con los objetos) no estan motivadas fundamentalmente por la necesidad de mantener y promover la identidad y autoestima sino que éstas son productos colaterales de tales actividades. Dada cierta cohesién del yo y de la autoestima, el sujeto es libre de orientar cada vez mds su vida no por motivos narcisistas, sino por la realizacién transaccional del deseo.” Mi busqueda no es, en principio, la de un término uni- voco, sino la de una teorta del narcisismo lo suficientemente compleja que no embrete la clinica, para que la clinica sea una practica y no la aplicacién mecanica de ideas duras, dogmaticas. Hay muchas cosas entre el cielo y la tierra, como dice Hamlet. Por ejemplo, la famosa trinidad psico- sis-neurosis-perversidn sirve tanto para pensar como para no pensar. No conocemos el narcisismo. Fl narcisismo en si es un magma, y un magma debe ser explicitado por modelos y entonces inevitablemente agrisado. Pero si el psicoandlisis pretende ser mas que una psiquiatria descriptiva tiene que, como decia Freud, “hincar hasta la raiz del conflicto” y postular modelos. Encontré cuatro modelos para esas incontables “patologias narcisis- tas”, cuatro formas clinicas, cada una con su metapsico- Jogia. No es la mia una nomenclatura descriptiva sino que apunta a especificar el conflicto. 1, Se dice “patologia narcisista” cuando lo que esta en juego es la identidad, el sentimiento de si, dirfa Freud. El sentimiento de sf esta en juego en la esqui- zofrenia, en la paranoia y en los cuadros borderline. Lo que falla es la consistencia del yo; nos encontramos 2. Véase Hornstein (2002), 180 ante una problematica de la identidad pensada como movimiento, como busqueda y como devenir. Hay un déficit en la consistencia del yo, un yo de Limites borrosos. El conflicto se sitaa en el interior del propio yo yen la perdurabilidad dela identidad a través de los cambios. Se define una problemética cuando ese eje conflictivo es el predominante en un sujeto. Celosos hay muchos, pero un delirio celotipico implica algo preciso. Narcisistas hay muchos, pero el narcisismo requiere precisiones. En este primer uenta la identidad. : ea see eee cuando hablamos de identidad? Es un tejido de lazos complejos y variables en donde se articulan narcisismo, identificaciones, vida pulsional, conflictos entre instancias, version actual de la histo- ria, la repeticién y todo aquello que participa en Ja constitucién del sujeto. Identidad remite a un senti- miento, a una experiencia interior que se apuntala en laconstruccidn identificatoria que requiere la presencia de ciertos puntos de referencia sin los cuales no se sostiene el reconeeimiento de si (Rother de Hornstein, 2002). _ En el segundo modelo lo que cuenta es el valor del yo. Hay personas que parecen preguntarse a cada rato “,Cuanto valgo?”. Sus actividades, sus vineulos, su vida toda tienen como eje el problema del valor. Autores como Kohut oH. Bleichmar centran el tema del narcisismo en las vicisitudes del sentimiento de estima de si (y no tanto en el sentimiento de si, en la identidad, en el “,quién soy yo?”). _ El tercer modelo tiene que ver con confundir objeto real ¥ objeto fantaseado. Vivir hablando con uno mismo sin aceptar lo distinto. No estd en juego la propia estructura yoica sino la percepcién de la alteridad. Todos lo “vemos” en jaclinica, en lade cada uno. Per ejemplo, en una terapia de pareja: “Nunca 181 escucha lo que digo”, “Me hace decir lo que no dije”. No hay ingreso de ruidos’ sino defensa antirruidos, o como decia Freud, “aparato protector antiestinil los”. (Por cierto, esto merece que lo tratemos metapsi- colégicamente.) 4. El cuarto modelo consiste en la “clinica del vacio", Esa patologia del “vacio” es la que corresponde a la no constitucion de ciertas funciones yoicas 0 su pérdida por exceso de sufrimiento. Los cuatro modelos tienen que ver con el yo: consistencia valor; indiscriminacion con el objeta, pérdida o no eonsils tucidn de funciones. Y remiten a conflictos distintos. En (1) nos preguntamos por qué ciertos yoes transitan, desde el] autoerotismo hasta el narcisismo, homosesctias lidad, heterosexualidad (Freud, 1914a), sin haber quedado demasiado danados en su propia organizacién. Somos como stad que va determinado tipo de situaciones nos rom- os segun lineas de fisura é ici ja historia (Freud, 1932). Si alia” ; éCémo dar cuenta de la complejidad de la historia libi- dinal e identificatoria, de los bucles recursivos, de las rela- ciones de la tépica psiquica paterna-materna, de la escena primaria como trama y sus efectos