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BIBLIOTECA ROMANICA HISPANICA DIRIGIDA FOR DAMASO ALONSO Ill, MANUALES, 27 A. J. GREIMAS SEMANTICA ESR UG iW RA TE INVESTIGACION METODOLOGICA VERSION ESPAROLA DE ALFREDO DE LAFUENTE ITESM CAMPUS CIUDAD-DE MEXIO0 BIBLIOTECA hs BIBLIOTECA ROMANICA HISPANIA EDITORIAL GREDOS Limasmis Laxousse, Paris, 1966, © EDITORIAL GREDOS, S. A., Sanchez Pacheco, 81, Madrid, 1987, ara Is version espana, ‘Tilo ovsinal: SEMANTIQUE STRUCTURALE, RECHERCHE DE -METHODE, Pavers eion, abril de 1971 1." reimpresion, enero de 1974 2. reimpresisn, diciembre de 1976 3. reimpresin, sepiembre de 1987 Depésito Legal: M. 29172-1987 ISBN 84-249-1179-2, Rustica ISBN 84-249-1180-6. Gualex. Impreso en Espana. Princed in Spain Gritleas Condor, $. A., Sanchez Pacheco, 81, Madsid, 1987. — 6114 LAS CONDICIONES PARA UNA SEMANTICA CIENTIFICA 1. LA SITUACION DE LA SEMANTICA 4) LA SIGNIFICACION Y LAS CIENCIAS DEL HOMBRE EI problema de la significacién se sitéa en el centro de las preocupaciones actuales, Para transformar el inventario de los com portemientos humanes en antropologia y las series de aconteci- mientos en historia, no podemos dejee de preguntarnos acerca del sentido de las actividades humanas y acerca del sentido de la his toria El mundo humano parécenos definirse esencialmente como el mundo de la significacién. El mundo solamente puede ser Hamado “humano” en la medida en que significa algo. Es, por consiguiente, en la investigacin referente a la signifi- cacidn donde las ciencias humanas pueden hallar su denominador comin. En efecto, si las ciencias de 1a naturaleza se preguntan Destinatario t Adyuvante > | Sujeo | <—-Oponente IX. EL INVESTIMIENTO “TEMATICO” ‘Si deseframos preguntamos acerca de las posibilidedes de uti- lizacién, a titulo de hipétesis estructural, de este modelo que con sideramos operatorio, deberiamos comenzar por una observacién: el hecho de haber querido comparar las categorias sinticticas con, Jos inventarios de Propp y de Souriau nos ha obligado a conside- rar la relacin entre el sujeto y el objeto —que primers nos nivel de Ja_ma s funciones, habria. encontrado tun “hacer” prictico © mitico— como una selaciSn mas especialie Reflexiones acerca de los modelos actanciales 277 zada, que comporta un investimiento sémico mis pesado, de “de- 1300", que se transforma, al nivel de las funcionés manifestadas, en “yisqueda". Disiamos ast” que Tas particularizaciones eventusles del modelo deberian referirse sobre todo 2 la relacién entre los actantes "Sujeto” vs “Objeto”, y manifestarse como_una dase de YaHaBIes Gonstitada por investimientes suplementarios, saline ‘podriamos decir que para un sabio {sofo de los siglos lisicos, estando precisada la relacién del deseo, por un investimiento sémico, como el deseo de conocer, Jos actantes de su especticulo de conocimiento se distribuirfan poco mis © me- sn0s del modo siguiente: Sajeto Fibsofo; ‘Objeto Murdo; Destinador Dios: Destinatatio Humanidads Oponeate.. Materia; Adyuvante Esprit; De igual modo, la ideclogla marxists, al nivel del militante, podria ser distribuida, gracias al deseo de ayudar al hombre, de modo paralelo: Sajeto ae Hombre; Objeto | Sociedad sin clases: Destinador Historia; Destinatario Humanidads Oponente Clase burguese; Adyuvante Clase obree. Bste es el camino que parece haber querido tomar Souriau pro- poniendo (op. cit, pigs. 258-259) un inventario de las principales “fuerzas teméticas", que, por “empitico e insuficiente” que sea, - septin confesién de su mismo autor, puede darnos una idea de la amplitud de las variaciones a considerar. 