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ISTORIA RITICA La Revolucién Rusa (octubre de 1917): een cree Cre rset MCTOpHA UCTOpHA CTOPHA MMiepvalv3M Tec Ra ) TO GY etae Facultad de Ciencias Sociales - Departamento de Historia Colombia ESMSEEEE Abril —junio 2017 ISTORIA RITICA N° 64 - Abril — junio 2017 Universidad de los Andes - Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Historia Bogota, Colombia Universidad de Universidad de los Andes | Vigilada Mineducacion los Andes Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964, Cabra Reconocimiento personeria juridica; Resolucton 28 del 23 de febrero de 1949 Minjusticia. ‘Traducciones en inglés Carol O'Flynn y English Link Global ‘Traduccién y correccién de estilo al portugués - Roanita Dalpiaz Correccién de estilo - Guillermo Diez Equipo Informatico - Claudia Vega Disenio de Arte y Diagramacién - Lorena Morales Imagen de portada - Conmemoracién centenario, 2017, Lorena Morales Impresién - Digiprint Editores $.A.S. La revista tiene todos sus contenidos en acceso abierto a través de su pagina web. La versién impresa tiene un costo y puede adquirirse en: Suscripeiones | Libreria Universidad de los Andes Cra 1a No 19-27 Bd. AU 106 - Bogots, Colombia ‘Tels. (671) 339 49 49 ext. 2071 - 2099 -http:/flibreria.uniandes.edu.co Canjes | Facultad de Ciencias Sociales - Universidad de los Andes Cra. 1a Este No. 18A- 10 Ed. Franco, piso 6, oficina 617 - Bogoté ~ Colombia - Tel [571] 3394949 Ext: 3318 publicacionesfaciso@uniandes.edu.co -http://publicacionesfaciso.uniandes.edu.co Paginas del mimero - 180 pp. Formato - 19x 24.5 cm Tiraje- 200 ejemplares Periodicidad - Trimestral ISSN 0121-1617. Min. Gobierno 2107 de 1987 eISSN 1900-6152 Precio - $ 30.000 (Colombia) * Las ideas aqui expuestas som responsabilidad exclusiva de los autores. * Elmaterial de esta revista puede ser reproducido sin autorizacién para uso personal o en el aula de clase, siempre y cuando se mencione la fuente. Para reproducciones con cualquier otzo fin es necesatio slicitar primero autorizacién del Comité Editorial de la revista, Acerca de la revista Historia Critica tiene como objetivo publicar articulos inéditos (en espafol, inglés y portugués) de autores nacionales y extranjeros que contribuyan al estudio de la Historia y al de las Ciencias Sociales y Humanas, para una mejor comprensin de los entornos sociales, politicos, econémicos y culturales del pasado y del presente. En este sentido, busca fortalecer la investigacién hist6rica, ia reflexién académica y la elaboracién de balances actualizados, que permitan construir didlogos en Ia comunidad académica nacional ¢ internacional. La Revista es una publicaci6n trimestral, (enero-marzo, abril-junio, julio-septiembre y octubre-diciembre) que se publica al inicio de cada perfodo seftalado, creada en 1989 y financiada por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universi- dad de los Andes (Colombia). Las secciones de la Revista son las siguientes: + Cartaa los lectores 0 Presentaci6n del Dossier informa sobre el contenido del mimero y la pertinencia de los temas tratados. + Dossier reine articulos que giran alrededor de una temitica especifica, convocada previ mente por el Equipo Editorial. + Tema abierto incluye articulos sobre variados intereses historiogrificos, distintos a los que retine el dossier. La Revista cambia la estructura de presentacién de sus secciones en los mimeros que son exclusi- vos de Tema abierto, donde no aparece la seccién de Dossier. Historia Critica en algunas ediciones incluye la seccién Traduccién que contiene articulos publicados en idiomas distintos al espanol, inglés y portugué: Palabras clave: historia, ciencias sociales, ciencias humanas, investigacién, historiografia, balan ces historiogrificos. Historia Critica declara que, todos los articulos que se reciben son sometidos ala herramienta de deteccién de plagio; los contenidos que se publican en la versién digital son de libre acceso y se pueden descargar en formato PDF, HTML y en versién e-book; los autores deben manifestar que el texto es de su autoria, inédito, y que respetan los derechos de propiedad intelectual de terceros; en cuanto a los evaluadores, deben sefialar en el formato de evaluacién que no tienen conflict de interés con los autores y temas sobre los que van a conceptuar. La revista hace parte de los siguientes catalogos, bases bibliograficas, in mas de indexacién: es y siste- Publindex:- indice Nacional de Publicaciones Seriadas Cientificas y Tecnoldgicas Colombianas, (Colcien- ias, Colombia), desde 1998, Actualmente en categoria Al Sociological Abstracts y Worldwide Political Science Abstracts (CSA-ProQuest, Estados Unidos), desde 2000. Ulrich’s Periodicals Directory (CSA-ProQuest, Estados Unidos), desde 2001. PRISMA - Publicaciones y Revistas Sociales y Humanisticas (CSA-ProQuest, Gran Bretafia), desde 2001. Historical Abstracts America: History &Life (EBSCO Information Services, antes ABC-CLIO, Estados Unidos), desde 2001. HAPI- Hispanic American Periodical Index (UCLA, Estados Unidos), desde 2002. OCENET (Editorial Oceano, Espaiia), desde 2003. LATINDEX - Sistema Regional de Informacién en Linea para Revistas Cientificas de América Latina, el Caribe, Espaita y Portugal (México), desde 2005. Fuente Académica, Current Abstracts, EP Smartlink Fulltext, TOC Premier, Academica Search Complete, SocINDEX (EBSCO Information Services, Estados Unidos), desde 2005, RedALyC - Red de Revistas Cientificas de América Latina y El Caribe, Espana y Portugal (UAEM, México), desde 2007. DOAJ- Directory of Open Access Journal (Lund University Libraries, Suecia), desde 2007. Informe académico y Académica onefile (Estados Unidos), desde 2007. CLASE - Citas latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades (UNAM, México), desde 2007. DIALNET - Difusién de Alertas en la Red (Universidad de La Rioja, Espafia), desde 2007, CIBERA - Biblioteca Virtual Iberoamericana/Espaita/Portugal (German Institute of Global and Area Studies, Alemania), desde 2007. Scif.LO - Scientific Electronic Library Online (Colombia), desde 2007. CREDI - Centro de Recursos Documentales ¢ Informatics (Organizacién de Estados Tberoamericanos, Espatia), desde 2008. HLAS - Handbook of Latin American Studies (Library of Congress, Estados Unidos), desde 2008. LAPTOC - Latin American Periodicals Tables of Contents (University of Pittsburgh, Estados Unidos), desde 2008, Social Sciences Citation Index - Arts and Humanities Citation Index (ISI-Thomson Reuters, Estados Unidos), desde 2008. SCOPUS - Database of abstracts and citation for scholarly journal articles (Elsevier, Paises Bajos), desde 2008 LatAm -Estudios Latinamericanos (International Information Services, Estados Unidos), desde el 2009. SciELO Citation Index (‘Thomson Reuters-SciELO), desde 2013. Portales Web: http://www-lablaa.org/listado_revistas.htm (Biblioteca Luis Angel Arango, Colombia), desde 2001. hitp://www.cervantesvirtual.com/portales/ (Quérum Portal de Revistas, Universidad de Alealé, Espaita), desde 2007. http://sala.clacso.org.ar/biblioteca/Members/lenlaces (Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO, Argentina), desde 2007. http://www-historiadoresonline.com (Historiadores OnLine - HOL, Argentina), desde 2007. hitps://iniandes academia.edu/REVISTAHISTORIACRITICA (Academia edu-Share research), desde 2016. Tabla de contenido Carta alos lectores-9-10 Articulos dossier: La Revolucién Rusa (octubre de 1917): impacto en Europa y América Latina Presentacién: los estudios sobre la Revolucién Rusa de 1917 en América Latina-13-26 Renan Silva, Universidad de los Andes, Colombia La Revolucién Rusa de 1917: dilemas einterpretacin -27-38 Hugo Fazio Vengoa, Universidad de los Andes, Colombia La Revolucién Rusa de octubre de 1917 y los comienzos del régimen comunista: aspectos dela recepeién piiblica y la dinémica politica en Portugal (1917-1926) -39-60 Ernesto Castro Leal, Universidade de Lisboa, Portugal Bolcheviquismo islenio: Rusia y la Tercera Internacional en los imaginarias revolucionarios uertorriqueiios, 1919-1936 61-80 Sandra Pujals, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras Elencuentro dela izquierda cubana con la Revolucién Rusa: el Partido Comunista y la Comintern 81-100 Vietor Jeifets - Lazar Jeifets, Universidad Estatal de San Petersburgo, Rusia La Internacional Comunista y los comienzos del Secretariado Sudamericano a través dela sistematizacién regional del proceso de bolchevizacién-101-118 Victor Augusto Piemonte, Universidad de Buenos Aires, Argentina ‘Tema abierto La politica chilena en la postguerra del Pacifico: poder, influencia y relaciones con Ecuador 122-139 Claudio Ty 1eroa, Universidad Técnica Federico Santa Marie, Chile Gudntos somos? Una historia de los censos civiles y de ta organizacién estadistica en Colombia en la primera mitad del siglo XX-141-160 Victoria Estrada Orrego, Universidad Nacional de Colombia Table of Contents Letter to readers -9-10 ‘Thematic Articles: The Russian Revolution (October 1917): Impact in Europe and Latin America Presentation: On the studies about the Russian Revolution of 1917 conducted in Latin America -13-26 Renan Silva, Universidad de los Andes, Colombia ‘The Russian Revolution of 1917: Dilemmas and Interpretation -27-38 ‘Hugo Fazio Vengoa, Universidad de los Andes, Colombia ‘The Russian Revolution of October 1917 and the Beginning ofthe Communist Regime: Aspect of its Public Reception and Political Dynamics in Portugal (1917-1926) -39-60 Ernesto Castro Leal, Universidade de Lisboa, Portugal Island Bolshevism: Rusia and the Third International in Puerto Rican Revolutionary Imaginaries, 1919-1936 -61-80 ‘Sandra Pujals, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras, ‘The Encounter between the Cuban Left and the Russian Revolution: The Communist Party ‘and the Comintern 11-100 Victor Jeifets - Lazar Jeifets, Universidad Estatal de San Petersburgo, Russia ‘The Communist International and the Beginnings of the South American Secretariat through Regional ‘Systematization ofthe Bolshevication Process “101-118 Victor Augusto Piemonte, Universidad de Buenos Aires, Argentina Open Forum (Chile's Post-War Policy in the Pacific: “ower, Influence and Relations with Ecuador 424-138 Claudio Tapia Figueroa, Universidad Técnica Federico Santa Marie, Chile How Many Are We? A History of Civil Censuses and Statistical Organization in Colombia in the First Half ofthe 20th Century -141-160 Victoria Estrada Orrego, Universidad Nacional de Colombia Editorial Policies Lista de conteados Carta aos leitores-9-10 Artigos dossié: A Revolusio Russa (outubro de 1917): impacto na Europa ena América Latina Apresentagio: Os estudos sobre a Revolugao Russa de 1917 na América Latina 13-26 Renain Silva, Universidad de los Andes, Colombia A Revolugao Russa de 1917: dilemas einterpretagao -27-38 ‘Hugo Fazio Vengoa, Universidad de los Andes, Colombia A Revolugao Russa de Outubro de 1917 ¢ as primérdios do regime comunista: aspectos da recepgao iblica e da dinimica politica em Portugal (1917-1926) -38-60 Ernesto Castro Leal, Universidade de Lisboa, Portugal Bolchevismo islenho: Rissa ¢ a Terceira Internacional nos imaginérios revolucionérios porto-rique- rnhos, 1919-1936-61-80 Sandra Pujals, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras O-encontro da esquerda cubana com a Revolucao Russa: 0 Partido Comunista ¢ a Comintern 81-100 Victor Jeifets - Lazar Jeifets, Universidad Estatal de San Petersburgo, Rissia A lnternacional Comunista eo inicio do Secretariado Sul-americano por meio da sistematizacao regional do processo de bolchevizagao -101-118 Victor Augusto Piemonte, Universidad de Buenos Aires, Argentina ‘Tema aberto A politica chilena pés-guerra do Pacifico: poder, influéncia e relagdes com o Equador-124-139 Claudio Tapia Figueroa, Universidad Técnica Federico Santa Maria, Chile Quantos somos? Uma histéria dos censos civis e da organizagao estatstca na Colémbia na primeira ‘metade do séeulo XX-141-160 Victoria Estrada Orrego, Universidad Nacional de Colombia Politicas editoriais Carta a los lectores Octubre de 1917 es una fecha recordada por una serie de hechos politicos que marcarian el curso de la historia del mundo, en el contexto de la Primera Guerra Mundial: la Revolucién Rusa y la creacién de la Internacional Comunista [la Komintern]. La experiencia soviética ha formado parte desde entonces de las referencias de los grupos socialistas en todo el mundo, con sus postulados formales de justicia e igualdad social, con sus principios criticos de las sociedades capitalistas, y fue durante mucho tiempo bandera de los movimientos sociales en los cinco continentes. Para Historia Critica, este mimero tematico, La Revolucién Rusa (octubre de 1917): impacto en Europa y América Latina, es la oportunidad no sélo para conmemorar el centenario de la Revolucién de Octubre, sino también para reflexionar sobre un acontecimiento hist6rico, social, politico y cultu- ral que continiia siendo un problema de inmenso interés hist6rico ¢ historiogrifico. Los articulos que presentamos, mas alli de sus propios valores de andlisis, cuya afirmacién 0 negacién corren por cuenta del lector, ponen de presente la trascendencia de la Revolucién Rusa de 1917 para el siglo XX, aunque aqui s6lo damos cuenta de un fragmento de ese impacto e influen- Cia, a través de la consideracién de los casos de Portugal, Puerto Rico, Cuba y algunos paises de Sudamérica (Argentina, Brasil, Chile y Uruguay), en los afios inmediatamente siguientes a la toma del poder por los s6viets. Los articulos, leidos en su conjunto, tienen la virtud de presentar de ‘manera particular, pero a su vez. general, las complejas relaciones entre los movimientos sociales en ascenso a principios del siglo XX y su intento de control y “administracién” por parte de los comunistas soviéticos, a través de la Internacional Comunista. Esto significé que las formas mis extendidas de socializacién en las versiones modernas del socialismo, las elaboradas en el marco de los anilisis propuestos por Marx sobre el capitalismo y la revolucién obrera, se fueran procesando en el marco del comunismo soviético y de lo que por mucho tiempo se llamé el “marxismo-leni- nismo”; una particular codificacién tedrica de los principios de accién que intentaba universalizar el Partido Comunista de la URSS, a partir de su propia experiencia y, de manera cada vez mis visible, en funcién de sus propios intereses en el campo internacional. Remitiéndonos a otras secciones de la Revista, presentamos en Tema abierto dos articulos. El primero, de Claudio Tapia Figueroa, sobre la politica chilena de postguerra del Pacifico y las relaciones con Ecuador. La politica externa y el reordenamiento del territorio chileno como con- secuencia de la guerra del Pacifico (1879-1883), que se vivi6 durante el proceso de construccién de fronteras y la consolidacién de Estados después de las guerras de independencia en el siglo XIX, se presentan aqui en el escenario de las relaciones politicas y diplomaticas con Ecuador. El trinsito de un discurso fuerte y desafiante desde la estrategia militar a uno moderado con vinculos diplo- maticos es el tema central de este articulo, que realiza un recuento de los mecanismo de disuasién empleados por el Gobierno chileno —considerado, por demés, como una potencia regional en América del Sur— para favorecer las relaciones econémicas, politicas y juridicas con Ecuador. Para el autor, tras el anilisis de correspondencia, tratados bilaterales y compendios de discursos presidenciales, es claro el rol que adquieren dentro del discurso diplomitico chileno las relaciones con los Estados paravecinos, que se concretaban en importantes vinculos y tratados bilaterales en las décadas siguientes a esta guerra. El segundo articulo es de autorfa de Victoria Estrada Orrego y trata sobre los censos civiles y la organizacién estadistica en Colombia en la primera mitad del siglo XX. La autora analiza la 10 Carta als lectores produccién, la organizacién y el uso de estadisticas demogritficas, consideradas herramientas cien- tificas fiables para la construccién de politicas de ordenamiento y buen gobierno, y los problemas que enfrenté el Estado colombiano en su implementaci6n en los censos de 1905, 1912 y 1918. En estos registros, que podian tener variables diferentes de acuerdo a los intereses del Gobierno de turno, buscé cuantificar la poblacién masculina con el derecho al voto, estado civil, propietarios que sabfan leer y escribir, ademis del niimero de leprosos, la importancia de la vacunacién, los origenes 0 el color de piel, algunos de estos elementos asociados a la construccién de Estado-na- cién de la Constitucién de 1886. A través del estudio de estas variables, la autora identifica ademas algunas de las dificultades enfrentadas por el Estado en la realizacién y el procesamiento de los ccensos, desde poco personal calificado, insuficientes maquinas tabuladoras, hasta la participacién de grupos politicos, que evan a cuestionar cifras y datos que al parecer no coincidfan con las pro- pias particularidades de la poblacién y del territorio colombiano. Por titimo, el Equipo Editorial da la bienvenida como directora de la Revista a la profesora Muriel Laurent, directora del Departamento de Historia, y agradece al profesor Camilo Quintero cl apoyo dado en las labores editoriales en estos dos afios de direccién. Maria Cristina Pérez a3 Presentation: On the studies about the Russian Revolution of 1917 conducted in Latin America® Renan Silva Universidad de los Andes, Colombia por: dx.doi.org/10.7440/histerit64.2017.01 “Abstract: The fundamental idea developed within this paper —he result of a thorough study of the recent bibliography on the relationships between the Komintern and Latin America— is that there exist new conditions, following the dissolution of the Union of Soviet Socialist Republics (USSR), in an attempt to approach, upon less passionate and less compromised bases, from the standpoint ofthe political parties, the history relevant to analyze the political culrutes in Latin America during the XX Century. Keywords: historiography (Author Latin America, Russian Revolution, 1917, political cultures (Thesaurus). Los estudios sobre la Revolucion Rusa de 1917 en América Latina Resumen: Laidea central queatraviesal presente texto — producto den estudio cuidadoso dela bibliografia reciente sabre el problema de las relaciones entre la Komintern y América Latina— es que existen nuevas condiciones, ego de desaparecida la Unién de Repiiblicas Socialists Soviéticas (URSS), para abordar, sobre bases menos pasionales y menos comprometidas en términos partidistas, una historia que resulta significativa para el anilisis de las culturas politcas latinoamericanas en el siglo XX. Palabras clave: América Latina, historiografia (Uhesaurus); Revolucién Rusa, 1917, historiografia, culturas politicas (Autor). Os estudos sobre a Revolucao Russa de 1917 na América Latina Resumo: A ideia central presente neste texto — produto deum estudo cuidadoso da bibliografia recente sobre © problema das relagies entre a Komintern e a América Latina— se refere a que existem novas condigdes, apés o desaparecimento da Uniio das Repiiblicas Socialistas Soviéticas (URSS), para abordar, sobre bases ‘menos apaixonantes e menos comprometidas em termos partidérios, uma historia que resulta significativa para a anslise das culturas politicas latino-americanas no século XX. Palavras-chave: América Latina, historiografia, Revolucdo Russa (Thesaurus); culturaspoliticas, 1917 (Autor). In preparation of the text here in the authors have considered the usual literature upon the problem, and pri marily the most recent works performed in Latin America as they were able to consult new archives made available to researchers, after the dissolution of the USSR. 4 Presentation: On the studies about the Russian Revolution of 1917 conducted in Latin America Renan Siva, Areal heritage worth researching ‘The paragraphs below do not intend to characterize what has been written in recent years —say, from the dissolution of the USSR— by historians about the Russian Revolution of 1917 and its impact in Latin America, in times of the International Communist [the Komintern]." A very diffi- cult task, partly because the materials and the analysis continue to grow, without having available a comprehensive study to group and characterize such studies and to propose some paths to follow to continue with the task.* It does not intend to characterize the set of texts on the topic published in the current edition of Historia Critica, in the form of a dossier to join many others that have been produced and those which will continue to be produced in the next few months. All within the framework of a new anniversary of the October Revolution, considering next October will be the commemoration ofits first century. “The real purpose of this article is to remember that such Revolution, which does not really convey much, if any, to most of Young citizens of today’s world, continues to be an issue of the outmost historical and historiographical interest, since it is a fact of fundamental importance for the XX Century. ‘This from the standpoint of the forces that nurtured and shaped the past century, since it was a trial for a political organization which was not comfortable when new institutions were fostered and imposed upon the wide territory of the former Russian Empire. It was also —and for the first time in recent history of mankind, and resembling the great monothe- ist religions— an attempt to convert the world to its creed, with the purpose of fostering a world revolution against any type of previous political order. To accomplish the aforementioned, there was an attempt to create, with relative success, an international political party, headed by Moscow (the International Communist, created in 1919 by Lenin himself and the group of leaders that supported him), even if at the end the practical successful results for the societies that attempted such a change were not that many.* 1 ‘Thebibliography on the International Communistis extensive and repetitive. critical and valuable perspective, even if some years have already gone by, is the one written by Pierre Broué, Histoire de Internationale Communiste, 1919-1943 (Paris: Fayard, 1997). More specifically for Latin America, there isa short book by Manuel Caballero, La Internacional Comunistay la revolucién latinoamericana, 1919-1943 (Caracas: Alfs, 2006 [1986]. Every oficial document from the Conferences held by the International Communist was published by Cuadernos Pasado y Presente and Faitorial Siglo XXI between 1973 and 1984, 2 Inour countries, we donot find many documents similar to the North American handbook, thereforeitis difficult to update the bibliographic status of a research problem. Then of course, there are none of such documents for a problem such as Latin America and the International Communist. However, there isa very important work instrument: Lazar Jeifetz, Victor Jeifetz and Peter Huber, La internacional Comunista y América Latina, 1919- 1943. Diccionario biogréfico (Mosei/ Ginebra: Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias/Institut pour 'Histoire du Communisme, 2004). 3. Fora history of synthesis on the USSR in the XXth Century, of: Robert Service, Historia de Rusia en el siglo XX (Barcelona: Critica, 2001 [1997]). A discussion on the first quarter of the XX Century in Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX (Barcelona: Critica, 1995 [1994]), Chapters I-VIL. An overview of the communist idea in the XX Century may be found in Frangois Furet, El pasado de una iusin. Ensayo sobre ta idea comunista enel siglo XX (México: FCE, 1995). And ifthe reader considers the excellent dissertation by Furet to be sort of unilateral, the same may be balanced with the book by Eric Hobsbawm, Cémo cambiar el mundo. Marx yl marxismo 1840-2011 (Barcelona/Buenos Aires: Critica, 2011), which knowingly weaves the history of Marxism and communism, Hist. Cait. No, 4 AbsiLjunio. Pp 13-26 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.01 ‘The 1971 Revolution turned out to be transcendental for the political culture, guiding the social movements in Latin America, not because the communist alternative had that many successes within its national societies, but because the feared “Moscow Whisper” became an ideological principle, followed by a significant and numerous groups of workers, greater than those actually accepted by the conservative version as part of the national histories of these countries and even if these are less than the assertions by left wing versions.* The importance of the “Moscow Whisper” —an expression coined after the times of the Komintern— is connected to the fact that the Russian Revolution of 1917 coincided in time with the first social movements of anti-capitalist nature raising in the region, as well as with the begin- ning of the first socialist and anarchist preaching these societies learned about. Such preaching was mostly inspired by the European socialism and anarchism, and, later on, by the Soviet Revolution, whose actual organizational and ideological influence will express itself after 1925 when the great ‘wave of the first anticapitalistic social movements rose and reached its greater peaks. ‘Then a less radical and “spontaneous” new cycle and the integration process of Popular Fronts of the struggle against fascism began. Fronts in which this initial subsuming of protests from social forces were experiencing the modern industrial world; these were mostly against the commodity export and transportation sectors and certain other sectors that were emerging within the functions of the State broadening framework and, clearly amid the first intellectual modern middle classes that the society knew about’ ‘The truth is that, both in the realm of ideology as well as in that of social movements, Soviet communism became a reality in Latin America —even if there is still disagreement in terms of its real dimensions and its true influence —and ever since, many have been the testimonies of the main actors of the process‘ —the same happens to the number of testimonies by opponents. It is a process that marked the culture of society, and which created a tradition which would not only shaped the modern protest throughout the XX Century, but which would also have imposed a ver~ sion of ts “prehistory,” after the Soviet version ofsocial struggles andits verdict upon the history of previous social movements. These were subsequently disqualified (in general, under the alternate nicknames of “petit-bourgeois,” “adventurers,” “opportunistic”) since such movements did not follow the model of socialist struggles that Moscow and the International Communist had coded; a 4 Asummary dissertation and without prejudice on Latin American politics for most part of the XX Century, even ifit does show unequal emphasis according to the countries, in Alan Angell, “La izquierda en América Latina desde c. 1920,” in Historia de América Latina. 12. Politica y sociedad desde 1930, published by Leslie Bethel (Barcelona: Critica, 1997), 76-95. 5 _ Regarding the aforementioned, big matrixes must be introduced. ‘The appearance of nuclei of modem workers, forms and rates of industrialization, previous or contemporary capital cumulation processes, migration of European workers to Latin America, literacy rates, consolidation of new middle classes, advancements in higher education and the implementation of formal democracy institutions are phenomena which resulted in an intense unequal development in Latin America. For example, the Chilean and Argentinian Communists do not resemble much of those from Andean societies such as Ecuador and Colombia, or to those from societies directly intervened by the United States, who depended directly and exclusively from plantation economies, as ‘was the case of most of Central America 6 For example, in Colombia, the testimony of living in Moscow in times of the International Communist, of the worker's and popular leader, Ignacio Torres-Giraldo, Cincuenta meses en Mosci (Cali: Universidad del Valle, 2005). But the analysis could be expanded when consulting the complete archive: Alfonso Rubio and Viviana ‘Arce, Inventario General. Fondo Documental Ignacio Torres Giraldo (Cali: Universidad del Valle, 2014). as 16 Presentation: On the studies about the Russian Revolution of 1917 conducted in Latin America Renan Siva, model which wasimposed thereon, under the form of “Twenty one Conditions? which, according to the International Communist of 1920, any social movement or political struggle should fulfill to be part of the “correct line” of a “well oriented” struggle in favor of the “future society.” ‘The initial two decades of relationships between the Communist Party of the USSR and the “brotherly” parties in Latin America —most likely ftom 1919 and 1939, with certain extensions—, including in that range the forgotten and explosive world of Central America’ —from which only is remembered as its revolutionary dynamics had greater and more complicated source— in to a vision of the “revolutionary process,” which was swapped down the path into a heavy inherited burden for social movements and into a straitjacket for those historians who tried to read and tell the story, a vision that had at least three distinctive features.* It firstly allowed the initial monopoly of the “authorized word” by the actors of the process, who at a later stage recalled the battles in which they had participated. In turn it fostered the creation of an “enlarged”, unilateral and idealized image of the role of communist parties among the social movement to the detriment of other political forces (liberalism itself, socialist organiza- tions which were not ascribed to the Soviet communism and anarchy-syndicalist groups, if any)? Secondly, it allowed for a sustained monopoly of the interpretation of the social struggles by the communists in the XX Century. Protected by the power of the ideological disclosure of the Inter~ national III, they managed to impose a vision of social evolution, of its limitations and likelihoods in our societies, thus preparing an analysis where the correctness of the endeavors by local com- munist leaders would always shine under the tutelage of Moscow. Ina nutshell, this is the third great inheritance that has come to us: the Komiintern —The Inter- national Communist— established and imposed a framework for problems interpretation within its great lines and for the whole XX Century, which should be approached and discussed by those interested in a social change from a practical point of view and from an intellectual standpoint. In such a way, all of the “Marxist interpretations” of society and, to a great extent, most part of the interpretation of other social sciences that were born at the beginning of the XX Century, ended up to be framed within such interpretation framework, characterized by a definition coined to a great extent, from the Asian reality, according to which the history of these societies was com- posed by three different stages: colony, semi-colony and neo-colony (the latter term became normal later on, once the International Communist had already disappeared), a scheme which seemed to be true (in fact, a valid scheme for very precise moments for some of these societies). Rodolfo Cerdas-Cruz, La hoz y el machete: La Internacional Comunista, América Latina y la revolucién centroamericana (San José: EUNED, 1986). 