constitutivos? ,Cémo salir de la repeticién canénica de tres tipos de identificacién. (primaria, histérica y melancélica) para desplegar la diversidad de cada historia identificatoria mediante la cual los deseos y discursos provistos por los padres —tan porta- voces dela cultura como de si mismos- son una proyeccién subjetivizante, constituyente, estructurante y no sélo alie- nante? Partimos de la universalidad del Edipo como trian- gulacién primordial en la que se puede descifrar la realidad histérica constitutiva del sujeto, pero enriqueciéndola con 8, Sinfax erro; dicen las computadoras cuando reci eI 8 5 - ‘iben entradas qu 182 Jas determinaciones que conciernen a Ja inseripeién de! Edipo en una configuracién histérica. Permitaseme una digresion. Cuando digo que la historia deja en a estructura del cristal marcas, hablo de potenciali- dades y no de un destino. Pero no sé me escapa que eso es todavia demasiado especulativo, cuando mi propia exigen- cia es responder elinica y metapsicolégicamente, tomando ciertas categorias transdisciplinarias (determinismo y azar, sistemas abtertos y sistemas cerrados, autoorganizacion, causalidad recursiva) desde el psicoanilisis. Muchas veces se privilegis lo arcaico, como si lo ulterior no fuera mas que repeticién. Esta actitud corresponde a una concepeién de historia perimida, especialmente en lo que hace a las problematicas narcisistas. Un autor es clasico cuando pue- de soportar nuevas lecturas, y la teoria freudiana es clasica porque puede soportar lecturas desde el paradigma de la complejidad. Freud invents el “aparato psiquico”* La “lectura” que hace de él en el capitulo 7 de La interpretacion de los suetios reconoce representaciones, regresiones tépicas (a la fan- tasia, al pensamiento, al suene como discurso alucinatorio), pero no deja de ser un sistema cerrado a Ja percepcidn. Quizd porque va creando los bordes, no puede lidiar con los bordes. En El yoy el elo, sin embargo, es una relacién com- pleja la del sujeto con lo corporal, con la realidad, con los valores. Sigue plantedndose el problema del supery6 en “El humor”. E interrogando la realidad en muchos textos (‘Neurosis y psicosis”, “La pérdida de realidad”, “El fetichis- mo”), advierte que la realidad es al yo lo que Ja pulsién es al ello. Lo sepa 0 no, abre su sistema: el yo es el presente ¥ el ello y el superyé el pasado, de distinta manera? 4, Como lo explicité en el capitulo sobre las tépicas freudianas, 5. “Naturalmente en el influjo de los progenitores no gélo es eficiente la indole personal de éstos, sino también el influjo, por ellos propagade, de latradicién de la familia, laraza y el pueblo, asi coma los requerimientas del medio social respectivo, que ellos subrogan. De igual modo, en el curso 183 Si i i ue ahora con los textos clinicos, Inhi- Anis ae ae y engustia no es mds dificil para el estu- vandiiake ae de la histeria”, Es mas complejo cin de le Sted le e interminable” (1937) ilustra la asun- analizar ae sjidad. No hay sujeto cerrado, sélo se puede tae eau ue actualizado, no se puede predecir el también los anal Te oe ee me El analisth on oe son, de algiin modo, inanalizables. condiloncs ede, si, poner al yo del paciente en mejores hakte ibieen ¢ ae lo desconocido, Algo de esto ya imeuedeaee some eay no hay interpretacién completa de yala inter retaci isis terminable ¢ interminable”, cuando create Deed 9 hace poco que el tratamiento ya no se Eneenmc ‘a interpretacién, dice queno hay interpreta- infantil Ted 2 ee 10 que fue actualizada de la historia ee oe tr ‘abajado pero hay muchos aspectos que desarrollos oe texto en consonancia con ie te ee ; aceptar que cuant iS sim- poedictiie tne mis predictible es, y ala savereecns del Pasndi gina dela complejo. Incluso sin impregnarse riherarentes dela complejidad, todos sabemos que una ion a 2 si muy rica y debe ser trabajada por snieosisis cle hath Pe on en una primera AnE eee le estar. Rie Sesion por sesién, lo que no esta, lo que tomar Ce see pronosticar muy relativ. nteé. ¥ se puede adivinar. Pero a te. Y di P me e di del desarrollo individual, el i Sa » el Superyé recage aportes de i madres peraonae Rs ee Tatuenltaten: come colaaee: Paste tiles, lealea venerndos an ly siuledat, 3 vo que ate Sa oe fad fundamental, muestran una suinglaaree fal pang Representan (reprdentieen los infos del pasado el ell, por str Eh all buperyé en lo esencal, los del pasado auido mistro ha vivencindo, vale devin lo accdental y actual: Great Gea Hy 1a), 184 Cuando se dice que alguien es narcisista quizd estemos diciendo muy