278 Seméntca estructurel PranctenLss FuaRzAS TmMhnCAs = codicin, avaricia, deseo de riqueras, de lujo, de places, de la belle ambiente, de hooores, de autordad, de placstes, de orgullo: = eva, eels = edioy deseo de venganzas = curiosidad (Concrets, vital 0 metatsica); = patriotism: = deseo de un certo trabajo y vocacisn (eligions, cients, artitica, e visiero, de hombre de negocia, de vida militar © politica): — necesdad de seposo, de paz, de silo, de liberacién, de libertad: = necesidad de Otea Cosa y de en Orra Pater exaltacién, de actin sea la que fueres sentrse vivie, de reaizasse, de completa — vertigo de todos los abismos del mal o de la experiencia = todos lor temores miedo a la muerte, al peeado, a los cemondinientos, al dolor, 2 la miseia, la fealdad ambiente, 4 Ja enfermedad, al dio, 2 la pérdida del amor: temor 2 la desdicha de los que nos estén préximos, de su sulci frimiento © de su muerte, de au abyeccién moral, de su envic Tecimiento; temor 0 esperanza de las cosas del mi allé (2) No podemos reprochar a esta enumeracién Ia falta de lo que el autor no ha tratado de poner en ella: su falta de exhaustividad Ia ausencia de toda clasificacién, Podemos, en cambio, sefialar en ‘lla una distincién importante que, de otro modo, hubiera podido tal. vex escapirsenos: la oposicién de los deseos y de las necesida- Refleciones acerca de los modeles actanciales 279 des, por un lado, y de “todos los temores", por otro. Vernos que el smodelo actancial propuesto, centrade en tomo a la selacién de “deseo es susceptible. de. transformacin negation y-que la sib titucidn de los términos en el interior de la categoria obsesién vs fobia deberia, en_principior-tener-repercusi indas en Ja articula- cidn del conjunto de los términos.del modelo. Pero el principal defecto de la hipétesis que acabamos de emi- tis, y que es la posibilidad de la particularizacién del modelo por el investimiento progresivo y variable de su relacién de objeto, apare- ce aqui con nitidez: ‘los investimientos posibles enumerados por Souriau no interesan al modelo propiamente dicho, sino que dicen relacién al contenido semintico sea del actante sujeto, sea del ac- tante objeto, que puede serles atribuido, por otros procedimientos, especialmente por e] anilisis cualificativo, anterior a la construccién del modelo actancial. X. LAS INVERSIONES ECONOMICAS Hablando de inversiones, nos es dificil no dar un ejemplo de rmanifestacin mitica contemporinea que desarrolla una estructura actancial conforme, en sus Iineas generales, al modelo operatorio ropuesto, en un campo en que sélo una manifestacién préctica pareceria tener derecho de ciudadanta: el de las inversiones em- presarales. La documentacién nos ha ‘sido propercionada por B. y J, Margot-Duclot, en Une enquéte clinique sur les comporte- ‘ments @investissements, destinada a aparecer en una obra colectiva: Economie et les sciences humdines. Los resultados de esta ene ccuesta, levada a cabo en forma de interviis no ditectivas, se pueden analizar en el cusdro de un modelo actancial, que deserrolla, ante el encuestador, el jefe de empresa que quiere describir su 280 Seméntica estructural propia actividad econdmica y transformarls, de hecho, en un cor- pus de comportamientos moralizados, es decir, miticos, que revelan ‘una estructura actancial implicit EL sujetorhéroe es, naturalmente, el inversionista, el cual, queriendo describir una sucesiGn de comportamientos econémicos, experimenta la necesidad de dar cuenta de su propio papel y lo valoriza, El objeto, ideolégico, de In inversién es la silvaciéa de la empresa, su protecciGn el héroe lega a veces a hablar de ésta, cstilisticamente, como de un nfo a quien hay que proteger de las amenazas del mundo exterior. El oponente se presenta en la forma del progreto ciemtifico y técnico, que amenaza al equilibrio establecido. El adyuvante son, en primer lugar, evidentemente, los estudios preparatorios, anteriores a la inversién: estudios de mercado, de patentes, de rentabilidad, investigaciones de econometria e in- vestigaciones operatorias; pero todo esto, a pesar de la amplitud de los desarrollos oratories a los que el tema se presta, no es nada, fen el fondo, en comparacién con la urgencia, en el momento decisive, del olfato y de la intuicién, de esa fuerza migica y “vigo- rificante” que transforma al presidente-ditector general en héroe mitico, El destinador es el sistema econémico que confia al héroe, a continuacién de un contrato implicito, la misién de salvar, me- dante el ejercicio exaltante de la libertad individual, el porvenie de Ia empress. El