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EL PAIS POLITICO : Pepmision : (lel aborto como problema 8 : en Venezuela Juan Luis Modolell Gonzalez .éPor qué el gobierno plantea este tema en un momento tan critco? Al respecto ‘considero que existen dos posibles respuestas, no necesariamente excluyentes. Primera: tratar de imitar a Cuba, de forma infantil, en todo lo que haga... Segunda respuesta: provocar 2 uno de los enemigos mas acérrimos que dice tener el gobierno en este momento, {a jerarquia de la Iglesia catdlica venezolana, ‘te 659 Nove 2003 1. Existe un proyecto de ley en la Asamblea Nacional presentado por el gobierno nacional que segura- mente causaré bastante inquietud en los catélicos practicantes y otros grupos cristianos. En efecto, €l “Pro- yecto de Ley Orgénica de los Dere- chos de las Mujeres para la Equi- dad ¢ Igualdad de Genero” en su articulo 26 pareciera permitir, apar- te del aborto terapéutico contem- plado en el articulo 434 del Cédigo penal venezolano, otros supuestos bajo los cuales podria interrumpir- se el embarazo. Asi, el citado articulo 26 del citado proyecto considera casos priorita- rigs para aplicar “las medidas tera- péuticas a que hubiere lugar” los siguientes: a) Embarazos que pongan en grave riesgo la salud fisica de la madre. b) Embarazos que pongan en grave riesgo la salud mental de la mujer. ©) Malformaciones fisicas del feto. 4d) Embarazos productos de viola~ cidn o incesto, Es de sefalar que en ninguno de estos supuestos, salvo aquel en que se alude al “feto”, se determina el tiempo de gestacion durante el cual se puede interrumpir el embarazo, cuestién que hacen la casi totalidad de las legislaciones que permiten el aborto!, En efecto, en el proceso de gestacidn existen varias fases de desarrollo del embridn y del feto, asi que por simple ldgica no es lo mismo un aborto a la semana de la concepcién que a los ocho meses de gestacién. Por otra parte, el articu- lo analizado no utiliza el término “interrupcin del embarazo” sino que hace alusidn a “medidas tera- péuticas”, eufemismo que preten- de esconder lo que constituye la permisidn del aborto. Asimismo, el primer supuesto seialado en dicho articulo es més amplio que el abor- to terapéutico contemplado en el Liltimo parrafo del articulo 435 del Cédigo penal, el cual sélo permite el aborto como medio indispensa- ble para salvar la vida de la partu- rienta, y no para proteger simple- mentesu integridad fisica. Ademas, el segundo supuesto pareciera per- miitir el aborto incluso por el posi ble trauma psicolégico que el em- barazo cause en la madre. Considero que tinicamente en los casos de abortos de embarazos causados por violacién 0 incesto, y por malformacién del feto, resul- taria posible una discusién racio- nal del tema. En los demés casos, aborto por causas econémicas, s0- ciales o para evitar posibles trau- ‘mas en la mujer (aborto como me- dio de planificacién familiar), con- sidero que no existe posibilidad de arribar a una explicacién convin- cente que acerque las distintas pos- turas sobre el tema, 2. Cuestién fundamental a analizar en relacién al citado articulo 26 es Jo relativo a su constitucionalidad. Desde mi punto de vista, la propia Constitucién venezolana da pie a unarticulo semejante’. En efecto, la parte final del articulo 76 de la nor- ma fundamental expresa que el Es- tado “...garantizaré asistencia y pro- teccién integral ala maternidad, en general a partir del momento de la concepeién, durante el embarazo, el parto y el puerperio, y asegurard servicios de planificacién familiar integral basados en valores éticos y cientificos”. Este articulo impone la obligacién al Estado de proteger el embarazo, en general, desde el momento de la concepcién. Por lo tanto, de forma excepcional puede no protegerlo. En esta tiltima frase radica la permisién constitucional del aborto en Venezuela. En contra de lo anterior pudiera argumentarse que el articulo 43 de la Constitucién protege la vida. Ahora bien, desde mi punto de vis- ta, este articulo permite una doble interpretacién no necesariamente