8 For example, Communist Pasty of Colombia, Treinta aiios de lucha, 1930-1960 (Bogoti: Ediciones Paz y Socialismo, 1960), chronicle written by and official Commission of the Communist Party and embraced by many of the subsequent chronicle writers as “the true story.” Also, Med6filo Medina, Historia del Partido Comunista Colombiano. Book 1 (Bogoti: Editorial Colombia Nueva, 1980), for a disciplined, applied, not boulder chronicle, as was the rule for those written hefore the dissolution of the USSR by followers and associates to such political formation. 9 Bven the shortest documentary exercises upon this issue, discussed the idea that the “prehistory” is important For example, for Colombia, Diego Jaramillo, Las huellas de socialismo. Los discursos socalistas en Colombia, 1919-1929 (Popayin: Universidad del Cauca, 1997); likewise, Sergio Grez Toro, Historia del comunismo en Chile. La era Recabarren (1912-1924) (Santiago: LOM Ediciones, 2011), which deals with the Chilean society, most likely the first and most comprehensive implementation of the communist idea, Hist. Cait. No, 4 AbsiLjunio. Pp 13-26 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.01 ‘This is a scheme that determined many of the revolutionary intervention forms that took place during the XX Century in Latin America, long after the International Communist became just a blurred memory. An observation thats valid even for those opposing the usual political practice of the communist parties in the region, including the same interpretation framework, even extracting different and extremist consequences in favor of workers, the military or populist in general, as it continues to be true up to this date. It means that the “revolutionary theory” of the International ‘Communist continued to be the base that revel groups would use to interpret the world: most likely they didn't know but very little about its existence. In the specific field of the newly born social sciences, very tightly linked to “Marxism” from the beginning, — introduced as a fortunate strategy to perform a concrete analysis of society, in contrast to the pure “lyric” approaches that had dominated the XIX Century —, most of them were branded early on with that same interpretation framework, which was at the same time a very lim- ited and schematic analysis of the social life and the history of these societies. Thisis not to say that social sciences did not have any other forms of expression — as proven by the history of sociology in the cases of Argentina, Uruguay and Chile. The fact is that, in the realm of their disclosure and the socialization of their analysis of the new university student's generations the loudest in the political scenario of the intellectual middle classes, —such was the interpretation with the greatest disclosure and acknowledgement.” Ahistory without documentation Building a social and political history on the relationships between the Latin American societies and the Russian Revolution of 1917 has not been an easy task due to several reasons, among which it is impossible to leave aside the absence of relevant archives and documents to perform such a task. Thisis done through the prism of the encounter between the national communist parties and the III International Communist. Of course, we are referring to local archives, which, at least in the field of the testimonies of social actors and of the press branded as left wing, are multiple and revealing, even if most part of such sources are still unpublished in a way that could help resear- chers, analysts and policy decision makers with their task."' Rather we refer specifically to the 10 The idea of the “general framework for interpretation” is presented in a summarized, but correct way, in Manuel Caballero, and itis one of his most fertile ideas. Caballero, La Internacional comunista, 19. In the case ‘of Colombia, Mario Arrubla, Estudios sobre el subdesarrollo colombiano (Medellin: Editorial Oveja Negra, 1972) —bur the essays included in the work were written at the earliest 60's. The author, who practices a structural “orthodox” Marsist analysis, true to the best of Book I of I capital, devotes his work to Che Guevara, and had translated and achieved to publish La revolucin iraicionada by Leén Trotsky, without generating any analytical question due to such diverse orientations, 11. Forexample, theimportant documentation collected in José Maria Rojas, a estrategia insurreccional socialista y la estrategia de contencién del conservatismo doctrinario. La década de los aos veinte (Cali: CIDSE/Universidad del Valle, 1989). Ici also worth mentioning that the first thirty years of the XX Century in Latin America are extremely rich in terms of periodical publications, primarily press, many of which were of popular and socialist nature. For example, for Colombia Isidro Vargas Useche, who emphasized on the issue in Todas son iquales. Estudios sobre la democracia en Colombia (Bogoti: Universidad Externado de Colombia, 2010), 223- 268. Likewise, the dissertation by Luz Angela NGitez-Espinel, ET Obrero Ilustrado. Prensa obrera y popular, 1909-1929 (Bogota: Universidad de los Andes/CESO, 2006), again for the case of Colombian. uv 18 Presentation: On the studies about the Russian Revolution of 1917 conducted in Latin America Renan Siva, international archives kept and managed by the Soviet Communist Party in Moscow and which turn out to be one of the main sources to rebuild the problem. ‘Throughout the XX Century such repertory of documents was kept under the control of Soviet authorities, only allowing historians who expressed total affinity towards the communist regime, to consult such documents. Itis very difficult to expect a critical examination regarding the events under study, and much less, a bold interpretation moving away from the canonic or ritual explana- tions built upon the interests of the “Soviet Nation.” On the other hand, access to such documents ‘was under surveillance and limited, which, even by those who kept conformist opinions adapted to the “order of speech” imposed by the USSR, meant that a very big portion of such archive remained beyond any likelihood of being retrieved. ‘Therefore, there was a combination of documental reserve and subjugation to official inter- pretations that communism had given upon itself; at the end these were imposed as the dominant vision of the relationships between the USSR and Latin America during those two fundamental decades of formation of the modern political culture in the region, decades going from the begin- ning of 1920 to the beginning of 1939: the formal date of commencement of World War TT and the practical disappearance of every ideal of a world communist revolution led by the USSR. ‘The subsequent period would be one of crude political realism, much more demanding for communist parties in Latin America of a disciplined attitude towards the political displacement of Soviet lead- ers. Therefore, leaders had to use a good portion of their time justifying the policies in the USSR, by using the most incredible “dialectic maneuvers,” while in the dominant front of the scene, after World War II had ended and the so called Cold War begun, everything seemed as a battle between the Central Intelligence Agency (CIA) and the Committee for the Safety of the State (KGB, as per its acronym in Russian).! From such an old school type of political analysis, —which is not the core of this article — and that sort of not imaginative historiography, today it is difficult to find pieces to be rescued — even if, such pieces do exist — and it would be much better to assume such “historical archeological” work as a study of what happens to a discipline such as History when it leaves its critical perspective aside and takes the path of apology and the disguise of truths, which resulted in a well-established “evidence” toa certain extent, for which all of the existing public documents at the time were more than enough proof.” -wise, from the above, histories of the social movements and worker's parties, communist parties arose; these were always sweet apologies of a history of interests, ambitions, struggles, presented in the best possible “Hegelian” style, though not very imaginative, as simple uninter- 12 The process of the unknown history prior to the Bolshevization and dominance of the socialist movement by the communist partis in favor ofthe Soviets was not the exception to finding resistance, partly erased by the work of communists themselves, due to the imposition oftheir correct ine. Jaramillo, Las huellas del socialismo, chapters 2 and 3. 13 ‘The issue with the archives was not absolute. From the 30's, and continuously until the 90°, the sector of, dissidents and that of the “repentant” started to question the partial and informal character of most patt of the documents and analysis avilable to understand the origin of socialism and the development ofits early stages; the existence of a “socialist reality” diferent from the idealized, through the dominant information. Among the enstensive literature, for example, Fernando Claudin, La crisis del movimiento comunista. Book 1: De la Komintern al Kominform (Madrid: Ruedo Ibérico, 1978), even if the contest of Claudin is not the same as the context in Latin America Hist. Cait. No, 4 AbsiLjunio. Pp 13-26 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.01 ested discussions around “right ideas” and “ideologie positions,” which, purportedly, did not seek anything different from the victory of the “final cause,” and which did not “touch” the realm of material interests of the struggles between the bureaucracies of the communist parties and inside the “Father Party” in particular. A sort of political game by which communist leaders in Latin America abided early on; leaders who embraced the learnings on whom to support in the struggles among the different fractions inside the Communist Party of the Soviet Union (CPSU); such sup- port somehow depended upon their survival as dominant bureaucrats in their relevant national communist organizations. A picture that was not easy to read, particularly after Lenin's demise, turning into a coded and mysterious universe while Stalin was in office, forcing Latin American official communist leaders, who were already nicely settled in their positions, to opt for the simple path of leaning under the shadow of unquestionable dominant groups in the political arena, describing themselves as never taking the path of supporting any of the dissident processes known in Central-Eastern Europe. On the contrary, they rapidly and informally expressed their rejection by using the same qualifiers as the leaders of the CPSVU used for those same episodes. A documentation without history After 1990, for reasons simply imposed by “history” — the dissolution of the USSR and of the so called “popular democracies” — and in a gradual but swift manner, and in a process that has not come to an end yet, the archives were opened after been closed for the longest time,"* and new possibilities of investigation that did not exist before, were created. To the extent that many European and Latin American societies have today either new interpretation works on the issue ofthe relationships between the International Communist and such societies of countries, and/or those having documental complications that have made a myriad of information circulating that previously missed the specialized reader, and the public opinion of course, who could eventually be interested in such processes."* The intent is not to say that there was not any type of documentation before 1990 to study the issue of the disclosure of communist ideals in Latin America. In fact, many political history works prove us wrong. Such documents are complementary, or primary files — according to the type of issues — and currently available for researchers; it opens a scenario in which it is possible to advance in the construction of new research enquiries and the production of new interpretations, moving away from the respectful formalism and the traditional dogmatism that, for many decades 14 “The works by Robert Service, a devoted British specialist on the Russian history of the XX Century, on its revolutions at the beginning and the end of the XX Century, on communism, and on the great leaders of the events of 1917, are proof of the benefit the new archives provide. In every prologue of ts recent works, the author explains such new conditions ofthe archive work. For example, Lenin. Una biografia (Madrid: Siglo XX1, 2001); Stalin. Una biografia (Madrid: Siglo XI, 2006); and Trotsky. Una biografia (Bogota: Ediciones B Grupo Z, 2009), 15 Further consultation: Olga Ulianova and Alfredo Riquelme, eds., Chile en los archivos sovidtcos, 1922-1991, Book 1: Komintern y Chile, 1922-1931 (Santiago: Ediciones de la Direccién de Bibliotecas, Archivos y Museos, 2005); and Klaus Meschkat and José Maria Rojas, comps., Liquidando el pasado. La tzquierda colombiana en los ‘archivos de la Unién Soviétca (Bogoté: Taurus, 2009). On Spain, the documented book by Antonio Elorza and Marta Bizcarrondo, Queridos camaradas: la Internacional Comunista y Espaita, 1919-1939 (Baxcelona: Planeta, 1999) is quite enlighting. a9 20 Presentation: On the studies about the Russian Revolution of 1917 conducted in Latin America Renan Siva, characterized any research in the field and which produced as a complement, not to anyone's sur- prise, a contrasting pole of historical deformations intended to be taken as selfless research. Now it, seems there is a new ground, in which the false and interested appreciations of the “right wing” are not necessarily responded with judgments from the left wing, which are not very accurate or ver~ ified, and which only prove the symmetry between dogmas and the lack of love for the truth, but which need to use instruments of historical criticism; this is supported by documents and testimo- nies, approaching the analysis of the precise conditions and circumstances in which the political phenomena of today is based upon, most of which are not known tous. ‘Many new works — not only in Latin America, of course — are proof of the importance of such document mass that recently became part of the work for historians, and which in the past two and a half decades have modified many of our visions on the role the early USSR played in Latin Amer- ica in different ways per each country. Ithas opened a realm of analytical opportunities which must foster the renewal of the contemporary history of our counties. For example, the formation ofthe modern political cultures in the particular forms in which social movements have risen from the beginning of the XX Century, and the way in which the first socialist movements ended up being a monopoly of the guidance of the Komintern and of the communist parties, who early on imposed the idea of forgetting all of the heritage of the social movement (for example, liberal and socialist heritages), leaving out the vision imposed by Moscow in its “discovery of America,” in the 20's of the XX Century; the idea was the connection of the same in a real or imaginary manner with the Soviet experience and influence taken as the sole legitimate heritage."* ‘Thus purportedly — and this Century will be responsible for proving or denying it—, not everything that was done in the past in terms of documents and analysis must be forgotten; and not everything that is under production within the framework of the existence of new open files for consultation, needs to be considered asa great novelty. Itis worth thinking upon, as the documents have been renewed, the old frameworks for interpretation have not given in, just the opposite, they have shown great vitality with difficulties for amending, since the simple appearance of new files does not automatically renew the interpretation of an issue, as historians well know.” New problems, new questions Particularly it should be noted that many of the new works shown in these years include, si lar to what happened in the past the agony, the confinement’ and mainly the lack of irony that 16 Klaus Meschkat, “Del socialismo revolucionario al estalinismo en Colombia, 1927-1933," in Liguidando ef pasado. La izquierda colombiana en los archivos de la Unién Soviética, compiled by Klaus Meschkat and José “Marfa Rojas (Bogoté: Taurus, 2009), 38-44 17 Alfredo Riquelme, Introduction to Chileen los archivos soviétcos, 1922-1991. Book 1: Kamintern Chile, 1922-1931, published by Olga Ulianova and Alfredo Riquelme (Santiago: Ediciones de la Direccidn de Bibliotecas, Archivos 'y Museos, 2005), 9, who recalls that it isnot only 2 fact of microfilming, but that there is the need to analyze. 18, The general rend of works on the history of communism in Latin America isto confine itself o the communist environment and party quarrels, or in the defense of its politcal line, different from its “friends-opponents.” ‘An exception to this confinement may be the work of Hernan Camarero, Ala conguista de la clase obrera. Los comunistas yet mundo del trabajo en la Argentina, 1920-1935 (Buenos Aires: Siglo XX1/Editora Iberoamericana, 2007); in its compilation with Carlos M. Herrera, £ partido socalista en la Argentina, Sociedad, politica e ideas ‘através de un siglo (Buenos Aires: Prometeo Libros, 2005). Hist. Cait. No, 4 AbsiLjunio. Pp 13-26 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.01 Raymond Carr,” the English historian, stressed in his time and that is felt again, as well as what seemed the greatest impossibility: connecting in real and intelligible terms the history of the carly communism in Latin America with the history of these societies, beyond the conventional framework invoking the “rise of social movements,” without clarifying the concrete process of socialization, learning and adopting the “new truths,” without discussing how these new stan- points joined the liberal, socialist and positivist political inheritance and producing “syncretic” forms that remained crouched but acting. All behind the formal discourse that was repeated through the more aligned leaders to Moscow.” But not only that difficulty of building social history and history of society from a concentrated and specific nucleus of problems seems to exist. Also, the presence of the formalism of political analysis and the lack of boldness to build productive analogies at research’s level are observed in many of the works. Let usgive an example: there is no doubt that the Communist Party of the USSR and its leaders organized the Communist International as a large International Church, similar to the Vatican’s, and the episcopal model adopted by the Catholic Church given it good results so far, coincided to what the “brother countries” from the USSR organized. All these within the frame- work ofa strong control through the “episcopal visit,” or the call of Moscow to account for actions undertaken or to receive instructions, and the correspondence (fulfilling the same role as the Cartas Anuas of the Jesuits), whilst resorting to espionage and sabotage of policies not considered to be aligned with the directives issued from the “Center.” Itcan be said that the analogy is extreme, and I believe it to be true, but this does not leave aside the initial impulse to break with the usual formalist picture, which is simply supported on the “Soviet revolutionary intentions,” without a minimum corroboration of sources, without assuming any ambiguity from the actors involved in the process, taking what almost always are partial testimonies as proven truths, “victims” of their own interest or their own blindness.” Additionally, in the new works we can observe a great difficulty to move from the political history to the history of political culture, thus not including in the analysis the consideration of, complete sections of the study of ideologies and political practices. Therefore, the study of rituals, ceremonials, of how old religious traditions were transposed in the communist imagination and language, or the sociological study of the forms of the “militancy, compromise, rupture” cycle (Sometimes including the conversion to the opposite gospel and public apostasy), how at least an outline of the study of the ways of assuming and living the “pa does not exist — for example we do not have good portraits of the “popular and militant communist family’, although there are good presentations of the “intellectual middle-class communist ideology.” All these both in popular groups and intellectual middle-class groups, clarifying social origins, levels of educa- 19 See, Raymond Carr, Presentation to La Internacional Comunista y la revolucién latinoamericana, 1919-1943 (Caracas: Alfa, 2006 [1986]), 18. 20 The radical-artisan heritage of the XIX Century has been mentioned se ‘mentioned, as done with good judgement by Alan Angell, the positivist heritage, which at the end of the XIX Century addressed social laws and evolutions and stages needed inthe life of societies; and other previous and subsequent legacies, added throughout the XX Century. Angell, “La izquierda en América,” 72-131. Moreover, in the early XX Century, communism had to compete with liberal parties in the creation of the vocabulary of the social question in Latin America. 21. ‘The analogy has been proposed several times, for example, by writers such as Octavio Paz or Catlos Fuentes, as recalled by Alan Angell, remembering Fuentes in that respect. Angell, “La igquierda en Amés ral times. Much less has been a 2 Presentation: On the studies about the Russian Revolution of 1917 conducted in Latin America Renan Siva, tion, professional composition, eliminating from the analysis all ideological truths that dominated in the past and which made the study of communist militancy and emergence of the so-called “professional revolutionaries;” something very similar to what the literature of socialist realism had promoted finding its complementarity in Latin America in the long tradition of Lives of Saints, current readings since the time of the Hispanic domination. Those found again a broad way of dif- fusion at the beginning of the XX Century, through illustrated stories — at that time the format of, the comic was of great interest to the Church— and education in schools and seminaries. “There is, of course, space for posing questions upon the previous forms of insertion of social- ists and communists into political battles and their way of assuming leadership and authority. ‘These should have been transmitted in a spontaneous manner by the new generations of com- munists to the next generation, including cultural elements of traditional Spanish American societies of the XVIII Century and first republican century. Those must have taken the form of “living archaisms" when inserted into a type of political action that considered itself as the model of political activity of the future, about which not only 2 history concentrated on the present of, the event must be tried, but brought into contact with previous realities on a long-term scale. We take into account the way to crystallize and “add history” that the command and authority seem to show in some societies of Latin America.” From another point of view, and as it has been observed, it must be remembered that the estab- lishment of the communist ideal in Latin America corresponds to a phase of soviet communism, in which a long record of disqualifications, condemnations and purges were already the reality of the soviet politics, and a way to deal with “differences” that seemed to have been imposed rapidly in a similar manner in the Latin American environments; this was done in a mild way in the first half of the XX Century and in extreme, radical, tragic and painful ways in the second half on the XX Cen- tury, mainly in the field of those who put into practice the idea of the armed struggle. ‘The guerrilla experiences in Peru, Colombia and Central America recall such tragedy of internal persecution, delirium and paranoia, which are some of the worst legacies of the left wing in our countries, and, on which, unlike historical and sociological analysis, testimonial literature and journalistic research abound. ‘To enquire into the genesis of this way of assuming politics and to act within such a framework and referring to the field of Soviet communism and its extensions in Latin America, could be a path of productive analysis, thinking again upon dissimilar legacies that comprise our political cul- ture, and that become a path that serves to abandon the usual tradition limiting research questions toa formalist universe; formalism that, curiously, the militant historian would not admit when 22, ‘These absences are more surprising, since the social history inspired on Marx and social sciences have multiplied examples of analysis of these topics, as observed in the extensive production of Eric Hobsbawm. For example, his analysis of millennialism, urban crowds and sects in Rebeldes primitives. Estudio sobre las formas arcaicas de los movimientos sociales en los siglos XIX y XX (Barcelona: Critica, 2001 [1959]); or his well-known review of radical artisan and labor traditions in Gente poco corriente (Barcelona: Critica, 1999 [1998]); or his reflections ‘on the relationships between objectivity and "partisanship," or even on his own difficulties to write the history ‘of a revolution in Sobre la Historia (Barcelona: Critica, 1998 [1997)). 23. José Maria Rojas attempts to in “El liderazgo socialista de los afios veinte: una aproximacién,” in Liguidando ‘el pasado. La izquierda colombiana en los archivos de la Unién Sovitica, compiled by Klaus Meschkat and José ‘Marfa (Bogoti: Taurus, 2009), 45-80, characterize the forms of leadership and dizection in the early steps of popular socialism in Colombia, using the well-known typology of Max Weber in this respect. Hist. Cait. No, 4 AbsiLjunio. Pp 13-26 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.01 related to other societies and political ideology other than his own, apart from the fact that such analysis would also be a way to “liquidate a past” so unremarkable. ‘This renewed study of political cultures on discussion is inseparable from the analysis of the political language that, in the case of the language of comrades, is a highly suggestive subject for the research of ideologies and forms of treatment of reality through words. In principle, it seemed to be a language that tried to copy the terms of designation and classification that the Bolsheviks introduced in Russia in a direct way —Chilean communists will talk of “white terror” for example, designating all dictatorial governments as “fascist” leaving out any analysis, as the compilation and analysis presented by Ulianova and Riquelme show very well; but the case is not an exception—; the copied language that will immediately make its work of deformation of the reality, subjecting it to an interpretation that hardly considered that reality, but which will immediately become an instrument to legitimize “correct speeches and positions,” creating a long tradition of “deforming designation” of reality, which historians have collected without any kind of criticism.* On the other hand, the return of the global history and varied existing forms of Connected His- tory favors the study of relationships between the Communist International and Latin America, because one of the major issues of researches on the subject is related to its localism and limitation to a specific national society. Indeed, it is not a matter of denying every particularity, but there is no doubt the Soviet politics determined a certain homogeneity of processes, and, above all, it should be considered that the Communist International was not a federation of parties, it was the organization of a world party, led by the Bolsheviks in power, already organized as the Commu- nist Party of the Soviet Union (CPSU) and commanded by a State under construction, which had one strategy and several tactics to extend its project and political institutions around the world, although in the end things have been a memorable fiasco, just as Manuel Caballero warned several ‘years ago and that seems to be forgotten. Ina broader scope, the possibility of reconsidering the reactions of the “political establishment” inall its varieties, with respect to the challenge launched by the communists since the beginning of the century is opened. Without the slightest intention of denying the disqualifications, injustices and persecutions lived by communists, socialists, and left-wing people in general in Latin America throughout the XX Century, there is no doubt that magnitude of the challenge itself received by the establishment had an impact upon it. A modest challenge from the practical point of view and actual possibilities, but grown and transfigured from the point of view of the stated purposes and language in which the challenge was launched. ‘Thus, following the Marx of the Communist ‘Manifesto, the Komintern, directly and expressly declared that its ultimate purpose was no other than the abolition from the face of the Earth of every political and social regime other than com- munism, therefore in strategic terms the “final aim” will have differential tactics, either of “class against class struggle” or the Popular Front. Therefore, itis necessary to know how to establish the relationship between the launched challenge, no matter how inflated it was, and the responses of a relatively weak “establishment,” especially at the beginning of the XX Century. Thus dragged by fear and facing the appearing ghost, at a time at which it has not even finished imposing the order that it constitutionally intended to assume. 