destinatario, de modo contratio a lo que sucede en el cuento Popular ruso, en que se confunde con el sujeto, es aqut la empresa ‘misma, actor sincrético que subsume el actante objeto y el actante destinatario: pues el héroe es desinteresado, y la recompensa no 5 la hija del rey confiada a Ivanel-tonto-del-pueblo, sino la ren- tabilidad de la empresa. Reflexiones acerea de los modelos actanciales 28r [Nos ha parecido interesante sefialar este ejemplo, no tanto para cevidenciar la existencis de modelos miticos con ayuda de los cuales 1 hombre contempordneo interpreta su actividad aparentemente racionalizada —las observaciones de un Roland Barthes nos han ha- bituado suficientemente a éstas cosas—, sino sobre todo para ilus- trar el caricter complejo —a la ver positivo y negative, préctico y ritico— de la manifestacién discursiva,-cosa que debe tener en cuenta, en todo momento, 1a deseripcién. XI, ACTANTES ¥ ACTORES El procedimiento del investimiento temitico de la relacién de objeto, por el solo hecho de que corre riesgo de hacer confundir, en cada momento, la descripcién del modelo actancial con el andlisis cualifcativo, aun suponiendo que este andliss sea vilido, no es ste ficiente para dar cuenta de la variacién de los modelos actanciales y para promover su tipologia. No nos resta, pues, mis que volver a Jos mismos actantes para ver en qué medida los esquemas de distri- ‘bucidn de Jos actantes, por una parte, y Jos tipos de relaciones esti- Usticas entre actantes y actores, por otra, podrian servir de criterios para una particularizacién “tipologizante”. de los modelos actan- ciales. El primer eriterio tipolégico de este género padiera ser el sin- ceretismo, a menudo registrado, de los actantes; podsiamos asi sub- ividir Jos modelos en géneros, segtin la naturaleza de los actantes aque pueden ser sincretizados: en el cuento popular, segiin hemos visto, son el sujeto y el destinatario Jos que se constituyen en ar- chiactante; en el modelo de investimiento econdmico, en cambio, 1 archiactante se realiza por el sincretismo del objeto y del des- tinatarfo, ete. Tomado en un terreno no axiolégico, el ejemplo ppodra ser mis escarecedor: asi 12 reina, en el juego de ajedrez, ces el archiactante sincrético del alfil y de la torre. LINGUISTICA, EPISTEMOLOGIA Y SEMIOTICA (Caen pubis bios ain del Consejo Ease Publiessiones Ling a European Council of Linguistic Publications CCOORDINADOR CIENTIFICO SALVADOR GARCIA BARDON ALGIRDAS JULIEN GREIMAS EN TORNO AL SENTIDO ENSAYOS SEMIOTICOS MADRID 1973 ‘Titulo original Du sens. Etsis sémiotiques Eaitions du Seuil, Pais 1970. INTRODUCCION A LA EDICION ESPANOLA FL-73462 . ‘Traducsisn Salvador Garcia Bardén y Federico Prades Sierra Adaptacién espatila Salvador Garcia Bard6a, Director del CEPLA. ' Reservados todes los derechos de traducsisn y edicién en lengua castellana © Bultorial FRAGUA. Madtid, 1973, Gaztambide, 77; Teifono 244 2430. ISBN, 8470740105, t Depésito legal: M. 16242-1975 i Impreso en Espaie por Malvar, S. A. Plaza Dos de Mayo, 9 Printed in Spain. Con esto acabamos de cosechar las principales unidades de me- ida que emplea en su andlisis el mitélogo y que el lingista 0 semi6logo pueden aprovechar en su explicitacién cientiiea de los contenidos. Su conjunto forma una terminologfa al mismo tiempo coherente y econ6mica, puesto que cabe reducirla Tos cuatro términos metalingisticos: sema, lexema, categoria-sémica, archi- Jexema. ‘Las combinaciones, elementales o complejas, de estos térmi- nos pueden ser muy variadas. Le puesta en correlacién de los ex chilexemas, y en ciertos casos incluso de categorias més simples, consttuyen el mito. TEs posible que en Mitologfa sean postulables otros tpos de es tructuras no consignados aqui. Pensamos, por ejemplo, en el tipo de estructuras que s6lo fuera explicable introduciendo una concep cin sintagiética como complemento de la concepeién exclusiva. ‘mente paradigmética del mito hoy en vigor. Peto sobre esto deje- sos al mitélogo la dltima palabra, 152 8. LAS REGLAS DEL JUEGO SEMIOTICO* (Atticulo escrito en colaboracién con Francots RAsTiER.) Se equivoca