Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Dirección: Lavaise 610 – (3000) Santa Fe - Argentina - Tel.: (+54) 3492-451082 - Fax: (+54) 3492-
426017 - e-mail: jrisso@intec.unl.edu.ar.
RESUMEN
Las plantas de clasificación son consideradas actualmente como un componente importante dentro de
una estrategia integral de gestión de residuos sólidos.
El diseño de estas plantas implica una serie de decisiones que tienen impacto sobre la operatividad de
las mismas, sobre su capacidad de procesamiento, y también sobre la inversión requerida para su
construcción.
El presente trabajo enuncia los objetivos de la clasificación de residuos previa a la disposición final de
los mismos, y las características deseables en una planta de clasificación de residuos sólidos urbanos.
Con especial énfasis en las alternativas aplicables en países en vías de desarrollo, se analizan
diferentes aspectos relativos al diseño y su influencia en términos de rendimiento, calidad de selección
e impacto en las etapas posteriores de tratamiento y disposición.
Teniendo en cuenta las experiencias y opiniones de diversos operadores de este tipo de plantas, se
formulan una serie de recomendaciones para el diseño de nuevas instalaciones
PALABRAS CLAVE
Clasificación, valorización, recuperación, reciclaje.
INTRODUCCIÓN
Las plantas de clasificación de residuos son aceptadas actualmente como un elemento importante
dentro de una estrategia integral de gestión de residuos sólidos urbanos [1, 2].
En su análisis del desarrollo de las plantas de clasificación en USA, Chang & Wang [6] analizan las
principales características de mas de 150 instalaciones, permitiendo elaborar conclusiones respecto de
las economías de escala esperables tanto en el aspecto de la inversión inicial y como en lo relativo a
los costos operativos. Mas recientemente, Chang et al. [7] desarrollan criterios para el diseño óptimo de
plantas de clasificación destinadas a servir a comunidades de rápido crecimiento.
Este trabajo pretende analizar aspectos puntuales del diseño de este tipo de instalaciones, mostrando
sus efectos sobre la inversión requerida y sobre la operatividad de las mismas.
En la sección 2 se analizan los principales objetivos que deben tenerse en cuenta para el diseño de
estas plantas.
La sección 3 compara las alternativas de diseño existentes para los diferentes sectores que componen
las mismas.
Por último, en la sección 4 se elaboran una serie de conclusiones referidas al diseño de este tipo de
instalaciones.
Para lograr estos objetivos, y dependiendo del esquema global de gestión de residuos donde se las
inserte (ver fig.1), existirán algunos parámetros básicos de diseño que definirán el formato global de la
planta:
• La capacidad de procesamiento (que comprende la definición de la capacidad horaria y el número
de horas diarias que trabajará la planta).
• El nivel de selección deseado, exhaustivo o básico (generalmente asociado a la cantidad de
personal requerido en el sector de clasificación, a la cantidad de materiales a recuperar, a la
velocidad de operación de los transportes, y a la necesidad de sectores de clasificación
secundaria).
• La orientación hacia esquemas intensivos en manos de obra (generalmente requeridos en plantas
que tienen un objetivo social de inserción laboral), o altamente mecanizados (usuales en regiones
donde existe poca mano de obra disponible, o los costos de la misma son elevados).
• La necesidad o no de compostar los residuos orgánicos.
Recolección de
Recolección de residuos especiales
residuos domiciliarios (ramas, poda, etc.)
Prensado y embalado
de trapos
Carga a la tolva
de alimentación
Prensado y embalado
de papeles y cartones
Apertura manual o
mecánica de bolsas Material para relleno
Prensado y embalado
de plásticos (no apto como compost)
Al canal de
comercialización
Almacenamiento de Transporte a hileras de Biodegradación
vidrios (mezclados o Clasificación manual de aeróbica acelerada Al canal de
material orgánico y
separados por color) materiales reciclables scrap no reciclable (compostaje) comercialización
Transferencia a relleno
Prensado y embalado sanitario de material no
de aluminio compostable
Compost seleccionado
Almacenamiento de
otros materiales
Obviamente, no todas las plantas de clasificación de R.S.U. poseen todos los sectores citados. No
obstante, las consideraciones de diseño para cada uno de estos sectores constituyen ítems a verificar
independientemente del diseño particular de la planta analizada.