24 On the power of “building” the reality by the “legitimate languages” of Marxism and intrinsic authoritarianism see Pierre Bourdieu, “El discurso importante’. Some sociological reflections upon ‘Algunas observaciones en tomo Leer el Capital” in -Qué significa hablar? (Madrid: Akal, 1985 [1970]), 134-151. 23 28 Presentation: On the studies about the Russian Revolution of 1917 conducted in Latin America Renan Siva, ‘The relatively abundant documentation on some of the strikes of the late twenties in Colom- bia, for example, shows the importance and weight of rumor and false information, and fear of an unknown opponent, influenced by strange doctrines that came from the “barbaric Russia;” all these at a time filled with uncertainty about new forms of collective labor action, as was the case of the strikes of oil workers in 1928. But the authors who have studied the process seem not manage to connect the forms of fear of the establishment with the magnitude of the challenge posed by labor leaders. Although the documents showing the actions of military social organization planned by the “revolutionary socialism” are known —without the slightest practical possibility, their decision to make revolutionary propaganda among young soldiers and their attempt to lead a workers’ strike — which simply demanded decent working conditions— to an insurrection that was imaginatively interpreted in the model of what was thought to have been the workers’ revolution in Russia, no attempt was made to present new forms of interpretation of the events, beyond offering related doc- umentary evidence and repeating the same “denunciations” known since the time of the events and that ater immortalized by literature; historians continued repeating it without major modifications.** ‘Therefore, there is a broad research agenda that is now beginning to be addressed. It is hoped that this is the case given in new analytical terms, with the greatest interest in truth, with the least awe for reverential statements a thousand times sanctified and never proven. Itis to be hoped that the “historical task” will be performed in the XXI Century with the renewed desire to contradict some of our most deeply rooted university beliefs that are regularly based on the good faith of our desire for social justice: nevertheless they require less to be submitted to the critical file that accompanies our work, regardless of the problem at hand. Bibliography Angell, Alan. “La izquierda en América Latina desde c. 1920." In Historia de América Latina. 12. Politica y sociedad desde 1930, edited by Leslie Bethel. Barcelona: Critica, 1997, 72-131. Arrubla, Mario. Estudios sobre el subdesarrollo colombiano. Medellin: Editorial Oveja Negra, 1972. Bourdieu, Pierre. ““El discurso importante’. 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Madrid: Ruedo Ibérico, 1978. 25 An important documentation on this point in Rojas, La estrategia insurreccional, second pact. Hist. Cait. No, 4 AbsiLjunio. Pp 13-26 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.01 Elorza, Antonio y Marta Bizcarrondo. Queridos camaradas: la Internacional Comunista y Espaita, 1919-1939. Barcelona: Planeta, 1999. Furet, Francois. El pasado de una ilusin. Ensayo sobre la idea comunista en el siglo XX. México: FCE, 1995. Grex Toro, Sergio. Historia del comunismo en Chile. La era Recabarren (1912-1924). Santiago: LOM Ediciones, 2011. Herrera, Carlos M. and Henin Camarero, compilers. El partido socialista en la Argentina. Socie- dad, politica e ideas a través de un siglo. Buenos Aires: Prometeo Libros, 200: Hobsbawm, Eric. Historia del sigio XX. Barcelona: Critica, 1995 [1994], capitulos I-VIL Hobsbawm, Bric. Sobre la Historia, Barcelona: Critica, 1998 [1997]. Hobsbawm, Eric. Gente poco corriente. Barcelona: Critica, 1999 [1998]. 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Vargas Useche, Isidro, Todas son iguales. Estudios sobre la democracia en Colombia, Bogota: Uni- versidad Externado de Colombia, 2010. Pa Renan Silva Professor at the Department of History of the Universidad de los Andes (Colombia). Bachelor's Degree in Sociology by Universidad de Antioquia (Colombia) and PhD in Modern History by Université Paris I Panthéon-Sorbonne (France). The areas in which his research is focused are social, political and cultural history and the epistemology of social sciences. His most recent books are: disputadas. Ensayos sobre Marx, Freud, Foucault, Bourdieu y Bloch (Bogota: Ediciones Uniandes, 2016); Lugar de dudas: Sobre la prictica del andlisis histérico (Bogota: Ediciones Uniandes, 2014), and Cultura escrita, historiografia y sociedad en el Virreinato de la Nueva Granada (Medellin: La Carreta Histérica, 2015). rjsilva33@uniandes.edu.co Cuestiones 2 La Revolucién Rusa de 1917: dilemas e interpretacién”® Hugo Fazio Vengoa Universidad de los Andes, Colombia or: dx.doi.org/10.7440/histerit64.2017.02 Articulo recibide: 16 de diciembre de 2016/ Aprobado:11 de enero de 2017/ Modificado: 10 de febrero de 2017 Resumen: ‘Tras un breve repaso de los principales ejes tematicos de la historiografia de la Revolucién de Octubre de 1917, e articulo propone un enfoque historico-social del mencionado acontecimiento. Con este fin se realiza una exposicién de las cuatro grandes movilizaciones sociales que prepararon el terreno para que se produjera la revolucién en octubre y se destacan la convergencia coyuntural y las divergencias de fondo entre estas movilizaciones y el revolucionarismo politico representado por el Partido Bolchevique, divergencia que cataliz6 buena parte del desarrollo ruso/soviético hasta 1991 Palabras clave: historiografia (Thesaurus); Revolucién Rusa, movilzaciones, 1917 (Autor) ‘The Russian Revolution of 1917: Dilemmas and Interpretation Abstract: Following a brief review of the main themes in the historiography of the October Revolution of 1917, the article proposes a historical-social approach to the that historic event. For this purpose, it describes the four great social mobilizations that prepared the way for the revolution in October and highlights both the conjunctural convergence and the fundamental differences between these mobilizations and the political evolutionism represented by the Bolshevik Party, a divergence that catalyzed much of Russian/Soviet development up until 1991, Keywords: historiography (Thesaurus); Russian Revolution, mobilizations, 1917 (Author) A Revolugao Russa de 1917: dilemas e interpretaao Resumo: Ap6s uma breve revisio dos principais eixos tematicos da historiografia da Revolugao de outubro de 1917, este artigo propde uma abordagem histérico-social do mencionado acontecimento. Com esse objetivo, realiza-se uma exposigio das quatro grandes mobilizagbes sociais que prepararam o terreno para que se produzisse a revolucio em outubro e destacam-se a convergéncia conjuntural ¢ as de fundo entre esas mobilizagdes ¢ o revolucionarismo politico representado pelo Partido Bolchevique, divergéncia que catalisou boa parte do desenvolvimento russo-soviético até 1991 Palavras-chave: hisoriografa, Revolugio Russa (Thesaurus); mobilizagdes, 1917 (Autor). we Estearticulo es resultado de las reflexiones y trabajo investigativo del autor desarrollado en los iltimos afios. No ‘conté con financiacién para su realizacién. 28 {La Revolucién Rusa de 1917: dilemas enterpretacion Hugo Fazio Vengoa La Revolucién Rusa de 1917: dilemas e interpretacion En uno de sus libros mas lefdos, Apologie pour histoire ou métier d'historien', el gran historiador francés Mare Bloch ofrecia una interesante reflexién sobre las estrechas relaciones que existen entre los distintos intervalos en que generalmente se divide el tiempo en la historia. De manera particular destacaba que la incomprensién del presente es una consecuencia inevitable de la ignorancia del pasado, de la misma manera que no puede comprenderse adecuadamente el pasado cuando se des- conoce el presente. He querido comenzar este ensayo interpretativo del octubre ruso de 1917 con esta importante indicacién del destacado historiador de los Annales, porque su “dialéctica de los tiempos” consti- tuye un enfoque reflexivo muy sugerente a la hora de evaluar el significado de los acontecimientos {oricos, en general, y el que aqui nos interesa, en particular. Atenerme a estas elementales in¢ caciones “blochianas” me resulta particularmente importante en esta ocasién, ya que me permite introducir matices nuevos a reflexiones que sobre este tema desarrollé en trabajos previos’. De acuerdo con Bloch, para comprender en la actualidad el significado de la Revolucién de Octu- bre de 1917, el acontecimiento debe ser observado y analizado a la luz del devenit ulterior de la sociedad rusa, proceso durante el cual la desaparicién de aquella Rusia —que se reconocéa como Unién Soviética— brinda importantes claves para la comprensién del acontecimiento germinal que dio origen a dicho proyecto de sociedad. No se requiere mucha imaginaci6n para conjeturar que muy distinta seria la valoracién de dicha experiencia histérica si el pais de los s6viets todavia existiera. De ser ese el caso, con seguridad, hablariamos de un acontecimiento del pasado que conservaria sus fosforescencias, que estarfan “activas en el presente”, Otro es, sin embargo, el escenario que impera en la actualidad: aquella vieja potencia y su correspondiente subsistema mundial han dejado de existir, lo que ha implicado una “devaluacién’” de la Revolucién de Octubre al rango de importante acontecimiento “pasado”. Ello, obviamente, no desdice de su trascendencia en momentos fundamentales de la historia del siglo XX, pero resulta evidente que carece de elongaciones que la proyecten hasta nuestro presente inmediato, salvo las que puedan subsistir en el recuerdo de aquellas personas u organizaciones que ‘mantienen una filiacién ideolégica con el octubre ruso y con lo que en su momento representaba. Discurrir una vez mas sobre su significado representa un gran interés por varias razones: por una parte, porque es una manera precisa de recapitular una de las mas interesantes experiencias histori- cas de construccién social que conocié el mundo durante el siglo pasado, y de comprender algunos de sus factores de debilidad que condujeron asu trigico desenlace. Porla otra, porque volver sobre este acontecimiento resulta ser un interesante ejercicio historiogrifico, puesto que, pese a la dis- ponibilidad de fuentes y archivos nuevos, es sorprendente constatar lo mucho que sobre Rusia yla URSS ya se sabia. Sin embargo, el estudio de la sociedad rusa/sovietica y postsoviética actual mues- tra de modo ejemplar que gran parte de las valoraciones que sobre dicho pais se realizaban en el fragor de la competicién ideoldgica y politica durante la época de la Guerra Fria no fueron capaces 1 Mare Bloch, Apologie pour l'histoire ou métier d'historien (Paris: Armand Colin, 1997). 2 Puede consultarse: Hugo Fazio Vengos, "El octubre ruso de 1917: una aproximacién interpretativa”. Historia Critica n* 11 (1995): 5-20; Hugo Fazio, Luciana Fazio y Daniela Fazio, Rusia, de los zares a Putin (1880-2015) (Bogota: Ediciones Uniandes, 2013). Hist. Cait. No. 64. AbeiLjunio. Pp 27-38. ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histent64.2017.02 de resist las réfagas de viento de la historia. Como acertadamente lo sostuvo Tony Judt, este fra~ caso interpretative obedecié mas a una falta de imaginacién que a una escasez de documentacién’. A continuacién, de manera muy sucinta, expondré un conjunto de consideraciones generales sobre los principales cédigos con que ha sido leido este acontecimiento, acompafiado de algunas glosas criticas, procedimiento que me permitiré delimitar los contornos del enfoque que mis ade- ante se propondrd, Primera consideracién: tanto para los partidarios y simpatizantes como para sus detractores, Ja Revolucién Rusa fue un acontecimiento eminentemente mundial, debido a que nacié en el fragor de uno de los grandes cataclismos que sacudié al planeta en las primeras décadas del siglo pasado (la Primera Guerra Mundial), y porque propicié la division del mundo en dos sistemas socioeconémicos y politicos irreconciliables: el socialismo y el capitalismo'. Es evidente que dicho acontecimiento ocupé un lugar central en la historia del mundo durante el siglo XX, y serfa una equivocacién minusvalorar su importancia cuando el sistema socialista ha dejado de existir. Sin duda, grandes pginas del siglo pasado resultarfan incomprensibles si se omitiera su existencia. Este énfasis mundializado, sin embargo, ha ocasionado cierta confusién entre su pretendida versalidad y la causalidad eminentemente local que comporté el hecho revolucionario en si. En realidad, su mundialidad fue una dinémica que avanz6 a la par con el siglo XX. En lo que res- ‘pecta a sus fuerzas motrices, en un comienzo, la revolucién fue un acontecimiento intrinsecamente uso. Sin embargo, sus primeros destellos de internacionalidad se evidenciaron con la proclamacién del Decreto de la Paz (el 25 de octubre de 1917), que —junto con los 14 puntos de Woodrow Wilson de enero de 1918— sirvié de preambulo para un intento de reacondicionamiento del orden mundial’. Subsiguientemente, su internacionalizacién avanz6 de la mano con la aparicién de organizaciones radicales de izquierda y con aquellos nuevos imaginarios politicos que auguraban un futuro promi- sorio para la humanidad, y alcanz6 su cénit con la aparicién de un subsistema socialista mundial, cuando el orden mundial internacionalizado se transmuté en un sistema mundializado durante la 6poca de la Guerra Fria. Pero de sus resonancias planetarias simplemente no se pueden inferir ni su modo de realizacién ni su significado. Ello es una historia distinta de la que aqui nos interesa. Segunda consideracién: tal como he sostenido en oportunidades anteriores, como resul- tado del predominio de lecturas politicas o altamente politizadas del acontecimiento, sobre todo durante la Guerra Fria, la mayor parte de los estudios se concentraron en el examen de las activida- des desplegadas por los circulos revolucionarios en las principales ciudades —es decir, Petrogrado y subsiguientemente Moscti—, pero escasos han sido los trabajos que se han interesado por anali- zar los sucesos desde la perspectiva, las pricticas ¢ intenciones de los grandes grupos sociales que fueron participantes directos en la formacién y en el devenir del hecho revolucionario®. Llamativa resulta esta omisién cuando uno recuerda que mis del 80% de la poblacién estaba conformada por ‘Tony Judt, Cuando los hechos cambian (Barcelona: Taurus, 2015), 80. Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX (Barcelona: Critica, 1997); Mare Ferro, L'Occident devant la révolution sovittique, L’hstoire et ses mythes (Bruselas; Editions Complexes, 1980). Giuliano Procacei, Historia general del siglo XX (Barcelona: Critica, 2001), 21 Se pueden consultar: Raphael Abramovitch, The Soviet Revolution (Londres: George Allen & Unwin, 1962); Charles Carbonell, £7 gran octubre ruso (Madrid: Guadarrama, 1968); Heléne Cartére D'Encausse, Lénine. La révolution et le pouvoir (Paris: Flammarion, 1979); de Robert Daniels, The Conscience of the Revolution Communist Opposition in Soviet Russia (Boston: Harvard University Press, 1960) y Red October (Londres: MacMillan, 1967). 29 20 {La Revolucién Rusa de 1917: dilemas enterpretacion Hugo Fazio Vengoa campesinos, que nada sabfan del socialismo marxista o del bolchevismo, y cuya actuacién masiva y decidida en esos cruciales meses de 1917 siguié otros derroteros y persiguié otros objetivos. Una historia social del acontecimiento permite ademés evaluar de manera muy distinta el papel de Ia ideologia en Ia historia ruso/soviética, porque demuestra que el hecho revolucionario no represents la aplicacién de una doctrina politica a la realidad histérica, ya que en la prictica el proceso fue el opuesto: el condicionante social determiné el modelo de sociedad predominante y Je asigné un determinado lugar a la ideologia. En esta encrucijada se encuentra también uno de los principales nudos de tensién que atraves6 la historia de las restantes experiencias socialistas, que se enfrentaron a la imposibilidad de conjugar su propia historicidad con un ideologizado modelo de sociedad que era, en el fondo, mas ruso que propiamente socialista 0 marxista. ‘Tercera consideracién: otra insuficiencia frecuente de gran parte de la literatura especializada en la observacién temporal acotada del acontecimiento’, con un inicio tardio y un des- enlace apresurado, enfoques que las mas de las veces comportan una gran fuerza descriptiva, pero una escasa profundidad interpretativa. Sobre el particular, no me cansaré de repetir la pertinente reflexién analégica de Fernand Braudel, cuando escribia: “Conservo el recuerdo de una noche, cerca de Bahia, en que me encontré envuelto por un fuego de artificios de luciérnagas fosfores- centes; sus palidas luces resplandecian, se apagaban, refulgian de nuevo, sin por ello horadar la noche con verdaderas claridades. Igual ocurre con los acontecimientos: mas alld de su resplandor, la oscuridad permanece victoriosa”’. De acuerdo con el enfoque y la terminologia popularizados por el mencionado historiador, el acontecimiento constituye un tipo de evento que se despliega en la corta duracién, pero su significado mas profundo se alcanza sélo cuando es analizado dentro de perspectivas temporales y espaciales mas dilatadas (las duraciones mediana y larga); es decir, cuando el hecho es deco- dificado a la luz de la coyuntura histérica y los movimientos de las corrientes subterrineas de la historia, con los cuales el acontecimiento se acopla y constituye muchas veces una de sus més claras expresiones. Por tiltimo, otra laguna interpretativa frecuente en los andlisis de los fenémenos revolucio- narios ha sido la idea de que este tipo de acontecimientos establece una ruptura radical entre el “antes” y el “después’, de lo cual se presume que toda la historia previa llega a su término y que lo nuevo a partir de ese instante representa algo inédito, dando inicio a una etapa que comienza de cero’, Una historia social de la revolucién, sin embargo, no puede quedar prisionera de la corta duracién; debe propender a un anslisis de longue durée, es decir, debe ser un enfoque que se man- tenga sensible a los cambios (lo nuevo) pero sin olvidar las permanencias (las continuidades). Sobre el particular, conviene volver a recordar al mismo Braudel cuando aseveraba que “las civi- lizaciones sobreviven a los sobresaltos politicos, sociales, econdmicos e incluso ideolégicos que, por otra parte, dirigen insidiosamente, y a veces poderosamente. La Revolucién Francesa no fue una ruptura total en los destinos de la civilizacién francesa, ni la Revolucién de 1917 en los de la ivilizacién rusa [..]"". ‘Véase, por ejemplo, John Reed, Diez dias que estremecieron el mundo (Madsid: Akal, 1983). Ferand Braudel, Historia y ciencias sociales (Madrid: Alianza, 1992), 22. ietor Serge, El aio I dela revolucin (Madtid: Siglo XXI, 1972). 10. Fernand Braudel, Berits sur histoire (Paris: Flammarion, 1969), 303. Hist. Cait. No. 64. AbeiLjunio. Pp 27-38. ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histent64.2017.02 Qué fue entonces la Revolucién Rusa de octubre de 1917? {Cémo leer el acontecimiento ala luz del desarrollo histérico ruso y soviético mismo? Cada vez resulta més evidente que el hecho revolucionario ruso de octubre de 1917 representé la convergencia en el tiempo de cuatro gran- des movi telectual, el cual en determinados momentos supo y pudo navegar a favor de la marea revolucionaria, pero sin fusionarse con ellas ni doblegarlas. A continuacién, pasaré revista de manera breve a estas cuatro grandes moviliza- ciones revolucionarias, Para facilitar la comprensién de las singularidades de cada una de estas expresiones de rebeldia serin analizadas aisladas unas de las otras, pero, prevengo al lector de que, en los hechos, estaban fuertemente encadenadas, entre otras razones, porque la mayorfa de cllas compartia un origen social comin: un pasado y un presente con fuerte presencia de vida y de mentalidad rurales. zaciones sociales con un radicalismo politico € La primera fue campesina. La literatura especializada dedicada a la revolucién recuerda siem- pre que una de las dos primeras medidas adoptadas por el nuevo poder soviético el 25 de octubre (7de noviembre) de 1917 fueel “decreto de la tierra”, que daba inicio a una vasta revoluci6n agraria a través de la confiscacién y nacionalizaci6n de la tierra. Sin embargo, conviene sefialar de entrada que, més que el inicio de una dindmica nueva, el decreto no fue otra cosa que la sancién legal de un proceso de apropiacién espontinea de la tierra por parte de la poblacién campesina, el cual venia en ascenso desde tiempo atras, y que pricticamente habia culminado cuando los bolcheviques" se hicieron con el poder en la capital”, Para comprender su naturaleza se debe recordar que esta furia campesina comporté elementos comunes a otras rebeliones rurales rusas y extranjeras, pero que al mismo tiempo reprodujo situa- ciones particulares, siendo estas segundas las que més definieron su perfil y su actuaci6n. Entre los primeros se destaca el hecho de que fue una rebelién espontinea, que carecié de un centro de coordinacién de sus acciones con la particularidad de extenderse cual llamarada por todo el terti- torio del imperio. Su principal propésito no era otro que el de modificar las formas de propiedad, pero sin un interés mayor en cuanto a la institucionalidad o la distribucién del poder, a menos que afectaran sus demandas inmediatas en torno a la tierra, A esta furia campesina le correspondié un importante papel en la recreacién de la situacién revolucionaria —enlazando los sucesos de febrero, revolucién que depuso al zar, con los de octu- bre del 17—, debido a que con sus actuaciones emprendidas durante el proceso de apropiacién de la tierra desarticulé por completo los resortes politicos y militares del poder estatal en la campifia y redujo a cero las capacidades de actuaciones de quienes deseaban preservar el statu quo. Por liltimo, la rebelidn agraria dio origen al surgimiento de una inmensa red de séviets campesinos elogidos por las asambleas aldeanas comunales en sustitucién de la vieja institucionalidad, lo cual reforz6 la autoridad y la legitimidad de las acciones campesinas'"” Entre los elementos especificos, particulares a esta experiencia rusa, se encuentra la inmediata reconstitucién de las obschinas, es decir, la recomposicién de aquellas formas colectivistas no mer- cantiles ancestrales de organizacién del campesinado ruso, que estaban siendo eliminadas por los 11 Bolchevique era el nombre de una corriente del Partido Obrero Socialsta Ruso, que a partir de 1918 pas6 a denominarse comunista, 12 Orlando Figes, Peasant Russia Civil War. The Volga Countryside in Revolution, 1917-1924 (Londres: Oxford University Press, 1989). 13, Véase, Theda Skoepol, Los Estados y las revoluciones sociales (Mi co: FC, 1985). a 2 {La Revolucién Rusa de 1917: dilemas enterpretacion Hugo Fazio Vengoa esfuerzos modernizadores del zarismo en el campo. Orlando Figes recuerda que la obschina o mir “testimonia [...] la l6gica funcional de la autoorganizacién campesina en la lucha por sobrevivir frente a las duras realidades de la naturaleza y alos poderosos enemigos exteriores, tales como los propietarios de la tierra y el Estado”. En la recomposicién de estas comunidades se encuentra el sentido mis profundo de la rebelién campesina, que no era otro que la desarticulacién inmediata de las formas capitalistas de tenencia y explotaci6n de la tierra en Rusia. Algunos datos permiten ilustrar la magnitud de este fenémeno: si en 1916, en la parte occidental del imperio, entre el 27% y el 33% de los caserios campesinos corres- pondian a tenencias de tipo privado, seis afos después estos habjan disminuido a menos del 2%. Entre 1916 y 1922, la participaci6n de las formas privadas de tenencia de la tierra se redujo del 19% al0,1% en la provincia de Samara, del 16,4% al 0% en la provincia de Sarétov, y del 24,9% al 0,4% en laregin de Stivropol. Durante mas de una década, la obschina se reconvirtié en la forma dominante de organizacién social y econémica en el campo y en el principal instrumento de igualdad social". Como adecuadamente sostuviera Eric Wolf, en 1917 los bolcheviques obtuvieron el poder, pero la igua Rusia sobrevivié hasta 1929, cuando se desaté la colectivizacién forzada bajo Stalin". Lo anterior me leva a concluir que, para la poblacién del campo, los sucesos de 1917 de nin- guna manera representaban una puerta de entrada a una nueva sociedad socialista. En realidad, la suya fue una rebelién antimodernizadora (que se contraponia firmemente a las reformas estimu- Jadas por el zarismo tardio), porque su finalidad principal apuntaba a la destruccién del andamiaje capitalista, la desarticulacién de las relaciones mercantiles, la eliminacién de los elementos de diferenciacién social y la reconstruccién del microcosmos organizativo del campo ruso tradici nal. En este sentido, la revolucién agraria tuvo como corolario la modificacién del carcter social del campesinado en st conjunto, en direccién hacia un mayor igualitarismo”, produciendo una seredniakizatsia (seredniak alude al campesino medio en Rusia) del campo, es decir, una homoge- nizacién de la estructura social! En tal sentido, se puede sostener que esta gigantesca rebelién campesina era claramente diso- nante con el capitalismo, y también lo seria con el bolchevismo, porque mientras estos iiltimos anhelaban la construccién de una sociedad nueva (preeminencia del futuro), los campesinos mira- ban hacia el pasado, buscaban la afirmacién y recomposicién de sus viejos arraigos. Siguiendo a Reinhart Koselleck —quien realiz6 una interesante demostracién del cambio que supuso el pen- samiento ilustrado en el contenido asignado al concepto de revolucién, que adquirié el significado de advenimiento de lo nuevo"—, puede decirse que la revolucién agraria rusa fue “premoderna’, en la medida en que, més que propender ala creacién de nuevas trochas para la modernizacién del campo ruso, pretendia romper los cimientos del modelo de desarrollo que se venia implantando desde finales del siglo XIX y restablecer de esa manera las formas tradicionales e igualitarias del campesinado ruso. Al respecto, el historiador Moshé Lewin ha sostenido una tesis similar ala que 14 Orlando Figes, La révolution russe 1891-1924: la tragédie d'un peuple Paris: Gallimard, 2007), 46. 15. Moshé Lewin, La formation du systéme sovigtique (Paris: Gallimard, 1987), 286. 16 Erie Wolf, Las luchas campesinas del siglo XX (México: Siglo XI, 1974), 143 17 Lewin, La formation, 73 y 286, 18. Andrea Graziosi, L’Urss di Lenine e Stalin. Storia del!’ Unione Sovietca 1914-1945 (Bolonia: Il Mulino, 2007), 95. 19. Reinhart Koselleck, Futuro pasado. Por una seméntica de los tiempos histéricos (Barcelona: Paidés, 1993). Hist. Cait. No. 64. AbeiLjunio. Pp 27-38. ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histent64.2017.02 aqui se est presentando, cuando sefalaba que “en la medida en que la revolucién se apoyaba en os campesinos pobres, los soldados y los obreros, no podia ser socialista en sustancia, pero podia ser una revolucién ‘plebeys’, pariente lejana de la revoluci6n socialista”™. La segunda gran movilizacién social estuvo representada por los sectores populares de las grandes ciudades y de los principales centros industriales y mineros: los obreros. A diferencia de los campesinos, los obreros si se plantearon desde un inicio la cuestién del poder, tal como quedé demostrado con la veloz reconstitucién de érganos de representacién: los séviets, aquellos conse- jos de coordinacién que vieron la luz por primera vez durante la Revolucién de 1905". Pero este empeno ripidamente quedé en suspenso de convertirse en una nueva fuente de poder clasista real, como habia sido el de 1905, debido a su composicién, que conté con una evidente sobrerrepre- sentacién de lideres politicos e intelectuales, y a sus erréticas formas de institucionalizacién, que los llevé a reconocer la preeminencia de ciertas instituciones estatales tradicionales*, Difirieron también de los campesinos en el hecho de que no se plantearon el tema de la propiedad. Sus reivin- dicaciones se centraron en mejorar las condiciones de vida y de trabajo: la jornada de ocho horas, y no de doce; un salario minimo, disponibilidad de agua caliente en las cantinas, la supresién del trabajo infantil, la regulacién de los salarios semanales, entre otros. Como bien ha sefialado Mare Ferro, sus demandas se orientaban a mejorar las condiciones obreras, y en ningiin caso a transfor~ ‘mar las existentes relaciones sociales”. Los obreros experimentaron un acelerado proceso de radicalizacién, y de esa manera contri- buyeron también a la creacién de una nueva situacién revolucionaria, Como una forma de eludir el costo que implicaba la satisfaccidn de las demandas obreras, los empresarios optaron por la estra- tegia del cierre masivo de empresas (el lock-out). Los trabajadores, bajo la amenaza del desempleo, respondieron a la ofensiva patronal con la creacién de los comités de fabrica, que en un primer ‘momento plantearon la exigencia del acceso a los libros de contabilidad para comprobar los estados financieros y demostrar la sostenibilidad de las empresas. Ante la resistencia de la patronal, los obre~ +08 dieron un paso adelante mas y decidieron asumir el control de las empresas. Como seftalé Ferro: “los comités de fabrica [..]nose plantearon proceder al control econdmico [| serin las circuns- tancias las que llevardn a tomar en sus manos la direccién total de las empresas [..] esta gestion ‘no suponia un verdadero control de a produccién ni derivaba de una interpretacidn revoluciona- ria del funcionamiento de la industria en una sociedad: los obreros aseguran el fun de la fabrica y se hacen cargo de ella como forma de presién sobre los patrones”™. De cierta manera, se puede sostener que los comi obschina, pues la mayoria de los obreros eran campesinos recién llegados a las ciudades (no debe olvidarse que los albores de la industrializacién rusa databan de finales del siglo XIX); su cosmovi- sidn se encontraba marcada por el igualita os mismos principios que los de los campesinos puros: la reparticién justa de las riquezas, basada 20. Moshé Lewin, Le siclesoviétique (Fayard: Le Monde Diplomatique, 1987), 348. 21, Véase, Leén Trotsky, La Revolucién de 1905, 2 vols. (Paris: Ruedo Tbérico, 1972). 