quien piensa que el spirits inventivo avanza sin feat, Desturr pe TRAcy. PREAMBULO Cabe imaginar, al menos a titulo de hipétesis, que el espftitu hhumano deseoso de construir objetos culturales, literatios, miticos, picturales u otros, parte de elementos simples y sigue un camino complejo. En este camino encuentra ciertas reglas que debe respe- tar y ciertas opciones. Las opciones no pueden ser practicadas sin someterse a les regles. Inteniamos aqui der una idea del itinerario complejo de este ‘amino, Para ello postulemos que el espfritu humano ha de transi- tar por tres etapas principales que lo conducen de Ia inmenencia 4 la manifestacién de su obra, Llamamos @ la primera etapa la de las estructuras profundas porque, segrin nos parece, al definir mediante ellas la manera de ser fundamental de un individuo o de una sociedad, sefialamos Ia condicin primera de existencia de todo objeto semi6tico. Digamos por ahora que estas estructuras se componen de ingredientes se- énticos elementales (consttuyentes) que poseen un estatuto légico definible, 1 EE original inglés de este texto aparecié en 1968 en el niimero mo nogrifico Game, Play, Literature, 41, dela revista Yale French Studies, bajo titulo The interaction of semiotic constrains. 153 ‘Llamamos a la segunda etapa la de las estructuras superficiales porque en ella se encuentra Ia gramética semidtica que ordena en Formas discursivas los contenidos susceptibles de manifestacién, Su- pponemos que los productos de este gramética son independientes de la expresién que los manifesta, en la medids en que pueden ‘eGricamente aparecer en cualquicr sustancia; en el caso de tratar- se de objetos lingisticos, podrén aparecer en cualquier lengua. Llamamos a la tervera etapa la de las esiructuras de la mani- festacién porque en ella se producen y orgenizan los significantes. Imaginamos que algunas de las estructuras de esta etapa pueden considerarse como quasi-universales; sin embatgo, la mayor parte de ellas nos parecen particulares, esto es, propias a tal o tal lengua, a tal o al estilo, a tal tal material, etc, Justamente mediante ellas se logra todo lo que consideramos como particularizacién. El estudio de estas estructuras se confla a las estilisticassuperficiales. Las designamos con este nombre compuesto para no confundirlas con la antigua disciplina que se pretendia, erréneamente, universal Nosotros hablamos, con menor arrogancia, de estilisticas superf ciales de los Iexemas, de las formas, de los colores, etc. En este trabajo nos ocuparemos exclusivamente de 1a primera etapa de este itinerario. 1, LA ESTRUCTURA DEL MODELO CONSTITUCIONAL LL. LA ESTRUCTURA ELEMENTAL DE LA SIGNIFICACION Si la significacién $ se revela en su captacién primera como un je seméntico, cabe oponerle como su contradictorio un eje 8 que representa Ia ausencia absoluta de sentido. Cuando hablamos aqut de sentido o de significacién nos referimes a un universo signif cativo cualquiera; sea el universo de todos los sistemas semidticos juntos o el universo de tal sistema semistico determinado. La pala- bra universo es empleada agut en la acepcién que ha sido retenida por lo légica de les clases. § es ast complementario de S, y vice 154 Si se admite que el eje seméntico $ (que lamamos en nuestra Seméntica estructural «sustancia del contenido») se articula, en el mbito de Ia forma del contenido 0 por obra de esta forma, en dos semas contratios: Bh estos dos semas, tomados separadamente, nos indican la existencia de sus términos contradictorios: Be o5 Una vez postuladas estas articulaciones sémicas més menudas, nos es posible redefinie $ como un sema complejo cuya estructura interna consiste en une doble relaci6n de conjumeiéa y de disyun- cidn que une y separa los té:minos 8; y 5. Con esto cabe repre: sentar la estructura elemental de la significacién mediante un cus- Arado que constelan seis téminos: s Be =: negacién es alain entee conteeos << relacién entre contradictorios + relaeién de implicacign ? ‘Hemos construido este modelo mediante el empleo de un pe quefio némero de conceptos no definids: 3 Anotamos