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A PLENO PULMN

ESPIRITU PRECOLOMBINO
Federico Henrquez Gratereaux

En un lugar de las Antillas, cuyo nombre recuerdo


perfectamente, pues se trata de la ciudad ms vieja de Amrica,
viva un burcrata muy preocupado por el "cambio climtico",
por los "objetivos del milenio", el "desarrollo sostenible", la
"tica global". Esta ciudad -la ms vieja- es tambin la ms loca.
Desde que fue edificada, en el siglo XVI, en sus cloacas viven y
circulan los ratones grises ms atrevidos del archipilago. Eso
dice un poeta desmelenado que trabaja en el despacho de papeles,
en compaa del burcrata preocupado. Al poeta le toca archivar
los papeles relativos al "trfico ilcito de bienes culturales", un
tema central de "la agenda de la UNESCO".

El burcrata lleva muchos aos observando el


comportamiento de los ratones grises de las alcantarillas. Sabe
que siempre sacan las cabezas del subsuelo para comer todo lo
que hay en la superficie. Esos ratones, a pesar de su "antigedad
en el servicio", no tienen inters en el trfico ilcito de "bienes
culturales". Prefieren los bienes, muebles e inmuebles, sin
"connotacin cultural". El "trfico" de los ratones es casi siempre
ilcito, pero no cultural. El poeta cree que las ratas de la ciudad
antigua conservan un "espritu precolombino". Quiere sugerir que
son animales urbanos salvajes. El burcrata, adems de burcrata
"propiamente dicho", es poltico "en las horas pico", o sea,
durante los cambios de gobierno.

Un da, el poeta levant los ojos de su escritorio; el


burcrata le haba dejado un documento, procedente de Cuba,
sobre la falsificacin de una escultura egipcia; era la cabeza de
Nefertiti, esposa de un faran que vivi 1,300 aos antes de
Cristo. Haba que advertir a los museos y coleccionistas de
objetos de arte antiguo, para evitar "trficos ilcitos". Al retirar la
cara de los papeles, el poeta mir por la ventana el agua verdi-
azul del Mar Caribe.

Not enseguida la suciedad del rio Ozama, que descarga su


lodo contaminado entre las olas del antepuerto. Advirti despus
que la mancha sucia slo cubra una pequesima porcin del
mar; un poco ms all, todo era brillante y azul. Tres barcos
esperaban turno para atracar en el muelle de la ciudad vieja.
Como los pintores impresionistas, descubri que la belleza estaba
"fuera del estudio".

henriquezcaolo@hotmail.com

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