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Seréis Verdaderamente Libres

Programa Sugerente para el Día de Independencia de su País

Objetivo del Programa:


Que todos aquellos que el Hijo de Dios liberta con su sangre, son verdaderamente
libres.

Sugerencias para el Director: Siendo que el Día de Independencia es en


diferentes fechas en los diferentes países, acomódelo en la fecha que le
corresponde al suyo.
Servicio de Cantos:
Mensaje de Apertura: LIBERTAD: El concepto bíblico de la libertad tiene como tras-
fondo la idea de la prisión o la esclavitud. Los gobernantes encarcelaban a aquellos
que consideraban que obraban mal (Génesis 39:20); una nación conquistada podía
ser esclavizada por su conquistador; del mismo modo, un prisionero de guerra
podía serlo por quien lo capturaba; o también un individuo, como en el caso de
José, podía vendido como esclavo. Cuando la Biblia habla de la libertad, siempre
está implícita idea de la esclavitud o la prisión previas.

Libertad significa el feliz estado de haber sido liberado de la servidumbre para u


vida de gozo y satisfacción que anteriormente no era posible. La idea de libertad a
rece en las Escrituras en su aplicación secular común (Salmo 105:20; Hechos 26:3
pero también recibe un importante aporte teológico que surgió de la comprensión,
parte de Israel, de que esa libertad que disfrutaba al haberse librado del yugo
extranjero, era un don que le había dado Dios. En el Nuevo Testamento la libertad
se convirtio en un importante concepto teológico para describir la salvación.

Himno Inicial:
Para iniciar nuestro programa de Escuela Sabática, buscaremos en nuestros
himnarios el himno Núm. 335, titulado: "Dulce comunión", del Himnario Adventista.

Lectura Bíblica:
La Palabra de Dios, en el Evangelio de San Juan 8:31-36, dice: "Dijo entonces
Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi
palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad
os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido
esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de
cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo
no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo
os libertare, seréis verdaderamente libres."

Oración de Rodillas:
Puestos de rodillas, agradeceremos al Señor por la libertad que nos ha dado a
través de Jesús. Oremos.

Informe Secretarial:
Tema: En la historia de nuestra tierra, la batalla por el poder y el dominio ha sido
diaria. Naciones poderosas militar y económicamente, dominan otras. Estas, a su
vez, cuando declinan, son dominadas por otras. Así la historia transcurre,
involucrando a todos los países del mundo. Algunos se independizan de ese dominio
y proclaman un día como el DÍA DE LA INDEPENDENCIA. Las fechas pueden variar:
4 de julio, 16 de septiembre, 15 de septiembre, 3 de noviembre, etc. Los hombres
y las naciones se regocijan en la fecha que les corresponde.
Aparte de la esclavitud física, hay un poder que domina a los hombres de toda la
tierra. Ese poder se llama PECADO. Todos nacemos, crecemos y nos desarrollamos
en pecado; pero todos aquellos que el Hijo de Dios liberta con su sangre, son
verdaderamente libres.

En el éxodo, Dios liberó a Israel de la esclavitud en Egipto a fin de que, a partir de


ese momento, la nación pudiera servirlo como el pueblo de su pacto (Éxodo 19:1-
5; 20:11; Levítico 25:55; Isaías 43:21). Luego los llevó a la tierra "que fluye leche
y miel" (Éxodo 3:8; Números 14:7; Deuteronomio 8:7), los estableció allí y se
ocupó de mantenerlos con independencia política y prosperidad económica mientras
se apartaran de la idolatría y cumplieran sus leyes (Deuteronomio 28:1-14). Esto
quiere decir que la libertad de Israel no dependía de sus propios esfuerzos políticos
o militares, sino de la calidad de su obediencia a Dios. Su libertad era una bendición
sobrenatural, el don de gracia de Jehová para su propio pueblo del pacto; era
inmerecida y, separados de Él, inalcanzable. Era mantenida por su continuado
favor. La desobediencia, ya sea como impiedad religiosa o injusticia social, traería
como consecuencia la pérdida de la libertad.