En los apartados siguientes analizaremos las alternativas de diseño de cada uno de estos sectores,
excluyendo al de compostaje y manejo de compost, que por la complejidad de las alternativas
existentes excede el propósito de este trabajo.
Descarga de camiones recolectores
Preselección de elementos
voluminosos y reciclables agrupados
Alimentación a la línea (tolva de
recepción,cinta de alimentación)
mediante cargador frontal
Prensado y embalado de
Preacondicionamiento (apertura de
materiales reciclables
bolsas)
Separación de finos
Separación de contaminantes
Existen dos tipos principales de sectores de recepción: Los playones a nivel, desde donde el material
es cargado a la línea mediante cargadores frontales, o los fosos de acumulación, ubicados usualmente
bajo nivel, desde donde el material se extrae utilizando grampas tipo almeja.
Fig.3: Sector de recepción y alimentación con playón y tolva bajo nivel de piso
Los playones de descarga son usados generalmente en instalaciones pequeñas y medianas. Deben
construirse con piso de hormigón apto para tránsito de vehículos pesados, con pendientes de descarga
hacia rejillas colectoras desde donde se extraigan los líquidos derramados. Dependiendo de la
localización de la planta, pueden ser completamente descubiertos (en zonas no muy lluviosas y de
vientos suaves), parcialmente cubiertos (en el techo y uno o más laterales, para zonas más lluviosas o
con vientos moderados), o completamente cerrados (para zonas de vientos fuertes tales como la
patagonia argentina). Sus ventajas son una inversión inicial moderada (suponiendo que la planta deba
contar con un cargador frontal para otras tareas, y que este cargador pueda utilizarse para la carga del
sistema), la flexibilidad para ampliaciones, y la posibilidad de separar fácilmente los elementos
voluminosos transportados por los recolectores.
Los fosos bajo nivel son más apropiados para instalaciones de mayor tamaño. El mayor inconveniente
para su implementación es la mayor inversión inicial requerida, tanto en términos de obra civil como en
términos del equipamiento mecánico complementario (grampa almeja y su sistema de movimiento, grúa
o brazos articulados, etc.). Sus ventajas incluyen un menor requerimiento de espacio en planta, un
sector de descarga mas limpio (se evita la dispersión del material), y menores costos operativos que los
requeridos para una alimentación que utilice cargadores frontales (palas mecánicas).
El ingreso del material a la línea se realiza habitualmente a través de una tolva de alimentación. Existen
numerosas alternativas de diseño, que comprenden tolvas de base horizontal o de tipo piramidal, con
su boca al nivel del sector de recepción o por sobre ese nivel. A partir de la observación de múltiples
plantas instaladas en nuestro país podemos concluir lo siguiente:
- Las tolvas de formato piramidal combinadas con transportadores de extracción inclinados (fig.3)
presentan ventajas sobre las tolvas de base horizontal, porque permiten pasar de un flujo de
alimentación variable (generado por la pala cargadora o la grampa de carga) a un flujo prácticamente
uniforme en la entrada al sector de clasificación.
- En caso de utilizar playones de descarga y cargadores frontales, es muy importante para la
productividad de la instalación que la tolva se encuentre con su boca superior de carga al mismo nivel
que el playón de descarga de residuos, para facilitar la maniobra del equipo cargador, que puede
operar mediante simple empuje y no necesita, como cuando las tolvas se encuentran elevadas, cargar
el material en la cuchara, elevarlo y descargarlo dentro de la tolva, proceso mucho mas lento y
complicado para el operador. En zonas donde no se dispone de desniveles naturales en el terreno,
utilizar una tolva con boca de carga a nivel de piso implica habitualmente la construcción de un foso
para albergar al cuerpo de la tolva (que queda bajo nivel de piso), pero las ventajas operativas de esta
solución justifican largamente la mayor inversión inicial requerida.
