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SENTARSE, GUARDAR LA COMPOSTURA Y LLORAR ENTRE LOS ANTIGUOS NAHUAS (EL CUERPO Y EL PROCESO DE CIVILIZACION)! PABLO ESCALANTE Instituto de Investigaciones Eséticas, UNAM SENTARSE Yerichacayoll: fray Alonso de Molina registra en su vocabulario esta voz nahua que quiere decir “callos que se les hacen a las mujeres encima de los pies de estar moliendo en metlatl”? No es la tinica referencia que tenemos al uso de los pies en el proceso de trakajo entre los antiguos nahuas; Motolinia habla con detalle de la fabricacion de navajas de obsidiana, ¢ indica de qué manera el niicleo era sostenido con los pies mientras se realizaba la percusién con las manos.’ Tampoco es la nica referencia a las hhuellas que el trabajo dejaba en el cuerpo: los mercaderes, que recorrian fabulosas distancias caminando, frecuentemente padecian de agrietamien- toy heridas en los pics Pero la lesion o marca a que se refiere el vocabulario de Molina llama la atencién porque resulta de permanecer el cuerpo en ‘una misma postura durante mucho tiempo. Las mujeres nahuas (asf como las otras mujeres mesoamericanas) pasaban una buena parte de su tiempo dedicadas a tres tareas basicas: hilar, icjer y moler en el metate. Las tres labores obligaban a la mujer a perma. necer sentada frente a Ios instrumentos. En los casos del tejido y la ‘molicnda, las propias técnicas exigfan una determinada posicidn; invaria- bblemente la mujer debfa plegar ls piernas y sentarse sobre sus talones. Los empeines quedaban directamente en contacto con el piso y expuestos al roce producido por el ir y venir del tronco y los brazos, especialmente intenso en la accién de moler. " Este texto es un avance de I investgacién B uerpoy el gto entre los antiguas nahues, ‘que ser presenta como tesis de doctorado en la Facultad de Filosofia y Letras de a UNAM Molina, p. 28» (espaiolnauad),p.34€ (nseathespanel). ' Motolines, pp. 75:77. Sahagin, con menos detalle, proporciona el mismo dato, p. 572 * Sahagin, pp. 506, 593 443 444 COREENCIAS, PREJUICIOSY SU EXPRESION Los cuerpos tuvieron que suftir una adaptacién a esa postura (como se adaptan a cualquier otra postura rutinaria) el callo es, precisamente, una muestra de la adaptaci6n. También nos remite a la idea de la adaptacién el hecho de que aquélla se haya convertido en una postura habitual de reposo. Cuando los cédices de tradicién nahua representan a la mujer madura, la dibujan sentada sobre sus piernas plegadas, y gencralmente en actitud de conversacién. Es decir, la representan igual que cuando esté trabajando.5 Es interesante sefialar que manuscritos pictogréficos indigenas muy tar- ‘dios, como los cddices lamados Techialayan,® persisten en la representacién de la mujer sentada sobre los talones mientras conversa con su marido.” ‘También en la escultura en piedra de la época prehispanica encontramos abundantes ejemplos de esta préctica. A los hombres, en cambio, nunca los veremos detrés de un telar 0 de tun metate, sas eran labores femeninas y, como sabemos, en la sociedad prehispénica habfa una divisin muy estricta de las tareas que correspon: dian a cada uno de los sexos, a tal punte que relacionar a un hombre con el metate se hacia para expresar sarcasmo.§ Conozco un solo caso en el que aparece un hombre junto al metate: los ilustradores del Cédice Florentino retratan a un orfebre moliendo mineral con ese instrumento; sin embargo el hombre acomete la tarea en una posicién completamente distinta a la ‘que utiliza la mujer para moler la serail? Los hombres tampoco se sicntan sobre sis talones cuando reposain Su posicién habitual es sentados en cuclillas. Cualquiera que haya tenido cierto contacto con comunidades indigenas sabe que todavia el dia de hoy las cucillas son muy comunes entre los hombres; asf se sientan los indios. Las fuentes del siglo xvt ya dan testimonio de ello. Cervantes de Salazar se refiere a las cucdillas diciendo “a la manera que los indios se sientan”,!