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Dves M.-J. Congar EL ESPIRITU SANTO BIBLIOTECA HERDER ro BIBLIOTECA HERDER a ~ Seleccidn de titulos P. Grelot, LOS EVANGELIOS Y LA HISTORIA. Volumen 179. Aborda el problema de la historicidad de los Evangelios, o, mas exactamente, las relaciones existentes entre el evangelio y la historia. La mutua colaboracién y compenetracién entre exégesis, teologia dog- matica y pastoral ayudardn a la comprensién de los Evangelios. nova, HISTORIA DE LA TEOLOGIA CRISTIANA. Volimenes 180-182. Ambiciosa obra que intenta ofrecer una sintesis histérica completa de la evolucién del pensamiento teoldgico cristiano, desde los origenes hasta nuestros dias. No se trata de un estudio centrado en la mera acumulacién de datos eruditos, sino de una verdadera reflexién sobre el sentido del desarrollo de la teologia, con la mirada puesta mas en el presente y el futuro que en el pasado. P. Grelot, LAS PALABRAS DE JESUCRISTO. Volumen 183. Este estudio pretende que los cristianos de hoy tengan el coraje de leer las palabras de Jestis tratando de descubrir en ellas ese incremento de sentido que les da la resurreccin y la relectura de la Iglesia. G. O'Collins, JESUS RESUCITADO. Volumen 184. El autor trata de valorar el papel que tuvo la resurreccién de Jestis en los primeros escritores cristianos, aquellos que corrieron con el peso de formular en lenguaje humano el mensaje de Jesiis. Lo estudia después en los tedlogos medievales. Finalmente examina el punto de vista de algunos de los tedlogos més conocidos de nuestro siglo. R. Schnackenburg, EL MENSAJE MORAL DEL NUEVO TESTAMENTO. Voltimenes 185-186. Los estudios recientes acerca del Nuevo Testamento indican que se debe prestar cuidadosa atencién a las diferentes capas o estratos de la tradicién acerca de Jestis. Lo que sabemos del Jestis histérico esta recubierto por la tradicién protocristiana, que interpreté y configuré el depdsito tradicional. W. Kasper, TEOLOGIA E IGLESIA. Volumen 187. Los trabajos recogidos en este volumen indican dénde se encuentra la teologia, destacan lo comin y lo diferenciador en la relacién entre teologia y antropologia y comentan concepciones teolégicas recientes con un gran sentido eclesial, seriedad y responsabilidad cientificas. A. Olivar, LA PREDICACION CRISTIANA ANTIGUA. Volumen 189. Esta obra es un estudio detallado del fenémeno histérico singular que es la antigua predicacién cristia- na. El autor se ha esforzado en caracterizar cada uno de los padres, celosos predicadores, asi como estudiar aspectos particulares como terminologia, circunstancias de tiempo y lugar, auditorios, trans- misién de los textos... M.M. Garijo-Guembe, LA COMUNION DE LOS SANTOS. Volumen 190. El autor ofrece como tesis fundamental una eclesiologia de la communio: todos los miembros de la Iglesia pueden desarrollar su responsabilidad especifica a todos los niveles. De ahi se deriva una con- cepcién de la Iglesia universal como una comunién de Iglesias locales. L-M. Chauvet, SiMBOLO Y SACRAMENTO. Volumen 191. Es una teologia fundamental de la sacramentalidad como dimensién constitutiva de la existencia cristiana. Una interpretacién desde la expresién moderna del lenguaje y del simbolo, distante de la vision clasica de la causa y del instrumento. ISBN 84-254-1279-x EDITORIAL HERDER S.A. Provenza 388 9 "788425"412790 08025 Barcelona (Espafia) Hace algunas décadas podia denomi- narse al Espiritu Santo «el divino Des- conocido», pero en la actualidad oimos hablar de él por doquier: el movimien- to llamado de renovaci6n carismatica, nuevo pentecostés, y una gama de pu- blicaciones que van desde las dedica- das a la investigacién especializada hasta la mds sencilla exhortacién. tEs éste un libro mas? Este quiere prestar un soporte al fervor mediante un estudio