22. Oskar Anweiler, Les soviets en Russe (Paris: Gallimard, 1975), 130, 23 Marc Ferro, Les origines de la Perestroika (Paris: Ramsay, 1990), 21. 24 Mare Ferro, La Revolucin de 1917 (Barcelona: Laia, 1975), 160-161, 33 4 {La Revolucién Rusa de 1917: dilemas enterpretacion Hugo Fazio Vengoa en una moral igualitarista’. Sobre el particular, cito a Robert Service, quien acometié una intere- sante reflexién sobre los vinculos que los obreros y soldados mantenfan con el pasado campesino: “Las tradiciones culturales del pais también tuvieron su efecto, Tradicionalmente, las comu- nas de Rusia y Ucrania habian permitido a los campesinos que hablaran abiertamente sobre las cuestiones que tenian importancia para las aldeas, y esta prictica se habia trasmitido a muchos obreros industriales que alquilaron su fuerza de trabajo. fibricas no como particularessino como miembros de grupos de trabajo (arteli; los soldados y los marineros también se organizaron en pequeiias unidades mientras cumplian su servicio militar. Asi pues, la aparente ‘modernidad’ de Jos acontecimientos politicos de 1917 tenia un pasado que se remontaba a siglos aris" En este sentido, se puede concluir que el gran cometido de esta rebelién de los obreros consis- ti6 en que acabé con los remanentes citadinos de la modernizacién zarista, arribando a una clara convergencia en sus resultados con la revolucién agraria, que avanzaba en paralelo. El tercer movimiento lo representaban los soldados, el cual, de modo muy directo, contribuyé a la creacion de la nueva situacién revolucionaria y, de modo mas evidente que los otros, par~ ticip6 en el sentido de debilitar de manera inmediata los fundamentos represivos del sistema. Cabe destacar que su mimero era sorprendente: en visperas de febrero de 1917, las Fuerzas Armadas contaban con 10 millones de hombres, de los cuales 7,2 millones pertenecian al E ito activo, Para 1917 su situacién no era nada ficil pues se contaban por millares los muertos y heridos. El radicalismo de los soldados se acentué Inego de que el Séviet de la capital aprobara el Prikaze N*. 1, el cual transfirié el control de los regimientos de la retaguardia a los s6viets, lo cual facilité la penetracién de las ideas radicales en las fas del Ejército, y supuso el inicio de una decidida accién de rebeldia, la cual desde el mes de marzo comenz6 a descomponer el aparato represivo de la vieja Rusia autocritica y acabé con el esquema de verticalidad en el mando”. Enel intervalo que separa las dos revoluciones rusas del 17, lade febrero y la de octubre, el tema de la paz fue uno de los mis centrales. Las movilizaciones de febrero se iniciaron con grandes mani- festaciones de las obreras de la capital bajo la consigna “Pan, Paz y Libertad”, y el primer decreto firmado por el nuevo poder soviético en octubre fue el “Decreto de la Paz”, por medio del cual se ratificaba la exigencia de una paz inmediata. Si bien la consigna estaba en boca de todos los actores sociales y politicos, fueron los soldados sus principales abanderados, lo que los convirtié en una decisiva fuerza revolucionaria en los sucesos del afio 17, primero, con su obstruccién al zarismo, y después, con su oposicién al Gobierno Provisional, debido a su renuencia a la salida inmediata de Rusia del conflicto b Ahora bien, las dos principales vias a través de las cuales los soldados canalizaron su descontento fueron el apoyo y la identificacién de posiciones con las organizaciones més radicales del espectro politico, las cuales se declaraban piiblicamente contrarias a la continuacién de la guerra, y la deser- cién, masivo proceso por el cual los soldados abandonaron las filas del Bjército, movidos por el afin de retornar a sus lugares de origen y sumarse a las revueltas campesinas. Sobre el particular, conviene recordar que los soldados, en su gran mayorfa, provenfan del medio rural, y también en 25 Wolf, Las luchas campesinas, 114. 26 Robert Service, Historia de Rusia en el siglo XX (Madrid: Siglo XX1, 2000), 55. 27. Anweiler, Les soviets en Russe Hist. Cait. No. 64. AbeiLjunio. Pp 27-38. ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histent64.2017.02 ellos era fuerte la cultura comunal, lo que se evidencié en que fueron numerosas las guarniciones que reprodujeron el espiritu organizativo comunal del campo ruso™. La desercién fue tan masiva y veloz, que no es una exageracién sostener que hacia octubre de 1917, el Ejército ruso habia dejado de existir. Aproximadamente 2 millones de soldados desertaron de las filas del Ejército, armaron all pais y “suministraron el carburante”, “sin el cual no hubiera sido posible la guerra civil”. En sintesis, la importancia del movimiento de los soldados radicé en que contribuyé enorme- mente al debilitamiento de los aparatos represivos del Estado; su rebeldia paralizé los esfuerzos del Gobierno Provisional por restablecer el orden, pero ademas su identificacién con las organi- zaciones contrarias a la guerra cre6 las condiciones militares para que los bolcheviques, con un pequeio golpe de fuerza, se hicieran al poder en el pais, y en los afios siguientes se convirtieron en el principal destacamento de defensa de la revoluci6n. El iltimo movimiento disruptivo estuvo conformado por las minorfas nacionales que exigian el derecho de autodeterminacién, es decir, la facultad de ser ellas mismas quienes decidieran su destino, En el fragor del desgobierno que reinaba en 1917, fueron apareciendo, con relativa rapidez, sobre todo en la parte occidental del imperio, poderes instituciones paralelos de representacién de las nacionalidades, los cuales le disputaban el ejercicio del poder al debilitado Gobierno Provisional, y muchas veces adoptaban decisiones que iban en contravia de los érga- nos centrales. La aparicién de estos distintos contrapoderes hizo del Estado ruso un mosaico compuesto por miltiples espacios organizacionales politicos e institucionales nacionales, lo cual inevitablemente entraiaba la profundizacién del clima de desgobierno que reinaba a lo largo y ancho del decadente vasto imperio. Estos cuatro movimientos entrelazados conformaron el aspecto popular y de masas de la revo- lucién, Sus variadas conexiones convergieron en lo inmediato con un radicalismo intelectual y politico, que se convertiria en su aspecto mis visible, porque también estaba encaminado a des- integrar el viejo orden de las cosas. La fortaleza de este radicalismo intelectual radicaba en que avanzaba en la misma direccién hacia la cual “tendfan las fuerzas vivas de la revolucién’, al decir de Ferro. A diferencia de las restantes organizaciones politicas que cuestionaban las actuaciones espontaneas y decididas de los amplios grupos sociales de la sociedad, los bolcheviques y un nutrido grupo de anarquistas captaron répidamente el sentir de las poblaciones y se declararon abanderados de concederles la tierra a los campesinos, decretar la paz. inmediata y sin anexiones, conceder el derecho de autodeterminacién de las nacionalidades y establecer el control obrero. Es indudable que el desarrollo de este proceso pudo haber tenido un resultado muy diferente, de no ser por la destacada participacién del Partido Bolchevique, organizacién que fue capaz de identificarse con este conjunto de movimientos revolucionarios. El bolchevique era un partido que habia crecido enormemente durante el trascendental aiio de 1917, y leg6 a contar con cerca de 400 mil militantes. Como sugestivamente sefiala Ferro: “Como los mencheviques y eseristas controlaban los soviets, aparecieron ante la gente como par tidos centralizadores por lo que ripidamente se hicieron impopulares. No asi los bolcheviques cuya orientacién s6lo conocian los iniciados: en esa fecha lejos de consticuir un grupo monolt- tico, se escindian en grupos hostiles, como todas las otras fuerzas; pero el piblico comprobaba 28 Paul Avrich, Kronstadt 1917-1921 (Pari 29 Lewin, Lesidcle soviétigue, 368. Seuil, 1972). 3s 26 LaRevolucin Rusa de 1917: dilemaseinterpretaciin Hugo Fazio Vengoa que su acciéniba siempre en elsentido de la desintegracién del antiguo orden de cosas, del poder gubernamental, de la autoridad de los soviets. Precisamente en el sentido hacia el cual endian las fuerzas vivas de la revoluciér Siel bolchevismo finalmente triunfé fue porque supo montarse en la cresta de esa marea revo- lucionaria y encauzar este proceso hacia unos determinados fines. Hacia mediados de 1917, las principales consignas de los bolcheviques —las cuales Lenin habia anunciado en sus famosas y polé- micas “Tesis de Abril’, pronunciadas luego de su regreso al pafs, el 3 de abril de 1917— se resumian en el traspaso de todo el poder a los s6viets, la firma inmediata y sin condiciones de la paz, el esta~ blecimiento del control obrero, la transferencia de la tierra a los campesinos y el reconocimiento del derecho de autodeterminacién nacional. El programa, que no era socialista en su esencia, no diferia un apice de las populares e rias nacionales. Por ello, si finalmente una pequefia organizacién politica pudo tomarse el poder ena vasta Rusia fue porque era practicamente el Gnico partido que actuaba en la misma direccién que las fuerzas de cambio. Sélo se requirié un pequefio golpe de fuerza para que los restos del andamiaje de la vieja sociedad se desmoronaran. Para el 25 de octubre se tenfa prevista la inauguracién del Segundo Congreso de los Soviets. Con la ocupacién de algunos lugares estratégicos, y una movilizacién de los bolcheviques y otras fuerzas afines, se quebré el viejo orden y se consum6 la revolucién. Como en ha sostenido David Priestland, la Revolucién de Octubre no fue una “revolucién bolchevique”, sino “una insurreccién bolchevique en el seno de una revolucién popular radical, cuyos valores fueron respaldados durante un breve periodo por los bolcheviques™. Pero, como se ha sefialado, no fue el radicalismo intelectual lo que determiné la calidad del proceso. Este estaba determinado por las acciones desarrolladas por el radicalismo popular, el cual nunca pensé ni actué en términos de socialismo, pero si de destruccidn de todo aquello que estaba marginando a las grandes clases del desarrollo de Rusia. De esta contradiccién nacié la tensién que atravesarfa gran parte de la historia soviética: entre la pretensiGn politica e intelectual de construir una nueva sociedad y la inclinacién popular por apegarse a lo tradicional y erradicar todo aquello que significara desigualdad y diferenciacién social. Un abismo infranqueable separaba las revueltas populares de los bolcheviques. Mientras la mayor parte de los socialistas rusos, incluidos los bol- cheviques, se declaraban claramente modernos y sostenian una defensa a ultranza de los valores de larazén, la ciencia, el progreso, la educacién y la libertad individual, el grueso de los movimientos sociales que catapultaron a los bolcheviques al poder afirmaba todo lo contrario. Por otra parte, la feliz.connivencia entre los bolcheviques y el radicalismo popular logré sobrevi- vir y reproducirse gracias a la anuencia de los revolucionarios rusos de darles un cariz institucional a las principales demandas sociales; los decretos de la paz y de la tierra se promulgaron el mismo 25 de octubre de 1917, a los que posteriormente se sumarian la aprobacién del decreto que regla- ‘mentaba el control obrero y la declaracién de los derechos de los pueblos. Es decir, en sus primeros afios el nuevo poder mantuvo dichos compromisos. Una ver.finalizé la guerra interna, la adhesion social de la que habja gozado el régimen comenzé a desvanecerse, y la supervivencia del régimen se rencias de los campesinos, obreros, soldados, y de las mino- 30. Ferro, La Revolucion de 1917, 426. 31 David Priestland, Bandera Roja. Historia politica y cultural del comunismo (Barcelona: Critica, 2010), 102. Hist. Cait. No. 64. AbeiLjunio. Pp 27-38. ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histent64.2017.02 logré mediante la autonomizacién de la alta politica de la sociedad, lo que se convertiria en un rasgo inmanente del sistema soviético hasta cuando sobrevinieron la Perestroika y el Glasnost de Mijail Gorbachov, que pusieron en jaque dicha autonomizacién llevindose por delante todo el sistema. Bibliografia Abramovitch, Raphael. The Soviet Revolution. Londres: George Allen & Unwin, 1962. 2 Anweiler, Oskar. Les soviets en Russie, Paris: Gallimard, 1975. Avrich, Paul. Kronstadt 1917-1921. Paris: Seuil, 1972. Bloch, Mare. 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Entre sus publicaciones més recientes se encuentran, en coedicién con Luciana Fazio Vargas, El presente del Medio Oriente: una lectura en clave histérica (Bogota: Ediciones Uniandes, 2016), y, en coauroria con Luciana Fazio y Daniela Fazio, Rusia, de los zares a Putin (1880- 2015) (Bogota: Ediciones Uniandes, 2015). hfazio@uniandes.edu.co A Revolucao Russa de Outubro de 1917 e os primérdios do regime comunista: aspectos da recep¢4o publica e da dinamica politica em Portugal (1917-1926)* Emesto Castro Leal Universidade de Lisboa, Portugal or: dx.doi.org/10.7440/histerit64.2017.03 Data de recebimento: 25 de maio de 2016/ Data de aceitagio: 24 de outubro de 2016/ Data de modifiagio: 11 de novembro de 2016 Resumo: Que impacto politico-ideol6gico teve a recepgio em Portugal da Revolugio Russa de Outubro de 19172 Que representagées foram transmitidas sobre a Rissia soviética pelos primeiros viajantes politicos ¢ intelectuais portugueses? Estas si0 as perguntas € os objectivos que o artigo pretende resolver. Quanto & metodologia, apds a revisio da bibliografia, foca-se a investigagao na analise critica de fontes bibliogrificas primérias (textos politicos textos literirios) e nalgumas dindmicas histéricas. Como conclusio geral, verifica- se 0 confronto de politicas de meméria (comunismo, anticomunismo) e, nas obras dos primeiros viajantes, divulgagiio de novas vivencias pos-revolucionarias (simbolos, politica, educagao, espiritualidade, sociedade), Palavras-chave: Portugal, Rissia, comunismo (Thesaurus); meméria colectiva, revolugao (Autor). La Revolucién Rusa de octubre de 1917 y los comienzos del régimen comunist aspectos de la recepcién publica y la dindmica politica en Portugal (1917-1926) Resumen: :Qué impacto politico-ideoldgico tuvo la recepcién en Portugal de la Revolucién Rusa de octubre de 1917? Qué representaciones se transmitieron acerca de la Rusia soviética por los primeros Viajeros politicos e intelectuales portugueses? Estas son las preguntas y los objetivos que el articulo pretende resolver. En cuanto a la metodologia, luego de la revisiOn de la bibliografia, la investigacién se enfoca en el anilisiscrtico de fuentes bibliogrificas primarias (textos politicos y textos literarios) yen algunas dinémicas historicas. Como conclusién general, se averigua la confrontacién de politicas de memoria (comunismo y anticomunismo) y, en las obras de los primeros viajeros, la difusiOn de nuevas vivencias postrevolucionarias (simbolos, politica, educacién, espiritualidad, sociedad). Palabras clave: Portugal, Rusia, comunismo, memoria colectiva, revolucién (Thesaurus). ‘The Russian Revolution of October 1917 and the Beginning of the Communist Regime: Aspects of its Public Reception and Political Dynamics in Portugal (1917-1926) Abstract: How did the Russian Revolution of October 1917 affect the political and ideological mentality in Portugal? What images of Soviet Russia were transmitted by the first political and intellectual travelers? “These are the questions that this article aims to solve. With respect to methodology, after a review of the % Opresente artigo é resultado de uma investigagio independente do autor, que nio solicitou financiamento para sua realizacio, 39 ‘A Revolugso Russa de Outubro de 1917 e os primérdios do vege comunista Emesto Castro Leal bibliography, the study focuses on a critical analysis of primary bibliographical sources (political and literary texts) and on certain historical dynamics. By way of conclusion, it shows the confrontation between politics of memory (communism, anticommunism) and the dissemination of new, postrevolutionary experiences (symbols, politics, education, spirituality, society), in the works ofthe first travelers. Keywords: Portugal, Russia, communism, collective memory, revolution (Thesaurus). Introdugado Os tempos ¢ 0s modos de percepgio dos grandes acontecimentos internacionais, junto das opinides piiblicas nacionais, configuram instrumentos significativos na construgio das representagoes cultu- rais e politicas sobre povos, civilizagdes e culturas. Constituiu facto exemplar para a reconstrugio de imaginérios politicos, incluindo para Portugal, a forma de recepgo da Revolucio Russa de Outubro de 1917, processo politico de ruptura civilizacional que teria consideraveis repercussdes ideol6gi- cas, culturais e geopoliticas na Europa e no mundo!. Recordou Eric Hobsbawm que a “Revolucio de Outubro produziu de longe 0 mais formidivel movimento revolucionério organizado na histéria moderna”®, e escreveu Ralf Dahrendorf que “A batalha [entre sistemas] recua [...] talvez até 4 Revo- lugio Russa, de 1917, ou, na verdade, até a publicagio do Manifesto Comunista, em 1848. Ea batalha entre comunismo e capitalismo, entre uma comunidade socialista e a democracia liberal”. A polarizacao entre comunistas (“vermelhos”) anticomunistas (“brancos”), que se traduziu em guerra civil no antigo Império Russo, donde emergiu a partir de 30 de dezembro de 1922 a Unio das Repiiblicas Socialistas Soviéticas (URSS), vincando 0 caracter federal da Unido e a nova identidade a sobreposta as antigas identidades (russa, ucraniana, georgiana, uzbeque, tirtara, ¢ outras), reflectir-se-ia mundialmente na guerra da propaganda, no debate ideolégico e na organizacio politica, recordando a anterioridade verificada aps a Revolugao Francesa de julho de 1789. René Rémond sistematizou essa légica comparativa transnacional: “A semelhanca da revolugio de 1789, a revolucio soviética modificou um pais, transformou-Ihe as estruturas estabeleceu uma ordem politica ¢ social. Como a revolugao de 1789, também co alcance do acontecimento ultrapassa de longe o quadro nacional, da Franga ou da Rissa. A ‘mesma dualidade: significado nacional, dimensio internacional. As analogias estendem-se as relagoes diplomaticas entre o pais que €0 berco da revolucao e 0s seus vizinhos. Tal como a revo- lugio francesa a partir de 1792, também a revolucio soviética foi banida pela Buropa civilizada™. Este artigo analisa de forma original aspectos da recepgio em Portugal da Revolucio Russa de Outubro de 1917, a partir de telegramas oficiais, enviados pelo representante diplomético por- tugués no Império Russo (Jaime Batalha Reis); interroga por meio de uma amostra de textos politicos publicados em periédicos e livros— 0 confronto de politicas de meméria sobre comu- nismo e anticomunismo; por fim, examina a visio dos primérdios da URSS transmitida em textos 1 Mare Ferro, A Revolupio Russa de 1917 (Lisboa: Dom Quixote, 1972); E. H. Carr, Historia de la Rusia Soviétca. La Revolucién Bolchevista (1917-1923). Volume I. La conquista y organizacién del poder (Madrid: Alianza, 1985), Bric Hobsbavem, A Fra dos Extremos. Breve hiséra do sécuo XX, 1914-1991 (Lisboa: Presenca, 1996), 64. Ralf Dahrendorf, Reflesdes sobre a Revolugdo na Europa (Lisboa: Gradiva, 1993), 44. René Rémond, Introdugo Titra do nosso Tempo. Do Antigo Regime aos nosos dias (Lisboa: Graiva 2003), 331 Hist, Cait, No. 64 AbsiLjunio. Pp 89-60 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.03 literarios pelos primeiros viajantes politicos ¢ intelectuais portugueses, como José Carlos Rates em 1924, César Porto em 1925, € Herlander Ribeiro e Carlos Santos em 1926. Quanto a metodologia, apés a revisao da bibliografia sobre a temitica, foca-se prioritariamente o olhar na anilise critica de “fontes bibliogrificas primérias” (textos politicos ¢ textos literdrios) e em dinimicas politicas, dado que a recepgio da Revolugio de Outubro em “fontes primirias hemerogrificas” portuguesas jd teve uma vasta divulgacao* Utiliza-se um referencial te6rico devedor das problemiticas da historia das ideias e da hi t6ria politica, para justificar a coeréncia da estrutura formal e da argumentagio ao longo do artigo. O objectivo principal é contribuir para aumentar 0 conhecimento critico sobre o impacto politico-ideolégico que a Revolugo de Outubro teve em Portugal, entre 1917 € 1926, princi- palmente no campo anarquista ¢ anarcossindicalista, donde sairam os militantes intelectuais operarios que lancaram as bases da organizaco comunista. Como conclusio geral, verifica-se um forte confronto de politicas de meméria (comunismo, anticomunismo) e, nas obras literérias dos primeiros viajantes portugueses, divulgam-se aspectos relevantes das novas vivéncias comunistas pos-revolucionérias (simbolos, politica, educacio, espiritualidade, sociedade, economia ou costu- ‘mes), que configura importantes registos hist6ricos para a comparacio civilizacional. 1. A inquietagao do diplomata Jaime Batalha Reis A recep¢io imediata em Portugal da Revolucio Russa de 25 de outubro de 1917 —7 de novem- bro, no calendério gregoriano ocidental, que ¢ o calendério juliano corrigido— foi noticiada de forma confusa, alimentada através da contrainformacao das agéncias noticiosas francesas e ingle- sas, pelos principais jornais de Lisboa, do Porto, de Coimbra e de outras cidades portuguesas, € por diversos jornais ligados a grupos e partidos politicos republicanos e monirquicos. Um tema j4 estudado, como se afirmou anteriormente, mostrando essa recep¢io na imprensa portuguesa alguma surpresa e incompreensio em face do desenvolvimento de um processo de ruptura civili- zacional dentro da “outra Europa’, de que falou Fernand Braudel: “A outra Europa, também ela de desenvolvimento tardio, tio tardio como a América, mas situada no préprio continente europeu, portanto colada ao Ocidente, é a Russia, a antiga Moscévia [...], cujo prestigio se deve sem diivida a0 facto de ser o pais da grande experiéncia revolucionéria, mas também, cada vez mais, a0 facto de ter indubitavelmente realizado, num tempo recorde, a sua Revolugio industrial”. No diversificado espago geogrifico ¢ etnocultural imperial russo, iniciow-se, nos finais de 1917, uma revolugio portadora de um mito de fundagao, que se constituir4 em mito politico de salva- io ou, para os opositores, em contramito politico de perdigio; moldada pela visio ideolégica de Lenine sobre 0 marxismo e a revolucio que est expressa principalmente nos seus textos Que fazer? (margo de 1902), As tarefas do proletariado na nossa revolugio [Teses de Abril] (abril de 1917) e O Estado e a Revolugio (agosto de 1917). Aise valorizavam o messianismo politico, o par- 5 César Oliveira, Revolugo Russa na Imprensa Portuguesa da Epoca (Lisboa: Diabril, 1976); Paulo JA. Guinote, A Revolucio Russa na Imprensa Portuguesa. 1917-1918. ; Pedro Soares Ferreira, Entre o terror e a esperanca. A Revolugao Russa na sociedade portuguesa, 1917-1921 (Casal de Cambra: Caleidose6pio, 2011); Marcos Nunes de Vilhena, Recego ¢ Peregio da Revalusto Russa na Crise do Sistema Demoliberal Portugués. Una Andlise de Imprensa (Lisboa: ISCTE-TUL, 2013). 6 Fernand Braudel, Gramdtica das Civilizagées (Lisboa: Teorema, 1989), 475 a 2 ‘A Revolugso Russa de Outubro de 1917 e os primérdios do vege comunista Emesto Castro Leal tido de revolucionérios profissionais, o centralismo democritico, o aparelho organizativo, o espirito de disciplina, a revolucao violenta, a ditadura do proletariado, a revolugio social ow o ideal comu- nista como milenarismo laico, numa demarcago, dentro das esquerdas, em face do anarquismo, do socialismo democritico e da social-democracia. Ieninismo exprimiu a reinterpretagio do marxismo na Riissia, sociedade dominantemente agriria e em vias de industrializacao, onde a religiao crista ortodoxa detinha uma importante funcio simbélica agregadora da consciéncia nacional. O representante diplomstico portugués no Império Russo em 1917 era Jaime Batalha Reis, um republicano de matriz demossocialista, e a Legagio de Portugal como as outras estava localizada em Petrogrado’. Foi ele que redigiu os primeiros telegra- mas oficiais enviados ao Governo Portugués sobre o acontecimento revolucionario’. No dia 13 de outubro de 1917, noticiava a declaragio de guerra do Soviete de Petrogrado, presidido por Trotsky, a0 tiltimo Governo de Kerensky, constituido a7 de outubro’, e, a 8 de novembro de 1917, comuni- cavaa primeira informagio sobre a revolugio ocorrida em Petrogrado no dia 25 de outubro de 191 “Petrogrado todos servicos e instituigdes piblicas em poder Bolcheviques Ministro Negécios Estrangeiros preso. Destino desconhecido presidente do Conselho Ministros Governo provisério desaparecido, Diz-se duvidosamente tropas marcham sobre S. Petersburgo tentar restabelecer a ordem Governo provisério. Palicio de Inverno bombardeado por fortalezas e cruzadores barrica- das combatentes sangrentos nas ruas dia ¢ noite". No telegrama de 18 de novembro de 1917, 0 diplomata portugues identificava os principais lideres bolcheviques e as bases das novas politicas: “Governo Bolchevique parcialmente constitufdo sob a presidéncia do notério Lenine e ‘Tro- {sky judeu alemao ministro dos Negécios Estrangeiros. Todos funcionérios dos N. E. e outros ‘ministros recusam servir com ministro bolchevique. Programa governo Bolchevique imediata. ‘mente paz.com a Alemanha aboligio direito de propriedade imediata divisio terras por mujiques fbricas dirigidas por operirios bancos nacionalizados todas as nacionalidades da Rissia inde- pendentes entretanto7 governos diferentes estio neste momento em vias de formagiio dos quais 4emS. Petersburgo™". Por meio do telegrama diplomatico de 21 de novembro de 1917, Jaime Batalha Reis expandia a informacio sobre o dominio militar bolcheviqu “Revolugio em Moscovo luta durante cito dias entre bolcheviques e tropas do Governo provis6. rio cidade bombardeada Kremlin duas vezes tomado e perdido catedral ist6ricae outros edificios arruinados ruas ardendo saqueada a cidade mais de [...] mortos. Bolcheviques dominam Moscovo como S. Petersburgo. General Kaledin ataca todos os cossacos proclama-se ditador territ6rios 7 ssa cidade capital reve a seguinte evolucio de nome: Sio Petersburgo (1703-1914), Petrogrado (1914-1924), Leninegrado (1924-1991) ¢ novamente Sio Petersburgo(1991)-Nos fim de outubro de 1917, capital mudou para Moscovo. 8 Joaquim Palminha Silva Jaime Batatha Reis na Risia dos Soviets ou Des Dias que Abalavam um Diplomata Portugués Porto: Afrontamento, 1984), 144-183 9. Ostelegramasdiplométicostém a data do calendiriojuliano russ (menos treze dias do que ocalendariojuliano reformado ou gregoriano ocidental). Em 1918, ogovernorusso adoptou o calendirio ocidental na parte este, em 1920, na parte este. 10 Silva, Jaime Batatha Reis, 144, 152153. 11 Silva, Jaime Batalha Reis, 157-158, Hist, Cait, No. 64 AbsiLjunio. Pp 89-60 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.03 Done sul da Ris ago dos planos da Alemanha exército alemao diminuiindo conserva-se imével fronteira” ia. Guerra civil em toda a Rissia. Enquanto tropas russas assim trabalham reali 3s telegramas diplomiticos seguintes davam a conhecer as diligéncias diplométicas russas junto de todas as embaixadas ¢ legagdes para o imediato armisticio e 0 inicio das negociagdes de paz. No dia 7 de dezembro de 1917, informava que “Acabou a guerra [Primeira Guerra Mundial] na Réissia” e, no dia 20 de dezembro de 1917, que foi “assinada a Convengio Armisticio entre a Riissia e potén- cias Centrais até 14 de janeiro". Entretanto, importantes dreas do antigo Império Russo declaravam a independéncia: Ucrinia, Estonia, Finlindia, Moldavia e Leténia. Concluiu Martin Gilbert que 0 “poder da Riissia de fazer a guerra, até entio o brago oriental dos Aliados, estava destruido [...]- Com a capacidade bélica da Riissia reduzida a zero”. A situagao do corpo diplomitico ocidental complicou-se com 0 avanco do processo revolucionsrio. No dia 30 de dezembro de 1917, Jaime Batalha Reis comunicou: “Foram nacionalizados ¢ reunidos a0 banco do Estado em poder dos bolcheviques todos os bancos particulares tomados seus depésitos ¢ cofres a seus cargos. Todos bancos fechados tran- sacgdes paradas fome crescente em Petrograd. Lojas casas assaltadas por soldados e operrios. ‘Vivo com minha familia hi pelo menos seis meses em perigo de vida permanente agravada por falta de dinheiro. Tenho tido fome e frioterci de partir inopinadamente com dificuldade. Suplico a V. Ex+ [Sidénio Pais, Presidente da Repiblica, Chefe do Governo e Ministro dos Negécios Estrangeiros] leia meu telegrama tltimo sobre assunto nao respondido © mande por urgen- temente & minha ordem Provincial National Bank Londres pelo menos mil as esterlinas extraordinérias. Sinto-me abandonado’ Apés a decisao da retirada de Petrogrado de todas as embaixadas e legacies dos paises aliados, (© que movimentaria mais de quinhentas pessoas, Jaime Batalha Reis seguiu 0 itinerario estabele~ cido, conforme escreveu no relatério de abandono da Riissia, com ida para a estagio ferrovisria Finlindia em Petrogrado (28 de fevereiro de 1918), saida do porto maritimo de Murmansk (27 de abril de 1918) ¢ chegada a Newcastle (4 de maio de 1918)". 2. Confronto de visées politicas e ideol6gicas A Revolugio Russa de Outubro de 1917 corporizou no momento fundador os “dez dias que aba- laram 0 mundo”, segundo 0 titulo do livro medistico e comprometido do repérter de guerra norte-americano John Reed”, testemunha dos acontecimentos de Petrogrado Vermelho. Publi- cado nos Estados Unidos da América em 1919 e na Unido das Reptiblicas Socialistas Soviéticas em 12 Silva, Jaime Batatha Reis, 160-161. 13 Silva, Jaime Batalha Reis, 173, 178. 14 Martin Gilbert, A Primeira Guerra Mundial (Lisboa: A Esfera dos Livros, 2007), 555, 560, 18 Silva, Jaime Batabha Reis, 182-183. 16 Jodo Medina, As Conferéncias do Casino e 0 Socialismo em Portugal (Lisboa: Dom Quixote, 1984), 443-466. 17 John Reed, Dez Dias que Abalaram 0 Mundo, traduzido por A. Dias Gomes e H. S. N. (Mem Martins/Sintra: Europa-América, 1976 [1919]. a3 ‘A Revolugso Russa de Outubro de 1917 e os primérdios do vege comunista Emesto Castro Leal 1923, Lenine, no preficio & edigdo americana, escreveu uma mensagem revoluciondria legitima- dora e redentorista: “Li com imenso interesse € a mesma atengio, até ao fim, o livro de John Reed. Do fundo do coragio, aconselho a sua leitura aos operirios de todos os paises. Desejaria que esse livro circu: lasse por milhies de exemplares e fosse traduzido para todas as linguas, porque traga um quadro exacto e extraordinariamente vivo de acontecimentos de enorme importincia para o conheci ‘mento da revolugéo proletiria, da ditadura do proletariado. Essas questdes slo, nos nossos dias, objecto de discussio geral, mas, antes de aceitar ou rejeitar as ideias que representam, é indis- pensivel compreender todo 0 significado do partido que se deve tomar. 