® y refiere como una costumbre extratia que los indios son capaces de perma- necer todo un dia sentados en cudillas.! También en las pictografias encontramos esta postura.!2 Ahora bien, independientemente de que la diferencia en las formas de sentarse tuvieran su origen, por lo menos parcialmente, en el proceso de trabajo, el hecho es que tal diferencia pas6 a formar parte del repertorio de los rasgos que distingufan a los sexos, junto al quexquémitl la trenza oa 5 Vease, por ejemplo, el Cédie Xt y el Céte Mogiabcchiane, ambos de siglo “ Fechados por Robertson como del siglo xvi, Robertson, "Mexican manuscript", pp 190-195 ? Vease, por ejemplo, el Codex Zempoata 8 Bscalante, “Insultosy saludos... p. 34, ° adie Fleventino, bro TX, pp. 31 ¥y 82. °° Cervantes de Salazar, p. 144 Nia, p12, "8 Véase, por ejemplo, Cir Maglibechiano, p76 v EL PROCESO DE CIVILIZAGION ENTRE LOS ANTIGUOS NAHUAS 445 la manera de hablar. La sociedad nahua tradujo sus diferencias sociales en diferencias de conducta corporal, y asi el cuerpo reflejaba inequivoca. mente la edad, el sexo, la riqueza y el rango. De hecho, la referencia al cuerpo (aspecto, postura, movimientos, vestido, adorno y otros habitos) como factor de identficacién grupal, comenzaba con la comunidad nahua, ‘en oposicién a las otras comunidades étnicas del México antiguo, Banaarie y crvnizacion ‘Cuando los nahuas hablaban de los extranjeros no dejaban de referirse al cuerpo, y en parte era alli donde cifraban la diferencia: alos matlatzincas Jos lamaban quaguata, haciendo alusién a un rasgo de su apariencia que consistia en traer una red cefiida a la cabeza como una cinta.! A los hhuaxtecos los definfan y rechazaban como imptidicos, insistian en que no se cubrian el cuerpo debidamente y en que eran lujuriosos;!® también resaltaban, en su definicin de los huaxtecos, que la gente del Golfo se teifa el pelo de colores y se limaba los dientes.!® A los yopes de Guerrero, a quienes consideraban muy primitivos,” los pintaban desnudos, ojerosos, con créneos anormalmente alargados.1* A los otomfes, como a los huaxte. 0s, los criticaban por ser muy aficionados a las relaciones sewales, y les reprochaban con especial irritacién que se adornaran y pintaran el cuerpo sin tener un motivo especial y sin seguir criterio alguno que no fuera ~decfan los nahuas— su capricho y su gusto por el adorno;!” ademas, decfan de los otomfes que eran muy flojos, que “andaban hechos unos holgaza- nes”, y que eran sumamente torpes, a tal punto que las mujeres “no sabian ponerse bien las nahuas, ni el huipil”.® De Jos mazahuas afirmaban que 18 Haba diferencias en a forma de hablar ye amonestaba, por ejemplo, al hombre. waa “palabras mujeres" Escalante "inslory dons; p. $40 ot *«Sahagiin,p. 605. "5 Idem, pp. 607608, "9 Yaem pr 607. "Ze, 608. Los informantes de Sahagir aden alos yopescon el nombre time, que simplemente quiere der “hombres de otta aac’; pero ininediatamente alara ue lesan tine po sex ppolca- El tri poole Gene darasconotaones peyote (protablemente su etimologta implique concepios como torpe y destructor, Sshagin Molin lo raducen conn “atbare! * 7 , "Cadi Tudela, p75 ® Sahagsn, pp. 62-60. Vale la pena transribr el pasaje que se refiere al atuendo y al adoro: “nicl ter codiciosos de dies, y ast Ins conas que les parecen bonitas y gracioeas ‘odcanls tanto que aunque no ls hayan menester ls compran: Estos dichos otaastes Coan pie ms ran canto vein at 2s pon ing ptenecesolentea tos sefiorsy principales lo tomaban y se lo vestan,y ponianselo tan mal yal desgaie [J (p03). °° dem, p. 605 446 [CREENCIAS, PREJUICIOSY SU EXPRESION eran inhdbiles y toscos, ycriticaban que las mujeres mayores se adornaran pegando plumas en su cuerpo." En el texto que se refiere a los tlahuicas no deja de apuntarse que éstos eran torpes, y que tenfan el defecto de andar “demasiadamente ataviados, y con rosas en las manos, y eran muy t{ni- dos” #2 Tampoco los tarascos se libran de la mirada etnocéntrica de los nnahuas, quienes los lamaban quaockpanne, “hombres de cabeza rapada”. El principal defecto que los nahuas vefan en los tarascos era que los hombres no usaban méxtlatl o braguero, de manera que sus genitales quedaban libres, aunque ocultos ~como el resto del cuerpo por el camis6n o xicolli Las mujeres tenfan el defecto de no cuorir sus pechos, pues vestfan sola- mente con una falda corta. ¥ en lo que se refiere a la manera de comer “ni Jos unos ni los otros eran curiosos ni limpios" # En sus anécdotas sobre extranjeros, que querfan ser jocosas, los nahuas centraban su atencién sobre el cuerpo, y en particular sobre el sexo: un hhuaxteco se paseaba por tn mercado nahua con los genitales al descubierto y una princesa nahua se enamoré del imptidico visitante;* las mujeres ot0- ies se enfadaban con sus maridos si éstos no tenfan diez relaciones sexua- les con ellas durante la noche; los purépechas fueron nombrados tarascos por elruido que producia el golpeteo de sus genitales contra los mus- Jos mientras trataban de perseguir a quienes les habfan robado sus perte- nencias mientras se bafiaban, en cierta ocasién2® La torpeza atribuida a los extranjeros también era motivo de bromas. Si un nahua consideraba que otro nahua era torpe o inhabil, lo llamaba “tlahuica”, “totonaco” o “huaxteco”®” nero era més frecuente que para insultar a otro se le lamara “otom{”. Solfa decirse: “iAh, qué inhabil eres! Eres como otomite, que no se te alcanza lo que te dicen. ¢Por ventura eres uno de los mismos otomites? Gierto, no lo eres semejante, sino que lo eres del todo, puro otomite.”