contradictoria. Asi, de acuerdo a la primera interpretacién, como ga- rantia constitucional, se protege el derecho a la vida en las relaciones Estado-particular, de alli que el ar- ticulo establezca, de seguidas a la expresién “El derecho a la vida es inviolable”, que “‘Ninguna ley po- drd establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. El Esta- do protegera la vida de las perso- nas que se encuentren privadas de su libertad, prestando servicio mi- il, o sometidas a su auto- ridad en cualquier forma”. Desde este punto de vista, la norma que se desprende del articulo 43 consti- tucional es que el Estado no debe matar. Ahora bien, una segunda in- terpretacién del articulo 43 de la Constitucién permite entender la vida como valor fundamental de la sociedad venezolana, de alli que se trate de un reconocimiento general de la vida como valor. ‘Tomandola primera interpretacin, seria muy discutible que el Estado, al no penar el aborto, Iesione el de- recho a la vida como garantia cons- titucional. En cambio, si se parte de la segunda interpretacién, se plan- tearia el problema de si la vida co- mienza desde el momento de la concepcién, cuestidn sobre la cual no existe opinién undnime’ 3. En todo caso, resulta muy dudo- so sostener que exista obligatorie- dad por parte del Estado de prote- ger al concebido a través del Dere- cho penal. En efecto, si bien el De- recho Penal sélo puede proteger bienes juridicos (valores) de rango constitucional, no todos los valores constitucionales deben ser prote; dos mediante la pena ya que la exis- tencia ono de un delito en la ley no se justifica, ni se explica, por razo- nes de cardcter religioso © moral, sino por motives politico-crimina- les‘. Lo anterior es consecuencia directa de la separacidn entre Igle- sia y Estado, consecuencia del Es- tado laico, caracteristica esencial del Estado democrético, En tal sentido, las decisiones de un Estado laico, y todos los Estados democraticos mé- demos lo son‘, no tienen por qué guiarse por criterios religiosos, aun- que se trate de criterios sostenidos por la religién de la mayoria de la poblacién. No obstante, ellono quie- redecir tampoco que sus decisiones, por principio, deban contradecir los valores de una determinada religion, Porlo tanto, desde un punto de vis- ta estrictamente jurfdico-penal, el Estado es totalmente libre de dec dir qué bienes (valores) protege a través de la pena y cudles no, en atencién a la efectividad de la san- cin penal en un émbito determi- nado en el sentido de que a través dela misma puedan controlarse las conductas daftosas 0 peligrosas. De alli que sila pena no sirve para con- trolarla conducta indeseada (dismi- nucién de la conducta danosa o peligrosa) puede el Estado prescin- dir de la utilizacion de la pena en dicho Ambito (como en el caso del adulterio, todavia castigado por nuestro Codigo penal). Personalmente considero que éte es el punto central de la discusién en relacién ala permisién ono del abor- to: {Es eficaz la pena para disminuir © controlar el aborto? Coneretamen- te, en relacidn a los supuestos de aborto por violacién de la mujer, in- cesto y malformacién del feto, 2B eficaz la pena para resolver este pro- blema? Se debe tomar en cuenta que el aborto constituye el delito que mayor “cifra negra” tiene’, deallique -mpre quepa la posibilidad de que el Estado reconozea la impo Jad de perseguir estos hechos. Los pocos casos de aborto que son procesados son los de las personas de escasos recursos que deben acudir a cual- quier “curandero” para practicarse tun aborto, resultando lesionada la mujer, o muerta por la imprudente réctica. Es evidente que las mujeres de recursos econémicos suficientes pueden acudira losdiscretosestable- Gmientos especializados en el pais, © del extranjero, para practicarse un aborto en condiciones de seguridad para la vida e integridad fisica de la mujer, de alli que es poco probable que estas mujeres sean enjuiiciadas por ese delito’ Ante esta situacién, la sociedad ve~ nezolana deberia debatir en un fu- turo Ia despenalizacién 0 no