serio, sdlidamente funda- mentado y articulado. Se abre con el estudio de la revelacion progresiva del Espiritu, soplo de Dios, en los escri- tos biblicos cuya redaccién se llevé a cabo durante un milenio. Recorre a continuacién los dos milenios de cris- tianismo, desde la primera efervescen- cia del Espiritu en la época de los mar- tires hasta el concilio Vaticano i, pasando por los padres, por las bellas expresiones liturgicas, algunos grandes misticos, la teologia clasica, la refor- ma, la época moderna. A continuacion estudia esa existen- cia del Espiritu en su accién. Por mas paraddjico que pueda parecer, es el es- tudio razonado y documentado de una vida. E] estudio se centra en tres par- tes: vida eclesial, nuestras vidas per- sonales (en la medida en que puede dis- tinguirse entre las dos) y el movimiento de renovacién, llamado frecuentemente «carismatico». Finalmente al profundizar en la teo- logia del Espiritu Santo, topa con la dualidad de tradicién existente entre Oriente y Occidente. Es, de una parte, el problema de la «procesion» del Espiritu Santo del Padre y «del Hijo». BIBLIOTECA HERDER SECCION DE TEOLOGIA Y FILOSOFIA Votumen 172 EL ESPiRITU SANTO Por YVES M.-J. CONGAR BARCELONA EDITORIAL HERDER 1991 YVES M.-J. CONGAR EL ESPIRITU SANTO BARCELONA EDITORIAL HERDER 1991 Version castellana de ApeLarpo Martinez pr Lapera, de la obra de Yves Concar, Je crois en l'Esprit Saint, Editions du Cerf, Paris 1980 Segunda edicion 1991 Iprimase: Barcelona 13 de mayo de 1982 spo auxiliar y vicario general ° Jost M.* Gur, ot ® 1980 Les Editions du Cerf, Paris © 1983 Editorial Herder S.A., Barcelona ISBN 84-254-1278-1 tela ISBN 84-254-1279-X ristica Deposito vecal: B. 380-1991 PrinTED 1N SPAIN, Graros §.A. - Arte sobre papel - 08040 Barcelona A Nicole Legrain y Nicolas Walty, sin los cuales este trabajo no habria podido ver la luz, en reconocimiento amistoso fNDICE Introduccién general . rs 15 Explicacién de algunos términos woe we . 2 LIBRO PRIMERO: EL ESPIRITU SANTO EN LA «ECONOMIA». REVELACION Y EXPERIENCIA DEL ESPIRITU Nota sobre «experiencian Po Lo 25 Parte primera: Las escrituras canét 29 I. Antiguo Testamento. 2... 2 2 1 wD La palabra. Lo toe 29 La accién del soplo de Yahveh , 32 Los héroes, los «jueces» 33, Los profetas 34. Escritos de sabi- durta 37. Il. Nuevo Testamento : coe AE Bautismo, concepcién, vida de Jess 4 Los evangelios 41. La tradicién patristica 48. La teologia de He- ribert Miihlen 52. San Pablo. Loe Fo SS Los Hechos, de san Lucas . So 0 Los escritos joanicos. . 1. OB 1. Jess da el Espiritu 76, 2. El Pariclito prometido 81. 3. El Es: piritu en los discfpulos y en el tiempo de la Iglesia 85. Parte segunda: En Ja historia del cristianismo . | I. La experiencia del Espiritu en Ia Iglesia antigua... 2. 9 Tl. Hacia una teologia y un dogma acerca de la tercera Persona. . 101 iI. Destino del tema del Espfritu Santo, amor mutuo del Padre y a@l Hijo. . 1 2 we Co eB IV. San Sime6n, el nuevo tedlogo. Una experiencia del Espiritu. . 121 V. El Espiritu Santo en Ia plegaria de occidente durante Ia edad media 132 La liturgia sagrada . : Ce 182 Testimonio de las fundaciones . to ME VI VIL. VII. IX. Parte Indice El Espiritu Santo en los tedlogos - Joaquin de Fiore. Destino del joaquinismo . Pneumatologia en la historia del protestantismo - Los reformadores Ft George Fox, La sociedad de los amigos (cudqueros) - El pietismo woe soe . woe El «profetismo» de las Cevenas Ed. Irving Lugar del Espiritu Santo en el catol.cismo de la contrarreforma y de la restauracién postrevolucionaria - : Nota adicional woe Olvidos del Espiritu Santo . Ss Suplencias y suceddneos del Espiritu Santo. - 1. ucatistia 190, 2. Papa 191. 