** Tal parece que los nahuas, al igual que otros pueblos de la historia (como los romanos © los chinos), proclamaban con arrogancia sus propias costumbres como las correctas, y velan ensu organizacién de la conducta cor- poral un testimonio de civilizacién. En oposici6n a los civilizados estaban los popotocas®* (denominacién que ulilizaban los nahuas para varios 2 sem, p. 608. Hrechazo es similar al que eda frente alas contumbres de adorno de los tomes, Be hecho, entre los tomes se acostbraba tambien el emplumado, tomes 1 aah eran dos gropos cays lenge cosunibre historia extaban uy proms. ldo, p68. 2 Tom pp. 10 “La curios historia % Saag, p 604 2% Leper Aisin, "Bl nombre de os tarascos" p27 Sahai, p. 608. 2 dem p. 03 y 608. © Vease aba, [EL PROCESO DE CIVILIZAGION ENTRE LOS ANTIGUOS NAHUAS 447 ‘grupos), pero también los teochichimecas. De todos los extranjeros, eran los nortefios, cazadores recolectores, quienes tenfan costumbres més distintas a las de los nahuas. Curiosamente, sin embargo, los leochichimecas no son blanco de crticas o burlas como los dems, Se es describe sobriamente, se clogia su fortaleza, su salud, sus habitos alimenticios, su buena vista, su destreza como cazadores, su conocimiento de ls plantas... Sobre su aspecto sélo se indica que usaban el pelo large, que no acostumbraban cortarse el pelo? 2A qué se debera que los chichimecas no sean atacados ni ridiculizados por sus costumbres, cuando habrfa tanta tela de donde cortar? Encuentro la siguiente explicacién: los cazadoresrecolectores estaban, en realidad, fuera de la rbita cultural mesoamericana, aunque establecieran espord dicos contactos con los pueblos sedentarios. Hubiera sido absurdo. criticar las costumbres de gente cuyo modo de vida, desde lo més funda. mental, era y debfa ser distinto al de los nahuas del centro de México. No debemos olvidar, por otra parte, que los huaxtecos, los tarascos, los yopes y todos los demas pueblos de Mesoamérica eran rivales de los nahuas; los nahuas peleaban contra ellos, los espiaban, a veces los derrotaban, en ocasiones no podtan vencerlos, envidiaban sus riquezas, los temian, ete Las leyendas que los nahuas contaban sobre los otros pueblos mesoa: ‘mericanos eran fruto de una historia de roces y conflictos; a los vecinos susés vercanos de Ios nahuas, ls otomies (con quienes los nahuas compar. tian el valle de México), les tocaba a peor parte.*! Los chichimecas estaban lejos de los intereses estratégicos de la expansién mexica, y estaban lejos también de representar un verdadero riesgo: no eran enemigos. DELO ROSTICO A 10 CORTESANO Esa antinomia civilizacién-barbarie que parece emerger del conjunto de las concepciones nahuas sobre las dems etnias, se reproduce dentro de ia propia sociedad nahua. En efecto, la barbarie, lo réstico, lo grosero o torpe delas costumbres de los otros pueblos s: define por oposicién a un modelo ideal de conducta que los nahuas practicaban; pero entre los propios nabuas dicho modelo de conducta no estuvo presente siempre, ni fue practicado de la misma manera por tocos. ‘Asi, cuando los mexicas, ios tetzcocanos, los tlaxcaltecas y otros grupos nahuas se refieren a su historia mas remota y a sus migraciones hacia el © sahagun, pp. 601. 51 Tambien debe destaarse que: a los més aguertidos, alos invencibles, hsxtecos y tarascos, se les dedican sarcasmos particlarmente incsivos: el mereader exhibicionisa, golpeteo de lor genitals. 448 ‘CREENCIAS, PREJUICICS YSU EXPRESTON centro de México, hablan de una épocaen la cual vivian risticamente, pues se encontraban en las sierras, en ccndiciones dificiles y rodeados de caradorestecolectores, de teochichimecas.