poco. {En qué aspectos tiene labilidad nar- cisista? {En qué momentos del andlisis los tiene? Y si es un narcisismo pasajero, {por qué vino y por qué se va? Hubo una época en que todo debia pasar por los primeros meses de vida, porque alli (era una suposicién simplista mas que erré- nea) habia pasado, ¥ alli volvia a pasar. Cuanto mas atras, mas profundo era el psicoanalista, confundiéndose lo arcaico con lo eficaz. Si algo indica la historia contemporénea es que hay autoorganizaciones que no son slo resignificaciones sino modificaciones de la organizacién previa. Si el paciente esta viviendo ma situacién que implica heridas narcisistas intensas y el analista interpreta sélo en términos infantiles, hay iatrogenia. Un error teérico- clinico es no tener en cuenta las series complementarias (“suplementarias”, si queremos ser mas precisos). Ademas de repetitivo, el presente es novedoso, es creativo. {Qué le agrega el presente al pasado, cudl es la novedad por la que ciertas dimensiones del pasado se neutralizan, se actuali- zan ¥ asi aparecen nuevas dimensiones? Estas cuestiones remiten a lo arcaico en psicoandlisis. Melanie Klein sostuvo que lo que se vincula al pasado mas remoto es por fuerza lo mas determinante para la psique. La defensa de las ideas de Klein presenta un doble aspecto. Por un lado, orienta la problematica del tiempo a un punto de vista desarrollista pero, por el otro, su concepcidn del desarrollo despierta mucha ineredulidad. Sus hipdtesis tienen un caracter sumamente especulativo. Ni Freud ni Winnicott estan de acuerdo con este enfoque. Yel primero recuerda que no se va a dominar un incendio localizando el sitio en que se declaré y contentandose con apagar ese tinico foco. En cuanto al segundo, que propone distinguir entre lo més profundo y lo mas precoz, sigue la misma direccién que Freud. Aquello que habla del origen es designado en el discurso freudiano por el prefijo “Ur”. Como sefala Asseun, lo arcai- 185 ee ee co tiene la seduccidn de aquello que pretende que el origen cese de estar velado y se juega sobre tres bordes: ontoldgico (el ser del comienzo), discursive (la posibilidad de un dis- curso del comienzo) y gnoseoldgico (la posibilidad de un conocimiento del comienzo), Freud utilizaba el prefijo “Ur” en todos los conceptos que se referian al antes de log procesos psicosexuales que constituyen e] material de la experiencia analitica (escena primaria, fantasias origina- rias, represion originaria, padre originario). Ellos vinculan deseo, ley, realidad y prohibicion, Lo arcaico se refiere a tres paradigmas diferentes: ya sea a un fundamento, a sustrato que sostiene lo aparente oa un antecedente ten sa ral. En esta tercera alternativa designa el punto de ont gencia de un proceso. Cada uno de estos tres paradigmas engendra alternativas técnicas diferentes. : Vuelvo a nuestro tema: las patologias narcisistas. En (1) pensemos cémo se construye el yo, qué fisuras hubo en esa historia identificatoria. Por qué algunos sujetos, ante deter- minadas crisis actuales, regresionan a una ruptura del yo En las organizaciones borderline, un yo con limites borroetl en la parangia, un yo en peligro de fragmentacion; en la esquizofrenia, un yo que regresé mas alld del narcisisiio thacia el autoerotismo). Volvamos a pensar qué es el yo para Freud, para Lacan, para Hartmann, en lugar de runt enconas mal elaborados, polémicas mal planteadas. Fl ache — la Ego Psycholegy y el psicoandlisis de Lacan pudo aber sido interesante en su momento, pero en la Argentina casi no hubo ni hay representantes de la Ego Psycholo, Los estados borderline se han convertido en ine Wf rencia central en la clinica, Han pasado, en consecusigil a primer plano los comportamientos autodestructivos. Tks somatizaciones, la inestabilidad de las relaciones con k : otros, jos trastornos de identidad, la impulsividad aeatttd tiva, la automutilaci6n, los sentimientos de vacio, las ae ras discordantes, las ideas de persecucién o los aintomee 186 disociativos.’ Lo que esta en juego es la consistencia del si- mismo. El si-mismo esta constituido par tres subinstancias: un polo del que emanan las tendencias del poder y del éxito; otro que contiene las metas idealizadas, y una zona intermedia —un areo de tension de talentos y habilidades basicas—- que se ve “impulsada” por sus ambiciones y “guiada” por sus ideales. Segin haya sido su interaccian con sus objetos, el si-mismo surge como una organizacion més o menos saludable. Variable es su coherencia: desde Ja cohesion hasta la fragmentacién. Variable su vitalidad: desde el vigor hasta el debilitamiento. Variable su armonia funcional: desde el orden hasta e! caos. Cuando eohesién, vigor o armonia tengan un déficit significativo se producira un trastorno narcisista (esquizofrenia, paranoia, borderline o depresién). Los objetos del si-mismo (Kohut, 1971) son de dos tipos: los que confirman el sentido de grandeza y perfeccién del nifio (objetos del si-mismo especular) y aquellos a los que el nifio puede admirar y con los que puede fugionarse come una imagen de serenidad, infalibilidad y omnipotencia (imagen parental jdealizada), Si hay failas en el suministro del espejamiento y de la idealizacién, no se establece como corresponde Ja cohesion del si-mismo, perduran la grandiosidad y el exhibicionismo arcaicos. Al jnternalizar estos objetos del si-mismo. el sujeto es capaz, cada vez mas, de tramitar esas funciones por si solo. En la patologia continua necesitando en demasia objetos narcisistas para mantener la cohesién yoica y la regulacién de su autoestima. Si los pierde se percibe vacio, desvalido y vulnerable frente a Ja “angustia de desintegracién”. 6, Véase el capitulo 8 sobre la organizaciin borderline. 7. Stern diferencia diversos sentidos del “sentimiento de si”: el agente {sin el cual puede haber sensacion de alienacién de la propia accian), el sentido de la cohesidn fisica (gin el cual puede haber fragmentacién de ta experiencia corporal, despersonalizaciin ylo desrealizacion); el sentido de Ja continuidad (cuya ausencia origina disociacion temporal); el sentido de la afectividad (su falta da lugar a est ados disociades); el sentide de or- 187 EL narcisismo patoldgico no consiste en un exceso de amor propio, sino mds bien en su falta crdnica y, por ello, el narei- sista realiza esfuerzos insaciables por sustituir el amor propio por la admiracién externa, El déficit narcisista pro- duce un yo amenazado por la desintegracién y por una Sensecien de vacio interior. ‘uelvo a pensar en las investiduras isi proyectia sobre el objeto una imagen de Sane se ha sido, lo que se querria ser o lo que fueron las figuras idealizadas, Distintas modalidades, por supuesto: lo que me pregunto en la clinica es qué funcién cumple cada una. Entre el objeto narcisista y el objetal existe toda una gama. La no discriminacion entre objeto fantaseado y real puede deberse a que el objeto no es percibido como entidad separada y suple fallas estructurales, o porque no es recono- cido ensu alteridad, siempre traumatica aunque no cumpla funciones protésicas. La polisemia del término objeto (par- cial, total, narcisista) refleja la diversidad de las relacionée con el otro. Se diferencia entre el objeto objetal y el narci- sista (en la que otro cumple una funcién narcisista). Res- catar la relacion narcisista con el otro supone oponerse a una visién dual en la que el yo y el objeto estan separados como el adentro y el afuera aferrandose al ideal de la internalizacién. Denota la persistencia de una visién peyo- rativa del narcisismo. Un punto de vista tefiido de norma- tiva y de una teoria ideal del desarrollo hacia la objetalidad plena en Ja “normalidad”. ganizacién, Estos sentidos del si-mismo est i periencia subjetiva. Histéricamente Teen Guns aeearie opal viencia del si-mismo y los vinculos: un si-mismo emergente, que ie entre el necimiento y Tos dos meses; un sé-msisme hubleat (entre la ekg os seis meses); un si-mismo subjetiva, que se forma entre los siete y ie quince meses, y posteriormente un si-mismo verbal. Estos dominios del si-mismo no son fases sucesivas que se reemplazan una a otra. Si actives y coexisten toda la vida. Soe 188 Considerar la existencia de una dimensién del otro al servicio del narcisismo permite evitar su estigmatizacion y considerarlo como aspectos necesarios de tado yo (lo que varia es el grado). El objeto como funcion narcisista es una perspectiva fundamental para la clinica (para toda clinica y no sdlo la de pacientes “narcisistas”). Freud define al narcisismo como un retraimiento libi- dinal por el que el yo desinviste el objeto. A pesar de esta definicién (lustrada con la metdfora de la ameba), reconoce diferentes tipos de investiduras narcisistas del otro; por ejemplo, los padres respecto desu hijoo, en general, el hecho de que el objeto atraiga parte de la libido nareisista. La disyuntiva narcisismo o relacién de objeto soslaya la rela- cién narcisista y su evolucién. El narcisismo se transforma en formas diversas de experiencias y en interaccién con el amor de objeto. La relacién narcisista es una modalidad de investir