esta selecin sin entrar en el detalle de su orientacsir (1% © bien, 51>). La dscusién do este probleme nos apartzia del tema de nossto trabajo, sin quo ln digesién nos ensoe nada. 155 a) Los conceptos de conjumeién y de disyuncién, neceserios para interpretar Ia relacin estructural (ef. nuestra Semdntica es- tructura). b) Dos tipos de disyuncién: tn de contrarias, indicada en nuestro cuadrado mediante liness de puntos; y la de contradic torias, indicada mediante linees continuas Observacién: Este modelo es una formulacién complets- mente explicita del que se ha dado en Ia Semiantique structu- rale, Paris, 1966. La presentacin actual permite compararlo con el hexégono légico de R. Blanché (Structures intellec- tuelles, Paris, 1966) y con las estructuras designadas en me- teméticas como grupo de Klein y en psicologia como grupo de Piaget. Si tomamos en consideraciGn Gnicamente la forma del conte- nido, es decir, si renunciamos a su sustancia, y en consecuencia guardamos s6lo los cuatro términos sémicos simples de nuestro mo- elo, podemos elaborar una formulacién ligeramente diferente de Ja misma estructura: Como se ve, se trate de Ia puesta en correlacién de dos cate- sgorias binarias. Cabe definir 1a correlacién en s{ misma como una relaci6n de dos contradicciones homologadss. Esta formulacién nos permite ver que la estructura que sirve para explicar In existencie de Ia significacién en general sirve también para esclarecer Ia articulacién de los contenidos en domi- nios muy diversos. Recordemos que se trata del modelo del mito ppropuesto por LéviStrauss en sus trabajos mitolégicos; se trata igualmente del modelo que ha permitido dar cuenta de la articu- laciGn acrénica del cuento popular; se trata, en fin, del modelo ‘que nosotros mismos hemos empleado en vistas a explicitar diferen- tes universos seménticos particulares (cf. por ejemplo, en nuestra Semntica estructural, el estudio del universo de Bemnancs). 156 Lo llamamos modelo constitucional porque hemos comprobado, mediante un doble procedimiento hipotético-deductivo, que con 41 podemos explicitar 1a forma de constituirse los universos se- rminticos. Por tratarse del modelo que condensa otros modelos ‘menos completos de la forma semiética, lo Hamamos también el ‘modelo semistico més comprensivo. En efecto, nos es posible ex- plictar, a partir de su algoritmo, todos los otros modelos semis ticos estipulados hasta ahora por nuestra disciplina 1.2. LA ESTRUCTURA DE LOS SISTEMAS SEMIGTICOS La estructura elemental de (a significacién insuila su carécter de sistemas a todos y a cada uno de los universos seménticos. Cada uno de los contenidos que ella define puede subordinarse otros contenidos. Si el nuevo conjunto suibordinado posee también Ja forma de un sistema, esta forma la debe a la estructura elemen- tal de la significacién que recursivamente se ocupa de articulate Con ello ef conjunto de todos os sistemas seménticos tiene un cardcter al mismo tiempo unitario y diverso. ‘Vamos a precisar, en primer lugar, las propiedades formales del modelo constitucional. Luego, daremos algunos ejemplos de su investidura, Los términos del modelo: partir de cada uno de los cuatro ‘érminos cabe obtener los tres restantes. Basta con practicar las dos operaciones: tomar el contrario, tomar el contradictorio. Como se ve se trata de una definicién formal. Su valor se ‘extiende a todos los contenidos posibles, porque todos y cada uno de los términos son definidos sin tener en cuenta su investidura. Se les trata como valores relativos en funcién de su forma y no de su sustanci. Las relaciones: a) Jerdrquicas — Seiialemos dos relaciones hiponimicas: una entre los térmi- nos si, &: ¥ S; otra entre los términos 8, & y 8. 