3. Virgen Maria 192. La pneumatologia del concilio Vaticano W. LIBRO SEGUNDO: SENOR Y DADOR DE VIDA primera: El Espiritu anima ta Iglesia Introducci6n . L I. n. Iv. Parte I m1. i iit fundador . Iglesia es hecha por el Espiritu. £1 es su co! or . t Telesia. ha nacido y vive de dos «misiones». El Espiritu es co- fundador de Ia Telesia 210. frit i incipio de comunién . ritu Santo hace una a la Iglesia. Es principio mu Ta tesa quna persona? 224. En la vida concreta y cotidiana de los fieles 226. El Espiritu Santo es principio de catolicidad toe La misién en los espacios humanos 228. El Espiritu Santo hace catélica a la Iglesia en el decurso del tiempo 232. El Espiritu Santo, «el Desconocido allende el Verbo» 240. it ici Ta Iglesia . . spirit Santo conserva 1a «apostolicidad» de Arend: os teologias de la apostolicidad, W. Pannenberg y JD. Zizioulas 255. it incipi i Iglesia . oe ‘ritu Santo, principio de santidad de la Te ts ime templo 258. La Iglesia esposa 261. Los combates de a Talesia santa de los pecadores 263. La comunién de los santos 266. segunda: El soplo de Dios en nuestras vidas personales . fritu y el hombre en el plan de Dios. Bion principio y fin de nuestra santificacién 272. El Espirit es el Naa absolute: prometido en plenitud escatolégicamente, poseido en fienza durante la vida presente 274, EI don del Espiritu en los tiempos mesi inicos . Bajo la Antigua y bajo la Nueva Disposici6n 278, 10 143 154 166 166 172 174 176 177 180 188 188 189 195 205 205 207 218 228 244 257 mM mn zB UW. Iv. VI. VIL. Parte Indice «Dios envid a nuestros corazones el Espiritu de su Hiio (Gal 4, 6) 1, «Habitacién, gcémo? 289. 2. Habitacién del Espiritu Santo, ide manera personal y propia?» 292. 3. «Un Espiritu que nos hace hijos adoptivos en virtud del cual clamamos: Abba! iPadre!» (Rom 8,15) 300. La vida en el Espiritu y segdn el Espiritu . Loe 1. El Espfritu Santo realiza, personaliza e interioriza la vida «en Cristo» 305. 2. Hoy y en Ja consumacién final. «Ya y todavia no» 313, El Espiritu Santo y nuestra oraci6n . «Orad en el Espiritu Santo» (Jds 20) . so La vida doxolégica de la Iglesia 318. La oracién individual 320, El Espiritu en nuestra oracién 320. El Espiritu en nuestra oracién de peticién 322. Espiritu y lucha contra la carne. Espiritu y libertad . ar Funcién del Espiritu en la conversién del pecador 329. El Espiritu nos hace verdaderamente libres 332. Los dones y frutos del Espiritu . tercera: La renovacién en el Espiritu, Promesas ¢ interrogantes . Introducci6n . IL. It. IV. Bibliografia (seleccién) A) Lo positivo de la «renovacién carismatican. Lo que aporta a la IJglesia . . B) Nuestros interrogantes sobre la «renovacién carismaticay . (Qué titulo emplear? ,«Carismatico»? Dos cuestiones criticas Inmediatez 370. Disminucién de los compromisos sociales 373. | Algunos carismas espectaculares . Lo a Hablar y orar en lenguas 376. «Interpretacién» y «profecia» 381. Milagros y curaciones 383. El discernimiento 386. El bautismo en el Espiritu - we ee ee En el pentecostismo 392. San Pablo 393. Los sindpticos, Q 394. Juan 395. San Lucas, los Hechos 397. Testimonio e interpretacién de la renovaci6n respecto del bautismo del Espiritu 401. Renovacién y ecumenismo Conclusién: «En la unidad det Espiritu Santo, todo honor y toda gloria» . A) En Jestis, Dios se ha dado un coraz6n de hombre, un coraz6n perfectamente filial rs soe B) En Jestis estamos destinados a ser hijos de Dios; él nos comu- nica la vida filial por su Espiritu ©) El Espiritu de Dios Ilena el universo. Acoge todo lo que es para gloria de Dios. ww we 1. El Espiritu acttia en todas partes 423. 2. El Espiritu guia secretamente la obra de Dios en el mundo 425. El Espiritu trenza, en una doxologia, todo lo que es para Dios en el mun- iW 284 305 317 318 325 340 349 349 351 353 365 365 370 376 392 405 416 416 420 422 Indice do 427. La Iglesia sabe a quién y por quién asciende esta alabanza. Ella recoge y da voz a la doxologia del universo 428. Nota sobre «Tu eres mi Padre» en la eternidad de la vida intradivina LIBRO Introduccién: TERCERO: «UN RIO DE AGUA DE VIDA» (AP 22,1) FLUYE A ORIENTE Y A OCCIDENTE 1. Presentacién . 