* La rusticidad se refleja clara- mente en la forma de vestir (picles 0 abrigos de paja), en cl arreglo del pelo ce incluso en la postura. Los cédices que registran el proceso de adaptacion suftido por los grupos de procedencia nortefia al llegar al valle de México (caso de los propios mexicas y de los tetzcocanos), representan cambios en ‘su aspecto fisico y en su conducta corporal. Cuando Xélotl y Nopaltzin —legendarios fundadores de Ia dinastia tetzcocana~ entran en el valle procedentes del norte, visten capas de paja, y con tal soltura que pueden ‘manipular sus armas perfectamente, Ademas llevan el pelo largo y desali- fiado y se sientan en cuclillas, desgarbadamente, Unos afios después, X6lotl gira su capa para convertirla en manto y se recoge el pelo; abandona las. cuclillas y se sienta en un equipal® Mas adelante, los descendientes de ‘XGlotl vestiran de algodén y se recortar4n el pelo “a la Principe Valiente”, a la usanza de los nahuas de las ciudades del centro de México.** El cambio de las cuclillas al equipal debe analizarse tomando en cuenta que Xélotl era tun jefe politico, el fundador de un reino. La rusticidad propia de los primeros aiios en cl valle se refleja en el hecho de que una persona de su autoridad no se sentara sobre banco alguno. He citado un ejemplo; podrfan mencionarse muchos més, pero no es mi propésito ahora. Me basta con dejar indicado que los nahuas del Posteldsico tardfo reconocen en s{ mismos rasgos de rusticidad o barbarie ‘cuando se refieren a su pasado tribal. El tiempo fue cambiando las cosas. Los nahuas inmigrantes fundaron ciudades y establecieron alianzas; sus jefes se convirtieron en monarcas y la prole de estos monarcas formé tuna nobleza que acaparaba los cargos administrativos y se beneficiaba del tributo popular. En las cortes proliferé un modo de vida desahogado, con lujo y con una sofisticada etiqueta. Losnobles (llamados en néhuatl pipiltin) desarrollaron un nuevo orden de costumbres: mediante éste se distingufan 92 Valea pena aarar algo, para quienes estén fnarizados con eltexto de Sahagin ‘en el que esto se ara: 3) los eich o verdaeroschichimecas eran los cazadores3e- ‘Sires noth pec sen rganete czars abi tad igunas couumbres defor mesoamericanos, como el calv, debido ala vecindad ya lox ‘Ghiatosexporddicos, ran liamador smpleente cliches e) los mesoamerianos qe ‘iviron en be sieras durante siglosytomaron a u ver algunas costumbres prestadas de los eandoresrecolecres tambinreabian el sombre de chckimes, x elo se debe que los thesis, por Semple, se sutodenominaran cchmeas:d) en suma, el nombre de echt Ine oc feerta para lon cmadorestecolecotes ef de cues eta. para tation apo fstadoven dire edd porlosegt rises dels anadoresrclecres de 3: cide Neo, Manivas 12. 3 Jae, psn. EL FROGESO DE GIVILIZACION ENTRE LOS ANTIGUOS NAHUAS 449 del pueblo (de los macehualtn), fortalectan su imagen y sus privilegios ¢ incluso entraban en armonia con la nueva situacién de abundencia Hay indicios de que las profundas y erecientes diferencias entre las costumbres de la nobleza y la del pueblo fueron interpretadas yexplicadas socialmente como diferencias de virtud y de nivel de civitiacion®® E] extremo de la civilizacién estaba representado por el soberano y por su corte, ambito exquisito e intensamente regulado; el extremo de lk Fastici, dad, cl extremo de lo incivil estaba representado por los malvivientes, Para empezar, nobles y plebeyos (bipiltin y macehualtin) se distingufan Por su atuendo, Los nobles se vestian de algodén, con mantos més abajo de la rodilla; usaban piedras preciosas engastadas en brazaletes, collares, orejeras y otros adornos; levaban complejos peinados y tocados, distintivon de su rango y hazafias.®° Los macehuales vestian cortas mantas de fibres Asperas y carecfan de los lujosos adornos que usaba la nobleza, A la diferencia de aspecto, se sumaban diferencias de comportamiento. Son bastante conocidos los consejos con los cuales los nobles exhortaban a sus hijos a levar una conducta impecable, pero vale la pena recordarlos, La madre daba consejos a su hija adolescente con una pieza ret6rica en la cual se recordaba la autoridad paterna, se ludia al origen noble de la familia y 3¢ daban instrucciones précticas sobre el comportamiento; esto es muy interesante: se le pedfa a la muchacha que se vistiera con discrecidn y sin demasiado adorno, pero teniendo cuidado de no llegar al extremo de hhumildad en el que se la pudiera confundir con gente pobre. Se le pedia también que hablara con sosiego y con *mediano sonido” (ni muy alto ni ‘muy bajo). Consejo