El último punto a considerar es el volumen apropiado para la tolva de alimentación. Teniendo en cuenta
que la probabilidad de formación de bóvedas que interrumpan el flujo se incrementa con la presión a la
que está sometido el material [8], no es aconsejable utilizar tolvas de gran profundidad. Por ende es
justificable la tendencia a dejar de lado las tolvas de alimentación de gran capacidad y pasar a tolvas
que tengan un tamaño proporcional a la cantidad de material a alimentar a la línea durante los
intervalos en que se interrumpe la alimentación mediante la pala cargadora o la grampa de
alimentación.
Pueden enunciarse tres alternativas usuales: 1) Apertura manual de las bolsas, flujo unificado del
material, 2) Apertura mecanizada de las bolsas, flujo unificado del material, 3) Apertura mecanizada de
las bolsas, con separación y transporte segregado del material fino.
La primer alternativa es apropiada para plantas de pequeña capacidad, minimiza la inversión requerida
a costa de requerir la utilización de personal específico para la apertura de las bolsas (lo cual implica un
riesgo frente a la presencia de elementos punzantes o cortantes dentro de dichas bolsas).
Los trommels de camisa perforada (usualmente con pasajes de entre 50 y 100 mm) pueden utilizarse
en aquellas plantas de gran capacidad (superior a 15 TN/hora) donde además de la apertura de las
bolsas se requiere separar las fracciones finas para disminuir la cantidad de residuos que llegan a la
cinta de clasificación manual. Debe tenerse en cuenta que debido a su baja tasa de desgarrado, para
lograr una performance satisfactoria se requiere de equipos voluminosos, lo que sumado a la
necesidad de disponer de equipos para el transporte segregado del material separado deriva en la
necesidad de una considerable inversión inicial.
La clasificación manual del material se realiza habitualmente en cintas transportadoras (fig.4), cuyas
principales características son el ancho, la longitud y la velocidad de desplazamiento. Para el cálculo de
la capacidad de estas cintas es imperioso considerar que debido a la necesidad de dispersar los
residuos para identificarlos y clasificarlos adecuadamente las densidades efectivas del material
transportado son extremadamente bajas, usualmente inferiores a 100 kg/m 3, y que debido a la
heterogeneidad del material transportado, la eficiencia de carga (asociada a pequeñas interrupciones
en el flujo de material) es reducida.
El ancho es usualmente una variable asociada a la capacidad de procesamiento de la línea de
clasificación. No obstante, debe tenerse en cuenta que no son aconsejables anchos inferiores a 0.6 m
(por la posibilidad de bloqueo de bolsas grandes o elementos voluminosos), ni superiores a 1.2 m (por
la dificultad para los operadores ubicados a ambos lados de la cinta de alcanzar los objetos que son
transportados en el centro de la misma).
- Velocidades de entre 8 y 12 m/min son utilizadas cuando se requiere una clasificación exhaustiva del
material, en plantas de pequeños municipios, o que procesan residuos provenientes de recolección
diferenciada, o que realizan un proceso de “selección negativa” (lo que pasa es lo que se aprovecha, lo
que se saca es lo indeseado) destinado a la obtención de compost.
- Velocidades de entre 12 y 18 m/min son utilizadas en plantas de mayor capacidad, donde se requiere
procesar mayor caudal de residuos sin perder calidad de selección de los elementos recuperables más
voluminosos (por ejemplo recipientes de plástico, vidrio o metal).
- Velocidades de entre 18 y 30 m/min son utilizadas en plantas de gran capacidad, donde el objetivo es
separar solo los componentes más voluminosos y de mayor valor en el mercado de reciclaje (por
ejemplo botellas plásticas). Debe tenerse en cuenta que cuando se superan los 20 m/min, aumenta
para los operadores la dificultad en identificar los materiales transportados sobre la cinta, y solo es
posible detectar y separar aquellos de mayor tamaño.
