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Desde entonces se inici la feroz lucha por la supervivencia. A como diera lugar. El
universo vino a parecrsenos como una fuente inagotable, y de hecho lo es, donde todo
lo que es materia, y hasta lo que no, deba y debe ser absolutamente susceptible de
pertenecer a alguien. En algn momento apropiado. Entra la interrogante de Y si
dejsemos que algo simplemente fuese, sin dueo?
Luis Eduardo Lora Huchi, a quien he bautizado como El Periodista de la Patria, sin
perjuicio de otros de nuestro pas de semejante calidad, habl una vez de cmo se dieron
sus inicios en el oficio de escribir. Su pasin le vino siendo un nio, cuando fund un
peridico llamado El Martillazo. El nombre vino a raz que su mquina de escribir, ya
apaleada por el tiempo, y supongo por que el fructfero uso que le daban, al presionar
las teclas pareca encestar un martillazo. En esa dinmica se convirti en un autntico
martillero. De los mejores que ha tenido nuestra patria.
En cierto sentido, es aceptable decir que la modernidad trajo nuevo martillo. Sin
embargo, el nuevo martillo no vino con instrucciones incluidas, porque las instrucciones
son las mismas del viejo martillo. Vienen aadidas al martillero. Entonces no nos
quedara otra salida que admitir que quizs a los martilleros se les olvid dejar
descendencia. Esta es una afirmacin radicalmente absurda. Los martilleros pueden
concebir seres estriles para las ideas. Yo dira que la misma sociedad los ha hecho
perder la bendicin de dar nueva vida. As como si les arrancaran con cuidado la
facultad de concepcin.
No quisiera que este artculo se viera idntico a Escribir por moda. Hoy me puse
teleolgico. Es decir, vine a filosofar, a dar razones del ocaso de vivir de martillazos.
Sumido de lleno en estas letras vi la necesidad de concatenar todo.
Finalmente, quiero decir que hoy he puesto muchos clavos. Ustedes, deberan hacer lo
mismo. Y como dar consejos a veces es parcialmente bueno, les lanzo este. Escribir
1002 palabras nunca me haba resultado tan fcil. Puse todos esos clavos yo solo.
Martill como el gran Huchi aun lo hace. Vamos, sin miedo, vivamos de martillazos. El
dinero, si no lo tenemos, vendr cuando estemos alineados con el universo. Mientras
tanto, que retumbe el dulce sonido de los martillos al estilo Lora.