al otro, una tercera via entre el amor de objeto y el repliegue narcisista hacia el yo (Oppenheimer, 2001). ,Como podemos conceptualizar esa tercera via? Aunque jas pulsiones sexuales puedan ger autoeréticas, Ja autocon- servacién no se satisface de forma autoerética. La auto- conservacién requiere responder también a las necesida- des narcisistas. Freud (1938a) pasa de la génesis de la sexualidad a la de las relaciones del sujeto con el mundo objetal. Al comienzoel pecho noes distinguido de su cuerpo propio y cuando tiene que ser divoreiado del cuerpo propio, tras- jndado hacia “afuera” por la frecuencia con que el nino lo echa de menos, toma consigo como “objeto” una parte de la investidura originariamente narcisista. Este primer objeto se completa luego con la persona de la madre |...] ella deviene Ja primera seductora. El otro de Ja seduccién implanta la sexualidad; el otro narcisista, factor de unificacién, engendra investiduras narcisistas. 189 ; La investidura narcisista del otro es relativamente silenciosa en la neurosis y manifiesta en el narcisism patolégico. Pero la funcién narcisista del mundo objetal . propia de una concepcién del psiquismo como cet A ate en el cual el ser (registro identificatorio) no es ee objetal). La concepcidn tréfica del untala en un j i la funcién narcisista de ee as a Ss i ane ate, el peoples no es la consistencia del ) or, lo cual lleva a interesarnos 4 os lo os acerca d eine narcisista del yo, cémo los padres ae oe (pasado, actual y futuro), qué carencias er en cuanto a la autoestima (i i e haber: u i ideales muy exi- hg te de investimiento yoico). El yo no es ‘ble a vestido por los otros, también impli : lo ica de ee § p! esarrollo de talentos a ae habla del supery6 “puro cultivo de pulsién de muerte” ni supery6 de la melancolia, del masoquismo o de la DEDTOHE SPeREt Es pero no es el superyé del cual Freud ar cuenta en “El humor” cuand 0 habla de su Seah En la problematica de un depresivo no arle la razén al superya, co i eotveer tal 2061 yd, como se desprenderia ancolia”, sino en pensar céi 6 e Duel mo se generd cémo se “desmonta este su; 6 haci : r pery6 hostil” haciendo cansel i ; lent ene represor, Lo inconsciente no es sdlo lo repre me aye semblen lo represor. Desentrafar cémo se cons- ee aes el et a partir de qué historia identi- 1a; Si es parte de hacer conscient i i : e es parte del psicoandlisis. a oe awe pease entender las depresiones hay que estar ateniss & : oe Agate investimientos narcisistas i; os de la vida actual en cuanto imi anal uanto al sentimiento estima de si, El vedor del yo es central en esta clinica 8. Volveré sobre la depresién en el capitulo siguiente. 190 del sentimiento de estima de si (asi como es un tema pre= sente en todo paciente). El “sentimiento de estima de sf” es un compuesto for- mado por tres elementos. Uno que tiene que ver con la historia de narcizacién del yo. Otro, con los logros que el yo cumple de acuerdo con el ideal. Por viltimo, otro que tiene que ver con log vinculos objetales. Segun Freud, los yinculos son mds signifieatives para las mujeres y los logros para los varones. Introduecién del narcisismo fue publicado en 1914. En la Viena de entonces era clinicamente cierto que la mujer dependia del hombre en su autoestima y hasta en su identidad. Le estaba prohibida cualquier actividad que la alejara de un jdeal de “buena esposa ¥ madre”. “Don- de la satisfaccién narcisista tropieza con impedimentos reales”, la eleccién de objeto cumple funciones narcisistas. Mediante la eleccién narcisista, la mujer se “resarce dela atrofia que la sociedad le impone en materia de eleccién del objeto”. “Se casara con ub principe como tardia recom- pensa para la madre”, era el anhelo narcisista para con la hija, mientras que “serd un gran hombre y un héroe en lugar del padre”, lo era para el varén, Esto ha cambiado, pero jcudnto?® uComo es el superyé de la mujer o en la mujer? Como el del varén, “El superyé no vive aélo del presente”. Varias ge- neraciones coexisten. Jdentidad y diferencia, deseo y prohi- bicién, yo y alteridad, corrientes pulsionales y destinos jdentificatorios participan de la produccién subjetiva y de sus diferencias entre ambos sexos. Hijo o hija son soporte de transferencias que condensan una heterogeneidad de propuestas. {Qué valor se le asigna en varones y mujeres a los yinculos y a los logros? 'Y aqui 9. Maxima Zorreguieta es un idolo porque encarna ese mandato; “Te casaris con un principe” (Freud, 1914). El Che Guevara y Maradona encarnan aquel otro: “Seras un gran hombre ¥ un héree”. Esto es valido para aquellos que comparten el imaginario social instituida. Prescindo de la minora que no participa en ciertos consens0s (“la opinién ilustrada”). 