Parte Especial: Para la gloria de nuestro Libertador, escuchemos un canto especial,


interpretado por

Relato Misionero:

La estructura del concepto teológico de la libertad resulta plenamente evidente


aquí. La libertad, tal como la concibe el Antiguo Testamento, significa, por un lado,
la liberación ante fuerzas creadas que pretenden evitar que los hombres sirvan a su
Creador y lo disfruten, y, por otro lado, la positiva felicidad de vivir en comunión
con Dios, bajo su pacto, en el lugar que le plazca manifestarse y bendecir. La
libertad es libertad de la esclavitud de los poderes que se oponen a Dios para el
cumplimiento de sus demandas sobre nuestra vida. La libertad no es logro del
hombre mismo, sino don gratuito de la gracia; algo que, aparte de la acción de
Dios, el hombre no puede alcanzar de ninguna manera.

El ministerio de Jesús fue un ministerio de liberación. El día inaugural de su trabajo


a favor de los hombres, lo confirmó de esta manera: "El Espíritu del Señor está
sobre mí, por cuanto me ungió para dar buenas nuevas a los pobres; me envió a
sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar a los cautivos libertad, y a los
ciegos vista; a dar libertad a los oprimidos" (Lucas 4:18).

Escuchemos las noticias del INFORME MISIONERO. Ellas nos hablan de la acción de
Jesús libertando a los cautivos del pecado.

Marcando el Rumbo:
Cristo ignoró los deseos de los zelotes de lograr una liberación nacional de Roma, y
declaró que había venido a liberar a los israelitas del estado de esclavitud al pecado
y a Satanás en que los había encontrado. Había venido, dijo, a derrotar al "príncipe
de este mundo", al "hombre fuerte", y a liberar a sus prisioneros (Juan 12:31;
Marcos 3:27; Lucas 10:17).

Pablo da considerable importancia al pensamiento de que Cristo libera a los


creyentes, aquí y ahora, de las influencias destructivas que anteriormente los
esclavizaban: Del pecado, ese amo tiránico cuya paga por los servicios prestados es
la muerte (Romanos 6:18-23); del demoníaco "poder de las tinieblas" (1 Corintios
10:13); de la superstición politeísta (1 Corintios 10:29; Gálatas 4:8); y de la carga
del ceremonialismo judío (Gálatas 2:4).
Esta libertad, en todos sus aspectos, es un don de Cristo, quien, por su muerte,
redimió a su pueblo de la esclavitud (1 Corintios 6:20; 7:22).
A continuación, escuchemos el rumbo que nuestra Escuela Sabática debe seguir.

Palabras Finales:

La respuesta del hombre al don divino de la libertad ("eleutheria"), y por cierto el


modo mismo de recibirla, es una libre aceptación de la esclavitud ("douleia") a Dios
(Romanos 6: 17-22), a Cristo (1 Corintios 7:22), a la justicia (Romanos 6:18) y a
todos los hombres por amor al evangelio (1 Corintios 9:19-23) y al Salvador (2
Corintios 4:5).

La libertad cristiana no equivale a una abolición de la responsabilidad, ni a una


sanción de la licencia. La Ley Divina, en la forma que la interpretó y ejemplificó
Cristo mismo, permanece como modelo de la voluntad de Cristo para los que Él
mismo liberó (1 Corintios 7:22). Esta vida de amor es la respuesta de gratitud que
el evangelio liberador exige y evoca. La libertad cristiana es precisamente libertad
para el amor y el ser-vicio a Dios y los hombres.

Parte Especial:
La música es el lenguaje del cielo. Como parte de este mensaje de LIBERTAD,
escuchemos la siguiente participación musical.

Oración por los Maestros:


Estudio de la Lección de Escuela Sabática:

Himno Final:

Los invitamos muy cordialmente para el próximo sábado, cuando nuestra Escuela
Sabática se vuelve a reunir. Para finalizar nuestro programa de hoy, cantemos las
estrofas del himno Núm. 330, titulado: "!Feliz el día!", del Himnario Adventista.

Oración Final:

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