parecido se le daba respecto de la manera de caminar: ‘i muy répido ni muy despacio. Ademés, la muchacha no debia andar con la cabeza agachada y el cuerpo encorvado, pero tampoco con la cabeza tan cerguida que pareciera signo de altivez; no debfa volver la cabeza para mirar a un lado y a otro mientras caminaba. Al mirar a la gente debia poner un semblante que no fuera de enojo ni de risa. ¥, desde luego, se le pedia que fuera limpia, pero que evitara colorearse la cara.” En un discurso muy similar, el padre noble le daba consejos a su hijo sobre la manera de conduct. se, lo que Sahagiin llam6 “policia exterior”. Al muchacho se le indica que ‘amine sosegadamente, ni muy de prisa ni muy despacio, y que evite hacer ‘meneos con el cuerpo o inclinar la cabeza, ya sea hacia el frente o hacia los La idea de que los nobles se consideraban a af mismos virtuosos, utlizando. dicha imagen para justificar su monopoio de las funciones de gobierno, ha sido cxpustapor Les ‘Austin, por ejemplo en La educacion dels antiguas, p. 8 No creo que esté de mis recordar que hab una vigiancia judicial de estas diferencias, 4s, por ejemplo, siun macehal era sorprendido utlizando wt manto largo yo ten ‘xeug de estar ocultando heridas de guerra, era condenado a mivcrte. Durdn, vol. p22, ©” Sahagun, pp. 49-850. 450 (CREENCIAS, PRJUICIOS YSU EXPRESION lados. También se le pide que hable con sosiego y que no levante la voz para que no se diga de él que es vocinglero o desentonado, “o bobo alocado 0 ristico”. Se le aconseja no mirar con curiosidad a los dems. Sobre la manera de vestir, se le repite que debe evitar anudarse el manto bajo el sobaco, porque eso es cosa de guerreros o de gente poco seria.®* En fin, respecto de la forma de comer, se le pide al muchacho noble que tenga cuidado de lavarse la boca y las manos antes y después de la comida y de ofrecer agua a los demas comensales, asf como de limpiar los desperdicios que pudieran quedar en el piso. Debe comer lentamente, tomando bocados ‘medianos, beber con moderacién y no arrebatar la comida de la fuente.°? El propésito de distinguirse por medio de un comportamiento esme- rado es manifiesto en los consejos que se daban a los jévenes nobles. Varias veces se usa en los discursos el argumento explicito de que determinada conducta debe ser adoptada para que el oven o Ia joven no sean confundi- dos con gente baja? Y ya entre adultos podia darse el caso de una reprimendaa quien no seguia el comportamiento propio de su clase s Entre los manuscritos de los Cédices Matritenses qued6 registrado el testimo- nio de una hipotética rifia entre nobles: en realidad se trata de un vehemen- te llamado a la cordura, en el cual un noble le pide a otro que recuerde su rango y no lo ponga en riesgo compor:éndose indebidamente."! Por este regatio sabemos que entre otras peculiaridades de la conducta noble se encon: abs la prohibicién de exaltaise, hacer manifestacion pablica de cnyjo 0 decir malas palabras.‘ Es bastante menos lo que sabemos del comportamiento puiblico de los macehuales. Existen sefiales cle que entre ellos no habia tantas restricciones como entre los nobles, y en particular se les atribuye el uso frecuente de insultos asf como la participacién en rifas que llegaban a los golpes.*® Por otra parte hay algunos habitos del cuerpo registrados en las fuentes que seguramente serfan excusivos de los macehualtin: pienso por ejemplo en la costumbre de sonarse los mocos al aire,“ en la de limpiarse con una piedra después de defecar'® o en la de orinar en un lote baldio a media noche.*® Estoy seguro de que en el futuro ser posible completar el cuadro de las costumbres populares en lo referenteal cuerpo y precisar sus diferencias Concretamente se alude als bufones ala gente que vive de hacer gracias. 1 Sahagin, pp. $59:861 Por ejemplo en lap. 361, respecto de amutarse la capa bajo el sobaco, 0 en lap. 380 respecto dei pntura facial de la mer. ‘escalame, “Insults y saludos." * dem Apartado sobre “leitos" en Escalante; “Vivir en Tenochidan’, pp. 378.375, & Chie Florentine © idem © yguriasyabusones, p57. EL PROCESO DE CIVILIZACION ENTRE LOS ANTIGUOS NAHUAS 451 respecto de la conducta noble. Por e! momento hay buenas pistas en los pasajes que se refieren a andanzas callejeras, reuniones de amigos, visitas familiares, etc. Tengo bastante informacin sobre sexualidad, pero buena parte de ella la he presentado en -rabajos anteriores.17 Sélo quisiera recordar que en