191 yolvemos a pensar los tipos libidinales (Freud, 1931). El erético, cuya principal fuente de compensacién libidinal y narcisista proviene de sus investimientos objetales. Estos son especialmente vulnerables a la pérdida de amor, En cambio, el tipo compulsivo esta pendiente del superyd, de satisfacer su demanda. Tolera mejor perder el amor de los objetos que transgredir sus valores éticos y estéticos. EL tipo narcisista posee un narcisismo arménico entre las am- biciones, los talentos y habilidades y el ideal del yo. La propuesta identificatoria de la mujer la ubica mas en el tipo erético y Ja del hombre, en el compulsivo. Tanto el psicoandlisis como las investigaciones sobre los géneros se preguntan las condiciones de produccién sociohistérica de la subjetividad. ;Cémo se configuran los mandatos acerca de lo que se debe ser y tener? Personal- mente me pongo en guardia ante los reduccionismos: el biologista, el “familiarista”, el sociologista y e] estructura- lista. El género no se puede pensar fuera de una cultura, entramando practicas o discursos (hegeménicos 0 no), se- xualidad, ideales, valores, ideologia, poder, identidad, prohibiciones. Desarticular su produccién de lo politico, econémico e ideolégico es un reduccionismo. jAdiés, mito de la internalizacién, “mito de la mente aislada” (Stolorow y Atwood, 1992), que atribuye la subjetividad a un céctel de pulsiones endégenas! , Las mujeres conservan la tendencia a esperar de su objeto investido una confirmacién narcisista que, en muchos casos, no puede compensarse mediante los logros personales. Hstas son cicatrices histéricas en la construc- cién del género. Reconocerlas es el punto de partida de un proyecto no utépico de transformacién. Mencioné en la Introduccion de este libro el “utopismo critico”; dije alli que lo utépico no es sélo voluntarismo setentista sino el poder fantasear, ilusionarse e investir el porvenir mediante proyectos viables. El psicoandlisis puede (y debe) aportar elementos teéricos y practicos que favorezcan un ejercicio 192 de Ja masculinidad y la femineidad menos deseneanine por ideales antagonicos ¥ que aynden a generar con! Hee que invistan el reconocimiento de la diferencia pro viendo que ambos generos se hagan cargo del deseo por esa diferencia. El yo se construye ¥ junto con el yose construye . o como otro. Aceptar la alteridad, ese otro del pul ae o depender, al cual puedo oo es un proceso de due aliza sin secueclas. or a sentir que entregarse al atrole genera ee paro oun sufrimiento enorme, que predominan an ane : de separacion y de intrusién. ¥ puede sentir, a 1a pai su que no tolera mucha distancia con el atto, lo cual es “2 forma denoaceptar la alteridad. En la clinica vemos pacien| i con poco compromiso afectivo, que cuando traspasan cie a umbral se desorganizan. is problematica narcisista porqui : Jo que esta en juego es la Le de ate y por - reconocimiento del otro como alr. ga jase que pensamos ademas de ver. Y otra i Ja opeidn: abierto o cerrado, {Como pense ne Maan i con la realidad y las defensas ante la realidad? ja realida es una instancia 0 solo trabajamos con gonambulos, on si no hubiera una relacién a descifrar entre mun 0 S| mundo real? ee al objeto es reencontrarlo.” Frase coaguiada o herramienta de trabajo. Saqueé mosia del freezer. La adoles- cencia inaugura un movimiento con una prehietoee jabra condiciones fetichistas que tienen que Ver ot historia infantil que marcaran el deseo 0 no por ese objeto. “Eneontrar al objeto es yeencontrarlo.” Decir que el ee jeto es siempre el mismo, {mo es llevar la frase te lejos? El hecho de que los peicoanalistas se hayan plant - 2 alguna vez que el futuro esta en el pasado Hee a 7 A concepeién nostalgica del deseo, donde nunca se da nat por perdido. 193 “Fs necesario amar para no enfermar” (Freud, 1914a), Ante la frustracién el amor se desplaza hacia un objeto fan- tasmatico. Pero la satisfaceién no es la misma. ,De dénde sacaron algunos colegas que “el deseo nunca se satisface”? Nunca se satisface totalmente. Un masturbador compulsi- yo nunca salié de su habitacién. Otra persona va por la vida teniendo relaciones sexuales animandose a enfrentar al otro, {El masturbador es un sabio que descubrié que todo encuentro con el otro es un desencuentro? 