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Las murallas del Cristiano

Objetivo del Programa: Lograr que los hermanos entiendan que la oración, el
estudio de su Palabra, la testificación y un buen testimonio, son armas que nos
mantienen unidos a Jesús. Solamente así podremos estar protegidos de los
ataques del maligno. Por esto el enemigo busca destruir estas murallas,
dejarnos sin protección y poder penetrar fácilmente.

Sugerencias para el Director: Prepare unas paredes que simulen una muralla,
(en anime o cartón) y, a medida que van pasando los participantes, las irán
colocando hasta formar una especie de fortaleza. Cada una será una pared que
se irá armando, de manera que debe buscar la forma de poderlas ajustar en
cada esquina.

Haga unas tarjetitas con la lectura bíblica y el himno que cantarán todos en el
momento indicado en el programa.

Opinión Personal: No tenga temor de darle a la Escuela Sabática un giro, sin


que ello represente atentar contra las pautas regulares. Sólo sea creativo y
permita que el Espíritu Santo lo dirija, que nuestros hermanos sientan la
expectativa de no saber qué va a pasar hoy en la Escuela Sabática, aunque se
sabe que vamos a orar, tener lectura bíblica, el Relato Misionero, Marcando el
Rumbo, etc... Recuerde que es una escuela; por lo tanto, debe cumplir la
función de enseñar. Tenga en mente que la lección debe ser el programa
central y ocupar el mayor tiempo. ESCUELA.

Debido a lo anterior, notarás que en este programa no se sigue el orden rígido


de: primero el himno, después la oración, luego la bienvenida, la lectura
bíblica, etc.

¡Adelante y éxito! Si Dios ocupa el primer lugar y es exaltado su nombre,


puedes estar seguro que lo lograrás.

(TODOS SUBEN A LA PLATAFORMA.)

Primer Participante:

Introducción: (Con música solemne e inspiradora de fondo.)

En la antigüedad, era muy común ver grandes e imponentes castillos y


fortalezas que se levantaban en algún lugar. Esto trae a nuestra mente una
idea de protección y de impenetrabilidad. En esta mañana, quiero traer a tu
mente que es esto precisamente lo que Dios hace con nosotros. Él es nuestra
fortaleza. ¡Castillo fuerte es nuestro Dios! Una fortaleza se levanta sobre todo
aquel cristiano que ora, que tiene una comunión íntima con su creador, que
busca su presencia y dirección estudiando y conociendo su voluntad a través
de las Santas Escrituras, que cuenta a otros cuán grandes cosas ha hecho el
Señor con él por el poder del Espíritu Santo y que puede ser un testimonio y
una buena influencia para los demás. Es nuestro propósito que hoy
aprendamos esta hermosa lección: ¡Bienvenidos a su Escuela Sabática!

¡Bienvenidos a orar!

¡Bienvenidos a leer la Palabra de Dios! ¡Bienvenidos a compartir con otros tu


fe!

Es oportuna la ocasión para que mires a tu lado y saludes a tu hermano o


compañero de banca con una amable sonrisa, le des la bienvenida a la casa de
Dios y lo invites a conocer, en esta mañana, ¡cuán grandes cosas ha hecho
Dios contigo!

Apreciados amigos y amigas que nos visitan: Ustedes han sido invitados por
Jesús a estar en este lugar. Reciban una bienvenida especial de su parte y de
parte nuestra.

¡Sean todos bienvenidos! (La persona se retira y queda la música de fondo.)

Segundo Participante: (Entra como pensativo, o pensando en voz alta.)

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren y


buscaren mi rostro y se convirtieren de sus malos caminos..., entonces yo oiré
desde los cielos y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra" (2 Crónicas 7:14).

(Coloca la primera pared que forma la muralla.)

¡Creo que es un momento propicio para orar! Arrodillémonos. (Tenga una


oración corta, pero profunda. Prepárese espiritualmente para ser usado(a) por
el Espíritu Santo. Pida una bendición por cada miembro de su Escuela Sabática
para que Dios los ayude a orar más. Pida por el programa de Escuela Sabática
y el repaso de la lección.) ¡Señor, enséñanos a orar!

(Al terminar la oración, invite a la congregación a ponerse en pie y a buscar la


tarjetita que se le repartió al principio.)

Dice Dios a través de su sierva en Joyas de los Testimonios, Tomo 1, pág. 56:
"No descuides la oración secreta, porque es el alma de la religión. Con oración
ferviente y sincera, solicita pureza para tu alma. Intercede tan ferviente y
ardorosamente como lo harías por tu vida mortal, si estuviese en juego.
Permanece delante de Dios hasta que se encienda en ti anhelo indecible de
salvación y obtengas la dulce evidencia de que tu pecado está perdonado.

(Entonar la alabanza que fue repartida a la entrada. Trate que todos la tengan.)
Sugerencia: El himno "Purifícame" (Letra anexa)
(Todos quedan en pie)

Tercer Participante: (Como dirigiéndose a Dios.)

"Lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino."

(Coloca la segunda pared, encajándola en una esquina con la anterior.)

Dios recomienda, por medio del Espíritu de Profecía, lo siguiente: "Estudia su


Palabra con oración.

No la pongas a un lado por ningún otro libro. Ella te convence de pecado.

Revela claramente el camino de la salvación. Saca a luz una recompensa


brillante y gloriosa. Nos revela un Salvador completo.

Y nos enseña que, únicamente por su misericordia ilimitada, podemos esperar


salvación."