2. Griegos y latinos en ‘teologia trinitaria . Parte primera: El Espiritu Santo en 1a tri-unidad divina . I. Conocimiento del misterio trinitario . 1. Las fuentes de nuestro conocimiento del Espiritu Santo. Nece- sidad y condiciones de una expresién dogmitica y teol6gica . 2. Trinidad «econémica» y Tri If. Etapas idad «inmanente» . y formas de una teologia de Ja tercera Persona . Antes de la crisis arriana A) En la parte griega de la Telesia « 1. 2. 3. B) rays ee Critica del arrianismo. Progreso de una teologta trinitaria . Los capadocios, Concilio de Constantinopla (381). San Juan Damasceno El Filioque profesado por los padres latinos y los coneilios antes de que se convirtiera en tema de divisién . La doctrina . Padres 489. Concilios y simbolos 491. El afiadido al simbolo . El patriarea Foeio. La era de las confrontaciones polémicas Nota sobre la teologia palamita Sobre Ia pneumatologia oriental hoy Occidente ante la revelacién de la Triunidad de Dios . San Agustin. . La teologia de las relaciones S18. El Filioque 524. Nota sobre 1a teologia trinitaria de san Agustin y la tradicién oriental 527, Las imagenes de Ia Trinidad 529. San Anselmo : La triadologia construida especulativamente, en la fe, bajo elsigno del amor. - - 7) 7 ee es a) Ricardo de San Victor . b) Alejandro de Hales y san Buenaventura Tomas de Aquino foo Definiciones dosmiticas en pneumatoiogia. Su necesaria hermenéutica Co III. Reflexiones teolégicas 1. EL Padre, fuente absoluta de la divinidad Padres griegos Occidente latino Tv. ro aep Meditacién teolégica sobre la tercera Persona . Sobre la maternidad en Dios y la feminidad del Est Por una cristologia pneumatolégica . lementos con vistas a un acuerdo Unidad de fe, fiversidad de formulacién teoldgica entre ariegos 12 432 437 437 439 447 447 447 434 463 463 466 470 490 490 495 498 S01 501 S17 518 533 540 545 552 563 568 568 570 578 588 598 608 Indice y latinos en Ja apreciacién de los doctores occidentale . 2. Tentativas y propuestas de acuerdo . Concilio de Florencia Apéndice . manas : 2) Ortodoxos y ‘viejos catélicos b) Ortodoxos y anglicanos . Apéndice . : Algunas propuestas de acuerdo | éSuprimir el «Filioque» en el simbolo!, . 2Un impacto eclesiolégico del «Filioquex? Conchusiones a modo de tesis mye Parte segunda: El Espiritu Santo y los sacramentos El «setlo del don del Espiritu», Reflexi al de camfmacioes eflexiones sobre el sacramento 1. Un cierto malestar 648. 2 Sentido 4 le la confirmacién’ tomado del misterio de Cristo 649. 3. La confirmacién en la construccién y misién de la Iglesia 651. 4. La confirmacién en el desarrollo del bautizado 651. 5. El bautismo-confirmacién y las dos misiones: Cristo - Espiritu 655. 6, Sugerencias para la practica 656. II. Sobre la epiclesis eucaristica . No puede separarse la epiclesis del conjunto de Ia plegaria eucaris. tica © andfora. La significacién de ésta 659. Las epiclesis del si- slo Iv. {Son ellas consecratorias o Jas palabras de la institucién? 663. 1 sentido occidental de la celebracién. El celebrante ordenado es ya una realidad sacramental 667. La expresién litirgica del misterio wenn Tas sos giadiciones originales 670, Simbolos de vida propios lel Oriente El zeon o pentecostés eucaristico 67 pan fermentado? 677. 