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La edad

Solo son otros versos, dirn


slo otros verbos y algn desencanto,
y esta sed de saber lo que an no s,
creyendo siempre, esperando.

Miento ante el espejo


los dolores blandos,
los huesos dulces, los relojes tristes.
Vivo la edad que me tom en sus brazos

Como un rehn, tan de repente


Que no me dio tiempo a pensarlo,
Una edad que me sentencia
A dar a luz aos y ms aos.

El eterno lenguaje de los versos


an hace de surtidor de algo
que no s si son ganas de seguir
o solo ser testigo. De a ratos.

las arrugas descorren sus velos


y surge un pudor como un quebranto
y pido perdn por la tristeza,
y por este cansancio.

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