40 alguien que teme a las mujeres reales? Por supuesto, tampoco el otro es un sabio. Hace lo que puede y tal vez tenga que aceptar, si busca el amor, que “entre el objeto anhelado y el objeto encontrado” siempre hay una diferencia y eso es lo que mantiene vivo el deseo.!” 4 Por esto, creo que (3) pide una pregunta: jqué pasa si salimos de una concepcidn solipsista y pensamos que el sujeto del psicoandlisis no es el sujeto del inconsciente? Es un sujeto con varias instancias: ello, superyé, yo, realidad. Un sujeto complejo. Se suele repetir hasta el hartazgo que el objeto del psicoandlisis es el inconciente reprimida, jy que dice Freud? “Nuestra ciencia tiene por objeto al aparato mismo” (1938a). Ese “aparato” contiene las cuatro instan- cias mencionadas. Quiero problematizar también la ‘frase (que se econsti- tuyé en un lugar comtin) “Freud sélo se ocupé de los trastor- nos neuréticos”, Desde 1914 en adelante, la obra de Freud apunto a teorizar patologias del yo y del supery6. En 1914, esquizofrenia, paranoia; en 1915, melancolia; en 1924, 10. “La pulsién reprimida nunca cesa de aspirar a su satisfaccién plena, que cansistiria en la repeticién de una vivencia primariade s faccion; todas las formaciones sustitutivas y reaclivas, y todas las subli- maciones, son insuficientes para cancelar su tensién acuciante, y la dife- rencia entre el placer de satisfaccién hallado y el pretendido engendra el factor pulsionante, que no admite aferrarse a ninguna de las situaciones establecidas” (Freud, 1920), 194 masoquisme; fetichismo en 1927, Cuando alguien dice que para encarar la cura de personas con problematicas narci- sistas hay que olvidarse de Freud se equivoca, hay que articular Freud con el psicoanilisis contemporaneo, hay que articular la ansiedad de castracién con ansiedades més areaicas porque la obra de Freud desde Introduccién det narcisismo tuve como norte dar cuenta tanto del yo como del superys a partir de aquellos cuadros clinicos donde el supery6 y el yo eran problemas. Partia del supuesto —que ya mencioné- de que la normalidad muestra como articu- jacion lo que en la patologia aparece como grieta y, entonces, para estudiar el yo necesité pensar en la esquizofrenia y la paranoia; para estudiar la relacion superyé/yo, en la me- jancolia; para estudiar la sexualidad, en las perversiones y la hipocondria, en toda la tematiea del cuerpo.” En Tres ensayos de teoria sexual (1905a), Freud dice que encontrar al objeto es reencontrarlo. En Un reeuerdo infantil de Leonardo da Vinet (1910), dice que encontrar al objeto es encontrar el yo en el objeto, entonces abre todo el capitulo de las elecciones narcisistas, de como ser y tener no estan disociados. Pero ademas, en “Duelo y melancolia” (1915d) no solamente dice que encontrar al objeto es encon- trar al yo en el abjeto sino que perder al objeto es reestruc- turar al yo. Si podemos pensar que una persona ¢s Jo que fue mas lo que va siendo, lo que son sus vinculos, sus sintomas, sus sublimaciones, sus duelos, pensamos entonces en una cau- salidad recursiva donde los productos son productores del sistema que los produjo. Esto es lo que Freud descubre en “Duelo y melancolia”, que ese yo estd en un proceso de autoorganizacién permanente: un sistema abierto. Log sistemas alejados del equilibrio pueden generar autoorganizacion espontanea evolucionando hacia la com- plejidad. En este terreno se combina el azar de las fluctua- 11. Véanse los capitulos 4 y 5. 195 ciones y la necesidad de las leyes. Pequefias fluctuaciones pueden, si se producen en oportunas circunstancias engendrar un nuevo régimen de funcionamiento Atlan (1986) caracteriza la autoorganizacién mediante un éptiaid entre, por una parte, un orden rigido e inamovible, incapaz de modificarse sin ser destruido, como el del cristal y, por otra parte, una renovacién incesante, sin estabilidad alg na, que evoca el caos propio del humo, Este estado interme- dio no es rigido y permite reaccionar frente a las pertur- baciones imprevistas mediante cambios que no equivalen auna simple destruccién de la organizacién preexistente sino a una reorganizacidn, permitiendo asi que aparezcan nuevas propiedades. Estas propiedades no son predecibles y, por lo tanto, dan jugar a una organizacién novedosa. Antes de entrar en (4), unas palabras sobre pulsién de muerte. Mi forma de pensarla tiene que ver con Piera Au- lagnier y con Green, asi como con Freud. “Deseo de no de- seo”: cuando el exceso de sufrimiento produce el desinves- timiento de lo que antes era una funcién o un objeto Pe vestido. Por ejemplo: una mujer que tuvo varios fracasos sentimentales y poco a poco va desinvistiendo lo que puede