6 cAcimos 9 Anexo: La funcién del Espiritu Santo en Ia eucaristia segtin la tra- dicién occidental . ° TI. El Espiritu Santo en nuestra comunién del cuerpo y sangre de Cristo IV. La vida de la Iglesia es enteramente epiclésica Indice alfabético 13 Relaciones y coloauis entre ortodoxos y comuniones no r0- 608 617 619 523 625 629 631 631 636, 647 647 658 678 687 696 705 INTRODUCCION GENERAL Hacia muchos afios que desedbamos escribir esta obra dedicada al Espiritu Santo. El movimiento actual de la «renovacién»>, llamada frecuentemente «carismatica>, encontrar4 acogida en esta obra, pero nuestro deseo es anterior a dicho movimiento. Este da, ciertamente, actualidad a nuestra empresa, urgencia incluso, de la que nos senti- mos gustosamente cdémplices. gDesde dénde hablamos? ;Desde qué perspectiva? gEn qué con- diciones? Seguimos las reglas clasicas de la fe que intentan compren- der lo que ella tiene y lo que ella vive. Debe todo lo que tiene a un don recibido de Jas Escrituras inspiradas o canénicas, por las que Dios nos habla y comunica lo que necesitamos conocer para responder al designio de amor que él acaricia para nosotros. Pero el cristiano es un hombre precedido. Con anterioridad a nosotros, muchas genera- ciones de fieles han reflexionado y vivido del Espiritu. Por consiguien- te, intentaremos comprender la fe no como aventureros solitarios, sino acompafiados por ellos, Acudiremos también a los testigos actua- les de la experiencia cristiana, ya que el Espiritu sopla hoy igual que en épocas anteriores. Dado que la revelacién y el conocimiento del Espiritu estan afec- tados de una cierta carencia de mediaciones de orden conceptual, es mas necesaria esta pregunta a la experiencia. Para hablar del Padre y del Hijo disponemos de nociones bastante bien definidas y accesi- bles como la paternidad y la generacién o la filiacién. Esos términos sirven para presentar propiamente la primera Persona y la segunda; son términos relativos que caracterizan a estas Personas por sus rela- ciones mutuas, Por el contrario «Espiritu» no dice nada de esto. Se nos ha hablado de la tercera Persona en términos comunes y absolutos: «Espiritu» conviene también al Padre y al Hijo; lo mismo podemos afirmar del término «Santo»: no son términos que signifiquen una persona. «Procesién» se aplica igualmente al Verbo-Hijo. No existe 15 Introduccién general una revelacién objetiva de la persona del Espiritu Santo como existe de la persona del Hijo-Verbo en Jests y, por él, de la persona del Padre. En este sentido, se ha hablado de una especie de kenosis del Espiritu Santo; se vaciaria, de alguna manera, de su propia persona- lidad para ser todo relativo, por un lado, a «Dios» y a Cristo y, por otro, a los hombres Iamados a realizar la imagen de Dios y de su Hijo. «A diferencia de Yahveh en el Antiguo Testamento y de Jestis en el Nuevo, el Espiritu Santo no ha empleado el pronombre per- sonal “yo”» 1. Se nos revela y conocemos al Espiritu Santo no en él mismo, al menos no directamente, sino por lo que obra en nosotros ?, Por otra parte, mientras que las actividades de la inteligencia no sdlo son perceptibles, sino trasparentes y, por consiguiente, definibles, las de la afectividad y del amor no han sido analizadas de igual manera 3. Volveremos a toparnos con todas estas dificultades cuando abordemos una teologia de la tercera Persona. Nos proponemos presentar nuestro trabajo en tres partes, con estas caracteristicas: I. La «economiay y la experiencia del Espiritu A) Segtin las Escrituras canénicas. B) En la vida de la Iglesia. Il. «Es Seftor y dador de vida»: A) El Espiritu anima la Iglesia: La Iglesia es hecha por el Espiritu. El es su cofundador. El Espiritu Santo hace una a la Iglesia. Es principio de comunién. El Espiritu Santo es principio de catolicidad. El Espiritu Santo conserva la «apostolicidad» de la Iglesia. El Espiritu Santo, principio de santidad en la Iglesia. B) El soplo de Dios en nuestras vidas personales: El Espiritu y el hombre en el plan de Dios. El don del Espiritu en los tiempos mesianicos. «Dios ha enviado a nuestros corazones el Espiritu de su Hijo.» La vida en el Espiritu y segtin el Espiritu. El Espiritu Santo y nuestra oracién. Espiritu y lucha contra la carne. Espiritu y libertad. Mysterium Salutis, p. 182 del t. 13 de la trad. fr., Paris 1972, (trad. cast. en Cristiandad, en 5 vol., Madrid 1969ss). 