157 b) Categoricas: — En el plano jerérquicamente superior, los términos $ y 8 estén ligados por una relacién de contradiccién; en el plano jerét- quicamente inferior, los términos s, y 5, por un lado, y los términos s2 y 5 por otro estén ligados también por la relacién de contra- diceién, — Una relacién de contrariedad articula s; y s, por un lado, y 8, y 3: por otto. Hijelmsley lama a esta relacién, relacién de solidaridad 0 de doble presuposicién. Observacic «Las dos operaciones, tomar el contratio, to- mar el contradictorio, son involutivas: el contrario del con tratio de s es s; el contradictotio del contradictorio de s ¢s s. — Una relacién de implicacin liga s, con : s: implica 83; tuna relacién de implicacién liga también s com 5: s: implica En ambos casos se trata de una relacin a doble orientacién. Las dimensiones: En razén de sus definiciones relacionales fos términos sfmicos se retinen de dos en dos segtin seis dimensiones sisteméticas. Cabe distinguir — Dos ejes, $ y 8 que, como lo hemos dicho ya, estén ligados entre s{ por una relacién de contradiccién. Llamamos a S eje complejo porque reine los dos términos s: y s- Por su lado S puede ser denominado eje neutro; en efecto, por el hecho de reunit los dos términos 5; y 5: puede ser definido como la con- junci6n de nis: y de nis. — Dos esquemas: si vs define el esquema 1; s:¥s% define cl esquema 2, Como vemos cada uno de los esquemas se apoya sobre una relaciéa de contradiccién, — Dos deixis: Ia relacién de implicacién que liga s: y &, define Ja primera; la relacién de implicacién que liga s: y 5, define Ia segunda, 158 Ast tenemos: eLictonss | inensiowes esmauerums consrvvas ESTUCTURALES sneas fe § (complejo ath contetiedad ee fe eje 3 (neato) ti count | aa esquema 2 ath deixis 2 | =o | ati Aplicacién simple | Entre las diferentes dimensiones estructurales podemos ver las relaciones siguientes: 1) Los dos ejes, definibles cada uno por una relacién de contrariedad, estin ligados entre si por una relacién de contradiceién. 2) Los dos esquemas, definible cada uno por una relacin de contradiccién, estén ligados entre sf por una relacién de contrariedad Proponemos que se llame semiosis a la relacién de doble presu- posicién que vineula entre si los dos esquemas. Por el momento ‘no nos planteamos el problema de saber si esta doble presupo- sicién corresponde a le que hemos encontrado més de una vez fen In teorfa saussureana como constitutiva del signo linglifstico. Los términos de esta doble presuposicién, fundamental en la doctrina estructuralista, son la expresién (el significante) y el con- tenido (significado). Esté claro que estos términos cabria conside- rarlos como dos esquemas soliderios de un modelo tnico. 1.3, LA TIPOLOGIA DE LAS REGLAS Todo sistema comporta un conjunto de replas. Estas reglas pue- den ser definidas positiva o negativamente. Ast, S, como término complejo, es la definicién positiva de las reglas del sistema enun- iado més arriba; mientras que 8, como término neutro y contra- dictorio de 8, es su definicién negativa 159 Actualmente los Tingstas piensan que una gramétia, 0 siste 1a semiGtico de una Tengua, debe contener no s6lo definciones ppositivas, sino también definiciones negativas. Ambos conjuntos, teéricamente complementarios, deben aparecer, en st opinién, ex plicitamente. Al primer conjunto se le denomina la gramaticalidad, al segundo la agramaticaidad. Fl problema, al querer eumplimen- tar este propésito, es que el conjunto de la agramaticalidad posee ‘un contorno borroso: en él pueden entrar tanto Iss reglas de i terdiccidn propias al sistema, como las feltas; incluso cabe con derar como agramatical el sistema mismo, euando se quiere hacet notar su carécter insufciente, Pero volvamos a nuestro modelo constitucional. Considerado como un sistema ordenado, sus reglas de mandato(S) prevén tanto las compatibilidades como las incompatibilidades propias al domi nio de todas sus relaciones. En la perspectiva de su manifestacién, las teglas que prevén las compatiilidades aparecen como prescrip ciones © mandatos positives; representémoslas mediante si. En la risma perspectiva, las reglas que prevén lus incompatbilidades apatecen como prohibiciones 0 mandatos negativos; representémos- las mediante Exté claro que frente al mandato podemos concebir el no ‘mandato (8), En este conjunto neutro reuniremos todo lo que nuestro sistema ni prescribe ni prohibe By). Recojamos todas estas observaciones en un cuadro: RELACTONES