del aborto, debate que, desde mi pun- to de vista, debe girar en torno ala necesidad de utilizar la pena como medio para solucionar el problema del aborto, en los casos de violacién de la mujer, embarazo producto de incesto y malformacién del feto. En el Derecho penal moderno, de for- ma casi undnime, se admite que la pena no persigue ningiin fin tras- cendente o metafisico (justicia ab- soluta) sino tratar de solucionar un problema mediante la prevencién general de futuros delitos similares. En cambio, sise admite que la pena cumple un fin de justicia absoluta, posicién totalmente minoritaria en el Derecho penal moderno, no im- portarfa tanto la utilidad de la pena een estos casos, sino su justicia in- trinseca, como si se tratara de una expiacidn de los pecados. 4. Ahora bien, considero que en los actuales momentos la situacién na- cional no permite discutir estos te- mas. En un pais con el estado de crispacién que actualmente tiene Venezuela serfa contraproducente traer a la palestra un nuevo asunto que, si bien debe debatirse, ello re- quiere una cierta tranquilidad po- litica, Mas atin, considero que la despenalizacién del aborto noes un problema que actualmente desvele a lacolectividad venezolana (al res- pecto véase cualquier encuesta so- bre los problemas que preocupan a los venezolanos, en las cuales la despenalizacién del aborto ni tan juiera figura), lo cual, sin embar- 30, no quiere decir que deje de ser NOMEN 2003, SIC 859 EL PAIS POLITICO un problema. Asi, podemos obser- var que en Venezuela, a diferencia de otras partes del mundo, no exis- ten fuertes movimientos abortistas © anti-abortistas. Entonces Por quéel gobierno plan- tea este tema en un momento tan critico? Al respecto considero que existen dos posibles respuestas, no necesariamente excluyentes, Prime- ra: tratar de imitar a Cuba, de forma infantil, en todo lo que haga. Es de sehalar que este pais pareciera ser uno de los paraisos abortistas de Latinoamérica’. Segunda respuesta: provocara uno de los enemigos mas acérrimos que dice tener el gobier- no en este momento, la jerarquia de la Iglesia catslica venezolana, Me inclino por esta tiltima respues- ta a la interrogante antes plantea- da: la intencién es “meterle el dedo enel ojo” ala Iglesia catdlica, ya que lo anterior no es un problema rele- vante en el acontecer nacional. Esta intencién se demuestra al observar el resto del articulado de la ley, el cual se diluye en una colecci6n de buenas intenciones a favor de la mujer, siendo, desde mi punto de vista, la vinica norma efectiva la con- tenida en el citado articulo 26. Si bien este gobierno tiene un pro- yecto definido, muchas de sus ac- Ciones se caracterizan por el com- portamiento infantil de provocar al enemigo. En efecto, el gobierno no es tan “trascendental” pues buen mimero de sus acciones no se enmarcan en una filosofia definida que guie su actividad politica’, lo cual en modo alguno implica negar la peligrosidad del régimen. 5. En cuanto al papel de la Iglesia catélica y demds grupos cristianos que rechazan el aborto, la tinica car- ta que pueden jugar para oponerse al referido articulo 26 es la defensa de su posici6n tradicional seguin la cual la vida comienza desde el mo- mento de la concepcién y que por lo tanto debe protegerse desde ese momento. A estos sectores sélo les queda una lucha de principios, que inclusive pudiera ameritar una re- ‘16 658, NOVEMBRE 2003 forma constitucional. Ahora bien, si se sigue esta posicién de forma co- herente la consecuencia deberia ser que el aborto se castigue con la mis- ma pena del homicidio (inclusive, con una pena mayor), o que se apli- que el propio tipo penal del homi- cidio al aborto, cuestién que hasta ahora la mayorfa de los movimien- tos antiabortistas no han sostenido. 