0 livro de John Reed ajudaré, sem diivida, a fazer luz sobre este problema do movimento operirio universal™, Para José Ortega y Gasset, essa revolucio era paradoxal: “O que é inconcebivel e anacrénico 6 que um comunista de 1917 se lance a fazer uma revolugio que é na sua forma idéntica a todas as que houve antes e em que nao se corrijam no mais minimo os defeitos e erros das antigas"”. Apés 0 triunfo da Revolugio de Outubro, iniciou-se 0 projecto utdpico de criagio de uma civilizagio proletiria e comunista alternativa i civilizacio burguesa e democritica, que estava anunciada desde 1848, no Manifesto do Partido Comunista, de Karl Marx e Friedrich Engels: “Anda um espectro pela Europa —o espectro do Comunismo. Todos os poderes da velha Buropa se aliaram para uma santa cacada a este espectro, o papa eo tsar, Metternich e Guizot, radicais, franceses e poticias alemaes [..]. Os comunistas rejeitam dissimular as suas perspectivas e pro- pésitos. Declaram abertamente que os seus fins s6 podem ser aleancados pelo derrube violento de toda a ordem social até aqui. Podem as classes dominantes tremer ante uma revolugio comu: nista! Nela 0s proletirios nada tém a perder a nfo ser as suas cadeias. Tém um mundo a ganhar. Proletarios de todos os paises, uni-vos!”™. A Revolugio de Outubro, divulgada como maximalismo (revolugio levada ao maximo), alimen- tou, no ano de 1918 e nos principios de 1919, uma vaga revolucionéria europeia (Baviera, Hungria, Franca, Itilia ou Poléniay", e seduziu em Portugal militantes do campo ideolégico sindicalista revolucionério, anarquista e anarcossindicalista, dada a fraqueza do campo ideolégico socialista, acreditando alguns na imagem mitica transmitida pelos vencedores sobre 0 poder soberano dos sovietes, quea dinamica politica havia de subalternizar em relagao a logica de poder do partido comu- nista ¢ das estruturas estaduais hierarquizadas, Nesse processo de sedugao politica e estética, alguns sindicalistas revolucionsrios e anarcossindicalistas criaram, em maio de 1919, a Federagao Maxima- lista Portuguesa e iniciariam uma viragem para o comunismo™, por vezes de forma equivaca (casos de ‘Manuel Ribeiro ou de José Carlos Rates, que repudiaram o comunismo na segunda metade de 1925), fundando, em margo de 1921, o Partido Comunista Portugués (PCP): “O processo de demarcagio 18 Reed, Dez Dias que Abalaram, 5. 19 José Ortega y Gasset, A Rebelido das Masas, taduside por Artur Guerra (Liou: Relig d Agua, 19971930), 99. 20 Karl Marx e Friedrich Engels, Manifesto do Partido Comunista, tradurido por José Barata-Moura e Francisco Melo (Lisboa: “Avante!", 1997 [1848]), 35, 73. 21 Jean Carpentier e Francois Lebrun, Histéria da Europa (Lisboa: Estampa, 1993), 384-387. 22 José Pacheco Pereira, Questdes sobre 0 Movimento Operdrio Portugués e a Revolugo Russa (Porto: Ediglo do ‘Autor, 1971) Hist, Cait, No. 64 AbsiLjunio. Pp 89-60 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.03 ideolégica com os anarquistas e com a CGT [Confederacao Geral do Trabalho] faz sair do Partido muitos destes aderentes da primeira hora. Mas, a partir de 1923, 0 PCP jé se pretende mais um par- tido, no sentido tradicional da palavra, e menos um grupo ideol6gico e de propaganda”. A Revolugio de Outubro teve um significativo impacto na politica e na sociedade portuguesas, com destaque para 0 mundo associativo operério e popular. Assistiu-se a um debate entre socia listas, anarquistas, anarcossindicalistas, sindicalistas revoluciondrios e os primeiros comunistas* Um exemplo paradigmitico desse entusiasmo ocorreu na classe metalirgica, na qual se desta- caram os dirigentes do Sindicato Unico das Classes Metaliirgicas, Anténio Peixe e Raul Batista, que aderiram ao ideal comunista. Durante algum tempo, as instalades desse sindicato estiveram abertas durante o dia e a noite para a organizagio de cursos de propaganda ideolégica do marxismo € do bolchevismo™, Nos finais de fevereiro de 1920, decorreu na sede desse sindicato uma sessio de propaganda “Pelo Bolchevismo”, que se prolongou durante seis horas consecutivas™. A primeira tribuna portuguesa divulgadora da Revolucio de Outubro, apesar de assinalara defi- ciente informacio, foi a revista anarquista A Sementeira, “publicagao mensal ilustrada — critica € sociologia’, publicada em Lisboa e dirigida por Hilirio Marques”. Ai pode ler-se varias advertén- cias sobre 0 isco do jacobinismo, do estadualismo, do terror revolucionirio ou da limitagio & jinamica dos sovietes. Como também sobre a insuficiéncia das condigdes educacionais, técnicas ¢ industriais, que podiam constituir obsticulos ao desenvolvimento do novo regime politico. Em dezembro de 1917, no artigo “O momento russo”, faz-se uma pergunta essencial, para além do “aparato exterior da Revolucio”: “E qual é a extensio, a profundidade, 0 movimento intimo? Até onde vai nela a accéo popular?™. Em abril de 1918, essa revista divulgou a conferéncia de propaganda bolchevista realizada em Genebra pelo socialista russo Holzman —em viagem de missionagio revolucionéria pela Ingla- terra, Franga e Suiga”— e, no més seguinte, surgiu o depoimento do socialista suico Fritz Platten, narrando com euforia a viagem que tinha feito & Ruissia comunista em janeiro e fevereiro de 1918 Ao entusiasmo inicial de janeiro de 1918, quando se afirmava que a revolugio social russa “abre 23. José Pacheco Pereira, “Contribuigio para a histéria do Partido Comunista Portugués na I Repiblica (1921 1926)". Andlise Social ns 67-69 (1981): 706-707. 24 Maria Filomena Monica, O Movimento Socialista em Portugal (1875-1934) (Lisboa: Imprensa Nacional-Casa da Moeda/Instituto de Estudos para o Desenvolvimento, 1985), 127-146; Joao Freire, Anarquistas e Openirios. deologia,oficio e priticas sociais: 0 anarquismo e 0 operariado em Portugal, 1900-1940 (Porto: Afrontamento, 1992), 332-337; Joana Dias Pereira, Sindicalismo Revoluciondrio. A Histéria de uma “Idéa” (Casal de Cambra: Caleidoscépio, 2011), 117-159; Carlos Aberto Cunha, “Comunismo", em Diciondrio de Histéria de Portugal. Volume VIL. Suplemento A/F, coordenado por Anténio Barreto ¢ Maria Filomena Ménica (Porto/Lisboa: Figueirinhas, 1999), 387-388; Jodo Arsénio Nunes, “Comunismo", em Diciondrio de Historia da I Repiibica ¢ do Republicanismo. Volume I: A-E, coordenado por Maria Fernanda Rollo (Lisboa: Assembleia da Repiblica/ Centenario da Repiblica, 2013), 821-829. 25 Miriam Halpern Pereira, A Primeira Repiiblica. Na fronteira do iberalismo e da democracia (Lisboa: Gradiva, 2016), 121 26 “Pelo Bolchevismot..”, Bandeira Vermetha, | de margo, 1920, 1 27. Jol Freire, “A Sementeira, do arsenalista Hilirio Marques", Andie Social n» 67-69 (1981): 767-826. 28 “Omomento russo", A Sementeira, dezembro, 1917, 370. 29 “A revolugdo social russa. Um correio maximalista’, A Sementeira, abril, 1918, 49-50, 30 “Arrevolugiio russa. Depoimento dum socialista suigo", A Sementeira, maio, 1918, 65-66. as 46 ‘A Revolugso Russa de Outubro de 1917 e os primérdios do vege comunista Emesto Castro Leal um periodo glorioso de revolugdes sociais e inicia uma nova era, a era socialista™, seguiram-se a desilusio e a resisténcia ideol6gica, registada em junho seguinte: “A revolugdo socialista russa nfo é certamente 0 non plus ulira das revolugdes, e nds, se vivéssemos 1a Rissa, fariamos, como os anarquistas russos, oposi¢zo a0 governo maximalista€a todos 0s jaco. jnismos, mesmo socialistas, procurando contribuir para o alargamento das liberdades ganhas (.. Mas, se nfo confiamos na capacidade educativa do Estado, nas ditaduras ilaminadas e fantores de progresso, nos govemnos que preparam... a emancipacio das massas, isto é, se somos anarquistas, forga nos é aceitara necessidade da revolucao™", aparecimento em 23 de fevereiro de 1919 do jornal diério anarcossindicalista A Batalha, “porta-voz da organizacao operiria portuguesa” (redactor principal, Alexandre Vieira), potenciou a propaganda bolchevista em Portugal". O periédico abriu a nova seccio “A revolugao social na Riissia", em 25 de fevereiro de 1919, para publicitar documentos dos revolucionérios russos que circulavam na imprensa internacional. O primeiro documento foi o “Apelo ao Proletariado”, mani- festo escrito pelo escritor Maksim Gorky (ou Maxim Gorki), dirigido aos trabalhadores de todo ‘o mundo, datado de Petrogrado, em 1 de dezembro de 1918. Gorki afirmava ter sido opositor até hé pouco tempo do novo Governo dos Sovietes, que cometera destruigdes e violéncias imiteis, mas reconhecia a importincia do provesso para a “felicidade do trabalho livre, na fraternidade dos povos”, € para a imagem revolucionéria da Riissia, visto terem sido “os primeiros a abrir 0 caminho para 0 esmagamento da organizacio capitalista das sociedades"™. Nessa sec¢io do jornal, publicaram-se varios documentos sobre os preliminares da revolucio, 0 primeiro perfodo revolucionério eo pacto fundamental da Repiiblica dos Sovietes; nos finais de abril de 1919, era divulgado o artigo de Trotsky, “Novo Estado Russo”, Também Manuel Ribeiro, na sua sec¢io “Na linha de fogo™, publicou artigos apologéticos sobre a legislacao soviética em relagio a0 matriménio” e sobre as realizagdes econémicas e a obra dos sovietes™. Por sua vez, 08 socialistas portugueses, apés saudarem a luta dos trabalhadores russos por melhores condi- Ges de vida, exprimiram uma posic3o cautelosa: “Na Repiiblica: avancados; no Bolchevism« conservadorest Duma ou outra maneira —sempre socialistas. Ninguém se canse em rebuscar nesta nossa atitude uma dualidade de principios que nao existe!"”. A primeira tomada de posicio ofi- cial da Confederacao Geral do Trabalho (de orientacao anarcossindicalista) de apoio & Revolucio. 31 “Anova grande revolugio", A Sementeira, janeiro, 1918, 1 32. “A queda da Rissa’, A Sementera, junbo, 1918, 81. 33. Jacinto Baptista, “Surgindo vem ao longe a nova aurora... Para a histéria do didrio sindicalista “A Batalha (1919-1927) (Venda-Nova: Bertrand, 1977). 34 Miximo Gorki, “Apelo ao Proletariado”, A Batalia, 25 de fevereizo, 1919, 3. 35. Leto Trotsky, “Novo Estado Russa”, A Batalha, 29 de abril, 1919, 2. 36 Todos os artigos dessa secgio do jornal A Batatha foram editados em Manuel Ribeiro, Na Linha de Fogo. (Crénicas subversivas (Lisboa: Empresa Editora Popular, 1920). 37 Manuel Ribeiro, “Na linha de fogo. Bolchevismo, Uma calinia que se desfaz, O amor livre obrigatério’, A Batalha, 23 de margo, 1919, 1. 38 Manuel Ribeiro, “Na linha de fogo. Um ano de trabalho sovietista. A obra do Soviete Superior de Economia Social’, A Batatha, 27 de margo, 1919, 1. 39 “Ao Surgir”, A Comuna, 30 de abril, 1919, Hist, Cait, No. 64 AbsiLjunio. Pp 89-60 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.03 de Outubro surgiu em 15 de fevereiro de 1920, 0 que & um facto ideol6gico relevante no debate interno do anarquismo ¢ do anarcossindicalismo®., Essa propaganda adquiriu novas qualidades com o jornal Bandeira Vermelha, “semani- io comunista” (director, Manuel Ribeiro), érgio da Federagio Maximalista Portuguesa, que foi publicado entre outubro de 1919 e junho de 1921, e depois com o semanirio 0 Comunista, “6rgao do Partido Comunista Portugués” (redactor principal-director, Manuel Ribeiro), a partir de outubro de 1921. © primeiro jornal consubstanciou um espago de divulgagio de tépicos do bolchevismo: novas tendéncias sociais, objectivos da revolucio, politica de aliancas sociais, revo- lugao imediata, revolucao ibérica, organismo politico extrassindical, frente tinica ou sindicalismo No segundo jornal, jé se tratava de construir em Portugal um Partido Comunista, dotando-o de uma estrutura enraizada nos movimentos sociais operirios (Lisboa e Porto) ¢ camponeses (Evora e Beja), dai a dominancia de artigos sobre organizacio interna, relagio entre o partido e os sindicatos, meios de propaganda, contetidos ideolégico-politicos (ditadura do proletariado, frente tnica, alianca operdria-camponesa)®. Nesse campo politico, debateu-se a revolucio social imediata, mas nao havia a percepgio clara do significado da Revolucio de Outubro, nem se constituia a Unio do Proletariado Revolucionério, nem a construcao do Partido Comunista Portugués seria um proceso pacifico. Manuel Ribeiro, fundador da Federacio Maximalista Portuguesa ¢ do Partido Comunista Portugués, respondendo, em setem- bro de 1920, 20 oficial do Exéreito Liberato Pinto, comandante da Guarda Nacional Republicana (Chefe do Governo republicano entre 30 de novembro de 1920 ¢ 2de marco de 1921), a propésito da repressio policial contra os grevistas dos Caminhos de Ferro do Estado, afirmou: “Suponho que nio seri tio falho de inteligéncia que vi imaginar que a Revolugio Social na Buropa terd neste pais a sua eclosio. A revolugio ocidental sera inglesa ou francesa. F, quando la vier, suponhamos da Inglaterra, de que é que Ihe servirio as metralhadoras ¢ as baionetas de que o senhor quixotescamente esti enchendo Portugal? Acaso é tio imbecil que ignore que Portugal é um pais enormemente deficitirio, [..] dependendo politica, econémica e financeira- ‘mente do aunilio da Gri-Bretanha, da qual foi sempre um feudo? [..] Admite-se que na Franca «ena Inglaterra se tomem certas precaugdes, porque a Revolucao tem ali os seus pontos vulners- veis. Mas em Portugal!" Em abril de 1919, José Carlos Rates, também simpatizante do bolchevismo, tinha escrito algo de semelhante: “E desnecessirio ¢ initil 0 movimento insurrecional porque: 1. A estabilizagio do regime socia lista em Portugal é impossivel quando nao seja um reflexo da revolugio socialista mundial; 2° © triunfo do proletariado na Espanha e na Inglaterra coloca a burguesia nacional na situago de capi tular sem condigdes, anulada defacto aideia de resistencia, Sendo esta asituacao endo outra, como pode o governo, este ou outros, impedira nossa acgio, se no saimos do terreno da legalidade?™*, 40 Antonio Ventura, “Os pri a" Histéria n9 30 (1981): 44-46, 41. Joio G. P. Quintela, Para a historia do movimento comunista em Portugal: 1. A construc do Partido (1.*periodo, 41919-1929) (Posto: Airontamento, 1976), 88-153. 42 Quintela, Para ahistria, 154-293, 43, M.R. [Manuel Ribeizo], “Carta aberta ao st Liberato Pinto", Bandera Vermelha, 26 de setembro, 1920, 1. 44 I. [José] Carlos Rates, “O perigo boluevista [sil", A Batalha, 7 de abil, 1919, 1 eiros contactos. Portugal ea Rissiasovi ar ‘A Revolugso Russa de Outubro de 1917 e os primérdios do vege comunista Emesto Castro Leal Outro importante meio de circulac3o dos ideais comunistas foi a edicgao de livros de auto- res portugueses ¢ de tradugdes de autores estrangeiros. Quanto aos primeiros, deve destacar-se Eduardo Metzner" e José Carlos Rates"; quanto aos segundos, saliente-se Lev Trotsky, Henriette Roland, Etienne Antonelli ¢ Emile Vandervelde, sendo o deste tiltimo um relato da missio do Partido Socialista Belga 4 Riissia em maio e junho de 1917, em que defendeu as posigdes bolche- vistas”. A Constitui¢ao Russa de 1 de julho de 1918 apareceu publicada nas obras de Metzner, A Verdade acerca da Revolugiio Russa, ¢ de Trotsky, A Repiiblica dos Sovietes, No campo politico republicano, durante a segunda metade da I Republica (1919-1926), constituiram-se novos part dos politicos, uns moderados, outros radicais, mas s6 o programa politico actualizado de 1925 do Partido Republicano Radical (fandado em 1923), inscreveu a necessidade de estabelecer relagbes diplométicas com a URSS, na forma de “reconhecimento dos Sovietes"". 0 ideério comunista do novo regime russo motivou o aparecimento de uma literatura critica Circunstncia agravada a partir do I Congresso de margo de 1919 da III Internacional (Komintern, Internacional Comunista), quando Lenine, no discurso de encerramento (7 de marco de 1919), concluiu: “O movimento em favor dos Sovietes estende-se cada vez mais longe, nao s6 nos paises da Europa Oriental, mas também nos da Europa Ocidental [...]. A vitéria da revolucio proletiria esta assegurada no mundo inteiro: a constituic4o da Repiblica Soviética Internacional est em mar- cha!” Ideia mitica reforgada por Lenine perante uma multidio, nas comemoragées em Moscovo do dia 1 de maio de 1919, conforme o citou Martin Gilbert: “Hoje a classe trabalhadora libertada esta a celebrar abertamente ¢ em liberdade o seu aniversario —nio s6 na Riissia Soviética mas também na Hungria Soviética e na Baviera Soviética”; mas, observa de seguida Martin Gilbert que a “ver- dade é que em Munique, nesse dia, nao houve comemoracGes mas sim ferozes combates de rua”®. Para corporizar essa logica de revolugio mundial seré criada a TIT Internacional, promovendo a partir de Moscovo partidos comunistas nacionais; por outro lado, “em conformidade com a légica dos bolchevistas, revolucdes proletirias deveriam inevitavelmente ocorrer nos Estados partici- antes na Primeira Guerra Mundial, e esta guerra deveria ser transformada de imperialista em civil". Lenine, chefe profético, que se pode inserir dentro do mito do Salvador no modelo de 45. Ed. [Eduardo] Metzner, A Verdade acerca da Revolugio Russa. Notas ¢ impresses. Factos-Documentos (Lisbon: Empresa Editora Popular, 1919). 46 J. [José] Carlos Rates, A Ditadura do Profetariado (Lisboa: “A Batalha’, 1920); J. [José] Carlos Rates, A Rissa dos Sovetes. As teorias revolucionirias — Como se fas a revolugio — Os homens ¢ os factos — A vida ecomimica e social — Aspectos da Riissia (Lisboa: Guimaries & C+, 1925). 47 Leto Trotsky, A Republica dos Soviets. Sua organizagao e objectivo, raduaido por Eduardo Metzner (Lisboa: Empresa Eaitora Popular, 1919), com trésedigdesno mesmo ano; Henriette Roland, A Rissa Nova. Umano de ditadura proletiria, com introdugio de Perfeto de Carvalho (Lisboa: Empresa Editora Popular, 1919); Etienne Antonelli, A Rissia Bolchevista. A doutrina — Os homens — A propriedade — 0 regime industrial — Politica interna e externa — Documentos ofcais, traduzido por Manuel Ribeiro (Lisboa: Arte & Vida, 1919), com 2+ edigio em 1921; Fimile Vandervelde, Trés Aspects da Revolugao Russa, raduzido por Campos Lima (Lisboa: Spartacus, 1925). 48. Ernesto Castro Leal, Partidas ¢ Programas. O campo partiddrio republicano portugués (1910-1926) (Coimbra Imprensa da Universidade de Coimbra, 2008), 93. 49. Manifestos,Teses e Resolugies dos Quatro Primeiros Congressos da Internacional Comunista (1919-1923). Volume 1 (Lisboa: Slemes, 1976), 74. 50. Martin Gilbert, Histéria do Século XX. Volume 2 (1914-1925) (Lisboa: Dom Quixote/“Expresso”, 2013), 43. 51 José Milhazes, Rissa e Europa: uma parte do todo (Lisboa: Fundagio Francisco Manuel dos Santos, 016), 4. Hist, Cait, No. 64 AbsiLjunio. Pp 89-60 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.03 Moisés tipificado por Raoul Girardet®, lider do Partido Comunista (bolchevique) e primeiro pre~ sidente do Conselho dos Comissarios do Povo”, Trotsky, chefe do Exército Vermelho e Comissario dos Negécios Estrangeiros, Kameney, casado com a irmi de Trotsky e vice-presidente do Conse- Iho dos Comissérios do Povo e do Conselho do Trabalho ¢ da Defesa, Estaline, Comissirio das Nacionalidades, Zinoview, presidente da III Internacional, e Bukharin, economista politico, eram 0s protagonistas politicos russos mais relevantes. 0 “perigo do comunismo” constituiu um referente dos discursos ideologicos das direitas portu- guesas, que procuravam uma solugio para o problema da ordem piiblica nos anos 20-30 do século XX, decorrente da crise do Estado liberal, vindo a confluir no sincretismo nacionalista, catdlico, autoritério, colonial e corporativo da ditadura do “Estado Novo" (Salazarismo)*. No manifesto “A Nagao”, de 20 de margo de 1921, da Cruzada Nacional D. Nuno Alvares Pereira, movimento poli- que congregava personalidades das direitas republicanas, monirquicas ¢ catélicas, coloca-se assim a geopolitica contemporinea: “A guerra eo problema russo dividiram o mundo em dois campos distintos e opostos. Dum lado, a ordem, do outro lado, a anarguia. Dum lado, a reivindicagio da autoridade imperial da velha Europa dos séculos XIV e XV; do outro, a revolugao, desencadeada por messianismo sacrilego que jé comeca a fundar-se na propria tormenta que provocou. Entre tradicao e revolugao nao hi partidos nem estados intermésdios. Entre tradigao ¢ revolugio —ha um abismo™®. Um exemplo da propaganda anticomunista é 0 pequeno opiisculo de Anténio Cabreira —secretirio perpétuo da Academia das Ciéncias de Lisboa—, 0 que é 0 “Bolchevismo”. Diélogo ‘popular oferecido aos Soldados Portugueses. Foi encomendado pelo Governo, presidido pelo major Allredo de S4 Cardoso (dirigente do Partido Republicano Portugués), ¢ distribuido massivamente nas unidades militares. Representou um instrumento de formacao da mentalidade anticomunista, apelando aos valores das sociedades europeias ocidentais (tradicZo histérica, moral crist@, familia tradicional ou propriedade privada). Ao longo de sete piginas, a narrativa é constituida por um didlogo entre Pedro (faz perguntas) e Paulo (dé respostas), no qual se denunciava 0 bolchevismo enquanto “conjunto de todos os crimes que o homem tem inventado!™, salientando-se a negagio 52. Raoul Giradet, Mitor¢Mitolgis Pltca (So Palo: Companhia das Letras, 1987), 780. 58 Aheranca politica de Lenine foi também apropriada por Gorbachev dentro do proceso politic de legitimacio da peretroikasovidtica (1985-1991): “Recorrendo a Lenine ona forte ideolgica da perestroika.] As obeas de Lenine eos seus ideais de socialism continuam a ser para nstima inexaurvel fonte de pensament dalécico criativ, riqueza teria esagacidade politics. A cus prépria iaagem é um enemplo ioral de eublime forga tora, de uma versitile ampla cltur esirtual ede desinteressaa devocio & casa do povoe do socialism. Lenine vive nas mentese coragGes de milhdes de pessoas [As obras de Lenin dos dims anos da sua vida despertaram uma atengio particular [...]. Hoje temos uma melhor compreensio das tiltimas obras de Lenine, 4que em essénciaconsttuiram o seu legado politico, e compreendemos com ms clareza porque & que esas, Obras aparecera’, em Mikhail Gorbachew, Perestroika: novo pensamento para o noso pais para o mundo (Mem Martns/Sintra: Publicagdes Europa-Amérca, 1987), 34:35 S54 Manuel Braga da Cruz, O Partido eo Estado no Salacarimo (Lisboa: Presenca, 1988), 48-76; Emesto Castro Leal, Nagdo e Nacionalsmos. A Cruzada Nacional D. Nuno Alvares Perena eas origens do Estado Novo (1918 1938) (Lisboa: Cosmos, 1999), 167-276. 55. Leil, Naso eNacionaismas, 462 56 Anténio Cabrira, O que é0 “Bolchevismo” Didlogo popular oferecido aos soldados prtuguess (Lisboa: Liberty, 1919), a9 so ‘A Revolugso Russa de Outubro de 1917 e os primérdios do vege comunista Emesto Castro Leal do direito 4 vida (morte dos opositores), do direito de propriedade (nacionalizacao das terras, das casas ou dos papéis de crédito) ¢ dos principios da moral crista (honra e familia). Apés divulgar que o bolchevismo tinha feito a ruina da Riissia e promovido o terror, exortava a fazer “guerra de morte As ideias desses bandidos e dando a ler este papel aos teus companheiros””. A promogio do medo em face do bolchevismo exprime-se de forma radical neste pequeno didlogo: *— Entio eles tentaram contra a Honra e a Familia?! —Da forma mais miserivel. Nao admitindo o direito de propriedade, nos outros, negam a0 marido o direitoa posse da esposa e a0 pai o dever de proteger as filhas. E, assim, dispuseram de todas as _mulheres novas para asatisfacio dos seus instintos bestiais. Desmancheram todos oslares,ficando as mulheres constituindo um verdadeiro rebanho as ordens da comunidade, dos machos, que & como quem diz, daqueles animais ferozes que, por um erro da natureza, tém figura de homens”. Novo exemplo da mesma natureza anticomunista, mas mais complexo, percorre o livro O Bolchevismo na Riissia, de autoria do republicano hist6rico conservador Francisco Manuel Homem Cristo. Nesse livro, como no opisculo anterior, partilha-se as mesmas conclusdes quanto ao impacto negativo da governagio comunista. O ataque 4 interligacio do poder central forte (czarismo) e da fé (religio cristi ortodoxa) era apresentado como dois elementos centrais da estratégia revolucionéria, visto ter sido esse 0 lago identitério essencial que tinha dado uni- dade politica e moral ao Império Russo. O autor apresenta a I6gica bolchevique da necessidade da guerra civil para afirmagio do poder, exercendo o terror, 0 despotismo militar, a censura, a abolicdo dos direitos individuais ¢ das liberdades pablicas ou as expropriagdes e nacionalizacdes, que provocaram a rufna econémica, financeira e social da Riissia®: “A Riissia € um calvério da humanidade, tamanho e tio cruel que nem Jesus 0 imaginou assim negro e monstruoso. Abaixo © bolchevismo, portugueses! Unamos todos os nossos esforgos, ponhamos em campo todas as nossas energias para salvar Portugal”®. Diagnosticando uma crise profunda em Portugal, diante do perigo comunista universal, Homem Cristo sugeria que a nacio se organizasse em s6lidas instituicdes, fora da logica dos par- tidos politicos, que “deram a toda a nagio o exemplo funesto da mais espantosa falta de civismo”, recusindo a “idélatra e abjecta mania dos messias” salvadores dos governos e dos povos, para o que seria necessirio a Liga de Educacio Nacional: “A acco da Liga exercer-se-ia, sobretudo, por uma grande propaganda, que esclareca, que oriente, que ensine e moralize. Propaganda feita pelo folheto, a revista, o jornal, a conferéncia, a palestra, a conversa, o teatro, o desenho, enfim por todos os meios de manifesta do pensamento”*! Inserido nessa campanha piblica anticomunista refira-se também o optisculo Na Riissia Verme- ha, escrito por Damiao do Rio, dentro da visio ideolégica tradicionalista contrarrevolucionéria, propagandeada pelo movimento politico e cultural monarquico do Integralismo Lusitano, chefiado 57 Cabreira, Oque éo “Bolchevismo",7. 58 Cabreira, O gue éo “Bolchevismo", 6. 59 Homem Cristo, 0 Bolchevismo na Rissa (Ave 60 Cristo, 0 Bolchevismo na Riisia, 64. 61. Cristo, 0 Bolchevismo na Rikssia, 61-62. Destaque do documento original Edigao do Autor, 1919), 45-47, Hist, Cait, No. 64 AbsiLjunio. Pp 89-60 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.03 pelo intelectual Anténio Sardinha®., No balanco de dois anos de bolchevismo (1917-1919), 0 autor cenumera sangrentas batalhas, milhares de mortos, cadtica situagao econémica e financeira, falta de artigos de primeira necessidade, doengas epidémicas ou supressio das liberdades politicas, de imprensa e de reunio, concluindo que a “ditadura do proletariado transformou-se na ditadura ‘contra’ o proletariado, contra os camponeses, contrao povo inteiro. A bandeira vermelha, arvorada actualmente na Réssia, mais que emblema do socialismo, simboliza o sangue, que corre a mares”. 3. Imagens da nova Russia comunista: versdes dos primeiros viajantes operirio comunista José Carlos Rates foi o primeiro portugues a visitar a Rassia comunista, apos a fase da guerra civil e do comunismo de guerra (1917-1921). A sua actividade politica comegou como dirigente sindicalista revolucionério, participando nos Congressos Sindicalistas portugueses de 1909, 1911, 1914 ¢ 1919, Aderiu ao ideal comunista em 1920 e pertenceu & Comissio Organizadora dos Trabalhos para a Constituicao do Partido Comunista Portugués, fundado em marco de 1921. Eleito Secretério-geral da Comissio Central do Partido Comunista Portugués (seco da Interna- cional Comunista) no I Congreso, em novembro de 1923, iniciou uma viragem ideolégica para a direita nos finais de 1925, entrando para redactor do diario 0 Século, de Lisboa, jornal mitico da propaganda republicana desde 1880 (ano das comemoragses do III Centenério da Morte de Luis de Cam@es), que ser comprado em 1924 por virios capitalistas da Associagio Comercial de Lisboa e transformado, sob a direcgo de Henrique Trindade Coelho, num dos periédicos que mais contribu nos anos de 1925-1926 para a critica radical do regime politico da I Repiiblica e para 0 apoio a0 m ‘mento conspirativo civil e militar que se manifestou no golpe militar de 28 de maio de 1926, abrindo o caminho & longa ditadura do “Estado Novo", ‘José Carlos Rates foi expulso do Partido Comunista Portugués no més de outubro de 1925 Rodrigues Loureiro sera nomeado Secretirio-geral interino da Comissio Central—, em virtude de ter aceitado ser jornalista no distio “burgués” O Século, contrariando o que estava disposto na primeira das 21 condicdes de admissio dos partidos comunistas na III Internacional, aprovadas no seu TI Congresso (julho de 1920)", Saudou a Ditadura Militar ¢ filiou-se em julho de 1931 na Unio Nacional, que ser o partido tinico do “Estado Novo". Na carta de adesio & Unio Nacional, publicada no Didrio da Manha, jornal oficial do novo regime autoritério, escreveu: “Aceito pois as responsabilidades da filiago [na Unido Nacional] e com ela as da Ditadura’. Ao terminar a carta, reafirmava a sua critica antiga ao sistema oligirquico de partidos politicos da I Reptiblica e apre- sentava algumas adverténcias aos novos governantes: acatar a autonomia do movimento sindical —“este pode ser o ponto fraco da Ditadura”; manter por tempo mais longo o periodo de transigio revolucioniria até se reestruturar os diversos departamentos do Estado (dé 0 exemplo do trabalho feito por Oliveira Salazar como Ministro das Finangas nesse Ministério); langar as bases de uma 62 Manuel Braga da Cruz, "O integralismo lusitano nas origens do salazarisma”, Andlise Social n.°70 (1982): 137 182; Ana Isabel Sardinha Desvignes, Anténio Sardinha (1887-1925): um intelectual no século (Lisboa: Imprensa de Ciéneias Sociais, 2006). 