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LA CIUDAD ANTIGUA.-LIBRO H~CAP, 1 35 veesté cerca del hogar, Una familia era un grupo de perso- ne etigion perma invocar al mismo hogar y offecer la E ebre a los mismos antepasados.* Cantruto I EL MATRIMONIO mera institucién establecida por la religion doméstica fue, ente, el matrimonio. ‘observar que esta religién del hogar y de los antepasados, iitia de vardn en varén, no pertenecia exclusivamente al | mujer tenia su parte en el culto, Soltera, asistia a los actos os de su padre; casada, a los de su marido, jor esto solo se presiente el cardcter esencial de la unién con- : los antiguos. Dos familias viven una al lado de la otra, pero es diferentes. En una de ellas hay una jovencita que, desde acia toma parte en la religién de su padre; invoca a su hogar, os dias le ofrece libaciones; lo rodea de flores y guimnaldas en. ‘de fiesta; le implora su proteccién; le da las gracias por sus jos. Este hogar paternal es su dios. Si un joven de la familia pide en matrimonio, el asunto no se reducira simplemente a na casa a otra. Se trata de abandonar ¢! hogar paterno para. idelante al hogar de su esposo. Se trata de cambiar de re- ticar otros rtosy de pronunciar otras oraciones. Se trata al dios de su infancia para someterse al imperio de un onoce. Que no confie en permanecer fiel al uno honrando ¢n esta religién es un prinepio inmutable que una misma no puede invocar a dos hogares ni a dos series de antepasados. ar del matrimonio, dice un antiguo, la mujer ya no tiene nada con la religién doméstica de sus padres: sacrifica al hogar ionio es, pues, un acto grave para Ia joven, y no menos el esposo; pues esta religion exige que se haya nacido cerca Para tener el derecho de sacrificare. Y, sin embargo, va a ‘cerca de su hogar a una extrafa; con ella haré tas ceremo- iY dc 70 iin eosin ten ai SL me rn donor te a a Spe ado por Esichan de Branco, V. “By Quattrococodrilo 36 FUSTEL DE COULANGES nias misteriosas de su culto, le revelard los ritos y las formulas g son patrimonio de su familia. Nada hay més precioso que esta herenci estos dioses, estos ritos, estos himnos que ha recibido de sus pad 8 lo que le protege en la vida, Io que le promete la riqueza, 1a fel la virtud. Lejos ahora de conservar para si esta fuerza tutelar, el salvaje guarda su idolo o su amuleto, va a admitir a una mujer p que la compart. Asi, cuando se explora en el pensamiento de estos hombres guos, se observa la importancia que tenia para ellos la ciso que por alguna ceremonia sagrada fuese inciada la joven en culto que iba a observar en lo sucesivo? Para convertirse en de este hogar, al que el nacimiento no la ligaba, {no necesitaba especie de ordenacién o de adopcién? El matrimonio era la ceremonia santa que habia de producir grandes efectos. Es habitual en los escritores latinos o griegos desi el matrimonio con palabras que denotan un acto religioso.* Péllux, vvivia en tiempos de los Antoninos, pero que poseia toda una anti Hiteratura que no ha Ilegado hasta nosotros, dice que en los anti tiempos, en vez de designar al matrimonio por su nombre particular (yé08), se le designaba sencillamente con el nombre 1 ue significa ceremonia sagradas,’ como si el matrimonio hubiese sida en esos tiempos la ceremonia sagrada por excelenci Pues bien: la religién que consumaba el matrimonio no era la de Jiipiter, nit la de Juno, 0 de los otros dioses de! Olimpo. La ceremo no se realizaba en el templo, sino en la casa, ¥ la presidia el dios do- rméstico, Es verdad que cuando la religién de los dioses del cielo adquirié preponderancia, no fue posible impedir que también se les invocase las oraciones del matrimonio; y hasta se adquirié la costumbre de di girse previamente a los templos y de ofrecer sacrificios a los dioses, ‘Jo que se daba el nombre de preludios del matrimonio.