PERMITIDAS RELACIONES EXCLUIDAS ‘compatibitidades incompatibilidades (deivis 1) (dels 2) te — 'S mandatos| prescripciones prohibiciones || (mardatos positivos) _(mandatos negatives) | no prohibieiones : so prescripciones no mandates } “no mandate (no mandatos regativos) Positives) 160 Bjemplos: — Segtin el sistema semitico del tréfico 0 e6digo de la circula- cin, los colores del seméforo deben ser entendidos asi: 1) el verde=prescripcién 0 mandato de pasar; Io anota- 2 prohibicién 0 mandato de no pasar; lo anota- 3) el naranja tras el verde=no prescripeién © no mandato de pasar; To anotamos 84; 4) el naranje tras el rj no paser; 1o anctames 10 prohibicién 0 no mandato de El verde y el rojo son los términos mediante los cuales se enun- cian las reglas de mandato del sistema. Podemos decir que estas reglas articulan el término complejo S o componente de base de las compatibilidades © incompatibilidades del c6digo del trafico. EI naranja es el término mediante el cual se emuncian las reglas dde no mandato del sistema. Podemos decir que estas reglas articu- lan el término neutro 8 o algoritmo de explicitacién por el sistema de todo Io que éste ni prohibe ni prescribe. — Si adoptamos a hipétesis segin Ia cual 1a forma de la ex- ‘resin es idéntica a la forma del contenido (hipstesis del isomor- fismo)?, si se la considera en si misma, esto es, si no sc la insufla a tal o tal sustancia fonética o seméntica que quedarfan investidas por ella, cabe decir que en un sistema fonolégico tenemos: 1) grupos de trazos fémicos distintivos=prescripeién o man- dato de formar los fonemas a base de estos trazos; anota- ros fis tinente de'la expresién. AI adoptar la hipétsis del isomorfismo pensamos gue un mecaniaa ital ened Us paces arcade fs planos. Esta hipétesis no niega In necesided de dstinguir ambos planos para estudiaros cada uno de manera satisfctoris, Ella insste més bien en el cardeter global de cada hecho preiso de sigificacién. Desde este punto de vista estd claro que no cabe discciar la seméntice de la fonologia ni 161 5 2) grupos de trazos fémicos no distintivos=probibicién o mandato de no formar los fonemas a base de estos trazos; ‘anotamos f; | 3) grupos de trazos fémicos distintivos no realizados en el sis- tema=no prescripeién 0 no mandato de formar fos fone- mas a base de estos trazos; anotamos 11; 4) grupos de trazos fémicos distntivos realizados en el siste ma de manera redundante © con posibilidad de opcién; ‘anotamos fs. Recordemos que R. Jakobson opone ef trazo compacto a todos Jos otros trazos distintivos de un sistema fonol6gico. Si anotamos este hecho de estructura tendtemos: fema vs ema, o més breve- mente: f,vsi. Por otro lado el mismo autor opone este traz0 0 ema compacto al trazo o fema difuso del mismo sistema. Podemos notar este otro hecho de estructurs mediante la {Grmula: fy vs fs cetcéters, 2. LA INVESTIDURA DE LOS CONTENIDOS 2.1, EL SISTEMA DE LAS RELACIONES SEXUALES FEN LA SOCIEDAD FRANCESA Comenzaremos nuestro trabajo didéctico dando un ejemplo, Se trata de ver e6mo vn dominio semntico hipotéicamente desar ticulado queda investido por la forma que le da un sentido al atribuirle una articulacidn, Vamos a ver aqui en qué consiste la investidura del dominio de la sexualidad por la forma semistica francese, Nuestra iustacién cumplié su cometido cuando hayamos probado mediante ella que la forma semiética francesa dela sexua- lidad es la investidura de un contenido por la forma semitica cons- titucional, nice, en definitiva, capaz de articularl. Conviene repetir, en el umbral de nuestro ejemplo, que seria tun error muy grave de interpretacién, por parte de nuestro lector, si confundiera la jorma semidtica en si o el modelo consttucionsl 162 que Ia explicita con tal forma semiética conereta. La primera tiene un carécter universal; Ia segunda es propia de tal sociedad © de tal individuo. Lévi-Strauss ama a lag formas semiticas con- cretas Iégicas-concretas. El antropélogo se ocupa de ellas porque su misién es descubrir el tipo particular de organizacién que carac- teriza a cada grupo humano. Al inclinamos sobre