63 Damo do Rio, Na Rissia Vermetha (Mangualde: Edigio de Henrique Luis Ferreira, 1920), 3-5. primeira dessas 21 condigGes, afirma-se esta obrigagio dos comunistas: “Nas colunas da imprensa, pblicas, nos sindicatos, nas cooperativas, em todo 0 lado aonde os partidirios da IIT Internacional tiverem acesso, deverdo denunciar sistemitica e implacavelmente a burguesia, mas também os seus cimplices, fs reformistas de todas as tendéncia”, em Manifestos, Tees e Resolugdes, 90. st 52 ‘A Revolugso Russa de Outubro de 1917 e os primérdios do vege comunista Emesto Castro Leal democracia estivel, com a adopgao da representacao proporcional, a regularizacao das incompa- tibilidades politicas e das responsabilidades ministeriais, a actualizago dos direitos de associacao ¢ de reunido, a criagao de uma Liga de Extingao do Analfabetismo e das Faculdades Operirias", Teve um percurso ideolégico pouco comum —sindicalismo revolucionério, depois comunismo e, por fim, salazarismo ambiguo. Nio seré tio radical como 0 do seu companheiro politico Eduardo, Frias —anarcossindicalismo, depois comunismo, de seguida nacional-sindicalismo (com seducdes nazis) e, por fim, salazarismo comprometido. Apesar de expor actos que Ihe desagradaram, nao se pode concluir da leitura de A Riissia dos Sovietes, incluindo o texto final “Em terras russas"®, no qual relata vivéncias ocorridas durante os dois iltimos dias de julho e o més de agosto de 1924, que af se encontra a raiz da sua mudanga politica. O livro A Riissia dos Sovietes foi dedicado, com a data de fevereiro de 1925, “Aos meus cama- radas Jules Humbert Droz e Dupuis, soldados infatigiveis da Internacional Comunista e figis defensores do leninismo, que, enviados a Portugal, ilustram com o seu saber, a sua experiéncia e a sua dedicacio os trabalhos da Seccao Portuguesa’, e em “Duas Palavras” escreveu que o “vulto de Lenine se destaca como um sol de primeira grandeza”®. José Carlos Rates visitou a Russia em missio oficial da Seceio Portuguesa da Internacional Comunista, sendo Secretitio-geral do Partido Comunista Portugués, para participar em Moscovo como delegado portugués no V Con- gtesso da III Internacional. A viagem comegou em Lisboa, seguindo até Paris e, depois, Berlim. Dai chegou a Riga e foi de comboio até Moscovo. Passou a fronteira russa a 30 de julho de 1924 e, no dia seguinte, estava em Moscovo, alojando-se no Hotel Lux com as outras delegagdes internacionais. ‘Transmite uma primeira reflexio de comparacio civilizacional: “Eu ficara estonteado com a civiliza- (do requintada, com o aspecto monumental de Paris e Berlim. O vestuario mesmo, toda a aparéncia exterior das populagdes, é bem mais agradvel naquelas duas cidades cosmopolitas do que o que eu haveria de ver depois em Moscovo™. Que outras representacdes civilizacionais sobre a terra, as gentes e 0 quotidiano observou durante a viagem de Riga até Moscovo, em Moscovo e em Leninegrado? Pela janela da carruagem. em andamento, via terrenos cultivados de legumes e cereais, pastos naturais com animais, deze- nas de izhas (casas de madeira cobertas de colmo), densas florestas, camponeses descuidados no vestuatio mas sorridentes, cuja condicio afirma ter melhorado com a Revolucéo de Outubro, com- boios que partiam e chegavam pontualmente. Moscovo “nao tem beleza; tem, no entanto, muita 65 “Uma adesio i Unio Nacional’, Didrio da Manhd, 16de lho, 1931, 1. 66. Rates, A Rusia das Sovietes, 237-254. 67 Jules Humbert Droz, delegado da III Internacional, fee um discurso ao 1 Congresto do Partido Comunista Portugués, realizado em Lishoa nos dias 11-12 de novembro de 1923. Afirmou: “Brevemente a Rissa dos Sovietes vai deitar de sera fortaleza isolada do proletaiado sevolucionério. O proletariado alemio, reduzido 4m estado miserivel erescente, prepara o set levantamento contra os magnates industraise os gencrais do antigo regime. A Revolugio Alema é uma questio de semanas, ni ir além de 1924 [..].O vosso partido tem também em Portugal uma grande tarefa levar a cabo, Deveisintensifcar a vossa propaganda para convencer os camaradas anareo-sindicalistas eos operirios eformistas alusio aos filiados no Partido Socialista Portugués], ddanecessidade de aplicar os métodos comunistas.... Este primeirocongresso do vosso partido, no qual verifico com prazer, um importante mimero de camponeses, é um acontecimento na vida politica de Portugal. E nascimento de uma Seccio da Internacional Comunisa", em César Oliveira, O Primeiro Congresso do Partido Comunista Portugués (Lisboa: Seara Nova, 1973), 64,65, 67. 68 Rates, A Rissa dos Soviets, 7. 69 Rates, A Rissa dos Sovietes, 287. Hist, Cait, No. 64 AbsiLjunio. Pp 89-60 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.03 originalidade”, escreveu José Carlos Rates, referindo as “mil e seiscentas igrejas”, muito concorridas aos domingos, e concluia que havia liberdade de culto, apesar de estar pintada a grandes letras, numa praca piblica, a frase programstica de Karl Marx (“A religido € 0 pio do povo"). A URSS tinha transigido com algumas tradigGes religiosas, fazendo alusio as festividades do dia 6 de Agosto (dia em que as Igrejas Ortodoxas celebravam a “Transfiguragio do Senhor”), a que assistiu™. ‘Transmitiu o intenso movimento de pessoas e a vida comercial activa nas ruas ¢ avenidas de Mos- ovo, prostituigo e mendicidade, reparando na “ma conservagio da maior parte dos edificios’, sinal da anterior guerra civil. Quanto ao patriménio construfdo, destacou o Kremlin, “uma cidade dentro de Moscovo", o Grande Teatro, administrado pelo Soviete de Moscovo e destinado s6 20 teatro clissico aos autores novos, 0s teatros, os hotéis € os cinemas geridos por particulares, as enormes fabricas, os Armazéns Universais, na Praga Vermelha, que ocupavam um espago dez vezes maior do que os ‘Armazéns Grandela de indas de Moscovo, “com pavimento asfaltado, tem também espagosos e luxuosos estabelecimentos””. Ao contrario de Moscovo, Leninegrado era uma bela cidade europeia com semelhangas em relagdo a Paris e a Berlim, pela largura e comprimento das ruas, ¢ abundincia ¢ grandiosidade dos ‘monumentos. Salienta a avenida principal Nevsky e, apesar dos virios edificios destruidos, ficou admirado com a manutencao dos monumentos 2 Pedro I, Catarina TI, Nicolau IT, Alexandre TIT, € outros, numa cidade que tinha iniciado violentamente a Revolugio de Outubro, a0 contririo de Moscovo, onde se derrubaram as estituas de imperadores e de generais. A vida piiblica era animada por pessoas ¢ actividades como ocorria em Moscovo, referindo edificios emblemiticos: Fortaleza de S. Pedro e S, Paulo, Palicio de Inverno, Catedral e Museu Hermitage. Que outros sinais identitérios comunicou desse despontar do nacional-comunismo russo? Em primeiro lugar, a emancipacio da mulher, depois a “pobreza do vestuario” de Kalinin, Pre~ sidente da Reptiblica, ou os pobres mas audazes soldados-camponeses do Exército Vermetho a contrastarem com um militar da Teheka (policia politica), “elegantemente vestido, calca preta, & Chantilly, bota alta envernizada, esporas tilintando, pistola a cintura, sobre os cabelos louros um boné encarnado de pala lustrosa’, que tinha entrado no comboio em Riga para controlo dos passageiros™. Registou lugares simbélicos do novo imaginério comunista: 0 Tiimulo de Lenine (0 cadaver embalsado era a reliquia do novo regime), na Praga Vermelha; a Sede da Internacional ‘Comunista; a Casa dos Sindicatos (antigo Clube da Nobreza); imponentes manifestagdes de massas € festas militares; saraus culturais; escolas, institutos sociais e sindicatos a funcionarem em anti- gos conventos e palicios. Anne-Marie ‘Thiesse diagnosticou que, em face desse tempo presente 10a, ou.a avenida Petrovska, uma das melhores e ms tico propagandeado como libertador, © tempo pasado russo surgia como alienante, tendo ocortido, nos anos 30-40 do século XX, a bolchevizagio da tradigio popular russa, como por exemplo, do folclore oral, ao lado da invencao bolchevique de uma estética de vanguarda revo- lucionaria legitimadora, destacando o cinema de massas (O Couragado Potemkin, 1925; Outubro, 19275 Tempestade na Asia, 1929; Tehapaiev, 1934)". A reflexio final de José Carlos Rates mostrava evidentes equivocos histéricos: 70. Rates, A Russia dos Sovietes, 241-242, 71 Rates, A Rusia dos Sovietes, 248. 72 Rates, A Russia dos Sovietes, 238. 73 Anne-Marie Thiesse, A Criagio das Identidades Nacionas. Europa, séculos XVIILXX (Lisboa: Temas e Debates, 2000), 268.275, sa 54 A Revolucio Russa de Outubro de 1917 e os primérdis do vege comunista Emesto Castro Leal “[.-] nfo ha diivida, na Riissia € o proletariado quem dirige e domina [..]. A minha estadia na Riissia influ de maneira decisiva para varrer de vez do meu espirito um certo nimero de ilusdes que conservava ainda [..]. Vejo hoje nitidamente que o comunismo nada tem a ganhar com a conquista dos intelectuais que nao estejam dispostos a proletarizar-se nos hibitos e na ideolo. gia [..]. Por violento que parega o espirito de nivelamento que impés a Revolugio russa, ele é absolutamente necessirio ao seu triunfo definitivo [.]. As caleas cogadas de Zinoviev e 0 casaco desbotado de Kamenev tém uma influéncia enorme no prestigio incontestivel que exercem 0 poder soviético eo PLC.R. no povo russo™*, Na verdade, ap6s a Revolugio de Outubro e a guerra civil, o que os comunistas criaram nao foi o mitico poder dos sovietes de operirios, camponeses, soldados e marinheiros, mas sim uma estru- tura de governo e de administragao publica centralizada, com um exército de cerca de cinco milhdes de homens em 1920, controlado pelo Partido Comunista (bolchevique), evidenciando novos seg- mentos das elites emergentes (politicos, militares, técnicos, burocratas, intelectuais). Reflectiu a propésito Charles Tilly: “[..] a desmobilizagio [aps a guerra civil] veio assim a constituir uma séria, ameaga para todo o sistema de governagio comunista. Os comunistas resolveram esse problema, na medida em que o fizeram, através da substituigo da burocracia civil, formada por um elevado iniimero de funciondrios pré-revoluciondrios, pelo Exército; ¢ inseriram também nessa burocracia um Partido Comunista altamente disciplinado, apesar de tacticamente flexivel”™, César Porto foi o segundo portugués a visitar a Rissia comunista ¢ conheceu algumas partes de outras Repiblicas soviéticas, como a Geérgia. Mostra uma atitude tolerante em face das inten- ‘Ges ideol6gicas do regime e simpatia pela pedagogia e organizacao escolar soviéticas. Democrata, republicano, com ligagdes ao anarcossindicalismo, sem nunca ter aderido ao ideal comunista, par ticipou nos Congressos Pedagégicos portugueses de 1908 ¢ 1909 promovidos pela Liga Nacional de Instrugio e foi um activo dirigente associativo das organizagdes de professores, com presenca em congressos internacionais sobre educagio. Ser opositor & Ditadura Militar (1926-1932), vindo a ser preso logo em 1927, e & ditadura do “Estado Novo” desde 1933. Figura grande da pedagogia portuguesa da primeira metade do século XX, leccionow as disciplinas de portugués e sociologia, tendo formagio em antropologia e histéria, e foi director das escolas-oficinas 1 2. Dinamizou o movimento da Escola Nova em Portugal, seduzido pelo idedrio pedagégico de Johann Heinrich Pestalozzi, que propunha a articulagio da formagio moral e intelectual com a formagao de tra- balho manual e de educacao fisica —era o self-government dentro de uma escola-oficina para a formagio integral da juventude. No inicio do livro A Russia, Hoje e Amanha, o autor definiu a sua posigio: “Se somos contra 0 sovietismo, nada nos impediré de admitir, entre outras mil conjecturas, que a maioria dos cidados € desditosa; se somos pré, podemos afirmar, afora certa falta de bom senso, que sio todos afortu- nados, dum modo irrepreensivel”™. César Porto pretendeu, de forma independente, escrever sobre a revolucao ea transformacao soviéticas, em particular sobre o ensino e a pedagogia. Referindo-se A obra A Rissia dos Sovietes, de José Carlos Rates, afirmou: “[...] até data em que parti, apenas um 74 Rates, A Russia dos Sovietes, 52-283. 75. Charles Tilly, As Revolupées Europeias, 1492-1902 (Lisboa: Presenga, 1996), 267. 76 César Porto, A Rissia, Hoje eAmanhi José da Silva Oliveira, 1929), 7. 7. Uma excursdo ao pais dos sovietes (Lisboa: Livraria Peninsular Editora de Hist, Cait, No. 64 AbsiLjunio. Pp 89-60 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.03 portugués —e esse, operirio— tinha ousado tratar de perto com a Riissia revolucioniria””. Esteve na Rissia em agosto-setembro de 1925 a convite da Federagio Pan-Russa dos Trabalhadores de Ensino e¢ foi integrado num grupo de catorze enviados ocidentais da Internacional de Ensino, que tinha a sede em Bruxelas: um portugués, cinco franceses, quatro alemies, dois luxemburgueses, um belga e um italiano, Ao contritio de José Carlos Rates, chegou primeiro a Leninegrado, instalando- -se no sumptuoso Hotel Europa, depois visitou Moscovo e conheceu partes de Saratov (margens do rio Volga) e de Thlisi (Geérgia). Esse livro é o primero grande guia portugués sobre algumas mudangas ocortidas na cultura, na vida social ou no territério do novo regime comunista. César Porto reconheceu a acco renovadora dos processos de ensino e aprendizagem que pre- senciou ea preocupacio das autoridades soviéticas com 0 combate ao analfabetismo e pela clevacio do nivel cultural e profissional dos operirios ¢ camponeses. Nas escolas onde esteve, observou tum ensino teérico-pritico dos jovens para a sua formagio cidada integral, dentro da perspectiva utilitarista, que defendia, e comunicou “o desenvolvimento da instrugio e a espantosa criagio de instituigdes educativas, depois da revolucao de outubro”. Entusiasmado, chegou a afirmar: “Esta criangada soviética é realmente feliz”, Criticou quer a visio ideolégica dogmitica da educacio de classe, na defesa da hegemonia operiria e camponesa, reduzindo a liberdade de pensamento, quer a excessiva autonomia dada aos alunos, enfraquecendo a lideranca dos professores, que nio deviam ser déspotas, mas nao podiam abdicar da lideranga de ensinar a instrugéo publica ¢ a edu- cagio civica. Dentre as instituigdes educativas ou profissionais que conheceu, destacou a Aldeia das Criangas (arredores de Leninegrado), a Casa Central da Mie e da Crianga (Moscovo), a Cidade Vermelha Infantil, “Escola de revolucionarios” (Saratov), 0 Palicio do Trabalho (Leninegrado) ea Casa Central dos Trabalhadores do Ensino (Tbilisi). Na érea da investigagao cientifica, assinalou o Instituto Biologico eas Faculdades Operirias, e, no plano social, referiu as Casas de Repouso, compartilhadas por intelectuais ¢ classes populares, comu- nicando que o “interesse pelo camponés e pelo operirio, ¢ sincero, é positivo, na Riissia” e que as “massas tém beneficios abundantes, que desconhecem noutros paises”. Em Leninegrado, também. valorizou 0 Palicio do Inverno, o Museu da Revolucao ou o Museu Hermitage; em Moscovo, salien- tou o Kremlin, o Timulo de Lenine ou o Museu Kustary. A concluir o seu depoimento, César Porto formulou uma adverténcia critica: “[..] a sociedade soviética —que nao é a justica completa nem uma organizacao perfeita, que seré amanhi excedida nesses ou noutros sentidos— é obrigada todavia a adquirir, mais que nenhuma existente, compreensio da vida social (se quiser subsistir)”™. Os republicanos democratas, Herlander Ribeiro e Carlos Santos, foram os dois viajantes seguintes & Riis per- manecendo nos meses de agosto-setembro de 1926, tendo escrito livros reflexivos: o primeiro, as Crénicas da Riissia dos Soviets, que estavam dispersas em artigos publicados no periédico Didrio de Lisboa; 0 segundo, Como Eu Vi a Rissia®, Nota-se alguns aspectos comuns descritos anterior a, inseridos numa excursio promovida pela agéncia Derutra, Porto, A Rusia, Hoje e Amand, V-VI. Porto, A Riisia, Hoje e Amand, 43 79 Porto, A Rissa, Hoje e Amanhd, 307. 80 Porto, A Rissa, Hoje e Amana, 310. 81 Herlander Ribeito, Crénicas da Riéssia dos Soviets (Lisboa: Edicio do Autor, 1927). 82. Carlos Santos, Como Fu Via Rissia (Porto: Livraria Civilizagio Fditora, 1927). ss 56 ‘A Revolugso Russa de Outubro de 1917 e os primérdios do vege comunista Emesto Castro Leal mente por José Carlos Rates e César Porto, quer em Leninegrado, quer em Moscovo, quanto & cultura politica, ao comportamento das pessoas, a0 urbanismo € ao patriménio edificado. © jornalista Herlander Ribeiro destacou em Leninegrado 0 Hotel Europa (“belo hotel”) © © antigo Palicio de Catarina (Catarina, a Grande), de estilo artistico rococé, residéncia de veriio dos Crares, a cerca de 25 quilémetros da cidade, transformado em sanatério para crian- ¢.as, filhas de operirios; em Moscovo, salientou o Grande Hotel, a Praca da Revolucao, com um mercado de legumes, frutas e flores, 0 Timulo de Lenine e a existéncia de livros dos autores portugueses Alexandre Herculano, Almeida Garrett, Camilo Castelo Branco, Eca de Queiroz, Oliveira Martins e Ramalho Ortigao na biblioteca da reparticao do Comissariado da Instrugio Pablica. Observou que, em Leninegrado © Moscovo, o servigo de condugio de eléctricos era feito por mulheres, como o de agulheiros", sinais de emancipagao feminina, e espantou-se com © comboio que utilizou: “[..] 0 comboio em que viajei é um espléndido expresso, com bons restaurantes e wagons-leitos limpos™. Carlos Santos, professor de histéria no Liceu Rodrigues de Freitas (cidade do Porto), & mais interrogativo sobre os ambientes vividos. Denunciou a intolerincia politica, a falta de liberdade de pensamento ou o desprezo pela recuperagio de cidades (como Leninegrado), mas valorizou a obra pedagégica, a politica de emancipac3o da mulher pelo trabalho e a tendéncia para o igualitarismo social. Contrapée a alegria da vida piblica em Moscovo (com marcas arquitecténicas de orienta- lismo) & tristeza de Leninegrado, comunicando as novas funcdes de alguns monumentos histéricos por exemplo, o Palicio de Inverno (residéncia dos Imperadores desde Pedro T) estava transformado em museu. Quanto a “alma russa", descreveu-a como “fatalista e resignada até certo ponto”, mas “brutal e em reaccao desmedida, se a medida dos seus sofrimentos for ultrapassada"*., Concluiu que co regime era uma “nova espécie de autocracia’, visto que a “URSS é, de facto, uma unio soviética, mas esti longe de ser uma repuiblica socialista. Os trés lemas liberais e democréticos —liberdade, igualdade e fraternidade— faltam quase por completo nas novas instituigGes da Riissia, como primam ‘pela auséncia na sua maior parte as bases em que um racional socialismo devia assentar™, Conclusao artigo pretende contribuir para o aumento do conhecimento historiogréfico por meio de uma nova sintese sobre as representagoes politicas da Revolugao Russa de Outubro de 1917 e sobre os primérdios da Russia comunista, divulgados em Portugal entre 1917 ¢ 1926, a partir, fundamen- talmente, de trés tipos de fontes: telegramas diplomaticos enviados pelo representante portugués ‘no Império Russo ( Jaime Batalha Reis); “fontes primsrias bibliogrificas” (textos politicos e textos literarios); artigos politicos publicados na imprensa anarquista e anarcossindicalista para justi- ficar a sedugio de alguns militantes operérios pelo “maximalismo” russo ¢ a progressiva adesio de alguns ao “sovietismo” (comunismo), sendo exemplos maiores os de Manuel Ribeiro e de José Carlos Rates. Se a recepcao da Revolucio de Outubro na imprensa portuguesa ja foi estudada, , Crénicas da Riissia, 109. 84. Ribeiro, Crénicas da Rissa, 191. 85 Santos, Como Eu Vi a Rilssia, 291. 86 Santos, Como Fu Via Rissa, 501 Hist, Cait, No. 64 AbsiLjunio. Pp 89-60 ISSN 0121-1617 «ISSN 1900-6152 or: dx dol org/10.7440/histert64.2017.03 salientando-se o pioneirismo de César Oliveira, este artigo coloca-se no campo de estudo da pri- meira recep¢io diplomitica desses acontecimentos revolucionarios, da guerra de propaganda entre comunistas ¢ anticomunistas, da dindmica politico-ideolégica conflitual entre o anarquismo, © anarcossindicalismo e 0 comunismo, interpretado inicialmente como “maximalismo”, e das representagdes transmitidas pelos primeiros viajantes politicos ¢ intelectuais portugueses, A utilizacao dos telegramas diplomaticos enviados das embaixadas e legacdes dos pafses alia- dos presentes em Petrogrado para os respectivos Ministérios dos Negocios Estrangeiros permite definir uma linha de investigagio para o estudo comparado e transnacional das informagSes trans- mitidas num momento de grande tensio revolucionaria, que decorreu entre outubro e dezembro de 1917. Da parte portuguesa, Jaime Batalha Reis deu um contributo de vivéncia pessoal e de caracterizagao dos acontecimentos. Encontram-se nos registos de meméria que produziram os quatro primeiros viajantes portugueses 4 Riissia comunista varias representagies ci que configuram um meio de observacio critica para mostrar vinculos de politizagio da meméria, ‘num momento de confronto ideolgico-politico entre a democracia liberal, o fascismo e 0 comu- mo. Apesar da filiagio comunista, José Carlos Rates nao produziu s6 uma apologia politica do que presenciou na Ruissia comunista em 1924, anotando tragos da nova civilizacio emergente sem ocultar situagdes que the desagradaram. pedagogo César Porto destacou 0 novo modelo uti tarista de ensino-aprendizagem (tedrico-pritico). Herlander Ribeiro e Carlos Santos forneceram visOes panoramicas sobre aspectos do territ6rio, da sociedade e da cultura, por vezes com um fino olhar analitico. © uso internacional desse tipo de memorialismo abre outra importante linha de investigacdo de histéria comparada sobre o contacto e a comparagio civilizacionais e os usos do presente vivido e representado. Bibliografia Fontes primérias Publicagdes periédicas: A Batalha. Lisboa, 1919. A Comuna. Lisboa, 1919. A Sementeira, Lisboa, 1917-1918. Bandeira Vermelha. Lisboa, 1919-1920. Ditirio da Manha. Lisboa, 1931. 0 Comunista. Lisboa, 1921-1925. Documentagao priméria impressa: > Antonelli, Ftienne. A Riissia Bolchevista. A doutrina — Os homens — A propriedade — O regime industrial — Politica interna e externa — Documentos oficiais, traduzido por Manuel Ribeiro. Lisboa: Arte & Vida, 1919. Cabreira, Ant6nio. O Que é 0 “Bolchevismo*. Didlogo popular oferecido aos soldados portugueses. Lisboa: Liberty, 1919. 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Ernesto Castro Leal Professor associado com agregacio do Departamento de Hist sestigador integrado do Centro de Histéria da Universidade de Lisboa (Portugal). Pertence ao grupo de investigagao Usos do Passado da linha de investigacao em Estudos Atlanticos (CH-ULisboa). Licenciado em historia, mestre e doutor em histéria contemporinea na mesma Universidade. Entre as suas publicagdes recentes, encontram- Manifestos, Estatutos ¢ Programas Republicanos Portugueses (1873-1926). Antologia critica (Lisboa: Imprensa Nacional-Casa da Moeda/Centensrio da Repiiblica, 2014); “Ordem e Progresso: autoridade politica ¢ imagindrio social’, em Gilberto Freyre. Novas leituras do outro lado do Atlantico, editado por Marcos Cardio e Cliudia Castelo (Sio Paulo: Editora da Universidade de So Paulo, 2015), 49-60; € “The Political and Ideological Origins of the Estado Novo in Portugal”. Portuguese Studies 32, no 2 (2016): 128-148, doi: dx.doi.org/ 10.5699 /portstudies.32.2.0128. castroleal@letras.ulisboa.pt a Bolcheviquismo islefio: Rusia y la Tercera Internacional en los imaginarios revolucionarios puertorriquefios, 1919-1936" Sandra Pujals Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras or: dx.doi.org/10.7440//histerit64.2017.04 Articulo recibido: 05 de julio de 2016/ Aprobado: 21 ce septiembre de 2016/ Modificado: 08 de noviembre de 2016 Resumen: Este articulo explora el significado de la Revolucin Bolchevigue y la fundacin de la Internacional (Comunista (Comintern) como iconos revolucionarios para el entorno obrerista puertorriqueéio entre 1919y 1936. El anilisis se enfoca en las construcciones, los mecanismos discursivos y las referencias alegéricas sobre dichos temas, a través de una seleccién de prensa obrera local de tendencia internacionalista, que se observan durante tres etapas (1919-1921, 1927, 1934-1936) del desarrollo del radicalismo comunista local. Se presentan ejemplos sobre la construccién del concepto balcheviquismo y el comunismo internacional mis alli del contexto ideol6gico Y politico, en los que se sugiere una evolucién de tna cultura obrers de tono anarquista hacia una de enfoque cada vez mis clsista. Las fuentes, tanto de la prensa obrera radical como de publicaciones oficiales del Partido (Comunista, aportan un cuadto preliminar sobre actitades y suefios revolucionarios que servirian de base cultural ‘y genealogia para el comunismo local en una etapa crucial del proceso de formacién ideolégicay politica del Isla Palabras clave: Puerto Rico, Rusia (Thesaurus); Comintern, comunismo internacional, anarguismo puertorriqueto, cultura obrera (Autor). Island Bolshevism: Russia and the ‘Third International in Puerto Rican Revolutionary Imaginaries, 1919-1936 Abstract: This article explores the meaning of the Bolshevik Revolution and the founding of the Communist International (Comintern) as revolutionary icons for the *workerist” envionment in Puerto Rico between 1919 and 1936. The analysis focuses on the constructions, discursive mechanisms and allegorical references to these topics through a selection of items from the local internationalist-oriented workers press, covering three stages 1919-1921, 1927, 1934-1936) in the development of local communist radicalism. It presents examples on the construction of the concepts of holshevism and international communism beyond the ideological and political context, suggesting an evolution from an anarchistic type of workers culture to one increasingly based on class struggle. The sources, taken from both the radial workers press and official Communist Party publications, provide preliminary picture of revolutionary attitudes and dreams that would serve as the cultural and genealogical basis forlocal communism ata crucial stage in the island's process of ideological and politica formation. Keywords: Puerto Rico, Russia (Thesaurus): Comintern, international communism, worker culture, revolutionary imaginaries (Author). = Esta investigacién forma parte de un estudio mais amplio sobre la gestiin de a Internacional Comunistaen el Caribe, yen particular en Puerto Rico, entre 1919 y 1943, La misma se lleva a cabo con el apoyo de varias beeas: Beca FIP ‘del Decanato de Estudios Graduados e lnvestigacin (DEGI) de a Universidad de Puerto Rico, Beca de lavestigacién de Iniciativas de Investigacin y Actividad Creativa Subgraduada (INAS), y una Beca de Verano del Kennan Institute del Wilson Center de Washington D.C. (Estados Unidos). La autora agradece a Christian Vélez, asistente de inves tigacién para este proyecto y estudiante doctoral del Departamento de Historia de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras, cuys abor en la identificacién de fuentes ha sido primordial para el resultado de estarticulo, ‘También agradece a Tal Nadan y Katie O'Connell dela Divisin de Manuscritos y Archivos de la Biblioteca Pblica «de Nueva York, por su gestion y acceso los documentos de Jaime Nevares-Sager en la Coleccién de Bertram Wolf, e Bolcheviquiamo lle: Rusia y la Tercera Internacional en los iaginariosrevolucionarios puertorrquefios, 1919-1936 Sandra Pujala Bolchevismoislenho: Russia e a Terceira Internacional nos imaginarios revolucionarios porto-riquenhos, 1919-1936 Resumo: Este artigo explora o significado da Revolugdo Bolchevique ea fundagio da Internacional Comunista (Comintern) como icones revolucionérios para o contexto operirio porto-riquenho entre 1919 1936. A analise foca as construgdes, os mecanismos discursivos e as referéncias alegoricas sobre esses temas, por meio de uma selegio de imprensa operiria local de tendéncia internacionalista, que se observam durante trés etapas (1919-1921, 1927, 1934-1936) do desenvolvimento do radicalismo comunista local. Apresentam-se cexemplos sobre a construgio do conceito bolchevismo © 0 comunismo internacional mais além do contexto ideol6gico e politico, nos quais se sugere uma evolugao de uma cultura operiria em tom anarquista para uma abordagem cada vez mais classista. As fontes, tanto da imprensa operiria radical quanto de publicagées oficiais do Partido Comunista, contribuem com um quadro preliminar sobre atitudes e sonhos revolucionarios que serviriam de base cultural e genealogia para o comunismo local numa etapa crucial do processo de formagio ideol6gica e politica dailha. Palavras-chave: Porto Rico, Rissia (Thesaurus); Comintern, comunismo internacional, cultura operiria, imagindrios revoluciondrios (Autor). Introduccién En 1917, dos eventos inconexos a ambos lados del planeta se convertirfan en catalitico hist6rico para el encuentro entre puntos geogrificos que rara ver. haban tenido un contacto directo: Rusia y Puerto Rico. No obstante, a partir de dichos sucesos se generarian elementos que facilitarian una confluencia de estas historias paralelas. En Rusia, dos revoluciones, en febrero y octubre, darian paso al estableci- miento del primer régimen comunista en el mundo y a una transformacién politica, social, econs y cultural sin precedentes. Ese mismo aiio, en Puerto Rico entraba en vigorla Ley Orginica Jones, que convertia alos nativos en ciudadanos estadounidenses y propiciaba cambios en el sistema politico y sus instituciones, incluido el acceso al entorno oficialista para el Partido Socialista’. Dos aiios més tarde, en Moscii, el establecimiento de una organizacién internacional para la promocién del comunismo alrededor del mundo —Ia Internacional Comunista 0 “Comintern”— convirtié el modelo politico y social bolchevique en un fcono cultural de alcance global y un producto ideol6gico de exportacién’. En el escenario radical latinoamericano, incluido el puertorriquefo, el advenimiento de la nueva agencia provocaria tanto nuevas alianzas como irreconciliables desacuerdos, al embestir las estructuras tradi- Cionales del radicalismo local y regional con la nueva propuesta revolucionaria y proletaria, El impacto del comunismo internacionalista y la Internacional Comunista (Comintern), y el elemento soviético en América Latina y el Caribe en la primera mitad del siglo XX, representan una de las més recientes tendencias dentro de la historiografia de los procesos politicos, el radica~ lismo y “las izquierdas” de la regién durante esa época’, Durante la mayor parte del siglo pasado, 1 Gonzalo F. Cérdova, Resident Commissioner Santiago Iglesias Pantin and His Times (Rio Piedras: Editorial dela Universidad de Puerto Rico, 1993). 2. Steven Marks, How Russia Shaped the Modern World: From Art to Anti-Semitism, From Ballet to Bolshevism (Princeton: Princeton University Press, 2004). 