* Pero la parte principal y esencial de la ceremonia habia de celebrarse siempre ant el hogar doméstico. La ceremonia del matrimonio entre los griegos se componia, pot decirio asi, de tres actos. El primero, ante el hogar del padre, éyyonots, el tercero, en el hogar del marido, téAos; el segundo era el trinsito del uno al otro, nour, bev Yaqo¥, sacrum mupate » Polly ll, 3,38 * Mportiexc, rpordia, Polos, 38 LA CIUDAD ANTIGUA=LIBRO IL-CAP. 11 37 casa patema y en presencia del pretendiente, el padre, bs is be de su familia, ofrece un sacrificio. Terminado uncia una formula sacramental declarando que entrega su hija _ te, PloTista declaracién es absolutamente necesaria en el matrimonio, alors joven no podria ir, antes de esto, a adorar al hogar de su esposo se desligado previamente del hogar paterno. Para ontreen Ia nueva religidn debe estar exenta de todo lazo y de toda -Gonexién con su religién primera.” : : 3? Se transporta a Ia joven a casa del marido. En ocasiones es el smarido mismo quien la conduce.* En algunas ciudades, el cuidado de onducir 2 la joven corresponde a uno de esos hombres que estaban fevestidos entre los griegos de cardcter sacerdotal y recibian el nombre ‘fe heraldos” Ordinariamente se coloca a la joven en un carro," el tostro cubierto con un velo y en la cabeza una corona. Como frecuen- femente tendremos ocasion de ver, la corona se usaba en todas las cetemonias del culto, Su traje era blanco. Blanco era el color de los “tajes en todos los actos religiosos. Se la precede con una antorcha: es ‘la antorcha nupcial" Durante todo el recorrido se eanta en torno de ella un himno religioso, que tiene por estribillo: Ouiy, @ uévare, Llamibase a este himno el himeneo, y la importancia de este canto sagrado era tan grande que se daba su nombre a toda la ceremonis."® La joven no entra por su pie en la nueva morada. Es preciso que ‘su marido la alce, que simule un rapto, que ella profiers algunos gritos yy que las mujeres que la acompaitan simulen defenderla. :Por qué este rio? {Es un simbolo del pudor de Ia joven? Parece poco probable; el ‘momento del pudor ain no ha Ilegado, pues lo primero que se va a rea- lizar en esta casa es un acto religioso. gNo se quiere mis bien indicar fuertemente que la mujer que va a sacrificar en este hogar no tiene por si misma ningin derecho en él, y que no se acerca por efecto de su Yoluntad, y que es preciso que él dueio de Ia casa y del dios la intro- *Hroot,V,130 eo, De Phiten ered. 4. Deméstenes alguns palabras {418 Frmua: eyo txt Soeios Béopre dvs fn Soph I, 18) Ena pare del ‘0 del mations lama nbn Endoos, radio, Pll, 38. eméstenes pro Phomion, 32 "oly, 4, 3 Paro, Cues gig. 27. Phare, Cue rom, 29. Foca, Lex, ple. 52: napahapvees adsiv bx es Torsias tovias txt chy haga Grovow els hv tod YouoUo "ada, XV, 82. Hesiod, samo, 27, Eudes, get dul, 732; Felis, 34; Hon, 722-725. Pll Il 4, Lain, deci, 5. 2 Mada, XVI, 495. Hesiod, sum, 280. Aries, Pars, 1720; Pas, 1332, I, 37; 1V, 8D. Feo, Bb ap. 239. by Quattrococodrilo 38 FUSTEL DE COULANGES dduzea alli por un acto de su poder? Sea lo que sea, tras una lucha si Jada, el esposo la alza en sus brazos y la hace pasar la puerta, teniendo buen cuidado de que sus pies no toquen el umbral.'