el terreno de la conducta sexual hay diferencias apreciables entre los patrones noble y popular. Losexremwos 1. En la clispide de la sociedad cortesana se encontraba un individuo que participaba de la naturaleza sagrada yal cual se le debia toda la reverencia y todo el respeto. En torno a su persona se desplegaban reglas muy estrictas que dejaron sorprendidos a los espafioles. El caso de Moctezuma es para ddigmatico; su poder era inmenso y su zpego al lujo y al ceremonial parecen haber sido grandes. Es interesante mencionar, por ejemplo, que Moctezu- ma solfa cambiarse de ropa cuatro veces al dfa y que cada una de estas veces usaba ropa nueva; es decir, que la que se habia puesto una vez no la volvia a usar Su cuerpo era trasladado en andas, y la gente ten‘a la obligacién de postrarse a su paso.*? Incluso los al:os dignatarios y quienes tenian que tratar algiin asunto con é! “llevaban la cabeza y ojos inclinados y el cuerpo muy humillado, y hablandy cou él uy le nsinabats ala cara” Esta gente que se acercaba al Emperador, as las visitas como el que se aproximaban para cargarlo en andas, debia quitarse su manto y descalzarse.*! Si hacfa frfo podian ponerse sobre su manto comtin otro raido y miserable."? Este protocolo debi6 seguirse incluso fuere de palacio, pues cuando Cortés se encontré con Moctezuma en la calzada de I2tapalapa observ6 que entre los 200 nobles que avanzaban, solamente Moctezuma venia calzado.* Se dice también que Moctezuma no conversaba directamente con sus visitas, sino que tenfa intermediarios para dar su respuesta; si legaba a hablar él personalmente, apenas movia los labios o se limitaba a decir tlaa, “esta bien”. IQué lejos estamos del nistico caudillo que guiaba a su pueblo a la tierra prometidal © Me refer a *Calpull, cay paenteso", “Vivir en Tenodhtian” “Los caps frentgal orden de a chudad”, Vea Ia biografia a fnal de ete ensayo. ‘scone p78. 2 Liem, Molin, p. 208, Corts, p78 51 Cote. 62; Moti p. 208 3 Morons don 8 Cones p58. 5 Moto, p. 208 452 CCREENGIAS, PREJUICIOS YSU EXPRESION 2. En los margenes de la sociedad se encontraban los malvivientes: prostitutas, vagos, borrachos empedernidos, despreciados incluso por la gente del pueblo.” La descripcién y la critica que de ellos hacen las fuentes pone énfasis, como en el caso de los extranjeros, en el cuerpo: la prostituta se pinta los dientes, mastica chicle, lleva el pelo largo y suelto, ensefia las piernas, se contonea, anda levantando la cabeza, hace sefias con la mano, guia los ojos, etc.®° El vago anda despeinado, su ropa esté hecha hara. pos, va sucio.*” El borracho anda cayéndose, leno de polo, espeluznado, descabellado y sucio, da gritos, alla, bala y canta, arroja piedras y palos, anda alborotando, “y en amaneciendo cuando se levanta el borracho, tiene la cara hinchada y disforme y no parece persona”.5° Es muy interesante una figura del Gédice Magliabecchiano en la cual se representa a una mujer borracha: quizé por tinica vez en un cédice mesoamericano aparece una mujer que, sin tener banco, no esta sentada sobre sus talones; la borracha yace en el piso, sentada sobre sus nalgas y con las piernas extendidas... En efecto, ha perdido la compostura.®? Estos individuos parecen representarel extremo inferior de una escala; situados allf donde las normas se desvanecen; en el margen, no solamente de la sociedad, sino también de un modelo de civilizaci6n. Significativa- ‘mente, entre los ejemplos de conducta incorrecta que se mencionan a los Jj6venes nobles, estan presentes alusiones a los marginados: la mujer debe cvitar el excesivy attegly puryue parecerfa una puta.*® El hombre evitara anudarse la tilma debajo del sobaco.! éY quién suele levar la tilma anudada asf? Bueno, en el texto citado de Sahagiin se menciona a cierta gente sin oficio que anda haciendo gracias para ganarse la vida, pero también tenemos una imagen: asf como el Gadice Magliabecchiano represen tala borracha sentada en forma inusual, el Cédice Mendocino representa al delincuente borracho con la tilma anudada debajo del sobaco.*® Lrorar Entre los nahuas, el proceso de civilizacién trajo consigo, pues, habitos y normas, mas o menos rigidos, en torno al cuerpo y a la conducta corporal. 5 Escalante, “Insults saludos.” pp 4044 £% Lépes Attn, Cuerpo humane. Is pp. 27527. 2 scala, “Insultony saludos, pp 1044, 28 Sahagin, p27 2 Gide Maglinbechiano,p 85 6 Sagan 880. 