3._Los trabajos mis extensos y significativos son los de los historiadores rusos Lazar Jeifets y su hijo, Vietor Jeers, algunos de los cuales se citan més adelante. Ver también: Elvira Concheiro, Massimo Modonesi y Horacio Crespo, eds., El comunismo: otras miradas desde América Latina (México: UNAM, 2007), Hist, Cait No, 64. AbeiLjunio Pp 61-80 ISSN 0121-1617 ISSN 1900-6152 or: dx dol. org/10.7440/histert64.2017.04 su presencia se mantendria relegada a debates ideolégicos —tanto dentro como fuera del entorno académico—, por lo que la exploracién objetiva de su efecto en el ambiente local y regional era limitada. En el caso particular de Puerto Rico, la influencia internacionalista —en el movimiento obrero organizado, asi como en agrupaciones revolucionarias aut6nomas—, rara vez se tomaba en cuenta como factor en el anilisis, al considerarse poco significativa y pricticamente inexistente’. No obstante, la apertura de los archivos de la Comintern en Moscti a finales del siglo pasado ha propiciado una ola de investigaciones que apuntan a una dinémica interaccién entre entidades politicas del hemisferio americano y los organismos internacionalistas manejados por la Comin- tern’. En Puerto Rico, por ejemplo, la documentacién consultada registra una comunicacién entre agentes cominternistas y miembros de grupos locales desde la primera mitad de la década de 1920, € incluso un incongruente acercamiento al liderato del incipiente partido nacionalista’. Los archi- vos, ademés, constatan la intervencidn directa del Burd del Caribe de la Comintern en la fundacién del Partido Comunista Puertorriqueio en 1934, asi como en la selecci6n de sus lideres principales, algunos de los cuales habfan sido enviados desde la sede del Buré en Nueva York anticipadamente”. Ahora bien, en las pasadas dos décadas, los avances historiograficos en relacién con este tema han contribuido a un panorama cada vez mejor estructurado en lo que respecta a la influencia de las agencias de la Comintern en el hemisferio americano y, en particular, en el entorno latinoame- ricano y caribefio*. Sin embargo, a pesar de que se han identificado componentes que confirman el impacto politico y organizativo de las agencias cominternistas —o de sus colaboradores y afi- liados—, el alcance de la empresa internacionalista en términos culturales apenas ha recibido la atencién que merece como elemento de identidad para el radicalismo local, o para el proceso de cristalizacién de la mentalidad obrera de la época. Este articulo, buscando aportar a estas ausencias, explora el significado de la Revolucion Bolchevique y la fundacién de la Internacional Comunista como iconos revolucionarios para el 4 Unaimportante excepeién es elarticulo de Georg H. Fromm sobre la huelga cafera de 1934, Por sucontribucién al tema y por su amabilidad al compartir informacién al respecto, este articulo esta dedicado por la autora a él Ver: Georg Fromm, “La huelga de 1934; una interpretacidn marxista(I1", Claridad, En Rojo (1977): 4-5, y del ‘mismo autor, “EInacionalismo y el movimiento obrero ena década del 30°. Revista del Centro de Investigaciones Histércas de la Universidad de Puerto Rico n. 5 (1990): 94. Ver también: Miles Galvin, The Organized Labor ‘Movement in Puerto Rico (Londres: Associated University Press, 1979) 5 La mis reciente edicin (tercera) del diccionario biogrifico, para el personal cominternista en la region, identifica més de mil hombres y mujeres nativos e internacionales a lo largo de la vigencia dela entidad. Ver: Larar Jeifetsy Victor Jifets, América Latina en la Internacional Comunista, 1919-1943. Diccionario biogréfco (Gantiago: Ediciones Ariadna, 2015), 6 Sandra Pujals, “2Una perla en el Caribe soviético? Puerto Rico en los archivos de la Komintern en Mosci. Revista del Centro de Investigaciones Histricas de a Universidad de Puerto Rico n2 V7 (2006/2007): 117-187; Lazar Jeers y Vitor Jefets, “Jaime Nevaresy la fundacin del movimiento comunista y antimperalistaen Puerto Rico ‘Pacarina del Sur 3,n°21 (2014):$/p. Sandra Pujals, “De un pijaro ls tres alas: Fl Buré del Caribe de la Comintern, Cuba y el radicalismo comunista en Puerto Rico, 1931-1936”. Revista del Centro de Investigaciones Histricas de la Universidad de Puerto Rico n° 21 (2012/2013): 255.284 8 Ver, entre otros: Jeifetsy Jeifes, América Latina en la Internacional; Klaus Meschkat y José Maria Rojas, eds. Liquidando el pasado. La izquierda colombiana en los archivos de la Unién Sovittica (Bogot: Taurus/Fescol, 2009); Daniel Kersfeld, Contra el imperio: Historia de ta Liga Antimperialista de las Américas (México: Siglo ‘XX1, 2012); Ricardo Melgar Bao, Haya de la Torre y Julio Antonio Mella en México, el exo y sus querellas, 1928 (Buenos Aires: Ediciones del Centro Cultural dela Cooperacién loreal Gorini, 2013). 6 Bolcheviquiamo ile: Rusia y la Tercera Internacional en Ios imaginarlosrevolucionario puertorriquefios, 1919-1936 Sandra Pujala entorno obrerista puertorriquefio entre 1919 y 1936. Asf, pues, este texto constituye uno de los primeros andlisis de este tipo tanto para Puerto Rico como para América Latina. Mas que obser- vaciones sobre el efecto politico e ideolégico del fenémeno, se pretende analizar las secuelas de estos factores histéricos en términos culturales, con el propésito de aportar elementos que per- mitan delinear un panorama mis complejo del entorno cultural obrerista y la mentalidad radical en un periodo trascendental del movimiento obrero local. De ahi que este articulo se enfoque en ofrecer una muestra de mecanismos discursivos y referencias alegéricas en torno a estos temas en la prensa obrera puertorriquefia de tendencia internacionalista, durante tres etapas significativas del desarrollo del radicalismo comunista local: los dos primeros afios de actividad cominternista, entre 1919y 1921; la evoluci6n hacia un movimiento ideol6gicamente sovietizado para la segunda mitad dela década, y,finalmente, la consolidacién de un bolchevismo militante y proletarizado a partir del lo Comunista de la Tsla en 1934. Cabe sefialar que, al proponer observaciones al respecto, se tienen en cuenta las limitaciones de la evidencia. No obstante, las fuentes que fundamentan esta investigacién aportan un cuadro pre- ar sobre actitudes y suefios revolucionarios, que servirian de base cultural y genealogia para el comunismo local en una etapa crucial del proceso de formacién ideolégica y politica de la Isla’ Como punto de partida, este articulo se plantea entonces varios interrogantes: ;Cusles fueron los efectos de la Revolucién Rusa de 1917 y del establecimiento de la Tercera Internacional para el radicalismo puertorriquefio de la época? :Qué significaron el “bolchevismo” y la Comintern en términos culturales y politicos para el obrerismo local? 2Qué elementos representan al bolche- vismo (0 bolcheviquismo) como construccién cultural y estrategia discursiva? ;Qué visiones se fueron forjando sobre la Rusia soviética y su expresién internacional, y qué sugieren dichas utopias sobre el radicalismo local de la época en Puerto Rico? La presencia de elementos relacionados con la Revolucién Rusa y la Tercera Internacional en la prensa obrera puertorriquefia y sus representaciones alegéricas indican que, a pesar de su aparente insignificancia para la poblacién local, estos componentes deberian tomarse en cuenta al estructurar panoramas historiogrificos sobre la época, particularmente en lo que respecta ala cultura politica del entorno radical. El uso, por ejemplo, del concepto bockeviguismo y el movimiento internacionalista, como parimetros didicticos de comportamiento obrero solidario y vertical, o como iconos discur- sivos para lo correcto o justo, ofrecen indicios de su valor cultural, més que de su sentido ideol6gico. Por otro lado, términos del obrerismo tradicional anarquista, tales como unidad, progreso, antorcha y humanidad —articulados en relacién con la nueva realidad politica de la Rusia revolucionaria sugieren también una transicién hacia una cosmovisién e interpretacién de fundamentos revoluci narios mis a tono con tendencias ideolégicas nuevas y acontecimientos del momento. ‘También, la construccién de un imaginario revolucionario con Rusia soviética y la Comintern como paradigmas heroicos proletarios sugiere no solo el efecto de estos factores en las representa establecimiento del Pai 9 Juan José Baldrich, Sembraran la no siembra: los cosecheros de tabaco puertorriqueitos frente a las corporaciones tabacaleras, 1920-1934 (Rio Piedras: Ediciones Huracin, 1988); Carlos Sanabria, “Samuel Gompers and the American Federation of Labor in Puerto Rico”. Centro Journal XVIL, n. 1 (2005): 140-161; José Joaquin Roxiriguez, “Auge y crisis en las filas del movimiento obrero puertorriqueio, 1900-1924” (tesis de Maestria, Universidad de Puerto Rico, Rio Piedras, 1989); Gervasio Garcia y Angel Quintero Rivera, Desafio ysolidaridad: reve historia del movimiento obrero puertorriquefio (Rio Piedras: Ediciones Huracin, 1986); Gervasio Garcia, “Los origenes del movimiento obrero en Puerto Rico: mitos y problemas”, en Historia critica, historia sin coartadas, algunos problemas de la historia de Puerto Rico (Rio Piedras: Ediciones Huracin, 1985). Hist, Cait No, 64. AbeiLjunio Pp 61-80 ISSN 0121-1617 ISSN 1900-6152 or: dx dol. org/10.7440/histert64.2017.04 ciones culturales del radicalismo obrero, sino ademés el significado de este elemento internacional como nuevo jugador politico ¢ ideol6gico en la esfera local y regional. De aqui que el estudio pro- ponga el valor de la Revolucién Rusa y el advenimiento del comunismo internacionalista como agente catalizador y encrucijada en la historiografia del movimiento socialista y el obrerismo radical puertorriquefo, al tratarse de eventos politicos forineos que, no obstante, servirian de vehiculos discursivos para el reavivamiento de imaginarios revolucionarios autéctonos. 1. El radicalismo local y la llegada del comunismo internacional a Puerto Rico Las revoluciones que sacudieron a Rusia en 1917 abrieron paso a una concreta articulacién poli- tica y social de los suefios revolucionarios de varias generaciones, dando lugar asi alo que algunos académicos definen como “el experimento sovitico"®. En 1919, el establecimiento en Moscti de la Tercera Internacional (Comunista) 0 Comintern como un organismo multinacional y agencia central para la promocién mundial del comunismo convertiria el experimento revolucionario bolchevique en una propuesta global y un fenémeno transnacional’. La nueva Internacional se representaba como la heredera de la tradici6n internacionalista de los afios de Karl Marx y la Primera Internacional, ante lo que los marxistas mas radicales consideraban la “traicion’” al proleta- riado de los ideres socialistas de la Segunda Internacional, a consecuencia de su apoyo a la Primera Guerra Mundial”, El objetivo inicial de la nueva organizacién era reanimar el espiritu internacio- nalista del socialismo radical en Europa, por lo que la nueva entidad abarcaba todo un abanico ideolégico de fuerzas que favorecia la revolucién como via de cambio politico y social, incluidos antiguos grupos anarquistas y socialistas agrarios que habjan apoyado a los bolcheviques. Por otro Jado, la empresa cominternista buscaba llevar el movimiento a un plano auténticamente internacional ¢ internacionalista més allé del entorno europeo. Con este objetivo, el primer congreso de la Inter- nacional Comunista, en marzo de 1919, impuls6 un éxodo de agentes cominternistas —rusos de etnia judia en su mayoria—, con la misién de consolidar el apoyo de grupos radicales en varias regiones fuera de Europa, incluidos América Latina y el Caribe, donde se generaron los prime- ros contactos apenas varios meses después del evento”. La Hegada de los agentes cominternistas al hemisferio americano provocé una turbulenta reorganizaciGn de las fuerzas del obrerismo y el radicalismo politico local, al proponer un pro- 10 Richard Stites, Revolutionary Dreams: Utopian Visions and Experimental Life in the Russian Revolution (Nueva York: Oxford University Press, 1991); Ronald Grigor Suny, The Soviet Experiment: Russia, the USSR, and the Successor State (Nueva York: Oxford University Press, 2010 [1998]); Sheila Fitzpatrick, Alexander Rabinowitch ‘y Richard Stites, eds., Russia in the Era of NEP: Explorations in Soviet Society and Culture (Bloomington: Indiana University Press, 1991). 11 Kevin MeDermott y Jeremy Agnew, The Comintern: A History of International Communism from Lenin to ‘Stalin (DeKalb: St. Martin Press, 1998); Tim Reese y Andrew Thorpe, eds.,Jnternational Communism and the (Communist International, 1919-43 (Manchester/Nueva York: Manchester University Press, 1998). 12 Milorad M, Drachkovitch, ed., The Revolutionary Internationals, 1864-1943 (Stanford: Hoover Institution on ‘War, Revolution, and Peace, 1966); R. Craig Nation, War on War: Lenin, the Zimmerwald Left, and the Origins of Communist Internationalism (Durham/Londres: Duke University Press, 1989); Olga Hess Gankin y H. H. Fisher, eds, The Bolsheviks and the First World War: The Origins of the Third International (Stanford: Stanford University Press, 1940). 13 Daniela Spenser, Stumbling Its Way Through Mexico: The Early Years ofthe Communist International (Tuscaloosa: University of Alabama Press, 2011) 6s 66 Bolcheviquiamo ile: Rusia y la Tercera Internacional en Ios imaginarlosrevolucionario puertorriquefios, 1919-1936 Sandra Pujala grama mucho més definido de acuerdo con politicas atemperadas por la experiencia prictica de la Revolucién Bolchevique. En Puerto Rico, la noticia renovaria los animos de un pequefio grupo de lideres obreristas de inclinacién anarquista a la vez que internacionalista —artesanos, asi como agricultores de tabaco—, para quienes la consolidacién del sistema colonial significaba una amenaza directa en contra del trabajador nativo’. A lo largo de la década de 1920, breves e insignificantes encuentros con elementos de la red radical cominternista, no obstante, abrirfan una brecha para la comunicacién entre fuerzas del comunismo internacional y el radicalismo local. La experiencia también construiria cimientos, tanto politicos como culturales, para una nueva gene- racin representativa de la tradici6n revolucionaria local, la cual entendfa el apoyo de elementos fuera de la Isla como primordial", Pero ademés, al igual que muchos otros territorios latinoamericanos, Puerto Rico tenia una tradicién radical fundamentada en planteamientos anarquistas, corriente importada a lo largo de las décadas finales del siglo XIX por inmigrantes radicalizados, particularmente espaiioles"*. A pesar de no haberse concretizado como fuerza politica local, el espiritu ideolégico anarquista ser- virfa de enlace y puente hacia una nueva etapa del radicalismo puertorriquefio, como resultado de un enfrentamiento entre las fuerzas moderadas y los grupos revolucionarios del obrerismo local. Entre finales del siglo XIX y la primera década del nuevo siglo, Santiago Iglesias Pantin, inmi- grante gallego y otrora anarquista, comenz6 su evolucién politica como organizador obrero hasta convertirse en el presidente del sindicato principal, la Federacién Libre de ‘Trabajadores (FLT), que mas tarde se afiliaria al conglomerado estadounidense American Federation of Labor (AFL). En. 1915, Iglesias Pantin fund6 uno de los principales partidos de la 6poca, el Partido Socialista de Puerto Rico (PS), el cual se distinguiria por una postura reformista y moderada muy similar ala de los otros partidos socialistas de aquel momento, Poco después del establecimiento dela entidad, Iglesias Pantin se convirtié también en uno de los promotores de la nueva estructura politica para la Isla bajo la “Ley Jones’ de 1917, la cual, entre varios otros derechos, otorgaba la ciudladania estadounidense alos nativos” Para algunos lideres obreros locales, sin embargo, el protagonismo de Iglesias Pantin en el afianzamiento del esquema colonial para la Isla seria el impulso para un movimiento de oposicién. En particular, el otorgamiento dela ciudadania y la consiguiente movilizacién de soldados puerto- riquefios al Canal de Panami actuaron como agente catalitico para la activacién de un obrerismo mucho més radical. Las controversiales medidas provocaron una ola de demostraciones en diferentes lugares de la Isla, seguidas por una serie de huelgas, principalmente en las comarcas tabacaleras. El éxito del movimiento de protesta y huelga entre 1917 y 1918 cristaliz6 también la organizacién de una pequeha pero beligerante fac conocida como el “blogue de Bayamén’, al ser muchos de sus miembros parte del niicleo agricola in radical obrera dentro del Partido Socialista 14 Por ejemplo: Baldtich, Sembrarom la no siembra, 15 El movimiento independentista de la segunda mitad del siglo anterior tenfa también una base internacionalista, Lainteraccién entre lideres de Puerto Rico y Cuba, y la idea de revoluciones concomitantes como estrategia, seria, fundamento clave del movimiento. Ver: Félix Ojeda Reyes, Bl desterrado de Paris: Biografia del Dr Ramin Emeterio Betances (1827-1898) (San Juan: Faiciones Puerto, 2001); Kin Boricuas: Anarchism, Antiauthoritarism, and the Leftin Puerto Rico, 1897-1921 (Champai Press, 2013). 16 Jorell A. Meléndez Badill, Voces libertarias: origenes del anarguismo en Puerto Rico (Nueva York: Secret Sailor ress, 2013); Shaffer, Black Flag Boricuas, 25-45 17 Gonzalo F. Cérdova, Santiago Iglesias Pantin, creador del movimiento obrero de Puerto Rico (Rio Piedras: Editorial dela Universidad de Puerto Rico, 1980). Hist, Cait No, 64. AbeiLjunio Pp 61-80 ISSN 0121-1617 ISSN 1900-6152 or: dx dol. org/10.7440/histert64.2017.04 tabacalero de dicho pueblo”. Algunos de sus lideres, al parecer, pronto se transformarfan en un grupo de apoyo local para un acercamiento de las fuerzas cominternistas para 1920, después de los primeros contactos entre el enviado soviético y algunos mintisculos cfrculos radicales en México, Cuba y Espaiia”. Entre 1920 y 1921, varios miembros del bloque de Bayamén publicaron El Comunista, un periddico de tradicién anarquista salpicado de noticias internacionales, enfrentamientos edito- riales en contra de los socialistas de Santiago Iglesias y llamados a la unidad obrera de acuerdo con una agenda combativa. A pesar de identificarse como “Libertario”, el semanario representaria también una transicién y una nueva etapa para el radicalismo local, al estar alineado, si bien de forma sugerida, con las propuestas revolucionarias del comunismo internacionalista y de la Rusia soviética. El semanario se publicé solamente un aio, pero se convirtié en el fundamento para una tendencia obrera radical, la cual representaria la via revolucionaria para el cambio politico y social en la Isla, ademis de la liquidacién del dominio estadounidense sobre el territorio. 2. Hacia un nuevo paradigma radical: el “Bocheviquismo” en su contexto criollo Para 1919, el tema de la Revolucién Rusa y los “bolcheviquis” habfa ya comenzado a aparecer en algu- nas paginas de la prensa local como {cono discursivo genérico con cierto matiz popular. Sin embargo, su uso y significado estaban relacionados con tun contexto metafdrico, ms que con su auténtico si nificado politico, por lo que se utilizarian para identificar situaciones, comportamientos 0 personas, de forma tanto negativa como positiva. En los efrculos més conservadores, por ejemplo, el vocablo servia a veces para definir la actitud desafiante y el comportamiento desordenado o extremo de la generacién joven, tanto en términos personales como en relacién con una postura politica. Para los mis idealistas dentro del movimiento obrero, por otro lado, el fendmeno bolchevique se transfor- maria en pendén y panacea nuevos, es decir, un surtidor de alegrias o un vengador de injusticias que acabarfa con todos los males de la humanidad esclavizada. En medio de un embate huelguistico en algunos sectores de la Isla en 1919, el lider anarquista Bolivar Ochart, encolerizado por los abusos de a Policfa contra los obreros en huelga, utilizaria el término como amenaza y respuesta imaginaria ala represiin policiaca local: “No es extraiio que la ola de Bolcheviquismo siga y que todos los bandidos representativos, desde el rey al simple policia, reciban su merecido a tiempo. 18 “Huelgas Agricolas”, Unién Obrera, 22 de enero, 1920, 6. Sobre el“bloque de Bayamén’, ver: Shaffer, Black Flag. Boricuas, 123-140, y Baldsich, Sembraron la no siembra, 21-38, 19 Sobre esos primeros contactos, por ejemplo: Blas Nabel Pérez Camejo, “Cuba en el archivo de la Internacional Comunista”. Boletin del Archivo Nacional .* 18-19-20 (2012): 120-125; Lazar Jeifets y Victor Jeifets, “Mikhail Borodin’s Mission to the Western Hemisphere in 1919-1920 and the Formation of the Communist Party of Spain’. History: Journal of Education and Science2, n° 8 (2011):/p. 20 Por ejemplo, algunos lideres socialistas maduros atacaban al joven lider socialista Luis Mufiox Marin con el epiteto bolchevigui, por sus posturas radicales. Mayra Rosario, “Las elecciones de 1920 en Puerto Rico” (ponencia presentada en el Ciclo de ponencias sobre as elecciones en Puerto Rico de la Fundaci6n Luis Mulioz Marin, Trujillo Alto, 7 de marzo, 2002). 21. Bolivar Ochart, La noche del 12 de marzo de 1919 en Fajardo (Humacao: Tipografia Conciencia Popular, 1919), 45, citado por Ricardo Campos Orta, “Apuntes sobre la expresién cultural obrera en Puerto Rico (Parte 3) (qabajo presentado en la Conferencia de Historiografia Puertorriquedia, Nueva York, 1973), . er Bolcheviquiamo lle: Rusia y la Tercera Internacional en los iaginariosrevolucionarios puertorrquefios, 1919-1936 Sandra Pujala Desde muy temprano, el concepto bolcheviquismo también funcionaria como alegorfa pol ‘para definir una postura critica ante la ticita cooperacién entre los socialistas y el gobierno insular, una actitud similar a la que los bolcheviques habfan asumido en contra de los partidos socialdemdécratas ceuropeos desde la Primera Guerra MundiaF®, En 1919, el Partido Socialista obtuvo acceso a represen- taciénen una codiciada Junta Insular de Blecciones, en la que su lider maximo, Santiago Iglesias Pantin, tuvo una participacién®. Ese mismo aio, el panfleto “Paginas Rojas” del zapatero y lider obrero Juan S. Marcano, y “Qué es el Bolcheviquismo?” de Eduardo Conde, publicado en su libro Acusacién y _protesta, se convirticron en portavoces de una representacién local de la postura bolchevique, en res- puesta ala situacién interna del PS™. Sus autores, ambos parte de la faccién radical dentro del partido, utilizaron el término y el color que lo representaba como plataforma metaforica una denuncia contra Ja postura servil de los lideres socialistas moderados. En este caso, ser “bolchevique” insinuaba una actitud tajante en contra de cualquier trato con las fuerzas oficialistas. En vista de los beneficios que el liderato del PS habia recibido del gobierno colonial, es posible que los ensayos tuvieran como objetivo censurar el comportamiento alevoso de los socialistas utilizando como alegorfa la postura bolchevique, la cual denunciaba el aburguesamiento de la socialdemocracia europea, su pacto con Jas fuerzas antiobreras y su traicién al proletariado. Para principios de 1920, un articulo del periédico socialista Unién Obrera sugerfa, ademas, la criollizacién del término “bolcheviquismo”, al relacionarlo metaféricamente con disturbios obreros locales. El reportaje informaba que la Policia de un pequefo pueblo de la costa habia arrestado a un joven “por dar vivas al Bolcheviquismo” desde un automévil. El incidente, al pare- cer, estaba relacionado con el clima politico local, ya que “en aquel pueblo desde hace varios dias hay una activa campana de los elementos populares que tiene intranquila a la comunidad [...]". El autor, quien reproducia la noticia de un diario local, seftalaba cinicamente que la “comunidad” a Ja que se referia el informe eran probablemente los burgueses del pueblo, por ser los tinicos que podian sentirse intranquilos ahora que los obreros comenzaban a dar muestras de resistencia en contra de sus pricticas injustas. El escrito dejaba también establecida, de hecho, la formula alegérica que al parecer representaba culturalmente el concepto en aquel momento: “Menos mal que ahora se les lama Bolcheviquis, que para algunos burgueses es sinénimo de bandidos y para otros humanitarismo social”. 22 David Kitby, “Zimmerwald and the Origins of the ‘Third Internationa’, en International Communism and the Communist uernational, 1919-43, editado por Tim Reese y Andrew Thorpe (Manchester/Nueva York: Manchester Universiy Pres, 1998); Nation, War on War: Hess Gankiny Fisher, The Bolsheviks and th First World War, 309-31. 23 Micah Wright, "Mobilization, Partisanship and Political Party Dynamicsin Puerto Rico, 1917-1920" Caribbean Studies 42, n2 2 014): 6, doi: dxaloog/0.1353/crb.2014.0023 24, Juan S. Marcano, “Piginas Rojas. Unidos Venceremos", en Lucha Obrera: Antologia de grandes documentos en la historia obrerapuertarriquta, editado por Angel Quintero Rivera (Rio Piedras: CEREP, 1973 [1919], 5 Eduardo Conde, Aeusaciin yproteta (San Juan: Biblioteca Obrera 1919). 25 “WViva cl Bolehevikismo!", Unién Obrera, 2 de enero, 1920. No queda caro, sinembargo, porquése transliteraba el término de a forma exteta como se pronuncia en Fuso, y no de la forma que se pronunciaria lgicamente en tspaiiol —bolcheviquis—, con el acento en a primera Hist, Cait No, 64. AbeiLjunio Pp 61-80 ISSN 0121-1617 ISSN 1900-6152 or: dx dol. org/10.7440/histert64.2017.04 3. Rusia y la Tercera Internacional en el imaginario revolucionario islefio, 1920-1921 Para comienzos de 1920 se establecié en Bayamén el pequefio pero bien estructurado semanario radical El Comunista (1920-1921), en el cual algunos lideres obreristas radicales articularfan su postura ante lo que entendian como una “nueva orientacién” en el movimiento obrero alrededor del mundo. Este semanario, que se identificaba como “Semanal Libertario” y “Periédico de Doc- trina y de Combate’, inclufa entre sus editores a varios de los Iideres del “bloque de Bayamén’, Ventura Mijn, Antonio Palau y Emiliano Ramos™, Ademis de su evidente inclinaci6n “libertaria” anarquista, el periédico demostraria empefio en aportar un panorama internacional alas discusiones. De acuerdo con uno de los editores, Emiliano Ramos, el periddico tenia “relaciones exteriores”, aunque sin especificar de qué se trataba esta supuesta conexién con el extranjero”. Por ejemplo, uno de sus primeros editoriales, titulado “El deal”, en el que se discutian los objetivos revolucionarios anarquistas, y se proclamaba el compro- miso con “la Revolucién” que diera paso a “esa hermosa sociedad futura que tanto anhelamos”, era en realidad una reproduccién de un articulo publicado en Accién Libertaria, un periédico anat- quista de Madrid. Algunos de los niimeros del semanario inclufan también una seccién especial tirulada “Mirando Hacia Afuera’, en la que se informaba sobre noticias politicas de otros lugares y eventos relacionados con el movimiento obrero en el extranjero, de acuerdo con una ptica radical, como parte de la “educacidn revolucionaria” que el periddico tenfa como misién®. Por otra parte, algunas noticias relataban sucesos obreros en Cuba y en Tampa, lo cual indica algiin tipo de comunicacién con personas o grupos de esas regiones”. A pesar de estar escritos por individuos de ‘pocos ingresos y nivel social modesto, la discusién y los comentarios sobre temas internacionales demostraban un buen conocimiento de la situacién actual fuera de la Isla, ademas de una formacién intelectual, elegancia en la expresiin y destreza en la redaccién. Sibien el paradigma revolucionario francés de “libertad, igualdad, fraternidad” habia represen- tado hasta entonces los ideales universalistas de un anarquismo internacionalista™, la Revolucién Bolchevique ahora irrumpia como nuevo arquetipo. Rusia tendria un papel protagénico en muchas 26 Ver: Kerwin R. Shaffer, “Contesting Internationalist: Transnational Anarchism, Anti-Imperialism and the US Expansion in the Caribbean, 1890-1920’. Estudias Interdisciplinarios de América Latina 22, n.°2 (2011): 11-38, Lapropuesta de Shaffer, sin embargo, ha sido cuestionada por otros historiadores. Ver la reseia del libro Black Flag Boricuas: Anarchism, Antiauthoritarianism, and the Left in Puerto Rico, 1897-1921 de Kirwin R. Shaffer, escrita por Jorell A. Meléndez Badillo, en Caribbean Studies 41, n* 2 (2013): 259-262 27 “Carta de Emiliano Ramos a Jaime Nevares Sager”, Cayey, 4 le marzo de 1926, en New York Public Library (NYPL), Nueva York-Estados Unidos, Manuscripts and Archives Division (MAD), Coleccidn “Bertram David Wolfe papers, 1924-1937" (BDWP), caja 1, Correspondencia, “Letters to Jaime Nevares Sager, 1925-1927 nd 28. Reprosiucido de Accién Libertaria de Madrid, “EUdeal", £1 Comunista [afo 1, n2 1), 1 de mayo, 1920, 4 29 “Mirando Hacia Afuera’, El Comunista [aio 1, n2 1], 1 de mayo,1920, 3-4; “Edueacién Revolucionaria’, El Comunista [aio 1, n* 4], 22 de mayo, 1920, 1 y 4; Amelio Morasin, “Mirando Hacia Afuera’, El Comunista (aio 1,n2 4), 22 de mayo, 1920, 3; Amelio Moras, “Mirando Hacia Afuera", E! Comunista(afo 1, 9 26 de junio, 1920, 6; Amelio Morasin, “Mirando Hacia Afuera’ El Comunisa afi 1, 10], 3de julio, 1920, 30. Amelio Morasin, “Mirando Hacia Afuera", ET Comunista [aio 1, 13], 31 de julio, 1920, 2. 31 Campos Orta, “Apuntes sobre la expresin cultural”. 6 Bolcheviquiamo ile: Rusia y la Tercera Internacional en Ios imaginarlosrevolucionario puertorriquefios, 1919-1936 Sandra Pujala de las discusiones de £1 Comunista, como “nuevo faro de la libertad”. A lo largo del afto en el que se publicé regularmente, el periddico ademés cont6 con lectores suscritos en varios importantes centros de inmigracién puertorriquefia en Estados Unidos, tales como la ciudad de Nueva York”, Uno de los niimeros incluia también una carta del representante de un comité en favor de las vi timas del bloqueo aliado a Rusia, enviada desde Nueva York, en la que se pedia ayuda econémica principalmente para medicinas. El documento iba acompanado de una lista de los contribuyen- tes, incluido Luis Mufioz Marin, futuro gobernador del primer gobierno constitucional de la Tsla (1952) y célebre politico, entonces joven socialista™. Como modelo, Rusia también servia de ejemplo més allé de su funcién metaférica en discusiones politicas o ideolgicas. En uno de los mimeros se incluyé una noticia en la que se inferfa la tans- formacién del pafs en un nuevo centro de migracién obrera. “Rusia”, seftalaba el informe, “necesita trabajadores habiles y pricticos en todas la industrias”. Los obreros podian ahora hacer realidad sus suefios revolucionarios de un mejor mafiana en Rusia, que construia ese futuro soiado en tiempo presente: “Todos los trabajadores manuales que se sientan hombres libres [...] pueden encontrar en Rusia un sitio decente para desarrollartoda su actividad como jamasse ha disfrutado en el mundo bajo ladictadura capitalista’. El reportaje ademis indicaba que en Moscti (identificado como “Moscow"), el gobierno se esforzaba por mejorar los servicios, particularmente las condiciones higiénicas de la ciudad, y afiadia un comentario cinico que sugeria que la administracién publica del gobierno insular podia aprender del ejemplo soviético: “La flamante Sanidad de Puerto Rico, que tan cara nos cuesta, debia tomar en consideracién esta nota [sobre Rusia] [..]"