* Lo que precede sélo es preparacién y preludio de la El acto sagrado va a comenzar en la casa 3° Acercdndose al hogar, se coloca a la esposa en presencia de divinidad doméstica. Se la rocia de agua lustral y toca el fuego do." Se recitan algunas oraciones. Luego comparten ambos espo luna torta, un pan, algunas frutas."* Esta especie de ligera comida que comienza y termina con libacién y una oracién, este reparto de la comida en presencia hogar, coloca a los dos esposos en mutua comunién religiosa y en munién con los dioses domésticos.'* El matrimonio romano se parece mucho al griego, y, como ést comprendia tres actos: traditio, deductio in domum, conjarreatio, 1° La joven abandona el hogar paterno, Como no esti ligada a hogar por su propio derecho, sino solamente por mediacién del dre de familia, no hay otra autoridad que Ia del padre para desligar La traditio es, pues, une formalidad indispensable."” 2? Se conduce a la joven a casa del esposo. Como en Grecia, velada, leva una corona, y una antorcha nupcial precede al cortejo.! Se canta en tomo de ella un antiguo himno religioso. Quiz las pala: bras de este himno cambiaron con el tiempo, acomodindose a las varit: ciones de las ereencias o del lenguaje; pero el estribillo sacrament subsisti sin poder suftir alteracin: era éste la palabra Talassie, de que los romanos del tiempo de Horacio no comprendian el sentido ® Pltareo,Liewyo, 1S: éyduowv 8° Gpxayis. Dionisio de Halcarnsso 1,30: ot fe" Bex vip Goris, aX! ext yéueo 7evoutvns EAAnvOdY nal épEEiOV El mismo eeritor die en fr parte que no cxistelzo mas sagrado que el del matron ob on ieparépa waageukis Amarri, 4) " Sobre ls formas singuares de In uaa de a sponsio en derecho romano, véas> 1 eurioso texto de Srv Sulicio en Aulo Gli, IV, 4. Cf. Plasto, aw, U2, 41-89; I 3,4: Trimmus. V. 4; Cicer, ad Atieum. 1,3 (Ovidio, Fst, 558-61 LA CIUDAD ANTIGUA=LIBRO 11-CAP. It 39 aque los griegos el deta palabra Syévate, y que era probable aie sagrado e inviolable de una antigua férmula.” s ortejo se detiene ante la easa del marido, Ali se presenta a la 1s fuego y €! agua El fuego es el emblema de la divinidad domés- nS agun es el agua lustral que sirve a la familia para todos los feigiosos-» Para que la joven entre en la cas, se necesita simular ‘omo en Grecia.” El esposo debe levantarla en sus brazos y porarla sobre el umnbral sin que los pies de ella lo toquen. PL uego se conduce a la esposa ante el hogar, donde se encuentran mztze donde todos los dioses domésticos y las imlgenes de los iapasados estin dispuestos alrededor del fuego sagrado, Ambos es- “posos, como en Grecia, ofrecen un sacrificio, hacen la libacién, pro- Be pens oraclooany commen fstou oa forts de flor de farina “pans farreus) IR rn: crams oro fa ions er prema sia y ante los ojos de las divinidades de la familia, es lo que realiza ‘unién santa del esposo y de la esposa. Desde este punto quedan ssociados en cl mismo culto. La mujer tiene los mismos dioses, los ‘mismos ritos, las mismas oraciones, las mismas fiestas que su marido, ‘De ahi esta vieja definicién del matrimonio que los jurisconsultos nos ‘han conservado: Nuptice sunt divini juris et humani communicatio. Y¥ ésta otra: Usor soca humance rei atgue divinee® Quiere decir que la mujer ha entrado a participar en la religién del marido, esta mujer que, como dice Platén, los dioses mismos han introducido en la casa, ‘La mujer asi casada sigue profesando el culto de los muertos, pero ya no lleva a sus propios antepasados la comida fiinebre; ya no tiene 1 Ptreo, Rana, 15. 2 Varin, De tng, fat. V, 61, Putareo, Cues, rom. 1, Servio ad Enea, 1V, 167 2 Paco, Cuest. rom. 29, Rémul, 15; Macrobio, Saturn 1,13. Festa. V raph Plnio, Hist nat, XVII, 3,10: Je saeris aii reigoses confareations vineulo {82 nova mpi faroum prafereban. Dionisio de Halicamaso, Il, 25: xdowy sobs {epots rénovs yappéoan dnd rms xowovies tov gappss.