6. En definitiva, soy de la opinién de que la discusién, mas que sobre los problemas moral, ético y religio- so, debe girar en torno a la eficacia ono de la pena, como recurso ex- tremo, para controlar el aborto, lo cual no es obstéculo para que se mantenga la pena para los casos de aborto realizados fuera de los su- puestos legales, o sin consen to de la mujer. Estando en Espana, en los afios noventa, pude presen- ciar el debate sobre el Codigo pe- nal de 1995 el cual ampliaba los su- puestos de abortos permitidos. En esa oportunidad escuché una decla- racién del para ese entonces minis- trode justicia socialista, Juan Alber- to Belloch, segtin la cual una cosa era el problema religioso y otra el problema politico-criminal®, En efecto, lo intolerable, ademas de inconstitucional, en un Estado de- mocritico seria que el Estado obli- gara a las mujeres a abortar"’. Aho- ra bien, si el Estado opta por elimi- nar la punibilidad del aborto en ca- sos de embarazos producto de vio- lacién, incesto © malformacién del feto, sucederia algo similar al divor- cio: los catélicos practicantes no abortarian (asi como tampoco pue- den contraer un segundo matrimo- nio civil sin que se haya disuelto el vinculo religioso anterior), mientras que los pecadores abortistas se pu- Gririan en el infiemo, pero en el del mAs alld y no en el infierno carcela- rio de este mundo. seeeeeee Juan Luis Modolel Gonzalez Doctor en Darcie de Barcelona Protesr de Derecho pena Derecto pea ‘condi, en pry pas-grad, as Universidaes (atbica Ans Bao y Cetra de Vora 1 _Laslogislacionas qu permit labora Fan un lapse dono do! cualso puede riers e! ‘emoaraz, apie que abececenormairente mayer esarrao dalconcebio yal eoyo parslamscre (soere a ausene mporaneiade pro ene abort vo Genberna! Ordon Emir < en, dolrsra autor Esti Ge Deocho Pera Teenos, Madi 1000, e896. 826-8) 2 _Deberecordarse que la Contin verzola ‘wes a Consttucién del gobierno ylarisma se ‘caracteriza pra usercia de conser errelos lecloresseceies dutarie su eaboracon Corserso aes enone do wetacdn popu en relacon procooo ecco dona Cantu, primero 90 legraelcentanso, eeu earetioyra ane! toe corstcenaly uogace coma dhe ex a volacié popula para svaropacen Pisectr Cislista tora afecadordei90% de los escehos de la Asami Constivyente cmd do que ol xop Presgerte vez rere através de los reoreaurtancs dol partido de gobarn ena ‘ames Nicronal en larecaecon dela (fecuerdoco do dando prowana el erbve de "Repabica Boivarara de vonarve") Aunque simbolcamerts exetan comiores ens Aacrben CConstasyenteque recibir as propuaas 0 verses sects dal pals. al tralracus avicerte {que a sector oli puso su Coratacion, ean ‘apoyo de eumayostari(almeros or esemeearto) ‘leclorad, soto de la poblcin que oe cpork (gobi yu proyecto vonettucxnal 9 Porcero,elartavo43 acileencadectas Consist. no expat “la porona tone derecho ala da" sno quoi visa enable" De acogersela pera rae alscuson gvara entomo 250 leo,oelombrén, es persona 4 Vig slespecto Modelo Goncaiaz Juan Bases Funcarsrtats dea Tea dea putas (Objet Litsca, Caracas, 2001 pigs 2008. ‘especiaimorte pag. 203 5 Cleoesta quetamooco ee un Eetaco lca ‘quel que 4 sostione en unaiceatogia ofa oun eneamiente ica Estos. ecietaforma, sn) tambitn Ess eigaad (ebgen "aca 6 _EnlaCiminloga te enoncopar "ca raga’ lndce de casos ro cerunciacs, nn aves, reitvos aunhecro pide com dal ont. 7 As Vargas cca, Mario < ‘2, do rir dx Elena de la Paso. Punto de Lectura, Macc 2002 pags 3199320. 8 Resutaustatwoeste wamatco pase aie relate Bryce Eercqun ensue memoras, qe Supicado cn sunt serio de nro“ A ero again tay Betosy demas carts overes de la Teokegia do Uteraetn Humane. may monane, lar, por despuce indaoaeniornunanols ue mmehacian encasa Flos si quseran apaces ce rape le armenia ce nue’ ample y meena casa playace Serta Mara. (Ove derma. por DD, Guns reerende amigo manste Gustavo ‘Guniveey a, pron ten pera come unnesalY auf an cist eomolberalygrevey ‘ies saciicada!Esce cata tenes, en coro. ‘eran peralas'Cronicas talznas de Stancna conten ‘crvertuaies escardalasy ave maa pursima sn Decade coresbicasanisina Loe muy condenacoe sotalan asvesocrotaias prvaiasaabonia& Ovba, 3/de prearencae sionco, yd pretrenia condo Ti. qua de preteenca vue or Foca Guanaboo FneaBryce” Perms para Ver Artinenarias, ‘ragrama arcelona 1280, pkgs 448 445)

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