™. Ademas de refugio proletario y modelo por emulat, Rusia funcionaba como icono heroic colectivo en el imaginario revolucionario proyectado en las paginas de El Comunista. El para- digma enaltecia el valor del suftimiento, el sacrifico y la tenacidad de todo un pueblo para lograr finalmente el triunfo contra la injusticia, representada por el sistema capitalista y la burguesia™, El resultado del proceso revolucionario y la realidad del momento histérico que vivia el pais todavia se definfan muchas veces con imagenes quiméricas que delataban la herencia anarquista de la narrativa. Dentro de la férmula discursiva, por ejemplo, la meta de la revolucién en Rusia se idealizaba practicamente como un regreso al paraiso perdido, por medio del cual la humanidad, comenzando por el “pueblo bueno” de Rusia, regresaba a su estado idilico y natural: “Un sol de venturas no sofiadas lanzaria sus rayos bienhechores sobre un pueblo trabajador dichoso que, entregado a sus labores, entonaba su dulce cancién entre sonrisas de bondad infinita jque buena es la vida, cuando no hay pesares, todos somos libres, felices e iguales!”, El avance de Rusia hacia info seguro servia subliminalmente también de representacién para una marcha @ la que se “Adelante, Rusia invencible, a tu lado estamos todos los hambrientos é [sic.] inconformes del mundo!"”, 32. “Educacidn Revolucionaria’, Comunsta, [ao 1, n° 4], 22 de mayo, 1920,2. 33. Shaffer, Black Flag Boricuas, 158-159, 34. “Pro-Vietimas de Rusia, £1 Comunista, [ao 1,n 8), 19 de junio, 1920,2. 35. Amelio Morasin, “Mirando Hacia Afuera" E! Comunista [ao 1, 1. 10), 3 de julio, 1920, 4 36 Morasn, “Mirando Hacia Afvers", EI Comunista [af 1,29], 6; "La Rusia Roja, £1 Comumista[aBo 1, nim. 9], 26 de junio, 920, 5; “La Bixbara Rusia Soviet’, £1 Comunista [aio I,m! 13) 31 de julio, 1920, 3. 37. Morasin, “Mirando Hacia Afuers’ 6 Hist, Cait No, 64. AbeiLjunio Pp 61-80 ISSN 0121-1617 ISSN 1900-6152 or: dx dol. org/10.7440/histert64.2017.04 La Tercera Internacional serfa también otro elemento sobresaliente en muchos articulos desde los comienzos de este semanario. Es del todo probable que sus editores hayan entablado algén tipo de conexién con miembros afiliados a la red radical que la Internacional Comunista comenzaba a organizar desde México via Cuba y/o Espafia™. Uno de los primeros niimeros del periédico incluia un articulo titulado “La Tercera Internacional Es Una Realidad”, reproducido del periddico libertario Espaita Nueva, y servia de contestacién a las declaraciones de “ciertos ele- mentos que pretenden dar la sensacién de que la Tercera Internacional no existe nada mas que en el papel”, proclamando la autenticidad de la organizacién recién establecida”. “La Tercera Inter- nacional’, insistia el autor, “no solo es la que ha recogido el depésito sagrado del ideal socialista [..], [sino] también el organismo que suma mayores contingentes socialistas y que cuenta con Secciones en més paises’. El ensayo terminaba declarando: “Pretender impedir el avance de la Tercera Internacional es como tratar de detener la marcha de la Tierra. La Tercera Internacional ha nacido, vive y se consolida porque responde [...] a la necesidad que siente el proletariado de forjar un instrumento que coordine e intensifique su accién revolucionaria en todos los paises”. Ademés del concepto de la Tercera Internacional como organismo vivo integrado por grandes “contingentes’, la entidad servirfa alegéricamente como reivindicacién de los ideales anarquistas. “Ya no son solamente los espiritualistas anarquistas’, seftalaba otro articulo, “los que dedican sus energias a la defensa de los ideales comunistas [..] Ya no es el comunismo una idea embrionaria, confusa, incomprensible, es una realidad clara, precisa [...]"". En esta etapa inicial del movimiento comin- ternista, ademas, conceptos como internacionalismo, y hasta el propio comunismo internacionalista, confluian con los objetivos de la tradicién obrerista radical local, al tratarse de términos que tam- bién habjan representado propuestas y consignas anarquistas de épocas anteriores. El imaginario de unidad sin obsticulos ni fronteras que la Internacional representaba era también reminiscente del ideal anarquista. El hecho de que fueran Iideres de tradicién anarquista los que tradujeran para los obreros el significado de la organizacién, claro est, influiria subjetivamente en la imagen pro- yectada. Por ejemplo, la meta de la organizacién se definia como una de unién sin limites: “Busca Ia alianza entre todos los trabajadores del mundo [...] y borrar las fronteras establecidas por los enemigos de la libertad humana, declarando a la tierra toda la patria tinica, comin de todos"®. Elsemanario desaparecié al aito siguiente, probablemente a causa de la vigilancia y la represién de su junta editora y de la presi6n de la metrépolis estadounidense al gobierno local, a rafz de la ola de “red scare” anticomunista alli, Por otro lado, estaba el desencanto de los radicales con el rumbo que habfa tomado la Rusia soviética, no sélo por su regreso a un sistema semicapitalista bajo la Nueva Politica Econémica (NEP) de Lenin, sino también por la violenta represién del régimen bolchevique en contra de grupos opuestos a la dictadura “del proletariado”, Por tiltimo, la euforia 38. Charles Shipman, t Had To Be a Revolution: Memoirs ofan American Radical (Ithaca: Cornell University Press, 1993), 82-104. 39, Mariano Garcia Corte, “Le Tercera Internacional Bs Una Realidad” £1 Comunista fafo 1, n.*4],22,demayo, 1920, 40. Mariano Garcia Cortes, “La Tercera Internacional Es Una Realidad’, [ao 1, n.°2], 8 de mayo, 1920, 34 41. “Educacién Revolucionaria’ [afo 1, n.° 4], 22 de mayo, 1920, 1. 42. “Tercera Internacional’, EI Comunista [aio 1, n.° 10], 3 de julio, 1920, 3. 43. Robert K. Murray, Red Scare: A Study in National Hysteria, 1919-1920 (Minneapolis: University of Minnesota Press, 1955); Regin Schmidt, Red Scare: FBI and the Origins of Anticommunism in the United States, 1919-1943 (Copenhague: Museum Tusculanums Forlag/ Kobenhavns Universitet, 2000). a Bolcheviquiamo ile: Rusia y la Tercera Internacional en Ios imaginarlosrevolucionario puertorriquefios, 1919-1936 Sandra Pujala cominternista de los primeros dos afios habfa disminuido considerablemente, por lo que la uti- lidad de organizar una red radical internacionalista en la regién latinoamericana dejé de ser una prioridad. Como resultado, se desvanecerfa también la posibilidad de un apoyo internacional para un movimiento como el que los imaginarios discursivos de E! Comunista proponian, 4. Hacia una proletarizacién de los imaginarios revolucionarios: la Liga Comunista de Puerto Rico, 1926-1927 Después de la desaparicion del periédico El Comunista, el radicalismo obrerista qued6 rezagado y aislado del entorno politico islefio, asi como del internacional. En 1925, cuando un joven comu- nista de nombre James Sager (Jaime Nevares) lleg6 a la Isla en busca de empleo, no encontrd “ningin grupo comunista” local". Fl futuro organizador de la primera entidad comunista local, Ja Liga Comunista de Puerto Rico, pronto se dio a la tarea de invitar a varios lideres del entorno radical a su movimiento internacionalista, incluido uno de los antiguos editores de EI Comunista, Emiliano Ramos. La respuesta de Ramos, sin embargo, fue categérica: podia ser solidario en el plano personal pero no en términos ideolégicos ni politicos. Ramos, quien al parecer se ganaba entonces la vida vendiendo productos en un carretdn, todavia conservaba la elegancia discursiva que habia distinguido a los editores del semanario, al sefialarle amablemente a Sager: “te estimo desde hoy como un hermano [...] [porque la] fraternidad debfa ser vinculo obligado entre los hombres [...]". Por otra parte, sus palabras insinuaban un cambio de parecer en torno a las pro- puestas que ET Comunista habia representado: “[Y]o no soy amigo de los comunistas de ahora [..}.los comunistas a la rusa [...], (quienes] aspiran a gobernar a los demas”. No obstante, Sager explotaria la tradicién radical que el llamado “bloque de Bayamén” habia representado. La reu- nién preliminar para la fundacién de la Liga Comunista se llevé a cabo el 9 de mayo de 1926 en Bayamén, en el litoral, y territorio politico del “bloque de Bayamén” y de varios de los miembros de la antigua junta editora de EI Comunista’, En 1927 se establecié oficialmente la Liga Comunista en el pueblo de Ponce, una pequenia agrupacién de apenas una decena de miembros, pero con gran dnimo y entrega, En la decla- racién que promulgaron en los diarios locales se presentaban no sélo los objetivos de la nueva organizacién, sino también algunos postulados representativos que los distingufan. La proclama comenzaba ofreciendo el cuadro social y econémico que definia al obrero de la Isla en aquel momento y el ethos del nuevo movimiento: “En estos momentos de crisis en que las grandes masas de campesinos y obreros estin afrontando una crisis en la cual corre peligro hasta su propia ex 44 Para un recuento de la gestiin de Sager en Puerto Rico, ver los articulos de Sanda Puals: “Embarcados! James Sager, la Seceién Pucrtorrquedia de la Liga Anti-Imperialista de las Américas y el Partido Nacionalista dde Puerto Rico, 1925-1927". Revista del Centro de Investigaciones Histércas dela Universidad de Puerto Rico 2 22 (2013/2014): 105-139, y “Becoming Juime Nevares: Imagination, False entity and Historial Misconstruction in he Communist Internationals Latin American Network, 1925-1979", en The Wider Arc of Revolution, editado por Choi Chatterjee, Steven Marks, Mary Neuberger y Steve Sabol (Bloomington: Indiana Press University/ Slavica Publishers [en prensa), 45 “Carta de Emiliano Ramos a Jaime Nevares Sages” 46, “Partido Comunista Americao [sc Seceién Americana del I Internacional - Grupo de Puerto Rico. Acta de Jasesin preiminat”, Bayamén, 9 de mayo de 1926, en NYPL, MAD, BDWP, caja2, “Puerto Rico” Pero ademis se puede consulta: Pujals, “/Embarcados!: James Sager" 128-129 Hist, Cait No, 64. AbeiLjunio Pp 61-80 ISSN 0121-1617 ISSN 1900-6152 or: dx dol. org/10.7440/histert64.2017.04 tencia [..], [y] en que el ‘lamado Partido Socialista’[...] [demuestra] su vergonzosa colaboracién y alianza con los enemigos de los trabajadores [...], ahora es que las masas trabajadoras necesitan [...] lideres politicos abnegados [...] para guiarlos hacia las filas del ejército militante [...]"”. El vocabulario, beligerante como muy pocas veces en los escritos de la prensa radical local, pregonaba el advenimiento de una nueva actitud, de acuerdo con mensajes mucho mis claros. Primeramente, el hecho de que la crisis a la que aludfa la declaracién amenazara la vida misma del obrero sugeria una justificacién para una guerra defensiva, De aqui que se consolidara la idea subli- minal de que unirse al movimiento comunista significaba integrarse a un auténtico “ejército"®. El concepto tradicional de unidad del legado anarquista, ahora quedaba ademés reconstituido bajo a definicién bolchevique, en la que el partido era el eje organizativo primordial. Los trabajadores deseaban, por ejemplo, “una direccién de tipo revolucionario que los guie hacia la unificacién politica de los grupos mas avanzados [...)”. Ahora, no se trataba de una condicién “decente” para toda una “humanidad” obrera, sino de un estado ideolégico “avanzado” para un grupo especifico, identificado esta vez como “grupos proletarios”, estrictamente, Por otra parte, el objetivo no era ya forjar un movimiento que llevara a un estado obrero ideal como Rusia habfa sefialado con su ejemplo, ni tampoco era Rusia el modelo idealista por seguir. Se trataba ahora de un paradigma heroico nuevo —el Partido Comunista— como “gufa’, que llevaria a cabo “la unificacién como partido politico del proletariado”, y de una agrupacién preliminar —la Liga Comunista— que prepararia “el camino para la formacién” de dicha organizacién en un futuro. “La Liga Comunista de Puerto Rico”, continuaba la declaracién, “reconoce que la lucha Y propésito final del proletariado universal son comunes, y que solo realizaran estos propésitos cuando se unan firmemente en una Internacional”. La proclama terminaba sefialando que la Liga no tenia duda del éxito de la lucha de las “masas explotadas de Puerto Rico, si acepta la direccién y disciplina comunistas’, y si se unfa a la Internacional Comunista”. Cabe sefialar que es muy posible que las formulas discursivas articuladas en las proclamas de ambas agrupaciones fueran copias al carbén de consignas ideadas y dictadas por los representantes cominternistas de las agencias centrales. En el caso concreto de Puerto Rico, muchas de las estra~ tegias organizativas y los manifiestos estaban dirigidos por el jefe de Sager, un agente comunista estadounidense en Chicago con el alias de “Manuel Gémez", En cualquier caso, el movimiento local no llegarfa a mucho y desaparecié muy pronto después de que Sager abandonara la Isla, en abril de 1927. El propio Sager, convertido en un agente cominternista con el alias de “Jaime Nevares”, segui- ria su labor organizativa en la frontera entre Venezuela y Colombia, donde participé en la huelga bananera de 1928 en Colombia, y en el establecimiento del primer Partido Comunista oficial alli Pese a su breve vigencia, esta fugaz experiencia internacionalista representé Ia transicién a una nueva etapa organizativa, en la que los organismos centrales dirigirfan cada vez més rigurosa- 47, Liga Comunista de Puerto Rico, “Declaracién de la Liga Comunista de Puerto Rico", Ponce, 6 de mayo de 1927, en NYPL, MAD, BDWP, eaja 2, “Puerto Rico” 48. Liga Comunista de Puerto Rico, “Declaracion de la Liga Comunista de Puerto Rico”, 49. Liga Comunista de Puerto Rico, “Declaracién de la Liga Comunista de Puerto Rico”. 50. Para un recuento de Jos documentos en torno a Nevares-Sager en Colombia, ver: Lazar Jeifets y Victor Jeers, “Krasnyi piligrim: Epizody zhizny Daheimsa Khartilda” [El peregrino rojo. Episodios de la vida de James Heartlcld]. Latinskaya Amerika n° 7 (2013): 67-85, La verdadera identidad de Jaime Nevares, no obstante, ha sido establecida gracias al descubrimiento de la documentacién de James Sager en la Biblioteca Piblica de Nueva York. Ver: Puja, “"Embarcados!: James Sages”, 133-134, “ Bolcheviquiamo ile: Rusia y la Tercera Internacional en Ios imaginarlosrevolucionario puertorriquefios, 1919-1936 Sandra Pujala mente, desde Moscii el contenido metaférico de las consignas comunistas en términos globales. Almenosen su contexto cultural obrero, la Seccién Puertorriquefia de la Liga Anti-imperialista yla Liga Comunista de Puerto Rico constituyeron un puente entre el perfil hibrido del radicalismo de herencia anarquista de los primeros afios de la Comintern y la nueva generacién militante, identi- ficada con parimetros teéricos mis definidos. El proceso de apropiacién, control y centralizacién dela construccién de los imaginarios revolucionarios se harfa atin més evidente para comienzos de Ia proxima década. 5. Hacia un paradigma estalinista: el futuro ahora y Rusia como patria proletaria A pa Comintern decidié enviar desde Nueva York a un representante del PC estadounidense a esta- blecer contacto con algunos simpatizantes comunistas alli, Para 1934, el movimiento obrero radical en Puerto Rico queds finalmente integrado a la red cominternista oficialmente, luego del establecimiento del Partido Comunista de Puerto Rico (PCPR). Al igual que en la época de la Liga Comunista, Ponce volvia a sobresalir como centro del radicalismo local al inicio de los afios treinta, esta vez. como cuna de la nueva entidad comunista*’. De todos los miembros del recién fundado partido, José Lanauze Rolén fue no sélo un elocuente orador y ensayista en periédicos locales, sino tal vez el mas comprometido con el aspecto internacionalista del movimiento®, Es quizis por esta razén que pronto se convertiria ademas en portavoz de los nuevos fundamentos del imaginario comunista. De intelecto sobresaliente a pesar de su humilde trasfondo familiar, Lanauze habia estudiado Medicina en la Universidad de Howard, célebre institucién académica para afroamericanos en Washington D.C, (Estados Unidos). A su regreso a Ponce, publicé en 1916 tun poemario y coleccién de anécdotas, en el que ya exponia su actitud ideolégica universalista: ir de 1931, la Isla reaparecié en la agenda cominternista, cuando el Buré del Caribe de la “No busquéis con la galas del lrismo, Alraquitico y viejo patriotismo En el apostolado de mi verso Tanto creo en el cosmopolitismo, (Que mi patra la forma el Universo! [.]"*. En 1932, luego de més de una década dedicado casi exclusivamente a su profesidn, Lanauze publicé su pri tuna declaracién de su postura ideolégica, ademés de una reivindicacién de la Revolucién como vehiculo de cambio. En el prélogo del ibro, el doctor traté de inmediato el tema de la Rusia soviética como ejemplo, ofreciendo un imaginario revolucionario que, aunque todavia insinuaba elementos auténticamente politica, Por los caminos de la violencia: la idea comunista, 51, Puials, “De un pijaro”, y de la misma autora: “A ‘Soviet Caribbean’: The Comintern, New York's Immigrant Community, and the Forging of Caribbean Visions, 1931-1936". Russian History 41, n° 2 (2014): 255-268, doi dx doi.org/ 10.1163/18763316-04102011 52 Lanauze habla escrito varios panfletos y colaborado con articulos para el periédico radical La Tribuna y la Gaceta Comunista, fandada en 1933 por otro de los miembros del partido, Miguel Bahamonde. 53 José A. Lanauze Rolén, Momentos. Poesias y Cuentos Fantésticos (Ponce: Tipografia “El Aguila’, 1916), 3 Cursiva del documento original Hist, Cait No, 64. AbeiLjunio Pp 61-80 ISSN 0121-1617 ISSN 1900-6152 or: dx dol. org/10.7440/histert64.2017.04 tradicionales de la primera época cominternista, también inclufa una definicién ideol6gica mucho mas clara que las propuestas de la década anterior. La diferencia fundamental era la inclusion de aspectos dialécticos del marxismo que poco tenfan que ver con las idealizaciones de otros tiem- pos: “Rusia Soviética significa lucha desesperada e intensa, contradicciones violentas, capitalismo y comunismo, ateismo y humanismo, dictadura y democracia, organizacién y caos". Por otro lado, también se sugerian rastros de viejos arquetipos, como el de la paradoja del “bolcheviquismo’ “Rusia para unos es terror; para otros, promesas de un mundo mejor”, La representacién de la Rusia soviética que ofrecia Lanauze era una mezcla de realidad e idea- lismo. La importancia de Rusia, por ejemplo, estaba relacionada “con los avances realizados en el enorme y trascendental experimento social que alli se desarrolla”. Por otro lado, el autor definia el pais de acuerdo con una formula paradigmstica muy cercana a la tradicional de la década ante- rior: “Para mi, Rusia es como la aurora de un mundo mejor”. Igual que los pasados imaginarios internacionalistas, el de Lanauze sobresalia como paladin y propuesta de un mejor futuro, un “régimen comunista en el mundo” que pondria fin “al desempleo” y a otros tantos males, luego de lo cual “el hombre podra ser mas culto, més generoso, mis feliz”. “Tengo el intimo conven miento’, afiadia, “que lo mejory mas noble que uno puede realizar en este mundo hoy es contribuir en la medida de sus fuerzas [...] al advenimiento de ese régimen més cientifico y més humano”®, Varios afios mas tarde, Lanauze regresaria a algunos de los temas de su libro en un discurso radial para conmemorar el 19 aniversario de la Revolucién de Octubre®. El discurso daba clara indi- cacién de la transformacién del movimiento comunista local después del establecimiento oficial del partido on 1934. Las formulas estalinistas que ya definian el internacionalismo cominternista suplantaban ahora el idealismo tradicional de otrora. Segiin Lanauze, la Revolucién Rusa habfa abierto paso “a una nueva etapa en los dilatados horizontes de la historia humana’. El discurso pro- clamaba el protagonismo de “la teoria Marxista” y relacionaba el proceso de transformacién con una “energia suprema’, componentes discursivos de la militancia estalinista. Més importante atin, la figura de Lenin como “jefe maximo” de la Revolucién, y los atributos absolutistas del paradigma oficial como “el lider més popular, més querido, més poderoso, més admirado y més querido en todos los climas y bajo todos los cielos, el lider indiscutible de las masas trabajadoras”, calcaban la formula discursiva del culto a Lenin”. Mis alld de alegorias idealizadas de un mejor mafiana, resaltaba ahora la construccién del futuro obrero en el aqui y ahora, con ejemplos politicos reales como el de la Unidn Sovieticay el de la Espaiia republicana, ademés del desglose de un sinntimero de articulos de la nueva Constitucién soviética. Lanauze terminabadeclarando la necesidad de formarun “Frente Unido Antimperialista” que reuniera a los Nacionalistas, y a varias organizaciones més, incluidos “los independentistas de todos los matices y los Comunistas [...]’, con el propésito de convocar “la primera Convencién 54 José A. Lanauze Rolén, Les caminos dela violencia: la idea comunista (Ponce: Casa Editorial América, 1932), 3-4 55 Lanauze Rolin, Los caminos, 7 56. Eldiscurso se transmitié el 7 de noviembre de 1936 por WKAQ, una estacién de radio privada de San Juan, y mis tarde fue publicado en un panfleto. El discurso incluia una seccién en la que Lanauze presentaba el programa del PC de Puerto Rico y sus objetivo, la cual fue censurada y eliminada: José A. Lanauze Rolén, La Revolucién Rus 419 aniversario (San Juan: s/e., 1936). 57 Lanauze Rolén, La Revoluci6n Rusa, 3. Sobre el culto a Lenin como parte esencial del desarrollo del culto ala personalidad de Stalin, ver: Nina Tumarkin, Lenin Lives! The Lenin Cult in Soviet Russia (Cambridge: Harvard University Press, 1997). 78 6 Bolcheviquiamo ile: Rusia y la Tercera Internacional en Ios imaginarlosrevolucionario puertorriquefios, 1919-1936 Sandra Pujala Panamericana Antiimperialista del Nuevo Mundo”, que nunca lleg6 a realizarse*, Entre 1937 y 1941, la derrota republicana en Espafia, el pacto entre los nazis y los soviéticos y el estallido de Ja Segunda Guerra Mundial separaron cada vez més al comunismo internacionalista del entorno obrerista radical de la Isla. En 1944, el PC de Puerto Rico aprobé el desmantelamiento oficial de la entidad, un afio después de la liquidacién de la Comintern”. 6. Comentarios finales Entre 1917 y 1919, el Partido Socialista de Puerto Rico y su brazo obrero, la Federacién Libre de Trabajadores, devendrian cada vez mas en apéndice y apoyo social para el gobierno colonial de la Isla, provocando asf un conflicto en las filas de la entidad entre una mayoria moderada y el mintisculo grupo radical. Ese mismo periodo también vio el surgimiento de un nuevo contingente revolucionario e internacionalista con la Revolucién Bolchevique como vanguardia y modelo para una nueva propuesta obrera radical. Durante la prdxima década y media, los nuevos paradigmas ofrecerian al obrerismo radical puertorriquefio la posibilidad de reanimar y reestructurar suefios revolucionarios, primero como reconstituidos imaginarios anarquistas de una etapa anterior, y mis tarde como paradigmas del éxito de la agenda proletaria soviética. Este articulo sefiala algunos ejemplos de la construccién del concepto bolcheviquismo y el comunismo internacional més alli del contexto ideol6gico y politico, como vehiculo discursivo para una variedad de representaciones, entre las que se incluian también elementos y conceptos representativos de la tradicién cultural anarquista de épocas anteriores. Durante los primeros afios de la década de 1920 se entrevé una apropiacién popular y genérica del concepto bolcheviquismo como representacién de desafio ala autoridad o paladin de la justicia. Se vislumbra ademés una cierta acogida al fenémeno politico como nueva plataforma obrera y revolucionaria, al menos en los circulos mas extremos, articulada por medio de simbologia anar~ quista como, por ejemplo, la antorcha que ilumina el camino de la humanidad hacia un mejor futuro. Para la segunda mitad de la década, el extremismo obrerista local se identifica cada vex mas por una linea organizativa ¢ ideol6gica centralizada y manejada desde fuera del entorno local por fuerzas militantes de tendencia estalinista. De aqui que en esta etapa también se insintie el desencanto ante la rigidez ideolégica de un bolcheviquismo denominado “ala rusa’, en el que las Iealtades proletarias comienzan a definir la identidad radical obrerista como alternativa a un socia- lismo sometido y colonizado. Finalmente, el tercer periodo se ve marcado por una sovietizacién de la izquierda radical local para a segunda mitad de los afios treinta, entre el establecimiento del Partido Comunista Puertorriqueio en 1934 y elestallido dela Guerra Civil Espafiola en 1936. Sibien todavia hibridas en su espfritu ideol6- gico “obrero y campesino”, las formulas discursivas de esta nueva etapa indican ya cambios elementales en las representaciones posteriores de la época del Partido Comunista de Puerto Rico (1934-1944), tales como un paradigma obrero estrictamente proletario, un enfoque en un movimiento “de masas” yla fidelidad al Partido Com de dicha colectividad. 58 Tumarkin, Lenin Lives!, 7-11 y 12-14 59 Juan Santos Rivera, Puerto Rico ayer, hoy y matana: Informe al Comité Central del Partido Comunista Puertorriqueio (San Juan: s/e., 1944). Hist, Cait No, 64. AbeiLjunio Pp 61-80 ISSN 0121-1617 ISSN 1900-6152 or: dx dol. org/10.7440/histert64.2017.04 En este contexto, el presente articulo sugiere que la evolucién del radicalismo puertorriqueno a lo largo de las primeras décadas del siglo XX no respondié s6lo a sucesos locales —tales como Ja consolidacién del sistema colonial estadounidense, el establecimiento de partidos representa- ivos de los intereses elitistas o el empobrecimiento del sector agricola—, sino tambié aparentemente insignificantes y lejanos que cambiarian de una ver y para siempre el mapa ideols- gico y politico mundial. Estos ejemplos también sefialan la importancia de considerar el tema del radicalismo local bajo una perspectiva transnacional y globalista, en la que los sucesos locales y regionales se entienden intrinsecamente ligados al escenario internacional. Aun cuando muy poco significativo como prictica politica, el uso metaférico de temas relacionados con la Revolucién Rusa y el comunismo internacional apunta al alcance de estos elementos més alli del plano ideols- gico y politico, como alegorias y referencias distanciadas para la realidad local o para los designios de un grupo representativo de la postura obrerista revolucionaria. in a eventos Bibliografia Fuentes primarias Archivos: New York Public Library (NYPL), Nueva York-Estados Unidos. Manuscripts and Archives Divi- sion (MAD), Coleccién “Bertram David Wolfe papers, 1924-1937” (BDWP). Publicaciones periédicas: 2 ElComunista, Bayamén, 1920. Unién Obrera. San Juan, 1920. Documentacién primaria impresa: Ochart, Bolivar. La noche del 12 de marzo de 1919 en Fajardo. Humacao: Tipografia Conciencia Popular, 1919. Citado por Ricardo Campos Orta. “Apuntes sobre la expresién cultural obrera en. 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Entre sus més recientes trabajos se incluyen la edicion de un dossier para Cuadernos de Historia Contemporénea, titulado “En cuerpo y alma: Rusia y Espaiia bajo la perspec- tiva transnacionalista’, y el capitulo de libro “Becoming Jaime Nevares: Imagination, False Identity and Historical Misconstruction in the Communist International's Latin American Network, 1925-1979", en The Wider Arc of Revolution, editado por Choi Chatterjee, Steven Marks, Mary Neuberger y Steve Sabol (Bloomington: Indiana Press University/Slavica Publishers [en prensa]). spuprrp@gmail.com/ sandra pujals@upredu El encuentro de la izquierda cubana con la Revolucién Rusa: el Partido Comunista y la Comintern’* Victor Jeifets Lazar Jeifets Universidad Estatal de San Petersburgo, Rusia | Universidad Estatal de San Petersburgo, Rusia or: dx.doi.org/10.7440//histerit64.2017.05 Articulo recibo: 29 de unio de 2016/ Aceptado: 17 de noviembre de 2016/ Modificado: 30 de noviembre de 2016 Resumen: Este articulo analiza los antecedentes y evolucién de la afliacién de la izquierda cubana con la Comintern (Internacional Comunista), desde sus primeros contactos con la Revolucién Bolchevique hasta finales de la década de 1920. Los autores recuperan una historia poco conocida en Ia historiografia, con el objetivo de demostrar que durante una serie de desacuerdos entre Mosci y el comunismo cubano, lainfluencia de la Comintern estaba lejos de ser considerada una institucin desfavorable a los intereses del movimiento comunista de Cuba, y, més bien, contribuy6 al fortalecimiento de la iquierda nacional Palabras clave: revolucién, Rusia (Thesaurus); Partido Comunista de Cuba, Comintern, icquierda (Autores). ‘The Encounter between the Cuban Left and the Russian Revolution: The Communist Party and the Comintern Abstract: This article analyzes the background and evolution of the affiliation of the Cuban left with the Comintern (Communist International), from their first contacts with the Bolshevik Revolution until the end of the 1920s. The authors recover a litle-known history in historiography to show that, despite a series of disagreements between Moscow and Cuban communism, Comintern influence was by no means considered unfavorable to interests for Cuba's communist movement. In fact, it helped to strengthen the left in that nation. Keywords: revolution, Russia (Thesaurus): Communist Party of Cuba, Comintern, the let (Author's). O encontro da esquerda cubana com a Revolugao Russa: o Partido Comunistae a Comintern Resumo: Este artigo analisa os antecedentes ¢ a evolugao da afiliagio da esquerda cubana com a Comintern Internacional Comunista), desde seus primeiros contatos com a Revolugao Bolchevique até o final da década de 1920. Os autores recuperam uma histéria pouco conhecida na historiografia com o objetivo de demonstrar que, durante uma série de desacordos entre Moscou eo comunismo cubano, a influéncia da Comintern estava Jonge de ser considerada uma instituigao desfavorivel aos interesses do movimento comunista em Cuba, € sim contribuiu para o fortalecimento da esquerda nacional. Palavras-chave: revolugdo, Riissia (Thesaurus); Comintern, esquerda, Partido Comunista de Cuba (Autores). % Este articulo es resultado de una investigacién financiada por la Fundacién Cientfica Rusa de Humanidades (RGNF) 2016-2018 (proyecto mim. 16-01-00138). a

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