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El documento describe cómo el dinero puede comprar cosas materiales pero no cosas intangibles como el amor, la felicidad o la salud. Aunque el dinero puede comprar una casa, un reloj o un médico, no puede comprar un hogar, el tiempo o la salud real. El documento concluye que Dios nos da gratuitamente cosas como el cielo y un salvador que el dinero no puede comprar.
El documento describe cómo el dinero puede comprar cosas materiales pero no cosas intangibles como el amor, la felicidad o la salud. Aunque el dinero puede comprar una casa, un reloj o un médico, no puede comprar un hogar, el tiempo o la salud real. El documento concluye que Dios nos da gratuitamente cosas como el cielo y un salvador que el dinero no puede comprar.
El documento describe cómo el dinero puede comprar cosas materiales pero no cosas intangibles como el amor, la felicidad o la salud. Aunque el dinero puede comprar una casa, un reloj o un médico, no puede comprar un hogar, el tiempo o la salud real. El documento concluye que Dios nos da gratuitamente cosas como el cielo y un salvador que el dinero no puede comprar.
El dinero puede comprar una casa, pero no un hogar.
El dinero puede comprar un reloj, pero no el tiempo. El dinero puede comprar una cama, pero no el sueo. El dinero puede comprar un libro, pero no el conocimiento. El dinero puede pagar un mdico, pero no la salud. El dinero puede comprar una posicin, pero no el respeto. El dinero puede comprar la sangre, pero no la vida. El dinero puede comprar sexo, pero no el amor. Con dinero podemos comprar una cama, pero no un sueo. Con dinero podemos comprar libros, pero no cultura. Con dinero podemos comprar comida, pero no apetito. Con dinero podemos comprar adornos, pero no la belleza. Con dinero podemos comprar una casa, pero no un hogar. Con dinero podemos comprar medicinas pero no salud. Con dinero podemos comprar lujos pero no simpata. Con dinero podemos comprar diversiones, pero no felicidad. Con dinero podemos comprar un crucifijo, pero no un Salvador. Con dinero podemos comprar una iglesia, pero no el cielo. Y recuerda que lo que el dinero no puede comprar, Dios nos lo da diariamente, sin cobrar!