2. Observacién de san Bernardo, Sermo 88 de diversis, 1 (PL 183, 706); De Pentecoste sermo JI (323). 3. Lo sefiala Tomas de Aquino: ST, I, q. 37, a. 1; Comp. theol., c. 59. 16 Introduccién general Los dones y frutos del Espiritu. C) La renovacién en el Espiritu. Promesas e interrogantes. Lo positivo de Ja renovacién carismatica. Interrogantes: {Qué titulo emplear? Carismas espectaculares. Bautismo en el Espiritu. Renovacién y ecumenismo. D) «En la unidad del Espirita Santo, todo honor y toda gloria.» II. La «teologia del Espiritu A) La tercera Persona. La circumincesién. B) El Espiritu y el Verbo encarnado. C) ~Apropiacién? D) Oriente y Occidente: El Filioque. La epiclesis, Eucaristia y Espiritu Santo, Comenzaremos, de Ja forma més clasica, con un estudio escritu- ristico. Efectivamente, sean cuales fueren la amplitud y variedad de la accién del Espiritu, y, por consiguiente, sus manifestaciones, el sentido de esa accién y de estas manifestaciones nos ha sido entre- gado de forma . Pero la tradicién misma corre el peligro de borrar los matices mas acusados de los testimonios que le sirven de fuente de vida, matices que son un auténtico tesoro. Deja que se afirmen en el interior de ella misma, un poco como en las familias, donde cada hi propios gustos y cardcter. Pero ella, la Iglesia, es la familia, el hogar, Ja casa que habitamos. La unidad de la Iglesia es plenamente ca- télica. En un esfuerzo constante por salvaguardar estas consideraciones, Ppresentaremos una serie, por supuesto elemental e incompleta, de las experiencias y manifestaciones del Espiritu, primero en el plano de la revelacién testimoniada en la Escritura, y después en el nivel de la vida de la Iglesia a través de una historia dos veces milenaria. No nos hacemos demasiadas ilusiones. Nuestro trabajo pareceré a muchos lectores extremadamente 4rido; a los especialistas, demasiado elemental... La materia de cada una de sus minisecciones podria ser objeto de una extensa y erudita monografia. Existen bellas monogra- fias acerca de algunos de los temas. Hemos lefdo, utilizado y citado muchas de ellas, pero hemos retenido tinicamente lo que es esencial para nuestro objetivo. Tratamos de conocer y de ensefiar. Somos conscientes de que no debemos pararnos ahi. En el cristianismo, el conocimiento es sdlo camino para la comunién y el amor. Creemos firmemente en la unién 5. Constitucién dogmitica conciliar Dei Verbum, n.° 8, § 1. 18 Introduccion general necesaria entre el estudio teoldgico y la vida de alabanza; doxologia, practica de la liturgia en la que comulgamos en los misterios median- te su celebracién. Tal vez deberiamos citar mas los textos en vez de limitarnos a dar referencias de ellos. Efectivamente, es absolutamente necesario ir a ellos, leerlos, saborearlos. La Escritura es el vestibulo del reino de Dios. Misién del Espiritu Santo es introducirnos en él. Que él sea nuestra ayuda, para quienes hablamos de él y para los lectores de nuestros humildes capitulos. Cada persona tiene sus dones, sus medios, su vocacién. Los nues- tros son los de un cristiano que ora y de un tedlogo que lee muchos libros y toma muchas notas. jPermitasenos cantar nuestro canto! El Espiritu es soplo. El viento canta en los Arboles. También nosotros querriamos ser una lira humilde a la que haga vibrar y cantar el soplo de Dios. El trabajo arduo de la investigacién pretende tensar y ajus- tar las cuerdas de esa lira. |Que el Espiritu les haga emitir un canto armonioso de oracién y de vida! EXPLICACION DE ALGUNOS TERMINOS Cireumincesién (Circuminsesin): traduce el término griego