una semictica cconecreta procedemos a la manera de los antropélogos en nuestro comportamiento inmediato, Claro que detrés de este comportamien- to tenemos nuestra mirada abierta hacia el horizonte més amplio que nos preocupa aquf: nos preguntamos si efectivamente el ‘modelo constitucional tiene un valor heuristico confirmado por el trabajo acertedo del antropdlogo, A. El modelo social de las relaciones sexuales Pensamos con C. Lévi-Strauss que las sociedades humanas divi- den sus universos seménticos en dos campos: el campo de la Cultura que envuelve todos los contenidos que la sociedad en ccuestién acepta y articula; y el campo de la Naturaleza que en- vuelve todos los contenidos que esa misma sociedad rechaza o 1no considera, Adoptemos este paradigma para disociar dos dominios funda- ‘mentalmente opuestos en el modelo social de las relaciones sexuales que consideramos: Cultura (relaciones permitidas) vs Naturaleza (relaciones excluidas) Las relaciones sexuales obedecen a un e6digo: Ie sociedad las regula mediante Ia prescripcién de las relaciones matrimoniales y Ja prohibicién de las relaciones anotmales, Otras relaciones estin también previstas. Su explictacin, sin embargo, parece indirecta porque los términos que las traducen en el sistema se definen por contradiccién con respecto a los tér- ‘minos directamente dados. As{ tenemos, como contradictotio del término relaciones matrimoniales, relaciones no matrimoniales; y como contradictorio del témino relaciones anormales, el término relaciones normales. Notemos que en el caso de les relaciones ‘no matrimoniales (éstas no estén prescritas) el sistema se contenta 163 con no prescribirlas; mientras que en el caso de las relaciones nor- ‘males el sistema no las prohibe (no estén prohibidas). Se notaré ‘también que el cédigo do las relaciones sexuales se organiza segin dos deixis: en la primera tenemos las relaciones matrimoniales y tas relaciones normales; en la segunda, las relaciones anormales yy las relaciones no matrimoniales. He aqui la representacién, me- iante el modelo comentado, de todo esto: RELACIONES PERBOITIDAS ELACIONES EXCLUIDAS. (Cultura) (Natugteza) 1 Soom maine "cms spr y : (prescritas) (prohibidas) Relaciones no matrimoniates {ino prescritas) Relaciones «normals» (ino prohibidas) Observacién: En 1a sociedad tradicional francesa encon- ‘ramos las equivalencias siguientes: ‘o,Scamores conyugales; ex incesto, homoxesualidads &~ adulterio del hombre: ‘i =adulterio de [a mujer. ‘Sea cual fuere la investidura considerada, tanto la deixis de ta naturaleza como Ia deixis de la cultura quedan envueltas en cl ‘modelo global de los valores sociales considerados. Cuando se dice de un valor que es «natural», se entiende que su contradictorio, ‘como valor social también, es «cultural». Cada sociedad tiene ne- cesariamente sus valores culturales y sus valores naturales. Esta 164 oa fee fea afirmacién no tiene un carécter ético 0 filos6fico, sino pursmente semistico. Los términos formales del modelo social no tienen, pues, um contenido objetivo» u éntico. El semi6logo constaia que mediante ellos las diferentes sociedades invisten contenidos muy diversos. Ast, ppor ejemplo, la sociedad inglesa prohibe In homosexualidad, mien- tras que la soviedad Bororo no la prohibe; Ia sociedad francesa no prohibe el nudistno, sino que Jo reglementa, mientras que 1a sociedad espafiola lo prohibe, etc. El esquema 1 del modelo parece quedar reservado a las rela- clones sexuales socializades-juridicamente. Se trata de una socia- lizacién cuya cerecterfstica principal es su explictacién autorizada pot medio del lenguaje canGnico de Ia ley. En el caso de las relaciones sexusles, constatamos que se trata de una explictacién particular que tiene como objeto la proteccién del matrimonio mediante un sistema de reglas inequivocas. El esquema 2, por su parte, parece servir para la sistematiza- cidn de las relaciones sexuales no socilizadas-jurfdicamente. La letra de la ley no va a ocuparse de estas relaciones explicitamente, porque las considera

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