Señor, es tu Palabra la que me guía. Ella me indica tu voluntad para mí. En ella
hallo la instrucción para seguir tus pasos. ¡Cómo no leerla! ¡Cómo no
conocerla!

(Dirigiéndose a la congregación.) Les invito a acompañarme a abrir este cofre


donde están escondidas las maravillosas riquezas de nuestro Salvador para ti.
(Lectura Bíblica: Salmo 119:17-19)

Cuarto Participante:

Un hombre fue sanado por Jesús y, agradecido, quería seguirle. Jesús le


contestó: "Ve y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo".

(Coloca la tercera pared)

¿Crees que eres corto de palabras? ¿Crees que no tienes talento?

Dios te dice: Haz tú lo mismo. Ve y dile a otros cuán grandes cosas ha hecho
Dios contigo.

Hoy vamos a escuchar cuán grandes cosas ha hecho Dios con (o en) (Nombre
la persona que está en el Relato Misionero, o el lugar donde se desarrolla el
Relato.)

Desde la ciudad de___________________________ nos llegan estas noticias.


Escuchémoslas.

(Sugerencia: Lea el Relato Misionero con anticipación. Haga un resumen


mental de lo tratado, resaltando los hechos más significativos. Relátelo con
ánimo y entusiasmo, ilústrelo, si es posible, o pida a su departamental del
campo el video de los relatos misioneros (Spot Light) y proyéctelo. No utilice
más de cinco minutos en esto.)

Quinto Participante:

(Trate de concatenar (unir) esta parte dependiendo de lo que toque en


Marcando el Rumbo.)

Inversión: Todo lo que tenemos le pertenece a Dios. Él nos ha confiado parte


de lo que le pertenece para administrarlo; por lo tanto, con este acto,
digámosle a Dios: Te reconozco como dueño absoluto de todo lo que tengo.

Gratitud: En una oportunidad, diez leprosos fueron sanados por Jesús, pero sólo
uno de ellos se regresó para darle las gracias. Imitemos ese ejemplo.

Evangelismo: Nuestra gran comisión: "Por tanto id y haced discípulos en todas


las naciones, enseñándoles que guarden todas estas cosas y bautizándolos en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". ¡Cumplamos nuestra misión
en esta Tierra!

Mejoramiento: "Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por fuego,


lo cual se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os
aconteciese; antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de
Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo" (1
Pedro 4:12,13).

Porque esto es cierto, y porque esta obra es necesaria a fin de prepararnos


para la eternidad, el apóstol Pedro declara que no debemos sorprendernos
cuando vienen las pruebas. Es el método divino que busca alistarnos para el
cielo.

Clausura: En una villa pagana, alguien estaba hablando de Jesús. Comentaba


sus amables palabras, sus hermosas acciones, su bondad, su disposición a
ayudar y su servicio abnegado.

-Yo conozco a ese hombre -dijo un pobre y anciano aldeano. ¡Él vivió aquí! -¿Sí?
-replicó el predicador un tanto sorprendido. -Sí -contestó el anciano.

Entonces llevó al obrero cristiano a las afueras de la aldea, donde señaló hacia
la tumba solitaria y bien cuidada de un misionero.

-El vivió aquí hace muchos años, y ¡cómo lo queríamos todos!

¡Qué testimonio había sido la vida ese misionero! Él vivió tan cerca de su
Salvador, que su vida reflejaba constantemente la vida de Jesús. Por la gracia
de Dios podía decir: "Sed imitadores de mí". ¿Por qué? Porque en su vida había
imitado tanto la vida de Cristo, que podía invitar a otros a seguir a su Señor en
él.
Durante generaciones, la gente ha oído hablar del perfecto Nazareno; ahora
desean verlo vivir en ti y en mí. Cuando lo veamos, nosotros también
podremos decir con confianza: "Hermanos, sed imitadores de mí".

(Colocar la última pared que forma la muralla.)

Sí, querido hermano y querida hermana: La oración, el estudio de la Palabra de


Dios, el hablarle a otros de Jesús, compartiendo las buenas noticias de
salvación y con el poder del Espíritu Santo, ser ejemplo y testimonio vivo de un
Dios real, forman la muralla que nos permite permanecer al lado de Jesús. ¡Qué
hermoso! ¡Qué linda compañía! ¿Ahora entiendes por qué el enemigo de Dios y
de los hombres busca con tanto afán romper esas barreras, colocando en ti
flojera para estudiar las Santas Escrituras, atareándote con tareas urgentes
pero no importantes, consumiendo así el tiempo precioso que deberías ocupar
en tu cámara secreta comunicándote con tu Padre y fortaleciendo tu fe?
¿Ahora entiendes por qué no somos diligentes en cumplir la gran tarea que nos
ha sido encomendada? Sólo debilitando alguna de estas paredes, o todas,
podrá penetrar y vencerte, porque quedarás desprotegido luchando contra un
enemigo con quien tu solo no puedes.

¡Ponte en pie! y, colocándote la armadura y escondiéndote en la Fortaleza,


imita el ejemplo, en, primer lugar de Jesús, y de otros hombres como: Moisés,
Elías, José, Juan Wesley, Lutero. El enemigo conspira por todas partes. (Como
león rugiente anda buscando a quien devorar.) Tu vida está en constante
peligro, pero... ¡corre! Rodéate de esa fortaleza. Y Jesús saldrá al encuentro de
tu enemigo y te hará avanzar hacia victorias aún mayores que las registradas
en las Páginas Sagradas.

Himno Final:

Oración Final:

Repaso de la Lección de Escuela Sabática:

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