8 Shag, p61 © ic Moniocne,p. 7. EL PROCESO DE GIVILIZAGION EXTRE LOS ANTIGUOS NAHUAS, 458 Tales habitos reproducfan y consolidaban las diferencias sociales, pero no podemos ver en todos los rasgos de la conducta corporal nahua indicadores de diferenciacién social. Algunos de estos rasgos eran comunes a todos Jos individuos; eran realmente universales. Otros eran compartidos pot todos los individuos de un mismo sexo, o sea que no se modificaban por razones jerérquicas 0 econémicas. Un ejemplo de rasgo universal es la everencia: desde el hombre mas seacillo hasta el emperador estaban ‘obligados a hacer reverencia en un momento dado; se trataba de una forma de saludo fuertemente arraigada, y asi, el emperador, frente a otro indivi ‘duo con alta investidura, hacia reverencia del mismo modo que tenfa que hhacerla un macehual ante el paso del séquito imperial. Un ejemplo de rasgo compartido por todos los individuos de un mismo sexo podrfan ser las cuclillas entre los hombres. Si bien los nobles y altos dignatarios solfan sentarse sobre algo (taburete, manojo ¢e cafias, equipal, equipal forrado de piel), cuando las circunstancias les exigian que se sentaran sin asiento alguno, se sentaban en cucilas.t Probablemente otro rasgo compartido por todos los individuos de un mismo sexo sea la costumbre femenina de gesticular con los brazos y las manos durante la conversacién.®® El Ilanto 0, mejor dicho, la forma de Hlorar, es un rasgo cultural compartido por todos los nahuas. Me “efiero a que hay algo peculiar en el Manto nahua, sea del sexo o clase que fuere. Lo he dicho hace unos meses al abordar el problema de la expresion de las emociones en las figuras de los cédices: los nahuas lloraban mucho. Por ahora ignoro si éste puede ser un rasgo que los nahuas tuvieran en comiin con otros grupos, pero por el ‘momento no importa. Los nahuas lloraban a sus difuntos, como cualquier pueblo. Aqui no parece haber nada excepcional, salvo cue el lanto de difuntos, més alld de la expresién de tristeza o angustia Ileg6 a convertirse en parte de un rito. En efecto, los deudos y la gente allegada a la familia volvian a llorar al difunto 20 dias después de su muerte, y luego cada aio hasta cumplir los cuatro.” 6 su encuentro con Cortés, por ejemplo, Moctenuma hizo la ceremonia de beer tierra 0 comer tera) misma que cge una rictencis, Corte, 1 a pedenes ct es reas Ge esa pal oe eee nel Gi Pas p54 6 ato ea muy interesante pero ain me fatan datos para completa el probe de conversacign. Lo que sf puede deci con seguridad desde ahora e que cuando Se repre- ‘entan parejas conversando el hombre permanece con lstbrazos pegadas al cuerpo mientras ittmige med uno de cll vac par ejemplo, Moto Mottin pp. 387306, 305; Clie Meglibechiano,p. 67 454 ‘CREENCIAS, PREJUICIOS YSU EXPRESION Se atribuye a los nahuas la costumbre de llorar como recurso para convencer a las autoridades de su raz6n en un pleito.** Podrfamos poner ‘en duda esta afirmaci6n, que hasta ahora sélo he encontrado en Cervantes de Salazar, quien siempre es un poco distante y ligeramente irénico frente alos indios. Sin embargo, informacién que prove Motolinfa, le da verosi- militud al testimonio de Cervantes, Transcribiré uno de los relatos que hace ‘el buen franciscano de la stiplica de los indios por el bautismo: En este mismo tiempo también fueron muchos a el monasterio de Tlaxcala a jedi el bautismo, y como se lo negaron era la mayor listima del mundo ver fo que hacian, y cémo loraban, y cudn desconsolados estaban, y las cosas y listimas que decfan, tan bien dichas, que ponfan gran compasion a quien los ofa, y hicieron llorar a muchos de los espanoles Motolinia mismo se refiere a otro episodio de lanto muy interesante, que casi podriamos llamar llanto en cadena. Por tratarse de un pasaje un ‘poco largo, haré una sintesis en lugar de presentar la transcripci6n completa. En el Capitulo franciscano de 1588 se tomé la decisi6n de reducir el, riimero de religiosos de algunos comentos. En cuanto los indios de Kochimilco lo supieron, se reunieron en a iglesia y en elatrio para rezar y suplicar, “y como los frailes vieron el grande ayuntamiento, y que todos oraban y los tenfan en medio, loraban también, sin saber por que, porque ain no sabjan lo que en el capftulo se habfa ordenado”. Algunos indios fueron hasta Ia iglesia de San Francisco de México y “Ilamaban a nuestra scfiora para que les ayudase, otros a San Francisco y otros santos, con tan vivas lagrimas, que dos o tes veces que entré en la capilla y sabida la causa quedé fuera de mf espantado, y hiciéroame llorar en verlos tan tristes” ‘También los indios de Cholula lloraron por la decisién del Capitulo.” ‘Ademés tenemos noticia de un Ilant> que podrfamos llamar politico, relacionado con circunstancias delicadas en la vida de un estado 0 seiiorio. Los pueblos de linaje tolteca lloraron desconsoladamente tras la caida de Tula, enfrentados a la 20z0bra, abandonados por sus aliados e invadidos, por grupos nortefios.”