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biblia3er_anio/3_3_enelprincipioII.html
El nombre griego proviene del contenido del libro: el origen del mundo, el gnero humano y el
pueblo judo, la genealoga de toda la humanidad desde el comienzo de los tiempos. Tambin
"gnesis" tiene el sentido de "prlogo", ya que la historia juda comienza propiamente con
el xodo, del cual el Gnesis es simplemente un prolegmeno. Este ttulo aparece en la
Versin de los Setenta o Septuaginta Griega. En hebreo, el libro se llama Bere'schth: "En el
Principio", que se toma de la primera palabra de la frase de apertura.
Segn el Gnesis, el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Varios de los
personajes de este libro son relevantes para el pueblo
judo: No, Abraham, Isaac, Jacob y Jos, por ejemplo.
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_cristianismo#Ra
.C3.ADces_del_cristianismo
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_cristianismo
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Yendo a las causas, Juan Pablo II no deja de ser el mdico que no duda
en ir al fondo de la herida, aunque para ello deba de causar cierto dolor
al cuerpo. As, en una carta dirigida a los obispos estadounidenses, el 22
de abril de 1989, no dudar en dar un elenco claro y preciso de las
causas que atenazan el nacimiento de las nuevas vocaciones: Los
Institutos religiosos deben mantener un sentido claro y firme de la
propia identidad y misin. Un continuo estado de cambio de direccin, la
incoherencia entre como vienen expuestos los valores y los ideales y
cmo se viven de hecho en la realidad, una introspeccin y un centrarse
excesivo en s mismos, un nfasis exagerado por las necesidades de los
miembros del Instituto que se opone a las necesidades del pueblo de
Dios, constituyen a menudo obstculos para aquellos que desean seguir
la llamada de Cristo <> (A3).
Aqu Juan Pablo II tiene la idea clara y certera que las causas de la falta
de vocaciones las debemos buscar primero al interno de cada
Congregacin, analizando la coherencia con la que viven su propia
consagracin. Aos ms tardes, al referirse a los sacerdotes en Europa,
pero que podemos aplicarla a las religiosas de todo el mundo, dir
refirindose a este mismo problema: Y es indispensable que los
sacerdotes mismos vivan y acten en coherencia con su verdadera
identidad sacramental. En efecto, si la imagen que dan de s mismos
fuera opaca o lnguida, cmo podran inducir a los jvenes a
imitarlos?