perikhoresis y significa el estar una de las personas divinas en otra, su interpretacién, su interioridad reciproca. Cf. Jn 10,38; 14,10; 17,21. Doxologia, doxolégico: Acto y férmula de alabanza; asi, al final del canon de la misa o al final de los salmos en Ia recitacién coral. Economia, econémico: La secuencia de lo que Dios hace en la historia del mundo para dar a conocer, y lograr que se realice, su plan de salvacién. Eon: Epoca, considerada no sélo como un espacio de tiempo concreto, sino como un gobierno o régimen concreto, una determinada condicién en el plano espi- ritual. En Jas traducciones suele vertirse por la expresién «este mundo» (2Cor 4,4), 0 «el mundo venidero» (Heb 6.5). Epiclesis: Invocacién del Espirit Santo, celebracién que incluye una invocacién de ese tipo. Epitimia(s): prdcticas impuestas por el padre espiritual: corresponderian de algu- na manera a lo que Iamamos Ja «penitencia» indicada por el confesor. Hesicasmo, hesicasta: Escuela de espiritualidad (Sinai en el siglo 1v; de alli al monte Athos, siglo x11) que se compone de silencio, soledad, recogimiento (retorno al interior). Kenosis: literalmente, hecho de vaciatse de si mismo (cf. Flp 2,7); renuncia a ma- nifestarse en su gloria, en una evidencia radiante. Higumeno: Superior de un monasterio, en la Iglesia de Oriente. Modalismo: Error en dogma trinitario. Consiste en considerar al Verbo o al Es- piritu Santo como simples modos de manifestacién de la divinidad. Procesién: En teologia trinitaria, derivacién de una persona partiendo de otra, pero consubstancialmente, en la unidad de una misma divinidad. 21 LIBRO PRIMERO El Espiritu Santo en la «economia» REVELACION Y EXPERIENCIA DEL ESPIRITU NOTA SOBRE «EXPERIENCIA» Hemos subtitulado el libro primero «Revelacién y experiencia del Espiritu». Se trata, por consiguiente, de vias ofrecidas a nuestro cono- cimiento objetivo del Espiritu, no de lo que vivimos y sentimos per- sonalmente. La revelacién consiste en lo que Dios mismo nos ha comunicado por la historia de su pueblo interpretada por personas inspiradas: primero por los profetas y los sabios de Israel y después por el hecho decisivo de Jesucristo, por los evangelistas, los apdstoles o sus porta- voces. En consecuencia, la primera tarea consiste en preguntar a las Escrituras canénicas. Pero si Dios continia actuando en la historia y en las vidas situadas mas ac4 de lo que podemos llamar periodo cons- tituyente — no es esto lo que hace el Espiritu? — tendremos que aprender algo de lo que, después de ese periodo, ha radicalmente sur- gido de él. No debemos entender de manera simplista la idea de reve- lacién «cerrada con la muerte del ultimo apéstol». Dios nos da a conocer algo después de ese final. La experiencia del Espiritu ha con-: tinuado. Hoy es tan intensa y activa como en cualquier otra época y la referencia a lo que nos ensefia el periodo constituyente continia. siendo normativa. En esto consiste, precisamente, el juego entre la’ Vscritura y la tradicién viva. Por esta razén intentaremos trazar la historia, no de la accién del Espiritu — absolutamente imposible —, sino de algunos momentos significativos del conocimiento que se ha tenido y se ha formulado del Espiritu. No ser4 propiamente una his- toria del dogma. Se tratard, de la mano de la historia, de informaciones sobre la idea que se ha expresado de la accién del Espiritu Santo, mas alla del dogma que toca a la tercera Persona. «Experienciay: Con este término entendemos la percepcidn de la realidad de Dios tal como viene a nosotros, actta en nosotros y por medio de nosotros, arrastrandonos hacia él en una comunidn, una umistad, en un ser el uno para el otro. Todo esto, ciertamente, sin 25 Nota sobre «cxperiencian desdoro para la visién, sin abolir la distancia en el orden del conocer de Dios