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Reseña: El caballero inexistente

Esta novela de Ítalo Calvino comienza con las filas del ejército de Carlomagno, quienes las
forman esperan cansados a que éste termine el reconocimiento de sus caballeros. En
determinado momento se encuentra frente a uno que evita descubrirse el rostro y cuando
lo hace, Carlomagno entiende la razón, dentro de la armadura no hay nada, sin embargo,
esa nada tiene un nombre: Agilulfo.
Por fin, se rompen las filas y los soldados empiezan a dispersarse, se liberan de su
armadura y deciden descansar. Pero Agilulfo, por razones obvias no lo puede hacer, al
igual que no puede dormir, de tal manera que en la noche cuando todos están inmersos
en sueños, él tiene que ocupar su mente en otras actividades. Así conoce a Rambaldo,
quien le pide consejos para vengar a su padre. En la batalla entre sarracenos y cristianos,
Rambaldo logra su objetivo, pero este acontecimiento deja de ser importante porque es
eclipsado por Bradamente, un caballero que lo defiende en un ataque. Rambaldo quiere
agradecerle pero el caballero ya se ha ido, entonces lo sigue y cuando lo alcanza ve cómo
se quita la parte inferior de la armadura y queda asombrado y enamorado, pues aquél
caballero es una mujer. El amor de Rambaldo es objeto de burlas entre los soldados, pues
es bien sabido que Bradamante sólo escoge a los mejores caballeros, uno diferente cada
vez. Pero Rambaldo no se ve desilusionado sino hasta que, en un intento por impresionarla,
se da cuenta que ella está enamorada del caballero inexistente.
Agilulfo siempre hace alarde de que su título de caballero lo obtuvo por rescatar a
una virgen de las manos de quienes se querían aprovechar de ella, entonces aparece
Turrismundo, quien hartó de escucharlo confiesa que es hijo de Sofronia, la supuesta
virgen. En ese momento los títulos de ambos caballeros quedan en duda y tienen que
emprender la búsqueda de la verdad. Esa tarde salen Turrismundo y Agilulfo, siguiendo a
este último sale Bradamente, y siguiéndola a ella, Rambaldo. Después de una serie de
aventuras el caballero inexistente encuentra a Sofronia, pero la deja en una isla a la que
llega Turrismundo, la encuentra acostada y se dispone a intimar con ella. Al regresar
Agilulfo, acompañado de Carlomagno, los encuentran abrazados y empieza una serie de
confusiones que se resuelven en que Sofronia no es la virgen a la que rescató y Agilulfo
huye. Finalmente, después de las confesiones de Sofronia, se llega a la conclusión de que
Turrismundo y Sofronia no tienen parentesco y que Agilulfo sigue siendo un caballero,
Rambaldo va a buscarlo pero lo único que encuentra es la armadura, pues el caballero
inexistente se liberó de la única cosa que lo contenía.
El libro está narrado por una monja encerrada en un convento, quien dice no saber
nada de nada, pero que es capaz de imaginar. Ella dispone la manera en que suceden los
acontecimientos, y lleva al lector de la cocina del convento al campamento de los soldados
por medio de los olores y sonidos. Esta monja, que después se descubre como
Bradamante, reflexiona sobre la manera de escribir y explica cómo le da forma a la historia
por medio de mapas llenos de dibujos y señales. Al principio la narración tiene un ritmo
tranquilo y se detiene a describir a los personajes y las situaciones, pero pasar la mitad de
la historia la monja advierte al lector que es ahí donde empiezan las aventuras de los
personajes y desde ese momento los acontecimientos pasan rápido, saltándose capítulos
y quien lee a veces no sabe cómo llegaron los personajes a cierto lugar. Es decir, después
del problema principal de la historia se narran rápidamente los hechos que llevan al
desenlace de la novela.
Evidentemente la lectura de este libro hace reflexionar sobre la existencia, qué es lo
que nos hace existir e incluso las ventajas y desventajas de ello. El caballero inexistente se
siente superior a quienes existen, pero a veces siente envidia o melancolía por no tener
ese envoltorio que da a cada uno características especiales. Y para Turrismundo, el
caballero no existe y por lo tanto tampoco las cosas que hace, él está seguro de que
Agilulfo no es nadie. También resalta, o al menos así lo interpreto, el papel tan importante
que tiene la apariencia dentro de la existencia. Bradamante piensa que Rambaldo es el
hombre a quien ella ama solo por que trae puesta la armadura del caballero inexistente; y
a pesar de entregarse al amor y disfrutarlo, cuando ve su verdadero rostro se molesta y lo
corre. Esta historia ayuda al lector a ver de otra manera las cosas, personas y
acontecimientos que lo rodean, pues duda qué es realmente cada uno de ellos.

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