—Ticto, Anales, IV, I %1, 26.27. vena, X, 329-336, Servi, ad An, 1V, 103; ad Georg, |, 31. Gayo, I 112. Ulpiana, IX: Digeo, XXL, 2, 1.—Tambidn ene Ios euuscos se realize el ati- ‘moni median un serifiio (Varrén, Dee ras. Il, 4) —Iyuales costumies eae los ‘gues indos Leyes de Moni I, 2730, 172; V, 152: VU, 227: 1X, 194, Miactehara ‘ad: Orianne, pigs. 166,167, 236) ® Nis sant hablaremos de ets formas de matrimonio que fueron empleadas por {25 omanas, y en las que la religién no intervenia, Baste decir aq que el matrimonio fizado nos parece sr mis antigua, pcs corresponde alas ms angus cresncasy slo ‘saarcsido a medida que ésias se han dbiltad. ® Digesto, XXII, 2. Cédigo de st. IX, 32, 4. Dion. de Hac, 1, 25: xowavie omc icp. by Quattrococodrilo > 40 FUSTEL DE COULANGES tal derecho, El matrimonio la ha destigado completamente de la famitig de su padre y ha roto todas sus relaciones religiosas con ella. Ahora leva la ofrenda a los antepasados de su marido; pertenece a su familia, ellos se han convertido en sus antepasados. E! matrimonio ha sido para ella un segundo nacimiento. En lo sucesivo es la hija de su marido, {ili loco, dicen los jrisconsultos. No se puede pertenecer a dos fami lias ni a dos religiones domésticas; la mujer se encuentra integramente en la familia y en la religin de su marido, Se verdn las consecuencias de esta regla en el derecho de sucesin ‘La institucién del matrimonio sagrado debe ser tan antigua en la raza indo-europeo como la religién doméstica, pues la una va aneja a Ja otra. Esta religién ha ensefiado al hombre que la unién conyugal es, ‘algo mas que una relacién de sexos y un afecto pasajero, pues ha unido ‘8 dos esposos con los firmes lazos del mismo culto y de las mismas cereencias. La ceremonia de las nupcias era, por otra parte, tan solemne ¥y producfa efectos tan graves, que no debe causar sompresa que esos hhombres sélo la hayan creido licita y posible para una sola mujer en cada casa, Tal religién no podia admitir la poligamia, ‘Hasta se concibe que esa unién fuese indisoluble y el divorcio casi imposible-* El derecho romano permitia ficilmente disolver el matt monio por coemptio 0 por usus; pero la disolucién del matrimonio religioso era dificilisima, Para tal ruptura se necesitaba otra ceremonia sagrada, pues s6lo la religién podia desunir lo que la religién habia unido. El efecto de la confarreatio sélo podia ser destruido por la diffa- rreatio. Los esposos que querian separarse comparecian por diltima vez ante el hogar comin: un sacerdote y algunos testigos se encontraban presentes. Se ofrecia a los esposos, como en el dia del casamiento, una torta de flor de harina Pero, probablemente, en vez de compartira, la rechazaban. Luego, en lugar de oraciones, pronunciaban formulas “de un carécter extraflo, severo, rencoroso, espantoso”;”” una especie de maldicién por la que la mujer renunciaba al culto y a los dioses de ‘su marido, Desde este momento el lazo religioso quedaba roto. Cesando la comunidad del culto, cualquier otra comunidad cesaba de pleno derecho, y el matrimonio quedaba disuelto. ® Al menos al principio. Dion. de Hall, , 25, dice expresamente que mada podla solver tal matrimonio, La faculiad de dvereio parece haber inuoduide muy promo et of doecho ani. ™ Fest, ¥. Dirreatio, Polat, 1, eap. 3; dxonoyn En una inseripcién se ee Sacerdos confarreaionum et difarreatiomum, Orel, nim. 2648, apcxdy Bowora, oxepona.Plataro, Cues rom. 50.

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