! Asi los vemos en un e6dice del siglo xv1 que relata quella historia. Plantearé un problema: cuando vemos las kigrimas en las figuras del eddice, équiere esto decir cue los individuos efectivamente lloraron en aquella ocasidn, o tan s6lo que se utiliza el glfo “Iagrima” para indicar que algo lamentable habia sucediio? Bueno, efectivamente el glifo transmite de inmediato la informacién de una desgracia, esa es su funci Cervantes de Salazar, vol. p. 129 © Mototnis,p. 127 ® Motolnt, pp. 164165. 7 Chie Xap 1. FEL. PROCESO DE CIVILIZACIGN ENTRE LOS ANTIGUOS NAHUAS 455 pero también es cierto que se basa en hechos reales. Los actagos dias de la conquista de México permitieron a los espaftoles constatar la importancia que ten{a el lanto entre los indios cuando estaba en juego el destino del Moctezuma reunié a los principales de su reino para pedirles que aceptaran la autoridad de Cortés y tibutaran a la corona espaiiola... Lo exal todo lo dijo lorando con las mayores lagrimas y suspiros que un hombre podia manifesta, y asimismo todos aquellos sefiores que le estaban, foyendo lloraban tanto, que en gran rato no le pudieron responder. Y certifico, a vuestra sacra majestad que no habfa tal de los expafioles que oyese el azonamiento, que no hubiese mucha compasin [..] ¥ después de algo sose- ¢gadas sus ligrimas, respondieron que ellos lo tenfan por su sefior [..].72 Cuando finalmente Cortés hizo preso a Moctezuma, los servidores se acercaron para llevar a su seiior en andas, “y Horando lo tomaron en ellas con mucho silencio, y asf nos fuimos”.? ‘Tiempo después, Tenochtitlan se encontraba sitiada por espafioles y Ulaxcaltecas. Parte de la ciudad habia sido tomada ya. Cortés entré en Ia isla para parlamentar con algunos viejos principales en busca de una entrevista con Cuauhtémoc, y en busca de la rendicién... “Y pasé con ellos otras, rarones con que los provoqué a muchas lagrimas; y llorando me respondie- ron que bien conoctan su yerzo y perdicidn, y que ellos querian ir a hablar a su sefior."4 No hace falta decir que Cuauhtémoc no rindié la ciudad. Para terminar me referiré a otro llanto de los nahuas, un Ianto ‘emocionado de gratitud. Al parecer se relaciona con la cesién de tierras, pero es posible que se usara también en otros momentos. En la segunda lamina del Cédice Xébtl aparece una escena de llanto que Dibble, apoyado en Ixtilxéchid, interpreta de la siguiente manera: Nopalt- 2in le pide a su padre, Xélotl, que otorgue tierras en sefiorfo para sus tres hijos. Tras la conversacién, Xélotlacepra y hace mercedes a Toxtequihuat- Zin, Tenamitec y Tlotzin-Pochotl, Los cinco lloran. Muchos afios después, en 1588, pero en la misma regién tetzcocana, ‘una sefiora de nombre Ana, vecina del pueblo de Tocuilan, pidié al cabildo {que se le concediera un terrenito para levantar su jacal. El cabildo acepté su solicitud y le dio la tierra, Ana y su matido, un ial Juan, loraron cuando les dieron la tierra.® * cores, p. 69. ™ Contes, p62. Corte, p. 185 7 Loekhat, “Ya Ana lt6., passim. 456 ‘CREENCIAS, PREJUICIOS YSU EXPRESION Osnas crtanas Auguris y abusiones (Textos de los informantes de Sahagiin), version de Alfredo Lépez Austin, México, UNAM, IH, 1969, Gervantes de Salazar, Francisco, Cronica dela Nueva Esparia, 2vols., Manel Magall6n, (ed), Madrid, Atlas, 1971 Codex Cenpoala (Ayer, Ms. 1472), Ayer Collection, Newberry Library, Chicago. Gédice Florentino (Manuscrito 218-20 de la Coleccién Palatina de la Biblioteca Medicea Laurenziana), 3 vols., México, Secretaria de Gobernacién, Archivo General de la Naci6n, 1979. Cidice Magliabecchiano, 2 vols, Graz, Akademische Druk u. Verlagsantalt, 1970, Cédice Mendocino, José Ignacio Echegaray (ed), México, San Angel Ediciones, 1979. dice Tudela, 2 vols, Madrid, Ediciones de Cultura Hispénica, 1980. Cidice Xétotl, Charles E. Dibble (ed), 2 vols, México, UNAM, I, 1980, Cortés, Hernin, Cartas de relacién, México, Porréa, 1981. 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