mismo, pero elevandola al plano de una presencia de Dios en nosotros como fin amado de nuestra vida. Presencia que se hace sensible a través de signos y en los efectos de paz, gozo, certidumbre, consuelo, iluminacién y todo el restante cortejo del amor. La expe- ncia descrita por los grandes misticos es un grado singular, excep- cional, de esta percepcidn de una presencia de Dios dada como objeto vivo de conocimiento y amor para que «gocemos» de ella. Mas aca de Jo excepcional se halla lo ordinario. En la oracién, en la practica de los sacramentos de la fe, de la vida en Iglesia, del amor de Dios y del préjimo recibimos la experiencia de una presencia y de una accién de Dios en las Ilamadas y signos que hemos dicho. Por supuesto, sdlo adquirimos conciencia de esta experiencia y la explicitamos en expresiones © en una interpretacién conceptual que son nuestras. «El Espiritu mismo da testimonio a nuestro espiritu de que somos hijos de Dios» (Rom 8,16). Nos captamos en relacién con Dios. En esto consiste la experiencia religiosa'. No podemos dudar. La experiencia aporta su propia certeza. Y ésta es corroborada por la coherencia, la homogeneidad de nuestra experiencia y de sus expre- siones con el testimonio de otros creyentes y de aquella multitud de testigos de que habla la carta a los Hebreos (12,1). Pero, aunque ten- gamos una certeza practica, no podemos afirmar de manera infalible —salvo revelacién particular— que nos hallamos en «estado de gra- cia>. Fuera de una visién inmediata de Dios sin concepto creado, no existe percepcién de Dios y de su accién que no pase por nuestros propios recursos mentales y que no se mezcle con las peculiaridades de éstos. Sabemos cuales son los indicios que nos indican que toda esa per- cepcién no es pura cosecha nuestra, sino que viene de Dios: el con- texto de toda la vida, el servicio eficaz de los fines de la caridad, de las llamadas © exigencias contrarias a lo «carnal» de nosotros mis- mos. El tema evangélico y paulino de la lucha entre la carne y el Es- piritu responde a una realidad que forma parte de la experiencia cristiana. 1. Definicién dada por J. Mouroux (L'expérience chrétienne. Introduction d une théologie, Paris 1952, p. 21, 25, 48, 369) y que hacen suya D. Mollat (L’expé- rience de l'Esprit-Saint selon le Nouveau Testament, Paris 1973, p. 1) y MJ. Le Guillou, Les témoins sont parmi nous. L'expérience de Dieu dans PEsprit-Saint, Paris 1976. Para la nocién de experiencia cristiana, adem4s de Mouroux, cf. H.U. von Balthasar, La Gloire et la Croix. Les aspects esthétiques de la Révélation, 1, Paris 1965, p. 185-360: Ja experiencia de la fe; P. Jacquemont, J.-P. Jossua, B. Quel- quejeu, Une foi exposée, Paris 1972, p. 171-174; nota sobre el uso del témino «experiencian; «Revue internationale catholique Communio», t. I, n.° 8, noviem- bre 1976. En el n.° 133 de «Conciliumy, marzo 1978, hay pocas cosas para nue tro tema. 26 Nota sobre «experiencia» No seguiremos esta experiencia en las expresiones de su realidad vivida, la de los relatos espirituales, de las vidas de los santos. Nos atendremos a su interpretacién teolégica, y no en un estudio o expo- sicién de la vida espiritual, sino en una teologia del Espiritu Santo y de su funcién en la Iglesia. Nos ocuparemos de aspectos teéricos 0 de momentos objetivos del conocimiento del Espiritu. 27 PARTE PRIMERA LAS ESCRITURAS CANONICAS I ANTIGUO TESTAMENTO La palabra El término hebreo ruah, traducido casi siempre por el griego pneuma, significa soplo, aliento, aire, viento, alma. Especialmente si se trata del Antiguo Testamento, pero también a veces en el Nuevo, la traduccién por la palabra «soplo» da a los hechos narrados y a los textos biblicos un realismo, un relieve, que nuestra palabra

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