La longitud de la cinta debe definirse a partir de la cantidad de materiales que deben separarse y de la
capacidad de procesamiento de la línea, factores que determinan la cantidad de operarios de selección
requeridos. Es decir, cuando aumenta la cantidad de materiales que se desean seleccionar debe
aumentarse el número de operarios dedicados a la clasificación primaria, y cuando aumenta la
capacidad de la línea pueden requerirse múltiples operarios para seleccionar un mismo material (por
ejemplo, envases plásticos). Como regla de criterio, son necesarios entre 0.75 y 1.0 m de longitud de
cinta por cada puesto de selección (módulos de 1.5 a 2.0 m con 2 operarios enfrentados).
En plantas de mayor capacidad puede justificarse la adopción de equipos para separación automática
de algunos materiales, aún cuando la inversión requerida para estos equipos es considerable. En
Argentina solo esta difundido el uso de separadores magnéticos para metales ferrosos (fig.5), y no se
dispone de información respecto de la utilización de separadores “Eddy-current” para metales no
ferrosos u otros equipos mas sofisticados en plantas de clasificación instaladas.
Usualmente la alternativa es optar entre mesas de clasificación estática (donde caen los materiales
provenientes de la selección primaria), o cintas colectoras de muy baja velocidad, que recogen los
residuos provenientes de varias bocas de clasificación y los transportan a través del sector de
reselección. Obviamente la primera alternativa requiere de una menor inversión, teniendo como
contrapartida una productividad mas baja.
- Acopio temporario en bolsones: presenta la ventaja de una baja inversión inicial en contenedores, y
una gran flexibilidad para reorganizar los puestos de clasificación, y la desventaja de poseer mayores
costos operativos asociados al reemplazo de bolsones deteriorados, a la necesidad de contar con un
equipo cargador capaz de mover los bolsones, y a un manejo menos fluido de los materiales
clasificados. Son utilizados generalmente en plantas de bajo nivel de mecanización.
Existen dos formas principales de derivar el material desde el sector de clasificación hacia el
compostaje: por selección positiva o por selección negativa.
La selección negativa (lo que llega al final de la cinta de clasificación es lo que se composta, lo que se
saca es lo indeseado) es el proceso mas usual en nuestro país. Aún cuando se realice una clasificación
exhaustiva del material que pasa a compostaje, es de esperar que el material compostado presente
una alta tasa de contaminación con inorgánicos pequeños, lo que genera la necesidad de un cuidadoso
zarandeo final.
La incorporación de molinos de martillo para homogeneizar el tamaño del material en forma previa al
compostaje es una práctica necesaria para lograr un proceso más controlado y una degradación más
rápida de los orgánicos. En procesos de selección positiva pueden utilizarse equipos de menor
potencia (el caudal procesado es menor), mientras que en procesos de selección negativa deben
usarse molinos de gran potencia y resistencia estructural, ya que es usual la llegada de materiales
duros que deteriorarían prematuramente a un molino de martillos standard. La presencia de
contaminantes fibrosos (alambres, filamentos sintéticos) deriva usualmente en una mejor performance
de los molinos de martillos fijos respecto de sus pares de martillos oscilantes.
Debe tenerse en cuenta que si la línea de clasificación se detiene durante el cambio del contenedor o
vehículo receptor del material de salida, el proceso de puesta en marcha insume un valioso tiempo
adicional, y se altera el ritmo de trabajo del personal de clasificación.
La salida del material a través de una única descarga fija, aún cuando se trate de una opción que no
requiere inversiones adicionales en equipamiento, es aceptable solamente para plantas de muy baja
capacidad, donde la detención de la línea durante el cambio de contenedor, camión o carro receptor del
material de salida no comprometa la capacidad diaria a procesar.
Dos alternativas de bajo costo, que operadas convenientemente evitan la detención de la línea durante
el cambio de contenedor de salida, son la adopción de una cinta transversal reversible para direccionar
la descarga hacia cualquiera de los lados de la línea de clasificación (fig.8), o una cinta pivotante que
cubre un área de descarga en forma de abanico, y permite ir colocando y removiendo contenedores a
medida que su carga se va completando.