esperar de cualquier hombre. Se puede pensar Ste ese desinterés es defensivo ante el conflicto (una inhibicién), pero sabemos que todo exceso de sufrimiento prolon, ado conduce ala abolicién de esa funcién psiquica, Sia ne le exigimos estudiar de memoria durante afios y cada vez ae a es castigado, esa curiosidad infantil sera poe Esos desinvestimientos son efecto de la pulsién El yo esta en permanente reorganizacién asi como el superyé y e] inconsciente reprimido. Este es el problem: de si son sélo potencialidades, inscripciones, marcas id dosas y determinantes porque muchos colegas piensan que sdlo es estructurante lo arcaico y lo que viene Aaeseese 196 | | | | pasajero. No es agi en Freud ni en mi clinica, en la cual hay identificaciones y vinculos postedipicos estructurantes. No todo lo que viene después es algo que va y viene. Castoriadis se preguntaba qué pasa con los psicoanalistas que les cuesta tanto aceptar la creacién, cuando la vivencia de satisfaccién ya es creacin. El psicoandlisis teorizé poco acerca de lo creative en ja vida psiquica. Cuando uno habla de nareisismo no sélo habla de psicopatologia, también ha- bla de nareisismo tréfico, habla de los ideales, de las ilu- siones, la clinica es mas que la psicopatologta. Cuando uno ve un paciente en una primera entrevista, por supuesto debe ver qué sintomas, qué inhibiciones y qué niveles de sufrimiento hay pero también qué recursos tiene, como piensa, qué sentido del humor tiene. Freud en distintos momentos de su obra diferencia re- tornos de lo reprimido conformes al yo u opuestos al yo. Si bien partia del conflicto como estructurante de la vida psiquica, hay también cooperacién entre jos sistemas: Una cooperacién entre una mocién preconsciente y una “inconsciente, aun reprimida con intensidad, puede producirse enesta situacién eventual: que la mocién inconsciente pueda operar en el mismo sentido que una de las aspiraciones do- minantes. La represién queda cancelada para este caso, y la actividad reprimida se admite como refuerzo de la que esta en la intencidn del yo. Para esta Viltima, lo inconsciente pasa a ser una constelacién acorde con el yo, sin que en lo demas se modifique para nada su represién. El éxito del Ice en esta eooperacidn es innegable; las aspiraciones reforzadas, en efec- to, se compertan diversamente que las normales, habilitan para un rendimiento particularmente consumado y exhiben frente a las contradicciones una resistencia semejante a la que oponen, por ejemplo, los sintomas obsesives (1915c). Una pregunta central en la teoria y en la practica es si existe lo nuevo o es sdlo aparente y s6lo somos robots com- pulsivos. Cuanto mas patologia, més cerrado es el sistema, 197 ie acemccne a te r ie . me decia Freud en “Lo inconsciente” (1915¢),!? Ante un pe nee puedo decir que, page lo que pase, a él no y cuanto mds me ac I : eo 5 ereo a lo normal, mds i ida, Jos encuentros, Jos vinculos, los duelos las ex riencias tendran un papel transform i a nu ador en la vida de esa persona. El salipsismo es patrimonio de cierta patologia 7. DEPRESION Y CLINICA ACTUAL La depresién es el mal de la época. {ustrard las trans- formaciones del sujeto de fines de siglo? En su tiltimo in- forme anual, la Organizacién Mundial de la Salud (OMS) puntualiza: “121 millones de personas padecen de de- presion, 37 millones la enfermedad de Alzheimer, 50 millo- nes de epilépticos y 24 millones de esquizofrénicos [...) Se espera que en 2020 los trastornos depresivos, en la actua- lidad responsables de la cuarta causa de muerte y disca- pacidad a escala mundial, ocupen el segundo lugar, después de las cardiopatias”. {En nuestra sociedad cada quien tomara su psicofar- maco? Podriamos hablar de efectos inherentes a la globali- zacién y de efectos indeseados, Mientras tanto, podemos constatar que se han debilitado los lazos sociales y se ha borrado una dimensién: la de la vida publica. Faltan refe- rentes, brijulas que indiquen por qué latitud y longitud vida pulsio faci Pravienc, en una parte navega nuestro barco. El rio esta revuelto. Y lo esta porque dodeedents pads ae aoe ee rei person Cab asi Han los rios. Pero también porque le Negan anauinie: i is pueden ejercer dos afluentes. 12.“El contenido del sistema Pree (o Ce} 1, En este capitulo haré sélo una somera referencia a la depresién, Sera tratada con més extension en un libro en preparacién. 198 : : 199 = a = ao o — = oa a PAIDGS BIB See eerie aa ae SSA ess uae 5 FES eS CE rite MSG MINGUS TNGLa Tet nal itterd

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