Para instalaciones de mayor capacidad, puede ser ventajosa la utilización de un depósito pulmón
elevado (fig.9) alimentado por una cinta fija, que durante los cambios de contenedor, carro o camión
receptor del material no seleccionado acumule en su interior el material que va llegando al sector de
salida. De hecho, esta es la alternativa que requiere una mayor inversión inicial.
La principal característica de estos residuos es que se trata de materiales orgánicos, muy voluminosos
y de bajísimo peso específico. En el caso de las ramas, pueden esperarse reducciones de volumen del
orden de 10:1 mediante un proceso de trituración. Además, por tratarse de residuos orgánicos, el
material triturado puede destinarse a procesos de compostaje o utilizarse directamente como material
de relleno.
La opción habitual en plantas de baja capacidad es el uso de máquinas chipeadoras de disco, que
reducen el material alimentado a astillas de entre 15 y 40 mm. La principal ventaja de estas máquinas
es su bajo costo inicial, y la baja potencia requerida. Como desventaja pueden citarse la susceptibilidad
de las cuchillas al deterioro ante la presencia de contaminantes duros (clavos, alambres, áridos), y
bocas de entrada de material relativamente pequeñas.
Para plantas de mayor capacidad pueden ser ventajosas las trituradoras de martillos, que a pesar de
tener un costo sensiblemente mayor y poseer un consumo específico aproximadamente tres veces
superior al de una chipeadora de cuchillas, permiten procesar mayores volúmenes de material por tener
bocas de alimentación de mayores dimensiones, y son mas tolerantes a la contaminación con
elementos duros.
CONCLUSIONES
A partir de las observaciones realizadas en diversas plantas de clasificación de R.S.U., pueden
plantearse “reglas de criterio” respecto de la eficiencia de distintas alternativas de diseño de los
sectores que componen estas instalaciones.
Uno de los puntos mas importantes en la etapa de anteproyecto de este tipo de plantas es una clara
definición de los objetivos de las mismas, que resultan en la determinación de los parámetros básicos
de diseño enunciados en el apartado 2.
A partir de estos parámetros básicos de diseño, pueden evaluarse las alternativas aplicables en cada
uno de los sectores, para asegurar el logro de los objetivos definidos en la etapa inicial, tanto en
términos de calidad como en términos de costo.
Por último, es necesario enfatizar que un desempeño eficiente de este tipo de plantas se logra
solamente cuando se las integra de manera apropiada dentro de una estrategia de gestión integral de
los residuos urbanos.
REFERENCIAS
1. LAWVER,R., LUND, J.R., TCHOBANOGLOUS,G. (1990) GIGO-A solid waste managemente model
for municipalities. Paper Nº15, p8. In Proc.of the Sixth International Conference on Solid Waste
Management and Technology, Philadelphia, USA.
2. BARLISHEN, K., BAETZ, B. (1996) Development of a decision support system for municipal solid
waste management systems planning. Waste Management and Research 14, p71.
3. PEARCE, D., TURNER, R. (1993) Market-based approaches to solid waste management.
Resources, Conservation and Recycling 8, p63.
4. DIAMADOPOULOS, E., KOUTSANTONAKIS, Y., ZAGLARA, V. (1995) Optimal design of municipal
solid waste recycling systems. Resources, Conservation and Recycling 14, p21.
5. BEIGL, P., SALHOFER, S. (2004) Comparison of ecological effects and costs of comunal waste
management systems. Resources, Conservation and Recycling 41, p83.
6. CHANG, N., WANG, S. (1995) The development of material recovery facilities in the United States:
status and cost structure analysis. Resources, Conservation and Recycling 13, p115.
7. CHANG, N., DAVILA, E., DYSON, B., BROWN, R. (2005) Optimal design for sustainable
development of a material recovery facility in a fast-growing urban setting. Waste Management 25,
p833.
8. JENIKE, A. (1964) Storage and Flow of Solids. Bull.123 – Utah University.